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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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 CAPÍTULO XXX

Confidencia

 

La lluvia había cesado, pero el cielo aún permanecía cubierto de nubes  grises. A sus fosas nasales llegaba el aroma a tierra mojada y el sutil frio acariciaba sus mejillas.

Mientras atravesaba la explana, podía escuchar molesto los fuertes latidos de su propio corazón.

Las clases estaban por reiniciarse y él no podía estar más tiempo alejado de la academia, ni podía seguir rehuyendo a Kuran Kaname. La perspectiva de verlo era lo que lo tenía así. En especial después de descubrir que la aparente sed que sentía se debía a él. Específicamente, a una necesidad de beber su sangre.

Se sentía abrumado y ansioso, una parte de él quería mantenerse lo más alejado posible del vampiro y otra parte anhelaba poder verlo. ¿A tal punto lo tenía afectado la sangre de Kuran?, no tenía manera de saberlo con claridad. Pero de algo si estaba seguro y era que no podía seguir posponiendo su encuentro. Al menos no con lo que sucedía en los clanes de vampiros.

Frunció el ceño.  Era molesto; por eso es que había reforzado el sello de su cuello; para evitar experimentar ese tipo de tonterías hacia el sangre pura. Sin embargo, aparentemente debido a que el sello fue desactivado; ahora se sentía más vulnerable que nunca y más atraído por él. 

Sabía que no podía permitir que el vampiro viera esa debilidad; y sentía que si lo tenía cerca se delataría inevitablemente; sin contar, claro, que después de besarlo le era difícil verlo siquiera a los ojos.

Subió unos cuantos escalones en el desnivel del sendero y miró su reloj. Aún era temprano para siquiera pensar en verlo. Así que podría ir a su residencia y cambiarse la ropa húmeda y luego pensar o más bien, asimilar que no podía seguir retrasando su encuentro.

Mientras pensaba esto, una presencia ligeramente conocida lo alertó y le hizo detenerse y girarse.  Un par de metros tras él, vestido con traje negro; apareció aquel vampiro pelirrojo y de ojos dorados que fungía como guardaespaldas de Eyre. Si no mal recordaba, su nombre era Okami Shion. 

El joven de inmediato hizo una reverencia llevándose una mano al pecho.

-   Buenas tardes Kiryuu-sama. Mi amo me ha enviado a entregarle esto –. Mientras hablaba  extrajo un sobre de la cara interna de su saco y se lo extendió.

Zero se lo quedó mirando unos segundos y luego tomó el sobre. 

-   Mi amo espera que acepte su invitación.

Zero observó el sobre. El emblema de una daga en forma de cruz estaba impresa en el sello. Inmediatamente lo rompió. La nota estaba escrita con caligrafía sumamente pulcra y elegante.

 

<< Kiryuu-san, lamento no haberle informado personalmente que me ausentaría unos días de la academia. Asuntos administrativos en el corporativo Eyre, exigieron mi total atención. Sin embargo me permití un tiempo para revisar los avances en la investigación de la cual usted ya tiene conocimiento. Los resultados han sido más favorables de lo esperado y me complacería poder mostrárselos. Mañana regreso a la ciudad. Si accede tenga a bien indicarle a Shion donde desea que nos reunamos

 

Liam Eyre. >>

 

Zero  terminó de leer y entonces miró al vampiro frente a él.

Mostrarme los resultados. ¿Eso quiere decir que ha usado a nivel E nuevamente?... Bien, supongo que ésta es la oportunidad…

-   Dile que acepto –. Dicho esto extrajo una pluma de uno de los bolsillos de su cazadora y escribió al reverso de la nota la dirección. – Mañana a esta hora. Es una bodega a las afueras de la ciudad propiedad de la asociación. No tiene los reforzamientos antivampiros activados, así que no habrá problema.

-   Bien, se lo informaré. Con su permiso. 

El joven vampiro lo miró de manera fría un instante y luego desapareció a la misma velocidad con que había llegado. No pudo evitar preguntarse si ese joven siempre seria así de frio o si era un rasgo común en los que fungían como guardaespaldas. La de Kuran también era así.

Lo cierto es que no tenía tiempo para estar pensando en esas nimiedades.  Se giró y siguió su camino. Había tenido una mañana bastante ajetreada. Los reportes de Kaito y Satoru informaban todo en orden; pero Yagari seguía vigilando los territorios de Mika Pretov junto a un grupo de cazadores. Lo mismo sucedía con el clan Abya y reciente mente había anexado a Arezu y Touma a la lista.  Estos clanes estaban planeado algo pero no tenía claro si era atacarse entre ellos o a alguien en específico.

Cada vez que pensaba en esta última posibilidad, no podía evitar pensar en Kuran y al instante se le formaba un hueco en el estómago. El sangre pura podía decir lo que quisiera, pero él sabía que estaba débil. Cuando pensaba en esto no podía evitar también sentirse culpable. Él tenía parte de responsabilidad de que se encontrara así, después de todo había bebido mucha de su sangre y con eso había absorbido parte de su poder, al menos eso era lo que sentía.

No tenía idea de cuánto tiempo le tomaba a un sangre pura recuperarse de algo así, pero desde su perspectiva ya había pasado mucho tiempo.

Y ahora Eyre… ¿Qué era lo que este vampiro pretendía en realidad?

Ingresó a la residencia atrayendo la atención de una mucama que se encontraba realizando la limpieza del vestíbulo. Al instante la mujer hizo una reverencia.

-   Kiryuu-sama. Bienvenido.

-   Buenas tardes Hana-san. ¿Algún mensaje de mi padre?

-   El director me dijo que desea verlo en su despacho. 

-   Gracias.

Subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Quería tomar un baño antes de ir a ver que quería Cross.

 

El agua caliente sin duda lo relajó inmediatamente. Incluso le hizo experimentar una sensación de ligero adormecimiento. El vapor se arremolinaba a su alrededor y había empañado los cristales. Abrió los ojos y miró el agua que arremolinándose a sus pies se iba por el desagüe.

 “Los resultados han sido más favorables de lo esperado y me complacería poder mostrárselos”

Así que finalmente Eyre le mostraría su investigación como tal. Lo que leyó aquella ocasión en ese reporte parecía muy alentador; pero ¿Cuáles eran las verdaderas intenciones de este sangre pura?. Salvo Isaya Shotou, ningún otro era digno de confianza y éste no sería la excepción. Aunque jurara que no tenía malas intenciones, él no podía confiarse. Nadie le sacaba de la cabeza que estaba detrás de ese grupo de nivel E que había estado rastreando.

“Cuanto te pareces a ella…”

“La mujer que ame…”

Frunció el ceño. También estaba eso otro.  Aquella noche, ¿el sangre pura le había hecho algo?. No, no podía ser. Sólo se había acercado a él y había acariciado su rostro. Ni siquiera parecía estar consciente del todo sobre lo que decía, pues al caer en cuenta se disculpó y se marchó. Aun así, después de ese encuentro todas esas visiones llegaron de golpe.

No podía asegurar que ese sangre pura tuviese algo que ver, ya que también estaban sus propios sueños. Estos habían ocurrido incluso antes de conocerlo.

Era demasiado desconcertante. Como fuera, tenía que descubrir que pretendía. Además era obvio que no se toleraba con Kuran, razón de más para averiguar que había detrás de su interés por ingresar a la academia y de supuestamente querer cooperar con esa investigación. Como también sabía que tenía que averiguar que lo unía a él con esa mujer y que relación guardaba ella con esos dos sangrepura.

Con todo eso aún en su mente, más tarde salió de la residencia rumbo a la dirección. Sin embargo, una vez estuvo en el edificio principal y comenzó a subir las escaleras, fue consciente de una presencia más. Su padre no se encontraba solo.

Su corazón comenzó a aumentar sus latidos, por lo que se detuvo en el pasillo. Kuran estaba con él. Podía distinguir a la perfección su presencia. Respiró profundamente para intentar calmarse. Lo más probable es que el vampiro también hubiese detectado su presencia a esa distancia. Así que era absurdo que volviera sobres su pasos. Volvió a inhalar profundamente y salvó la distancia que lo separaba de la oficina. Cuando levantó la mano para tocar la puerta, se dio cuenta que estaba nervioso; sin embargo tocó con decisión.

-   Adelante, Kiryuu-kun

Se escuchó la voz despreocupada de su padre.

Efectivamente, cuando ingresó Kuran estaba ahí. Sentado frente al escritorio de Cross y de perfil hacia la puerta.  Vestía un traje negro y camisa blanca sin corbata y con los primeros botones abiertos. Una sensación extraña se instaló en su estómago y sintió como si las manos se le adormecieran.

-   ¡Hijo… que gusto verte!

Cross se encontraba de pie y le sonreía.

-   Me han dicho que querías verme –. Respondió de inmediato. Kuran no reparó en él. Se mantenía concentrado en la copa de vino que traía en la mano. Como si hubiese algo demasiado interesante en ella. – Buenas tardes Kuran –. Lo saludó él.

-  Buenas tardes Kiryuu-kun –. El sangre pura le devolvió el saludo pero apenas y lo miró; y al instante se puso en pie. – Bien, pues creo que ustedes tienen  de que hablar así que yo me retiro. Gracias por todo director.

-  Espera Kaname-kun. ¿Quieres acompañarnos a cenar esta noche?. No hay ningún problema ¿verdad hijo?

-   ¿Qué? eh…No…

-   Se los agradezco, pero aún hay unos documentos que debo revisar y luego tengo una visita al senado.

Kaname le dedicó una sonrisa amable al director y a él apenas lo miró un par de segundos antes de dirigirse tranquilamente hacia la puerta. Por alguna razón una sensación de ansiedad invadió a Zero.

 “Por muy sangre pura que sea, no es invencible. Estoy seguro que tú ya debiste reparar en el hecho… Si todos en el senado se lo proponen, pueden derrocarlo…”

-   ¿Kuran? -. Lo llamó  y el vampiro se giró y esta vez sí lo miró. Sin embargo no como siempre. Había algo en esa mirada que era diferente.

-   ¿Si, Kiryuu-kun?

-   Necesito hablar contigo. ¿Te importaría reunirnos mañana? –. El sangre pura pareció dudar. – Es importante.

-   Está bien, si no tienes inconveniente antes de la media noche te puedo recibir en mi despacho.

-   De acuerdo.

Dicho esto, el vampiro abandonó la oficina del director. En tanto él se quedó mirando la puerta unos segundos más. ¿Kuran lo había ignorado? Una opresión se instaló en su pecho al hacerse esa pregunta.

-   ¿Kiryuu-kun?

-   ¿Le sucede algo? –. Preguntó casi inconscientemente.

-   ¿Qué?, ¿A Kaname-kun?... No lo creo… ¿Por qué lo preguntas? ¿te preocupa?

Zero se ruborizó sutilmente.

-   No… sólo decía. Mejor dime que es lo que querías hablar conmigo.

-   Ah, si… De algo parecido precisamente. Tú.

-   ¿Qué? ¿Yo? ¿Qué hay conmigo?

-   Pues que eres tú al que le parece suceder algo.

-    ¿De qué hablas?

El director volvió a tomar asiento y le indicó con un ademan que él también lo hiciera.

-   Zero. No viniste en prácticamente dos semanas a la academia. Eso, bueno, es justificable porque no hay clases; pero hace días que quería que habláramos sobre lo que sucedió la noche que te pusiste mal; y sobre el sello de tu cuello. Quiero que me digas que fue lo que sucedió y por qué motivo lo reforzaste. ¿Tiene que ver con el hecho de que has estado muy ocupado buscando información en los registros y libros de la asociación?, ¿Has tenido algún problema con tu lado vampírico?

Zero lo miró un instante a los ojos y posteriormente suspiró.

-   Eso... Bien, te lo diré... Hace tiempo que he tenido algunos sueños extraños.

-   ¿Sueños?

-   Si… no quiero que hables de esto con nadie por favor.

-   ¡Kiryuu-kun. Me ofendes!

-   No es por ofenderte. Es sólo que ni yo sé que me sucede y hasta que no lo averigüe no quiero que nadie más lo sepa.

-   Está bien. Puedes contarme. Te ayudaré en todo lo que pueda.

Zero lanzó un nuevo suspiro.

 

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 -   ¿Por cuánto tiempo más seguirás evadiéndome? 

El castaño se detuvo en seco mientras fruncía el ceño. Había querido ignorarlo aun cuando se había percatado de su presencia, pero al parecer el rubio no tenía la misma intención. Se giró y lo vio recargado en un árbol.

-   No sé de qué me hablas -. Dijo. 

Ichijou sonrió de manera inocente y eso lo exasperó. 

-   No tengo tiempo para perderlo contigo. Debo ver a Zero –. Dicho esto, reanudó su camino.

 Ichijou borró de golpe la sonrisa de sus labios y antes incluso de que Kaito reaccionara, ya lo había estampado contra la pared de frente a él.

Aquella expresión relajada del vampiro había sido sustituida por una sombría. Eso provocó cierto estremecimiento en el castaño.

-   ¡¿Qué diablos te sucede?¡ ¡suéltame!

-   Kiryuu-kun, Kiryuu-kun, Kiryuu-kun. ¿Acaso no puedes dejar de pensar en él?

-   ¿De qué rayos hablas?… es mi superior y mi amigo; y…

-   Y lo amas. Lo sé.

-   ¿Eh…?

-   Te he dicho una y otra vez lo que siento por ti y aun así no te importa.

Kaito se ruborizó intensamente.

-   ¿Qué hay con eso ahora?

-   Desde que volviste me has estado evitando. Incluso aunque quiero hablar contigo y lo sabes, te la pasas pegado a ese otro niño.

-   He estado haciendo mi trabajo. Por si lo has olvidado soy un cazador.

-   No, no se me ha olvidado. Pero no me importa como tampoco te importó a ti. Kaito, ¿Por qué me evades? ¿sigues pensando en Kiryuu-kun?... aun cuando tú y yo…

-   ¡Guarda silencio!… te van a escuchar.

-   ¿Y si te digo que no me importa?, por mí que se enteren.

La mirada de Ichijou ahora se veía dolida. Ante lo cual Kaito sintió una opresión en el pecho.

-   Takuma… yo…

El vampiro no lo dejó hablar. Posó un par de dedos sobre los labios del castaño y se acercó más a su rostro.

-   No vuelvas a dudar, te lo suplico… Sé que tu sientes algo por mí… también sé que Kiryuu-kun aun ocupa una parte de tu corazón… Hmmp, pero que quieres; te amo demasiado que no me importa la mayoría de las veces; sin embargo hoy estoy celoso.

-  ¿Por qué?

- ¿Nuevamente esa pregunta?… ya te lo he dicho… no lo sé… se supondría que no debería. Se supondría que tendría que considerarte mi enemigo. Pero, soy un tonto… siempre lo he sido… Siempre he puesto mis ojos en inalcanzables o al menos eso creí hasta que estuvimos juntos… y por supuesto que sé que debería comprender que tú odies a los vampiros. Pero esa noche tú me demostraste algo diferente. Al menos supe que no te soy indiferente…

-   Eres un tonto ¿sabías?… Además, aún tengo que entregar un informe. 

Se zafó del agarre del vampiro dispuesto a seguir su camino. Pero Ichijou; frunciendo el ceño, con un movimiento veloz lo atrapó de nuevo.

-   No me siguas rehuyendo, por favor… No todos los vampiros somos iguales… Yo te amo… Sé que no puedo cambiar tu pasado, pero te amo… Al menos permíteme demostrártelo nuevamente… Yo…. Yo quiero hacerte olvidar el amor que sientes por Kiryuu-kun.

Ichijou lo besó con pasión y la resistencia que mostraba el castaño desapareció. Unos minutos después Kaito lo alejó.

-   Idiota. Él sólo es mi amigo, un hermano… Hace tiempo que lo conseguiste…

Ichijou abrió los ojos sorprendido. Kaito lo miraba con el ceño fruncido, pero el brillo en sus ojos y el ligero rubor en sus mejillas le demostraron que lo dicho era cierto. Eso lo desarmó por completo. Hecho que aprovecho Kaito quien giró con el vampiro y las posiciones quedaron invertidas.

-   Entonces, ¿Ahora debería hacerte pagar la escena que me has hecho? –. Le preguntó con una sonrisa de lado.

-   Kaito.

Volvieron a acerarse y en unos segundos el beso suave se tornó en uno más intenso. Sus lenguas danzaban de manera pasional. Ichijou lo abrazó por el cuello y pegó su cuerpo al del moreno. Kaito sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo. Con urgencia le quitó la cazadora al vampiro y comenzó a desabotonar su camisa. Y aunque el beso se interrumpió; se condujo por su barbilla y llegó hasta su cuello el cual comenzó a lamer y besar mientras le acariciaba el pecho. Ichijou también había retirado la gabardina del cazador y prácticamente rasgó su camisa para deshacerse de ella.

Kaito podía sentir el miembro de Ichijou al rozar sus caderas; el suyo también había despertado y la desesperación por tomar al vampiro se hizo más evidente.

-   Ahh… Ka… Kaito…

Ichijou se aferraba a él. Los besos del castaño no se comparaban a ninguno que hubiese sentido. Y sus caricias incendiaban su piel.

Kaito bajó las manos hasta su caderas y comenzó a deshacerse del estorboso pantalón. El rostro de Ichijou estaba totalmente ruborizado y su expresión reflejaba el claro placer que experimentaba.

Mientras continuaban besándose. En unos minutos ambos semidesnudos se encontraron en el piso. El vampiro sentado a horcajadas sobre el cazador. 

-   Te deseo tanto Kaito.

-   ¿Ah, sí? - . La voz del castaño sonó como un ronroneo. Eso ruborizó al vampiro de manera intensa.

-   Si… no sabes cuánto 

-   Entonces ven.

Kaito tomó de las caderas a Ichijou y de un sólo movimiento lo penetró.

-   Hugg…

Ichijou ahogó un grito y se aferró a los brazos de Kaito. Éste no aguardó mucho y comenzó un vaivén de movimientos salvajes. No podía dejar de mirar aquel rostro colmado de placer.  Y con eso aumentaba las estocadas.

Ichijou  que no pudo contenerse más, comenzó a jadear y gemir abiertamente. Kaito sólo podía escuchar esos hermosos sonidos. Él mismo no podía detenerse, aun sabiendo que era una locura.

A su mente acudió esa noche en aquella aldea. La primera vez que estuvieron juntos. Ichijou era muy apasionado y rápidamente lo arrastró a una vorágine de placer. Dejó razonar tal como ahora.

-   Ahh… aah… más… Kaito… ah…

Si, era una locura. Una locura. Él era un cazador… el otro era un vampiro y sin embargo esa diferencia en este momento se podía ir al diablo…

Se incorporó un poco para acercar su rostro al del vampiro y lo penetró con más fuerza y rapidez. No podía contenerse más. La mente se le puso en blanco y su vista se nubló. Una fuerte corriente eléctrica lo recorrió y ambos se liberaron.

Ichijou cayó exhausto sobre su pecho. Luego levantó el rostro y lo miró a los ojos.

-   Te amo… - le dijo y lo besó. Kaito correspondió a ese beso y lo abrazó.

¿Cómo habían llegado a esto?, era la constante pregunta que se hacía. Hacía años que conocía a Ichijou. Al principio era un vampiro más, subordinado de Kuran, alguien que no le interesaba en lo más mínimo. Sin embargo algo cambio después del ataque a la academia. Aún recordaba esa primera vez que Ichijou lo miró a los ojos.

Él peleaba rodeado de vampiros; eran tantos que en un descuido uno de ellos estuvo a punto de atacarlo por la espalda. Para cuando había reaccionado, el noble ya se había desecho de aquel vampiro y lo había salvado. El semblante de Ichijou en ese momento era muy diferente. Estaba inexpresivo y sus ojos poseían una mirada fría que parecía haber perdido su brillo por completo. Todo él emanaba un aura de peligrosidad y blandía al igual que él, una katana. <<¿Estas bien?>> le había preguntado y él sólo atinó a asentir; << Entonces sigamos deshaciéndonos de la basura>>. Una vez que le había dicho aquello, se alejó. Sin embargo él se lo quedó mirando un poco más. El vampiro blandía su katana magníficamente.

Después de ese incidente, los años comenzaron a pasar y se convirtió en el representante de Kuran; entonces sus encuentros fueron más continuos. Sin embargo, también conoció una parte del vampiro que lo exasperaba. Era demasiado amable y gentil. Pero también tenía un lado pervertido. Con el paso del tiempo Ichijou se volvió más confiado con él. Y en algún momento eso se convirtió en algo normal. Ahora aún se preguntaba en qué momento se había enamorado de él.

Si Yagari se enteraba de eso sin duda lo desollaría vivo. Él mismo ya pensaba en esto como una locura. Pero es que cuando sentía tan cerca al vampiro y cuando lo besaba, simplemente todo se iba al diablo.

Por eso había dudado en todo. Por eso lo había evadido después de la primera vez que estuvieron juntos. Recordarlo aún lo estremecía.

Mientras estuvo tras Saya Naoto fue emboscado y herido; y hubiese sido asesinado si un encapuchado no hubiese parecido para salvarlo. Era Takuma, quien lo llevó a un lugar seguro y curó sus heridas. Después, lo que siguió pasó así sin más. No sólo habían hecho el amor, sino que el vampiro había bebido de él y él lo permitió. De hecho lo había disfrutado enormemente.

-   Takuma… aún tengo un informe que entregar y comienzo a sentir frio -. Dijo de pronto el cazador a un vampiro que parecía estar muy cómodo sobre su pecho.

-   ¿Me estas echando? –. Dijo éste con un deje de fingido reproche en la voz.

-   Sólo digo que éste no es un buen lugar para dormir y que tengo que terminar antes mi trabajo.

Ichijou sonrió y se separó de él. Tomó su ropa y ante la atenta mirada de Kaito se vistió. El castaño también se incorporó y se abotonó la camisa y el pantalón, mientras escuchaba los grillos a su alrededor y al suave viento agitando las copas de los árboles. No había ningún otro sonido ajeno a estos; después de todo no había estudiantes humanos y la gran mayoría de los vampiros estaban en sus hogares.

 

<<<<<<<< ۞ >>>>>>>>

 

-   …Eso es todo.

-   Todo parece muy extraño.

-   En un principio creí que sólo eran sueños. Ahora sé que no es así. Desde que comencé a tenerlos, me sentí más débil; y después de beber la sangre de Kuran, el número de estos se incrementó; además de que comencé a sentir, cada vez que escuchó su voz, que si me ordena hacer algo, lo haría sin durar. Por eso fue que reforcé el sello de mi cuello. Pero ahora que no está. Esa debilidad es incluso mayor.

Zero se llevó una mano a la frente y suspiró.

Eso y la manera en que hace latir mi corazón y la atracción que siento hacia él.

-   Mmm… no sé que decirte –. Dijo Kaien reacomodándose las gafas sobre el puente de la nariz.

-   Por eso necesito saber qué relación hay entre ella y yo. Siento que es necesario para poder deshacerme de esas visiones y la sensación de inquietud que me ha invadido. Pero por más que he buscado información no encuentro nada.

-   Ni la encontraras.

-   ¿Qué?

-   Yo también he leído todos los registros y esos libros y no hay nada. Lo hice cuando me di cuenta de mi condición. Era el único cazador que no envejecía al mismo ritmo que el resto; y mi poder era mucho mayor. Tenía dudas  y quería saber quién era o qué era. Así que por eso te digo que no hallarás nada. Sólo hay un libro, uno muy antiguo. Relata con un poco más de detalle la leyenda que existe. Aquella que les conté a Ichiru y a ti cuando eran niños. En ella se describe el aspecto físico de aquella mujer. Pero no su nombre.

Zero sintió un hueco en el estómago.

“Nunca nadie supo su nombre, lo único que si supieron es que ella era uno de ellos. Claro, no cualquiera; ella era una sangre pura. Los libros antiguos la describen como una mujer muy bella y de presencia imponente, de hermoso cabello plateado y de preciosos ojos como joyas de amatista de mirada cálida…”

“¿Cómo mi hermano, Cross ojisan?”

“¿Eeeehh? ¿de qué hablas?... ¡Yo no soy una chica!”

“Uhmm… si Ichiru kun, tal como Zero kun”

¿Cómo es que lo había olvidado?

Me parezco a ella 

-   ¿Zero?

-   Si -. Dejó de lado ese pensamiento.

-   Sobre tu sello…

-   ¿Qué hay con él?

-   Creo que era éste quien te provocaba esa debilidad de la que hablas. Es un sello muy poderoso; debes saberlo ya. Por eso no creo que sea conveniente que vuelvas a activarlo.

-   ¿Estás seguro?

-   Si.

-   ¿Pero que hay con esa sensación hacia Kuran?

-   No creo que él te haga hacer algo contra tu voluntad.

-   Sigues confiando demasiado en él.

-   Creí que también lo hacías.

Zero no dijo nada. Sólo miró hacia el exterior a través de la ventana.

-   Kiryuu-kun, eh… quizá suene descabellado, pero… ¿Has pensado en la posibilidad de que puedas ser la reencarnación de esa mujer?...

-   ¿Qué? – Zero volvió de inmediato el rostro hacia él y lo miró claramente sorprendido. – Eso… eso es absurdo. Algo así no existe.

-   El que se diga eso no significa que no pueda ser. Para la mayoría de los humanos, lo mismo podría decirse de los vampiros. Pero ya ves; ellos sí que existen… Además, algunas de sus características físicas según esa leyenda coinciden contigo. Piel blanca, cabello plateado, ojos amatista y…

-   ¿Me estás diciendo que yo soy ella? No, eso no… yo nací siendo humano. Ella era una vampiro sangrepura… debe haber otra explicación.

-   Pero me has dicho que tienes visiones y sueños con ella, con Kaname-kun y con Liam-san. Incluso antes de beber la sangre de uno y de conocer al otro.

-  Sí, pero… eso… 

Zero se estremeció. De la nada la imagen de Kuran con aquella melancólica mirada acudió a su mente.

 

Por eso me mira así... porque la ve a ella en mí.

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo a todos.

Antes que nada quiero disculparme por la larga ausencia, pero entre trabajos finales, exámenes y mi empleo, no había tenido tiempo para escribir ni siquiera unas líneas. Tampoco había leído los reviews hasta hoy que subi el capítulo. Aunque no contesté ninguno, los agradezco enormemente, como también agradezco a quienes aún siguen esta historia.

Lo bueno es que ya estoy de vuelta; si no hay contratiempos, el siguiente capítulo estará en una semana, hasta entonces.

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Una disculpa a quienes ya leyeron el capítulo. En último momento decidí en compensación por el tiempo ausente, anexar lo siguiente:

Hay varios puntos en la historia que quizá hayan notado, igual dirán que no viene al caso, pero aún así quiero plasmarlos:

- Liam se alimenta de humanos. Kaname nunca. (Kaname si será mas débil, lo siento. Aunque...)

- Liam tiene un plan, ya lo dijo. Quiere a Zero, eliminar a Kaname, pero también quiere... (No se asusten, Kaname es el único que goza de inmunidad)

- Liam cree que Zero es Libelle renacida. Kaname no, sólo cree que por alguna razón Zero se le parece. Uno ama o tal vez está obsesionado con Libelle. El otro ama a Zero. (Creo que esto es claro)

- El ataúd, el ataúd... ¿Cuando lo pensará abrir Zero?... (¿Qué bueno o malo traerá?)

- Pasado y presente. ¿Quién es Zero? (papá Kaien ¿Qué opinas tu?)

- Lo más importante. ¿Alguien morirá? (Liam ya está más que muerto, sólo falta definir que clase de muerte tendrá)

Lo anterior les dará una pista de por donde ira la historia. Falta poco para el final. Un beso a todos.


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