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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO XLIII

Retorno

 

Parados cual sombras en la barandilla del puente, vieron como el tren bajo sus pies se alejaba a alta velocidad ocasionando que el viento arrastrando agitara sus capas.

Entonces, cuando se perdió en la oscuridad fue Zero el primero en dar la vuelta para marcharse.

-   Supongo que no se puede hacer nada. Tendremos que buscar otra manera de llegar a la ciudad sin ser descubiertos. Aunque… - Se detuvo y miró a su alrededor -  Si no me equivoco desde aquí estamos más cerca de la academia que de la sede.

¿La academia?

Kaname sintió un estremecimiento y sin moverse miró a Zero con cierta aprensión. Le había dicho que Liam no había logrado atravesar las defensas de la academia y que los estudiantes habían sido evacuados; incluso le había dicho que estaba seguro que el director y los demás estaban bien. Pero ... todo eso no era cierto, al menos no del todo. Los estudiantes si habían sido evacuados completamente un día después de iniciados los ataques; pero de acuerdo a lo dicho por Seiren, la academia había sido destruida y nadie sabía del paradero de Cross, del pupilo de Zero y de Ichijou.

-  ¿Kaname?

El sangre pura no reaccionó al llamado de Zero, quien extrañado regresó sobre sus pasos y se situó frente a él mirándolo con cierta inquietud. Kaname no se percató de eso; su corazón se había oprimido y una sensación de temor invadió su cuerpo al caer en la cuenta de su falta. Debió de haberle dicho la verdad a Zero desde un principio, lo sabía. Se suponía que no iban a existir más secretos entre ellos y justamente en este momento salía a relucir uno y de gran importancia.

Pero es que, si lo hubiese hecho, si le hubiese contado lo sucedido; conociéndolo habría vuelto sin importar que aún estuviera herido y débil. Por eso no le dijo la verdad. El joven necesitaba recuperarse antes… Y después, con todo lo que sucedió… No, no tenía justificación pero, se había olvidado de todo. Aún así, Zero no lo comprendería.

Desde que despertó todo se dio muy rápido. Primero su propia confesión y luego la aceptación del joven; y posteriormente sólo se había dedicado a amarlo y no reparó en nada más que no fueran ellos dos. De hecho, aunque pareciera increíble, sólo hasta este momento lo hacía en verdad.

-   Hey, Kaname ¿Me estás escuchando?, ¿Qué sucede?, vámonos.  

Zero...

El sangre pura lo miró a los ojos. Estaba seguro que Satoru, Cross  y quizá Ichijou estaban en manos de Liam, pero también estaba seguro que éste no los había lastimado. Liam los había estado rastreando. Zero le interesaba tanto o más que él; así que podía usarlos a ellos en su momento. Pero ¿Cómo se lo decía a Zero sin que se molestara?, era imposible. Sin duda el joven no le perdonaría que le ocultase eso. Ellos eran su familia y además él le había jurado que no le volvería a mentir.

-   ¿Qué rayos sucede?, ¿Por qué te quedas ahí parado sin decir nada?

-   Zero. La academia debe estar vigilada.

-   Lo sé. Quizá parezca extraño pero aún así siento que debo ir. Además, no entraremos por la puerta principal, conozco un pasadizo que lleva al  chalet en aquel jardín.

-   Zero, yo…

La frase de Kaname quedó inconclusa pues sucedió algo que alertó tanto sus sentidos como los de Zero.

Lo que vino después sucedió muy rápido que la mente del cazador no pudo procesar en sí que pasaba. Lo único que supo fue que Kaname se movió a gran velocidad hacía él y lo abrazó con fuerza contra su cuerpo mientras en un abrir y cerrar de ojos su posición cambiaba y se escuchaba una fuerte explosión.

Cuando Kaname lo liberó, pudo darse cuenta que la parte del puente donde segundos antes estuvieron parados, estaba destruida.

-    ¿Qué diablos?

Zero se estremeció y entonces levantó la vista. Estaban rodeados por varios encapuchados. ¿Cómo los habían encontrado tan rápido?

-   Nos alegra que finalmente haya decidido aparecer Kuran-sama y usted también, presidente de la asociación de cazadores – dijo una voz fría que hizo eco en la calle desierta.

Kaname no respondió pero se retiró la capucha y se mantuvo impasible mirando fríamente a los recién llegados. Zero también se retiró la capucha y observó al que parecía ser el líder. Su voz le resultaba conocida.

-   ¿Quién eres?

Fue Kaname quien se le adelantó a cuestionar, pero aquel encapuchado simplemente sonrió ante la pregunta e hizo caso omiso a responderla. A Zero eso no le extraño, querían proteger su identidad lo más posible, después de todo Kaname era un sangre pura y ellos, aunque trajeran capucha, sólo eran vampiros nobles; podía sentirlo.

-   En realidad no importa quién sea yo - dijo aquel - ni siquiera quienes sean ello, ¿no cree?

-   Sí, es cierto – Kaname sonrió de lado - Quizá lo que realmente debería haber preguntado es  ¿Por qué sólo ustedes han venido?, ¿no les parece que es una recepción algo pobre?

Zero observó al castaño y luego a su alrededor. Las voces reverberaban en las paredes y sabía que a ese paso los humanos no tardarían en darse cuenta.

-   Kaname, no podemos pelear aquí, hay muchos edificios habitados por humanos – le dijo en voz baja.

-   Lo se… - le respondió éste sin dejar de observar al encapuchado.

-   Tiene razón Kaname-sama – La voz de ese vampiro volvió a resonar y Zero se percató que algunas de las luces de los edificios comenzaban a encenderse – Sin embargo no sólo somos nosotros. Hay muchos más que vienen ya en camino. Nuestras órdenes eran vigilar las ciudades cercanas a la sede de la asociación en busca de ustedes y he aquí el lugar donde venimos a encontrarlos; y por lo que me he dado cuenta, al parecer el presidente ha comprendido perfectamente ya en qué situación se encuentran; así que por qué mejor no nos acompañan voluntariamente en vez de interrumpir la tranquilidad de este lugar.

-   Pues gracias por decírnoslo y por la invitación – Kaname sonrió un poco más - Pero lamentablemente debemos declinar.

Los ojos de Kaname brillaron en carmesí intenso. Zero lo miró sorprendido pero casi al instante también se puso en guardia y extrajo su pistola de entre su capa. 

-   No quiero que haya humanos heridos Kaname… - recalcó

-   No los habrá, te lo aseguro.

-   ¡Tengan cuidado con ellos; piensan defenderse! - gritó aquel vampiro al tiempo que hacía un movimiento con el brazo y entonces los otros comenzaron a moverse rápidamente de un lado a otro entre el piso, los muros y techos de los edificios para esquivar un posible ataque; al tiempo que también se preparaban para  lanzar sus propios  ataques.

Para Zero no era desconocido que los vampiros de clase noble eran capaces de dominar algunos elementos de la naturaleza y convertirlos en sus armas o usar telequinesis, levitación, desvanecimiento o transformación; y además no morían tan fácil ante un ataque de un sangre pura como los nivel E que sólo lo hacían con un simple despliegue de energía o los de clase normal que podían hacer frente a un noble pero no a un sangre pura. Y en ésta ocasión para su mala suerte todos los que los rodeaban eran nobles. Quizá si su número fuera menor podrían hacerles frente rápido, sin ningún problema y sin causar estragos, pero eran muchos e iban apareciendo más.

Sin pensarlo más y maldiciendo internamente, sus ojos también se volvieron carmesí y la Bloody Rose comenzó a despertar poco a poco. Sin embargo, antes de que lo hiciera por completo ocurrió nuevamente algo inesperado. Cuando varios de los primeros ataques estaban por alcanzarlos, sintió un fuerte tirón y entonces todo se volvió oscuro a la vez que sentía que sus pulmones se quedaban sin aire y su cuerpo se volvía muy ligero. 

Lo último que escuchó fueron las maldiciones lanzadas por aquellos vampiros.

 

 

Cuando sus pies tocaron nuevamente el piso, tomó una gran bocanada de aire y de inmediato comenzó a toser fuertemente. Sus piernas temblaban pero Kaname lo abrazaba contra su cuerpo e internamente lo agradeció, pues de no haber sido así estaba seguro estaría de rodillas ante él.

Volvió a toser con fuerza y esta vez fue él quien se aferró a los brazos del vampiro. ¿Qué diablos había pasado?. Kaname sólo acarició con ternura su cabeza.

-   ¿Te encuentras bien? – le preguntó con preocupación. Zero lo miró entre asustado y desconcertado.

-   ¿Qué sucedió?

-   Nos desvanecimos de ese lugar.

-   ¿A qué te refieres? – Volvió a tomar aire mientras sentía una sensación de nausea en la boca del estómago – No, espera, si los sé… - dijo - sólo que jamás imaginé que fuera tan desagradable. ¿Por qué no me avisaste?

-   Lo siento, quería que creyeran que los enfrentaríamos.

-   Grandioso – dijo Zero con ironía al tiempo que comenzaba a alejarse de él para poder sentarse un momento en el suelo y recuperarse; entonces se dio cuenta que las ramas plateadas de su arma estaban rodeando al sangre pura. Asustado soltó el arma, la cual cayó sobre la tierra con un ruido sordo y las ramas se desvanecieron.

-   Yo… lo siento… no quise… - dijo acercándose de nuevo a él.

-   Estoy bien…

-   ¿Seguro?…

-  Uh hum. No me hicieron daño, sólo se aferraron a mí. Mira - Levantó un poco los brazos - Parece ser que a la Bloody Rose también le gusto - dijo con una sonrisa.

Zero lo observó de arriba abajo, efectivamente, esas ramas no lo habían dañado; así que lanzó un suspiro de alivio y finalmente se dejó caer en el suelo.

-   Hmmp… en primera ella no hubiera actuado así si me hubieses avisado lo que pensabas hacer.

-   No estés molesto. Mejor dime, ¿todavía te sientes mal?

-   Ya está pasando. Pero no es algo que quiera volver a experimentar.

-   Lo he hecho antes contigo, pero estabas inconsciente. Aun así puedo enseñarte a manejarlo. Una vez que lo haces no percibes el cambio en la materia de tu cuerpo. No tiene gran ciencia, sólo es cuestión de concentración y de acostumbrarse.

-   Como sea, en una capacidad que tienen los sangre pura; yo no lo soy, por lo tanto no podría llevarlo a cabo y además, no me interesa aprender a tolerarla.

-   Hmmp… ¡Qué terco!,  está bien, como tú quieras.

Kaname sonrió y entonces mientras Zero terminaba de reponerse sentado sobre el pasto, observó a su alrededor. Al instante su expresión se ensombreció y su mirada reflejó temor. Le lanzó una rápida mirada de soslayo al cazador y tragó un poco de saliva. ¿Por qué estaban allí?, se suponía que se trasladarían al parque cerca de la asociación, ¿Qué estaban haciendo en los terrenos de la academia?, ¿Acaso Zero?... no, eso era imposible…

-   ¿Qué sucede? – la repentina voz del joven lo estremeció al tiempo que escuchaba como comenzaba a ponerse en pie. Entonces se giró de golpe hacia él, pero era tarde.

-   Reconozco éste lugar – dijo Zero echando un vistazo a su alrededor – Si, estamos en el bosque dentro de los terrenos de la academia

-   Zero…

-   Vamos Kaname.

-   Espera… - Antes de que siquiera pudiese detenerlo, el joven echó a correr  entre los árboles en dirección a los edificios.

Kaname se quedó paralizado en su sitio y su corazón comenzó a latir a prisa retumbando en sus oídos. Sin embargo, cuando perdió de vista al cazador algo en su interior pareció encenderse y de inmediato se lanzó tras él y aunque no tardó más que unos segundos en darle alcance, no llegó a tiempo.

Zero ahora se encontraba parado en el linde con una expresión indescifrable en el rostro y con la mirada fija en los edificios. El también dirigió su vista hacia allá y sintió una terrible sacudida en el pecho. Las torres de la academia estaban derrumbadas en su mayoría y muchos muros perforados. Había arboles destrozados o quemados y cráteres en el piso y rocas esparcidas por doquier. Seiren no había mentido, la academia estaba destruida. Aunque si era sincero, jamás creyó que lo estuviera a tal punto. Volvió a mirar al cazador.

-   Ze…Zero…

Kaname quiso tocarlo pero no se atrevió, en cuanto al joven, éste lo ignoró y luego, primero con paso titubeante y luego más aprisa hasta que comenzó a correr de nuevo, avanzó por la explanada exterior hasta llegar al frente del edificio principal y luego subió la pequeña escalinata destrozada y se abrió paso entre las rocas derrumbadas que bloqueaban el paso del corredor hasta finalmente llegar al patio interno.

Kaname lo siguió de cerca y tal y como el joven; al ingresar pudo ver la devastación. Las bancas de descanso, la fuente y las jardineras estaban completamente destrozadas. Había cristales esparcidos por el piso, los adoquines estaban botados o fracturados, los pilares de los corredores estaban colapsados y varios muros también estaban derrumbados.

Kaname vio como los hombros de Zero comenzaban a temblar y como apretaba los puños con fuerza, quiso decir algo pero el joven se le adelantó al girarse furioso hacia él.

-   ¡Me mentiste! - le gritó - ¡Dijiste que no habían podido penetrar las defensas!

-   Zero, yo… perdóname…

-   ¡¿Cómo puedes pedir algo como eso?! ¡dijiste que no habría más secretos!

-   Sé que no tengo justificación, pero tenías muchos días inconsciente y estabas herido y débil. Yo estaba igual y sabía que si te lo decía no podría detenerte. Regresarías sin importar que y te pondrías en peligro.

-   ¡Por supuesto que lo haría!...

-   Pero no podia dejarte hacerlo.

-   ¡No era tu decisión!...

- Zero...

- También me mentiste en lo demás ¿cierto?!... ¡¿Qué pasó con mi padre, con Satoru y los estudiantes?! ¡¿Qué pasó con la sede?!… ¡Dímelo!

Kaname miró a Zero a los ojos. Estos refulgían como llamas. Estaba muy enojado y verlo así le dolía.

-   La sede continúa resistiendo, Isaya-san se encuentra apoyándolos y los estudiantes, ellos fueron evacuados completamente al segundo día del ataque, ninguno sufrió alguna herida considerable y al parecer ahora se encuentran resguardados en casas de seguridad… en cuanto al director y tu ahijado… - Se detuvo nuevamente. Sus hombros estaban tensos y su mirada destilaba un brillo de culpabilidad que irritó más al cazador.

-   ¡Habla ya!

-    Lo siento Zero –. El joven sintió un fuerte dolor en el pecho y su corazón pareció detenerse por un instante.

-   ¿Qué pasó? – dijo con un hilo de voz.

-    Ellos e Ichijou… están en poder de Liam…

Los ojos de Zero se abrieron reflejando incredulidad y se llevó una mano al pecho y la cerró en puño. Kaname quiso acercarse nuevamente a él pero casi de inmediato la expresión de Zero cambió; su mirada se tornó afilada y apretó con fuerza los dientes. Levantó entonces el puño dispuesto a golpear a Kaname y el vampiro sólo pudo cerrar los ojos y ladear el rostro dispuesto a recibirlo.

Sin embargo ese golpe no llegó y al abrir los ojos y mirar a Zero de nuevo, éste tenía el rostro inclinado con el pelo cubriendo sus ojos y su brazo se había quedado suspendido en el aire y temblaba.

Zero no había podido golpearlo. Quería hacerlo pero no pudo. Apenas levantó su brazo dispuesto a ello, algo en su interior le gritó que no lo hiciera, que Kaname sólo quería protegerlo y eso fue suficiente para aclarar su mente e impedírselo. ¿Hasta éste punto llegaba su vínculo ahora? 

-   Zero…

-   Tenemos que rescatarlos – Su voz sonó apagada. La furia de hacía un momento se había ido y si ahora temblaba era por la frustración y desesperación – Por favor Kaname, tenemos que rescatarlos.

El sangre pura lo miró con calidez y dio un paso más hacia él pero fue Zero quien salvó el resto de la distancia. Se aferró a su capa y apoyó su frente en el hombro del vampiro.

-   Por favor…

Kaname sin más lo estrechó con fuerza entre sus brazos.

-   Te juro que haré todo lo que sea necesario para recuperarlos…

-   ¿Y si ellos…

-   No, estoy seguro que no le ha hecho nada. Te quiere también a ti y sabe que ellos te importan, no los lastimará…

-   Pero ¿E Ichijou?

-   …

Kaname guardó silencio. El noble era su amigo, pese a todo lo era y claro que le preocupaba, pero no podía perder la cabeza y confiaba en que también estuviera bien. Aun podía sentirlo.

-   Los rescataremos Zero. Te lo prometo. Por favor confía en mí.

-   Lo hago…

-   Por favor perdóname por haberte mentido. No puedo evitar ser egoísta, yo sólo quería protegerte… tú eres lo más importante para mi… yo…

-  Lo sé…

Kaname buscó entonces sus labios y depositó un suave beso que Zero correspondió. Sin embargo éste fue interrumpido ya que el sangrepura pudo percibir las múltiples presencias que se acercaban.

-   Tenemos que llegar a la sede… Liam y sus aliados ya saben que regresamos.

-   Sí, tienes razón.

Zero había recuperado de nuevo su temple  y su mirada reflejó decisión.

-   Lamento que vuelvas a pasar por esto, pero están cerca.

-   Uhm… supongo que no hay opción.

-   Sólo inhala profundamente, contén la respiración y no pienses en nada, sólo déjate llevar…

Kaname lo abrazó y en un parpadeo ambos cuerpos se convirtieron en decenas de murciélagos.

 

[…..]

 

Liam parado frente a la barandilla de la terraza observaba el movimiento de las luces en el campamento. Sin duda tanto las tropas de Abya como las de Arezu se estaban instalando y en cualquier momento tendría a esos dos en su presencia.

Llevaba puesta una larga gabardina negra y su pelo estaba recogido en una coleta; y el viento que soplaba y golpeaba contra el los hacia mecer.

-   ¿Así que han aparecido? – su fría voz resonó suavemente en la oscuridad. 

-  Si amo, – Shion que se había retirado la capucha lo observaba inexpresivamente mientras hablaba. – Sin embargo no pudieron detenerlos. Kuran Kaname se desvaneció llevándoselo consigo. Envié un grupo para que mantenga vigilada la academia por si aparecieran allá.

-   Querrás decir, los restos de la academia.

-   Si, por supuesto.

Liam se giró hacia él y al igual que su voz, su mirada también era fría.

-   ¿Cómo se encontraba Zero? – preguntó sin titubeos.

-   Parecía ileso pero, al elevar su aura para pelear la pude percibir un poco diferente a como solía ser antes.

Laim frunció el ceño y al instante un jarrón que estaba cerca estalló en pedazos. Shion permaneció imperturbable ante eso, esperaba una reacción similar. Todo aquello tenía sólo un par de horas de haber sucedido y gracias a su otra parte podía estar en ambos lugares a la vez e informar así al sangre pura casi de inmediato, pero para éste eso no importaba; lo único que le interesaba en si, era saber del cazador.

-   Bien, que el resto se mantenga alerta. El ataque se llevará a cabo como está planeado. Quiero que la sede caiga esta noche sin importar que. ¿Me escuchaste?

-   Así será. Sin embargo Kiryuu Zero, él…

-   Si, lo sé. Zero jamás vendrá aquí voluntariamente y con Kaname ayudándolos, para Erik no será fácil hacer caer la sede.

-   Liam-sama, ¿usted se unirá…

-   No… esperaré a Zero aquí acompañado de nuestros invitados.

-   Pero usted  a dicho que…

-   Hmmp – Liam le sonrió y Shion guardó silencio -  Necesito que encuentres una oportunidad y le hagas llegar un mensaje…

 

[….]

 

En medio de la oscuridad docenas de murciélagos se aglutinaron revoloteando en un mismo punto y en un par de segundos se fusionaron y entonces Kaname se materializó con Zero abrazado a él.

Al instante Zero se alejó y de nueva cuenta volvió toser a consecuencia de la falta de aire que había sufrido.

-   Lo siento… traté de apresurarme para que fuera menos molesto.

-   Esta… bien. – inhaló profundamente e intentó tranquilizarse.

Mientras aguardaba a que Zero se recuperara, Kaname verificó donde se encontraban y le tranquilizó darse cuenta que habían llegado donde planeó; una de las torres de una catedral que conocía. Observó hacia abajo, el atrio de ésta se encontraba a oscuras; las lámparas de jardín estaban apagadas. De hecho no parecía haber luz eléctrica alrededor. Miró el cielo, no había luna pero calculando pasaba de medianoche.

Tampoco se veía un alma por los alrededores; aunque eso era lógico. Dada la situación actual probablemente la mayoría de los habitantes se habían marchado o estaban resguardados. Aun así empezó a concentrarse para detectar si había presencias de vampiros cerca, sin embargo…

-   ¿Qué es eso? – la voz de Zero atrajo su atención.

-   ¿Qué? – se giró y miró al joven. Éste veía hacia un punto en específico y el dirigió su vista hacia allá también. A lo lejos, por encima de los edificios se vislumbraba una luz anaranjada que sobresalía por encima de los techos de los edificios, similar a los rayos que el sol lanza como último suspiro tras haberse ocultado. Al instante supo de qué se trataba pero fue Zero quien lo externó en voz alta.

-   Es fuego…– dijo, al tiempo que su rostro mutaba en una expresión de angustia – Kaname, están atacando la sede –. Sin más salió corriendo por el techo en dirección a ese lugar. 

-   Espera Zero… - Gritó Kaname pero el cazador no se detuvo por lo que salió corriendo tras él también.

Saltaron de la torre de la catedral hacia el edificio contiguo y así comenzaron a desplazarse por los tejados. No sólo eran los alrededores de la catedral, varios puntos de la ciudad estaban sin luz o destruidos. Incluso, entre más avanzaban el aroma a humo arrastrado por el viento se hacía más intenso.

Kaname aparte de tener su vista en el joven, con ayuda de su percepción vigilaba que no hubiera otros vampiros cerca. Si por él fuera nuevamente tomaría a Zero para transportarse hasta la sede, pero siempre tenían que pasar unos minutos para recuperase por completo una vez trasmutaba, así que por ahora sólo podía seguir tras él. Aun así le tranquilizó de cierta manera que Zero también estuviera alerta, ya que aunque corría delante de él lo hacía con precaución y observaba en todas direcciones antes de saltar a otro edifico.

A lo lejos se podían ver las torres de la sede y sabía que al igual que él, Zero se sentía esperanzado al verlas erguidas todavía. Sin embargo, eso no ayudaba a que la sensación de preocupación se desvaneciera y menos al ver las zonas destruidas a su paso; como también que mientras más se acercaban al lugar, la luz producida por el fuego se hacía más intensa, el sonido de estallidos resonaba y hacía vibrar el piso bajo sus pies; y la presencia de vampiros se volvía abrumadora.

Cuando finalmente vieron de cerca y claramente parte de la cara frontal del edificio; constataron que efectivamente se estaba desarrollando una feroz batalla. Los gritos  de lucha eran más claros y el olor a sangre y humo atosigante. Pero Zero no se detuvo, al contrario, aceleró más su carrera.

De pronto Kaname percibió más presencias de vampiros y volvió la vista atrás. Se estaban acercando, ¿eran el segundo frente de ataque?

-   Zero… - llamó al cazador para avisarle pero éste ya se había alejado varios metros por delante y  no lo escuchaba.

Se detuvo y volvió a mirar a atrás para calcular la distancia a la que se encontraban aquellos y una vez lo hizo volvió la vista al frente sólo para encontrarse a lo lejos con un Zero parado en la orilla de un alto edificio. El viento agitaba su capa y una luz dorada lo iluminaba de frente y arrancaba destellos cobrizos a su pelo.

Preocupado se puso nuevamente en marcha y cuando  llegó hasta él pudo constatar el motivo por el que se había detenido. Las construcciones que rodeaban la sede varios metros a la redonda estaban en llamas y destruidas. Cientos de vampiros arremetían contra el edificio de la sede que con cada ataque parecía retumbar y despedir un poco de la presencia de Yuuki.

Desde las torres, muros, corredores y almenas, decenas de cazadores disparaban sus armas o contenían a los vampiros que se acercaban. En la explanada externa que rodeaba a la sede, una lucha aún más encarnizada se llevaba a cabo. Un número de cazadores visiblemente inferior al de los vampiros también peleaban con furia.

Zero permanecía inmóvil, ni siquiera reaccionó cuando él llegó a su lado. Pero la expresión de su rostro y su mirada le resultaron difíciles de descifrar. ¿Era horror?, ¿sorpresa? ¿Coraje?... no… no era nada de eso… ¿Acaso era decepción?

Kaname volvió a mirar al frente. Ver esa imagen de enfrentamiento le recordó aquel  pasado lejano e hizo que la furia se encendiera dentro de él. Libelle se había sacrificado por lo humanos, Yuuki lo hizo después también, y Zero, su Zero estaba luchado por lograr la coexistencia; y ahora estos miserables pretendían destruir todo.

Apretó los puños con fuerza y fue entonces cuando detectó una presencia singular en medio de todos esos nobles, normales y nivel E. Una figura pequeña que parecía disfrutar de la vista. Era Touma Erik.  Si estaba allí eso quería decir que el siguiente frente que se acercaba estaba probablemente dirigido por otro sangre pura… o… quizá este maldito chiquillo sólo quería disfrutar en primera fila. Bien, pues le haría disfrutar. Al parecer la lección que le dio hace años se le había olvidado.

Sus ojos se volvieron carmesí y comenzó a desplegar su energía, eso pareció causar una reacción en los vampiros porque comenzaron a inquietarse y a buscar de dónde provenía su presencia.

De pronto Zero también comenzó a elevar su aura y retiró el seguro de su pistola y antes de que Kaname pudiera hacer o decir algo saltó al piso y al instante comenzó a disparar contra los vampiros que tenía enfrente.

En cuanto a Touma, éste no sólo detectó su presencia sino que también siguió cada uno de los movimientos de Zero. Kaname pudo ver como se preparaba para ir por él. ¿Así que ese era su objetivo?, ¿Por eso estaba en primera fila?, Liam de seguro le ordenó capturarlo y que mejor lugar para esperarlos que éste.

Touma se movió a una gran velocidad pero antes de que llegara a Zero Kaname con un rápido movimiento se interpuso en su camino sujetándolo del cuello y con el impulso, lo arrastró hasta el centro de la explanada donde el chiquillo apoyándose de sus piernas logró zafarse y poner distancia.

Cuando finalmente todos los vampiros se percataron de su presencia y posición, parecieron sobrexcitarse con su presencia, en especial los nivel E, y al instante muchos de ellos cambiaron su objetivo de la sede a él. No le importó, lo único que lo hacía era Zero; así que lo miró de soslayo y por un segundo sus miradas se cruzaron antes de que el cazador  que le había sonreído en señal de confianza, se diera la vuelta para eliminar a un par de nivel E que se le acercaban por la espalda. Zero se estaba defendiendo bien y aún no despertaba a la Bloody Rose, eso lo tranquilizó. Aunque evitó perderlo de vista mientras se concentraba en los vampiros que ahora lo rodeaban.

Touma que se sujetaba el cuello, de inmediato se recompuso y lo miró con sus fríos ojos aguamarina. Una docena de nobles se acercaron y se situaron tras su pequeña figura. Kaname permaneció inmutable.

-   Ya nos hemos enfrentado antes y sabes como ha resultado, así que te lo diré de manera amable Erik… márchate de este lugar y llévate a todos ellos contigo.

-   Hmmmp… ¿Y desperdiciar la oportunidad de ver caer la sede junto con ese maldito metal?, no lo creo... Ustedes – se dirigió a los nobles que estaban tras él - capturen a ese cazador, yo me encargaré de Kuran Kaname. Procuren no lastimarlo demasiado, a Liam-san no le gustaría.

Los nobles desaparecieron en un parpadeo y Kaname que se movió rápido pudo detener a dos de ellos y eliminarlos, pero el resto quedó fuera de su alcance. Cuando quiso ir tras ellos, Touma se interpuso y lanzando un ataque físico, lo arrojó lejos varios metros.

-   ¿Qué sucede Kaname-sama?, ¿tan importante es un simple ex humano para usted?

Kaname no respondió pero se puso en guardia. Lanzó una mirada rápida hacia Zero. Seguía defendiéndose y parecía tener el control; eso lo calmó pero Touma aprovechó su descuido para lanzar un nuevo ataque.

-   ¡La regla es no distraerse! – Le gritó en tono burlón al tiempo que impactaba contra él una gran bola de fuego verde formada en sus manos. Más Kaname que fue más rápido logró contenerla con una barrera de energía.

-   Hmmp… pareces muy confiado niño.

Kaname aumentó su energía y arrojó al rubio lejos, pero éste no se detuvo y volvió a arrojar más ataques que él lograba contener. Aquellos vampiros cuya presencia había sentido antes estaban más cerca y Touma lo sabía también por eso parecía confiado.

Se alejó un poco e hizo aparecer la guadaña negra a base de su sangre. De igual manera Touma hizo aparecer un arco y lanzó una flecha hecha de lo mismo contra él, quien la esquivó.

El rubio era rápido y parecía haber adquirido un poco más de poder. Continuó lanzando flechas; una de ellas logró herir el hombro de Kaname, aunque apenas fue un roce. El castaño también logró herirlo en el costado y una pierna.

 

Así continuaron atacándose uno al otro hasta que Kaname sintió una opresión en el pecho que le causó dolor y le hizo inmediatamente buscar a Zero con la mirada. Cuando dio con él su corazón se detuvo por un instante. El joven ligeramente inclinado apoyaba una mano sobre su costado izquierdo mientras poco a poco una mancha roja comenzaba a esparcirse entre sus dedos.

Sangre, le gritó su mente. Entonces se olvidó de Touma y le dio la espalda para dirigirse a auxiliar al joven, pero el rubio aprovechó su descuido y lanzó un nuevo ataque que dio de lleno contra él dejándolo un poco aturdido.

Kaname furioso se volvió para responder su ataque pero ya lo tenía cerca y sin detenerse un segundo, el rubio le propinó una fuerte patada y el impulso lo arrojó lejos varios metros. 

En el piso, aturdido observó la sonrisa en los labios del otro sangre pura pero  inmediatamente volvió a buscar a Zero con la mirada mientras comenzaba a incorporarse. Sin embargo Touma no estaba dispuesto a dejarlo ir. En un veloz movimiento cayó sobre él inmovilizándolo con ayuda de su sangre en forma de sogas y dirigió su brazo en forma de cuchilla contra su pecho.

Lo que vino después sucedió en una fracción de segundo. Una sombra apareció tras Touma y éste al darse cuenta, con un ligero atisbo de sorpresa en el rostro por no haberlo percibido, se detuvo a unos centímetros de atravesar el pecho de Kaname.

Aquel que había aparecido era Zero, quien sorprendiendo incluso al castaño por su velocidad, estaba allí apuntando al rubio en la cabeza con la Bloody Rose; la cual poco a poco iba despertando fundiéndose en su brazo derecho y sus ramas afiladas comenzaban a brotar y a rodear al rubio de cerca cual lanzas y se iban extendiendo también más allá de ellos para evitar que otros se les acercaran.

Desde la posición en que se encontraba, para Kaname ver a Zero así le provocó una extraña sensación de sobrecogimiento. El joven parecía diferente y lucía más imponente que de costumbre. Incluso  el poder que emanaba era más elevado a lo que recordaba.

-   Así que el perro ha saltado y muestra sus colmillos porque su amo fue lastimado y viene a su rescate – Dijo de pronto Touma que no pareció inmutarse mucho porque le estuviesen apuntando; aunque Kaname pudo percibir cautela en su mirada.

-   Hmmp, ¿Perro has dicho?... Yo sólo he actuado como cualquier vampiro lo haría cuando tocan lo que es suyo

La voz de Zero sonó como un siseo, su expresión era fría, sus colmillos estaban totalmente extendidos y sobre todo, sus ojos que brillaban en un intenso carmesí emanaban desprecio hacia el sangre pura rubio.

-   Ja ja ja ja… -Toma rio de manera infantil - ¿Intentas decirme que Kuran Kaname es tuyo? – Zero no modificó su expresión.

-   Sí, lo es y tú te has atrevido a lastimarlo.

-   ¿Y qué harás al respecto?, ¿Dispararme? – dijo el rubio de manera burlona.

-   Aléjate de él – Ordenó Zero.

-   Soy más rápido que tú, cazador. Puedo atravesar su corazón antes de que tu ataque me toque.

-   ¿Ah sí?... yo en cambio pienso que sólo eres un niño miedoso que no puede siquiera moverse.

Touma miró de reojo a Zero y luego, confiado sonrió e hizo ademán de llevar a cabo lo dicho; sin embargo cuando se disponía a hacerlo algo pareció detenerlo. Una fuerza invisible que lo hizo abrir los ojos con sorpresa. Entonces intentó incorporarse y no pudo, luego intentó mover el brazo con que atacaría a Kaname, pero tampoco pudo. Miró entonces hacia arriba y a los lados y observó las ramas parecidas a rosales con espinas y terminación en lanza que lo rodeaban. Al comprender lo qué sucedía, su adorable rostro infantil se deformó en uno de furia.

-    ¡Tuuuu! – gritó; pero antes de que siquiera hiciera un movimiento o dijera algo mas. Zero con total frialdad y sin titubear un poco, disparó.

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

Hola a todos. ¿Qué tal el nuevo capítulo?. Va uno y faltan tres sangrepura ¿No?. Espero les haya gustado y también espero volver a retomar el ritmo con que estaba publicando. Les doy las gracias de antemano por leer y sobre todo a aquellos que me regalan un review. Nos leemos en un par de semanitas.

 

 


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