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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XLV

Mensaje

 

 

No se topó con Kaname mientras estuvo revisando los pilares de base ni al subir a las torres. Su mente le decía que quizá se encontraba reunido con sus nobles, pero aun así era un poco exasperante esa necesidad por verlo y tenerlo cerca que estaba experimentando. No es que le desagradara, pero su mente le decía que no era momento para sentir eso.

Continuó subiendo por las escaleras en forma de caracol, mientras miraba el exterior a través de las ventanas a su paso. Lo negro del cielo comenzaba a volverse azul marino evidenciando que estaba por amanecer. 

Los altos edificios que antes acompañaban en magnificencia a la sede, ahora se encontraban derrumbados dando muestra del daño causado por los ataques recientes. Y como hacia un rato, nuevamente pudo observar algunos cuervos, que gracias a la luz proveniente de la asociación, se paseaban tranquilamente entre los escombros. No pudo evitar fruncir el ceño al mirarlos; el comportamiento de esas criaturas siempre le había parecido desconcertante.

La sede en si, era un edificio enorme de estilo gótico conformado por grandes contrafuertes. Una serie de torres con terminación en punta con cruces de metal. Almenas con algunas estatuas alusivas a gárgolas. Y altas ventanas en arco ojival y rosetones. Atractiva y sobre todo magnifica desde el punto de vista arquitectónico.  Sin duda, que se mantuviera en pie era realmente un milagro.

Continuó subiendo. Sus pasos resonaban contra las paredes y las lámparas proyectaban su sombra contra las paredes.

La torre en la que ahora se encontraba, era la más alta de todas y por tanto la principal; y era punto clave donde había que reforzar y reactivar los hechizos de protección para que se propagaran hacia el resto del edificio.

Una vez estuvo en lo alto, salió al exterior por una pequeña puerta y trepó hacia el chapitel. Desde allí el frio viento golpeó con algo de fuerza contra él y lo ensordeció ligeramente con su mormullo. Se retiró entonces el pelo que azotaba contra su rostro y miró a su alrededor.

Desde esa altura todo parecía estar en una total calma, que incluso parecía que nada había sucedido. La luz proveniente de algunas zonas se extendía y por efecto óptico creaba una sábana dorada que disimulaba los lugares destruidos.

Lanzó un pesado suspiro y volvió a lo suyo. Aunque no lo pareciera, todo los sucedido era real, absolutamente todo.  Se inclinó y colocó la palma de la mano sobre el piso.

-  Permit - Susurró con firmeza y su mano comenzó a irradiar una luz dorada. Y como si ésta fuese tinta, totalmente concentrado empezó a trazar lentamente runas alrededor del chapitel.

 

Estaba por terminar cuando de pronto algo atrajo su atención y le hizo levantar al instante la vista al cielo.

Sobre él, a algunos metros de altura, volaba un cuervo negro. Al verlo, instantáneamente por instinto se incorporó y se  llevó una mano al pecho y extrajo la bloody rose retirándole el seguro.

Sin embargo aquel cuervo no hizo más que volar en círculos un par de segundos y luego sin más se desvaneció. Pero al desaparecer, dejó caer un objeto blanco que él reconoció de inmediato como un sobre.

Dicho sobre cayó un par de metros más abajó de donde se encontraba parado. Él apenas y lo miró y no dejó de estar en guardia observando el cielo por si se trataba de algún ataque. Lo cual no sucedió, ni tampoco hubo más cuervos. Bajó entonces la vista y observó detenidamente el sobre a sus pies. Tenía el emblema de Eyre grabado en el sello de lacre.

Inquieto, miró nuevamente a su alrededor, pero parecía estar solo. Así que se deslizó descendiendo por el chapitel y se inclinó y lo tomó. Al romper el sello extrajo una pequeña nota escrita con letra cursiva pulcra y elegante.

 

Mi querido Zero.

Me alegra saber que te encuentras de vuelta. ¿Sabes?, dado que nuestra última cita fue desagradablemente interrumpida de manera estrepitosa, me complacería aceptaras cenar conmigo y poder conversar con calma ésta vez. En especial tengo algunos invitados que disfrutan de mi hospitalidad a los que también les encantaría mucho verte antes de marcharse.

Sé que no es necesario decirte donde puedes encontrarme, ni en que condiciones, ¿cierto?. Así que estaré esperando por ti.

 Con devoción,

  Eyre Liam.

 

Al terminar de leer dicho mensaje, frunció el ceño y estrujó con fuerza el papel.

-   Tsk…

Una opresión en el pecho de angustia, seguida luego de una sensación de ira, lo invadió. Ese maldito parecía estar acostumbrado a disfrazar sus verdaderas intenciones tras palabras amables. Y tal y como Kaname dijo, sabía que habían vuelto y prácticamente le enviaba una invitación irrechazable. 

Volvió a mirar a su alrededor. Más abajo algunos de los cazadores y vampiros iban y venían  por las almenas o hacían guardia en la cima de las torres o de los contrafuertes. Nadie parecía haberse percatado de lo sucedido. Guardó entonces dicha nota en su gabardina y nuevamente subió a la cima y trazó las últimas runas.

-   Active praesidium – ­dijo al terminar.

Entonces las runas desprendieron un haz de luz y se conectaron entre sí y luego a la aguja de metal madre de que estaba hecha la punta de la torre. Una vez formado un círculo de luz dorada, éste fue creciendo y descendiendo; propagándose por todo el edificio como si de una luz de escáner se tratase.

En cuanto dicha energía tocó el piso, Zero pudo sentir como el edificio vibró y la presencia de Yuuki volvió a intensificarse. Pero no sólo la de ella, algo de Kaname también estaba allí. Instintivamente tragó un poco de saliva y luego sin más, descendió de ese lugar.

 

[……]

 

Dentro de aquella estancia se encontraban reunidos varios vampiros, la mayoría nobles. Kaname e Isaya también estaban allí.

Sobre la mesa se encontraba un mapa con varios sitios marcados.

-   Ese es el lugar, Kaname-sama - dijo una vampiro señalando un punto en el mapa.

-   ¿Estás segura? - Kaname la observó. Aquella mujer morena de cabello negro ondulado, había servido con anterioridad a la familia Hanadagi, después había caído en poder de Shirabuki Sara quien le utilizó a su antojo, pero fue rescatada por Zero y  ahora trabajaba para Isaya Shoutou.

-   Si – respondió ella con firmeza – yo misma pude constatarlo al infiltrarme. Las tropas de Arezu y Abya se encontraban en camino pero en el valle ya había un asentamiento muy grande de vampiros.

-   Kaname-sama. ¿Qué debemos hacer ahora? – dijo Ruka. Kaname la miró y luego volvió a observar detenidamente el mapa.

-   Ese valle se encuentra rodeado por altas montañas, sólo una garganta sirve de paso libre para un tránsito sin problemas y ellos se reunirán allí. Si pudiéramos llegar y rodearlos sin que se hayan puesto de nuevo en marcha, podrimos reducir su número considerablemente.

-   Sin embargo ellos podrían sentirnos, en especial los sangre pura – intervino un noble.

-   Lo sé. Al sentir nuestra presencia se prepararían para recibirnos. Pero no podemos darnos el lujo de dejarlos dispersarse. Si ellos salen de ese lugar, detenerlos se hará más complicado. Necesitamos por tanto un gran ejército, tan grande como para hacerles frente y que aunque puedan sentirnos, podamos bloquearles el paso.

-   Kaname-sama. Los mensajes que nos pidió transmitir han sido respondidos favorablemente. Los nobles esperan sus órdenes.

-   Gracias, Seiren – dijo mientras continuaba mirando el mapa.

Aun así no creo que seamos suficientes. Pensó.

Isaya lo miró detenidamente y luego al mapa.

-   Entonces es necesario coordinarnos con Kiryuu-san – intervino con calma desde su silla – los cazadores hasta ahora han hecho un excelente trabajo y serán aliados valiosos.

-   Sí, los cazadores lo han hecho bien, pero este problema es principalmente responsabilidad de vampiros. No podemos arriesgarlos hasta tal punto.

-   Sé que no es necesario que se lo repita, pero sabe que cuenta con migo y con todos los vampiros bajo mi mando. Sin embargo, me temo que tampoco podremos solos; después de todo el presidente  mismo  lo sabe y por ello insistió en una alianza, la cual todos los presentes aceptamos. Además, ellos tienen armas y no solo eso, he visto que varios cazadores pueden crear escudos que repelen a los vampiros o que bloquean su presencia. Algo muy parecido a las defensas de sus casas de seguridad y de la sede misma. Podríamos usar eso a nuestro favor. Creo que si quiere un mundo en paz, será necesario hacerlo.

Kaname miró a Isaya por unos segundos. El sangrepura lucía tranquilo y parecía estar seguro de lo que le había dicho, incluso a pesar de haber aceptado su pedido hacía unas horas. Pero aun así, no le agradaba que pese a saber sus deseos estuviese insistiendo en involucrar a Zero.

Isaya pareció adivinar sus pensamientos pues suspiró levemente y se incorporó.

-   Sé cómo se siente Kaname-sama, pero con la intervención de los cazadores las probabilidades de ganar son mayores. No podemos dejarlos atrás protegiendo la sede o a sus propios frentes. No creo que Kiryuu kun esté de acuerdo.

Kaname permaneció mirando a Isaya. Él ya había pensado en todo eso. En las familias nobles que lo apoyarían, en la probabilidad de usar a los cazadores y también en su enfrentamiento con Eyre y esos otros sangre pura sin la intervención de Zero. Pero Isaya tenía razón, sería complicado hacerlo sólo con vampiros; sin embargo no quería una masacre como hacia miles de años. Aquella vez también llevó a la guerra a los cazadores y eso causó miles de muertes. No, no quería pasar de nuevo por lo mismo. Si lo hacía Zero sin duda se pondría al frente de los cazadores y no podría cuidar de él. Y por sobre todo, temía que Zero no le perdonara las perdidas. 

Por otro lado, no es que los vampiros aliados no le importaran como para arrastrarlos a eso; era solo que su resistencia y su capacidad de regeneración era mayor. Él mismo sabía a qué se enfrentaban; las ultimas familias de sangrepura; poderosos y letales. No podía hacer más que confiar y proteger a Zero. Por eso le pidió a Isaya aquello hacía unas horas. Necesitaba eliminar a Eyre y a sus cómplices aunque para ello tuviese que sacrificarse. Y si esto sucedía, necesitaba un mundo en paz para dejarle a Zero. Sin embargo…

La imagen de Zero molesto, acudió a su mente y le hizo estremecerse. En este momento su interior se encontraba divido entre su deber y sus deseos; el deseo de estar con Zero a toda costa y el de que Zero estuviese a salvo a como diera lugar.

Volvió a girarse hacia el mapa  analizando todas las probabilidades.

-   ¿Kaname-sama?

-   Supongo que tienes razón… – frunció ligeramente el ceño. - Hablaré con Kiryuu.

Aunque dijo aquello, la sensación de aprensión que lo invadió le causó una opresión en el pecho. Tenía que buscar una manera de proteger a Zero…

Levantó la vista del mapa y finalmente miró a todos los presentes.

-   Bien, es momento de organizarnos y  que el ejército se agrupe.

-   Si – dijeron al unísono.

A pesar de que todos parecían decididos, no le pasó desapercibido el hecho de que Aidou lucía ligeramente ausente. No había intervenido hasta ahora. Quizá se debía al hecho de que estaban por entrar verdaderamente en batalla o talvez era porque estaba preocupado por Kain, pensó. Aun así por algún motivo no pudo evitar sentirse inquieto.

-   Por cómo está la situación – volvió a hablar sin perder de vista la actitud del joven noble - un grupo de ustedes se quedará en la sede para continuar apoyando su resguardo. Aunque se han reforzado las defensas es necesario tomar precauciones. Ruka y Viranka ustedes serán las encargadas de conformar ese grupo.

-   Como ordene Kaname-sama – asintieron ambas al instante.

-   El resto se podrá en contacto con los líderes de las familias nobles que están dispuestos a apoyarnos. Seiren, Shiki, Azuma, Usui, háganse cargo.

-   Si, Kaname-sama – asintieron

-   Aidou – el noble tuvo un apenas perceptible respingo. En otro momento eso hubiese molestado a Kaname por estar siendo aparentemente ignorado. Sin embargo conociendo a Aidou, eso solo lo extrañaba.

-   ¿Si, Kaname-sama?

-   Ponte en contacto con el líder de la familia Mirai y con el líder de la familia Touya. Liberaremos a los cautivos del senado.

La mirada de Aidou se iluminó al instante al escuchar aquello.

-   Si, como ordene Kaname-sama – dijo con efusividad.

-   Muy bien, entonces yo hablaré con el presidente de la asociación; cuando todo esté listo, nos pondremos en movimiento. Pueden retirarse – Todos los nobles comenzaron a salir. Entonces volvió a mirar a Aidou quien estaba rezagándose pese a que Ruka y los demás ya estaban saliendo - Tu no Aidou, por favor espera - dijo para atraer la atención del noble, el cual lo miró con cierta aprensión.

Cuando la puerta finalmente se cerró. El noble que permaneció en la sala al igual que Isaya Shoutou pareció tensarse aún más, pero se mantuvo firme parado frente a ellos.

Kaname lo observo detenidamente. Confiaba en él. Quizá más de lo que podría confiar en algún otro vampiro, en especial porque sabía que nunca lo traicionaría no importaba que. Era demasiado leal.

-   Estas preocupado por Akatsuki ¿cierto?

Aidou abrió un los ojos y lo miró inquieto.

-   No tienes porque – continuó Kaname – lo liberaremos.

-   Lo sé – respondió éste de inmediato mientras hacía un gesto de asentimiento.

-  Bien, pero te pedí que te quedarás por otro asunto. Se que es pronto, pero quiero saber si tuviste algún avance en la investigación que te encomendé.

Aidou aún más sorprendido lo miró a él y luego a Isaya que se encontraba sentado en una silla de manera elegante con los brazos cruzados en el pecho y los ojos cerrados. Aun así, él sabía que estaba atento a la conversación.

Kaname se percató de la reserva en el noble.

-   No te preocupes. Isaya-san está al tanto de todo.

-   ¿Se lo ha dicho?

-   Sí, era necesario…

Aidou se mantuvo en silencio un momento. ¿Por qué Kaname-sama había hecho tal cosa?, a él le pidió discreción...

-   ¿Y bien?

-    Eh… Logré detectar algunos errores en la investigación y completar algunos datos, sin embargo es más complicado de lo que parece; y además, necesitamos tecnología más sofisticada que con la que contamos  para los ensayos: y, las pruebas también requieren de especial atención…

-   Ya veo…

-   Lo siento Kaname-sama. Necesito más tiempo.

-    Está bien, puedes retirarte.

En vez de hacer eso el noble se mantuvo en su lugar dudando un poco, pero finalmente inhaló profundamente.

-   Kaname-sama, disculpe mi atrevimiento, pero… esa investigación, los resultados que usted desea obtener, ¿están relacionados con Kiryuu?, ¿es por él que tampoco quiere involucrar a los cazadores en la batalla directa contra Eyre?

Kaname lo miró inexpresivamente, pero Isaya que abrió los ojos y centró su atención en el noble, por un instante tuvo un destello de sorpresa en el rostro.

-    ¿Por qué lo preguntas?

-   Es… es sólo que… - el noble guardó silencio, no sabía cómo expresar sus sospechas. Kaname en cambio lanzó un ligero suspiro.

-   Eres bastante perceptivo. No te equivocas, es por él.

Al escuchar eso, en el rostro del noble se reflejó la sorpresa seguida del desconcierto. Kaname había aceptado aquello así sin más. No era lo que esperaba.

-    ¿Por qué? – lanzó de inmediato.

-   No creo que deban interesarte mis motivos, Hanabusa – esta vez Kaname habló con firmeza por lo que el rubio al darse cuenta que estaba siendo impertinente, de inmediato hizo una reverencia.

-   Es cierto. Por favor discúlpeme Kaname-sama, con su permiso – dijo y se giró hacia la puerta; pero antes de salir, recordó algo y se detuvo de golpe.

-   ¿Qué sucede? – preguntó el sangrepura.

-   Kaname-sama – el noble se volvió de nueva cuenta hacia él - Ha sucedió algo que creo debe saber.

-   ¿De qué se trata?

-   Es Kiryuu-kun.

Al noble no le pasó desapercibido el ligero brillo que surcó la mirada del sangrepura al decir aquello.

-   ¿Qué sucede con él?

-   Hace un rato. Mientras estaba haciendo guardia en una de la torres lo vi subir hasta el chapitel de la torre principal.

-   Lo hizo para reforzar las defensas del edificio.

-   No se trata de eso...

-   ¿Entonces?

-    Alguien le hizo llegar un mensaje.

-   ¿Qué? – esta vez Kaname no se molestó en ocultar su reacción.

-    Un cuervo o algo parecido a eso sobrevoló por encima de donde se él encontraba por un par de segundos y luego se desvaneció dejándole caer un sobre. Él lo tomó y leyó su contenido. Después de eso bajó de la torre. No sé más. No me lo topé mientras venía hacia acá... Y quise decírselo antes, pero cuando llegué ya todos estaban reunidos.

Kaname miró a Isaya quien solamente hizo un ligero gesto de asentimiento. Ambos sabían de quien era dicho mensaje. Kaname frunció entonces más el ceño y se dirigió hacia la puerta pasando al lado del noble.

-   Gracias Aidou, por favor has lo que te pedí – dijo y salió de la estancia cerrando la puerta tras de sí.

 

[……]

 

La aurora bañaba el cielo anunciando que el sol no tardaría en despuntar tras las montañas. En algunas zonas de la ciudad aún salían delgados hilos de humo residuos del fuego que había cubierto varias zonas atacadas.

Recargado sobre su escritorio miraba el exterior a través de la ventana y seguía pensando en el mensaje. De hecho, en ese momento lo tenía en la mano, estrujado.

Sabía dónde encontrar a Liam, era demasiada obvia su ubicación, e iría, ya lo había decidido; sin embargo el punto era como irse sin que Kaname lo descubriese. Si su vínculo era tan fuerte como lo era en él, sin duda se daría cuenta de inmediato si abandonaba la sede, e incluso más importante que eso, aun  si lo hiciera lo alcanzaría antes de que siquiera llegara a medio camino. 

Volvió a mirar la pequeña bola de papel en su mano; entonces un estremecimiento lo invadió y su corazón le dio un vuelco. Kaname se acercaba. Guardó rápidamente el mensaje en la bolsa de la gabardina y corrió las cortinas de su despacho en el instante en que llamaba a la puerta.

- Adelante - dijo girándose hacia ella.

Kaname abrió lentamente y con una sonrisa, ingresó al despacho.

-   ¿Dónde has estado? –  Fue en cambio lo primero que dijo Zero en un acto instintivo, lo que hizo que casi al instante se sorprendiera de sí mismo por haber dicho aquello.

Kaname por su parte, al escucharlo se detuvo en medio de la estancia, lo miró sorprendido pero casi de inmediato sonrió de lado. Zero tenía el ceño ligeramente fruncido y sus mejillas comenzaban a arrebolarse y eso le provocó cierta emoción.

-   ¿Y cómo debería tomar eso? – preguntó de manera cadenciosa mientras se acercaba al cazador - ¿Cómo un reproche o como un gesto de preocupación?

-   Estaba preocupado – dijo éste intentando sonar tranquilo e intentó retroceder; sin embargo Kaname que lo sujetó de la cintura, lo impidió.

-   ¿En serio? – susurró mientras besaba su cuello.

-   S… si.

-   Bueno, pues estaba reunido con los nobles. ¿Estás celoso por eso?

-   Hmmp… ¿Por qué lo estaría?

Kaname volvió a sonreír y abandonando su cuello, depositó un suave beso en sus labios. Al separarse lo miró a los ojos.

-   Necesitamos hablar Zero.

El cazador negó con la cabeza.

-   Ahora no – dijo y salvó la distancia que los separaba atrapando los labios del vampiro con los suyos en un apasionado beso.

Literalmente, lo que fuese que había ido a tratar con Zero quedó en segundo plano y sin más se dejó llevar.

El beso se prologó unos minutos hasta que Kaname, agitado y con la poca lucidez que le quedaba, se separó unos centímetros de sus labios.

-   ¿Zero?... en serio, nece…

-   Shhh… En este momento yo sólo te necesito a ti, Kaname – susurró Zero ansioso mientras besaba el cuello de vampiro -  Me molesta sentir tu esencia mezclada con la de Yuuki, sé que es absurdo pero me molesta.

-   ¿Y qué crees que sentí yo al ingresar y sentir la tuya mezclada con la de ella?

Sin aguardar alguna respuesta, Kaname atrajo el rostro del cazador y volvió a besarlo fogosamente mientras que casi con desesperación comenzaba a retirar su gabardina y posteriormente a desabotonar su camisa y a acariciar su piel. Luego besó su cuello y fue recostándolo sobre el escritorio mientras abría la hebilla de su cinturón.

Zero, con igual desesperación también había retirado la gabardina de Kaname y desabotonado su camisa. Cuando fue recostado sobre el escritorio le sonrió al vampiro invitándolo a continuar.

-   ¿Estás seguro?, alguien podría entrar - dijo Kaname que ya estaba sobre él.

-   No me importa – Respondió Zero y con ambos brazos volvió a atraerlo hacia sí y lo besó con pasión entrelazando su lengua a la de él.

Kaname retiró entonces el pantalón de Zero y se situó entre sus pierna. En cuanto lo hizo, éste se abrazó a él con las piernas alrededor de sus caderas.

Kaname completamente excitado se incorporó con él del escritorio y lo llevó hasta el chaise longue que estaba en uno de los extremos de la estancia y lo recostó allí y casi de inmediato  extrajo su miembro que ya estaba completamente erguido; atrajo con fuerza al joven hacía sí y frotó su glande contra su entrada. Ante dicho estimulo, Zero arqueó la espalda y dejando de besar al vampiro, suspiró entrecortadamente. Kaname sonrió ante eso y volvió a buscar la boca del joven con ansiedad.

El líquido pre seminal pronto comenzó a lubricar a Zero y cuando Kaname supo que estaba listo, sin más entró en él de un solo movimiento. Zero lo abrazó con fuerza ahogando un gemido en su cuello.

-   Ka… Kaname… High...

El sangre pura al escuchar su nombre de los labios de Zero, sintió que su pecho se inundaba de una inmensa energía y la felicidad invadió su ser. Empezó entonces a embestirlo lentamente y mientras lo hacía miró hacia la puerta. Al instante el seguro quedó puesto. A él si le importaba que alguien más viera al cazador. Zero era suyo, únicamente suyo. Sólo él podía verlo desnudo. Sólo él podía verlo excitando y deseoso como estaba ahora.

-   Kaname, aahh… Kaname…

-   Zero…

El sangre pura continuó embistiendo al cazador con total entrega. Disfrutando de la estrechez y del calor del joven mientras los minutos pasaban sin ser ellos conscientes. Estar dentro de Zero le producía una sensación de dicha y plenitud hasta ahora desconocidas. Necesitaba mas, mucho más.

Levantó las caderas del joven y embistió con más fuerza. Estaba al límite y deseaba morderlo. Zero lo supo.

-   Hazlo Kaname… muérdeme… - le pidió jadeante.

-   Se… se darán cuenta.

-   No lo harán… ahh... Kaname… ahh…

Kaname sonrió con complacencia ante dicha suplica y sin más cumplió su deseo. Mordió a Zero y comenzó a beber lentamente. El joven, abrazado a él abrió los ojos por el intenso placer que experimentó y se quedó mirando el techo, aunque en realidad todo su ser estaba centrado en disfrutar de Kaname. Un velo cristalino cubría sus ojos y destellos carmesís surcaban de a momentos sus iris. Kaname lo tomaba nuevamente. Eso era todo lo que necesitaba. Sonrió feliz y se acercó al cuello del vampiro y también lo mordió.

La conexión que ambos experimentaron al concluir su entrega bebiendo uno del otro al mismo tiempo que hacían el amor, llevó sus sentidos a otro nivel por primera vez.

¿Qué es esto?... ¿Qué es esta sensación?. Pensó Kaname mientras se sumergía más y más en el placer. Los dioses sin duda los habían creado el uno para el otro, eran un complemento, se pertenecían. Diez mil años tuvieron que pasar para que pudieran conocerse, para poder estar juntos.

Te amo Zero, te amo, te amo.

Kaname… Kaname…

Ambos podían percibir los pensamientos del otro. Podían sentir el calor que emanaban sus cuerpos con mayor claridad que en sus otras entregas, al igual que su aroma que parecía envolver todo el ambiente. Y también podían sentir el fuego líquido que recorría ahora sus venas. Pero sobre todo, eran más conscientes uno del otro. Su unión estaba fortaleciéndose y los sabían, principalmente Kaname que podía sentir como Zero se estaba entregando finalmente a él en todo sentido, sin duda alguna; y estaba reclamando una entrega igual. Zero estaba pidiendo ser amado como los vampiros aman y estaba amándolo por igual.

Kaname dejó de beber y lo estrechó con más fuerza, feliz; y continuó embistiéndolo sin ser consciente por cuanto tiempo, solo disfrutando y nada más; hasta que el éxtasis alcanzó el máximo punto de placer y ambos se vinieron uno seguido del otro. Zero al hacerlo también dejó de beber y buscó su boca para ahogar en ella el grito de placer.

 

Finalizando el acto, el vampiro permaneció sobre el cazador recuperándose. Zero lo abrazó  entonces y enredó sus dedos entre los cabellos castaños.

-   Te amo Kaname… - le susurró –  soy y siempre seré tuyo, no importa que, no importa cómo, no importa dónde; nada cambiara eso.

-   Zero –  Kaname sonrió y se acurrucó más sobre él y lo estrechó con mas fueza entre sus brazos. Sin embargo, al reafirmar las palabras del joven en su mente, pronto un terrible miedo comenzó a invadirlo y  en el momento en que intentó incorporarse para mirar a Zero a los ojos, la mano de éste, que estaba en su cabeza, ya irradiaba un halo de luz blanca y no le permitió incorporarse -  Zero, ¿Qué…

-   Lo siento Kaname – dijo Zero sin soltarlo.

Kaname comenzó a sentirse adormilado, sentía su cuerpo pesado y de a poco a poco iba perdiendo la conciencia.

-   No… no… lo hagas… - Intentó luchar, pero ya era tarde y no pudo alejarse.

-   Te amo Kaname… no lo olvides nunca… sólo a ti… Siempre  estaré…

Kaname no escuchó nada más y cayó sobre el cuerpo de Zero, inconsciente.

Zero, que terminó su frase con un "contigo"; continuó abrazándolo un poco más. Sentir a Kaname era lo que quería. Sabía que ser tomado por él y sentirlo una vez más, le daría fuerza para hacer lo que  tenía pensado.

 

Después de unos minutos, movió al vampiro, quien al salir de su interior le hizo lanzar un ligero gemido acompañado de un suspiro al sentirse de cierta forma vacío.

Se incorporó dejándo recostado a Kaname y posteriormente se vistió. Luego hizo lo mismo con el vampiro y también acomodo la estancia. Al terminar y corroborar que todo estaba en orden y que no había sangre derramada en ningún sitio, se dirigió hacia la ventana y la abrió. Los conjuros de aislamiento que previamente había puesto para evitar que el aroma de lo que habían hecho se dispersara, desaparecieron.

Nuevamente miró al sangre pura y se acercó a él y se sentó en una silla a su lado.

¿Qué estarías dispuesto a hacer por él, joven cazador?

 Los recuerdos de aquella conversación acudieron repentinamente a él.

.

.

.

La luz cegadora le había hecho cubrirse automáticamente los ojos con un brazo y así se mantuvo hasta que ésta comenzó a disminuir. Cuando finalmente se había descubierto, frente a él ya no se encontraba aquel ataúd y la bruma que lo cubría todo, poco a poco se iba disolviendo..

Aparte del ruido producido por la tapa al ser levantada, no había podido percibir ningún otro sonido; de hecho, no pudo percibir nada. Al parecer estaba completamente sólo en aquel lugar que parecía ser el mismo en el que había estado parado antes de decidirse a abrirlo, aunque no estaba muy seguro.

Dio varios pasos al frente intentando encontrar aquel ataúd o una salida; o algo que le dijera si realmente estaba en el mismo lugar, sin embargo estos resonaron como si se encontrase dentro de un gran salón vació. Por alguna razón comenzó a sentirse nervioso. ¿Qué es lo que sucedía?, ¿Qué había pasado con aquel ataúd?. Finalmente se había decido a abrirlo y ¿se encontraba con nada?, ¿sólo bruma y silencio? 

Continuó avanzando sin saber exactamente hacía donde dirigirse y la inquietud estaba dando paso al temor; cuando de pronto una silueta apareció frente a él. La bruma que la hacía verse oscura no le permitió distinguir de que o quien se trataba, sin embargo ésta comenzó a avanzar alejándose de él.

-   ¡Aguarda, no te vayas!… – gritó en voz alta para detenerla - ¿Quién eres?

Antes de que su pregunta fuese respondida, o de que siguiera estuviese seguro de haber sido escuchado, el chirrido de los goznes de una puerta llegó a sus oídos y casi al instante una fuerte ráfaga de viento golpeó contra él y le hizo nuevamente cubrirse los ojos. Cuando ésta cesó, al descubrirse pudo ver que se encontraba en un escenario completamente diferente. Uno que a su pesar le hizo estremecerse de pies a cabeza y comenzó a acelerar el ritmo de su corazón.

El sol lanzaba sus últimos rayos dorados que poco a poco se tornaban anaranjados y carmesí. Los campos de trigo se extendían hasta donde su vista alcanzaba, meciéndose como olas doradas en un inmenso mar. Innumerables libélulas volaban a su alrededor lanzando iridiscencias de sus alas. Y justo al frente, de espaldas a él, estaba esa mujer.

La capa envuelta sobre sus hombros, la capucha cubriendo su cabeza y mechones de su pelo bailando al viento.

 -   ¿Tú?, ¿Por qué?... ¿Qué haces tú aquí? 

Aquella mujer no reaccionó a sus cuestionamientos, pero sin duda alguna era Libelle, la sangrepura que se sacrificó hacía miles de años por los humanos y de la que no comprendía el motivo de por qué aparecía constantemente en sus sueños. 

¿Qué hacia ella allí?, no, más bien ¿Qué hacia él allí?, ¿Qué significaba todo esto?, ¿Dónde estaba el ataúd?... ¿Acaso... era ella quien estaba dentro?

La vampiro continuó sin reparar en su presencia, o al menos eso le pareció; así que él dio un par de pasos para acercársele y mientras lo hacía, inconscientemente deslizó la palma de su mano sobre las espigas. Entonces se detuvo de golpe. La sangre se le había helado en las venas ya que ella había hecho aquello también, exactamente al mismo tiempo que él.

-   ¿Así que finalmente ha sucedido?

 Dijo repentinamente ella sobresaltadolo, al tiempo que se giraba y lentamente se descubría la cabeza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo a todos. Les he traído un nuevo capitulo. Espero lo hayan disfrutado. Les agradezco enormemente haber leído.

Nos leemos en un par de semanas aproximadamente. Hasta entonces.


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