Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Chico Perfecto por jotaceh

[Reviews - 166]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

holaaaaa ^^

Muchas gracias por leer esta historia, espero que la continuen leyendo y les siga gustando obviamente =)

 

Bueno, revisando lo que escribo me di cuenta que ocupo muchos adverbios terminados en mente u.u espero que no les moleste, pero mi forma de escribir es realMENTE extraña :P

 

Espero que les guste este tercer capítulo =)

CAPITULO III: Martina

Salgo deprisa de mi casa vestido con mi tenida de camuflaje, quiero ver al único ser en este mundo que puede alegrar mi día sin siquiera dirigirme una palabra, sólo con el mero hecho de existir. Felipe me ha descubierto y ahora tengo plazo hasta finalizar el año escolar para dejar de ayudar a mi amado Mateo, lejos es la peor noticia que he tenido en mi vida. Lo único que deseo con toda la energía de mi cuerpo es convertir su vida en un paraíso, pero ahora un entrometido arruinará todo lo que he logrado.

Me subo a lo más alto de un árbol cercano a la cancha de básquetbol. Esto lo he hecho miles de veces, pero ahora tengo un poco más de cuidado, ya que todavía siento un poco de dolor en mi espalda tras la caída del otro día. Cuando estoy bien ubicado saco mis binoculares y comienzo a contemplar tan maravillosa creación. Mateo va vestido con aquella tenida tan holgada que todos utilizan al jugar este deporte, se mueve ágilmente dando botes al balón y cuando logra esquivar a todos sus oponentes se alista para encestar. Estoy tan feliz que trato de festejar su logro, es raro porque muevo las manos y dibujo en mi rostro una amplia sonrisa, pero de mi garganta no brota ningún ruido, creo que si alguien me viera pensaría que he colocado mute a mi vida.

Lo veo a lo lejos celebrar con sus amigos y no puedo dejar de sentir un dolor en el pecho, ¿qué será de su vida cuando no me tenga para ayudarle? ¿Por qué Felipe me tiene que hacer esto? ¿Quiere ayudarme? Pero ni siquiera sabe que el ver sonreír a mi amado es todo lo que necesito en este mundo, con esto me siento dichoso y compensa todo el sacrificio que he realizado por él. Por ello es que no puedo dejar que aquel imbécil me impida seguir con mi sueño, tengo que buscar una forma de impedirlo y sé que la encontraré, nada me detendrá y si es necesario lo destruiré con tal de proteger a Mateo.

Mientras observo a mi amado y pienso en una forma de deshacerme de Felipe, suena mi celular. Resulta ser mi madre quien quiere que regrese a casa para comenzar a vestirnos, o mejor dicho, disfrazarnos. Hoy en la noche es aquella dichosa fiesta a la cual mis padres fueron invitados y por la cual mis piernas ahora están despojadas de todo vello. No tengo otra opción, así que me bajo del árbol y camino un tanto desanimado hasta mi hogar.

¿Vestirme de niña? Era algo que me entretenía en la infancia, pero no tanto por lo que caracterizaba, sino por lo feliz que era  jugando con mis papás. Todo es tan extraño, bueno… es que yo tampoco soy la persona más normal del mundo, pero si me dan a elegir entre ser hombre o mujer, preferiría ser una ameba. Siento que la gente le da tanta importancia al género, siendo que sólo es una pequeña parte de lo enorme que somos. ¿Por qué el ser hombre tiene que estar estandarizado? ¿Acaso por el mero hecho de tener pene y testículos debe gustarme el futbol y ser incapaz de sensibilizarme? ¿O por el hecho de ser homosexual debe gustarme el rosado y tener de profesión estilista? Sé que esto son solo prejuicios, pero es lo que mejor hace referencia a lo que detesto. Simplemente quiero ser Martín Arístegui, alguien que no quiere llamar la atención y que sólo vive para hacer feliz a Mateo, no deseo ser el hombre que lo ama, ni tampoco el homosexual que está obsesionado con él, sólo ser yo, un ser humano cualquiera.

Mi madre coloca sobre mi cabello oscuro una peluca tan rubia que me hace recordar a Magdalena. Genial, esto sólo debe ser obra del karma por haberla llamado zorra. Esta cabellera falsa llega hasta mi cintura y pesa un montón, realmente es incómodo, aunque no tanto como la faja que luego mi padre aprieta, al parecer no sólo con ser delgado sirve, ya que quieren que tenga una cintura tan estrecha que pueda cruzar mis manos en ella, esto es demencial. Luego de ello me colocan un vestido rojo, el cual no tiene escote, ya que debe disimular el sostén que me han colocado con calcetines. El color no me gusta, ya que de todos los existentes es el más llamativo, al parecer mi idea de no ser visto se ha esfumado.

Como el cuerpo no es todo, mi madre luego comienza a maquillarme. Coloca algo de rubor en mis mejillas y sombra sobre mis parpados, también decide delinear mis ojos, profundizando aquel verde tan extraño que poseo. Cuando ya estoy listo me veo en el espejo y no logro reconocerme, aquel reflejo no es la ameba que acostumbro a ver. Debo fingir y decirle a mis padres que me gusta, aunque en realidad detesto cada cosa que llevo puesto, lo único que me agrada es que cualquier persona que me conociera no lograría identificarme, simplemente parezco otro, bueno... otra.

Mi padre se ve hermosa, en él sí puedo reconocer la belleza. Lleva un vestido azul con un largo corte que hace lucir casi toda su pierna izquierda. Como sus facciones son tan delicadas, parece un verdadero ángel maquillado de la forma en que está. Mi madre quizás es la que más debe sufrir, debido que para esconder sus grandes senos debe utilizar una faja que está más apretada que la mía. Lleva un esmoquin negro, coronado con una rosa roja en la solapa. Como ella es toda una profesional, lleva adherida en el rostro una barba falsa, la que cubre la mayor parte de este. Ahora que la observo, como hombre es muy guapo y es que, siendo mujer u hombre, aquel par son los adultos más atractivos que jamás he visto, y no es porque sean mis padres adoptivos, sino porque con cualquier cosa que lleven puesto se ven espectaculares.

-Bien, ha llegado la hora de la verdad. Recuerden que una vez saliendo por aquella puerta nos convertiremos en otras personas y esto debe estar presente en sus mentes en cada momento. Desde ahora yo soy Alejandra Arístegui, estoy casada con Ignacio Molyneux y ambos somos padres de Martina…- Mi padre entrega las reglas que hemos de seguir esta noche, y es que como lleva la actuación en la sangre, siente que debe interiorizarse en su papel. No me importan mucho estas reglas ya que intentaré hacer lo que mejor me sale, me esconderé en alguna esquina, protegiéndome con la oscuridad de la noche, intentando lograr que nadie se dé cuenta de mi presencia. Si tengo suerte, mis padres estarán tan entretenidos con sus antiguos amigos que no se molestarán en presentarme a nadie, así no tendré que entablar conversación.

Nos estacionamos en medio de un mar de automóviles, al parecer el club de teatro en la universidad de mis padres era muy popular, porque el centro de eventos al cual entramos es enorme y está repleto de pared a pared de todo tipo de disfraces. Veo momias, princesas árabes, piratas, marcianos, dibujos animados y personajes inolvidables de Hollywood. No sé si podré encontrar aquella esquina que me mantendría alejado de todo mundo, al parecer hasta el baño está atestado de gente.

Pronto me doy cuenta que hay un circulo alrededor de mis padres, todos quieren saludarles como si se tratasen de dos estrellas de cine. Alaban lo guapos que son, cómo no han envejecido para nada desde aquellos años de estudio, entre muchos otros halagos. En medio de tanta conmoción escucho la forzada voz grave de mi madre y la aguda que intenta producir la garganta de mi padre. En cierto modo, aunque todo esto es un tanto extraño, me alegra que mis padres sean admirados, se debe sentir tan bien que otros te vean como un ejemplo, aunque pronto esa sensación de orgullo desaparece al darme cuenta lo mucho que desentono entre ellos. Mis padres son guapos y muy inteligentes, talentosos en lo que hacen y con una personalidad envidiable, todo lo contrario a mí, que vivo sumido en el miedo.

Sin darme cuenta un brazo me jala delicadamente al centro de aquel círculo y comienzo a escuchar como mi madre me presenta ante sus amigos. –Esta que ven aquí es mi hija, se llama Martina y es un ángel, su carácter tímido y sensible la hacen irresistible a cualquiera, aunque no tanto como su rostro, el que pueden observar detenidamente y no encontrarán ninguna imperfección, simplemente es hermosa…- Sabía que todo padre imagina que sus hijos son los mejores y los más atractivos, pero creo que en esta ocasión esta mujer se ha excedido, aunque lo peor de todo es que al parecer todos creen en sus halagos. –Pero si tienes razón, es la chica más guapa que he visto en mi vida, se parece tanto a su padre, son como dos gotas de agua…- Dice una señora regordeta vestida de Marilyn Monroe, la versión XL de ella por supuesto. –Es tan delicada, pero cuéntanos… esta es una fiesta de disfraces, ¿eso quiere decir que no es tu hija sino que tu hijo?- El hombre disfrazado de Spider Man se da cuenta de la verdad y sin ningún tapujo se lo pregunta a mi madre, quien le responde ambiguamente, señalándole que eso lo debe descifrar él mismo.

-¿Mamá? ¿Nadie aquí sabe que soy adoptado? Creo que es ridículo que me digan que me parezco a mi padre si es que en realidad no compartimos ningún lazo de sangre…- Cuando por fin se crea un descanso de tanto asedio, me acerco a mamá un tanto triste. Amo con todo mi corazón a mis padres, pero sé que no me puedo parecer a ellos, es imposible y aunque he asumido hace mucho que soy adoptado, de todos modos algo se rompe dentro de mí cuando la gente intenta congraciarnos y decirnos que tenemos algún parecido. –La gente no lo hace con mala intención, simplemente intenta halagarnos. Hace mucho que no los veo y obviamente no ha existido el momento para comentarles que eres adoptado, aunque no sé si les contaría al existir la oportunidad. Simplemente eres nuestro hijo, aquel a quien amamos y cuidamos, que estaremos a su lado hasta que ya no podamos más, qué importa si no estuviste en mi vientre, lo que realmente interesa es lo profundo que te has colado en mi corazón… Hijo, no imagines que existe una doble intención detrás de los halagos, simplemente intenta pensar que son verdad, ¿tanto te cuesta creer que eres guapo? No porque estés disfrazado de mujer significa que has ocultado al verdadero Martín. Tú eres guapo con o sin peluca, escondiéndote detrás de cada pared o caminando con la frente en alto, no sé por qué has alimentado en tu mente la idea que eres feo… ¿Sabes? No te invitamos a esta fiesta porque queríamos divertirnos, o porque queríamos verte vestido de mujer, es simplemente para ayudarte. Cuando uno está detrás de una máscara, logra hacer cosas que jamás se atrevería estando desprotegido. Ahora que has tomado otra personalidad, ahora que pareces otra persona, es el momento de dejar tus miedos de lado y realizar todo aquello que no te atreves a hacer siento tú mismo.- Creo que hace mucho mi madre no me hablaba tan profundamente. Pensaba que no se daba cuenta de lo que me sucedía, pero al parecer no hay secreto que pueda guardar delante de ella. Luego de esta conversación me deja libre, por lo que decido salir a tomar un poco de aire fresco, necesito pensar un poco.

Salgo del salón de eventos y camino lentamente por la calle, todo parece tranquilo aquella noche. Recuerdo las palabras de mi madre y extrañamente también las de Felipe, quizás ambos tienen razón y todo lo que he hecho estos años me ha provocado la tristeza que siento ahora. Tal vez he errado, pero no puedo dejar de amar a Mateo, simplemente es algo más fuerte que yo y aunque intentara abandonar esta tarea, no podría. ¿Qué debo hacer? Me siento tan confundido que debo parar y levantar la cabeza para contemplar el inmenso firmamento, veo titilar a cada una de las estrellas y son a ellas a quienes les pido una respuesta. –Por favor se los pido, necesito saber qué es lo que debo hacer con mi vida, ¿Debo seguir con mi sacrificio de amor o he de desistir para poder recuperar mi alma?...- Mis palabras son lo que único que se escucha en aquel momento. La soledad y el frio me dan a entender que soy un idiota, no le puedo pedir a aquellos astros respuestas, simplemente son masas lejanas que nada de magia poseen.

Un ruido me saca del ensimismamiento y es el mismo que me da a entender que los cuerpos celestes quizás si tienen algo de poder. – ¡Camina Mateo que llegaremos tarde a la fiesta, no querrás dejar plantada a Magdalena!- Escucho la voz de aquel rubio amigo de mi amado y como por arte de magia mi corazón se detiene. No puedo creer que él esté aquí, justo en el momento en que pedía una respuesta, ¿esto significa que debo dejar mi vida tal cual?

Mi cuerpo está paralizado, por lo que me quedo inerte mientras Rodrigo y Mateo se acercan poco a poco a mí. Cada centímetro menos que nos separa es un nuevo record, ya que nunca antes había estado tan cerca de él. Cuando está a unos cuantos pasos de mí me doy cuenta que nuestras miradas se conectan y siento como mi sangre hierve de pronto. ¿Qué le sucede? ¿Por qué me observa tan detenidamente? ¿Se habrá dado cuenta que soy su compañero de clases? Los segundos me parecen eternos. Ambos estamos mirándonos detenidamente sin hacer nada más, imagino que podría morir ahora y aun así seguiría en el paraíso.

-Creo que nunca antes había visto un ángel, simplemente eres de otro mundo, ¿cómo he podido vivir toda mi vida sin haberte apreciado?- No puedo dar fe a lo que me está diciendo, ni siquiera en mis más lejanos sueños imaginé que las primeras palabras que me dirigiría serían unas tan hermosas. –No me digas esas cosas que me sonrojo, especialmente viniendo de un chico tan guapo como tú…- y sin saber cómo, me atrevo a responderle.

Rodrigo intenta convencer a su amigo que deben seguir su camino, ya van muy retrasados para la fiesta. –Lo siento hermano, pero creo que no podré ir, no puedo dejar a esta hermosura aquí…- Mi amado responde a la insistencia de su amigo, quien dándose cuenta que no logrará llevárselo se marcha rápidamente, lo más probable es que tendrá que ser él quien tranquilice a Magdalena, cuando esta enfurezca al no ver a su novio. Por fin nos quedamos los dos solos, mi primera vez teniendo a aquella majestuosa escultura a mi disposición. Él no me ve como su compañero de clases, sino que como aquel personaje creado por mi madre y tal como ella me dijo, estar detrás de esta máscara me hace fuerte, hago cosas que jamás me atrevería siendo Martín. Al poco rato, y cansados de solo estar ahí parados observándonos, Mateo me invita a caminar bajo los árboles que conforman un parque cercano.

-Supongo que me tendré que presentar, así que aquí voy. Me llamo Mateo García, tengo quince años y asisto al colegio Fernández de Castro. Soy el capitán del equipo de fútbol y también el de básquetbol, pero eso no es todo, ya que además soy el presidente del centro de alumnos y el estudiante con mejores calificaciones ¿Sorprendida? ¿No creías que podía ser alguien tan interesante verdad? Pues no quiero alardear, pero soy el chico perfecto y te lo voy a demostrar, porque pronto ostentaré el título del dueño de tu corazón…- En su mirada hay tanta confianza, cada palabra que pronuncia es tan sensualmente producida por sus labios que caigo en un trance profundo. Ver tan de cerca su rostro me conmueve, jamás me había dado cuenta que tiene un lunar justo debajo del ojo derecho, el cual sólo logra aumentar aún más su belleza. Esperen… ¿Qué dijo mientras observaba su lunar? ¿Qué quiere ser el dueño de mi corazón? ¡Oh my god! ¿Eso es un piropo? Nunca nadie me había dirigido uno y se siente tan bien, es tan cálido sentir que alguien se interesa por ti, que agrava aún más mi estado, si sigue diciendo ese tipo de cosas terminaré babeándome.

-Eso lo tienes que descubrir tú…- Es lo único que respondo cuando Mateo intenta averiguar algo sobre mi vida. Obviamente no le puedo contar que soy hombre y mucho menos que lo conozco, y como mi cabeza vuela miles de kilómetros allá en el cielo, intento no inventar nada, no sea que después me enrede y termine delatándome. Al parecer la intriga le atrae, porque veo como el brillo en sus ojos se intensifica.

Caminamos debajo de aquellos enormes árboles que se mecen al compás del viento nocturno.  A lo lejos está la luna, quien nos ilumina con su frío resplandor, aquel que viste de una túnica mágica a cada uno de los objetos que logra tocar. Sé que aquel parque es grande y al parecer ya lo hemos recorrido todo, porque siento que hemos hablado por horas, bueno… él ha hablado por horas, ya que yo sólo lo contemplo mover sus suculentos labios. Cuando nos damos cuenta de lo cansados que estamos, decidimos sentarnos en una banca a descansar. -¿Dónde has estado todo este tiempo? Simplemente eres la cosa más hermosa que jamás he visto, pero hay algo que me intriga, después de esta noche ¿podré seguir contemplando tu belleza?- Ok, tengo que controlarme para no caer derretido al suelo justo en ese momento, y es que no sólo han sido sus palabras las que me han hecho llegar al cielo, sino que también la caricia que está haciendo sobre mi mejilla. Su mano tendida en mi rostro, mientras su pulgar acaricia mi piel es simplemente la sensación más perfecta que jamás he vivido. Esta noche se ha convertido en la mejor de mi vida.

No sé lo que hace mi cuerpo, ni tampoco lo que dice mi boca, pareciera que estoy drogado, y es que Mateo es el alucinógeno más potente que he conocido, o en realidad, el único, ya que nunca he fumado ni tampoco bebido alcohol, pero si los hubiese probado sabría que mi amado es mucho más potente. De repente me doy cuenta que mis manos comienzan a tocar su cabello, como si se tratase de un gatito acaricio su nuca. –No sé qué sucede esta noche, pero no puedo dejar pasar una oportunidad así…- Esta vez no es él quien pronuncia estas palabras, sino que yo. No sé qué está maquinando mi propio cerebro, pero estas palabras no son lo más arriesgado de la noche, ya que como si estuviese hipnotizado me acerco a su rostro y mis labios, instintivamente buscan los suyos. Para mi fortuna, él no niega aquel beso y sigue con aquella danza. Su boca es el manjar más sabroso que he probado y no puedo dejar de saborearlo, esto es más de lo que siempre pedí, simplemente es un regalo, el más preciado y grande que jamás he recibido.

El ósculo termina y me quedo viendo su rostro, ha sido la sensación más mágica. De repente siento cómo sus manos comienzan a acariciar a un ser extraño, despego mi vista de sus ojos y me doy cuenta que está tocando aquellos cabellos dorados que conforman mi peluca y recién en este momento logro despertar, me entero que no he sido yo quien lo ha besado, sino que Martina, es ella quien se ha apoderado de mi ser y de mi voluntad, actuando de una forma que yo jamás me atrevería, pero lo peor de todo, es que Mateo está interesado en ella y obviamente no en mí. –Lo… lo siento, pero debo irme. Perdóname si me he propasado, no fue mi intención…- Sintiendo un fuerte nudo en mi garganta me levanto deprisa de la banca, me disculpo de mi amado y luego huyo lo más veloz que mis piernas pueden lograr.

¿Qué hice? Debo estar loco, no puedo creer que haya llegado tan lejos. Pienso en lo arrepentido que me siento mientras corro con todas mis energías, dejando cada vez más lejos a Mateo. Estuve dos meses intentando conquistar a Magdalena para que él estuviese con ella y ahora hago esto, arruinando todo, poniendo en peligro la felicidad de mi amado, realmente no sabía lo que hacía. De repente una idea llega a mi mente, justo al ver el reflejo de la luna en la laguna, aquella que oscura se presenta a esa hora de la noche. Me detengo frente a él y llevando mi mano a mis labios me doy cuenta de lo que ha sucedido… Mi primer beso…

Notas finales:

Y eso ha sido... espero que les haya gustado y pronto les tendré que capítulo 4!!!

 

Nos leemos!! :3 abrazos para todos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).