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El Chico Perfecto por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!!

Espero que se encuentren super duper y que todos sus deseos se estén logrando....

Primero que todo u.u tengo que pedirle disculpas... hace tres semanas que no actualizo... espero que logran disculparme... la semana pasada tuve algo de tiempo, pero lo utilicé para escribir un nuevo capítulo de la otra historia que escribo...

 

Esta semana fui a una especie de entrevista de trabajo colectiva... estoy taaan grande u.u que me asusto de las cosas que tendré que comenzar a hacer u________U no quiero ser adulto u.u En fin.... jajajaja 

Aquí les dejo un nuevo capítulo :) espero que les guste... bueno... excepto el final del capítulo e____e

Ahí se los dejo....

CAPÍTULO XXV: Lo siento, pero esto es amor.

El resto de aquel día fue maravilloso, caminé junto al amor de mi vida por toda la isla, sin importarnos lo que todos dirían, sólo preocupándonos por estar al lado del otro. Es tan extraño, porque ayer hicimos esto mismo, vimos los mismos parajes, la misma gente y escuchamos el sonido de las aves revoloteando en la playa, pero el sentimiento es el que ha cambiado. Ya no siento aquella penumbra en mi corazón, veo todo claramente como nunca antes lo había hecho, por fin estoy seguro de algo: quiero pasar todos los días que le restan a mi vida con este muchacho, ya no quiero ver otros ojos, acariciar otra piel ni deleitarme con otros labios.

¿Qué es tan diferente en esta relación con Mateo de la que viví con Rodrigo? Me invade de pronto esta duda mientras recorremos el centro del único poblado de la isla. Los lugareños nos observan un tanto recelosos y es que al parecer, el ver a dos chicos tomados de las manos no es muy común por aquí. Una de ellos se nos queda viendo, pasea junto a su esposo y por la expresión en su rostro me percato de su perplejidad ante nuestro amor. Es extraño, porque al parecer también aquel sentimiento se refleja en mis facciones cuando le veo, no todos los días contemplo a una mujer con la mitad de su cara quemada. Uno de sus ojos parece ser de vidrio, su boca no es simétrica y su piel enrojecida podría estremecer a cualquiera que no le conociera, a todos, menos a su enamorado marido. La abraza como si fuese su más preciado tesoro, aquella posesión que por nada del mundo se permitiría perder. El brillo en los ojos de aquel sujeto logra hacerme entender lo que diferencia mi amor por García de aquel por Engdahl. Si a este último le sucediera un accidente y quedara con el rostro desfigurado, tal pareciera que dejaría de amarle, no podría estar a su lado porque la única razón por la cual me sentí atraído fue su físico, su seguridad infranqueable robustecida por aquel cuerpo enorme y aquellas facciones poderosas. Tantos años intenté pasar desapercibido, pretender que mi físico no sobresaliera, sabiendo desde siempre que el cuerpo no es lo más importante de este mundo, pero de todas formas terminé confundido en los brazos de un joven atractivo. No puedo nada más que sentirme avergonzado, mas jamás arrepentido, porque todo lo vivido nos enseña a caminar por este mundo eliminando nuestros temores.

¿Qué sucedería con mi amor por Mateo? Si a él le ocurriera un accidente, si quedara desfigurado, si perdiera alguna de sus extremidades, yo simplemente no podría abandonarle. Lloraría junto a él, me enojaría a su lado, pero intentaría sanarle con mi amor, porque por más que cambie, por más que sea un pequeño huérfano protegiéndome de mis verdugos, un casanova, un engreído jugador de futbol o un depresivo chico de colegio, yo siempre tendré dentro de mi aquel sentimiento que nació sin darme cuenta, en aquellos días en que ambos nos encontrábamos solos en este universo, perdidos a la deriva pero teniéndonos el único al otro. No le debo nada, mientras que él tampoco a mí, porque al amarse no existen sacrificios ni penurias, nada puede deberse ni pedirse, simplemente el amor considera todas aquellas acciones.

-Me nació una duda, en nuestra relación ¿quién es el hombre y quién es la mujer?- Pensando en la inmensidad de los sentimientos y la vida, una pregunta bobalicona, infantil y sin sentido se cuela por mis oídos, despertando inmediatamente aquellos demonios incrustados en lo más hondo de mi alma. Debo recordar lo mucho que amo a este chico para lograr serenarme y no golpearle en ese preciso momento. –Mira… te explicaré las cosas lo más calmadamente posible…- Trato de decirle mientras inhalo, en un intento desesperado por no perder los estribos. Creo haberlo logrado, pero tan solo al sentir escapar el aire de mis pulmones, la ira invade salvajemente mis actos y mi mente se nubla sin control. Sin pensarlo agarro aquel bulto que sobresale de su pantalón, aquel que precisamente no es su celular en sus bolsillos, sino que el aparato reproductor del muchacho en cuestión, es decir… agarro su pene con la mano derecha, apretándole hasta escuchar aquel delicioso sonido de dolor de sus labios y le aclaro la situación lo más gráficamente posible. –Si te refieres a hombre y a mujer por las gónadas con las cuales nacieron, y si te importa tanto que en toda relación haya uno de cada uno, tengo para ti una solución de lo más sencilla….-Y apuntando a la mujer que rebana una piña con un enorme chuchillo prosigo con mi tortura. –Le pido prestado a aquella señora el machete y de un golpe te transformo en hembra, ¿te parece?- Veo el ademán de negación con su cabeza y de esa manera le suelto. ¡Por buda el chico llorón! En fin, creo que con aquello le quedó más que claro que nuestra relación es abiertamente amébicasexual, si le gusta bien y si no, pues tendrá que aguantarlo porque no pienso dejarle nunca más. Y para los que crean que soy sádico, pues les comunico señores que este es amor puro, el resto son solo cuentitos de hadas.

Seguimos nuestro paseo sin decir palabra alguna. De vez en cuando veo a los lugareños verme como lo venían haciendo, con la salvedad que ahora al percatarse que les he visto, me esquivan, tal parece que mi anterior actuar les ha aterrado un poco. De todos modos no me molesta que me teman, hasta es divertido. Nos alejamos del epicentro de mi furia y cuando nos acercamos al hotel, Mateo vuelve a dirigirme el habla. –Lo siento amor, no pensé que te molestaría tanto mi pregunta.- Y recién en este momento siento el peso de mis actos. Su voz tiritona, su rostro compungido y aquellos ojitos de perrito arrepentido, todo cala hondo en mi pecho y termina conmocionándome. –Espera… ¿me acabas de decir amor? ¿Amor?- Sé que nos amamos, pero de ahí a decirme de aquella forma, me emocionan de sobremanera, es tan cursi… pensé que jamás me agradaría, pero al escucharlo justo en este momento, me parece tan hermoso, que todo enojo desaparece y como si se hubiese tratado de la palabra mágica que abre mi corazón, me lanzo a sus brazos para besarle en infinidad de veces. –Lo siento… Lo siento… Perdóname…- Es lo que le digo entre cada uno de los ósculos que le regalo, creo que después de esta reconciliación, podemos decir felices que hemos vivido nuestra primera discusión como enamorados.

Una noticia tan feliz como esta debe ser sabida por mi madre, así es que lo primero que hacemos al llegar al hotel es dirigirnos a su habitación. Tocamos la puerta un par de veces, pero nadie sale a nuestro encuentro, intentando dilucidar qué sucede, jalo de la manilla y para nuestra suerte, esta hace abrir la puerta sin mayores problemas. Todo está oscuro allí adentro, y la única luz que sobresale es la del laptop de Ignacia, la misma mujer que lo está utilizando ahora. Me cuesta adaptarme a aquel escenario, por lo que no me entero de lo acontecido de inmediato. De a poco diviso el cuerpo de mi madre, pero son sus gestos sugerentes los que me terminan explicando todo. Está sin ropa delante de la webcam, acariciando sus senos y relamiéndose los labios en una pose de lo más erótica. –Y aquella actriz porno de ahí es tu suegra, no te espantes todavía… su madre es peor.- Es lo único que me queda decirle a Mateo tras ver su rostro de desconcierto. Para mi encontrar a mi familia en estas circunstancias es normal, pero para él esto es casi demencial.

-He estado tres días separada de tu padre, tenía que desahogar mis emociones de alguna manera y como había traído mi laptop, pensé que sería una buena forma de recuperar los momentos perdidos…- Claro, soy yo quien duerme en la habitación de al lado y sé perfectamente que aquellos “momentos” son habitualmente todas las noches. En fin, parece que Mateo no está tan asustado como había imaginado, ¿o será que le sigue doliendo su entrepierna? ¿Le habré dejado estéril? ¡O aun peor! ¿Impotente? –No se preocupe, todos hemos hecho alguna vez eso por webcam.- Le responde García a mi madre de la forma más natural que le he visto desde que entramos a la habitación. -¿En serio es tan normal? Digo… yo nunca lo he hecho…- Pregunto al viento exteriorizando mis pensamientos, craso error, ambos me terminan viendo como si fuera un pequeño bebé de sala cuna. –Bueno, si desde ahora vas a ser mi yerno, creo que debes ser tú quien le enseñe los placeres de este mundo… ¿Puedes creer que después de estar de novio con el alemán ese sigue siendo virgen? A veces mi hijo me avergüenza tanto…- Como siempre, mi madre explayándose más de la cuenta, le reprendería por lo que acaba de decir, pero ya perdí todas las ganas de discusión por hoy. Así que simplemente me llevo a mi enamorado lejos, antes que siga esta conversación tan extraña.

Previo a ingresar a nuestra habitación, Mateo se detiene de golpe y me queda mirando detenidamente a los ojos, luego de unos segundos me expresa aquello que ronda su mente. –Ahí dentro está Felipe, lo más probable es que ya sepa todo sobre nuestra relación y creo que deberías conversar con él… Aunque sea difícil, tienes que dejar las cosas en claro, de lo contrario solo crearás más conflictos.- Tan maduro que es ahora este chico, pero eso no le quita lo acertado de su comentario. Me da un beso en la boca y luego se marcha, este es un paso que debo dar solo.

Cuando ingreso a la habitación me encuentro con la silueta del presidente del centro de alumnos, sentado sobre la cama viendo a través del amplio ventanal, el mar se ve a lo lejos y los rayos del sol se difuminan en su superficie mientras nos abandona, dando inicio así a la penumbra. No he visto aún su rostro, pero la postura de su cuerpo me da un indicio de su estado. No digo nada y me siento a su lado, él ni siquiera posa su mirada en mi cuerpo, sabe perfectamente quien soy. –He sido egoísta, desde hace mucho que sé lo que sientes por mí y aun así no he sido sincero contigo… Por más que no queramos, deberemos estar siempre juntos, somos parte de la misma familia y aunque no es lo que esperas, por ti siento un cariño inmenso… Jamás he tenido un hermano, apenas puedo saber lo que es tener padres, pero si debiera indicar a alguien en este mundo como tal, ese deberías ser tú… Te quiero y creo que nunca dejaré de hacerlo. Si prefieres evitarme y no dirigirme más la palabra, aun así seguirás estando en mi corazón… Lo último que quiero hacer es dañarte, por ello te pido que dejes de guardar en ti algún tipo de esperanza, ya he encontrado al amor de mi vida y deseo que tú hagas lo mismo, que logres olvidarme y seas feliz en brazos de otra persona…- Es lo que brota de mis labios, lo que está contenido en mi alma y que circula por mis venas como una fuerza implacable. Felipe se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de mi existencia y lo último que deseo es verle infeliz. Después de mis palabras sigue mudo, no ha movido ningún músculo de su cuerpo y tal pareciera que ni siquiera me ha escuchado. Veo mi muñeca y me reencuentro con aquella pulsera que este mismo chico me regaló, aquella que supuestamente nos mantendrá unidos por siempre. Me la quito lentamente para no dañarla, cuando termino tomo delicadamente su mano y deposito en ella el objeto. –Dásela a quien realmente pueda amarte…- Y diciendo esto cierro su puño para que así la conserve y no intente botarla. Me dispongo a pararme cuando me percato que Felipe ha tomado mi mano, intentando con ello retenerme allí. Sigue sin mirarme a los ojos y aun sentado en la cama vuelve a colocar en mi muñeca la pulsera que tan alegremente me obsequió. –No quiero que nadie más la tenga, eres tú a quien siempre amaré y por ello me daña todas las palabras que acabas de decir… Te he dicho que haría hasta lo imposible por enamorarte, ¿pero alguna vez te he mencionado que he sufrido mientras te he amado? Eres tú quien quiere ser egoísta al intentar impedir que siga sintiendo esto por ti…- De pronto el muchacho se levanta y me observa detenidamente a los ojos, sigue hablándome con aquella voz melancólica, deshaciendo cada una de mis fortalezas con aquel acento. –He intentado hacerlo antes, pero no puedo dejar de amarte y ya estoy resignado a hacerlo por el resto de mis días… No quiero que te sientas mal por ello, ya que es mi decisión… Tú no tienes nada que ver en ello.- Termina acariciando mi rostro e intentando sonreír, pero a lo lejos puedo ver el nudo que se ha formado en su garganta. ¿Por qué tiene que ser tan testarudo? Pero creo que tiene razón, no soy quien para decidir en su vida, solo dejaré que él tome sus propias medidas.

Debo caminar bajo la luz de la luna para poder recobrar el aliento tras lo vivido con Felipe. Mi mente desvaría y yo no la puedo controlar. Al final llego a la conclusión que por lo menos he dejado un tema resuelto, lo he enfrentado y aun cuando no logré la respuesta deseada, sé que he sido sincero con quien tanto quiero, pero no ha sido el único paso que debo dar, todavía falta uno más. Tal parece que el universo confabula a mi favor, porque en mi caminata por el monte de la isla, me encuentro frente a frente con Iris, justo la persona con quien tenía que platicar. Intenta agachar la cabeza y eludirme, pasar por mi lado como si no nos conociéramos y seguir adelante, pero soy yo quien la detiene. Me ubico justo delante de ella impidiéndole cualquier movimiento para seguir con su senda. Luego de mucho luchar, logro que levante la mirada y me encare, es en ese preciso momento, que sin haberle dirigido frase alguna, la abofeteo tal como aquella vez luego de enterarme de sus sentimientos por Mateo, cuando creí que sólo deseaba burlarse de mi amado. –No vuelvas nunca más a ayudarme, ya has hecho demasiado por mí y ahora… ahora es tiempo que sea yo quien te ayude a salir de este abismo en el que te has metido… Me importa muy poco si me has hecho sufrir, o si has dañado a la gente que amo, lo único que interesa ahora es que te quiero, que eres mi mejor amiga y que no deseo tener a ninguna otra… ¿Me entiendes?... Solo quiero olvidar y seguir a tu lado, como si nada hubiese pasado…- No puedo aguantar más y comienzo a llorar como un pequeño bebé. De inmediato noto que Iris también se acongoja y así terminamos ambos abrazados, tendidos en el suelo sollozando como nunca antes, sufriendo unidos por todo lo que hemos vivido, pero por sobre todo, sanando nuestras heridas y dándonos una nueva oportunidad para ser lo que nunca tuvimos que dejar de ser.

-En la mañana por poco castra a un muchacho y ahora llora abrazado de una niña, realmente esta gente del continente es extraña.- La misma mujer con la mitad de su rostro quemado pasa por nuestro lado con su marido, comentando aquello a viva voz, sin importarle que Iris y yo le escucháramos. -¿A quién querías cortarle el pene?- Mi amiga me pregunta esto en medio de aquella metamorfosis en que se convirtió el llanto en risa. Ella se muere de la alegría al enterarse de mi primera discusión de pareja con Mateo, pero soy yo quien revienta de júbilo al verla nuevamente ser ella misma, ser feliz sin importarle lo que el resto pensará. Luego de nuestra reconciliación definitiva, decido quedarme en el mirador más alto del monte, mi alma se siente tan liberada que quiero contemplar aquel hermoso paraje un rato más. Iris muere de sueño, así es que decide marcharse al hotel para descansar por fin luego de una extenuante jornada.

Han sucedido tantas cosas este último tiempo y todas deciden aparecer en mis recuerdos mientras contemplo el reflejo de la luna en la superficie brava del mar. Rememoro mi primer beso, mis mentiras disfrazado de Martina, cuando vi desnudo a Rodrigo en los baños, cuando éste mismo se aprovechó de mis secreto y me chantajeó, cuando me enteré que Mateo intentaba burlarse de mí, el fuerte abrazo de Felipe y sus manos en mis oídos impidiendo que siguiera escuchando las burlas del que ahora es mi enamorado, la primera declaración de amor del hijo de la directora, la traición de Iris y las burlas que le siguieron, los días en que solo el alemán y Felipe me protegían, la fatídica noche en que todos se enteraron del cruel pasado de Mateo, cuando me sacaron el corazón sin tener piedad, los días después de ellos, grises y fríos como nunca antes los había vivido, el abrazo que logró despertarme y ser el muchacho que ahora pueden ver, mi regreso al colegio y la sorpresa de todos al darse cuenta que seguía en pie, los cortejos de Engdahl y cuando me decidí por él, creyendo que lo amaba cuando todo no fue más que agradecimiento, nuestro noviazgo y la forma en que terminó, aquella infidelidad en los baños con la que se suponía era mi amiga, la presentación en el show de variedades y aquel beso que le robé a García, el inicio de este viaje y todo lo que ha significado, la revelación de que nunca he olvidado a este chico y que tal parece jamás podré hacerlo. Es tanto en tan poco tiempo que me termino mareando tan solo al recordarlo. Decido sentarme en una banca ubicada a mi espalda y levanto la mirada percatándome que una nube comienza a transitar sobre mí.

La noche se vuelve oscura, la luna deja de protegerme, el cielo se nubla de pronto como por arte de magia, un viento poderoso se presenta frente a mí, como si buscara ahuyentarme, avisarme que debo marcharme de ahí. Un fuerte escalofríos inunda mi espalda, desequilibrándome sin saber la razón. Muy pronto comenzará a llover, así es que decido irme rumbo al hotel. Doy media vuelta y me encuentro con aquella silueta tenebrosa. Alguien ha estado observándome en silencio todo este tiempo, asechándome esperando el momento indicado para atacar. Conozco aquel cabello y aquellos ojos, pero la intensidad de su presencia es inusual, jamás le había sentido así. Sus ojos negros me observan de pies a cabeza, para luego acercarse lentamente, descolocándome centímetro a centímetro, le conozco pero me asusta de todos modos. Rodrigo logra paralizarme cuando se posa frente a mí, algo me dice que no debo mostrarme débil, por lo que le retengo la mirada, tan solo que el brillo en sus ojos ha desaparecido y ello me impide contrastarle. Quiero huir de ahí, pero mis pies no responden. De pronto siento un fuerte ardor en la mejilla, sin siquiera percatarme termino en el suelo, el puñetazo que me ha dado ha sido tal que me ha derrumbado, mi cabeza no logra estabilizarse. Sin tener compasión de mi integridad, me vuelve a levantar con brusquedad, jalando mi brazo. Levanta mi mirada con sus poderosos dedos y estando tan cerca de mí que puedo percibir su respiración, se digna a hablar. -¿Creías que te podías zafar tan fácilmente de mí? ¿Qué iba a permitir que te burlaras?... Hay algo que siempre he querido de ti y este es el momento preciso para que me lo entregues…- Mi cuerpo tirita incesantemente y no puedo controlarlo. Así siento su lengua húmeda y escandalosa, su sabor a licor barato, introduciéndose en mi boca. Me muerde el labio tan rabiosamente que termina sangrando, siento como el fluido rojo invade mi barbilla, no pudiendo darle mayor importancia, aquello no es lo peor.  Luego de mi boca, sus labios comienzan a invadir mi cuello mientras que sus manos masajean furibundamente mis glúteos, centrándose en aquella hendidura que forman. De repente siento su imponente falo erigirse tenebroso, excitado ante tan fácil presa. Me entrego al pavor y comienzo a patalear, a intentar de todas las formas posibles de arrancar. Grito por ayuda, pero esta bestia me tapa la boca y me dirige la peor de las miradas. Empobrezco de pronto y me siento el más mísero de los insectos. –No hay nadie que pueda escucharte, estamos en medio de la nada… Así es que será mejor que no te resistas, no provoques que te siga golpeando…- Lloro, simplemente lloro al sentirme impotente. Me deshago en sus brazos mientras siento como baja mis pantalones, invadiendo mi cuerpo como si no valiera nada. Solo deseo despertar de esta pesadilla, pero el dolor es tan profundo que sé que todo esto es real. ¿Qué debo hacer? La grandeza que he logrado todos este tiempo se ha esfumado y quedo convertido en un despojo, tal cual como inicié este camino, tal cual como tal vez he de terminarlo. 

Notas finales:

Bueno.... espero poder actualizar pronto...

 

Nos leemos!! Espero que me comenten *-* y por favor... si es un reto... u.u que no sea tan fuerte u.u soy alguien sensible

Byebye!!!


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