Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Chico Perfecto por jotaceh

[Reviews - 166]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos.... espero que se encuentren muy bien y que todos sus sueños se estén realizando, de no ser así... espero con todo mi corazón y alma que pronto suceda :D

 

Bueno, aquí les traigo un nuevo capítulo, espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo... Gracias por apoyarme en esta historia y por los comentarios que me regalan ...

 

Y a leer!!!

CAPITULO XXIV: Amor eterno.

¿Qué estoy haciendo? Beso al mismo chico que se sacrificó por mí hace ya tantos años, quien me hizo sufrir como nadie, pero el que me entregó la dicha de una vida nueva. Ha sido todo tan doloroso entre nosotros, que no puedo comprender si lo que estamos haciendo es correcto o errado. –Olvida todo, comencemos de nuevo sin preocuparnos por el pasado… Nos amamos y eso es lo único que importa.- Me dice Mateo suponiendo lo que transcurre en mi mente. ¿Acaso siempre me ha conocido tan bien? Me sorprendo por su intuición, pero no me calmo ante aquellas dudas. Por más que lo intentemos, es imposible olvidar lo acontecido durante nuestras existencias. Apago mis miedos en el brillo magnificente de sus ojos, escondiéndome en ellos y sintiéndome protegido por aquella alma tan querida, tan amada en secreto por tantos años que hasta logré confundirme en el camino.

La luz de la luna se refleja en el mar, transformando su oscura superficie en un farol imponente propicio para su contemplación. Nuestros pies se hunden en la arena mientras caminamos por la playa, su brazo está depositado en mi hombro, rodeándome con el calor de su cuerpo mientras recorremos la isla, inundándonos en aquel paraje tan hermoso. Siento su corazón latir como si me estuviera dedicando un soneto, mientras que su perfume se impregna en mis sentidos, me devoro cada sensación que aquel ser puede entregarme. ¿Qué sucedió en mi corazón? ¿De repente olvidé a Rodrigo y comencé a amar a Mateo? ¿O lo que estoy sintiendo significa que nunca pude olvidar a García? Sigo confundido, aunque lo intento, aunque trato de concentrarme en el maravilloso paisaje que nos rodea, no puedo dejar de mortificarme por lo que es, lo que debería, lo que pudo o lo que no fue. Todo ha ido tan rápido que no entiendo nada de nada.

-Él llegó diciendo que trabajaba en el hotel y que venía a cambiar las sábanas, así que lo hice pasar, pero luego comenzó a coquetearme y me terminó besando, ahí fue cuando entraste y nos viste…- Es lo que me explica el muchacho cuando le pregunto sobre lo sucedido hace algunos minutos. Estamos ahora sentados observando el oleaje del mar. Me surgió aquella duda, porque hace no mucho tenía la fama de casanova, y quería comprobar si no había vuelto a aquellas andanzas. ¿Entonces debo estar tranquilo? ¿Él no se ha fijado en nadie más? Volver a experimentar lo que viví por culpa de Rodrigo me haría sufrir aún más. –Está bien, algo dentro de mí me pide que te crea, pero no puedo dejar de tener este sentimiento extraño… hay algo que no me cuadra y es que todo en este último tiempo ha pasado tan rápido… como si fuese parte de un plan…- Le confieso mis dudas a García, este pálpito en el pecho no me deja tranquilo, no puedo dilucidar si es este chico u otra cosa la que me pone los pelos de punta. Sé que estoy dando un paso sumamente importante, pero mientras no descubra aquello que me perturba, no podré seguir adelante con firmeza. –No hay nada que temer… solo debes estar seguro de esto, no quiero presionarte y si quieres meditarlo un tiempo, yo no te presionaré, lo último que quiero es hacerte daño…- Así esta madura versión del muchacho por quien tanto luché, me da la libertad para averiguar dentro de mí y a mi alrededor, de cerciorarme que este sentimiento es verídico y no una rememoración de momentos previos.

Al amanecer doña Carmen nos despierta temprano para desayunar todos juntos en el restaurante. Me siento cansado por la caminata de anoche, por lo que a tientas me dirijo al baño para ducharme, pero grande es mi sorpresa cuando veo a Felipe desnudo a punto de ingresar a la tina. ¡Oh por buda no otra vez! Esto ya me ha pasado tantas veces que parece un chiste de mal gusto, así es que me decido a no cometer los mismo errores de siempre. –Mira, sí… me agrada todo lo que tienes ahí a descubierto, pero eso no significa que caiga rendido a tus pies, por sobre todo soy un ser racional que no sucumbe ante la primera tentación… Además, seamos sinceros… Ya te lo he visto y no es la gran cosa… Bueno, sin más, me despido, que tengas un buen rato…- Decente le explico lo sucedido y le aclaro que no soy un pervertido, no quiero quedar como uno nuevamente, la otra vez terminé siendo novio del alemán. El rostro del presidente del centro de alumnos está petrificado, me escucha con atención, pero no esboza ninguna expresión, ¿habré parecido un loco? Pues bien, prefiero parecer eso ante que un violador en potencia. -¿Qué? ¿Tú también? Así no se puede vivir… prefiero bajar a desayunar en pijama…- Me salvo de Felipe y resulta que Mateo se levanta en calzoncillos, mostrando toda su existencia sin pudores, ¿qué le sucede a estos chicos? ¿No conocen el pudor? Ofuscado camino por el pasillo hasta el ascensor, me importa muy poco si se ríen de mí por andar con ropa de dormir.

-Tú te mostraste casi desnudo ante todo el colegio ¿y ahora vienes a hablar del pudor del resto? Qué raro eres…- Es lo que Iris me responde tras comentarle lo sucedido en la habitación al despertar. Me siento un tanto torpe al escucharla, pero creo que tiene razón. Ambos estamos sentados en nuestra mesa mientras comemos. –A menos que aquella reacción sea fruto de que ambos chicos te gustan, porque es de entender que viéndolos en aquellas circunstancias te sucedan cosas…- Su mirada intrigante me intimida aún más, ¿será que esta chica tiene razón?

Me quedo toda la mañana pensando en ello. Luego del desayuno me dirijo a la habitación para por fin utilizar el baño. El agua caliente cayendo sobre mi miel me alivia de todos mis males, distrayéndome por unos minutos de mis pesares. Salgo como si hubiese nacido nuevamente y mientras me termino de vestir siento como la puerta se abre a mi espalda, ha de ser uno de mis compañeros de cuarto, por lo que no le tomo mayor importancia, hasta que me levanto y logro visualizar su cabello rubio y su mirada penetrante, desafiándome una vez más. –Luego que te cuente lo que descubrí tendrás que pedirme perdón por todo…- Son las palabras con las cuales Engdahl hace su anuncio. Sus facciones han endurecido de pronto, como si se encontrara frente a su detestado enemigo. Ninguna de sus palabras me ha sonado bien, y es que con aquel acento detestable con el cual las pronunció, nada puede parecer agradable. –No quiero hablar contigo, cualquier mentira que hayas inventado no la creeré, así es que pierdes tu tiempo.- Con el mismo atisbo de superioridad que él ha utilizado, le hago entender que ya no puede dañarme, que aunque clave en mi pecho una daga no podrá herirme. No quiero pasar un solo momento más contemplando aquel espejismo de amor pasado que el mismo alemán busca destruir día tras día, así paso por su lado buscando la salida. –Fue Iris… Ella estuvo detrás de todo nuevamente…- Su mano se clava en mi brazo y sus palabras en mi mente. ¿Qué está tratando de decir? ¿Acaso piensa que puedo creer aquella intriga?

-Magdalena me ha confesado que fue ella quien la chantajeó para que me sedujera, que al enterarse que había tenido una relación con un hombre casado, la extorsionó con contarle a sus padres y por ello aceptó a acostarse conmigo… Todo fue un plan de esa desquiciada para separarnos, ¿no ves? Yo jamás fui el culpable…- No, esto no puede ser verdad. Me siento colapsado, no puedo procesar aquella idea, no es posible que esté sucediéndome lo mismo. El alemán intenta retenerme, pero me logro zafar y es que mi rostro debe estar tan compungido, que ha impresionado hasta al mismísimo rubio. Mis pasos son lentos y es que la conmoción aún no me ha abandonado. Logro salir de aquel laberinto en que se ha convertido aquel edificio y camino por el pequeño pueblo de la isla, no fijándome en mi dirección, solo sigo el rumbo determinado por mis pies, desconectados totalmente de mi cerebro.

¿Qué podría ganar Iris al separarme de Rodrigo? No tiene sentido, pero mientras pienso en esta posibilidad recuerdo algo que había olvidado estúpidamente: Iris está enamorada de Mateo. Recordé aquella conversación que ambos sostuvieron y que yo intrusamente presencié. Su voz era tan convincente, todo se sentía tan real, no puede ser parte de un plan, ella realmente se terminó enamorando de García cuando fingió ser su novia. –Les pagaré por todo el daño que les hice… y ya sé cómo hacerlo…- Es lo que la pelirroja me respondió tras investigar en mis ojos, justo luego de encararle, el creer que intentaba dañar a Mateo otra vez me sacó de mis casillas e intenté defender su felicidad. ¿Qué quería decirme en ese momento? ¿De qué se dio cuenta al ver el brillo en mi mirada? Me siento en medio de un laberinto sin salida, atrapado en una gran mentira que puede terminar por quitarme la poca tranquilidad que había conquistado.

Sin darme cuenta termino en un mirador ubicado estratégicamente sobre el monte más alto de la isla. Desde aquí puedo ver toda la extensión terrestre y el mar que le rodea. La brisa tranquila y el canto de las aves no logran apaciguar mi irritación, mi descontento con lo que otros hacen con mi vida, como si tuvieran el derecho de decidir qué es lo mejor para mí o no. Es tanta la inmensidad contenida en mi interior que no me es posible contenerla y emerge poderosa, mi garganta se deshace en el aire, extrayendo todo aquello que siento contra el mundo. Un grito imponente se expande por aquel hermoso paraje y tras él me quedo sin energías, desfallecido de tanto sufrir.

No llevo conmigo un reloj, pero fue tanto el tiempo que me llevó recuperar el aliento, que llego a mediodía al hotel. Todos se sentían preocupados por mí, especialmente mi madre quien al verme me abraza como nunca antes. –Me asustaste tanto, pensé lo peor…- Unas dulces lágrimas caen en mi hombro, las mismas que habían florecida de los bellos ojos de Ignacia. Lamento tanto el haberle hecho sufrir, pero debía reflexionar, ahora creo tener mis pensamientos más esclarecidos. Me despego de ella y sin darme cuenta veo como Rodrigo lleva a la fuerza a Iris hasta el lugar donde nos encontramos. Todos los presentes en la fachada principal del edificio ven como el muchacho exterioriza toda la furia contenida en su pecho. Sus ojos están desorbitados, sus labios contraídos y su aliento agitado, jamás lo había visto de aquella forma, parece una verdadera bestia. Sin medir su fuerza jala a la pelirroja apretando su brazo tan delicado, su piel pálida parece enrojecer tras cada jalón y eso no es lo peor que debe sufrir. Al estar frente a mí, la empuja para que caiga justamente a mis pies, como si hubiera salido de caza y ahora me ofreciera la presa para que yo la termine de exterminar. Su cabello se alborota al viento y no puedo ver su rostro, pero no creo que la pobre pueda estar tranquila tras aquel brutal ataque. – ¡Anda! Dile todo lo que has hecho, vuelve a confesar ante todos las atrocidades que has maquinado…- Es como Engdahl da inicio a este verdadero foro romano.

-Cuando descubriste mis sentimientos por Mateo me aterroricé, no quería que nadie se diera cuenta de mi pequeñez, de mi patética alma que terminó cayendo en sus propias trampas… Me sentí fatal cuando me percaté de la magnitud que había logrado mi plan, jamás imaginé que tu pasado y el de Pablito había sido tan cruel… yo solo quería que dejaras de amar a quien tanto daño te había hecho, ¿cómo querías que supiera que él te había devuelto la vida? Nunca quise dañarte, todo lo contrario, lo único que quería es que te dieras cuenta que estabas desperdiciando tu existencia… lo había intentado por años, pero nunca me hiciste caso, por ello planifiqué aquellos horrendos actos, porque de ninguna otra manera reaccionarías…- Es como Iris inicia su testimonio ante tantas miradas atónitas que rememoran lo que sucedió aquella terrible noche de fiesta. Su mirada está escondida atrás de su cabello, pero luego se arma de valor para levantar la cabeza y seguir con su relato entregándome el fulgor de su mirada agotada. –Ya no podía ser tu amiga, decidí desaparecer de tu lado para nunca más dañarte, pero fuiste tú quien regresó a mí… Te enteraste de mis sentimientos y me encaraste, me intimidaste para que desistiera de un supuesto plan para burlarme de García, pero lo que no sabías es que con ese acto fuiste tú mismo quien se delató… Estabas con Rodrigo, creías amarlo, pero ni siquiera te percataste que en vez de olvidar a Mateo, lo único que hiciste fue acrecentar tu amor por él… No te dabas cuenta, pero yo sí… tan solo al ver el brillo de tu mirada…- Un nudo se ha formado en su garganta, el mismo que comienza a colarse en la mía, porque todo lo que menciona hace que mi pecho reaccione por fin y termine por entender aquello que siempre ha guardado. –Aquel brillo que también pude divisar en los ojos de Mateo al observarte… Ambos están enamorados, pero no se atreverían a aceptarlo después de todo los que les hice, así que entendí que ya no importaba lo que sintiera por él, porque eras tú quien debía estar a su lado. No sé otra forma para ayudarte, así que cometí los mismos errores… hace mucho sabía que Magdalena había tenido un idilio con un hombre casado, así que utilicé esa información para chantajearla y utilizarla en mi plan. La obligué a que sedujera a Rodrigo y no fue difícil hacer que se acostara con ella… aceptó de inmediato. Fue cosa de tiempo para que lo descubrieras y fui yo misma quien te dio la pista, te dije aquel día después del partido que no fueras a ver a los baños, porque sabía de antemano que allí estaba tu novio con su amante, era obvio que irías de todos modos…. Ahora solo faltaba que te decidieras a estar con Mateo y por ello hablé con él… No te preocupes, no sucedió lo mismo que con Felipe la vez anterior, él no sabía nada de mi plan, sólo le comenté mis sospechas sobre tu enamoramiento y él hizo el resto…. El chico de la isla, aquel que se coló en su cuarto, también fue obra mía, era el último esfuerzo para lograr que ambos recapacitaran… Tal vez ya no vuelvas a perdonarme nunca más, me acababas de disculpar y ya vez… vuelvo a desilusionarte, pero espero que ahora las consecuencias sean mejores, que te des la oportunidad de amar y de comenzar una nueva etapa con quien amas… se lo merecen…- Entre lágrimas termina de confesar y como una devota que acaba de asistir a misa, se levanta del suelo y me regala una tímida sonrisa, luego simplemente se marcha, desaparece del lugar como si se tratara de un alma rumbo al descanso.

Nadie dice una palabra, todos se miran entre sí como si buscaran en otros lo que deben decir o hacer. Yo me encuentro igual, colapsado tras aquella avalancha de confesiones que fueron reveladas tan deprisa, que no dan tiempo para la reflexión. –Ya te lo había dicho, fue ella quien nos separó y por mucho que diga que estás enamorado de García… No puedes olvidar lo que pasamos juntos, lo felices que fuimos en nuestra relación. Esta es nuestra oportunidad para unirnos… ¿qué me dices?- De pronto aparece Rodrigo, sereno como si no hubiese dañado a Iris, como si nada hubiese sucedido hace poco. Me sonríe tendiéndome la mano para que le siga, para que le acepte y volvamos a amarnos. Doy pasos lentos en su encuentro y cuando veo de cerca su rostro, no puedo contener la ira en mí y le golpeo en la mejilla como aquella vez al bajar del escenario. –Aun cuando Iris hubiera puesto en tu cama a mil prostitutas dispuesta a acostarse contigo, si realmente me amaras, no aceptarías a ninguna… Me fuiste infiel y eso no puede ser obra de ninguna otra persona. Entiende que nosotros no volveremos a estar juntos…Nunca más- Y recalcando la inmensidad de la palabra y el tiempo, me despido de todos los ahí reunidos,  apresurándome para llegar a mi cuarto.

Abro la puerta y me encuentro frente a frente con la única persona que quiero ver el resto de mi vida, porque es a él a quien quiero besar por la eternidad, con quien deseo envejecer y dedicarle cada uno de mis suspiros. No hay palabras que expliquen la congoja que siento en mi corazón, porque el estar privado de su calor es una completa agonía. Muero al ver sus labios jugueteando al percatarse de mi presencia, y regreso a la vida al contemplar el tierno calor de su mirada. No sé cómo, pero llego a sus brazos, me sumerjo en su aroma como un invasor, como un descubridor enamorado de la tierra nueva. Desearía quedarme así por la eternidad, rodeado por el único ser a quien realmente he amado en este mundo, el mismo que conocí en aquellos terribles años de mi infancia y que he acompañado en silencio durante tantos otros. Solo escucho el latir de su corazón, no hay sonido más maravilloso que aquel le da la vida a la persona más importante de mi existencia. No necesito que me hable, que me relate sonetos, que me cante lo mucho que me ama, sólo me basta con su vida, con lo único que posee desde siempre y lo único que tiene para ofrecerme.

La luz parece distante, lejana en el tiempo como un suspiro adolescente fruto de vivir el primer amor. Las murallas parecen viejas, los muebles gastados y el ánimo empecinado en atacar a todo ser viviente. El mundo es agreste, pero donde todo cuesta, la vida se abre camino para entregar aunque sea una gota de esperanza a quien esté dispuesto a contemplarla. Veo a todos lados antes de ingresar a aquella habitación, no quiero que sepan cuál es mi escondite. Creí que sería un día normal en aquel orfanato, pero al ingresar a aquella habitación me doy cuenta que no estoy solo, allí está esperándome aquellos ojos negros que tan feliz me hacen al posarse sobre mí. Se acerca como si se tratara de un adulto, tan seguro de sí mismo, tan dueño de sus actos, todo aquello me hace enloquecer, derretirme de amor por aquel cuerpecito pequeño, aquellas mejillas redondas y aquella mirada que poco a poco la tengo frente a mí. Me sonríe como si estuviera contemplando a su hermano pequeño, a su querido amigo de juegos sin quien no podría vivir. Juguetea con mi nariz, como si con ello intentara molestarme, pero nada que hiciera podría disgustarme. – ¿Por qué siempre eres tan lindo conmigo?- Le pregunto sin darme cuenta, y es que realmente quiero saber la razón. No despega ni un solo segundo la mirada en mí, me observa con la misma ternura de siempre y juguetonamente me entrega una respuesta en forma de pregunta. -¿Por qué crees tú?- Y en ese momento supe lo que Pablito sentía por mí, nunca más olvidé aquella escena, ni mucho menos el amor reflejado en sus preciosos ojos.  

Notas finales:

Muchas gracias por leer... pronto otro capítulo!!! O tal vez este es el final??? Ustedes qué dicen???

 

pd: hago esta pregunta para saber si leen las notas finales jajajajaj xD Respondanme, creen que podría terminar así la historia???


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).