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El Chico Perfecto por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!!

Espero que estén muy bien y que sean muy felicez :3

Bueno, me he apurado un poquito y he escrito el capítulo número 6... espero que les guste mucho, tanto como a mi me encantó escribirlo!!

 

Gracias por leer mi historias y también por sus comentarios....

CAPITULO VI: ¿Qué significa esto? ¿Besos y abrazos?

Sus cabellos dorados resplandecen al ser tocados por los rayos del sol, al igual que sus ojos oscuros, los que no dejan de espiar cada movimiento que mi rostro produce. Estoy petrificado pensando en lo que sucederá pronto. Rodrigo me ha descubierto in fraganti, ahora sabe que soy Martina y lo más probable es que se lo contará a Mateo. –Quien calla otorga, significa que estoy en lo correcto. Ahora lo que quiero saber es el porqué, ¿qué rayos le has visto a mi amigo como para intentar enamorarlo de esta forma?- Ok, ya todo da lo mismo, prefiero que este chismoso cuente la historia que yo le cuente en vez de las conjeturas que logre crear. Decido invitarle a conversar al parque, necesito un lugar tranquilo para dar inicio al final de todo.

-He sido yo quien ha conseguido convertirlo en el capitán de los equipos de fútbol y de básquetbol, en el presidente del centro de alumnos, quien ha cambiado los resultados de sus pruebas para que tenga calificaciones sobresalientes y quien ha enamorado a sus novias, todo lo que él ha logrado lo he hecho yo. Hay una razón muy fuerte por la cual quiero transformar su vida en un paraíso, es mucho más que amor lo que siente por él…- Cabizbajo le cuento la verdad a este chico. Primero tiene su boca cerrada, pero mientras escucha la historia comienza a abrirla lentamente, al final del relato puedo ver su garganta de lo impresionado que está. ¿Todos a quienes le he contado han reaccionado de la misma manera? Oh sí, creo que debería ser dentistas, porque no tengo ningún problema en abrirle la boca a la gente. -¿Qué razón puede ser tan grande para que hayas hecho todo eso? ¿Acaso le debes algo a Mateo? ¿Él ha hecho algo por ti?- No sé si es mi imaginación, pero lo percibo un tanto enojado tras mi confesión, lo que termina enfadándome a mí también. –Si soy quien soy, es gracias a él… Aunque no puedas creerlo, hace muchos años él hizo algo por mí, una acción tan grande que terminó por marcar mi vida… Lo amo, pero por sobre todo, le debo la vida que ahora tengo. ¿Cuándo se lo piensas contar?- Aquel tono de enfado que sólo utilizo con mis padres hace aparición en este momento, ¿cómo puede creer que me he sacrificado por un capricho? Si he hecho todo aquello es porque realmente tengo una fuerte razón. Los minutos que transcurren se me hacen familiares, y es que Felipe reaccionó de la misma manera, e incluso mi propia madre tuvo que pensar un largo rato para darme una respuesta. No me inquieto, sólo lo observo divagar mientras camina de un lado a otro como si estuviese esperando que su esposa diera a luz.

Finalmente decide dirigirme la palabra, aunque de haberlo sabido, hubiese deseado que jamás lo hiciera. –No soy un entrometido, además quiero a mi amigo y no me gustaría que se enterara de todo, así es que no le contaré a nadie sobre tu secreto… pero, tienes que hacer algo a cambio.- Un fuerte escalofrío logra estremecerme por completo, aquellos ojos me miran tan intensamente que logran intimidarme. Me da miedo preguntarle qué es aquello que quiere, pero me armo de valor y tomando un poco de saliva para aclarar mi voz, hago la interrogación no deseada. –Pues bien, como sabrás el popular en nuestro grupo de amigos es Mateo y siempre se jacta porque nadie se interesa por mí. Ahora bien, como quiero que me deje de molestar, y además como tú no quieres que cuente tu secreto… Deberás declararte a mi delante de todo el colegio, quiero que finjas que te gusto. No te preocupes, obviamente yo te rechazaré y sólo quedará como un amor no correspondido.- Me mareo y debo cerrar los ojos un par de segundos. Jamás en mi desdichada existencia me habían pedido algo tan desquiciado. Detesto llamar la atención del resto y ahora resulta que tendré que humillarme delante de todos mis compañeros diciendo que estoy interesado en Rodrigo. Mi vida se ha acabado, jamás nadie me olvidará, se reirán por la eternidad del patético muchacho que se le declaró al alemán.

Acepto su oferta y pactamos hacerlo el lunes, luego de este fin de semana. Según él lo hace con la finalidad que me prepare para tan “importante acontecimiento”, es decir, la liquidación del poco orgullo que me queda. Se despide cordialmente con aquella babosa sonrisa de niño rubio, lo detesto, siento tanta repugnancia por él que creo que desde ahora estará en la cúspide de mi lista de enemigos. El otrora líder era Felipe, pero al parecer él es un ángel en comparación.

Camino algo desanimado a casa… a quien engaño, lo hago furibundo. Me desquito con lo primero que encuentro. Pateo una lata de bebida tirada en el suelo, luego una piedra sobre el césped, y cada basura que se encuentre facultada para chutear. Pensé que seguiría mi camino así hasta llegar a casa, pero de la nada escucho un fuerte estruendo. ¿Qué es? Trato de agudizar el oído, y me doy cuenta que sea lo que sea se acerca a mí a gran velocidad. Volteo para verificar la procedencia del barullo cuando quedo petrificado. Un… Dos… Tres… ¡No! Son cuatro furioso perros que corren para intentar morderme. Sin pensarlo dos veces comienzo a correr desesperado, si me llegan a encontrar seré ameba muerta. No sé cómo utilizo mi cerebro mientras mis piernas corren desaforadas, y entiendo que una de las piedras que chuteé tuvo que golpear a uno de los perros. ¡A uno! ¿Y los otros tres? Tristemente me percato que aquel pobre perro vagabundo tiene más amigos que yo, y es que al parecer todos tienen más camaradas.

Cuando logro despistar a los caninos veo el estado deplorable en el que me encuentro. Sudo como si fuera vaca en el matadero. Hace mucho no hacía tanta actividad física, debido a eso me encuentro jadeando sin cesar y deseando un poco de agua. Por suerte la travesía me llevó cerca de un centro comercial, así me dirijo hasta los baños de éste. Ahí me asearé e hidrataré, de lo contrario creo que moriré convertido en pasa.

Mientras camino por el edificio donde todos compran desaforados, me percato que mis piececitos me gritan ¡Ayuda! ¡Socorro! ¡Nos morimos! Ok, sé que sus pies no hablan, pero los míos están tan cansados que aprendieron por necesidad. Tratando de olvidar el dolor, entro al baño dirigiéndome directamente a los lavamanos. Al parecer quedé muy abatido porque todos los que me ven entrar me observan atentamente, un tanto sorprendidos. A un anciano que evacuaba en uno de los urinales casi se le llega a caer la placa de la impresión. ¿Será para tanto? Sinceramente no creo que esté tan mal así, por lo que los ignoro y me paro frente a uno de los grifos, del cual tomo abundante agua. Todo mi cuerpo se revitaliza y en este momento decido mojarme el cabello, aquel tan largo y rubio… tan… largo… y… rubio… ¡Mierda! No puede ser, se me olvidó que sigo vestido como Martina y en vez de entrar en el baño de damas, entré en el de varones, por eso es que todos me observan sorprendidos. –Lo siento, disculpen, fue una equivocación, no volverá a suceder. De todos modos, abuelito… cubra sus encantos, se pueden resfriar… ¡Hasta luego!…- y como me escapé de los perros, ahora salgo raudo de aquella habitación. Jamás había pasado una vergüenza como esa, mi rostro debe estar tan ruborizado que brilla.

Cuando llego a casa entierro todos los implementos de Martina, aquel es su funeral. No quiero volver a convertirme en ella nunca más, sólo me trajo problemas y desilusiones. Estuve a punto de conseguir el amor de mi Mateo, todos mis sueños iban a realizarse, pero no era yo. Si alguna vez mi niño bonito ha de fijarse en mí, espero que sea por esta ameba, no por un personaje creado por mis padres. Nunca he estado cerca de lograr enamorarlo y ahora lo estaré menos que nunca, porque desde este lunes todos creerán que amo a Rodrigo.

Quiero que sepas que me gustas mucho, ya no puedo vivir sin ti… Rodrigo, eres el amor de mi vida y deseo compartir mi vida contigo… No quiero alarmarte, pero siento algo muy fuerte por ti… Estas y muchas otras son las frases que han inundado mi cerebro todo el fin de semana. Hoy despierto desanimado, es el día en el cual debo fingir amar al rubio amigo de Mateo, no habría problema si fuese delante de sus amigos, pero él quiere que sea frente a todo el colegio, una humillación pública.

 -¿Por qué lo tengo que hacer?- Le pregunto a Iris mientras caminamos por un pasillo de la escuela. Estamos en recreo y tratamos de relajarnos un poco. Obviamente luego de enterrar las pertenencias de Martina, llamé a mi amiga para contarle lo sucedido con Rodrigo, quedando en el mismo estado de shock que yo. Ahora intenta apoyarme antes que inicie el vendaval, será en la hora de almuerzo que me declare ante el rubio. –Pues tienes que hacerlo porque de lo contrario él contará todo lo que sabe. Dirá que eres un patético sicópata que ha estado confabulando en contra de todos con tal de lograr que Mateo García sea el chico perfecto. Revelará ante todas las ex novias de aquel imbécil que fuiste tú quien las enamoró, y todos los otros secretos que le confesaste. Todos te recordarán por eso y te humillarán día tras día hasta salir del colegio, quizás cuando seamos adultos seguirán molestándote. Destruirán tu vida y tu ego, no podrás rendir en la universidad y tendrás que salirte para terminar vendiendo comida en las calles o limpiando baños en el mall. Terminarás pobre, soltero y virgen en un departamentito a las afueras de la ciudad, donde tus gatos te devorarán cuando mueras… Eso, no es tan terrible lo que te sucederá si es que decides no hacerle caso a Engdahl.- Y así es la manera en que mi amiga siempre intenta alentarme, ahora comprenderán porque hay gente que al conocerla mejor intenta alejarse. A veces confunde la realidad con las películas, ¿cómo creían que se le hubiese ocurrido transformarse en lesbiana para ayudarme con mi problema? Ella siempre crea una historia enredada detrás de cada vivencia.

Llegó la hora de la verdad y tengo el estómago vacío, no pude comer nada en el almuerzo debido a los nervios. Camino justo hacia el rincón del patio donde siempre se encuentra reunido el grupo de Mateo, aquel espacio donde siempre está repleto de gente que quiere congraciarse con los muchachos más populares de la escuela. ¿Nunca nadie se le ha declarado a Rodrigo? No puedo creer que justo cuando estoy a punto de realizar lo que él me pidió comience a darme cuenta de la verdad. Por lo que recuerdo siempre he escuchado a más de una muchacha decir que está interesada en el alemán y que es igual de atractivo que mi amado. Trato de buscar entre mi memoria alguna relación que haya tenida, pero no puedo encontrar ninguna. Creo que nunca ha tenido pareja, pero eso no significa que no sea popular. ¡Claro!  Hace menos de un año escuché que una muchacha del curso de Felipe le escribió una carta declarándosele, peor él la rechazó. Muy bien, eso significa que me mintió, pero… eso no cambia en nada mi perspectiva, debo hacer lo que me pidió para que cumpla con no contar mi secreto.

Cuando llego al lugar lo observo rodeado de sus amigos y algunas chicas que siempre intentan ligar con alguno de ellos, son tan fáciles. Mis pasos son cada vez más lentos, mi cuerpo intenta detenerme, no quiero hacer esto. Me dan terribles ganas por llorar, llamar la atención de esta manera es casi un suicidio. Todos me observan caminar, estoy llegando al perímetro del terror. Al parecer nadie se esperaba que llegara una ameba como yo, porque el silencio que impera es sepulcral. Me paro rígido delante de Rodrigo, viendo cómo una sonrisa se dibuja en su rostro. Sus ojos me miran con picardía, sabiendo lo que pronto sucederá. Aclaro mi garganta y comienzo con la humillación.

 –Rodrigo… yo… bueno… resulta ser… que… megustasyquieroqueseamosnovios- Mis nervios no me permitieron hablar fluidamente al principio, pero termino tan rápido que la última frase pareció ser una sola palabra. Intento ver la reacción del resto, quienes al parecer no han escuchado bien mi confesión, pero es un chico quien se lleva toda mi atención. Mateo está parado unos cuantos pasos al lado del rubio alemán, con la boca abierta mirándome detenidamente. Me gustaría pensar que está sorprendido de saber que me gusta su mejor amigo y no él, pero sé perfectamente que esto es mentira, si ha de estar sorprendido es porque no fue él el centro de atención. ¿Qué acabo de pensar? ¡No! Por favor, mi amado muchachito de cristal jamás pensaría eso, él es humilde y quiere mucho a sus amigos, creo que en realidad está feliz porque el rubio puede ser popular igual que él, eso es.

Intento despegar mi vista de mi amado para enfocarme en quien me interesa ahora. Se supone que Rodrigo debe rechazarme, espero que no sea tan canalla como para hacerlo de una forma despectiva, no quiero que todos los aquí presentes se rían tanto de mí. –Me sorprendes con tu confesión Martín, nunca pensé que sentirías aquello y es que… no puedo dejar de alegrarme al darme cuenta que mi amor es correspondido. Desde que llegué hace ya tres años a este colegio me he sentido atraído hacía ti, lo que no es sorprendente, porque sé que muchos de quienes ahora me rodean también se han sentido así… Claro que quiero ser tu novio, ahora déjame besarte…- ¿Me está hablando a mí? ¿Practica algún tipo de monologo? Ah ya sé, es tan canalla que comienza así su tortura, ahora se acerca a mí como si me fuese a besar, pero antes de hacerlo me empujará al suelo haciendo que todos sus amigos populares se rían. Intentarán burlarse de mí por haber creído que realmente soy popular y que él está interesado en mí. Bueno, si con esto pago su silencio, tendré que sacrificarme.

Ha llegado frente a mí, sólo un par de centímetros nos separan y me mira directamente a los ojos. Parece que el torturarme le da placer, porque sus ojos brillan fuertemente, como si en realidad estuviese enamorado de mí. Veo como sus manos comienzan a asentarse en mi cintura, de seguro ahora es el momento en que me empujará, aunque ¿Por qué se me aferra tanto? Poquito a poquito elimina el ya escaso espacio que existía entre nosotros, ahora prácticamente estamos abrazados. ¡Cualquier cosa que estés intentando hazlo pronto! ¡Me estás desesperando!  Ya no sé lo que realmente intenta, mi cuerpo se estremece ante lo desconocido y es justo en este momento cuando siento como sus labios rozan los míos. Lentamente conquista mi boca impregnando su sabor en ella, como Colón logra asentarse en tierras desconocidas, dejando en mí su esencia, tan fresca pero a la vez potente, tan diferente al ideado sabor de Mateo. Esto no es una tortura, es un beso. No sé qué sucede en mí, pero cierro los ojos como si intentara hacer perdurar este momento para siempre.

No puede ser, esto debe ser un sueño. Él me aseguró que tras declararme me rechazaría y todo seguiría igual, ¿qué pasó con nuestro trato? ¿Por qué ahora pareciera que fue él quien se declaró? Mi cabeza es un caos, comienzo a pensar que todo es real y que Rodrigo si me ama, que lo ha hecho desde que llegó, por eso es que no ha aceptado a nadie. Tal vez todas estas últimas palabras son reales, entonces ¿soy popular? Siempre he intentado no llamar la atención, creo que no soy lo suficientemente atractivo ni inteligente, debido a ello y para que no se burlen de mí, trató de esconderme. Soy ñoño y se supone que por eso todos deberían molestarme, pero jamás nadie me ha dicho grosería alguna. No es la primera vez que lo pienso, pero antes llegaba a la conclusión que era tan bueno escondiéndome que al no verme no se burlaban de mí, ¿ahora debo entender que no lo hacían porque en realidad soy popular? Si fuese así, ¿Cómo pude ser tan tonto para no darme cuenta antes?

Todas estas ideas llegan de golpe a mi cerebro mientras transcurre el beso, necesito una respuesta a todas mis dudas, pero antes que termine mi unión con Engdahl siento un fuerte jalón, alguien ha tomado mi brazo y me ha separado de él. Los sucesos transcurren tan rápido que casi no me doy cuenta. Quien me jaló me pone detrás de él, para luego acercarse a Rodrigo y golpearlo fuertemente en el rostro, el pobre termina tendido en el suelo. Veo sangre en sus labios y un fuerte rencor en sus ojos. ¿Quién le ha golpeado? ¿Quién es este tipo que se encuentra delante de mí? No puedo ver su rostro, pero al escuchar su voz logro identificarlo. -¡No se te ocurra nunca más aprovecharte de Martín! Sé que él ama a alguien, pero ese no eres tú, así que no lo chantajees. Si quieres enamorarlo, hazlo como un hombre y no como un cobarde…- ¿Qué estás haciendo Felipe? No puedo creer que el nieto de la directora le haya golpeado a alguien. Él siempre es tan maduro y soluciona sus problemas conversando, jamás nadie lo había visto tan alterado como ahora. Aun no puedo despertar de este letargo de impresiones, pero veo como el chico de ojos azules le da la espalda a Rodrigo para tomarme por la muñeca y huir del lugar. Mis pies reaccionan involuntariamente y lo siguen, sin siquiera saber qué es lo que pretende. En el estado de impresión en que me encuentro, podría asesinarme y no me daría cuenta.

-¿Estás bien? ¿Ese imbécil no te hizo nada más?- Aquellos ojos azules me observan detenidamente, buscando alguna lesión como si el beso del rubio me hubiese dañado. Felipe me dirigió hasta la habitación más tranquila del colegio, la oficina de la directora. Como ella es su abuela, él se puede dar el lujo de entrar aquí cuando se le plazca. Ahora es un buen momento porque ella no se encuentra presente. Con un ademán respondo a sus preguntas, en realidad no estoy mal, un tanto atontado por todo lo acontecido, pero nada más. Me siento en un amplio sofá y recién en este momento mi cerebro se descongela, pensando normalmente otra vez.

-¿Qué es lo que ocurrió?- Es lo único que puedo preguntarle a “mi salvador”, aunque no sé en qué me ha ayudado. Me percato de la preocupación en los ojos de Felipe, me mira tan fijamente como si yo fuera un cuadro de Picasso. Suspira un poco para luego hincarse, quedando a mi altura al estar sentado en este sofá. Coloca sus manos en mis rodillas, comienza a explicarme todo como si yo fuera un niño pequeño. – Iris me contó todo, me reveló que Rodrigo sabía lo que hacías por Mateo y que por eso te estaba chantajeando. Él te dijo que te rechazaría, pero era tan obvio que sólo lo hacía para aprovecharse de tu inocencia… Intenté llegar antes, lo siento por no hacerlo, de lo contrario él… no te hubiera besado. No sabes cuánto lo siento…- Sus ojitos están cada vez más vidriosos, ¡Oh por Dios! No puedo dejar de conmoverme, y es que pareciera que quiere llorar. ¿Tan importante es que el rubio me besara? Pareciera que su corazón está en realidad afligido, creo que debería abrazarlo, no quiero que comience a llorar porque eso me pondría triste a mí también. Pienso en esto cuando él se me adelanta y acercándose a mi cuerpo me cubre con sus grandes brazos. Me siento débil, alguien tan pequeño a su lado, pero a la vez percibo el latir de su corazón galopando velozmente. Su calor me reconforta y logra entregarme paz, algo que no sentía desde que era un niño.

El día ha sido extraño, han sucedido cosas que jamás me hubiese imaginado, pero por unos minutos olvido todo. Elimino de mi mente el amor por Mateo y la preocupación por ayudarle a ser feliz; mi temor a que el resto se dé cuenta que existo, el chantaje de Rodrigo y el ultimátum de Felipe. Pero es este último quien logra que todo esto suceda. La forma en que une su cuerpo al mío, el palpitar de su corazón y su aroma, son los que dejan en blanco mi interior, como nunca antes me había pasado. Tal vez es este el nirvana, y de ser así, no deseo jamás salir de él. 

Notas finales:

Gracias por leer!!! 

Los espero en el próximo capítulo!! Muy pronto!!

 

 


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