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Nuestra Vida en Una Relación por TheSexiestDiva

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Notas del capitulo:

Ya sé ewe. Como nos atrevemos a venir hasta ahora. Lamento de verdad la demora, pero toda mi inspiración se licuo y se fue por el drenaje, y luego hozo volver mucho más fuerte para otro fandom y parejas u_u ya lo sé es raro, pero yo soy así 7-7
Diva: bien ya es suficiente al grano ¬¬. Capi corto y bueno un poco maligno para lo que el tema de este capi significa
¡¡Ya no podemos decir siquiera tema del día porque ya ni siquiera es febrero!! TT_TT
Diva: pero aun así el tema es: “Juntos”. Esperamos que les guste
Somos tan malas personas u_u

¿Qué Podría Salir Mal?

Llevaban caminando horas, sin detenerse a descansar siquiera, según Sasori para no perder tiempo. El motivo de su paseo por tierra en lugar de llegar por cielo, era que simplemente un enorme ave; volando en medio del desierto; directa y mortal hacia Suna sería demasiado obvio, serian un blanco fácil. Iban demasiado silenciosos, aun para el eterno mutismo del pelirrojo. Por alguna razón, esta vez, Deidara ni siquiera se sentía con ánimos para hablar, aunque Sasori no dijera nada, sabía que siempre lo escuchaba atentamente, aunque dijera alguna babosada.

Pero en esta ocasión, había algo en su silencio, como brea caliente que se le pegaba en la piel, algo que inquietaba al marionetista, pero que él no podía detectar; porque el mayor iba dentro de esa horrorosa marioneta. Había muchas corrientes de viento, la arena tibia era levantada y arrastrada, las cintas blancas de sus sombreros de paja se ondeaban como banderas, el propio cabello de Deidara le caía en la cara entorpeciendo su pobre visión. Sus huellas (y la marca extraña que dejaba Hiruko) eran borradas por las suaves pero constantes corrientes de viento.

Deidara odiaba caminar, los paisajes eran mucho más majestuosos sobre el aire, además que no tenía que enfrentarse a cosas como arena en sus zapatos, o en los ojos. Miro de reojo a esa marioneta de apariencia grotesca, aun a través de la carcasa de madera solida, de la capa de Akatsuki y de estar, literalmente, escondido; Deidara podía sentir el aura oscura manar de Sasori. Anillos negros como humo toxico, enroscándose y siseando a su alrededor como serpientes. Podía ser que volver a su aldea natal, pusiera de peor humor al marionetista, de lo que el mismo se atrevería a admitir.

Porque en esa oscuridad, había mucho más que rabia o enojo, tal vez melancolía. Un olor añejo, como a madera descuidada, tan impregnado en Sasori y al mismo tiempo tan ajeno a él, era como el olor salino de la tristeza de las lágrimas. Deidara no lo entendía. El sol comenzaba a ser absorbido por el horizonte arenoso, tiñendo con suaves pinceladas rubí todo el desierto. A lo lejos, entre las suaves cortinas de arena que de vez en vez eran levantadas, se comenzaba a perfilar la muralla de Suna. El rubio sin decir nada comenzó a correr, levantando arena con sus pies de manera caricaturesca.

Sasori lo miro inescrutable, se detuvo un solo segundo, analizando el comportamiento infantil del otro y siguió avanzando. No era sorpresa que el rubio de pronto gritara de la nada, hiciera que algo explotara o simplemente se pusiera a correr. Eran cosas a las que el pelirrojo ya se había acostumbrado. Lo que no esperaba era topárselo de frente, interponiéndose en su camino, tras una cortina de arena. El rubio sonreía deliberadamente inocente, con las manos entrelazadas a su espalda y la mirada azul figa en él. Sasori sabía que algo maligno corría por su mente cuando comenzó a caminar de espaldas, manteniendo sus miradas fijas, aunque ambos caminaban.

¿Te ocurre algo Sasori Danna?- cuestionó con falsa simpleza, sonriendo un poco más retorcido de los bordes (o eso según Sasori).

Nada- la voz retumbante de Hiruko le contesto secamente.

Para estas alturas ya deberías saber que no puedes engañarme con tan poco- el rubio le sonrió socarrón, sacándole un gruñido al mayor- ¿qué tienes? Sentimientos encontrados por volver a casa- El rubio no lo dijo con mala intención, solo quería encontrarle significado a esa aura negra, macabra y depresiva, que se le escurría como serpientes venenosas al otro, como un pesticida que espantaba a todos; incluso a Deidara.

Siguieron andando en completo silencio. No uno relajado como el anterior. No, en este la mirada de Sasori parecía matar como una catana. Afilada y enfilada directa al pecho de Deidara. De pronto todo se materializo en su cabeza, todos esos recuerdos sin forma, comenzaron a tomarla, los felices, los tristes. Los rostros de sus padres, el de su abuela, el vacio que dejaron sus padres en su pecho, las calles desérticas, los demás niños que reían y jugaban en el parque con sus padres. Tristeza, añoranza, odio, rencor, cariño, amor. Todos enfrentándose en el pecho del pelirrojo, todos arañando y luchando por ganar.

Una mezcolanza repulsiva, el olor nauseabundo le subía hasta la nariz segándolo por momentos. Era tan fuerte y destructivo, como cuando dos corrientes de aire se encuentra y el aire frío y el caliente chocan, creando tornados, tormentas tropicales, tifones, huracanes. Fuerzas tan destructivas como incontenibles. Deidara no debería caminar con los ojos vendados sobre un lago congelado en pleno verano. No paso ni un segundo para que la cola de escorpión, copiosa de veneno, le apuntara directamente a la fina garganta.

No tientes a la suerte- siseó el marionetista, metálicamente con la voz inhumana de Hiruko.

- Deidara trago saliva de manera nerviosa, sintiendo la caricia ponzoñosa del veneno en su cuello. Apartó delicadamente el apéndice de madera de ahí- No exageres, solo quería saber que te pasaba, porque te entiendo. Yo me sentiría muy confundido si tuviera que regresar a mi aldea natal, todos los recuerdos, los felices y los tristes, revolviéndose. Tendría nauseas- entonó solemne, sonriéndole tranquilamente al otro y gesticulando graciosamente sus palabras.

- Sasori guardo silencio un rato, analizando minuciosamente las palabras del menor, al final sonrió ladino antes de hablar- no eres tan tonto como pareces.

-Deidara borro su sonrisa, mientras fulminaba aquel cascaron de madera- y tu eres tan patán como te vez. Aunque tu horrenda marioneta parece como un caníbal- sonrió satisfecho al escuchar el medio gruñido del otro.

Date la vuelta. Mi espía nos espera más adelante- ordenó roncamente. Deidara lo ignoro, continuando su camino delante suyo, mirándolo con la misma sonrisa relajada.

No tienes por qué sufrir por el pasado, ahora estamos juntos- la voz seria de Deidara hizo sonreír dentro de Hiruko al mayor- y… ¿Si estamos juntos que podría salir mal?

El rubio tenía razón, debía dejar el pasado atrás, volvía a vivir junto a ese loco. Volvía a sonreír, de verdad era feliz a su lado, era mejor dejar sus fantasmas enterrados, y sonreírle discretamente al menor. Además como él había dicho ¿qué podía salir mal si estaban juntos?

Continuará.

Notas finales:

¡¡NO NOS MATEN!! ¡¡AAAAAA!!
Diva: solo a ti se te ocurre concluir con semejante frase :D
¡¡Ya seeeeee!! TT_TT soné como una perra maldita, pero no lo pude evitar. Si muy perro de nuestra parte tardar tanto y traerles esto u_u. Pero bueno el final se acerca, esperamos que les haya gustado y bueno. ¡¡No nos maten!! >w<
Diva: pues nos retiramos, esperamos regresar a nuestro ritmo y traer la conti mañana :). Así que espérenos, feliz día y bueno que para todos ustedes el mes del Sasodei haya sido súper genial y súper SasoDeistico jeje XD. Hasta la próxima, cuídense
Ja nee, los amamos mil, besos de perritos alvinos n_n (para terminar de comportarnos así e_e)
Diva: abrazos de víboras (huuuy… hoy si que venimos malditas u_uU)
Diva y Yo: Bitches Offfff!! n_n (Diva y Yo: … ¡¡o por dios ewe!!)


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