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Nuestra Vida en Una Relación por TheSexiestDiva

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Notas del capitulo:

Y… ¡que impresionante ritmo! XD
Diva: si… no me lo creo, seguimos puntuales n_n
Bueno el tema de hoy: Confesion. Y con eso ya lo saben todo :)
Diva: bien pues vamos haya entonces ;)

Muy Frágil

Unas semanas después del incidente en el bosque, los dos artistas de Akastsuki se habían encerrado en sus propios mundos, absortos del mundo exterior, imperturbables ante su entorno. ¿El motivo? Algo sencillo, exagerado a escalas inconmensurables por sus mentes atrofiadas, después de darle tantas vueltas al tema, este se había desgastado y deformado, formando algo que parecía asustarlos a ambos. Todo después de ese día, en el que Sasori había caído envenenado, las cosas parecían haberse ido aclarando, pero ellos habían decidido hacer un caos, de aquella claridad cristalina.

Sasori seguía trabajando en sus marionetas, obligándose a no pensar, a no dejar que ningún pensamiento racional cruzara por su mente, a qué las palabras quedaran relegadas a un sonido amorfo e incomprensible. Era una tarea ardua trabajar como un zombi, apenas se permitía que los pensamientos regresaran a él en una reunión o misión. No quería, no podía terminar de procesar aquello, no quería volver a sentir, ya se había permitido mucho con ese mocoso, pero esto era el colmo. No quería reparar en que su corazón parecía saltar de alegría cuando lo veía, que su aroma a flores y restos de hollín, lo volvía loco; que su sonrisa altanera, sus gestos tiernos lo perseguían apenas cerraba los parpados.

Mientras que en el bosque cercano a la guarida, Deidara pensaba lo mismo. Siempre supo que eso no podía ser, pero como no podía evitarlo, decidió que era normal sentirse atraído por su Danna, vamos hasta una piedra se derretiría solo con su presencia. Pero siempre supo que si esos sentimientos florecían en el, esos que se habían plantado como parcitos en su tierno corazón, apenas vio al verdadero Akasuna no Sasori, lo que saldrían de ellos sería algo toxico. Algo que lo dañaría, que lo mataría interiormente, por eso aunque esa flor ponzoñosa ya había florecido en su corazón, era mejor no darle un nombre o no habría vuelta atrás.

Pero cuanto tiempo podrían engañarse a sí mismos, cuánto tiempo podían engañar al mundo, y que tanto el embrollo interno que ellos mismos se habían causado empeoraría las cosas. Porque les gustara o no ese sentimiento estaba ahí, plantado y bien enraizado, gritando para hacerse notar cada vez que el otro aparecía, como una inyección de fuego que se fundía en su sangre. Y aunque lo sabían (y se engañaban a sí mismos, negándolo), ninguno quería salir lastimado y “eso” los iba a lastimar, ambos eran demasiado frágiles en su interior, en su psique, en sus sentimientos.

Desgraciadamente no tuvieron que esperar mucho tiempo para que la bomba explotara, como una bomba apestosa, de aroma espeso, asfixiante. Esa noche; ambos recostados en sus respectivas camas, dándose la espalda, mirando hacia la pared, como si lo más interesante que pudieran ver en sus vidas se encontrara ahí, sobre esa piedra liza. No tenían el valor de girarse y encontrarse con la figura del otro y no podían dormir, ensimismados en alejar los pensamientos de su cráneo, en quedarse en blanco como un lienzo.

Da… Danna- susurró en un hilo de voz el rubio. Nunca había sido bueno evitando los problemas, y no sabía si le lastimaría más seguir encerrando aquello, o dejarlo salir.

Gahhrff- gruñó el pelirrojo, traído nuevamente a la conciencia, que se proponía el mocoso- ¿qué?- casi pareció ladrar, como un perro dormido al que le han pisado la cola.

Yo…- dudó cerrando la boca, apretando los labios hasta volverlos una fina línea dibujada en su rostro, anhelando silenciarse para siempre. Era muy difícil hablar de eso, y más cuando miraba la pared, y más aun cuando sabia que el mayor también le daba la espalda y miraba la pared.

¿Tú… qué?- lo animo a continuar, solamente porque se estaba desesperando, odiaba que lo dejaran esperando y si el mocoso ya había abierto la boca, al menos debería terminar lo que había comenzado.

- de un rápido movimiento Deidara se saco las cobijas y se giró, quedando perfectamente sentado sobre el colchón, mirando por fin la amplia espalda del otro- Sasori Danna. Tengo algo que decirte- pronunció con seriedad.

- Sasori también se saco las mantas y se giro, sentándose igualmente, para encarar entre las sombras al menor. Si el rubio se ponía serio era algo delicado- dime.

No sé como lo vayas a tomar, pero es lo que siento y… siento que me asfixia. Y… tengo… tengo que decírtelo.

Esos bellos ojos esquivos a su mirar, las manos temblorosas con las que jugaba, la voz suave y dubitativa, dispararon todas las alarmas de Sasori, pero quedo en shock, completamente en blanco. Sabía lo que venía, eso que en su interior había estado luchando por salir a la superficie, eso con lo que había peleado las últimas semanas. No pensaba que fuera mutuo, y ahora no sabía qué hacer. Tan ocupado en sí mismo, no había planeado una estrategia contra un ataque externo. Lo único que sabía es que no quería volver a ser lastimado.

Yo…- parecía que Deidara había recitado todo un discurso, que ni el mismo recordaría en cinco minutos, todo palabras temblorosas intentando explicar un tema de lo más complejo- yo… te- Deidara apretó los ojos con fuerza, enterrando sus dedos en la sabana bajo su cuerpo- Sasori te amo- soltó de una vez, jadeando por el esfuerzo físico y mental que le había supuesto articular esas palabras.

Sasori no dijo nada, seguía en shock. Mirando la suaves curvas del menor, resaltadas bellamente por los hilos de luz plateada que se filtraban por la ventana. Deidara abrió lentamente lo ojos, como si esperara un golpe que no llegaría, entonces vio a Sasori: estático como una estatua, parecía ni siquiera respirar. El pelirrojo reacciono unos minutos después. Enfocando la oscurecida imagen del rubio (aunque totalmente clara), miro sus enormes ojos imposiblemente hermosos y azules, su brillo exagerado, producto de lágrimas acumuladas. No supo por qué, pero lo hizo.

Deidara lo vio levantarse y caminar lentamente; pasar por su lado; abrir la puerta de la alcoba y salir, cerrando tras de él. El suave “click” emitido por el cerrojo fue como una bala, precisa y mortal disparada a su corazón, sintió la sangre tibia regarse por su interior, y las lagrimas apoderase de su mirar, impidiéndole siquiera distinguir la cama del otro. Parpadeó lentamente, y se derrumbo como un castillo de naipes. Ahogo un gemido sintiendo las lagrimas escurrir de sus ojos, mojando sus mejillas. Se lanzó contra la almohada, llorando contra ella; gimiendo y soltando todo su dolor. Era un llanto desgarrador y convulso, sabía que dolería, sabía que lo rechazaría, pero jamás imagino que dolería tanto.

Continuará.

Notas finales:

Un capi algo raro e.e
Diva: creo que cuando pensaron en una confesión no se imaginaban este desenlace u.u. Pero Sasori tiene sus demonios internos, sabemos por qué se convirtió en marioneta (aunque en este fic no lo haya hecho); así que no lo juzguen, primero tiene que exorcizarse, antes de poder dar un paso más
Muy cierto… Bueno nos vamos; gracias por leernos y todo eso :3, los amamos mil. Por cierto no se olviden dejar sus coments. Este capi me tiene nerviosa, díganme si les gusto, si no, ya saben. Entonces hasta la siguiente :). Les mando besos de ositos polares n_n
Diva: abrazos de serpientes de peluche X3
Diva y Yo: ¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYY!!


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