Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestra Vida en Una Relación por TheSexiestDiva

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y… ya se deben de estar aburriendo de nuestra presencia n_n, pero no iremos a ningún lado este hermosísimo mes, que celebra a nuestra OTP *w*
Diva: nop ;3, no lo haremos, nos quedaremos aquí celebrando el SasoDei. Y aun tenemos otros proyectos para este mes, claro que saldrán su día correspondiente :)
Ok`s. Para todos los que se quedaron con ganas de golpear a Sasori, y saber cómo arreglaría las cosas, pues aquí está el capi :D
Diva: tema de hoy: “tomados de las manos”… ¿qué? nosotras no les pusimos los títulos
Es cursi, si, pero divino n_n, recuerden que las imágenes también participan en el evento, así que no juzguen los títulos ewe
Diva y Yo: and here we go… jeje XD

Todo Lo Que Te Puedo Ofrecer

Pasaron tres días, los días más largos para los dos artistas. Tres días en los que ninguno supo del otro, tres días donde ningún otro Akatsuki supo del dúo artístico, tres días en los que su líder no les encargo ninguna misión (por gracia divina). Tres días de tortura mental y física, como si ambos hubieran decidido flagelarse por lo ocurrido esa noche. Deidara no salió de la habitación, en realidad ni siquiera salió de su cama. Seguía en su misma posición: con la almohada entre sus brazos y el rostro hundido en esta, con las piernas recogidas, en posición fetal. Cualquiera que entrase al cuarto, pensaría que había irrumpido en una triste pintura grisácea. Perturbando el penar de un ángel rubio.

Por su parte el marionetista, nada más salir de su alcoba, sus pies lo habían guido temblorosos pero decididos a la salida de la guarida. El pelirrojo había salido como estaba: descalzo, solo vestido con sus pantalones. Pero ni siquiera pareció impórtale, ni ahora parecía reparar en su (casi) desnudes, a tres días de su cobarde huida. Si, había sido muy cobarde, no pudo  articular siquiera un ruidesillo, solo había salido de la alcoba, como un robot; siguiendo las órdenes de alguien más. Tres días caminando por el bosque, sin enterarse de nada, sin perturbarse del frio nocturno que se empeñaba en pintar su piel de azul.

Por las noches temblaba de frío sin siquiera notarlo, resguardado entre las gruesas paredes de su mente, divagando, pensando, maquinando. Todo ahora giraba alrededor suyo, su conciencia, sus pensamientos. No quería volver a sentir dolor, no quería que lo volvieran a abandonar, pero ahora tras tres días de flagelarse mentalmente, había caído en cuenta, que desde que ese escandaloso niño había llegado a su vida, había cruzado la línea sin retorno, y había caído por ese pozo que no quería volver a atravesar. Porqué desde que lo vio, ese cariño innato apareció, tan de repente como si siempre hubiera estado ahí, escondido, esperando por él rubio, reanimando el latido de su corazón.

Pero tenía miedo (solo lo aceptaría para sí mismo, y con tres días de insomnio encima además), eran asesinos de rango “S”, con sus nombres y fotografías escritos en el libro bingo, cualquiera podía morir en cualquier momento, y ellos aceptaban esa realidad. Pero ahora. Esto cambiaba todo. Si ese chiquillo moría, si lo abandonaba, sabía que terminaría convirtiéndose en un cascaron sin vida, una carcasa sin alma ni deseos, un cuerpo que camina sin voluntad. Terminaría siendo otra de sus marionetas. Su vida no tendría mayor sentido. Por qué ese rubio se había convertido en todo su mundo, y no podría volver a ver como todo se convertía en cenizas.

Pero algo importante, lucido e inteligente llego a él, como un gancho a la quijada, desorientándolo por un momento. Había caído ya por ese precipicio hace mucho, hundiéndose en la oscuridad de la incertidumbre. No podía saber que pasaría en el futuro, pero ya no había vuelta atrás, ya se había enamorado, ese mocoso se había convertido en su todo, su ancla, lo único que lo inspiraba a sonreír sinceramente (no macabra y torcidamente como cuando armaba con orgullo una nueva marioneta).

Pero entonces, un nuevo golpe le dio de lleno, mucho más fuerte al primero, obligándolo a encorvarse sobre si, haciéndolo consciente de su entorno, del frío que le calaba hasta los huesos, de su falta de ropa. De que la noche se cernía sobre él, con garras tenebrosas. De que había roto el corazón de la persona que amaba. Entonces se irguió, como impactado por un relámpago, por la realidad. Tal vez no era muy tarde para reparar las cosas. Pero no lo sabría si no lo intentaba. Ya había arruinado todo actuando como un completo estúpido, ahora tenía que arreglarlo.

                  */*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*

Deidara abrazo más fuerte la almohada cuando escuchó la puerta abrirse, no quería ver a su Danna, no quería ver el odio o el asco en sus ojos, no quería siquiera imaginárselo, no se sentía listo, si lo viera en ese momento rompería en llanto nuevamente. Pero tuvo que levantarse, con la poderosa llamada de su estomago vacio, algo olía delicioso y el gruñido que produjo su vientre más parecido al rugir de un animal, lo termino de delatar frente a quién fuera que había entrado atropelladamente a su alcoba. Se sonrojo por aquel sonido animal y llevó sus manos a aquella zona, ahora despierta y exigente de atención.

Come- la voz del pelirrojo, solo le trajo malos recuerdos. Como esa manera tan fría en la que se había ido sin decir nada, como una marioneta: sin corazón, sin vida, sin gruñirle siquiera.- No has comido en tres días anda- lo animo con voz tranquila, no quería sonar muy amable o muy brusco, no quería afectar al menor.

El rubio asintió sin levantar la mirada, sin atreverse a mirarlo, como si le temiera, y eso fue un duro golpe para el marionetista. Igual a beber veneno de un vaso. Ya sabía que la había c**ado, y solo de entrar y ver la triste imagen que le presentaba Deidara, era como si una aguja caliente se hubiera enterrado en su corazón. No tenía que ver al rubio para saber que se la había pasado llorando los últimos tres días, vertiendo esas lagrimas que había visto en sus ojos, apenas él cruzara la puerta, con el cerebro desconectado de sus demás sentidos. Había sido un estúpido de primera.

Danna yo…- el rubio comenzó con la voz rasposa, un hilito de voz apenas perceptible, tan roto, que el pelirrojo tuvo que hacer un esfuerzo consiente para no golpearse el mismo.

No digas nada- lo calló suavemente, sin ira como el rubio imaginaba debería gritarle el mayor.

Al no percibir agresión el rubio alzo la mirada, sorprendiéndose de ver a su Danna como había salido de la habitación hacia tres días, solo con ese pantalón de un triste gris deslavado, sin camisa y sin zapatos. Parecía tener pequeños cortes en los pies, y su piel se notaba grisácea y reseca, como si hubiera estado expuesta a las inclemencias del clima por días, incluso podía adivinar el mapa venoso con la simple mirada. Se horrorizo, y si no fuera porqué por el miedo sus miembros no le hacían caso, habría corrido a abrazarlo, a ayudarlo de cualquier manera, a sentir que aun seguía vivo.

Da… Danna- la voz le fallaba, pasar aire se le dificultaba, formar pensamientos era imposible, era como si algo le hubiera sido arrancado del pecho, solo por la deplorable imagen del mayor- ¿Ha ido desnudo por ahí, por tres días?- preguntó con espanto, temeroso de la respuesta.

- Sasori ignoro la pregunta, no quería importunar más al pequeño- lamento haberme ido sin más- las palabras del marionetista extrañaron de sobremanera al rubio- no estaba preparado para eso. No sabía que sintieras eso y… no supe que decirte o que hacer (por no decir que había sido un cobarde)… no estaba listo para aceptar esto- confesó en tono suave, como si no quisiera que las paredes se enteraran de sus palabras, hablaba únicamente para el rubio.

No tienes que explicarte…- volvió a apretar las sabanas entre sus dedos (como esa vez), impotente, con los nudillos blancos y la mandíbula tensa. Hablar de aquello lo desgarraba por dentro, como si una bestia salvaje viviera dentro suyo, y destrozara todo con garras y dientes filosos como kunais.

¡No!- negó casi dando un gritó a la par que se levantaba de su cama- fui muy estúpido, te lastime y yo…- dio un suspiro.

Era más difícil de lo que suponía. Avanzó hasta el rubio, se sentó a su lado y tomó con delicadeza su fina mano. Deidara lo miraba con los ojos como platos, no se creía lo que el pelirrojo hacia. Acarici{o con su pulgar la suave piel clara del otro, el dorso de su mano y hasta los nudillos. Entonces se giro hacia el rostro hermosamente sonrojado, y sorprendido del menor. Lo ojos rojos e hinchados, los restos secos de lagrimas en sus mejillas, saberlo era una cosa pero verlo fue como una bofetada. Si era posible se sintió peor consigo mismo.

Deidara- llamó al rubio suave y cómplice, su voz era cuidada y sedosa, Deidara se pensaba en un  sueño. Sus ojos se conectaron y fue como si el mundo fuera tragado por un agujero negro y solo existieran ellos dos- También te amo.

Sintió al rubio temblar, y sus ojos llenarse de lagrimas nuevamente ¿Había dicho algo malo? ¿Había elegido mal sus movimientos y sus palabras? ¿Era ya demasiado tarde? ¿Ahora el menor lo odiaba? Lo vio derramar las lágrimas y no lo soporto más, se odiaba. Se intento levantar, pero  Deidara apretó su agarre de manos y entrelazó con timidez sus dedos. Sasori lo miró dudoso, el rubio escondía su rostro bajo su fleco, no entendía su actuar. Sintió esa fina mano reconfortantemente cálida en su hombro, sus tiernos muslos sobre los suyos y su rostro ahora oculto en la curvatura de su cuello. El tibio goteo de las lagrimas ajenas resbalar a su clavícula.

Solo abrázame- dijo con un lamentable retazo de voz el menor, y Sasori obedeció, enrollando sus fuertes brazos en la diminuta cintura del rubio- te amo.

Lamento haber sido tan idiota. También te amo- el Akasuna le susurro profundamente, sintiéndose dichoso, completo, como si estar al lado de ese escandaloso rubio fuera lo que le faltaba a su vida.

Continuará.

Notas finales:

Bueno un poco cursi ewe… ¡¡pero me ha fascinado!! n_n. Espero que les haya parecido prudente lo que ha ocurrido, la manera en la que Sasori comprendió y bueno ya saben :)
Diva: este… bueno si todo queda aclarado así que de nuestra parte es todo, esperamos que les haya gustado y nos vamos
Cuídense; valen mil; besos; hasta la próxima ;D
Diva: ya saben las queremos un montón. Abrazos con todo nuestro cariño desde acá n_n
Diva y Yo: ¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYY!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).