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Nuestra Vida en Una Relación por TheSexiestDiva

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Notas del capitulo:

Okysss… se que debía haber avisado que ayer no íbamos a subir un capitulo e.eU
Diva: pero en ese momento no lo sabíamos
No… y de verdad que lo intente, pero no se me ocurrió nada para el tema que era: “primera cita” y dios santo de verdad que entre en pánico 7-7, se me ocurrió algo, pero era inverosímil. Así que bueno me salte el día u.u
Diva: mucho drama nena. Ahora el tema de este día es: “promesa”. Si este fic es un conjunto de escenas totalmente cursis, momentos rosas y bla, bla, bla e.e, esperamos no estarlas hartando o sacándoles caries
Te disculpas antes de que lean el capi, pero que grosera eres ¬¬
Diva: solo decía la verdad, pero bueno…
Al capítulo ¡ya!

Para Nuestro Final

Era una noche cualquiera, el manto negro cubría el cielo con el hermoso destello de la luna y las estrellas. Las calles de esa aldea, lucían casi vacías, iluminadas patéticamente por la luz ocre de las farolas. Algunos ninjas hacían sus rondas, con la calma que acarreaba la rutina, un grave error. Pues cuando quisieron reparar en ello, todos habían explotado, regando su sangre caliente por el suelo. Un ataque sorpresa, rápido y silencioso. O eso esperaban los dos artistas. Habían recibido informes de un avistamiento de Orochimaru, y  la posible ubicación de una guarida suya.

No había sido sorpresa que el líder le diera prioridad a aquello, y los mandara a destruir al hombre que había escapado de la organización, con muchos secretos valiosos. Se suponía que aquella villa, era una mera pantalla, que la serpiente usaba para ocultar su escondrijo. Sasori iba por el suelo, con la agilidad y elegancia de una araña para ocultarse en la oscuridad. Mientras que el rubio sobrevolaba la villa, como una sombra nocturna, haciendo arte a cualquier shinovi fuera de lugar. Y por alguna razón fuera de la comprensión del más joven, lo habían detectado y derribado antes de que pudiera decir “katsu”.

Aunque realmente no era algo que no supiera como ocurrió, tontamente había desviado su mirar, encontrando a su Danna, que corría ágil como una sombra, como si la oscuridad fuera su territorio natural. Creyendo ilusamente que podría necesitar ayuda, se había desconcentrando, mirando hipnotizado el fluido andar del pelirrojo. Y que ganaba: caer en picada con una lluvia de kunais explosivos aproximándose peligrosamente. La enorme explosión detuvo en su sitio al marionetista, como si hubiera pisado cemento y este se hubiera secado, dejándolo fijo en su sitio. Miró con expresión sombría hacia esa nube de humo toxico, iluminada perversamente por lenguas de fuego danzantes.

Deidara si que sabía cómo complicar una misión tan sencilla. Suspiró con cansancio. No registraba movimiento alguno cerca, así que suponía que todos se habían movilizado velozmente hasta esa columna de humo negro. No quiso perder más tiempo, así que igualmente corrió hacia ese lugar, con suerte Deidara tenía las cosas controladas. O eso más bien era lo que él pedía internamente. Él, el temible Sasori, asesino renegado de la arena tenía miedo, lo sabia al sentir el ritmo acelerado y desesperado de su corazón. Temía por su escandaloso compañero rubio, su escandalosa otra mitad.

Y cuando llego, antes de sentirse aliviado, se sintió furioso, irritado, insultado. Habían cortado el cinturón que mantenía las bolsas de arcilla fijas en las caderas de Deidara. El rubio, se defendía habilidosamente usando taijustu, pero sus movimientos comenzaban a flaquear y a entorpecer, eran demasiados ninjas, la sangre le escurría macabramente por los brazos, delineando con gotitas carmesí sus pasos, sus movimientos. Tenía una kunai enterrada en el hombro izquierdo, bastante profundo, su capa de akatsuki estaba despedazada, colgando precariamente, como un trapo viejo de los hombros del menor.

De un solo movimiento saco y desenrollo un pergamino, liberando su temible armada de marionetas. En su lugar Deidara se detuvo extrañado, los demás shinovis lo hicieron igual, levantando los rostros al cielo. De repente, una sombra enorme había cubierto sus cabezas,  ocultando el destello de la luna, de la luz de los faroles y de la misma llamarada, que a su lado parecía lamer el cielo. Y no pudieron tener una vista más siniestra, un ejército de aterradoras marionetas se abalanzó hacia ellos. Fue nula e inútil la resistencia, todos terminaron muertos en el suelo.

Deidara se giró, buscando la fuente del chakra del marionetista, encontrándolo fácilmente a unos metros de él, con la mirada ensombrecida y una sonrisa macabra en los labios. Quiso estremecerse de miedo, pero algo en el pelirrojo, en su mueca siniestra y su postura poderosa le daban un encanto macabro, así que se quedo como una estatua, mirándolo. Sin notar que la aldea entera era reducida a escombros. Las marionetas seguían atacando las construcciones, mientras ellos se miraban, absortos de la realidad, de la destrucción que los rodeaba, del horror de quienes eran aplastados por los escombros.

Al final, después de diez minutos de incontables gritos y explosiones, todo sucumbió a una calma mortal, a un silencio sepulcral, donde solo se escuchaba al fuego repicar y la madera tronar. Ellos se seguían mirando como si el otro fuera una fantástica aparición, que el viento se fuera a llevar en una brisa. Sasori fue el primero en reaccionar, frunciendo el ceño al recordar su rabia, encontrando rápidamente la kunai, aun dentro de la piel del rubio. Guardó todas las marionetas nuevamente, y volvió la mirada al rubio.

Convertiste en arte la villa- entonó burlón, tomando un madero, de una pila de piezas rotas, que antes supuso debió ser una casa.

- el pelirrojo ni siquiera escucho el comentario burlesco, simplemente se acerco hasta el rubio y arranco sin el menor tacto la kunai de su hombro- esto te sacas por torpe- pareció escupir colérico, degustando amargamente cada palabra.

Ugh…- el rubio abrió la boca soltando una gemido ahogado, mientras sujetaba aquella parte sangrante- si esa es tu venganza por lo del arte, está bien… ganaste esta vez.

- Sasori no entendió aquello, pero tampoco le dio importancia alguna- deberías comenzar a actuar con más cerebro. Pareces un crio que acaba de salir de la academia, en lugar de un asesino de rango S- podía haber sonado muy frío y exasperado, pero eso no eran más que sus miedos hablando. Gritándole, porque él no podía estar siempre ahí con el rubio, protegiéndolo, y tal vez eso era lo que más lo molestaba.

Bien…- gruñó, golpeado duramente por las palabras del mayor- aquí no hay ningún escondite. Vámonos- dijo, tras echarle un vistazo a las ruinas, que hacía pocos minutos aun eran una aldea.

- ninguno volvió a articular palabra alguna, se montaron en una ave del rubio y emprendieron el vuelo de vuelta. Pero a mitad del camino Sasori quebró ese silencio, tensó y pesado, como estar atrapado entre dos paredes, que se inclinaban hacia ti más y más.- Si murieras te convertiría en una marioneta- reveló con semblante inmutable y palabras inexpresivas. Deidara palideció, mirando con espanto a su Danna.

¡Tú morirás primero, eres más viejo!- gritó con voz aguda, señalando al marionetista con movimientos temblorosos.

- el mayor sonrió de lado, dirigiendo su mirada socarrona al menor, quien se encogió de hombros sonrojado, como un niño descubierto con las manos en la masa- serias una marioneta hermosa. Cuerpo esbelto y elegante, cabellos largos y dorados como el sol, y tus impresionantes ojos azules- le dedico una sonrisa tranquila a Deidara, mientras acariciaba suavemente su mejilla.

- Deidara por poco se abofetea, al reconocerse restregándose contra la mano del pelirrojo, como un gato. Aun estaba enojado. Pero no podía negarse a las caricias del otro- pero si tu mueres antes, yo te hare un bum- sonrió divertido ante la mueca del otro. Pero al final el pelirrojo asintió; era justo.

- Sasori entonces, jalo al rubio, recostándolo contra su pecho. Besó su frente y tomo su mano, entrelazando sus dedos. Ambos se miraron profundamente a los ojos, a solo centímetros del rostro ajeno- entonces es una promesa. Si tu mueres te convertiré en la más hermosa marioneta.

Y si tu mueres, serás un esplendido bum- sonrió mientras dejaba que sus labios acariciaran el fuerte mentón del mayor.- Es una promesa.

Una promesa- repitió el pelirrojo, como un eco profundo de la voz del rubio. Los dos se sonrieron íntimamente, y se inclinaron hacia el otro fundiendo sus labios en un beso suave y lento, como una manera de sellar sus palabras, su promesa. Al separarse Deidara se acurrucó contra Sasori, era un viaje largo y estaba cansado. A Sasori no parecía importarle, después de todo el rubio no pesaba mucho, y acariciar sus cabellos mientras este dormía, parecía relajarlo como una droga.

Continuará.

Notas finales:

Bien… ya se e.e… me paso de cursi
Diva: hum… si…
¡¡Pues no me importa!! Las cosas me gustan así >w<. Bien para finalizar (que como siempre me pase de largo u.u). Mañana si venimos, avisare los días que no, tal vez debí haberlo hecho antes, okys n_nU. Bien. Cuídense. Muchos besos de caramelo ;D. ¡Baaaaaaaaaaaaaaaaay!
Diva: pues hasta la siguiente, abrazos. Bye-bye n.n


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