Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secuestro por momori

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Segundo capítulo,me alegro mucho de que os guste :3

muchisimas gracias por las reviews,se agradecen^^

Bueno pues aquí os dejo con nuestros queridos Ciel y Sebastian, disfruten :)

Capítulo 2 – Desaparecido

Ciel se encontraba sólo en su habitación, no entendía muy bien que había pasado después de lo que podríamos llamar el incidente, todavía sentía el frio roce de las manos de  su mayordomo pero a la vez tan cálido, se estremecía con solo recordarlo, había estado tan cerca…. ¡Basta! se dijo a sí mismo, no podía estar así todo el día y tenía que mantener una imagen delante de Sebastian y de todos. Por lo que cogió fuerzas y decidió salir de su habitación e ir hacia su despacho, de la que iba caminando a este se dio cuenta de que Sebastian no le había ni leído ni traído el correo de la mañana, tendría que llamarle, este pensamiento provoco que el joven se parara en medio del pasillo y se sonrojara, cuando se dio cuenta de sus pensamientos agito la cabeza, ¡No puedo sentir estas cosas por mi mayordomo!, sin querer dijo esto último en voz alta, Ciel se llevo las manos a la boca, no podía creer que hubiera dicho eso en alto, giró la cabeza rápidamente por si alguien podía haber escuchado ese “pequeño” grito. Tras esto corrió hacia su despacho.

Una vez dentro de este se puso a revisar unos documentos de la empresa, o esa era su intención, ya que Ciel no podía concentrarse, seguía dándole vueltas a lo que había ocurrido y se descubrió a si mismo pensando que quería mas…

¡Qué estoy pensando! Volvió a gritar mientras se daba con unos papeles en la cabeza a la vez que daba vueltas en círculos alrededor del despacho con su cara aún roja.

Estaba tan perdido en sus pensamientos que no escucho la risa de Sebastian que llevaba un rato viéndole.

-Joven amo, ¿Hasta cuándo piensa estar así?, me resulta de lo más entretenido por favor hágalo más a menudo, jajajajajaja.

-Se…Seb…Sebastian! ¿¡Qué haces aquí mirándome!?Exclamo Ciel.

¿Cómo puede estar tan tranquilo después de lo que paso antes? pensó Ciel, mientras sin enterarse ponía morritos como un niño pequeño.

Lo que no sabía Ciel es que su mayordomo estaba que no podía más y estaba usando la mayor parte de su auto-control por no decir todo en no abalanzarse sobre su amo ahí mismo, Sebastian todavía no había olvidado aquel momento y jamás lo olvidaría, lo que  vio y lo que sintió y ahora que volvía a verlo en su despacho, se encontraba con esa situación, ¿Acaso su joven amo no es consciente de las sensaciones que provoca?, parece ser que no ya que ahora mismo acaba de poner una cara tan tierna que es imposible resistirse.

-Amo, he venido a traerle el correo, ya que no se lo he llevado antes, disculpe mi incompetencia, no volverá a pasar murmuro Sebastian.

Ah! El correo pensó Ciel, todavía rojo por lo que acababa de suceder.

-Dámelo.

Lo dijo a la vez que se acercaba y le cogía las cartas, provocando otro encuentro, sus manos se rozaron por un breve periodo de tiempo, sintieron una especie de corriente eléctrica.

Ambos se quedaron mirando fijamente, Ciel abrió entreabrió la boca, le temblaba, mientras que Sebastian  entrecerró los ojos, aguanta, aguanta….pensaba él.                                                                                                             Fue Ciel quien rompió todo tipo de contacto se retiro hacia atrás y se dirigió a su sillón, él quería ocultar a toda costa que Sebastian notara como le temblaban las piernas.

Puedes irte ya, iba a decir Ciel, pero no le dio tiempo, porque había pasado como antes, Sebastian simplemente abandono la habitación antes de que se pudiera dar cuenta de su ausencia. Ése demonio…., cada día estaba más raro, Ciel no sabía que le pasaba, no le entendía, ¿Se puede entender a un demonio?, estaba claro que para su mayordomo Ciel solo era más que comida y ese pensamiento entristecía a Ciel.

Sumido en estos pensamientos, Ciel se acomodo en su sillón y cerró los ojos por un instante, instante suficiente para que alguien entrara en su despacho sin que él se diera cuenta, instante suficiente, para que le levantaran del sillón a la vez que unos brazos le rodeaban y le colocaban un pañuelo con una sustancia capaz de dormirle.

 

Un instante para que Sebastian se diera cuenta de que su amo había sido secuestrado…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que os haya gustado :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).