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Presente Conjugado por PrincessIce

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El timbre de la universidad resonó por todo el edificio, los alumnos del último semestre de administración entraron apresurados por el primer día de clases, con la seriedad al tope y un peliazul rogando perdón entro Camus al aula.
-Deja de hacer eso ¿quieres? , me estas avergonzando – Miraba de soslayo a su mejor amigo que se hinca al llegar a la puerta del salón de clases y avanzaba junto a Camus de rodillas.
-Pero… pero… pero ya te dije, toda la carrera me ayudaste, lo más lógico era devolverte el favor – toma la mano de Camus y la besa como si fuese un pontífice sacándole miradas de fastidio al de cabellos agua marina.

-Manchaste mi reputación, ¡Ya por favor! – manotea hacia donde Milo para que lo soltara, pues algunos alumnos dieron el pitazo de que el profesor llegaba en unos segundos más.

-Sí, yo quería ahorrarte estudiar ese semestre, por eso le pedí al Death Mask que hackeara el sistema, no imagine que nos enviarían a repetir el semestre – juntaba las manos rogando al tiempo que se levantaba, tuvo que acomodarse callado pues el profesor nuevo entro saludando.

-Buenos días – todos voltean al escuchar la voz joven del profesor, algunos sorprendidos pues lo imaginaban anciano, no faltó quien comenzara a babear y darse a notar.

-Hola profe.. – Saori finge que el lápiz cae solo para dejar a la vista el escote y mostrar los pecho al profesor de estadísticas , más su decepción llega al ser ignorada por él.

- Soy Saga Doumas , su nuevo profesor de Estadística aplicada, espero poder formar un buen equipo de trabajo con ustedes – se presenta el joven y atractivo profesor, dio a conocer su forma de trabajo y comenzó su clase con normalidad, lo que capto su atención fue el joven Francés que todo lo respondía con rapidez .

Al terminar la clase , justo cuando iba vaciándose el salón se acerca al par que estaba discutiendo cuando entraban al salón – Espera… ¿ como me dijiste que te llamas? – le detiene del brazo suavemente al francés .

-        Camus Lamarck – responde mirándolo fijamente perdiéndose por momentos en los ojos de Saga  que le sonreía de manera amable.

-        Eres un muy buen elemento, te felicito … me gustaría incluirte en un proyecto que después te platicaré – le da la mano para darle un toque de presentación más personal.

-        Camus  es un genio  profe – se cuelga del hombre de Camus sintiéndose lleno de celos al ver el acercamiento del profesor.

-        Ah.. si ¿tu eres… ? – levanta una ceja y mira curioso al muchachito que se pretendía hacer el gracioso.

-        Milo Martakis -  estira la mano para ser saludado por el mayor, zarandea la mano como un niñito malcriado – bueno.. con gusto le ayudamos con su proyecto, solo que ya se nos hace tarde para la siguiente clase.. chao – finge mirar el reloj de mano y prácticamente saca de un jalón a Camus del aula.

-        Eres muy grosero, el profesor Saga estaba hablando conmigo – recrimina Camus zafándose del agarre de Milo – Tendrás que hacer muchos méritos para que te perdone – suspira profundo continuando con su andar hacia la cafetería.

-        Lograre tu perdón, somos amigos desde el jardín de niños… ¡ Hey espérame! – grita al quedarse atrás, corre para emparejársele y entrar juntos al lugar , buscan una mesa desocupada y apartada pues el ruido excesivo le molestaba al estudioso Camus.

Semanas después…

-Camus… ¿recuerdas del proyecto que te comente? – se acerca por detrás Saga a la banca donde Camus intentaba estudiar un poco a pesar de las impertinencias de Milo que se ocupaba más en ver como correteaban unas ardillas en el árbol del frente.

-Ya vengo Milo – se levanta y acompaña a Camus a la sala de juntas donde alumnos de los mejores promedios de distintas áreas estaban juntos para llevar a cabo un proyecto que sería para un concurso donde representarían a la universidad.

-¡Pero.. yo también quiero participar! – grita Milo corriendo tras ellos hasta llegar al salón de juntas donde prácticamente le cierran la puerta en la cara, un par de horas esperó  fuera del aula a la espera de su mejor amigo, al verlo salir da un brinco hacia el frente para plantársele.

-Me temo que en las tardes no podremos estudiar, tengo que trabajar en el proyecto de la universidad, me ayudara a la titulación – da un apretón al hombro de su amigo dándole la mala noticia para él.

- Dioses… no me digas eso ¿qué voy hacer? – se lleva las manos a la cara con desesperación, sigue a Camus a paso veloz para rogarle no le abandonara, de vez en cuando volteaba hacia atrás donde estaba el profesor al que le dedicaba miradas de odio por quitarle el tiempo con su amado Camus.

-Mira,  mi hermano puede ayudarte a estudiar con mis apuntes – fue lo primero que se le ocurre, total con Milo solo se necesitaba un cuestionador para obligarle a memorizar las cosas  y Hyoga sería útil para eso.

Dicho y hecho, por la tarde asistió a casa de Camus donde fue recibido por Hyoga que no soltaba el teléfono celular – Pasa Milo… - abrió la puerta y se adentro a la sala  continuando con su platica – si mi amor… en cuanto se vaya te marco, te amo Flear – se recarga el rubio de la pared poniendo una cara de bobo al escuchar las palabras melosas de su novia.

-Si estás muy ocupado puedo irme – le aparece Milo recargado del hombro de Hyoga intentado escuchar la conversación, pero a cambio recibe un codazo del menor.

-Ya ya, siéntate y saca tu libro, Camie dijo que te diera 15 minutos en cada tema – saca el cronometro y la libreta con las preguntas que le haría para ver si había podido memorizar el bicho.

- ¡Dioses !, tu hermano está bien loco  - abre a las prisas el libro y se sienta sobre el sofá intentado leer un poco – el tiempo estaba corriendo y le pareció raro al rubio que no cambiara de página , así que con disimulo se asoma notando que el peliazul lo único que hacía era mirar una foto de Camus.

-¡Estás enamorado de mi hermano! – pega un tremendo grito exaltando al pseudo estudiante que escondía la fotografía en otra parte del libro.

-No no estas equivocado- con nerviosismo responde- okey no le digas por favor, no quiero que me odie, ¡está bien! Confieso, me gusta mucho pero, no pienso decirle nada – comienza hablar rápido y atropelladamente – Si le digo que soy gay me va odiar, promete que no dirás nada – se hinca suplicando discreción al rubio.

-Ja ja, no te preocupes, a decir verdad no tengo homofobia, y bueno no sé si a mi hermano le gusten los chicos, más bien ni se si le gustan las chicas, solo ve con cuidado, los que son homofóbicos son mis padres, pero tienes suerte que están lejos – se cruza de brazos sonriendo malvadamente – claro que mi silencio tiene precio – mueve con gracia las cejas.

-Si si lo que tú quieras – se levanta esperanzado a que no fuera a pedirle un palacio –Dime… - parpadea un par de veces a la espera de su respuesta.

-Una membresía dorada para el cine, el de las entradas para todo el año -  infla el pecho orgulloso de poder sacar un pequeño provecho que podría disfrutar con su hermosa novia – hasta podría investigarte lo de Camus – ofrece su ayuda solo porque conoce a Milo de años y le cae muy bien.

 

Los días siguientes pasaron de la misma manera, Milo no alcanzaba notas muy altas pero eran suficientes para poder pasar los exámenes, por su parte Camus continuaba con las horas extras junto al profesor, los primeros días fueron de total seriedad, pero poco a poco comenzaron a romper el hielo…

Esa tarde se les había pasado como ráfaga, no habían ni tenido tiempo de salir a comer, ambos salieron del instituto juntos deteniéndose en el estacionamiento – Te invito a cenar – se atreve a decir el profesor Saga a la espera que no rechazara su invitación el menor.

-Sí, acepto – se sentía agotado y necesitaba urgentemente ingerir alimentos, por lo que acepta ir con él, además no le consideraba mala compañía, era un tipo agradable e inteligente.

Suben al auto del mayor y se dirigen a un pequeño restaurant discreto y tranquilo donde podrían degustar de sus alimentos sin molestia alguna.
-Siéntate – le mueve la silla caballerosamente para ayudarle a sentarse, se da cuenta del leve sonrojo en el rostro de su alumno, sonríe levemente y se sienta frente a él, hace señas al mesero para pedir la carta, a la vista se notaba la homosexualidad del mesero que se esmeraba por atender a dos hombres tan guapos.
-Espero que no te incomode que el chico sea.. – mueve la cabeza hacia el mesero rubio que movía sus caderas con gracia.

-Ah.. no me había dado cuenta, no hago discriminación – responde tratando de no darle importancia el menor, volteando ligeramente a donde venía el mesero con la orden para ellos.

 -Dime, ¿tienes novia? – pregunta Saga con naturalidad mientras cortaba el filete jugoso que posteriormente comienza a masticar, centra su vista en el de cabellos aguamarina sin perder detalle de cada gesto.

-No, y no creo necesario tener una, así estoy bien – baja la mirada sintiéndose intimidado por la pregunta de su profesor - ¿ y usted es casado ? – ya imaginaba la respuesta pues días antes había observado que no portaba ninguna sortija de casado.

-No, y no creo hacerlo, a menos que legalicen el matrimonio gay – responde Saga como si nada a la espera de la reacción del chico que levanta rápido la mirada  -¿ te incomoda que sea homosexual? – directo como siempre interroga al muchacho.

-Para nada, solo me sorprendí, ya caigo en cuenta porque es que ha ignorado a la desvergonzada de Saori que no pierde la oportunidad de enseñarle los pechos – se recrimina mentalmente al ser impertinente con el comentario – disculpe profesor –

-Dime Saga, no tienes nada que disculparte – sonríe para intentar ser más amigable con el chico que se veía bastante apenado – No soy más que unos 6 años mayor que tu – bebe un poco del vino tinto que le acaban de servir.

-Ya veo, entonces sería casi como un hermano mayor, Saga – imita al mayor tomando un sorbo del vino para intentar calmar esos extraños nervios de tratar de tutear al profesor.

-¿Y algún chico?... Milo se ve interesado en ti  - las preguntas de Saga continuaban poniendo nervioso a Camus, pero ve la sorpresa expresada en los ojos de su alumno – No me digas… no te habías dado cuenta, siempre te mira como bobo – confianza que ha descubierto el interés del amiguito sobre su alumno estrella.

-No me gusta Milo… es como un hermano – se apresura a contestar Camus .

-El no, ¿pero otros si? – en ese juego de palabras nota que a Camus no le son indiferentes los hombres, aunque no quiera aceptarlo.

-No quiero decir eso – baja la voz de momento mirando a todas partes – Bueno no lo se, además si resultara Gay, creo mis padres me encierran en un monasterio… son homofóbicos –

-Ya veo, tómalo con calma – mira su reloj dándose cuenta que ya era algo tarde – Te llevo a casa, es muy tarde ya pequeño – pide la cuenta que rápidamente es llevada y pagada por el mayor.

-No se moleste puedo tomar un taxi – Camus intentaba no darle más molestias al profesor que insistente le hace subir al auto.

Todo el camino estuvieron callados, solo se escuchaban las voces cuando el menor indicaba las calles hasta llegar al frente de su domicilio – Bueno, pues nos vemos mañana, sabes… me la pase bien, eres muy agradable – detiene el motor del auto y se gira mirando ese rostro tan perfecto para él.

-Usted también es… tú también eres muy agradable Saga, que tengas buenas noches – se despide cortésmente recibiendo un suave beso en la mejilla inesperadamente por parte de Saga, sin creerlo baja rápido del auto y se dirige a la puerta de su casa.
El auto no arranca hasta que el mayor ve que entra a casa sano y salvo – me encantas Camus – susurra para sí echando andar el automóvil rumbo a su casa a descansar de un día tan pesado.


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