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Familia Usami vs Familia Uesugi = Dulce amor prohibido por luky_luze

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Notas del capitulo:

Buenas tardes mina-san

Gomene, pero dado a estas *benditas* vacaciones no puedo escribir el fic porque segun mi madre no tengo nada que hacer en la computadora, ELLA QUE SABE!"!

Bueno, con este cap acabo la escena del baile, se pone bueno en mi opinion 

el cap de hoy es interesante, quiero creer n.n

sin mas que decir

A leer!!

Tranquilidad, tranquilidad es lo único que podía sentir ahora mismo. Después de *ofrecer* sus servicios para la seguridad de los estudiantes de la preparatoria del colegio monte real, se encontraba prácticamente relajada, no podía decir que estaba sola en esa noche de hermosa luna y bellas estrellas, no señores, Megumi Somuku no estaba sola esta noche, la noche la cual seria el primer baile al que asistiría sin que haya sido por parte del trabajo de su padre. Soltó un suspiro, mientras recargaba sus brazos en una de las orillas del edificio del salón de música donde se encontraba *oculta* y protegía a los de grados menores de que hicieran alguna tontería de la noche, cerró los ojos por un momento, haciendo que el viento nocturno jugara con su cabello, pero un sonido proveniente del intercomunicador que traía en la oreja la trajo a la realidad.

“Megumi, deja de soñar y ponte alerta, o ¿quieres que vuelva a ocurrir lo que sucedió hace dos meses?” –en mal momento decidió obedecer la condición que su padre le dio con tal de que asistiera al baile de sus amigos.

“Cállate Homare, mi ahijada tiene todo el derecho de perderse en sus pensamientos, además ¿tu quien eres para decirle a mi Megumi lo que puede hacer o no?” –se escucho otra voz atreves del intercomunicador, a pesar de ser la viva imagen de su papa, Megumi tiene muy poca paciencia al igual que su padre.

“Ustedes dos, ya dejen de discutir, porque mejor no aprenden de tío Misao, desde hace horas que están *vigilándome* y no ha dicho absolutamente nada sobre el tema” –hablo la ojo celeste por el intercomunicador, fijando su vista en todas esa parejas melosas y cariñosas que se estaban divirtiendo de lo lindo en ese baile.

*Asco* pensó la chica, al ver tantas muestras de cariño por parte de esas parejas, en mal momento acepto la propuesta que su padre le hizo con tal de que Someya lo dejara en paz a él y a su hija.

Flash Back

El silencio en la oficina del prestamista se estaba volviendo más pesado y abrumador. No era que el que no hablara con su padre, no era nada de eso, es solo que… bueno, siendo sincera, el tema del que su padre quería hablar con ella nunca, ¡jamás! Imagino que el prestamista quisiera tocar con ella, sabia su origen y de quien nació, era solo que, por respeto a su papa y el cariño y amor que su padre siente por este, nunca quiso tocar el tema con Kanou y ahora con todo esto, le parecía raro que hablaran de algo íntimo para su familia.

“Megumi, responde la pregunta que te he hecho hija” –intervino el prestamista en sus pensamientos, trayéndola a la realidad.

“Mmm, yo no sé… no sé qué decirte padre” –continuo la estudiante, levemente nerviosa y aturdida, no sabía que pensar y que contestar sobre eso. El prestamista soltó un suspiro y después invito a su hija a tomar asiento en el sofá que estaba en su oficina, la chica no se opuso, si no que acepto el ofrecimiento de su padre, sentándose a un lado del peli negro

“Megumi, sabes que mi trabajo no es sencillo y que siempre te involucro en todo lo que hago o digo, tu papa siempre me dijo que siempre era manipulador, egocéntrico, egoísta, y muy celoso y posesivo con él. Siempre tuvo razón, y mas con lo último que te dije, pero si era así con él, era porque lo amaba más que cualquier cosa en esta vida, cuando supe que estaba embarazado de ti fue la mejor noticia que pudo haberme dado en los años de ser mi pareja” –continuo el prestamista, teniendo toda la atención de su hija.

“Pero porque entonces tu…” –intervino la ojo celeste, un poco abrumada de que si debía continuar o no.

“Que, ¿Qué porque me cuesta hablar contigo sobre mi esposo y tu papa? Debes entender que en mi trabajo hay temas que no son sencillos de hablar o que la gente con la que me relaciono debe de saber, pero en esta ocasión, hare una excepción a esa regla. Someya se ha encargado toda esta semana en decirme que porque no permito que mi única hija se relacione más de la cuenta con sus amigos y compañeros. También me ha dicho que por mi culpa mi hija no muestre ningún interés de tener una relación amorosa con alguien. Todo esto me está haciendo pensar que estoy faltando a la promesa que le di a tu papa antes de que muriera en mis brazos” –prosiguió el mayor, con un toque de melancolía y dolor en sus palabras. Y pensar que todo lo que dijo, jamás imagino que lo diría en frente de su hija.

“¿Cuál era esa promesa…?” –hablo la chica, colocando su mano en el hombro de su padre, dándole e entender al mayor que contaba con su apoyo y cariño, pues Megumi sabía perfectamente lo difícil que era para el prestamista hablar de su esposo.

“Le prometí a Ayase que haría todo lo que estuviera en mis manos para hacerte feliz y sonreír, yo mismo me encargaría de criarte y protegerte de cualquiera que se atreviera a lastimarte, me encargaría de mantener el brillo de tus ojos en ellos” –continuo el prestamista, abrazando paternalmente a su única hija.

“Estas haciendo un buen trabajo padre, soy feliz con la vida que tengo, mis amigos son buenos conmigo y entienden la situación en la que estoy, la familia que me toco no pudo haber sido la mejor que hubiera querido tener, tengo a mi padre a mi lado, a mis *tíos* y a mi padrino, qué más puedo pedir. En cuanto lo de protegerme *hizo una pausa y después continuo* se que todo lo que haces que yo haga lo haces porque ves por mi seguridad, pero eso no ex celta que también sufra atentados en mi contra solo por ser tu hija. En cuento lo de una relación amorosa *volvió a hacer una pausa y automáticamente se sonrojo, el prestamista al ver el sonrojo de su hija le recordaba mucho al de su esposo* por ahora, no estoy interesada en tenerla” –concluyo la peli negra, desviando la mirada de la de su padre.

El mayor no esperaba esa respuesta de su hija, es mas incluso el esperaba otra que no fuera la que Someya le dijo que seguro Megumi le daría, un poco molesto y a la vez celoso pensó un poco mas lo que diría para sacarle la verdad a su hija.

“Hablando de atentados, supe por Homare que hace dos meses fuiste atacada por unos tipos después de la escuela, él y Misao iban a intervenir pero de la nada un chico rubio y de ojos amatistas intervino y se encargo de protegerte, ¿me quieres explicar porque no me lo dijiste antes, Megumi?” –hablo serio el prestamista, sin deshacer le abrazo que le brindaba a su hija.

Por lo que supo gracias a Misao fue que el chico que intervino en la seguridad de su pequeña, ella lo conoce perfectamente, pues por las *palabras* que intercambiaron durante su intento de secuestro, el pequeño milagro mataba con la mirada al de ojos amatistas.

“Si no te lo dije, fue porque no era nada grave, no salí herida ni nada, además no quería causarte más problemas de los que ya tienes padre” –continuo la ojo celeste, desviando la mirada de su padre.

Esa no era la respuesta que quería escuchar de su hija, sabía perfectamente que su princesa no sabía mentir, era idéntica a Ayase, es todos los sentidos, pero había algo que quería descubrir que Megumi con mucho esfuerzo intenta ocultarle. En ese momento las palabras del de extensiones negras llegaron a su cabeza. Esperaba que nunca su hija se fuera o lo dejara solo, pero tampoco quería que su hija estuviera amarrada a él, que por obligación se quedara con él, no quería que su Megumi estuviera por presión y chantajes en su casa, como lo hizo alguna vez con su esposo. Si quería saber lo que pasaba por la cabeza de su hija, tenía que acceder a las *tonterías* que Someya le recomendó que siguiera.

“Dejando de lado eso, he estado pensando lo que tu padrino dijo sobre el porqué no permito que te relaciones más de la cuenta con tus amigos, así que decidí que, asistirás al baile que tus amigos que están organizando, será bueno para ti que socialices mas con personas ajenas a tu *familia*, a cambio, invitaras al chico que te ayudo con esos infelices, quiero conocer quien fue el *valiente* que fue capaz de arriesgar su vida por la de mi única hija. Dile a Someya, Homare y Misao que te ayuden a organizar todo lo que necesites para esa noche y de una vez diles a los gemelos que se preparen para tu baile, porque ellos se encargaran de protegerte esa noche, no pienso correr ese riesgo, ¿lo entiendes, Megumi?” –hablo autoritario el mayor, sin negar o reclamar, su hija salió de su oficina, acatando la orden de su padre, aunque estaba hecha un mar de nervios, que no aparentaba. Dejando a un prestamista muy pensativo…

*Kanou… prométeme que si yo ya no estoy a tu lado como tu esposo, aras todo lo que esté en tus manos para que mi hija sea feliz y mantenga el brillo de sus ojos, aquel que yo tengo en mis ojos al solo verte… júramelo por el amor que me tienes amor…*

“Ayase, créeme que hago todo lo que puedo con tal de que mi hija sea feliz aunque no estés con nosotros, pero…esta niña es igual de terca y testadura que yo… y… para mi mala suerte, nuestra pequeña ya no es tan nuestra, ya que alguien tuvo el descaro de robarle el corazón, a pesar de que ella aun no se ha dado cuenta…” –pensó el prestamista, perdiéndose en sus reflexiones dentro de la soledad de su oficina.

Fin del Flash Back.

“En mala hora decidí aceptar la propuesta de mi padre *suspiro de resignación* ya que, no creo que pase nada malo en este baile” –murmuro la ojo celeste, trayéndose a la realidad, viendo como los demás hacían de las suyas, mientras su cabello era suavemente movido por el viento de la noche.

“¿Qué dijiste, Megumi-chan?” –la voz del de extensiones negras se escucho a través del intercomunicador. Entendía el porqué Misao y Homare la estaban cuidando en la escuela pero… ¿Qué estaba haciendo Someya ahí?

“Nada, olvídenlo, padrino… ¿tú que estás haciendo aquí? Creí que mi padre te había prohibido estrictamente el que vinieras al colegio y en especial a esta baile” –pronuncio la ojo celeste, mientras que la música del baile aumentaba considerablemente.

El silencio se hizo presente en la conversación, pero todo cambio cuando la voz seria de Homare acabo con el…

“Megumi, el que tu padre sea nuestro jefe y el que parezca el mismo Lucifer, eso no significa que nosotros no hagamos lo que queramos, eso implica el que Someya esté aquí…” –hablo el mayor, llamando la atención de su hermano y del travesti.

“Además, yo puedo hacer lo que se me da la regalada gana, si el troglodita de tu padre decidió mandar a los gemelos a cuidarte, en vez de que tú te divirtieras sanamente con tus amigos sin su intervención, tengo todo el derecho de ver a mi ahijada en su primer baile al que asiste sin que tenga que ver con asuntos de su trabajo… y quiero ser yo el primero en conocer al chico que arriesgo su vida por la de mi Megumi, eso es algo que quiero ver con mis propios ojos” –secundo Someya, con un par de binoculares en la mano, hablando a través del intercomunicador que el también tenía como los gemelos en la oreja, viendo sin perder detalle alguno lo que su amada y consentida ahijada hacia en el techo de aquel edificio.

La ojo celeste no dijo nada mas, sabía perfectamente que la relación de su padre con su padrino no era la más *civilizada* del mundo pero… por ella eran capaz de hacer las paces por lo menos una cuantas horas. Ahora, por lo que dijo el travesti sobre el hecho de que quisiera conocer al chico que hizo el favor de apoyarla cuando más lo necesitaba cuando se le intento secuestrar hace dos meses, la desconcertó notablemente *esas fueron las mismas palabras que mi padre dijo hace unas semanas, ¿Qué están planeando estos dos?* pensó, perdiéndose en sus reflexiones, tanto así que no se percato que una figura se estaba acercando a ella, de inmediato su cintura se vio rodeada por unos fuertes brazos…

“¡¡¡AHHHH!!!” –ese grito alerto a los tres hombres que se permanecían ocultos en el auto de uno de los gemelos, a todos se les erizo la piel al escuchar de tal manera a la ojo celeste.

“Megumi, si sigues gritando de esa manera, alertaras a todos y podrías ser secuestrada nuevamente…” –esa voz, la conocía perfectamente, era inconfundible, pero… ¿Qué estaba siendo él ahí arriba?

“¡¡¡MEGUMI, MEGUMI!!! ¡¿ESTAS BIEN?! ¡¡¡RESPONDE….!!! MALDICION, ¡¡¡MEGUMI…!!!” –el más alterado era Homare, el cual desde que escucho aquel grito por parte de la mencionada se alarmo y a la vez iba a salir buscando a su *sobrina* si no hubiera sido detenido por su hermano y el de extensiones negras. Se tardo uno minutos en contestar, pues aun no asimilaba lo que estaba ocurriendo, es más un no se recuperaba del susto que la persona que llego por su espalda, como si de un ninja se tratara…

“Mmm… etto… yo… perdón, no era mi intención asustarlos de esa manera… es… es que vi a un gato saltar del edificio donde estoy hasta los basusderos *dudo* si claro, un gato… yo… será mejor que apague el intercomunicador, además los tres ya saben que estoy perfectamente, asi que no se preocupen, ¿si? Adiós” –tan rápido dijo eso, apago el intercomunicador, dejando a los tres hombres a cargo de su protección con la duda.

“MEGUMI, CON UN DEMONIO NO APAGUES EL INTERCOMUNICADOR, ¡¡MEGUMI…!! Esta mocosa es igual que su papa, no sigue las ordenes que se le da, maldición…” –refunfuño Homare, gritando a través del aparatito que aunque estaba encendido, no podía escuchar nada de lo que pasaba con su sobrina.

“Relájate Kuba, mejor disfruta de la velada y del panorama que nos brinda esta noche, te aseguro que mi ahijada estará bien…” –eso ultimo lo dijo con una risita traviesa y coqueta, pues estaba en primera fila de lo que ocurría entre Megumi y aquel personaje en lo más alto de ese edificio. Con Megumi…

“U-Uesugi, t-tu ¿tú que estás haciendo aquí? E-estúpido, me asustaste” –reprocho la ojo celeste, con cierto asombro en su rostro y molestia en su voz, con un tierno y adorable sonrojo en sus mejillas, clara evidencia de vergüenza y pena.

“Perdóname, pensé que ya habías notado mi presencia, *en verdad que es muy distraída e ingenua, me gusta* pensó para sus adentro el ojo amatista –además, creo que como estudiante de este colegio tengo todo el derecho de estar aquí, ¿no crees senpai?” –continuo Kei, viendo como la mencionada hacia como que no estaba ahí y se dedicaba a ver el horizonte.

El silencio entre ellos se comenzó a formar, era pesado e incomodo, no tardo en darse cuenta la peli negro de eso, el solo tener de *acompañante* a Kei Uesugi la ponía nerviosa, pero no sabía porque, es decir, ella jamás había experimentado tales emociones con nadie, incluso con sus amigos se comportaba de la manera *normal* con la que entro al colegio y así se iría después de la graduación, ella ya tenía pensado su futuro y ese era ingresar a la universidad a la edad de los 16 años.

“¿Hasta cuándo…?” –aquellas palabras que salieron de la boca de su acompañante la confundieron.

“¿Hasta cuándo que, Kei? –continuo la chica, sin darle mucha importancia a lo que el rubio le dijera.

“Eso mismo, hasta cuando planeas aparentar que no tienes ningún interés en mi, aun sabiendo que eso no es cierto, sabes que me gustas y aun así aparentas no saberlo, ¿Cuándo me dirás el sí para que seas mi novia?” –continuo el rubio, algo molesto pues desde que conoció a Megumi hubo algo de ella que le atrajo y le dolía que la chica no pudiera ver sus sentimientos.

“Yo no lo sé Uesugi, ¿Por qué mejor no les preguntas a tus novias y a tus admiradoras y a mí me dejas en paz? Suficientes problemas ya tengo como para que todavía tolere a un Don Juan que se dedica a enamorar e ilusionar a cuanta chica o chico se le ponga en frente, y este no le guste que la única chica que no puede enamorar no caiga en sus encantos” –ok, Megumi ya estaba molesta y ¿celosa? se estaba desquitando *de alguna forma* con Kei, el cual abrió los ojos como platos, y por si fuera poco, le dijo Don Juan, es decir, claro que tenía esa reputación en la preparatoria, pero hacia meses que había dejado de comportarse como el conquistador de corazones que era, todo gracias a una persona…

De sus labios una risita divertida salió de ellos, que tiempo después se volvió en carcajadas pues le parecía graciosa la situación, pero calmo al ver que la ojo celeste se dirigía a la puerta para salir del techo del edificio, le dio alcance rodeándole su cintura con los brazos, todo esto bajo la atenta mirada de cierto padrino de la chica.

“Soy un estúpido al no darme cuenta… yo… lo siento Megumi, no me había dado cuenta que mis sentimientos por ti eran correspondidos y que por mi pasado comenzabas a ponerte celosa de chicas que para mí nunca fueron importantes como lo eres tu ahora, no me importa cuánto tiempo pase para que por fin abras y experimentes lo que es el amor, yo te protegeré no importa que, así si es dando mi vida a cambio de la tuya” –susurro al oído de Megumi, la cual se estremeció al tener tan… tan cerca al rubio, pues nunca espero que Kei se comportara de tal manera.

“…No sabes lo que dices, Kei…” –continuo la chica, con voz apagada y a la vez sin creer lo que había escuchado, accidentalmente encendiendo el intercomunicador que tenía en la oreja, haciendo que sus tíos como su padrino se ponían alertas y ¿Por qué no? También escuchaban su conversación con aquel joven. Homare iba a decir algo, pero el de extensiones se lo impido, dejando que la conversación entre su ahijada y ese chico fuera el centro de su atención…

“Sa-sabes que mi padre no es como cualquier hombre de negocios, mis *tíos* son mis guardaespaldas por el mismo hecho de que el trabajo que ellos ejercen con mi padre no es el más *sencillo* de tratar, mi padre es prestamista, uno de los mas rudos y peligros de todo el país, su cabeza como la mía vale mucho para ciertos jefes de yakuzas, mi vida está en constante peligro, es mas el simple hecho de que mis amigos estén junto a mí los pone en un gran riesgo, incluso… tu” –por alguna razón, los tres hombres se les congelo la sangre por la voz que Megumi uso para explicarle a Kei los motivos por los cuales no debían estar juntos.

“No me importa…” –esa contestación asombro a los tres *chismosos* no esperaban esa contestación.

Será que la quiero

y escribo su nombre en el viento sin parar

será que la quiero y ni dormido ni despierto tengo paz

la llevo en la cabeza atornillada a mis ideas,

rebelde y letal como una droga dura

El único momento del día,

que vale la pena de verdad

es cuando coincidimos

a la salida de la escuela y sin hablar

vamos por la banqueta

tan lejos y tan cerca

que me parece escuchar

cómo le laten las venas

quiero, no puedo y ella

sin mirarme entra en su portal

“¿Tú crees que me interesa el que tu padre sea el mismo diablo? Crees que me importa a caso que la chica que me ha estado trayendo loco en los últimos años sea un blanco para los enemigos de su padre, yo te quiero y quiero estar contigo, eso incluso si significa que tenga que proteger lo que más me importa. Si eso significa que le tengo que vender mi lealtad a tu padre con tal de que me permita estar a tu lado, lo hare, no lo dudes porque haría eso y mucho mas por ti, además te recuerdo que no soy ningún santo, me meto en problemas cada vez que hay una carrera y todo porque no se controlarme, asi que no tengas miedo de que por tu culpa me vaya a pasar algo porque será todo lo contrario, será por mis estupideces, solo eso” –diria eso y mas con tal de que la peli negro le creyera que sus sentimientos y su vida dependía de ella. Mientras que los encargados de la seguridad de la hija de Ayase estaban que no salian de la impresión, ¿encerio estaba dispuesto a hacer eso y mas con tal de estar con Megumi? No creían que aquel joven estaba tan enamorado de su pequeña, es mas ya contaba con la admiración de dos de ellos, pues no cualquiera se atevia a confesársele a la hija de Kanou Somuku.

Cómo puedo decirle que la quiero

que hay un agujero en mi corazón (no me atrevo)

cómo decirle que la quiero (como decirle que)

si se acerca y pierdo el control

Por una sonrisa

cantaría La Traviata en japonés

(en japonés)

por una caricia

iría a Venus en un barco de papel

(en un segundo nada más)

pero sin embargo pasa por mi lado y ni siquiera me ve

todos los planes que hago son un fracaso

estoy harto de esta timidez

Mientras la mencionada no creía del todo lo que el rubio le estaba diciendo, pues como era posible que un *mocoso* de 17 años se fijara en ella, oh vamos, a quien engaña, ella tiene 15 años próxima a cumplir 16 y a ingresar a la universidad de Tokio, siendo sincera no sabía que decir, ni como continuar con su *platica* con Kei, es mucho decir que estaba nerviosa porque desde que empezó a hablar el rubio no dejaba de abrazarla, como si su vida dependiera de ello. No supo cuando el de ojos amatistas la estaba besando.

Cómo puedo decirle que la quiero

que hay un agujero en mi corazón (no me atrevo)

cómo decirle que la quiero (como decirle que)

si se acerca y pierdo el control

Cómo puedo decirle que la quiero

que soy casi un muñeco de guiñol (no me atrevo)

cómo decirle que la quiero (como decirle que)

si me falta el aire cuando la veo

Cómo puedo decirle que la quiero

que hay un agujero en mi corazón (no me atrevo)

cómo decirle que la quiero (como decirle que)

si no tengo ningún control

“DEJAME SOMEYA… SUELTAME MISAO… ¡¡LO MATO, LO MATO!! ¡¿Quién se cree que es ese mocoso como para besar descara menté a Megumi?!” –rugió Homare, dispuesto a darle unos cuantos golpes al *aprovechado* que se atrevió a besar a su sobrina. Ya lo hubiera hecho sino hubiera sido por su hermano que lo estaba reteniendo del pecho, mientras que el de extensiones intentaba calmarlo, pues el al igual que Homare habían visto tal escena, él fue el primero en verla, pero para su mala suerte el gemelo le quito lo binoculares y… bueno, ya esperaba esa reacción por parte del de cabello negro.

“En primera, cálmate Kuba, todos a esa edad ya dieron su primer beso, mi Megumi tiene todo el derecho de que experimente esa hermosa experiencia, y en segunda… tú no tienes ningún derecho de interferir entre la felicidad de esa chica, eres su *tío* como guardaespaldas, mas NO ERES SU PADRE. Estas aquí para cuidarla y protegerla de cualquier peligro que pueda experimentar, pero eso no significa que hagas el papel de Kanou” –quiera o no, Someya tenía razón, el solo era el encargado de la seguridad de esa chica, no era su padre…pero eso no significaba que no podía ponerse celoso de ese chico, después de todo, Megumi era la imagen de la persona que más amo en la vida: Ayase.

En el techo del edificio de donde estaban los gemelos Kuba…

Pasaron varios segundos, se separaron por la falta de oxigeno en los pulmones, pero no significaba que el rubio liberada de su agarre a la ojo celeste la cual estaba sonrojada y avergonzada, *linda* pensó mientras con cuidado se acercaba al oído de la chica, mas precisos donde estaba el intercomunicador de Megumi. Aspiro un poco del aroma de la chica y después dijo:

“Buenas noches… me presento, soy Kei Uesugi, soy estudiante de segundo grado de preparatoria de este colegio, pero me dedico a las carreras de motocicletas, tengo 17 años próximo a cumplir 18, amo las motocicletas así como tener problemas con los demás, esto lo dejare ahora en segundo plano porque lo que ahora realmente amo es a Megumi. Sé muy bien que ustedes son los que investigan a cada persona que se relaciona con ella, de una vez les digo que yo también lo hago, tengo contactos en muchas partes. Les pido por favor que le digan al padre de Megumi que con mucho gusto acepto la propuesta de ir a cenar con ellos, después de todo yo fui el que arriesgo su vida por la de ella. No tengo miedo de tener represalias en mi contra, asi que si intentan hacer algo en mi contra, háganlo, si con tal de estar con ella sufro eso, lo aceptare gustoso” –no espero a que le dieran una respuesta, apago el intercomunicador y volvió a besar a la ojo celeste, la cual torpemente intentaba corresponderle.

Mientras en el automóvil de Homare, estaba este que quería partirle la cara al rubio, pero no lo hacía porque Someya discutía con el de nuevo. Mientras Misao veía como su hermano y el cliente de su jefe discutían, rápidamente enviaba un mensaje de texto a Kanou, el cual lo recibió, soltando todo el oxigeno que tenía en los pulmones.

*Esta hecho, ese chico es el que ayudo a Megumi hace dos meses, además esta completamente enamorado de ella…*

Leyó en voz alta el prestamista, el cual en lugar de estar celoso por lo acontecido, comenzaba a alegrarse de que su hija viviera esa experiencia.

“Ayase… el muchacho está mal si cree que con enamorar a mi hija voy a permitir que el este a su lado, tendrá que pasar por varias pruebas para que apruebe su relación…” –pensó el mayor, recargado en su silla de la oficina, viendo las estrellas y la luna que estaban adornando aquella noche.

Notas finales:

Como pudieron darse cuenta mina, hable un poco de lo que paso entre Ayase y Kanou

Ustedes tranquilos, en capitulos *como este* especificare que sucedio entre ellos y el porque mi ayase-chan murio u.u

La idea era escribirlo en un fic completamente diferente a este, pero mi cabecita loca comenzo a bombadearme con otra idea de fic y bueno...

Solo les diere que este fic pienso publicarlo talvez en agosto, tal vez antes, depende de cuantos cap mas ponga en este

El nuevo fic sera retomado en una historia shoujo que tengo escrito en libretas, si me inspiro mucho y por eso la escribi ahi, pero la convertire en yaoi, haber como salen las cosas .n.n

La cancion se llama *Como puedo decirle que la quiero* es de Mercurio

en el fic anterior entendi que el nombre de las canciones y de quienes son simpre van al final porque sino le quita lo llamativo y bonito del cap, en otras palabras, yo solita les hago spoiler u.u

gracias por leer

nos vemos en el proximo cap

saludos

luky


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