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Familia Usami vs Familia Uesugi = Dulce amor prohibido por luky_luze

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Notas del capitulo:

Buenas las tengan y mejor las pasen mina san xD!

bueno, pido perdon por subir el cap hasta hoy pero por un trabajo de etica que por fin pude entregar hasta hoy fue que pude terminar el cap

uta, a este paso jamas acabare a tiempo el fic u.u

um bueno no importa

sin mas que decir

a leer!!!

 

Flash Back…

Sinceramente esperaba aquel silencio incomodo después de su confesión. Admitía que no era la primera vez que hablaba tan abiertamente de sus sentimientos con el pequeño, más concretamente con el que le robo el corazón la primera vez que lo vio. Pero… ¿Qué esperaba? ¿Qué el menor cambiara de opinión al oír la seriedad y el tono de voz con la que le volvió a decirle sus sentimientos? ¡Claro que sí! Ese siempre ha sido su sueño después de cinco años de vivir con ese secreto en el corazón. Esperaba que el menor aceptara sus sentimientos y que se arrojara a sus brazos para fundir aquella *declaración de amor bizarra* con un beso. Pero para su mala suerte… la respuesta que más anhelaba jamás llego, ni llegaría…

“…Lo siento mucho Homare-kun. Pero no puedo corresponder a tus sentimientos…” –sabia de ante mano que eso es lo que iba a pasar, ¿Cómo de esos finos y delineados labios podían salir palabras que destruían el corazón de más de uno? Está bien… solo de él.

“¿Puedes… puedes decirme porque no vas a corresponderlos…?” –por más que intentara suavizar su voz no podía, así que hablo con la voz fría y sin sentimiento alguno. El menor, que ya estaba acostumbrado a esa pequeñez, no se sintió intimidado, al contrario, se sintió mal por el mayor de los gemelos Kuba.

Tardo unos minutos en dar una respuesta, lo que provocaba que se desesperada el secretario de Kanou. Tenía que encontrar las palabras correctas para que no lastimara mas al mayor, porque las palabras que le diría, definitivamente cambiaria la relación guardaespaldas-protegido, más de la que ya estaba. Soltó un pequeño suspiro para poder *rechazar* como es debido al ex ladrón, pues aun, a pesar de la respuesta que le daría podría destrozar el corazón del otro, aun el menor lo consideraba un gran y especial amigo, el segundo que hizo después de uno meses de estar viviendo con el prestamista, (el primero era Someya).

“…Yo no puedo corresponder tus sentimientos porque yo estoy profundamente enamorado de otra persona… Creo que te lo había dicho la primera vez que te me confesaste Homare-kun…”

“Eso fue hace tres años, además, ¿Cómo puedes decir que te has enamorado del maldito que desde el primer día te violo y después de eso te chantajeo para que te acostaras con el solo para que le pagues el dinero que dio por ti esa noche? Ayase… tu y yo sabemos que no eres masoquista, ¿o sí?” –comenzaba a desesperarse, el menor no quería entender razones, es mas el mismo le dijo que por el daba la vida, así si tenía que ir en contra de su hermano y de su jefe.

De nuevo el silencio reino en esa oficina. El prestamista no estaba. Según les dijo a los gemelos Kuba que tenía que arreglar unos *asuntos personales* él solo, y no quería involucrar más de la cuenta al ojo celeste, aunque el pequeño ya estaba muy, pero muy metido en los asuntos de trabajo de su pareja. Por tal motivo fue como el secretario pudo acercarse lo suficiente a el pequeño rubio, quería que fuera él el que lo rechazara y no quería que el prestamista presionara al menor para que lo escogiera a él, como lo hizo la primera vez cuando se confeso, aunque era obvio que el rubio ya estaba perdido *según el*.

“Yo no soy masoquista Homare *se defendió el menor, frunciendo levemente las cejas, mostrando molestia en sus finas facciones* Kanou-san me ha demostrado que una persona puede cambiar si es que se lo propone. Tienes razón en lo que dijiste al principio… el no tuvo que haberme hecho eso el primer día que lo conocí, pero después de eso se arrepintió. Jamás me hizo ver como una prostituta a la que le paga para tener sexo aunque tú te esfuerzas en convencerme de lo contrario…”

“¿Cómo puedes decir que no te hizo ver de esa manera, eh? ¿Olvidas todo lo que te hizo desde el momento en que entraste a su vida? Te hizo ver como un objeto, te obligo a que fueras su pareja a pesar de que él nunca fue homosexual, te humillo y te ultrajo de las maneras más crueles con las que puedes demacrar a una persona tanto física como emocionalmente, ¿no lo entiendes? Te estoy ofreciendo el amor que jamás el podrá darte, te ofrezco el cariño que él nunca te dará, y te ofrezco la libertad y la vida que tanto mereces. Conmigo a mi lado, jamás tendrás que volver a llorar por el hecho de que te obligue a entregarte a mi”

Ese no era el momento para desesperarse, pero si no hacia algo, quizá la única persona que ha amado en su vida se le pueda ir de las manos, iba contra todos que se encargara de arruinar su felicidad e iba por aquel que se encargo de mascullar a tan ingenuo e inocente ángel, el cual el mismo Satanás se encargo de arrancarle las alas de la vida y obligarlo a pertenecer a su lado. El ambiente se volvió denso, no era necesario ser científico para darse cuenta de que si no ponía un hasta aquí en esa conversación, jamás lograría que el mayor entrara en razón.

“…Lo siento, pero yo amo a Kanou, no a ti Homare-kun *hablo lo más calmado y serio que pudo, aunque por dentro estaba nervioso pues sabía que con lo que iba a decirle al secretario, cavia la posibilidad de que no lo tomaría de la mejor manera*. Además… *llamando la atención del otro* estoy tan seguro de mis sentimientos por él y del amor que él siente por mí que… ayer acepte casarme con él. En un mes se hará la boda…” –eso fue lo que termino por destrozar la poca cordura que aun tenía el mayor, y un poco mas su corazón.

“…Tu… tu no… ¡¡¡TU NO PUEDES CASARTE CON EL, SI LO HACES TE DESTRUIRA!!!” –grito el secretario, después de asimilar lo que el pequeño le dijo. Eso jamás se lo perdonaría a Kanou Somuku.

“…El no… el jamás podría destruirme Homare-kun *sonrió al recordar que el mismo era el que decía que el prestamista tenía esa habilidad con las cosas que sus manos tocaban* Jamás podría destruir a la persona que le dará un hijo dentro de unos cuantos meses, *al ver el rostro pálido del otro, continuo* tengo tres meses de embarazo Homare-kun. Por esas dos grandes razones para mí, es que no puedo corresponder tus sentimientos y jamás lo hare…” –lo único que recibió como respuesta por parte del otro era la puerta de la oficina de su prometido azotada con fuerza.

“Bueno… admito que no fue buena idea decirle a *tu tío* lo de mi boda con tu padre y mi embarazo para que el entrara en razón pero… ya no puedo hacer nada para evitar que sufra. El y Misao se encargaran de cuidarte a ti como si su vida dependiera de ello (claro que dependen de ello) y no puedo esperar a ver eso… Bebe sé que me escuchas, por tal motivo quiero que sepas que ya quiero que tenerte en mis brazos. El amor que sentía por Kanou se intensifico mas cuando supe que vendrías a este mundo…” –murmuro para el mismo el pequeño rubio, acariciando tierna y amorosamente su aun vientre plano, reflejando en sus ojos celestes un inmenso sentimiento de amor y calidez que solo una *madre primeriza* puede reflejar.

Fin del Flash Back.

“¡Maldición…!” –gruño al perderse en ese estúpido recuerdo que lo a martirizado en los últimos dieciséis años. Golpeo con furia la primera cosa que tenía en frente: una pared hueca de la bodega donde estaba, la cual su puño atravesó como si de una hoja de papel se tratara.

“… ¿Quieres cálmate, por favor? Ni tu ni yo necesitamos que te sigas debatiendo entre sí fue correcto o no decirle a Ayase que dejara al jefe. Controla tus demonios y ya deja de ser masoquista contigo…” –la voz de Misao lo distrajo de su coraje, de hecho no sabía que estaba haciendo él y su hermano ahí, además ¿de qué diablos estaba hablando aquel rubio de ojos amatistas con Megumi?

“Yo no soy masoquista Misao… además, ¿se puede saber qué diablos estamos haciendo aquí? ¿Y porque ese mocoso no deja de besuquear y de hablar con Megumi?” –se defendió el otro, fulminando con la mirada al rubio que se estaba pasando de acaramelado con su *sobrina*.

“Esa es la gratitud que reflejas a tu jefe. Que poco agradecido eres Homare” –justamente la voz y persona que no quería escuchar ni ver.

“¿Por qué debo de ser agradecido contigo…? jefe” –respondió molesto y con el ego ha por mayor.

“Mmm… ¿será porque hace dieciséis años renunciaste a trabajar conmigo y después de la muerte de Ayase viniste a pedir de nuevo tu empleo? También ¿olvidas que pase por alto los sentimientos que sentías por mi esposo y que incluso te perdone la vida por eso? No creas que lo hice porque te necesitaba, al contrario con Misao era suficiente para continuar con el trabajo, pero deberías de estar gradecido con MI pequeño pues fue él el que me pidió antes de morir que sean tu, tu hermano, Someya, Gio y yo los únicos que estuviéramos al cuidado y al pendiente de Megumi”

“En todo caso, como dices tú, debo de estar agradecido con Ayase y no contigo…” –continuo el secretario, molesto e intentando no golpear a su jefe.

“No te hagas el imbécil conmigo Kuba. Te recuerdo que una semana antes de mi boda renunciaste a ser el guardaespaldas de mi esposo y de trabajar conmigo. No me negué a darte esa libertad porque sabía perfectamente porque lo estabas haciendo. Tuvieron que pasar seis meses para saber de tu paradero, pero para ese entonces mi hija ya había nacido y mi Ayase ya había muerto, no me vengas con que te estás haciendo el mártir porque no te sale. Además, considera esto que te estoy haciendo como un favor, te permito que *evalúes* las capacidades del novio de Megumi, aunque con tu hermano era más que suficiente” –continuo el empresario, marcando molestia en su voz, después de todo estaba hablando con el otro hombre que intento quitarle el corazón de su pequeño rubio.

“¡¡NO TE ATREVAZ A MARCAR A AYASE COMO SI IGUIERA SIENDO DE TU PROPIEDAD!!, el jamás lo fue y nunca lo será…” –grito el secretario dispuesto a darle una serie de puñetazos a su jefe, a no ser por su Miso que lo detuvo, intentando en vano de bajarle lo enfadado.

“¿Me harían el favor de ya calmarse los dos de una vez? Este no es el momento para sus discusiones sin sentido alguno padre, tío Homare…” –la voz calmada aunque molesta de cierta ojo azul dejo la discusión entre ambos peli negros por terminada (por ahora). La chica llego de la mano junto con el rubio de ojos amatistas el cual veía analíticamente cada movimiento y/o acción que alguno de los dos hombres de aquella discusión pudiesen hacer, en cierta forma estaba intrigado por el tema con el que empezó todo ese numerito.

“Tranquila Megumi, estoy seguro que tu padre como tus *tíos* tienen una buena razón para citarnos a los dos aquí… ¿cierto caballeros?” –aquello ultimo lo dijo con cierto toque de ironía, pues era obvio para sus ojos que esos dos se tenían ganas y unas muy grandes. Pero siempre se detenían por una solo persona: Megumi. Y esta no entendía el porqué de esas discusiones entre su familia. Sentía que había algo que todavía su padre no le ha dicho y eso tenía que ver con Homare y con su papa.

El prestamista iba a contestar, pero decidió no hacerlo, ese muchacho después se lo pagaría, pero ahora… debe hablar de asuntos importantes para todos y por todos se refería a Megumi.

“Muy bien… como saben, cada uno de ustedes tienen ciertas habilidades para la defensa personal y/o protección de su integridad, dos de ustedes se han encargado de la seguridad de mi única hija, por tal motivo los he citado aquí para que le enseñen a aquel joven *señalando a Kei el cual no quitaba la sonrisa de ¿satisfacción? ¿Superioridad? ¿Ego? de su rostro. No sabía cómo definirla* todo lo relacionado con cada una de sus habilidades, dado que el ahora quiere formar parte en la vida de Megumi pero para eso tiene que pasar cada una de las pruebas que le impongan…”

“Lo dices como si estuvieras dando la mano de Megumi al muchacho…” –interrumpió Homare, cruzándose de brazos, fulminando con la mirada al rubio.

“Ahórrate los comentarios Homare *lo callo con una mirada asesina* bien… como decía, al joven Kei Uesugi le enseñaran cada una de sus habilidades en lucha, pelea, manejo de armas blancas y de fuego. La próxima semana se irá a Kioto junto con ustedes dos *señalando a los gemelos Kuba* y con Megumi durante tres meses, será el tiempo suficiente para que al muchacho se le quede un poco lo que le enseñaron y sea lo suficientemente fuerte para demostrarme cuánto vale y hasta donde es capaz de llegar para estar al lado de mi hija. Tranquilízate muchacho… esto no perjudicara en tu carrea de corredor, ya lo tengo todo previsto. Antes de que regresen a Tokio habrás realizado tu carrera y como dijiste espero y cuides a mi hija como es debido, no quiero sorpresas…” –eso ultimo lo dijo como si de una amenaza se tratara, claro que lo era, mas le valía a Kei que la princesa de Kanou estuviera salva y salva en esos tres meses de ausencia.

“¿Acaso… acaso no nos acompañaras? ¿Me dejaras sola tres meses en Kioto?” –se animo a hablar la ojo celeste, pues nunca, en sus dieciséis años de vida, nunca ha estado sin la compañía de su padre. Otro motivo más para sospechar que algo le estaba ocultando y no se lo quería decir y eso la desesperaba.

“Tranquila hija, estarás bien… (Por el bien de los gemelos y el de ojos amatistas) te prometo que antes de que te des cuenta les arruinare las citas que tengas tú y tu novio para que sepa quién es tu padre. Serán tres meses pero te prometo que en menos de tres semanas estaré contigo haya ¿ok?” –consoló el prestamista, revolviéndole el cabello a su hija como él le hacía a su esposo para consolarlo y consentirlo como la persona que era importante para él en su vida.

“Homare… llévate a Megumi y al joven Uesugi a la casa, ya es tarde y estas horas son peligrosas para que ella y el estén en la calle…” –dicho esto el secretario escolto a los jóvenes al auto de este, arranco y se llevo a su hogar a la pareja, dejando al prestamista y al menor de los gemelos Kuba solos.

“¿Qué has sabido de lo que te pedí que investigaras Misao?”

“Lo que ya sabíamos jefe, el atentado que sufrió Megumi hace seis meses no fue planeado por el señor Lowell, más bien pienso que fue su propio hijo el que lo planeo todo, después de todo, veo imposible que Dante Lowell en el lugar donde esta pueda realizar o planificar un secuestro… ¿quiere que intervenga?” –hablo el otro secretario, serio y esperando ordenes del prestamista.

“¡Mierda…! Aun en el loquero su descendencia hace destrozos y estragos en mi familia… encárgate de que no salga ese infeliz de ahí y que su hijo no haga ningún movimiento, tendrá casi la edad de mi hija pero el maldito piensa igual que su padre. No pienso tolerar más *locos obsesionados* de parte de esa familia… pero hazlo mañana a primera hora, a es demasiado tarde y no pienso arriesgar a uno de mis hombres” –dicho esto subió al otro auto propiedad de Misao para que lo escoltara al departamento que comparte con su hija, necesitaba relajarse y estando con Megumi era la única manera de hacerlo, saber que tu única familia está bien tranquiliza a muchos y en especial a él.

Al otro día…En otro lugar de la ciudad…

A pesar de que era fin de semana, salió de la disquera mas tarde de lo que esperaba, ni que decir que jamás quiso ir a trabajar ese día, pues se encontraba solito contra el mundo de la música de NG sin su mejor amigo. Desde la tarde de ayer que el peli rosa fue *secuestrado* por su esposo antes de que Mr K se diera cuenta de su ausencia, y más por el hecho de que se encargo de llevárselo aun en horas de trabajo. Dejo que de sus labios se escapara un suspiro cansado, a pesar de que amara la música y de que casi la consideraba con una *amante* sin Shu le parecía aburrido todo lo que se involucrara con esta. Lo bueno es que siendo por fin sábado Seguchi fue bueno y los dejo a ir a todos, tanto integrantes de Bad Luck como de Nittle Grasper. Pero para su mala suerte, su esposo no lo espero como todos los días lo hacía, ¿Dónde estaría? ¿Qué estará haciendo? Esas y más interrogantes se encargaban de torturarle mentalmente.

“Estamos en casa… Sara-chan, Tat-chan, ¿están aquí?” –hablo el mayor, dejando sus zapatos como abrigo en el recibidor, poniéndose sus pantuflas de conejitos muy parecidos a Kuma-chan, camino por su casa, buscando alguna razón por la cual no encontraba a su familia.

“¡¡SORPRESA…!!” –tan luego llego a la sala y encendió las luces de esta, se vio rodeado por sus dos amores, más que rodeado, se vio tacleado por su esposo y su hija, los cuales se dejaron ir en contra de él, haciendo que el mayor apenas si pudiera quedarse de pie, pero para su mala suerte no pudo hacerlo por mucho tiempo por que el peso extra de toda su familia sobre el hicieron que cayeran los tres integrantes de esa chiquita familia al suelo, provocando mucho alboroto al hacerlo.

“¿Se… se puede saber que es todo esto chicos?” –articulo el cantante, viéndose abrasado posesivamente por su esposo y su hija, los cuales se encontraban cada uno en un costado del cuerpo del peli verde, acostados en el pecho de este el cual no sabía que estaban planeando esos dos.

“Es un regalo de papa, me pidió ayuda para dártelo y bueno… me pareció buena idea y un gran y hermoso de talle de su parte…” –respondió la ojo negro, sin soltar a su papa el cual no sabía que decir.

“Lo que Sara-chan trata de decirte es que… te organice una pequeña cena para compensarte lo que paso la otra vez hace unos meses… y me pareció buena idea que mi hija también participara para darte esta sorpresa…” –respondió el abogado, dejando de abrazar a su esposo, poniéndose de pie y ayudando al cantante como a su hija a levantarse.

“¿Lo… lo de la otra vez…?” –murmuro el cantante, recordando el tema que había hecho que por un momento provocaba un mal entendido con su esposo “Tat-chan, te había dicho que no era necesario hacerlo, ya habíamos hablado de eso…”

El menor negó con la cabeza “Eso no importa Ryu-chan, te dije que iba a compensártelo de alguna manera y sabes mejor que nadie que siempre cumplo con mi palabra…”

Dicho esto, el peli verde vio como en los brazos de su hija, esta llevaba un pequeño cachorro de San Bernardo, el cual comenzaba a ponerse inquieto pero tan luego vio al cantante comenzó a agitar su cola dando a entender de qué quería conocer a aquel *desconocido* para él.

“Mira a quien tenemos aquí perrito… es tu nuevo papa, salúdalo y se bueno con él como él lo es con nosotros. Se bienvenido a la familia hermanito…” –esas palabras hicieron eco en la cabeza del mayor, el cual no cabía de felicidad y alegría al ver a tan adorable perrito. No puedo contener mas las lagrimas de la emoción y comenzó a llorar como un niño pequeño, teniendo entre sus brazos el cuerpecito del cachorro el cual al ver que su papa estaba llorando, como todo buen perro, comenzó a lamerle la cara, limpiando así las lagrimas que aun resbalaban por sus mejillas, haciendo que el cantante comenzara a reír, provocando una inmensa felicidad y ternura en su esposo e hija.

“¿Ya ves? Y tú que decías que no lo iba a querer. Si es el perrito más tierno y adorable del mundo y mi papa es el hombre más tierno e inocente de la galaxia, como no iban a hacer conexión…” –la vocecita melodiosa de su hija hizo que el cantante como el abogado dejaran de perderse en sus pensamientos.

“Ryu… *llamo la atención del peli verde el cual comenzaba a jugar con el inquieto perrito* se que un cachorro no se compara con la vida y la sensación de tener un bebe de ambos en tus brazos pero… *acercándose hasta donde estaba su esposo el cual lo veía fijamente* quiero que sepas que hare que el pequeño que tienes en tus manos se vuelva un integrante más de la familia y que lo consideres mas un hijo que una mascota” –se animo a decir el menor, revolviendo cariñosamente el cabello del mayor, para después acariciar la cabecita del pequeño peludo.

“Tatsuha… Sara… quiero que los dos sepan que desde que vi cuando mi hija llegaba con este hermoso cachorro… yo ya lo consideraba alguien más de nuestra familia, no solo una mascota. Perrito *tomando por los costados al perrito, levantándolo y cargándolo hasta que tocara la cabecita de este en su frente* considérate un hijo mas de Tat-chan y mío, y el hermanito oficial de Sara-chan, ¿estás feliz?” –como respuesta del pequeño peludo recibió un pequeño ladrido asintiendo para después su cara se viera atacada por la lengua del cachorro, feliz de tener una familia.

“Eso fue… eso fue tan hermoso y conmovedor *soltando un leve bostezo* perdonen pero ya es tarde y ya es hora de que me vaya a dormir. Mañana tengo que ir con Kai a ayudarlo a escoger el regalo de cumpleaños de su mama y bueno… me pidió que fuera temprano a alcanzarlo al centro comercial. Papi, disfruta de la cena que papa y yo te hicimos, se lo merecen… ah otra cosa, no se vayan a divertir tanto esta noche, no quieren provocarle un trauma a mi inocente hermanito, ¿cierto?” –guiñándole un ojo a sus padres, los cuales se sonrojaron levente al ver la honestidad a la vez que se sorprendían por la mente pervertida que a veces su hija podía tener de ambos. Aunque sinceramente, el menor no podía desaprovechar la oportunidad que tenia con su esposo, mucho menos ahora.

Después de que vieron como la figura de su hija se perdía entre las escaleras y los pasillos de su hogar a su vez que escuchaban como la puerta de la habitación de la adolescente era cerrada, fue cuando pudieron respirar tranquilos.Después de un repentino beso en los labios robado por el menor, el cantante se encargo de llevar a descansar el pequeño perro que tenía en los brazos a la camita que su esposo le preparo con anterioridad para después dirigirse hasta el comedor, el cual estaba íntimamente adornado y decorado para una cena privada entre él y su esposo.

Los minutos pasaron lentamente, hace tiempo que no compartían esos momentos entre ambos pues desde que el peli negro lo volvieron el abogado de una de las casas disqueras más influyentes y poderosas de todo Japón apenas si tenía tiempo para respirar, pero eso si… nunca olvidaba de irse a casa con su amado conejito rosa el cual hacia que se distrajera de su agotador trabajo además de que también estaba su amada y única hija, sin duda alguna un gran orgullo para ambos era esa revoltosa y alegre jovencita. Durante la cena estuvieron hablando de cosas triviales, de lo que hicieron el día de hoy y el cómo fue que el menor pudo organizar con ayuda de su hija todo lo que el mayor vio cuando entro a su hogar.

“Lo siento mucho mi conejito pero… era la única manera de tener todo listo antes de que llegaras…” –se disculpo el menor, llevándose los platos de la cena a la cocina, mañana los lavaría.

“…Mmm, te perdono Tat-chan pero como compensación *acercándose provocativamente al oído del menor* hazme el amor como si tu vida dependiera de eso, ¿Qué dices amor?” –sedujo exitosamente el mayor, sintiendo como su cintura era atrapada por los brazos de su esposo.

“Me parece una excelente compensación la que pensaste conejito, además no tenía la intensión de dejarte en paz esta noche…” –respondió el menor, lamiéndole provocativamente el lóbulo de la una de sus orejas al cantante, el cual al sentir aquel contacto hizo que se estremeciera y se pusiera agitado. Al ver así a su esposo, rápido sin titubeos se encargo de llevárselo hasta la habitación que ha sido testigo de todas las veces que se han entregado mutuamente en los últimos diecisiete años.

Yo todavía escucho tu voz

cuando duermes junto a mi

yo todavía siento tu toque

en mis sueños

perdona mi debilidad

pero no sé por qué

sin ti es muy difícil sobrevivir

A tropezones lograron llegar a la habitación, entre besos y palabras de amor y cariño de ambos el menor logro acomodar el cuerpo de su esposo sobre el lecho, sin antes haber puesto seguro aquella puerta y sin antes haberse quitado la camisa negra de manga larga que tenia puesta, mostrándole a su sonrojado conejito el cuerpo que con años trabajo y que ahora estaba marcado, sin exagerar.

“Tat-Tatsuha… no me tortures…mmm” –logro articular el mayor, sintiendo como sus ropas eran retiradas lentamente, haciendo que las manos de su esposo rozara con su piel blanquecina, haciendo que una descarga eléctrica recorriera su espina dorsal, provocando sensaciones que aunque a pesar de que ya la ha experimentado todos estos años de matrimonio, no se cansaba de ellas y nunca lo haría, amaba demasiado a ese hombre como para dejar de hacerlo.

Los labios del menor fueron descendiendo por el cuello del cantante, mordiendo y besando esa parte de la anotomía de aquel que le robo el corazón, marcándolo y provocando temblores en el cuerpo del mayor, el cual ya no sabía que hacer si dejarse hacer por el otro o comenzar a gritar todo lo que su corazón dictaba.

Cada vez que nos tocamos

recibo este sentimiento

y cada vez que nos besamos

yo juro que puedo volar

no puedes sentir mi corazón latir rápido

quiero que esto dure

te necesito a mi lado

cada vez que nos tocamos

siento la estática

y cada vez que nos besamos

alcanzo el cielo

no puedes sentir mi corazón latir lento

no puedo dejarte ir

te quiero en mi vida

“No te contengas Ryu-chan… sabes que tarde o temprano tendrás que comenzar a gemir y a llamarme por mas placer y cariño… vamos, quiero escucharte gritar mi nombre” –le susurró provocativamente el menor, mientras sus labios descendían lentamente por el cuello de su esposo, mordiendo y marcando como suyo a su conejito, el cual ya no callaba nada y dejaba que sus jadeos comenzaran a invadir la habitación.

“M-me encanta cuando me susurras esas cosas Tatsuha… n-no me muerdas auch” –respondió el cantante, sintiendo como la lengua y los dientes de su esposo rozaban sus botones rosas, jugando un rato con ellos, mientras Ryu sentía que lo estaba torturando.

“Creo que tengo un conejito impaciente… lo siento Ryu-chan, últimamente no he podido tocarte como tú has deseado pero eso se compondrá, porque esta noche te hare las cosas que jamás imaginaste que podría hacerte, así que más te vale que te prepares…” –aquello ultimo lo dijo en un susurro, muy seductor y convencedor que hizo estremecer al mismo Ryu, no era que no se arrepentirá pero conociendo a su esposo sabía que no iba a ser algo muy *bonito* que digamos para su espalda baja.

tus brazos son mi castillo

tu corazón es mi cielo

ellos limpian las lagrimas que llore

los buenos y malos momentos

hemos pasado por ellos

me haces subir cuando caigo

En otro punto de la ciudad…

“U-usagi… deja de comportarte de esa manera, ¿q-que tienes…? Amm ya com-compórtate” –cierto castaño estaba nervioso y dudoso pues su esposo lo tenía acorralado entre la pared de la habitación que ambos compartían y el cuerpo del escritor, el cual lascivamente besaba el cuello del menor, sujetando las manos de su esposo, poniéndolas encima de su cabeza, sin tener escape alguno o al menos eso es lo que el escritor pensaba que así detendría a su pareja.

“Tu boca dice que pare pero… *colocando su mano en la entrepierna del editor aun cubierta por la tela del pantalón, masajeándolo suavemente para estimularlo* si se nota que lo deseas igual que yo. Además, hace tiempo que no te tocaba y me estoy muriendo por la culpa de la abstinencia…” –contesto el mayor, robándole un beso a su niño, quitándole el oxigeno que aun estaba en sus pulmones.

“E-eso es mentiraa… si apenas lo hicimos ayer, no has sufrido de abstinencia desde hace años… mm, no me muerdas… ay…” –se quejo el menor, mientras sentía como era cargado como princesita hasta el lecho donde dormía y compartía los momentos más mágicos y especiales con su esposo. Mientras presenciaba como su esposo le quitaba la estorbosa ropa que cubría su cuerpo, intentaba recordar en qué momento de la velada su conejo pervertido se convirtió en eso precisamente. Debería estar acostumbrado ¿no?

Mientras sentía como las manos del mayor acariciaban cada parte de su anatomía, llego como si fuera un molesto flash de una cámara.

Flash Back

Recordó que en la cena que tuvo íntimamente con su esposo, el mismo la preparo para ambos dado que a pesar de los años, el escritor seguía siendo de armas tomar cuando estaba en la cocina, sus hijos eran el caso contrario al ojo violeta pues Miu y René heredaron las habilidades culinarias del castaño (eso era una fortuna). Cuando se encontraba guardando los restos de la cena, aprovechando que el escritor estaba en la sala, guardo sigilosamente un bote blanco que tenía guardado en su bolso del trabajo el cual tenía escrito por encima de la etiqueta NO ABRIR y del otro lado decía CONSUMIR CON PRECAUCION y lo guardo en el congelador. Con la firme creencia de que su esposo no vio cuando guardo aquel bote, se dirigió a las escaleras para subir a la habitación.

Pero no se dio cuenta cuando el mismo escritor se aserco a la cocina, abrió el congelador en busca de aquel objeto que su esposo se empeño en ocultar de su vista, fallando en su intento

Fin del flash back

cada vez que nos tocamos

recibo este sentimiento

y cada vez que nos besamos

yo juro que puedo volar

no puedes sentir mi corazón latir rápido

quiero que esto dure

te necesito a mi lado

cada vez que nos tocamos

siento la estática

y cada vez que nos besamos

alcanzo el cielo

no puedes sentir mi corazón latir lento

no puedo dejarte ir

te quiero en mi vida

Despejo sus pensamientos y recuerdos al sentir la juguetona lengua de su esposo rozar con sus botones rosas, los cuales comenzaban a ponerse duros por la atención que su esposo tenía en ellos. Lentamente fue acostado en la cama sintiendo las carisias del mayor en todo su cuerpo, aquellas carisias que lo hacían perder la noción del tiempo. Los labios del escritor recorrían cada centímetro de su piel blanca y suave, dejando pequeñas marcas en su camino. No supo en qué momento sus labios se veían atrapados por los del escritor, mordiendo levemente su labio inferior, besos como el que estaba recibiendo lo hacían desvanecer entre la excitación y el placer, se sentía en las nubes.

“Y tú que decías que no querías hacerlo…no importa, tu solo disfrútalo” –murmuro el escritor, desasiéndose de los pantalones junto con los bóxers del pequeño castaño, con gula y lujuria devoró el miembro semi erecto del pequeño, pasando sus labios en ese pedazo de carne sin pudor alguno, deleitándose con los sonidos de placer que salían de la fina boca del editor.

“D-dime por favor que no probaste del contenido del bote que guarde en el congelador…mm no hagas eso, si sigues yo me… me ahh” –articulo el menor con las mejillas completamente rojas pero sin quitarle lo excitado y inquieto que estaba.

“Si te refieres a un bote blanco donde sus etiquetas decía no abrir y consumir con precaución, si es ese, si lo probé. Al principio pensé que era alguno de experimentos culinarios de Shinobu y que por eso exageraban con tantas advertencias. Pero me di cuenta de que no era así, para mi sorpresa se trataba de un simple halado color azul. Era extraño dado que hasta donde se no existía un sabor de helado con ese color, azul cielo. Así que… mi curiosidad pudo más que mi sentido común y bueno… creo que por culpa de ese *inocente* heladito estamos así…” –respondió el mayor, sin dejar de hacer su tarea mientras veía como el sonrojo que su esposo tenía en sus mejillas.

Cada vez que nos tocamos

recibo este sentimiento

y cada vez que nos besamos

yo juro que puedo vola

r no puedes sentir mi corazón latir rápido

quiero que esto dur

e te necesito a mi lado

“E-ese halado lo compro Shinobu dado q-que creía que Miyagi estaba su-sufriendo de disfunción eréctil, e-es un helado con sa-sabor a vi-vi-viagra y-y bueno, al parecer solo fue su imaginación porque a Miyagi no le funciono, pe-pero a ti sí. Esta mañana me llamo solo para regalármelo, pero según me dijo que solo era una cucharada para obtener los re-resultados deseados ¿Cuántas cucharadas tomaste del he-helado?” –continuo el pequeño, sintiendo que esa noche no iba a terminar para él.

“Simplemente te diré que esta noche no descansarás para nada… déjate llevar MI Misaki…” –robo un casto beso de aquellos labios que lo volvieron dependiente de aquel jovencito de dieciocho años que hace tiempo le robo el corazón solo con su carita de ángel

Notas finales:

Gracias por leer!!

bueno, en el cap de hoy quice marcar el porque del oidio de homare a kanou y bueno... eso es solo una brvee intorduccion de lo que viene entre estos dos

lamento si las deje con ganas de mas lemon pero tenia tan poca inspiracion en estos dias que salio asi

mm, pido perdon si no les gusto, recibo comentarios y amenzas de muerte jeje

la cancion se llama *Everytime we touch* es de Cascada

hasta la proxima semana chic@s

saludos

luky


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