Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Familia Usami vs Familia Uesugi = Dulce amor prohibido por luky_luze

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Muy bonitas la tengan tod@s!!

aqui muriendome de calor, aqui en mi pueblito (México n.n) no a dejado de llover y bueno en mi casa hace un calor del demonio que...

les conportato el nuevo cap de este fic, me dolio y a la vez me emocione al escribirlo, meresco que me maten, claro pero haganlo al fin del fic si??

bueno sin mas que decir les dejo el cap de hoy

me disculpo si esta un poco pequeño pero ando con trabjos de fin de semestre y bueno...

A leer!! *3* 

La fuerza lentamente comenzaba a faltarle. Sus ojos se cerraban despacio, dando a entender que estaba pasando por demasiado estrés su cuerpo y que por tal motivo necesitaba de descansar para lograr entender que había pasado hace apenas unas cuantas horas, pero simplemente no podía hacerlo y no debía hacerlo, no hasta que supiera el estado de su papa y de su hermanito (a). Hasta ahora él era el único familiar responsable, estaba al pendiente de su familia. ¡Por dios santo…! ¡No sabía qué hacer…! Comenzaba a frustrarse, es decir, ¡ERA EL HIJO MAYOR! ¡Maldita sea! Estar sentado en la sala de espera mientras tus tíos veían el estado de salud de tus ahora únicos familiares cerca no era algo bonito, mucho menos para él. Tenía que actuar como se suponía que debía hacerlo un joven de 18 años, pero… eso era ahora mismo. Un muchacho de 18 años, modelo y el mayor de ahora cuatro hermanos, simplemente no podía cargar con la responsabilidad del cuidado de su papa a pesar de que se lo prometió a Saya pero… ¿Qué podía hacer? Estaba asustado, tenía miedo y ahora se sentía completamente solo en estos momentos donde se suponía que su familia debería estar unida por la llegada del nuevo integrante de la familia Uesugi-Shindou.

Se sentía tan frustrado que comenzó a llorar de la impotencia de no saber cómo reaccionar y qué hacer para ayudar a su papa con su dolor, el cantante entro al quirófano con el propósito de salvar la vida de su hijo a pesar de que siempre fue en contra de todo pronóstico positivo. Quería ayudarlo a minorar un poco el dolor de haber sufrido por la repentina partida de Saya pero simplemente este no contestaba sus llamadas para informarle del estado de su papa, a pesar de que fue el mismo peli negro el que dijo que lo llamaran si algo ocurría con el cantante y el bebe.

No supo cuándo ni cómo era abrazado por los hombros. Su cabeza era acariciada suave y cariñosamente, en su frente fue depositado un beso cálido haciendo que sus miedos lentamente comenzaran a desaparecer. Miro quien era la persona que lo estaba consolando, grande fue su sorpresa al ver que era Nao Kasuma el que ahora estaba recargado en su hombro.

“Rei-chan no llores por favor, no me gusta cuando tus lagrimas opacan la luz de tus ojos y la alegría de tu carita, inténtalo y regálame una de esas sonrisas que solo me das a mi ¿sí?” –sus palabras lograron sacarle una sincera sonrisa al rubio, aun enjugándose las lagrimas que corrían por sus orbes amatistas.

“…N-no sé cómo le haces, pero siempre te sales con la tuya Nao…” –murmuro el menor, intentando con toda su alma dejar de llorar.

“Esa es la idea Rei, no pienso permitir que alguien se atreva a hacer llorar a la persona más importante para mí. Tu felicidad es todo lo que necesito para vivir. No quiero que mi Rei-chan sufra por otras personas, mucho menos si son su propia familia. Tranquilo… estoy seguro que tu papa como tu hermanito saldrán de esta, ya lo veraz, así que por favor deja de llorar, me rompes el corazón. De ahora en adelante no estarás nunca más solo con esto” –hablo quedito el castaño, abrazando con mayor fuerza a su rubio y dándole un pequeño beso en la mejilla.

No le importaba en qué momento su novio había llegado al hospital donde estaban atendiendo a su papa, ni como le hizo para localizarlo, pero de algo si estaba seguro… gracias al ojo azul ya no tenía más miedo y gracias a él, sus fortalezas y su carácter fuerte regresaba lentamente.

Mientras con Ryuichi y Tatsuha… afuera del quirófano.

El cantante iba de un lado a otro como alma que se lo llevaba el diablo. No solo estaba enojado sino que también decepcionado y con miedo. Molesto porque él fue el que le permitió a aquel escritor de cuarta que estuviera aun a lado de su mejor amigo. Por lo que le dijo su sobrino, es que fue el mismo Yuki quien corrió a su hijo menor después de haberse enterado de la relación que tenia con el hijo mayor de la familia Usami además del embarazo que ahora tenía el pequeño ojo dorado. Decepcionado porque creyó que el rubio ya había aprendido la lección hace 17 años, pero al parecer se equivoco de nuevo. Y sentía miedo al saber que posiblemente Shuichi no saldría con vida de dar a luz al más pequeño de sus hijos. Pero también había cierto grado de que el bebe tampoco lograra salvarse, teniendo al cantante con 50%-50% de su vida y la de su pequeño. Era frustrante no saber nada de cómo estaba el menor.

“Ryuichi por favor siéntate, me estas poniendo nervioso a mi también…” –la voz de su esposo lo saco de sus pensamientos y reflexiones.

“Se lo advertí Tatsuha *el menor lo vio fijamente, al ver que su esposo no sabía a que se estaba refiriendo con esa mención de una amenaza, continuo* hace diecisiete años ofrecí mi ayuda para que tu hermano pudiera pedirle matrimonio a Shuichi, ¿lo recuerdas? *el abogado asintió* la única condición que puse para que yo participara en todo eso fue que Eiri me prometiera que nunca iba a volver a lastimar y hacer llorar a Shu. Porque de no hacerlo… yo mismo me encargaba de darle una lección además de que te obligaría a ti que comenzaras con los tramites de su divorcio. No pienso permitir que mi amigo siga llorando por culpa de ese, así que ya sabes lo que quiero que hagas y quiero que tú mismo le lleves los papeles porque de ser yo no respondo por mis actos Tatsuha…” –contesto el mayor, viendo como los ojos de su esposo estaban abiertos como platos, sabía perfectamente que su conejito no se andaba con juegos cuando se trataba de Shuichi.

“¿No crees que estas exagerando Ryu? *al ver el rostro serio de su esposo se asusto, pero después continuo* está bien, siendo tú te ayudare a darle una lección a mi hermano. En dos semanas planeo llevarle los papeles. Aunque… no estoy muy seguro de que Eiri lo acepte, ni mucho menos mi cuñadin…” –susurro el abogado, abrazando por la cintura a su esposo, atrayéndolo a su cuerpo respirando en su oído.

“Estoy consciente de que Shu-chan no aceptara la idea de un divorció, ama demasiado a ese idiota como para separarlo de sus hijos *viendo como su esposo estaba serio por decirle idiota a su hermano* ok, no es idiota, solo que es un estúpido que de nuevo metió la pata. Solo… solo quiero darle un susto, para que recapacite y ver hasta donde es capaz de dejar a un lado su orgullo por el bienestar de su familia” –continuo el cantante, poniendo sus manos encima de las del abogado, esperando alguna noticia de su cuñado y mejor amigo, así como del nuevo integrante de la familia Uesugi.

Pasaron unos minutos para que la puerta del quirófano donde Shu se debatía entre la vida y la muerte se abriera, dejando ver al médico que atendió al pequeño peli rosa. Al ver el semblante serio que el rostro del galeno reflejaba, les fue inevitable no sentirse nerviosos y ansiosos por saber cómo estaba el cantante y su pequeño. El mayo iba a hablar pero en ese momento la voz del médico lo interrumpió.

“Me imagino que ustedes son familiares del señor Shindou ¿cierto? *los dos hombres asintieron* Bueno… la llegada del bebe fue complicada, incluso fue antes de tiempo, ocho meses no es una buena señal para adelantar un parto pero afortunadamente no llego a mas. No fue parto natural dado que el señor Shindou ya tiene 40 años y ese es una de los principales factores por el cual se le tuvo que practica una cesaría de emergencia. El estado de la bebe así como el de la *madre* es delicado pero estable. Al ser prematura la bebe estará bajo observación unas cuantas horas pero no es tan grave como para tenerle en una incubadora, afortunadamente los pulmoncitos de la nena se desarrollaron bien, pero será examinada para ver cómo va evolucionando su condición cardiaca y respiratoria” –hablo el médico, viendo como los hombres respiraban aliviados al saber del estado del cantante.

“Le agradecemos doctor…”

“Kasuma Nowaki…”

“¿Po-podemos ir a verlo?” –pregunto el cantante, viendo al galeno fijamente.

“Claro… el señor Shindou está en la habitación 104, por favor no le perturben, aun está un poco sedado por la anestesia y necesita descansar…” –respondió el peli azul.

“Muchas gracias Kasuma-san…” –respondió el abogado, dejándole indicaciones a su esposo. Tatsuha se encargaría de decirle del estado de su papa y nueva hermanita a Rei mientras que Ryuichi vería al peli rosa, asegurándose de que estuviera bien, aunque sabía que no lo estaría.

Con Shuichi… habitación 104.

Se suponía que debía estar feliz… es decir… su pequeña ya había nacido, además de que llego sana como sus hermanos lo hicieron hace 18 años pero… no lo estaba, ni siquiera un poco. Si estaba aliviado de que su nena ya era parte de la familia y que tanto como ella y el estaban bien y con buena salud sin embargo el sentimiento de tristeza y de angustia aun estaba latente en su corazón. Lentamente sentía como los efectos de la anestesia y el haber tenido una cesaría antes de tiempo comenzaban a pasarle la factura… lentamente comenzaba a cerrar sus ojos pero no podía hacerlo, no hasta que le hubieran dicho a su hijo mayor de su estado y la noticia del nacimiento favorable de su hermanita.

“Shu-chan ¿estás bien? ¿Cómo te sientes?” –la voz del cantante mayor lo saco de sus pensamientos, después de todo, era obvio que Ryu estaría preocupado por él.

“Estoy un poco adolorido y adormilado pero fuera de eso estoy bien Ryuichi, ¿mi bebe? ¿Ella como esta?” –pregunto el menor, acomodándose mejor en la cama, para poder entablar una conversación con el peli verde.

“Tu hija está bien… es una niña hermosa, igual que su *madre* ¿pero sabes…? Algo curioso de tu hija es que tiene el cabello rosa ¿no es raro?” –comento el cantante, sentándose a un lado del peli rosa.

“No es para nada raro Ryu, el médico me dijo que por mi culpa y mi afición a pintarme el cabello todos estos años con tinte rosa, era normal que mi organismo comenzara a cambiar, por consecuencia, mi pequeña sufrió un cambio muy notorio en su metabolismo. Es una marca *familiar* de mi hija” –respondió el peli rosa, intentando darle una sonrisa sincera a su cuñado, fallando en el intento. Unos segundos pasaron para que un silencio incomodo comenzara a formarse entre ambos cantantes, el mayor tenía que decir y hacer algo para que el menor dejara de sufrir, así que se animo a hablar.

“Shuichi yo…”

“Le pedí el divorcio Ryuichi… *al ver que el mayor no planeaba decir algo mas, continuo* Me duele en el alma pensar que tengo que separarme de Yuki, créeme aun lo estoy pensando pero lo que hizo no tiene perdón, no podre perdonarlo tan fácilmente. Me duele saber que tengo que recurrir a esto para que abra los ojos, pero no habiendo otra opción lo hare. No voy a permitir que Eiri se le acerque a mis hijos y mucho menos a mi bebe solo para lastimarlos o obligarlos a hacer algo que no quieren. Ese no es mi esposo. Quiero a mi hijo y a mi nieto conmigo y si Yuki es un impedimento para que no los tenga como la familia que son para mí, entonces no lo quiero más en mi vida…” –hablo firme el cantante, sintiendo como de sus ojos amatistas surgían lagrimas de dolor e impotencia. De un momento a otro comenzó a sollozar, siendo consolado por el mayor, sintiendo que la vida estaba a su favor al ver que Shu tenía la idea de un divorció, eso claro aun no bien definida, eso no lo sabía cierto escritor de ojos dorados. Utilizaría eso a su favor y a la de su amigo.

Al día siguiente… en otra parte de la ciudad…

El sonido de las aves cantando fue su despertador. Muy a su pesar comenzó a abrir los ojos, estaban hinchados y con claros signos de que no había parado de llorar en toda la noche. Suavemente fue incorporándose del lugar donde paso la noche, para su sorpresa o mejor dicho para su alivio se encontraba dormido sobre el pecho de su novio. Enjuagándose las lágrimas que aun corrían rebeldes por sus mejillas observo el semblante serio y sereno del castaño que ahora tenia, intentaba en vano callar los sollozos que ahora estaba sacando desde el fondo de su corazón, ¿Por qué tenía que pasarle esto? ¿Era malo seguir su corazón? ¿Era un pecado enamorarte del hijo del enemigo de tu padre? Al parecer si, pues el escritor se lo dejo claro antes de obligarlo a abandonar la casa de sus padres.

“Mi amor no llores… no me gusta verte triste, por favor… me prometiste que no ibas a hacerlo” –las palabras del ojo violeta lo sacaron de su tortura mental. Era cierto se lo había prometido.

“…L-lo siento… pero es que aun me duele mucho saber que mi padre me odia y que no quiera saber nada de su nieto…” –se excuso el menor, aun limpiando las lagrimas que caían por su barbilla.

“Tu padre no te odia Saya solo… solo dale tiempo para asimilarlo. No estás solo, cuentas con el apoyo y cariño incondicional de tu papa, además, me tienes a mí para cuidarte y protegerlos de cualquiera que quiera lastimarlos eso incluye a tu familia y a la mía por supuesto” –se apresuro a decir el mayor, abrazando fuertemente a su niño, aspirando su aroma y escondiendo su rostro en la espalda de este, recordando cómo habían llegado a esa habitación y a su ahora nuevo hogar.

Me di cuenta

Me di cuenta desde blanco y negro

Segundos y horas

Tal vez la altura para tomar un tiempo

Sé cómo va

Sé cómo va desde lo equivocado a lo correcto

Silencio y sonido

¿Alguna vez se tuvieron entre sí apretados como nosotros?

¿Alguna vez pelearon como nosotros?

Flash Back

Ambos caminaban y andaban por las calles de la cuidad sin rumbo fijo. Sinceramente no sabían a donde ir, cada quien por su lado. Uno estaba perdido en sus pensamientos, el otro se debatía internamente si fue correcto o no admitir su relación con cierto castaño. Era ilógico ¿cierto? Ser rechazado por tu propio padre solo porque te enamoraste de la persona *según el* equivocada además de oportunista y ladrón.

Sin poderlo evitar un segundo mas, comenzó a llorar tanto como su corazón le exigía. Corrió y corrió por aquellas calles desiertas de la ciudad, buscando alguna salida y algún consuelo que ahora tanto anhelaba su herido y quebrado corazón, sin poder contener las lágrimas que surcaban sus ojos, haciendo que su vista se nublase por tanto llanto, quería dejar de sufrir pero… ¿Cómo?

Alzo la vista solo para ver donde se encontraba, llevándose la sorpresa de que se encontraba completamente perdido, nunca había llegado tan lejos de la zona donde se encontraba la casa de sus padres. Logro ver un gran y hermoso parque que para su sorpresa se encontraba completamente solo, solo se escuchaba el sonido del viento haciendo de las suyas con los arboles de cerezo, moviendo lentamente las copas de estos, haciendo que los pétalos rosas cayeran lentamente sobre los caminos del parque, dando una hermosa escena al menor, logrando sacar una sonrisa tenue y tierna. Camino hasta una de las bancas de aquel hermoso parque solo para tomar asiento, dejándose llevar por la maravillosa sensación de paz que le ofrecía abiertamente aquel lugar.

“Saya…” –unos segundos después de haber cerrado los ojos, sintió como era observado pero no por cualquier mirada sino por una que conocía perfectamente su cuerpo pero no hizo caso. Solo hasta que escucho que era llamado por una voz tan familiar y anhelada que automáticamente se sintió protegido y aliviado.

Tú y yo

No queremos ser como ellos

Podemos hacerlo hasta el final

Nada se puede interponer entre tú y yo

Ni siquiera los dioses que están arriba pueden separarnos

No, nada se puede interponer entre tú y yo

Oh, tú y yo

“¿René…?” –lentamente abrió los ojos para visualizar aquel que lo había llamado. Se levanto de golpe al ver que su novio estaba solo a unos pasos de él, con su motocicleta detrás. Sin pensarlo dos veces se abalanzo al cuerpo del castaño, aferrándose a este en un fuerte abrazo, buscando el consuelo que tanto necesitaba. El mayor por reflejo y viendo el estado en el estaba el menor correspondió de igual forma, aferrándose a la menuda de su niño, aspirando el aroma que emanaba, abrazándolo como si se lo fueran a arrebatar de su lado. Nunca iba a permitirlo, primero muerto antes de que lo separen de su familia.

“No llores… sabes que al bebe no le va caer nada bien tu estado. Vamos, sonríe para mi, tus ojos son demasiado puros como para que reflejen tanto dolor y angustia…” –le consoló el mayor, abrazando con mayor fuerza el cuerpo del peli negro, besando sus cabellos y dándole pequeñas carisias en su espalda.

“Tengo miedo René. M-mi padre… el… el me… se entero de nuestra relación y él me…” –las lagrimas impidieron que continuara con su relato. Le dolía el pecho el solo recordar el rechazo de su padre a su persona y a su inocente hijo, porque ese era su bebe, un ángel inocente que no tenía la culpa de nada.

“Lo vi Saya no tienes que explicarme nada… mi padre tampoco tomo muy bien que digamos el hecho de que va a ser abuelo y el que mi pareja sea hijo de la persona que mas rencor le tiene. Vi como salías corriendo de tu casa, intente seguirte y detenerte pero para mi mala suerte las calles que pasaste estaban cerradas para la circulación vial, tuve que buscar otra ruta para darte alcance. Pero cuando me di cuenta tú estabas en esa banca, en este parque llorando como el niño que eres para mí. No te preocupes… los cuidare a ti y a mi bebe de cualquiera que se atreva a lastimarlos. No estás solo y nunca lo estarás…”

Me di cuenta

Vi los errores de arriba abajo

Reunirse en el centro

Siempre hay espacio para un terreno común

Veo cómo es

Veo cómo es para el día y la noche

Nunca juntos

Porque ves tus cosas bajo una luz diferente como nosotros

¿Alguna vez intentaron como nosotros?

“Te amo René…” –fue lo único que logro articular antes de que sus labios se vieran envueltos en un tierno y necesitado beso, que al paso de unos segundos se volvió más exigente por parte de ambos, sacándole al menor un muy notorio sonrojo, haciendo que dejara de llorar en el pecho del ojo violeta.

“Ven conmigo… quiero mostrarte un lugar *al ver el rostro serio y sonrojado no evito sonreír, continuo* no pienses mal de mi pequeño. Te dije que no te iba a presionar para hacer el amor conmigo si tú no querías. El lugar que quiero mostrarte es el departamento que será nuestro nuevo hogar” –respondió el castaño, abrazándolo protectoramente al menor, llevándolo hasta su motocicleta para poder ir a mostrarle su nueva casa.

“Jamás dije que pensara mal de ti René *su sonrojo se intensifico mas, pero continuo* además, creo que estoy listo para volver a entregarme a ti esta noche *ahora su turno de ver el rostro serio del castaño* tranquilo, el bebe estará bien. Me dijo Kasuma-san que apenas el bebe se está desarrollando, podremos divertirnos sin temor a lastimar el pequeño, es muy chiquito aun…” –respondió el ojo dorado, sentándose de tras de su novio en la motocicleta de este, aferrándose a su espalda porque era más que obvio que tenía miedo de subirse a esa cosa pues nunca lo había hecho.

Fin del Flash Back

Mientras… en Kioto.

Nunca le han gustado los hospitales, jamás, incluso cuando era pequeño siempre los odio. Cualquiera los odiaría con mucha más razón cuando fue ese lugar donde te despediste de la persona que mas has amado en la tierra y en tu vida. Es decir… el perdió a la persona más importante para su existencia en un abrir y cerrar de ojos y todo en ese maldito lugar. Ahora… dieciséis años después volvía a repetir la historia pero esta vez con el único recuerdo latente de su difunto esposo. Su hija… su única y amada hija se encontraba en observación en aquel lugar… era su culpa en primer, segundo y tercer lugar. Estaba *durmiendo* como le dijeron los doctores que están al pendiente de su pequeño milagro. Al ser secuestrada fue sedara como si de un caballo se tratara, llevaba dos días seguidos sin despertar… sin abrir sus ojos, aquellos de los que se enamoro profundamente y que fueron la causa de muchas desventuras para su dueño.

“Señor Somuku… tome, le traje este café… no ha pegado el ojo desde que Megumi fue traída a este hospital. Tómelo, le caerá bien…” –la voz de aquel joven de ojos amatistas lo trajo a la realidad.

“No te preocupes por mi muchacho, se cuidarme solo, además, creo que eres tu el que necesita más descansar que yo. No por nada tienes una costilla rota y un labio roto además de una serie de hematomas en todo el cuerpo. Regrésate a tu habitación, no quiero ser el culpable de que mi hija llore por los rincones al ver que su novio murió de sobre esfuerzo y de pulmón perforado” –respondió el mayor, tomando el café que el mallugado rubio le estaba ofreciendo, sinceramente le recordaba a el mismo cuando llegaba al hospital a casusa de su trabajo y de las veces que hizo que Ayase se preocupara por el por su terquedad.

“Tranquilícese… estoy más que acostumbrado a tener este tipo de *lesiones* después de todo siempre he puesto mi vida en peligro y busco pleitos a por mayor. Así que una costilla rota y mi cara rota no son nada comparado con lo que he vivido en toda mi vida…” –repuso el menor, suspirando apenas si podía le dolía mucho el cuerpo. Después de unos segundos de pensarlo y de que el silencio entre ellos se volviera más denso se atrevió a soltar la pregunta que tanto lo estaba aquejando “¿Me quiere decir que paso entre Dante Lowell y usted como para que su hijo este tomando venganza en contra suya con Megumi?”

Sinceramente estaba sorprendido por la intuición del rubio. O mejor dicho, por los contactos que tenia aquel muchacho. ¿Cómo alguien a los dieciocho años podía tener tal información? Eso es algo que tanto se preguntaba el mayor pero por ahora no iba a preguntarlo solo se mantendría por ahora distante. Después de pensarlo un poco y de soltar un sonoro suspiro dejo que saliera de sus labios.

“Está bien… no ocultare nada pero no pienso hablar de mi pasado y el de mi familia en este lugar. Si quieres saber que paso tendrás que seguirme sin reclamar además, no podrás interrumpirme hasta que acabe con mi relato. Y otra cosa… no podrás decírselo a Megumi, te lo prohíbo. Hay cosas que mi hija aun no puede saber sobre el pasado de su papa y el mío, seré yo el que se lo diga pero para entonces..., ¿estamos joven Uesugi?” –sentencio el mayor, poniéndose de pie, caminando por los pasillos del hospital donde se encontraba su hija para salir de ahí, seguido muy de cerca por Kei el cual estaba dispuesto a saber toda la verdad en torno a la familia de su novia, sabía perfectamente que podría sorprenderse pero por ella estaba dispuesto a soportar todo, absolutamente todo

Notas finales:

Gracias por leer...

en el proximo cap ya sabran que paso entre mi pequeño rubio y mi amado seme asotador de Kanou jaja ok no pero si ya entraremos a su historia wiii!!

la cancion se llama *You and I* es de One Direction

no soy fanatica de esos chicos ni de nada de ese tipo de musica pero resulta que una de mis amigas si lo es y bueno... me dijo que la escuchara, lo hice y me gusto la letra, quedo perfecta en mis niños, no? bueno ustedes me dicen en sus comentarios

otra cosa. me preguntan que de donde saque la idea del *inocente* heladito que comio nuestro amado-odiado conejito y dejenme decirles que o no tenia idea de la existencia de ese helado, la informacion y el credito es de OtakuAnonimo129 chica gracias por el dato :D

ademas, Jen-chan me pregunta que como le hago para poner la cancion correcta en los caps de este y el fic anterior, solo les digo que yo me muero sino escucho musica, me gusta investigar letras de canciones de mis artistas favoritas y bueno... la que me llame la atencion busco colocarla en algun cap con el que pueda concordar y si me gusta se queda y yap n.n

eso seria todo por hoy

nos vemos la proxima semana chic@s

un beso

luky


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).