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Familia Usami vs Familia Uesugi = Dulce amor prohibido por luky_luze

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Notas del capitulo:

Buenos dias mina-san

bueno, la idea original era subir el capitulo ayer en la tarde pero dado que mi madre llego antes de lo que tenia previsto pues ya no pude hacerlo.

creeanme cuando les digo que casi me muero de un infarto al ver a mi madre en la puerta de mi casa y yo aun escribiendo el final de este capitulo, pero lo bueno es que no me cacho con la lap jeje

aqui les traigo el capitulo 24 de este fic, que por cierto siempre crei que no iba a extenderme tanto con esto, es el primero que escribo tan largo, ademas de que si mis calculos no me fallan, este fic tendra 31 capitulos, con extras ya incluidos.

no hablemos de eso, mientras llega... les dejo el cap de hoy

A leer!!

En otra parte de la ciudad, al otro día…

Enojado era una palabra muy corta como para describir como estaba. Molesto y malhumorado eran también simples palabras que no lograban definir su estado de ánimo en el día. Quizá la palabra cabreado y encabrona* ok creo que ya me entendieron, describían perfectamente cómo se encontraba en ese día, pues ahora resulta que él era el que tenía que aceptar las decisiones de un niña, porque si… para él sigue siendo una niña y no… no iba a permitir que su propia familia lo pusiera en una situación complicada.

“Ya deja de darle tantas vueltas al asunto. Megumi solo te dijo que iba a estudiar en la Universidad de Tokio, no es como si se fuera a casar o algo así…” –la voz del de extensiones negras lo saco de sus pensamientos. Y no solo eso, hizo que se enojara más.

“¿Quieres callarte por favor? Gracias… hablas así porque a ti no te han quitado a tu hija, pero a mí sí. No es tanto que estoy así por lo de la decisión de estudios de Megumi, al contrario… estoy orgulloso de ella, va a estudiar donde lo hice yo alguna vez, sin embargo…”

“Sin embargo, ¿Qué?”

“Es como si en verdad ella se fuera a casar y eso es algo que no voy a tolerar…” –soltó por fin el empresario, sentándose de mala gana en el sillón de su oficina y cruzándose de brazos, dispuesto a matar al primero que se le pusiera enfrente.

“Así que era eso eh, bueno… creo que ya sabias que tarde o temprano iba a pasar…”

“ELLA NO SE VA A CASAR Y PUNTO”

“¿Quién está diciendo que lo va hacer? Megumi ya tiene 16 años y creo que ya sabe lo que hace. Va a ir a la universidad junto con su novio, ¿Qué es lo que te molesta tanto?”

“Es eso justamente Someya *al ver que el otro no dijo palabra alguna, continuo* Es mi niña, ¿no lo entiendes? Ella me pidió que en cuanto ingresara a la universidad la dejara ir a vivir sola en algún departamento cerca del campus y ¿sabes para que lo hizo? Resulta ser que Uesugi también planea asistir a esa universidad, solo para según el proteger a Megumi, tu y yo sabemos que eso es una gran mentira…” –explico el prestamista, frustrado y molesto.

“Kanou, a veces eres un idiota *antes de que el mencionada pudiera decir algo mas continuo* Sabes que lo digo en serio. Tu hija aun es muy pequeña como para pensar en las cosas que tú mismo estas sacando antes de… Megumi siempre ha tenido el objetivo de ser la mejor en todo lo que se propone, todo con tal de complacerte y de que estés orgulloso de ella. Te dije un día que si seguías con eso, tarde o temprano iba a explotar e incluso iba a salirse de tu casa, ¿lo ves? Nunca me equivoco” –murmuro el de extensiones negras, sentándose a un lado del prestamista, viendo las reacciones de su cara.

“Esta conversación no me está ayudando en nada idiota…” –se quejo el peli negro.

“Ya vale, vale pero que dramático eres a veces… bueno como te decía. Solo va a ir a la universidad, no tienes que preocuparte por nada. Además el joven Kei lo hace porque quiere mucho a tu hija, y por tal motivo no quiere que le pase nada cuando esté estudiando. Tu y yo sabemos de lo que es capaz ese chico con tal de que nadie se mata con la integridad de su novia, no tengo que recordártelo ¿cierto? Pero aun no me dices que es lo que te molesta tanto porque sé perfectamente que no es solo el hecho de que tu hija te pidiera vivir independiente, ya suéltalo ¿Qué te pasa?” –esta vez la voz del kimono se escucho más seria pero preocupado por su amigo.

“Tengo miedo…” -¿escucho bien?

“¿Qué?”

“No me hagas repetirlo Someya *advirtió el prestamista* Tengo miedo por Megumi… no creo que puedas entenderme pero… ella va a ingresar a la universidad a la edad de 16 años ¿sabes lo que es eso? Mejor dicho ¿sabes lo que significa aquello? Ella va a estar en boca de todos cuando sepan qué edad tiene, es mas posiblemente la molesten por ser tan chica como para estar en la universidad. Si algo le llegara a pasar yo…” –su argumento fue cortado por el zape que el de extensiones negras le dio, interrumpiéndolo de golpe, literalmente.

“¿Ya te escuchaste? Pero por dios santo Somuku ¿Qué diablos te pasa, eh? ¿Ya olvidaste de quien estás hablando? Estas hablando de tu hija, hija que tuvo la desgracia de heredar tu pésimo carácter de matón y asesino serial. No sé qué diablos pasa por tu cabeza pero de algo que si estoy seguro es que el/la primero/a que se atreva a hablar mal de ella o de su familia no sobrevira para contarlo. Eso mismo decías de su ingreso a la preparatoria, lo hizo a los 13 años aun siendo una niña y mira… se graduó con honres en su generación. Además… hasta la fecha nunca le he visto llorar o deprimirse a causa de su edad y sus ingresos a la preparatoria y universidad todo en edades diferentes a las correspondientes. Ten un poco mas de fe en tu hija Kanou, sabe cuidarse sola, siempre lo hizo… están también Misao y Homare y obvio que el que quiera meterse con ella tiene que pasar primero por esos dos, eso claro… si sobrevive” –dedujo el de extensiones, viendo como el aura asesina de su amigo regresaba a la normalidad, bueno, al menos lo ayudo a superar sus pesares de padre sobreprotector.

En otro lado de la ciudad…

“¿Estás seguro de que esta allí dentro? Es un lugar demasiado lúgubre como para que estuviera mentido todo este tiempo en ese lugar…” –pregunto por tercera vez en lo que va de la tarde un peli negro alto, viendo como su acompañante se mordía las uñas, como no queriendo creer lo que veían.

“Por supuesto que está ahí. ¿No confías en tu esposo o qué? Si está ahí es obvio que ya lo había visto, debes de creer en las habilidades de tu esposo, ¿no crees?” –respondió un castaño de ojo avellana, preocupado pero con un semblante serio y molesto.

“A todo esto… ¿Dónde está Shinobu-chin?” –volvió a preguntar el peli negro.

“No lo sé Miyagi, solo me dijo que iba a ir a que le revelaran unas fotos, (sepa él para que o de quien son) y que nos viéramos donde se encuentra aquel recluido cuando saliéramos de la universidad. Mira… ya llego, vamos, entre más rápido acabemos con esto será mejor para todos…” –respondió el castaño, saliendo del auto de su jefe done estuvieron esperando por más de una hora al de ojos gises el cual al verlos los saludo y después de eso, los tres entraron a lo que a su parecer del castaño y del peli negro era una cantina de mala muerte además de que se encontraba en la zona más baja y pobre de la ciudad. ¿Tan serio fue lo que pasó entre esos dos como para que este terminara de esa manera? Fue lo que pensó el ojo avellana, entrando al establecimiento y buscando con la mirada a quien sería su mejor amigo de la niñez.

“Rayos…” –hablaron al unisonó el decano y el abogado, al ver el lamentable estado en el que se encontraba el afamado y amado escritor Usami Akihiko.

“Ya silencio ustedes dos… hey Akihiko… Akihiko reacciona. Rayos el infeliz esta ahogado de borracho. Miyagi pide una jarra con agua helada, rápido antes de que este idiota se muera por tanto alcohol en la sangre…” –rápidamente el profesor pidió con agua halada, mientras que el abogado y el castaño intentaban levantar y sentar bien al ebrio escritor, el cual estaba más mareado que otra cosa, renegando como si de un niño chiquito se tratara. Importándole poco el lugar donde estaba y la pena que le provocaba a sus amigos.

“Aquí está la jarra ¿Qué vas a hacer con ella?” –pregunto el decano.

“Mientras no mate a Akihiko, me importa muy poco lo que haga con esa agua…” –continuo el abogado, poniéndose a un lado de su esposo después de asegurarse de que el escritor estuviera correctamente sentado, dándose una idea de lo que el profesor estaba a punto de hacer.

“Si queremos que entienda el mensaje lo necesitamos sobrio. No pienso volver a este lugar por su culpa. Así de que reacciona por las buenas o por las malas…” –dicho esto, tomo la jarra con agua que el decano hizo el favor de traer y sin aviso o mejor dicho importándole poco lo que sucediera, le arrojo el contenido helado al escritor, haciendo que este abriera los ojos exaltado, confundido pero sobre todo cabreado con el idiota que se atrevió a despertarlo de esa manera.

“Me alegra de que estés consiente al fin. ¿Quieres explicarme qué diablos te paso para que estés en ese estado?” –saludo el profesor, fulminando con la mirada al escritor el cual al darse cuenta de las personas que estaban a su alrededor, hizo caso omiso a lo que dijo el ojo avellana y opto por tomar otra botella de brandi que tenía a su alcance, la cual fue arrebata de manera brusca por el decano, el cual estaba atrás suyo, retándolo con la mirada.

“Hablo enserio Akihiko, ¿Qué paso?” –esta vez amenazo el profesor, siendo fusilado con la mirada por el escritor.

“Paso lo que tuvo que pasar Hiroki, la regué, ¿estás feliz? Ahora… Miyagi devuélveme esa botella a no ser de que quieras que te la quite a golpes” –contesto y amenazo el escritor, molesto y herido.

“Solo inténtalo Usami, veras que aun muerto no pienso regresártela…” –contesto de igual manera el decano.

“¡Ya basta! Akihiko no evadas la situación. Sabemos perfectamente que algo paso entre Misaki y tú que fue tan fuerte que no puedes lidiar con él, vas a decirnos o que” –intervino el abogado.

“¿No entiendo porque tanto interés de ustedes de lo que pase con el y conmigo? Eso es solo asunto nuestro, no los involucra a ustedes. Hiroki, ¿Dónde está tu esposo? No lo veo por aquí” –respondió el escritor, viendo despectivamente a cada uno de sus amigos.

“¿Dónde está? Esta haciendo tu maldito trabajo de cuidar a tu esposo…”

“Sabes perfectamente que lo que pase entre ustedes dos nos involucra a todos. Sin rodeos Usami, ¿Qué rayos paso para que te pusieras ebrio en vez de ir por Misaki?” –esta vez amenazo el abogado, perdiendo la paciencia con su amigo.

“Me lo advirtió y aun así no hice caso. Pensé que iba a ser como en otras ocasiones en las que discutimos y no hacía nada, pero esta vez sí paso. *al ver desconcertados a sus amigos, continuo* Resulta que hace dos meses confirme mis sospechas de que René sostiene una relación amorosa con el hijo menor de Uesugi y eso es algo que no iba a tolerar, así que le prohibí a el que se le volviera a acercar y como era de esperarse se negó y no tuve otra opción, lo corrí de mi casa pues resulta que él iba a hacerme abuelo y bueno… Misaki al enterarse de eso, me corrió a mi también pero él lo hizo sin siquiera pensarlo…” –respondió el escritor, herido y con el orgullo por los suelos, dejando ver una parte suya que solo unos pocos conocen. Esto les dejo claro a los otros tres a qué situación se estaban enfrentando.

“Eso es… ¿todo? ¿Nada más? Y que ¿vas a quedarte ahí ahogado de borracho o vas a hacer algo para enmendar tu error?” –hablo el abogado, viendo como el ojo violeta bajaba la mirada y se perdía en sus pensamientos.

“Eres Usami Akihiko, ¿Cómo algo tan insignificante como eso puede destruir tu vida en un abrir y cerrar de ojos? Creí que eras el más fuerte de los tres (el, Nowaki y el conejo) jamás imagine verte de esa manera, es decir… no creí que fueras tan débil al respecto, ¿eso es todo para los dos? ¿No vas a hacer nada?” –continuo el decano, aun sorprendido por la afirmación que su amigo le dio.

“…Si solo vienen para eso mejor…” –su contestación fue cortada a causa de una cubeta llena de hielos regada sobre él, esto a cortesía de cierto demonio.

“No viene hasta aquí solo para ver como el que se supone que es mi mejor amigo hace un manojo de basura su matrimonio. Nos vamos ahora mismo Shinobu y Miyagi, si aquí el caballero aquí presente quiere seguir haciéndose la víctima y seguir sufriendo a causa de su estupidez, puede seguir haciéndolo, nosotros no lo impediremos…” –hablo el ojo avellana, viendo como la mirada violeta solo le observaba para suplicarle que dejara de decir todo eso, vaya que si estaba demasiado resentido el escritor.

“Está bien pero… ¿Qué hago con esto?” *sacando unos papeles de su chaqueta*.

“Que los lea, es abogado después de todo, que deduzca de que estamos hablando…” –respondió simplemente el profesor, viendo como el escritor no entendía ni pio de lo que estaba hablando, ¿papeles? ¿Abogado? ¿Deducir? Esas palabras no le gustaban para nada. No aguanto más la curiosidad o mejor dicho la molestia de no saber de qué rayos estaban hablando ese par, así que sin delicadeza alguna le arrebato los papeles al ojo gris. Se quedo mudo y blanco al ver se trataba de papeles de un…

“¿Qué? ¿Deberás creíste que Misaki iba a quedarse de brazos cruzados al ver que corriste a su hijo mayor? Si mira… el ya los firmo…” –esta vez hablo el decano, dejando mas pálido al escritor. Ahí clarito… en los papeles que estaba sosteniendo decía la palabra que más temor le temía en la vida: DI-VOR-CIO.

“¿Qué? ¿Por qué…? El no… el no puede…” –balbuceo el escritor, sintiendo como le iba a dar un ataque de ansiedad, era mentira, su niño no podía divorciarse de él ¿cierto? El no puede.

“Siento comunicarte amigo mío que es cierto. Hace una semana me pidió que fuera yo el que llevara su separación. Como puedes darte cuenta… no esta titubeando al respecto con esto” –continuo Shinobu, viendo como la mente del escritor hacia clic. Eso significaba que iba a perderlo.

“Vele el lado positivo a todo esto Usami *hablo el profesor* en cuanto mas rápido te divorcies de él, será mejor para tu hijo y tu nieto. Además de que le evitas pasar tragos amargos a tu hija”

“Concuerdo con Hiroki. Tanto Misaki como tú tienen el derecho a rehacer su vida, así que deja de pensar y firma esos papeles. No te preocupes, en cuanto a Misa-chan a él no le faltaran pretendientes ¿cierto Shinobu-chin?” –secundo el peli negro, mientras sacaba las fotografías que su esposo había revelado anteriormente y se las mostraba al peli plata, el cual al verlas se enfureció y lanzo un vaso que tenia a la mano a la pared. Era obvio para los ahí presentes que estaba celoso, molesto y enfurecido.

“ESE IMBECIL… SI CREE QUE VOY A PERMITIR QUE ME QUITE A MISAKI, ESTA MUY EQUIVOCADO. PRIMERO MUERTO ANTES DEJAR A ALGUIEN TAN INOCENTE COMO LO ES MI ESPOSO EN MANOS DE ESE INFELIZ…” –exploto el escritor, tomando sus cosas y levantándose de golpe, dispuesto a irle a romper la cara a cierto mangaka.

“Espera Akihiko *lo detuvo el profesor* Antes de que vayas a cometer una estupidez *le arrojo una segunda jarra llena de agua halada, para medio intentar bajarle los humos* Ahora sí, ve por él y no lo dejes ir baka” –continuo el profesor, satisfecho con su acción.

“Gracias Hiroki…” –dicho esto, salió de aquel bar dispuesto a asesinar al primero que se le pasara enfrente. Siendo observado por sus amigos.

“No puedo creer que vaya yo a decir esto pero… funciono, por increíble que parezca pero funciono. Shinobu dime ¿Cómo le hiciste para conseguir estas fotos?” –hablo el decano, encendiendo un cigarrillo y cruzándose de brazos.

“Un buen abogado jamás revela sus secretos *al tener la mirada despectiva y reprochadora del profesor y de su esposo continuo* Esta bien, está bien, ya enserio. Esas fotografías las saque después de que Misaki me pidiera ser el que llevara su divorcio. Y por lo que ven ya se darán una idea de quién es ese sujeto. Lo hubieran visto, tal parece que quería comerse a Misaki. Y dime Hiroki, ¿Cómo supiste que Akihiko iba a reaccionar de esa manera?” –contesto y pregunto el abogado, acercándose a su esposo y arrebatándole el cigarro de la boca, para después lanzarle una mirada queriendo decir *si sigues con esto, un día de estos vas a amanecer muerto anciano y no necesariamente a causa del tabaco*

“Akihiko es celoso y posesivo por naturaleza, en especial cuando se meten con sus cosas, con mas razón si se trata de Misaki. Es por eso que utilice esta estrategia. Ahora por lo del compañero del trabajo de Misaki no me preocupo, parece ser que el idiota de Usami se encargara de eso. Solo espero que no meta la pata de nuevo, porque de hacerlo juro que lo mato” –respondió el profesor, mientras una sonrisa sádica aparecía en su rostro, intimidando a los esposos Miyagi.

Mientras en NG Records… esa misma tarde.

Un elegante y moderno BMW color negro se estacionaba frente a las puertas de NG. De este lujoso auto bajaba cierto escritor rubio de ojos dorados, dispuesto a reconquistar a su esposo, hablando con él y de ser necesario secuestrándolo o llevándolo de mala manera a un lugar para poder disculparse con él como es debido o como al menos eso tenía planeado.

“En mal momento se me ocurrió aconsejarle Shu que su estudio de grabación estuviera hasta el último piso del edificio. Maldición… yo y mi bocota” –se quejo el escritor, al ver que el único elevador de la disquera estuviera fuera de servicio y como único medio para llegar hasta lo más alto de NG era por medio de las escaleras.

“Todo sea por ellos…” –pensó el rubio, a mitad del camino, ignorando todo aquel ser vivo que lo viera o que se le quedara viendo. No estaba allí para sutilezas, iba a enmendar las cosas con su esposo y de paso a reglar las cosas con sus hijos mayores y a conocer a su pequeña hija. Hija que si no le mintieron es idéntica a su Shu-chan, si al principio pensaba que Saya era la viva imagen del cantante cuando lo conoció, no quería ni pensar cuando su pequeña tuviera 16 años, porque estaba seguro de que sería muy hermosa, incluso más de lo que era ahora es de bebé.

Mientras subía por las escaleras, su mente vagaba por el túnel de los recuerdos. Unos gratos, otros no tanto y otros… que si bien el era el responsable de esos dolorosas cicatrices en el corazón de Shu, en estos años se ha encargado de enmendar sus errores. Por alguna razón pensar en eso no lo estaba ayudando en nada, pues en lugar de relajarse o de concentrarse en su misión de obtener el perdón de su esposo, lentamente sentía que estaba haciendo todo lo contrario, en vez de ayudarse a sí mismo a darse ánimos para continuar, era el que se recriminaba mentalmente por tanto dolor y sufrimiento que su esposo tuvo que soportar en sus primeros años de relación, para empezar la negación de esta por parte de él.

“Vamos Uesugi, no pienses de esa manera, no te está ayudando en nada…” –se recrimino al tener pensamientos negativos sobre su reconciliación pero aun estaba latente su temor a no obtener lo que quería ¿y si Shuichi no quería perdonarlo? Peor aún… ¿y si lo obligaba a que le diera el divorcio? ¿Sería capaz el pequeño peli rosa de separarlo de su hija? Esas y más interrogantes, una más fuerte y pesimista que la anterior atormentaba su cabeza. Tan martirizado con sus reflexiones estaba que no se dio cuenta de que momento había llegado al estudio de grabación del ojo amatista.

“Mierda…” –exclamo al ver que estaba a unos cuantos pasos de su esposo. Fuera en otra situación le hubiera importado poco entrar al estudio de grabación como si de su casa se tratara pero ahora… todo giraba en su contra. Estaba frente a la puerta que lo dividía de su Shu y el pero estaba dudando en que si debía entrar o no, así que opto por tocar la puerta antes de… pero su acción se vio interrumpida al escuchar la voz de Shuichi, al parecer el peli rosa estaba hablando con alguien más y eso no le gustaba para nada, pero no podía interferir hasta que fuera el momento adecuado, sino perjudicaría peor las cosas con su esposo y familia

. “…En serio te agradezco tu invitación Daniel, pero ahora no puedo salir contigo…” –el rubio palidiso al escuchar ese nombre. Ese era el hombre que iba tras Shu desde hace años, e incluso lo conoció después de que el mismo se fuera a Kioto. Estaba celoso y molesto, estaba dispuesto a ir a partirle la cara a ese imbécil que se atrevió a ver a su esposo, pero lo que escucho a continuación lo paró en seco.

“…No, no es que no quiera pasar un rato contigo pero es que ya había quedado de ir a cenar con Rei y Kei. Debes entender que ellos en un mes más van a ir a la UT y que si no comparto este poco tiempo de calidad con ellos, difícilmente podre hacerlo cuando ya estén en sus respectivas facultades…” –se justifico el cantante, mientras ponía el teléfono en alta voz e iba a asegurarse de que su bebé estuviera en perfectas condiciones.

“… ¿no será porque no quieres despejarte un rato conmigo? Es por Uesugi ¿cierto?”

“…No entiendo que tiene que ver Eiri en todo esto…” –evadió la pregunta el cantante, limitándolo como algo insignificante.

“Shuichi por favor… tu y yo sabemos perfectamente que si niegas mis invitaciones a cenar o a ir algún lado de la ciudad es por ese… ese…”

“Daniel, por favor… es el padre de mis hijos” –suplico el peli rosa, que aunque no podía ver el rostro de su amigo, bien podía interpretar que estaba molesto.

“Si tu como no… a ese energúmeno no se le pude llamar padre después de lo que me dijiste que hizo. Si así se puso con Saya, no quiero ni imaginarme cuando Momo-chan tenga 18 años…” –respondió el otro, molesto y ¿Por qué no? Celoso también.

“Para ese entonces ya no tendré que verle la cara y mi hija podrá hacer lo que quiera. No te preocupes, ya cometí un error en creer su promesa, pero eso no quiere decir que lo volveré a cometer. En algún momento el fue importante para mí, pero ahora… me enfocare únicamente en mis cuatro hijos…” –hablo para sí mismo el peli rosa, siendo completamente escuchado por los dos hombres que estaban al tanto de sus palabras, uno herido y el otro con una oportunidad para conquistar su corazón.

“Y entonces yo estaré para ti, los trillizos y la pequeña Momo-chan…” –hablo el millonario, atrayendo a la realidad al escritor como al cantante.

“Te lo agradezco Daniel. Siempre sabes cómo reconfortarme cuando Ryu y Hiro no están conmigo…”

“Para eso estamos los a-mi-gos ¿no?” –la penúltima palabra la dijo con intenciones no de amistad sino de otra cosa. Después de unos minutos, la comunicación se corto, haciendo que el pequeño peli rosa tomara en brazos a su pequeña Momo, la cual se removió un poco pero después se fue tranquilizando al sentirse protegida y amada en el pecho de su papá. El cantante al ver tan calmada y feliz a su pequeña hija, decidió ir a dar un pequeño paseo por su estudio de grabación, aquel donde compartió tantas cosas divertidas, dramáticas y de vida o muerte todo gracias a Mr K y a Suguru-san y su mejor amigo Hiro. También todo gracias a su ídolo Ryuichi Sakuma y su inseparable Kumagoro-chan. Tantas cosas tan hermosas y mágicas ha pasado por ese estudio que le fue inevitable soltar unas cuantas lagrimas de melancolía y felicidad, pues 23 años de estar todos los días conviviendo con cada uno de ellos y sus locuras no era cualquier cosa…

“¿Vas a seguir parado allí o vas a entrar…?” –pregunto el cantante, sin ver la puerta del estudio mientras arrullaba a su pequeña y esta estaba sin saber lo que pasaba a su alrededor.

“Hace años que no te escuchaba ese tono de voz… Shuichi” –respondió el escritor, entrando al estudio de grabación, viendo la figura de su esposo con su hija menor en brazos.

“¿De quién crees que es la culpa, eh? Bueno… eso ahora no importa, ¿a qué has venido Eiri?” –continuo el cantante, ignorando olímpicamente al escritor y pasando de largo hasta el pequeño sillón que estaba en el estudio, dejando a su pequeña peli rosa descansar sobre uno de los cojines de este para después cruzarse de bazos mientras esperaba una respuesta del escritor.

“Perdón…” –eso sí que no se lo esperaba el peli rosa, esperaba escuchar algún reproche o algo así por la conversación que sostuvo anteriormente, pero esto… eso si fue una sorpresa.

“¿Q-qué dijiste…?” –pregunto el cantante, aun sin salir del estado de estupefacción en el que estaba.

“Perdón… Shuichi” –repitió el rubio, dejando todo el orgullo que alguna vez tuvo en todo el rato que estuvo escuchando la conversación que el cantante sostenía con otro hombre.

“A mí no me tienes que pedir perdón si es lo que buscas… ve con tus hijos, en especial con Saya. De ellos dependen si realmente puedo darte mi perdón o no… después de todo, eso es lo mínimo que espero de ti después de ver como trataste a mi Rei y a Saya. Sinceramente esperaba algo peor de tu parte, pero veo que solo fue haber asesinado a mi hijo menor lo que termino con esto” –respondió el cantante, no molesto, ni herido… cansado… eso es lo que le describía perfectamente, cansado de escuchar la misma excusa que el escritor ocupo durante cinco años del inicio de su relación. Aun se preguntaba porque le dio una segunda oportunidad hace 17 años.

Cada una de las palabras que el peli rosa dijo le martillaban la cabeza hasta lo más fondo de su ser. Debía admitir que Shuichi estaba siendo lo mas piadoso con el pero… eso no quitaba en lo mas mínimo que le dolía en alma todo lo que su esposo le estaba diciendo. Sinceramente esperaba que el peli rosa lo corriera del estudio en cuanto lo viera… ahora deseaba con todo su ser que hubiera pasado eso y no todo esto.

“Me lo advertiste y aun así no hice caso. Entiendo si no quieres saber nada de mí, pero por favor… no me cambies por nadie. Sé que cometí un error, el más grande de toda mi vida pero sé que si sigues a mi lado podre enmendarlo de una u otra forma pero por favor, no me dejes solo, no quiero volver a ese pozo de frio y oscuridad del que tu desde el principio te encargaste de rescatarme. Shuichi perdóname, te lo suplico” –suplico el escritor, acercándose unos pasos a su esposo, mientras este retrocedía unos pasos atrás, dándole a entender que si seguía con eso, no solo lo perdería a él, sino a su hija menor también.

“De ti no espero milagros, hace años que deje de hacerlo. Después de que fuiste por mi hasta Inglaterra fue cuando me di cuenta que cambiaste… un poco pero lo hiciste. Estos años a tu lado me lo han confirmado, así que por favor no me hagas ver lo contrario de ti *hizo una pausa y continuo* Pero si de verdad quieres mi perdón, ya sabes lo que tienes que hacer primero, pero como detalle adicional: consigue una botarga gigante de Kumagoro y vístete con ella y escribe una canción para mi, única y exclusivamente para mí y cántala en frente de todo el mundo. Esa es una pequeña parte de lo que yo quiero que hagas por mí, después de todo lo que yo he hecho por ti” –continuo el cantante, serio y firme con sus palabras, tomando en brazos a su adormilada princesa la cual no sabía que había pasado con sus padres.

El cantante salió en silencio del estudio, sintiendo como su corazón se estrujaba, pues sabía perfectamente que el orgullo del escritor era más grande y fuerte que su simple petición y estaba seguro de que el no aria tal cosa por él. Estaba más que acostumbrado a todo eso su corazón que ya no tenía esperanzas de que pasara algo que lograra rescatar su matrimonio.

Notas finales:

Gacias por leer!!

bueno, admito que la ultima parte no era como la tenia imaginada pero, la inspiracion y las ganas de hacer sufrir un ratito mas a yuki me atacaron y bueno... salio lo que acaban de leer jeje

por las/los que preguntaban donde estaba el conejito pervertido de misaki, ahi lo tienen jaja

¿les gusto el metodo de hiroki para bajar la cruda? 

diganmelo en sus comentarios

jaja lo gracioso es que ese metodo alguna vez un amigo lo utilizo con su padre y si sirvio y muy bien por lo que me cuenta jaja

sin mas que decir, nos vemos en el proximo cap que si bien me va lo colgare este miercoles pero no prometo nada

doy gracias que ya se acaban las vacaciones y que ya podre escribir como es debido wiiiii!!

bueno, eso seria todo por ahora...

un abrzo psicologico para todos/as

luky


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