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Familia Usami vs Familia Uesugi = Dulce amor prohibido por luky_luze

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Notas del capitulo:

*Regresando del mundo de los muertos*

HELLOW MINA-SAN!!!! 

-_-

lo se, lo se, gomene, se que no tengo perdon de ustedes por subir el capitulo 25 de este fic, en el anterior les dije que lo aria pronto pero no sucedio, hasta casi dos meses despues lo hice, gomen

pero no me maten, abajo les explicare como estuvieron las cosas aca y porque hasta penas hoy me digno a subir este emotivo cap

sin mas que decir

A leer!!

Días más tarde…

Estaba confundido, perdido, no sabía cómo describirlo. Simplemente… era como si tuviera un oscuro y muy pesado hoyo y dolor en el corazón. Rio con ironía, él no era de los que solían perderse o si quiera limitarse en lo que a sentimientos se refería. Dio una mirada rápida a la oficina en la que estaba esperando a que su amigo lo atendiera. Demasiado lúgubre y sin vida en su opinión. Después de soltar el aire que ha estado guardando en sus pulmones desde que llego hace 30 minutos, solo para ver como la puerta de aquel despacho se abría con estrepito, haciendo que la luz entrara y cegara por unos segundos sus ojos verdes.

-Siento mucho la demora, pero el jefe no quería soltarme. Él también quiere que lleve el caso de su separación, no era mi intención hacerte esperar tanto- se disculpó el abogado de ojos grises, sentándose frente al de ojos verdes con la intención de entablar una conversación más o menos decente, hecho imposible dado que varias montañas de papeles estaban en el escritorio del abogado, perjudicando la intención de comunicarle a su amigo las “buenas nuevas”.

-Tranquilízate Shinobu, es normal que tengas muchísimo trabajo. No por nada eres el abogado mejor pagado de Japón. No es como si estuviera en tu despacho hace horas, solo han pasado 35 minutos desde que llegue. Por cierto, has algo con esta oficina amigo… tan parece que alguien hubiera muerto aquí- bromeo el ojo verde, haciendo menos pesado el ambiente en el que estaban ambos chicos.

-Pues como si lo fuera…- continuo el ojo gris, cruzándose de brazos y recargándose en el respaldo de su silla, mientras que con la mirada examinaba a su amigo y tal como lo sospechaba, el castaño estaba más pálido y delgado que de costumbre –¿has estado comiendo bien, Misaki? Te noto más delgado desde la última vez que nos vimos y eso fue hace dos semanas- comento el abogado, levantándose de su lugar mientras analizaba con mayor detenimiento a su amigo el cual se sintió un poco incómodo al tener aquella mirada del ojo gris sobre el de esa manera.

-Estoy bien, ya dejen de preocuparse tanto por mí. Si no eres tu es Hiroki, pero es alguno de los dos que termina por cuidarme como si fuera un niño chiquito. Ya tengo casi 42 años, creo que ya se cuidarme solo, además de que tengo dos hijos, uno de 19 y la otra de 8 años. No es necesario que hagan tanto por mí- respondió el editor, alejándose un poco de su amigo pues con aquella mirada que ahora tenía el de ojos grises sobre su cuerpo era como si fuera transparente ante esos ojos, ahora entendía porque su amigo siempre ganaba los casos que requerían su servicio.

-Sabes que si lo hacemos es porque nos preocupas…- exclamo el abogado, frunciendo el ceño y volviendo a cruzarse de brazos solo para ver como la cabeza de su amigo hacia clic –dejando eso de lado, ya tengo los papeles que me pediste- al decir eso, ahora era la mirada verde la que estaba sobre el abogado.

-¿Enserio? Muchas gracias Shinobu, sabía que lo conseguirías…-

-No cantes victoria aun Misaki, el que los haya conseguido, eso no quiere decir que Akihiko los haya firmado. Es más dudo que vaya a hacerlo…-

Esas palabras hicieron eco en la mente del castaño. No dudaba de las habilidades de su amigo para conseguir lo que quiere pero… olvido un pequeño detalle. Cierto escritor cuando se encapricha con algo, en este caso, con el editor, difícilmente lo dejaría libre, no por nada tiene más de 23 años de conocerlo, veintitrés años de vivir junto con el amante de los osos y escritor de novelas BL. Al tener ese recuerdo de sus primeros años de relación con el conejo, hizo que sonriera, leve y casi imperceptible. Excepto claro, para cierto ojo gris que no paso por desapercibida esa tenue sonrisa de su amigo. Era obvio para el ojo gris que el castaño seguía amando loca y desesperadamente a su esposo, aunque el orgullo del editor se esforzaba en hacerlo creer todo lo contrario.

Pasaron unos segundos para que alguno de los dos dijera algo más. Solo se escuchaba el sonido del reloj de aquel despacho. Cuando el ojo gris se proponía a romper con aquel incomodo silencio pero fue la puerta de su oficina la que lo hizo por él. Al girarse para ver quien fue el que irrumpía de esa forma la oficina de su amigo, no daba crédito a lo que estaba viendo, es más tal parece que el tiempo se hubiera detenido y que los segundos eran horas, su corazón comenzó a acelerarse como hace años pensó que nunca volvería hacerlo.

-Usagi-san…-

-Misaki…- al darse cuenta el lugar y con quien estaba, retomo su semblante serio –ciento interrumpir, yo… esperare a fuera…-

-No…- lo detuvo el castaño en un impulso de su corazón –soy yo el que se iba sensei. Shinobu por lo que más quieras, consigue lo que te pedí. Hablaremos luego- eso lo dijo más por el conejo que no le quitaba la mirada de encima que por el ojo gris el cual solo asintió mientras veía como su amigo salía a toda prisa de aquella oficina, pasando de largo al escritor el cual no hizo el mínimo intento para retenerlo.

-No sé qué diablos te pasa a ti que no haces algo al respecto con tu matrimonio…- comento el abogado, fulminando con la mirada al escritor y haciendo que este saliera de su sueño.

-¿Qué dices Shinobu?- pregunto el escritor, sintiendo como el amor de su vida se le escapaba de las manos.

-Lo que oíste, acaba de salir de esta oficina el único hombre que ha sido capaz de poner tu mundo de cabeza desde el momento en que lo conociste y aun así no haces nada para evitar que salga de tu vida. No sé qué estas esperando, si una invitación del destino o no sé qué- se quejó el abogado, afilando de nuevo su mirada y casi asesinando a su amigo.

-¿Crees que hubiera sido mejor ir tras él?- hablo al aire el peli plata. Esta faceta del escritor sí que era nueva para el ojo gris, jamás había visto a Akihiko en ese estado de duda e incertidumbre.

-No lo creo… es mejor que vallas de una vez por el a no ser de que quieras que te obligue a que firmes los papeles de su divorcio y sabes perfectamente que si lo hago Akihiko- respondió el ojo gris, prácticamente corriendo a su amigo de su oficina para que fuera tras su esposo, el escritor al reaccionar y darse cuenta de lo que quería el ojo gris, no se quejó y se apresuró a darle alcance a su pequeño castaño. Quizá si se apuraba podría alcanzarlo antes de que llegara a la estación del tren.

Mientras el escritor caminaba a paso veloz para darle alcance a su esposo, era este el que aumentaba constantemente de velocidad dado que después de haber visto al escritor en la oficina de Shinobu, su corazón como su orgullo estaban a punto de darle un vuelco horrible a su vida. Pero algo aun no le quedaba claro al ojo verde era que… si se supone que Usami no quiere firmar los papeles de divorcio, ¿Qué estaba haciendo allí? Acaso… ¿quería llegar a un acuerdo con el ojo gris para que su separación fuera lo menos pesado posible? Dejo de darle tantas vueltas al asunto… estaba seguro que después el ojo gris le informaría sobre él porque el aun su esposo había ido a su oficina.

Tan perdido se encontraba en sus pensamientos que no se fijó que iba a chocar con alguien que estaba detenido en medio de la acera. Después de ese percance fue como reacciono de sus pensamientos y cavilaciones, cuando se proponía a disculparse con la persona con la que había tenido aquel pequeño accidente, sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta de que se trataba del mismísimo Akihiko Usami en persona, este claro más delgado y un poco más demacrado que el mismo.

-Hola de nuevo… Misaki- hablo el mayor, escaneando con la mirada a su esposo. No ha cambiado mucho, pensó el escritor mientras que la mirada esmeralda se clavaba en él.

-¿Se le ofrece algo, Usami-sensei?- pregunto el editor, de igual forma analizando a su pareja, hace casi 3 meses que no sabía nada de él y para su alegría y alivio, el mayor se encontraba bien ya viéndolo detenidamente.

-Eh, bueno yo… yo quería hablar contigo, ¿puedo?- respondió el escritor, esperando que el castaño no le diera una negativa.

-Lo siento mucho sensei pero… ahora no puedo. Será en otra ocasión. Tengo que regresar a la editorial, aún tengo trabajo que hacer además que después de eso tengo que ir por MI HIJA. Ella quiere ver a su hermano y a su cuñado además de que quiere hablar con su sobrinito. Si eso era todo lo que iba a decirme, será mejor que me valla, hasta luego sensei…- respondió el editor, pasando de nuevo al lado del escritor, el cual estaba un poco sorprendido y porque no, también un tanto dolido por las palabras de su pareja.

-Misaki espera por favor…- suplico el mayor, tomando del brazo al castaño el cual no iba a forcejear con el escritor, quería evitarse las miradas incomodas de los transeúntes de aquella calle –entiendo claramente que estés molesto conmigo pero… quiero arreglar las cosas entre nosotros sin necesidad de llegar al di-divorcio, eres lo mejor que pudo haberme pasado en estos años de conocernos y de ser pareja. Mis hijos y tú son lo único que realmente vale la pena salvar de mi vida. Por favor, no me niegues el intentar hacer algo por rescatar el amor que nos tenemos, por favor…- hablo desesperado el peli plata, pero al tener la mirada dolida y decepcionada de Misaki sobre él, hizo que su corazón se quebrara muy tortuosamente.

-No decías eso hace tres meses…- respondió el castaño, soltándose sin ser brusco del agarre de su esposo –tu prácticamente mataste a MI HIJO solo porque se enamoró perdidamente de un chico bueno, alegre y de buen corazón como lo es Saya Uesugi- antes de que pudiera el escritor reclamar, continuo –te recuerdo que esas eran las cualidades que tu tantas veces te encargaste de decir que habían hecho que te enamoradas de mi tan perdidamente, no entiendo porque te pones en ese plan de no apoyar a René ahora con lo de su hijo- reprocho el castaño.

-Misaki…- eso le había dolido en lo más profundo de su corazón, pero si quería recuperar a su esposo y a su familia tenía que recurrir a sus técnicas –te lo repito, enserio no quiero llegar al divorcio. Es por el bien de todos… te pido que me perdones-

-Lo siento, pero no puedo perdonarte ahora… me lastimaste y lastimaste a tus hijos en lo más profundo de su corazón, ¿Cómo me pides que te perdone así de fácil?-

-…Esta bien…- se resignó el escritor –No quería decirte esto pero…- dio un sonoro suspiro y continuo –Voy a pelear por la custodia de Miu…- ese fue el detonador que hizo que la poca fe que el editor tenia para salvar su matrimonio se fuera a la basura.

-¿Q-Qué dijiste?- pregunto el castaño, sin salir de su impresión –no puedes hablar enserio ¿o sí?- el escritor no contesto –¿Y QUE TE HACE PENSAR QUE VOY A PERMITIR QUE TE QUEDES CON LA CUSTODIA DE MI HIJA?, PORQUE SI ELLA Y RENE SON MIS HIJOS Y PRIMERO MUERTO ANTES DE PERMITIR QUE LOS ALEJES DE MI LADO. Juro que si me quitas a mi hija eso jamás te lo perdonare Usami, JAMAS- exploto el editor, con unas evidentes lagrimas corriendo por su rostro, es hombre no podía ser el hombre del que ha vivido enamorado 23 años, ¿cierto? Tan molesto y herido estaba que se fue corriendo de ahí, dejando a un escritor demasiado pensativo y serio pero además dolido.

-Perdóname Misaki pero… hago esto porque te amo y voy a hacer hasta lo imposible para que me creas y recuperar a mi familia…- pensó el escritor, retomando su camino a la oficina de cierto ojo gris para informarle de sus acciones con su esposo.

En otro lugar, esa misma mañana…

En el departamento de cierto castaño y peli negro, se estaba debatiendo una “pelea” entre ambos propietarios, más que pelea era una pequeña dispuesta por parte de cierto ojo violeta que se negaba a toda costa soltar a su novio, no era que no quiera que su pequeño fuera a ver a sus primos y amigos, es solo que… bueno, no quería que saliera solo para que hiciera lo que de ante mano ya se había negado a acceder, no era por su ojo dorado, sino que lo hacía para protegerlo, como se lo había prometido.

-No quiero que vayas Saya… no será bueno- volvió a insistir a su niño, abrazándolo sobreprotectoramente pues no quería que se fuera de su departamento.

-¿Por qué no René? Si solo voy a ir con Sara y Kai, no es como si me fuera a pasar algo malo estando con ellos, no te preocupes, ¿sí?- contesto el menor, colocando sus manos en los brazos de su novio, haciendo evidente su avanzado estado de gestación.

-Pero Saya… entiéndeme, es que siento que si sales te pasara algo malo, no lo sé es como si fuera a ser algo importante. Por favor, no vayas a la casa de tus tíos… no soportaría la idea si te llegara a pasar algo, jamás me lo perdonaría…- rogo el actor, aplicando mayor fuerza al abrazo que ponía a su pequeño.

-René…- murmuro el menor –no va a pasarme nada malo estando con ellos, además creo que ya habíamos acordado que quería hacerlo, es por el bebé entiéndeme por favor…- respondió el ojo dorado, deshaciendo el agarre de su novio para después acariciar su mejilla y segundos después desordenar el cabello del castaño.

-Hasta donde recuerdo ese acuerdo jamás se concretó Saya…- reclamo el castaño, cruzándose de brazos y mostrando cierta molestia en su rostro, algo que ni siquiera intimido al menor, solo sonrió.

-Yo sé que si se concretó René…- contesto el menor, con una linda sonrisa que al verla el mayor dejo de cruzarse de brazos y término de igual forma sonriendo –si te pedí que me permitieras trabajar en tu obra de teatro fue porque quiero ganar dinero para nosotros tres. No podemos depender siempre de ti amor, no sería justo, además… quiero comprarle al bebé algo que sea muy mío, creí que me habías entendido- continuó el menor, viendo directamente a los ojos violetas de su novio.

Odiaba cuando su niño ponía cara de perrito regañado, con esa linda e inocente carita. Se le hacía imposible no tomar a la fuerza a Saya. Bufo y volvió a cruzarse de brazos y cerró los ojos con aire molesto, pero después de unos segundos los volvió a abrir y como no queriendo sonrió levemente para después decir…

-Está bien Saya, tu ganas veraz a Sara y Kai pero prométeme que solo tu prima te tomara las medidas para tus trajes y regresaras tan rápido como te sea posible. Prométemelo…- respondió el mayor, acariciando el rostro de su pequeño, para después darle un pequeño beso en la mejilla y en su frente.

-Gracias amor, te prometo que en cuanto terminemos con los de los trajes, el bebé y yo estaremos de regreso antes de que te des cuenta. No te preocupes- sonrió el menor, besando los labios del mayor, el cual de inmediato le correspondió, haciendo sonrojar a su pareja.

-Más te vale que cumplas tu promesa mi pequeño…- le hablo seductoramente el castaño –en unos días es mi examen de ingreso a la UT, por tal motivo tengo que consentir a mi novio y a mi bebé- continuo, acariciando la mejilla de Saya para después pasar su mano en el abultado vientre de su pequeño –y tú, más te vale que no le hagas pasar un mal rato a tu papi, ¿ok? No queremos sorpresas de tu parte, ya te queremos tener en nuestros brazos, pero aun no, tomate tú tiempo mi bebé- hablo quedito el ojo violeta, alzando un poco la playera de manga larga del menor y después depositar un cálido beso en el vientre hinchado de Saya, haciendo sonrojar a este último pero de igual forma sonriendo tiernamente al ver esa escena.

Varias horas más tarde…

Podías compararlo como si de un león enjaulado se tratara. Estaba molesto, furioso, preocupado, todos y cada uno de esos sentimientos y emociones lo albergaban desde las últimas horas. Nunca tuvo que permitir que su pequeño, su niño y su bebé salieran del departamento. Un hueco horrible comenzaba a formarse en su pecho. Faltaba poco para que las lágrimas de frustración y preocupación aparecieran por sus ojos violetas. De nada sirvió llamar a su prima, pues desde hace horas que ya había salido su niño del hogar de sus tíos. Iba ya a llamar a la policía de no haberse interrumpido por la puerta del departamento abriéndose.

-René, ya llega…- su aviso se vio cortado por el fuerte abrazo del castaño el cual se aferró a su menudo cuerpo.

-Saya… amor mío ¿Dónde estabas? ¿Por qué no contestas el teléfono? ¿Te paso algo? ¿Al bebé? ¿Por qué llegaste apenas? ¿Con quién estabas?- antes de que pudiera seguir con su interrogatorio, fueron las manos de su niño sobre su boca las que hicieron que guardara silencio. Conocía perfectamente cada una de las expresiones del menor, en especial sus ojos, y sabía que su niño había llorado, pero… ¿Por qué?

-Tranquilo… una pregunta a la vez ¿sí?- calmo el menor, alejando sus manos de la cara de su novio, intentando forzarse a sonreír, acto que no paso por desapercibido por el castaño.

-¿Dónde estabas, Saya?- pregunto “tranquilamente” llevando de la mano al menor a la pequeña sala del departamento que comparten juntos, ayudándolo a tomar asiento, y él se sentaba a un lado.

-Todo estaba bien. Llegue con Sara y Kai, me ayudaron con las medidas de mis trajes con o sin embarazo, platicamos de cómo nos pondríamos de acuerdo en cuanto ellos entraran de nuevo a la preparatoria y con la llegada del bebé, después de eso comenzamos a hablar de cualquier otra cosa. Pero después tuve que irme porque mis tíos no tardaban en llegar y no quería llegar más tarde de nuestra hora acordada, pero…- se calló al recordar lo que había pasado después y el motivo por el cual lloro esa tarde.

-¿Pero que, Saya?- pregunto el mayor, alarmándose y preocupándose por su pequeño.

-Me topé con… mi padre, René- respondió quedito y serio el menor, acariciando su vientre hinchado. 

-¿Él fue el que te hizo llorar?- el menor asintió -¿te amenazo? ¿Te grito? ¿Qué te hizo?- bombardeo el mayor, controlándose para no ir a golpear a su suegro.

-Tranquilízate, no es lo que tú imaginas…- respondió el menor, poniendo su mano sobre la del ojo violeta, calmando el estado de su novio. Pero René no entendió a que se refería con eso.

-Mira… lo que paso fue…-

Notas finales:

Muchas gracias por leer!!

Bueno, como les decia, resulta que un dia despues de que actualice el fic llegue a mi casa y con la novedad mi capitan de que se habian llevado mi lap sin siquiera consultarme T_T y como se imaginaran se fue con ella mis fics y digo mis fic porque ya habia escrito varios y se borraron cuando formateron esta cosa, pero tambien con esto borraron el capitulo 25 y tuve que empezar desde cero

ademas si le sumamos el hecho de que ya regrese a la escuela (tercer semestre de bachiller) pues hay materias que consumen mi tiempo y me obligan a escribir muy poco

Lo siento mucho mina-san, pero les juro que acabare este fic, solo tenganme paciencia

Creo que eso seria todo, nos leemos luego

un abrazo

luky


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