Residencia Uesugi, (Tatsuha y Ryuichi), esa misma tarde
A decir verdad no se esperaba tal noticia, mucho menos que a él le tocara recibirla junto con el esposo de su cuñado ¿favorito? No podía calificar a Yuki como su cuñado favorito, pero le prometió a Shu que no aria nada que pudiese perjudicar su relación con el escritor, pero no dijo nada en el sentido de no meterse a defender a su amigo pase lo que pase, incluso en la boda de el menor de los ukes con el escritor, le hizo la amenaza a Yuki sobre que si se le ocurría hacerle algo o volvía a provocar algún dolor a su mejor amigo, le importaba poco que fuera el esposo y madre de la hija de su hermano menor, se arrepentiría el escritor de haberlo conocido, pues si no hubiera sido por Shuichi, que hace mas de casi 18 años atrás, si no hubiera sido por él, jamás de los jamases hubiera tenido la familia que ahora el afortunado dueño de tener, aunque ahora con la noticia del nuevo embarazo de Shuichi, comenzaba en su cabecita a formularse el sueño de volver a ser *madre* de nuevo, pero la cuestión era… ¿Tatsuha estará dispuesto a compartir este sueño con él?
“Tat-chan ¿puedo pasar?” –con voz aunque débil pero firme hablo, tocando la puerta del despacho de su esposo, pues quiera o no, el hermano menor del escritor tenía mucho más trabajo que él que todos se imaginaban
“No tienes que preguntarme Ryuichi, eres mi esposo ¿no? Además esta es tu casa como la mía y la de Sara, así que no te preocupes por eso, por si fuera poco quería que vinieras a visitarme, deseaba con todo el corazón tu visita, no sabes cuan abrumado y presionado estoy con la representación de la banda de Shuichi y la tuya amor, quiero distraerme un momento con mi amado conejito rosa *acercándose lentamente hasta donde estaba el peli verde, tomándole por la cintura, poniendo sus labios sobre el cuello del mayor, moviéndolos lentamente hasta llegar al lóbulo de una de estas mordiéndola levemente, provocando un escalofrió pero muy certero sentimiento de emoción y de deseo de parte de su esposo*
“Tat-Tatsuha, e-espera por favor, yo… bueno… quiero saber… tu ¿tú me apoyarías con la idea de tener otro bebe?” –esa pregunto desconcertó al menor, pues no esperaba que su esposo deseara tener otro hijo, a pesar de que sabía que ya no podría hacerlo, no al menos como el peli verde esperaba tenerlo
“Ryuichi, ya habíamos hablado sobre eso… y sabes que mi respuesta es no” –continuo Tatsuha, mientras que su esposo deshacía del abrazo que le brindaba su pareja, dando a entender que estaba molesto y a la vez triste porque, aunque ya esperaba esa negativa por parte del menor, no esperaba que se lo dijera tan frio y sin emoción alguna
“¿Por qué me haces esto Tatsuha? Si Shuichi puede tener un bebe de nuevo, ¿Por qué yo no puedo tenerlo junto con la persona que más amo en mi vida? Sabes que desde que nació nuestra hija, no hay otra cosa que mas desee en esta vida que tener otra personita en mi interior, que sea el fruto del amor que sentimos mi esposo y yo, ¿no me entiendes Tatsuha?” –respondió molesto y herido el mayor, al borde de las lagrimas, desde hace años que deseaba con todo el corazón que su esposo aceptara la idea de tener otro bebe junto con él, pero el menor siempre le respondía con lo mismo, que no deseaba tener otro bebe, púes con Sara y con él era más suficiente para el abogado
“¿Qué porque? ¿Me preguntas que porque no quiero tener otro hijo contigo? Es simple Ryuichi, no quiero perderte, no quiero que mi hija pierda a su papa por un bebe que posiblemente jamás logre nacer. Desde que sabíamos que vendría Sara, el embarazo era difícil para ti, por tu edad y otros factores, pero lo más importante, corrías el doble de probabilidades de perder la vida antes de que nuestra hija lograra conocernos, ¡incluso morirías durante el embarazo! ¿Tú crees que no he deseado también tener otro hijo contigo? Te equivocas Ryu, es algo que al igual que tu deseo con todo mi ser, pero no quiero tenerlo si no es contigo, sabes que sin ti y sin mi hija, mi vida se acaba en un abrir y cerrar de ojos y antes de eso, prefiero morir que vivir una vida sin ustedes… sin ti Ryuichi. Por eso prefiero mil veces tener a mi única hija y a mi esposo a mi lado antes de perder a mi conejito por un simple sueño” –contradijo molesto y a la vez con miedo, por más que quisiera tener una gran familia junto con su ídolo, amor platónico, pareja, amante, confidente que era Ryuichi para él no podía, simplemente no quería ni imaginar como seria su vida en el caso de que su conejo rosa estuviese embarazado y el… ya no estuviera con él y su hija
“Tat-Tatsuha… yo no… no pensé que tu… compartieras este sentimiento de frustración y de melancolía de no poder concebir un bebe como yo, *rápidamente se abalanzo a su esposo, abrazándolo fuertemente, escondiendo su rostro en el pecho del menor, siendo correspondido por este*, perdón yo no quería entender cómo te sentías por este tema, incluso desconocía el amor tan profundo que tienes por nosotros, en especial por mí. No comprendía qué tu mayor sueño era tener otro hijo, pero tu mas grande temor en la vida te lo está impidiendo, ese soy yo amor… olvida la idea del bebe, yo no…” –fueron cortadas sus palabras al ser unidos sus labios en los de su esposo, el cual hizo que se quedaran esas palabras en el aire, haciendo sonrojar y avergonzar al mayor de cabello verde
“Ya fue suficiente con eso Ryu *sonrío*, te agradezco que comprendieras el porqué no te pido tener otro hijo en nuestras vidas, pero no te estoy pidiendo que olvides la idea de tener una gran familia. Existen otras maneras de poder hacer crecer esta familia, sino podemos mediante la adopción, yo mismo me encargo de intentar llenar el espacio que tu corazón esta guardando para llenarlo con otra persona importante en tu vida” –concluyo el menor con esa conversación, abrazando con mucha ternura y amor al corazón de su vida, cerrando la puerta de su despacho de un golpe, pues era obvio que ni él ni su esposo saldrían de ahí por un buen rato…
En otro punto del centro de Tokio…
Después de haber salido de su entrenamiento de tiro de arco, y antes de karate y mucho antes haber estado casi seis horas de escuela, se encontraba un tanto agobiada, lo único que quería era llegar al hogar que comparte con su padre, prepararse un baño que la ayudara a refrescarse y relajarse, preparar la cena para cuando su única familia llegara y compartir por unos momentos lo que a ambos le había pasado durante la jornada, pero esa idea se le escapo de las manos, por la misma persona que se ha hecho cargo de ella desde que era un bebe. Se encontraba camino a la oficina de su padre, que por alguna razón le había pedido que lo viera en su oficina. No iba a discutir, pues lo más probable era que quisiera hablar con ella sobre algo importante antes de irse a su hogar o solo que… *¿descubrió la venganza y su investigación en contra de la familia Lowell?* por un momento negó esa idea, pues hasta donde sabia su padre era el que estaba con esa investigación, eso claro sin que ella se enterara *supuestamente*
Llego a la oficina sin hacer ruido, le parecía extraño que no hubiera nadie en ese lugar, incluso los *secretarios* de su padre no estaban ahí, lo cual hizo que sus alarmas comenzaran a sonar, pero de repente se relajo pues del despacho de su padre se escuchaban gritos, reproches y luego mas gritos. Ya reconocía las voces de aquella oficina, pues entre esas destacaba las de su padre y la de su padrino
“¡Maldita sea, entiende que no voy a permitir que mi hija viva con otra persona que no sea su padre!” –grito furioso el prestamista, pues desde que llego el padrino de su hija, no han parado de discutir, y eso ya hace varias horas
“¡Tu eres el maldito energúmeno que no quiere entender que SU hija ya no es una niña pequeña!, Megumi ya va a cumplir 16 años y está a menos de 5 meses ingresara a la universidad de Tokio por sus propios medios ¡¿sabes lo difícil que es hacer eso teniendo de padre al mismo diablo?! Mejor dicho, ¿sabes lo que es que a esta edad tu hija no muestre interés alguno en el asunto del amor? Mi ahijada tiene TODO el derecho de experimentar este sentimiento y tu Kanou se lo estas negando” –señalo el travesti al prestamista el cual con eso hizo que volara la poca paciencia que aun tenia
“¡¡¡TUNO TIENES NINGUN DERECHO DE INTERFERIR EN LA VIDA DE MI HIJA Y EN LA MIA, MALDITO TRAVESTI!!!” –grito furioso el frio hombre, el cual estaba hecho una bestia ¿Quién se cree que era ese travesti para decirle lo que debía hacer o no con su hija? Además tenía todo el derecho de proteger al único recuerdo que tenía de su esposo ¿no?
“¡En verdad que no se puede hablar contigo! ¡¡ERES UN MALDITO TROGLODITA EN VERDAD!! No te das cuenta que estás haciendo lo mismo que le hiciste a Ayase a su hija con tus malditos celos y tu sobreprotección. No me sorprendería si un día de estos mi Megumi-chan se escapara de tu casa por tanta presión y tantas actividades fuera de la escuela que la obligas a que realice desde que era una niña. No eras más que un pervertido de cuarta que se aprovecho de un inocente jovencito de 18 años para tus perversidades y que tiempo después no quiere dejar que el fruto de tantas ultrajadas de tu parte sea feliz o que siquiera pueda experimentar lo que es el amor, peor aún, no le permites ir a convivir y a pasar el rato con sus amigos” –continuo el de extensiones negras, pues era el colmo que su amigo no quisiera ver lo que estaba provocando con su actitud
Por su parte estaban los hermanos Misao y Homare Kuba, los cuales ya estaban desde hace 3 horas en esa absurda discusión entre el prestamista y el travesti, por un lado estaba Misao que estaba organizando y realizando unas llamadas para poder cobrar lo que unos clientes le debían a su jefe. Por el otro, andaba Homare mas que arto del tema, entendía perfectamente que la hija de la persona que más amo en la tierra tenía el derecho de ser feliz con quien se le pegara la gana *según* el punto de vista de Someya, pero, por el otro lado, también estaba de acuerdo con su jefe, pues están hablando de la viva imagen de Ayase, eso claro en femenino, con el cabello negro y con uno que otra cualidad de *matón* que tenía su padre
Lentamente camino hasta donde estaban los otros hombres discutiendo, paso de largo la vista estupefacta de esos dos, soltó un largo suspiro y dijo “Me quieren hacer el favor de CALLARSE ustedes dos, mejor porque no lo discuten con Megumi, ella es la única perjudicada en esto” –dicho esto abrió la puerta del despacho de su jefe, dejando ver la figura de la hija de Kanou, sonrojada y un tanto apenada pues había escuchado más de un tema que no tuvo que haber escuchado *al menos eso creía ella*
“Ustedes 3 fuera, quiero hablar con mi hija… a solas” –la voz macabra del prestamista alerto a dos de las tres personas que ordeno que salieran de esa oficina, la tercera (Homare) hizo como que la virgen le hablaba, no le tenía miedo a lo que le podía suceder por desobedecer una orden directa de su jefe, después de todo ya había hecho lo que tenía estrictamente prohibido hacer e incluso ya había pagado con su vida aquel momento: se enamoro profundamente de la pareja y esposo de Kanou y de recompensa solo quedo él como el *guarda espaldas de Ayase* y el que vela por la seguridad y vida de la hija de la persona que mas resentimiento le tiene en la vida: el prestamista. Si no hubiera sido por él, su amor platónico aun estaría con vida Los tres hombres que estaban de mas salieron sin decir una palabra más sobre el asunto, desando con todo el alma que la pequeña ojo celeste pudiese hacer algo para controlar los celos de su padre y lograra hablar con el de algo que no estaba acostumbrada a hablar con su padre, mucho menos el prestamista
“Megumi, hija ¿tú te sientes sola por la ausencia de tu papa en nuestras vidas?”…
Colegio Monte Real, salón de música
Una chica rubia de ojos verdes tan profundos y expresivos estaba sumamente molesta, celosa, frustrada, no sabía cómo describirlo un chico de cabello negro y ojos ámbar pues desde que aquella chica lo cito en la escuela no sabía cómo intentar tranquilizarla para que le dijera de una vez el porqué de su repentina junta. El sonido de hojas de papel rompiéndose con clara molestia y frustración hizo que lo sacara de sus pensamientos. Para evitarse problemas con la ojo verde opto por dejar que la chica se desquitara con las partituras de los instrumentos de ese salón, no estaba de humor para pelear con la rubia
“Y bien… ¿ya acabaste de hacer tu berrinche? O me tengo que esperar otra hora para saber qué diablos quieres de mi Rosalina, para que te lo sepas, no tengo tiempo para ver como la princesita consentida de papa hace su escenita para llamar la atención de los demás” –hablo por fin el cabello negro, sentándose en el banco del piano que estaba, comenzando a tocar una suave melodía, siendo fulminado por la rubia la cual se indigno y se molesto profundamente por el comentario del chico
“Mucho cuidadito con tus palabras Lowell, que esta princesita tiene el dinero y la influencia de mandar a la cárcel al asesino de tu padre, además creí que lo que te iba a decir sobre Saya te interesaría pero ya vi que no” –escupió de igual forma la rubia, feliz de haber callado la melodía que el joven estaba tocando, pues ya había dado al clavo en el chico, no supo cuando el cabello negro la estaba sujetando del cuello de la blusa y la estaba empujando hasta la pared, viendo como la mirada ámbar estaba enfadada y molesta, podía decirse que quería eliminar a la rubia
“Te recuerdo princesita que tú no tienes ni el dinero ni el poder para hacernos algo, pues todo lo que tienes se lo debes a tu padre, no metas a mi familia en tus asuntos Seguchi y además… ¿Qué puedes ofrecerme tu que logre servirme para mis fines con Saya?” –continuo el ojo ámbar sin soltar de su agarre a la rubia que estaba tranquila o al menos eso es lo que aparentaba
“Mi *amado primito* (nótese el sarcasmo 7_7) está enamorado y por increíble que parezca, ya no lo está de ti André, el muy estúpido se atrevió a meterse con MIS COSAS, no sé cuándo ni dónde, pero el maldito se está encargando de manipular a MI René, le esta lavando el cerebro diciéndole no se qué cosas sobre mí, y por si fuera poco, MI NOVIO me dije hace un mes que ya no quería saber de mi, que lo bueno sería separarnos por la paz ¿y sabes que mas? Fue por culpa de Saya que Usami ya no quiere nada de mí. Te juro que me encargare de destruir cada una de las ilusiones de mi primo que tenga con René, nadie absolutamente NA-DI-E tiene porque meterse con mis cosas, mucho menos el odioso de mi primo. Lo destruiré y me encargare de que no quiera saber otra cosa sobre el amor” –escupió la rubia, cada una de esas palabras con cierto acido y veneno en ellas, era claro el resentimiento que le tenía a su primo pero… ¿Por qué?
“Es claro que no quieres a Saya, pero yo mismo me encargo de destruirte a ti primero antes de que logres meterte con él. Me encargare de que él me vuelva a amar y me encargare de que olvide al estúpido de Usami, yo le robe primero el corazón a Saya como para que ahora un inglesito de cuarta se meta con mis planes con MI Saya ¿Qué tienes planeado para separarlos?” –secundó el pelo negro, librando de su agarre a la rubia que estaba satisfecha de haber golpeado en el orgullo que tenia André, después de todo nadie se metía con las propiedades de André Lowell y vivía para contarlo
“En menos de una semana será el baile de disfraces que están organizando Naomi-senpai y Kento-senpai se realizara y te aseguro que mis primos como René y sus amigos asistirán. Te encargaras de Saya no se acerque ni un poco a René, comiénzalo a enamorar de nuevo, haz que cambie de opinión, convénselo de que eres mejor que Usami, hazle creer que has abierto los ojos y que ya viste que cometiste un error por preferirme a mí que a él que te ofreció su corazón y sentimientos y que a pesar de eso te fuiste conmigo, todo eso debes hacerlo durante el baile que es cuando Saya planea decirle y aclarar sus sentimientos a René, confúndelo y prométele que jamás lo lastimaras de nuevo. Hazle creer que eres el único en que puede confiar y que a diferencia de Usami, lo amas más que cualquier otra cosa. Yo por mi parte, me encargare esa noche de que René cambie su opinión de mi sobre Saya, le diré que está cometiendo un error, el más grande de su vida, le hare entender que no hay mejor opción para que enfoque sus sentimientos que yo” –continuo la rubia, mientras que de sus labios se dibujaba una sonrisa cínica y siniestra, pero sobre todo fingida y sin sentimiento alguno
“Tranquilízate Seguchi, me encargare de que el corazón de Saya sea mío de nuevo. Le hare entender que Usami no es ningún obstáculo para mi, tengo mis medios para deshacerme de estorbos como él, Saya es mio por derecho, lo conocí primero y lo enamore primero que cualquier otra persona, le hice ver lo que era el amor y como se experimentaba. Te veo luego Rosalina, ya estoy lo suficiente estresado como para seguir con esto, te veo en unos dias” –sin mas que decir el ojo ambar salió de aquel salón, dejando un tanto molesta, confundida y satisfecha a la ojo verde, pues ya su deber y obligación de convencer al *amor platónico* de su primo para que lo volviera a conquistar.