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Eunhae: El corazón de la bestia por MishELForever

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Notas del capitulo:

Lupiitha 16 Muchísimas gracias por comentar el fic. Este cap va dedicado a ti ;) 

Y publicaré un nuevo cap cada día :3

Kyu tenía razón debía dejar de pensar en ese chico y en esa dichosa discoteca, así que me mentalicé y después de comer con Kyu me fui a casa sabiendo que me encontraría con Kibum pero así era mejor puesto que algún día tenía que enfrentarle.


Lo encontré tal y como esperaba en la habitación metido en su trabajo y por suerte apenas reparó en mi presencia. La poca conversación que tuvimos fue casi por mera formalidad y me sorprendió descubrir que cuando me preguntó por la noche anterior y por la discoteca, me fue fácil mentirle y decirle que la pasé junto con el Kyumin, tal y como había acordado con Kyu, y que después estaba tan cansado que me quedé dormido en el sofá, además que no quería despertarle. Sí, se me hizo muy fácil mentirle pero cuando salí de esa habitación se me vino el mundo abajo. Parecía mentira que hubiera podido mentirle, hacerle daño tan fácilmente, pero Kyu tenía razón, decirle la verdad ahora solo le causaría más daño y yo no quería perderle y menos por esta tontería. Me prometí a mi mismo que le contaría todo cuando encontrara el momento más adecuado. 


La tarde pasó tranquila. Me distraje leyendo un libro con el que no iba ni por la mitad, y lo cierto es que tampoco avancé mucho pues solo el 40 % de mi ser le prestaba atención. 


Más tarde preparé la cena, algo ligero, pues tampoco tenía mucha hambre. Y finalmente me fui a dormir. Por suerte Kibum, que aún no había acabado su trabajo, se acostó más tarde y yo ni lo sentí pues ya me había dormido. Lo malo de la noche fue que mi subconsciente nuevamente me llevó a esa habitación de esa maldita discoteca. Nuevamente sentí mi cuerpo arder en deseo y otra vez me sentí cautivado por esos seductores ojos marrones que me atrapaban y me observaban haciendo que mi cuerpo temblase. Nuevamente sentí su boca en la mía y como después su lengua recorría con deseo y lujuria mi cuerpo. Estaba en lo mejor del sueño pero volví a despertarme. A mi lado estaba Kibum durmiendo tan plácidamente totalmente ajeno a mis pensamientos…


Me fue imposible volver a dormir y estuve dando vueltas en la cama hasta que amaneció del todo. ¿Por qué demonios seguía pensando en ese chico?? Joder Hae, olvídalo ya. –me decía en un vano intento de olvidarle. 


La mañana siguió igual que todas como si no hubiera pasado nada pero Kibum se dio cuenta de que algo en mi era diferente. Estaba nervioso y distante y ambos lo sabíamos, pero el pobre solo pudo pensar que era a causa de mi nuevo trabajo y a mí que no me apetecía hablar solo le seguí la corriente.


 


Necesitaba una distracción y esta llegó en forma de llamada por parte de Sungmin. 


Me fui con él y Kyuhyun a un centro comercial. Sungmin pronto haría una exposición de sus cuadros en uno de los mayores museos de Gangnam y por ello necesitaba un traje nuevo y quería la opinión de todos.


Cuando llegué estaba feliz porque necesitaba salir de casa pero pronto me arrepentí pues los dos estaban más unidos que nunca y me hacían sentir mal. Y después mientras Sungmin se probaba unos diez trajes, Kyuhyun me hizo más de cien preguntas para saber cómo me encontraba, pero yo solo le respondía con monosílabos. Sí, no, bien… se que él en ningún momento se creyó que estaba bien pero dejó de preguntar y yo interiormente se lo agradecí.


En la noche nuevamente me daba miedo dormir, no quería volver a tener ese mismo sueño pero al final caí rendido a eso de las tres de la mañana y nuevamente volví a sentir sus caricias, sus labios y su mano en mi miembro haciéndome gemir como nunca, pero esta vez fue diferente, yo sabía que estaba soñando pero simplemente me era imposible despertar, mejor dicho, no quería despertar. Deseaba quedarme ahí con él y sus besos pero como si lo viera venir, cuando estaba a punto de tocar el cielo volví a despertarme, pero esta vez porque mi móvil sonó. Parecía que fuera el karma y que nunca llegaría a ese momento de éxtasi pues siempre me despertaba y de alguna manera pensaba que era porque aquel día había huido dejándole tirado y excitado. -Pero qué tontería, seguro que ni se acuerda de mí.- me dije y mi subconsciente solo se río. –Pobre Hae.


Volvió a sonar mi móvil y acabó por despertarme. Tan solo eran las seis y cinco de la madrugada. ¿Quién demonios llamaba a esta hora??


-¿Sí?- dije medio dormido.


-¿Hae? Ya era hora. ¿Sabes el tiempo que te estoy llamando?


-¿Quién eres?


-¿Cómo que quien soy? ¿Quién va ser? Zhoumi.


-¿Zhoumi?- dije aún sin entender hasta que recordé que sería mi nuevo compañero de trabajo. –Ahhh Zhoumi, ¿Qué ocurre?


-Mira, debes traer un café americano y pasar a recoger las muestras de seda para la revista ah y por último tienes que pasarte por Coco Channel y traer el pedido, si le dices que vienes de la revista sabrán a que te refieres. 


-Espera a puedes volver a repet…- antes de que acabara mi frase ya había acabado. mie**a estaba tan dormido que no recordaba prácticamente nada de lo que me había dicho. Me levanté de golpe y me cambié. Antes de marcharme Kibum ya se había despertado así que solo nos despedimos con un beso demasiado corto como para sentir nada. 


Hacía más frio de lo normal para estar en otoño pero por suerte llevaba un gorro que me tapaba hasta las orejas.


No sé cómo pero al final conseguí recordar todo lo que me había dicho Zhoumi y llegué listo a la empresa.


Antes de entrar me invadieron los nervios pero faltaba muy poco para que fueran las ocho y no me podía permitir llegar tarde el primer día así que solo respiré hondo y entré.


Llegué hasta mi mesa y allí estaba Zhoumi un tanto desesperado.


-Al fin ¿Dónde estabas??- me dijo nada más verme.


-Pero si llego a tiempo.


-Nuestro jefe está a punto de llegar y no le gustan los impuntuales, por eso siempre llega entre las 8:10 y 8:15 así que a llegar a tiempo que nos jugamos el puesto. 


-Vale vale entendido, llegar siempre a tiempo.


-Bueno al menos veo que has traído todo, eso está bien.- solo sonreí. Me gustaba que me reconocieran el mérito de un buen trabajo. Pero lo cierto es que Zhoumi estaba más nervioso que yo me estaba poniendo igual.


-Gracias por concederme el trabajo, daré mi mayor esfuerzo.- le dije y le hice una reverencia.


-No me des las gracias, yo no he hecho tal cosa. 


-¿Cómo dices?


-Si te soy sincero Hae, yo se que serás un buen periodista pues tus notas son de las mejores pero para este trabajo no hace falta solo eso sino también tener estilo y algo de gusto por la moda y ambos sabemos que tu no la tienes.- me dijo mirándome de arriba abajo y quedando su mirada fija en mi gorro cosa que me dio a entender que no le gustaba, me sonrojé y me lo quité.


- Yo no te di el trabajo fue nuestro jefe. Pero no te confíes. Un solo fallo y estarás fuera.- antes de que pudiera decir nada él hizo una reverencia. Me giré y me encontré con un chico de unos veinticinco años aproximadamente. Tenía el cabello negro y llevaba un traje negro que le hacía ver como un modelo. –Buenos días Heechul- Le dijo Zhoumi. 


-Buenos días.- le sonrió el tal Heechul.- rápidamente le hice una reverencia. –Buenos días. Le agradezco que me haya dado el trabajo, daré lo mejor de mí.


El chico solo puso cara rara. -¿A qué te refieres con trabajo?


-¿Es que no es usted mi nuevo jefe??


-Perdónale Heechul, es el nuevo segundo ayudante, solo te ha confundido.-le dijo Zhoumi.


-¿Queeee!!!???- Gritó el chico que por poco me deja sordo. – ¿Que me has confundido con él?? ¿Niño es que me ves cara de mono??- chillaba el chico. –¡¡¡Oh piedad por favor!!! 


-Heechul déjalo ya que lo vas a espantar.- Heechul solo río.


–Que yo lo voy a espantar dice.- y seguía riendo.- Cuando veas al cara de mono sí que te vas a espantar- me dijo y continuó riendo. –Bueno- dijo ya más serio. –Veamos a quien ha contratado- empezó a dar vueltas alrededor mío. –Pero cariño, que mal gusto tienes para la moda.- me dijo indignado.


–Ya se lo he dicho yo- dijo Zhoumi.


–Y no llevas traje- continuaba Heechul. –Muy mal. Aquí la moda es lo primero.- ya me estaba cansando de que todos en la puñetera empresa se metieran con mi ropa.


–Para mí lo primero es el trabajo y por ello he venido.- le dije un tanto cabreado. Él solo se puso a reír más.


–Tiene carácter el niño. 


-¿Y usted es??- le pregunté ya irritado.


–Oh, mil perdones. Soy Heechul, el director de arte.- miró el reloj de su muñequera.


-Y si te esperas un momento pronto conocerás al cara de mono.- justo en ese preciso instante Zhoumi recibió un mensaje en su ordenador y se alarmó. De repente él y todos los empleados que estaban en las otras salas se pusieron como locos a ordenar sus mesas de trabajo, algunas chicas incluso se volvían a poner el pintalabios y así en un segundo todo se volvió un caos mientras Heechul se ponía no paraba de reír- todos los días igual.-decía.


–Ya viene prepárate- me dijo Zhoumi y antes de que yo preguntara nada ya estaba dando una reverencia y seguidamente me cogió el americano que llevaba en la mano y se la dio a alguien que no conseguí ver pues estaba espaldas a mí. Me iba a girar cuando escuché


–Esta frio, ¿es que nadie sabe algo tan básico como esto?- mi cuerpo se paralizó. Ahora no me hacía falta girarme para saber quién era el que se encontraba detrás de mí pues hubiera podido identificar su voz entre mil personas. Dentro de mí apareció un hormigueo y mis piernas empezaron a temblar. Miré de reojo a la persona que estaba detrás de mí con algo de miedo pues sabía a quién me encontraría. Y en efecto, allí estaba. La persona que no me había dejado dormir tranquilo ahora se encontraba a tan solo centímetros de distancia. –Dios mío, ¿Por qué de todos los lugares debía de encontrármelo aquí?- me reprendí mentalmente. Solo me quedé de pie sin mover ningún músculo, deseando que la tierra me tragase y que él no reparase en mi presencia.


-¿Quién es este?- preguntó con un tono cabreado. Sabía que se refería a mí y mi corazón dio un vuelco y contuve la respiración.


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