Las lágrimas mojaban sus mejillas y brazos, para después caer en el colchón y desparecer. No sin antes dejar una pista húmeda.
Terminar, terminar, terminar. Esa palabra se repetía en su mente y no aspiraba a parar. Esa misma palabra que ahora mismo lo destruye por dentro, haciendo que su corazón se oprima. Se ovilla aun más, en busca de un calor que ya no existe y que posiblemente ya no vuelva a sentir. Kris había terminado.
Un sollozo audible se libera, haciendo que Lay cubra su boca con la sabana. Quiere gritar, destrozar y maldecir. Pero no puede, no cuando su padre está descansando. Es lo mejor. Le había dicho. ¿Que era mejor? En que jodido mundo vivía Kris. Acaso estar llorando a mitad de la noche por su ausencia era mejor. Lay no lo cree. Es todo lo contrario.
Soledad, vacio, tristeza, ira. Esas no son sensaciones placenteras. Todo en un cuerpo pequeño no es saludable.
Pero en pensaba Lay cuando bajo del auto sin defender sus sentimientos hacia el mayor. Bueno, tenía en la cabeza como una persona puede decir aquellas palabras con frialdad y a la ligera.
¿Y si Kris nunca lo amo? ¿Y si jamás tuvo sentimientos hacia él? ¿Y si solo fue un juego? Un pasatiempo para el mayor. Uno del cual ya se había cansado. Eres libre. Había dicho. Busca a alguien mejor que yo. ¿Alguien mejor? Es que Yifan no entendía, nadie era mejor que él. Nadie podría llenar el vacío que ha dejado. ¿Alguien mejor? ¿Quién? ¿Joonmyun?
No, Joonmyun no era alguien mejor, Joonmyun nunca ocuparía ni la mitad de su corazón. Joonmyun no es esa persona. La persona correcta le había dejado. Utilizando un pretexto tan simple. Y él no hizo nada, solo acepto. Otra lagrima, otro lamento. Otra vez Kris se va dejando su corazón en tristeza.
Sus uñas comienzan a rasguñar su piel, en un intento de disminuir el dolor que hay en su interior. Marcas rojas comienzan a aparecer y le lastima, arde. Más no deja de lastimarse. Su hoyuelo aparece pero no por la alegría, sino por la tristeza, la ira y el dolor. Hay que terminar. Es lo mejor para ti. No era verdad, Kris le había mentido, no se siente mejor. Esta destrozado.
Toma una almohada y grita sobre esta, amortiguando el sonido. Grita hasta que su garganta duele, hasta que siente de nuevo el dolor en su corazón. Mira su celular. Quiere marcar un número en específico, extiende el brazo, pero a medio camino se arrepiente. ¿Qué dirá?
Lay se maldice, si tan solo no hubiera bajado el auto, si tan solo hubiera dicho los sentimientos hacia su maestro. Si no hubiera sentido curiosidad, por besarlo los labios de otra persona. Una que estaba en guerra con Kris. Una que solo desea satisfacer sus necesidades, una persona que oculta tanto rencor.
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Joonmyun solo vive para destrozar y desparecer las relaciones, con el único propósito de ver la tristeza, la auto-destrucción le provoca placer y más si viene de otra persona. No es que tenga problemas en casa. Para nada, es solo que… digamos que es su mayor entretenimiento.
Ver sufrir a las personas que lo rodean. Su objetivo inicial iba a ser Kyungsoo, pero sus planes cambiaron al ver a Yixing. Su interior gritaba con querer destrozarlo. Más no contaba con que tenía una relación con un maestro. Le vio el lado positivo. Puede destruir a dos. Además el maestro Wu no le agradaba.
Las apariencias engañan. Joonmyun era un claro ejemplo…
Repite la escena en su cabeza de nuevo, como Yixing había cerrado los ojos esperando el contacto con sus labios, como su maestro apareció y los vio, también repite la escena del como Kris se acercaba para después detenerse, dar media vuelta y regresar por donde había llegado.
No hizo nada por detenerlo, solo mirar y ser un testigo de cómo Lay era robado por su enemigo declarado.
Estaba feliz consigo mismo, fue más fácil de lo que predijo. No fue necesaria su segunda opción. Delatarlos. De seguro su relación ya estaba muerta y solo buscaban la compañía mutua. Pero se equivocaba.
Mientras tanto esperaría hasta el lunes para ver la relación que había entre maestro y alumno.
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Entre la obscuridad buscaba un refugio, algo que le digiera que todo fue un horrible sueño. Que todo estaba bien y que aún era feliz con la personan que amaba.
Que mentira, que falsedad. Ilusiones que destrozan y que le hacen regresar a la realidad. A su realidad. Marcas rojas en su brazo, con pequeñas gotas asomándose iniciando el proceso de cicatrización.
Ojala su corazón fuera así. Cada vez que se lastima, comenzara a sangrar y en lo superficial se comenzara a formar una costra que lo protegería de las bacterias, para que los tejidos comiencen a juntarse y sanar la herida.
Sonríe sin ánimo, pasa su dedo por la herida y quita la costra que durante la noche se formo. De nuevo la sangre comienza a salir. De nuevo pasa su dedo eliminándola y manchando su piel. Ya no duele tanto, ahora solo es un leve ardor. Se acurruca, no piensa salir de su habitación. Quiere soledad para poder pensar en cómo recuperarlo.
¿Qué hará? Sin duda alguno será un trabajo difícil. Kris es de esas personas que, cuando se le mete algo a la cabeza ni quien se lo quite.
La pesadez en cuerpo no quiere dar tregua y Yixing se deja vencer. Cierra los ojos y espera que esta vez no tenga horribles sueños. Quiere un sueño donde este sonriendo y besando. Amando a su maestro y diciendo interminables te amo. Así Kris nunca le llegarían historias locas a su cabeza.
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La habitación estaba completamente a oscura, ni la luz de la luna podía iluminar la pieza. Kris estaba oculto en sus sabanas, intentando dormir. Algo que no lograba. Su cabeza se empeñaba en rememorar lo sucedió hace algunas horas.
La imagen de Lay completamente shokeado por la notica –por la dolorosa decisión – Molesto. Así se sentía en esos momentos. Fue la peor decisión que pudo haber tomado, ahora se da cuenta.
Hay algo en su interior que le duele, duele demasiado. Las ganas de gritar se quedan atoradas en su garganta. Sus ojos se reúsan a llorar. Es un adulto ¡por dios! No debería de estar con el corazón roto, no debería sentir esa tristeza. Ese vacío, que cierto adolecente ha dejado.
No pudo hablar y decir que se arrepentía. Que olvidara lo que había dicho. Yixing ya había cerrado la puerta del auto. Aun cuando el adolecente se quedo parado, esperando un cambio de opinión, Kris no pudo formular una palabra. Miro al frente. Lay corría, alejándose, despareciendo. Dejando al maestro destrozado.
Sin embargo, ahí estaba. Patéticamente deseando poder haber dicho algo. Desenado tener de nuevo a su alumno a su lado, deseando muchas cosas que ya no tendrá.
Se dejo vencer. Lo hizo, ha dejado el camino libre a su oponente. ¡Pero en que estaba pensando!
Frustrado, el maestro aleja las sabanas, hace su camino a la cocina saca una botella de whisky. Ahora que lo piensa, debe de estar verdaderamente enamorado del menor, sino no estaría sintiéndose realmente triste y con un corazón roto, emborracharse. En definitiva Kris es un adulto.
Un adulto que quiere desaparecer su tristeza tomando alcohol, sabiendo que cuando despierte todo los recuerdos que quiere olvidar regresaran. No puede huir. No puede esconderse, tarde o temprano lo verá. Más temprano que tarde. Aun sigue siendo su maestro, aun sigue impartiéndole clases al menor.
Tiene dos días para preparase mentalmente y ha comenzado mal. Beber no es una solución, pero Kris la ha convertido en una. La primera lágrima cae, mojando su mejilla hay más uniéndose a la primera.
—Fantástico—sonríe irónico, limpia las lágrimas con furia. Otro trago de whisky—lo siento—dice a la nada. Un sollozo audible y desgarrador se hace presente—Yixing, perdóname—el titán se derrumba, cubre su rostro con sus manos. No deja de pedir disculpas, aun sabiendo que el adolecente no pude escucharlo.
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Otra botella, pero ahora en la sala con una playera del adolecente. Una que de seguro olvido. El maestro ve a la nada, de vez en cuando olfatea la playera, no quiere que el olor desaparezca de su sistema. No quiere olvidar el olor de su Yixing.
Parece que su mente está en blanco, pero no es así. Su mente se ha comenzado a recordar los momentos con el adolecente.
Cuando lo vio por primera vez, las primeras palabras. Cuando regreso y vio al menor cambiado. Su primer beso, la vez que Lay se entrego a él. Las noches compartidas, su risa, el hoyuelo que lo caracterizaba, sus ojos risueños. Su piel, su boca, las hermosas palabras que decía cuando llegaba al clímax, como se aferraba a él.
Y de nuevo sus ojos comienzan aguadarse, se deja caer en material blando. ¿Qué ha hecho?
En esta ocasión, ya no habría un regreso. Era un final definitivo. Muerde su dedo índice con la esperanza de desaparecer el sollozo, algo que no logra, sus ojos lo engañan de nuevo, las lágrimas caen el sillón, riéndose de su sufrimiento.
Lo que no pudo hacer en la habitación lo hace ahora, grita, lanza la botella de whisky. Se destroza en la pared, de nuevo grita, comienza a destruir la sala. Vuelca la mesita del centro, deja caer el jarrón de flores, las fotos se destruyen, inicia una lucha con las cortinas, estas caen. El maestro se derrumba de nuevo. Oculta su rostro con sus manos.
—Lo siento.
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— ¿Come te gustaría pintar el nuevo departamento?
Lay ve a su padre. Lo había olvidado, pronto se mudaran al mismo edificio que Kris, al mismo piso. Llora internamente, en qué momento se le ocurrió a Kris terminar. Lay había aceptado, porque el departamento -aparte de ser bonito - Estaba en el mismo edifico del mayor. Acepto porque podía estar cerca del maestro. Cuando su padre no estuviera hubiera podido ir a visitarlo.
Pero las cosas son diferentes. Ahora ya no quería mudarse al mismo edificio. Se vio tentado a decirle a su padre, más no lo hizo y menos cuando le enseño el papel en donde oficialmente ellos eran los dueños.
— ¿Morado?—se da un golpe mental. A Kris le gustaba el morado. ¡Ah! Lo extraña—No, no. Mejor otro color. El que tú quieras—se apresura a decir.
Después de la elección de colores, el comedor se quedo en silencio.
Su padre nota que está deprimido, le da la oportunidad de salir para distraerse un poco. Acepta, porque eso es lo que más desea. Distraerse, solo quiere unos minutos para olvidar el dolor de su corazón.
Toma una sudadera y las llaves de su casa. Sale al exterior, donde hay un día soleado. Suspira y comienza a caminar. Dejara que sus pies lo guíen a donde sea, con tal de olvidar las cosas.
Camina por parques, tiendas, callejones. Hay muchas caras felices y Lay quiere vomitar. Nadie puede ser tan feliz, en algún momento esas sonrisas desparecerán. Sufrirán y lloraran, deseando que lo que sea que los haya vuelto miserables desaparezca de sus recuerdos.
Choca con un hombre y pide disculpas. Continúa su camino. Con forme pasa el tiempo, nubes grises comienzan aparecer. La primera lluvia se acerca y el adolecente no tiene nada con que abrigarse. Mira el cielo nublado y sonríe con nostalgia.
De nuevo choca con alguien.
— ¡Hey!
— ¡Hey!—responde bajo, Joonmyun tiene una horrible sonrisa pintada en el rostro. Al que menos quería ver en esos momentos.
— ¿Dando un paseo? ¿Quieres que te acompañe?
—La verdad me gustaría estar solo. No te ofendas, pero necesito pensar y tú no eres una buena compañía en estos momentos.
— ¿Pero qué dices? Soy la mejor compañía, te puedo dar muchos consejos—Joonmyun toma el brazo de Lay y lo incita a caminar.
—De verdad—se suelta del agarre—no quiero tu compañía—dice tosco.
—Lay, piénsalo. Hay un buen lugar aquí cerca.
— ¡NO QUIERO!—explota Yixing, ganándose algunas miradas curiosas—perdón, pero lo que necesito en estos momentos es estar solo.
Joonmyun asiente, está impresionado. Lay no alzaba la voz, más bien nunca estaba enojado. Y ahora le había gritado. Lo ve alejarse rápidamente, regresa en sí.
Tiene la oportunidad perfecta para acercase, ahora solo hay un problema. Lay esta a la defensiva.
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Chanyeol se entera de la ruptura el domingo por la mañana, Baekhyun sonaba triste y preocupado. Lay había llorado en su casa el sábado por la tarde.
Con preocupación marca el número de Kris, pero nunca contesto. Así que se dirige al apartamento de su amigo.
Cuando llega, toma aire y toca la puerta. Kris no tarda en abrir. Chanyeol se queda impresionado. Kris parece normal. Sin rastro de tristeza o de alguna pelea interna. No tiene ojeras ni una nariz roja. Kris es Kris.
— ¿Por qué?—no hay respuesta— ¿Yifan?
Kris suspira, puede que sea un adulto, pero aun le duele hablar del tema. El sábado se la paso bebiendo y llorando, hasta que por la tarde se regaño a sí mismo. No ganaba nada con beber. Tomo un baño largo, despareció el olor del alcohol en su cuerpo, afeito la poca barba que creció. Y por la mañana levanto todo los destrozos que provoco.
Ahora tiene que lidiar con el interrogatorio de Chanyeol y siendo sinceros. No estaba de humor. Verá a Yixing de nuevo, el lunes se acerca con rapidez. Y domingo está pasando con precipitación.
—Entiendo que son tus cosas, pero ¿Qué pasa contigo? No es posible que de la noche a la mañana hayas tomado esa decisión.
—Quiero que disfrute, que tenga más novios.
— ¿Qué?
—Quiero que le dé una oportunidad a Joonmyun. El chico es de su edad, pueden salir sin miedo a que los miren mal. Pueden hacer muchas cosas—Chanyeol cree que es la excusa más tonta que ha oído.
—Pero Lay no quiere a Joonmyun. Te quiere a ti—dice exasperado Chanyeol—ayer, se la paso llorando en casa de Baek. Estamos preocupados por ustedes. Kris, no te digo que regresen de nuevo. Solo habla con él. Necesita saber una explicación, necesitas saber como esta.
—De acuerdo hablare con él mañana.
¿Qué le dirá? El maestro no lo sabe.
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Odiado y para nada deseado lunes. Será un lunes muy cansado. Inicia la mudanza al nuevo departamento, irá a la escuela, vera a Kris. Ni siquiera sabe de dónde saco las fuerzas para levantarse. No será un buen día, ya lo presiente.
El camino es lento, va pensando en cómo ignorar al maestro, pero su corazón lo engañara y lo sabe. Querrá acercarse, abrazarlo y pedir que no lo deje. No es lo suficientemente fuerte.
El edificio está cerca y sus pasos se vuelven pesados, puede reconocer algunos de sus compañeros de clases. Entre ellos Jongin que… le ha robado un beso a Kyungsoo. Eso le hace detenerse, ve como el jefe de grupo cubre su boca con sus manos, sus ojos abiertos como platos. Jongin le dice algo y se hacha a correr al interior del edificio, no toma mucho tiempo para que Kyungsoo vaya tras Jongin. Por lo menos alguien iniciara de buena forma su semana.
Continua su camino, saluda algunas personas. Sonríe o por lo menos lo intenta. El momento que más odiara. Pasar por la sala de maestros, ruega porque Kris no haya llegado aun y no tenga que verlo.
Normal, normal, todo va bien. Perfecto, si no hubiera sido por Baekhyun. Se le ocurre pararlo frente a la sala de maestros. Gracias. El chico comienza hablar sobre cosas que sinceramente no le importan.
Los vellos de cuello se rizan, tiene la sensación de ser observado. Y está siendo observado. Con sigilo voltea su cabeza y ahí casi frente a él, esta Kris quien no disimula su mirada. Chanyeol está a su lado. Así comienza su día. Deséenle suerte.
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Con éxito ha logrado esquivar al maestro pero no a Joonmyun. El chico simplemente no se da por vencido, incluso intento ser grosero, pero nada.
Ahora no está de humor para mirar su perfecto rostro, ni para escuchar sus refinadas palabras. Algo en su interior le dice que por culpa de Joonmyun, Kris tomo aquella decisión. Pero Yixing no quiere a Joonmyun a su lado, no ahora que su cabeza piensa en cómo recuperar al mayor.
Baekhyun le da un leve golpe en sus costillas y señala una dirección. No debí ver. Se dice. En la entrada de la cafetería esta Kris, pero con una compañía. Una mujer, más o menos de la misma altura que Kris, bella y tiene tomado del brazo al maestro. Ambos se sonríen.
—No mal interpretes las cosas ¿vale?—Lay asiente a su amigo. De nuevo, los vellos de su cuello se erizan, no levanta la mirada, sabe de quién se trata.
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Lay no sabe donde esconderse, sus pies bailan nerviosos bajo su pupitre. Es la hora de Kris y son dos horas. Dos largas y horrendas horas en donde vera su rostro y oirá su voz. Baekhyun le da ánimos. Él puede lograrlo, es fuerte.
Toda su valentía se esfuma cuando su maestro entra al salón. Tan perfecto. Esta muerto. Se pierde en la complexión de su antes novio, la voz gruesa y fría que hiela a todos sus compañeros. De nuevo se pierde en el mundo de Kris, ahora un mundo alejado.
Se fuerza en poner atención. Deja de lado sus sentimientos, lo consigue. Kris sonríe. De nuevo se desmorona. Aquella bella mujer entra al salón pidiendo disculpas por la interrupción y se va con un plumón en mano.
Hay contacto visual, fríos y monótonos ojos. Ya no es el Kris del que se enamoro, hay algo diferente.
Con una sanción asfixiante en su pecho ignora a su maestro.
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— ¡KRIS!
Le tomo demasiado tiempo armarse de valor para hablar con el maestro.
— ¡NO ME IGNORES!
—No lo hago, solo que necesito entregar estos documentos—contesta con calma el mayor.
—No me tardare, solo necesito decirte algo. Es muy importante.
El suspiro del mayor retumba en el pasillo vacio. Se gira quedando frente a frente, pero en una distancia larga. Kris puede sentir que hay algo que lo separa del menor ¿Acaso ya lo ha perdido?
—Te necesito—lagrimas traicioneras mojan las mejillas de Lay, la tristeza lo invade levanta la vista. Kris con ojos lagrimosos. Sus piernas lo traicionan y cae al piso—Te necesito— repite, su cuerpo agoniza.
Kris se mantiene en su lugar, si da un paso todo su auto-control se irá al desagüe. Su corazón le regaña, tiene que proteger a Lay, quiere abrazarlo y decirle que lo tiene, que estará junto a él. Besar todo su rostro, desparecer todas sus lágrimas.
—Lo siento—es lo único que dice retomando su camino, pero esta vez sus pasos son rápidos.
— ¡KRIS!—sus piernas tiemblan, pero no se detiene.
Ojos que no ven, corazón que no siente…