Amar es no dormir cuando en mi lecho sueñas entre mis brazos que te ciñen.
Xavier Villaurrutia
Lay despierta jadeando y sudando, con una opresión en el pecho. La habitación es obscura, silenciosa y fría. Sin embargo no puede pasar desapercibido ese malestar en el lugar donde se encuentra su corazón. Sus manos van a su cara, tactea lento por si hay alguna irregularidad, pero no la hay.
De nuevo cierra los ojos con la esperanza de que por la mañana todo este mejor.
— ¿Estas bien?—unos brazos rodean su cintura haciendo a su piel erizarse— ¿Pequeño?
—Sí, creo que tuve un mal sueño. Perdón si te desperté.
—No te preocupes, ahora ven. Te protegeré, seré tu refugio.
— ¿Kris?
—Dime cariño.
—Te amo— un beso es depositado en la frente del menor.
—También te amo. Ahora a descansar.
En vez de sentirse protegido en los brazos de su amante, la desesperación lo invade. Algo no está bien, se aferra a la cintura de Kris, inhala su aroma a hombre. Sin embargo las hormonas adolecentes hacen las suyas. Comienza a besar el pecho descubierto, Kris sonríe, ya se le hacía raro que Lay lo obedeciera. Aleja al adolecente, de nuevo sonríe.
—Eres incorregible ¿lo sabías?
—Es tu culpa por no negarme las cosas.
—Algún día lo hare—el mayor acaricia el brazo, para ir descendiendo.
—Y cuando lo hagas sabré que ya no me amas.
Las palabras se quedan atoradas en la boca del mayor, siendo difuminadas por la lengua de Yixing, desapareciendo cuando Kris posiciona al adolescente en su regazo, acaricia las piernas, se sienta con la intención de bañar en besos el cuello de su alumno. Lay enreda los brazos en el cuello de Kris. Manos ascienden hasta llegar a la cintura, arruga la tela y sin aviso comienza a levantar la camisa.
Las acciones son descuidadas y con prisa, como si fuera la última vez que estarán juntos. Lay no espera a que Kris lo prepara, prefiere hacerlo él mismo, deleita a su maestro con tan pecaminosa escena, auto-penetrándose, sus caderas inician un vaivén que le hace apoyarse en el pecho del mayor, Yifan acaricia los brazos y la cara de su pupilo, besando todo lo que este a su paso, lamiendo las gotas de sudor, comiéndose el labio inferior, probando todo de Yixing, deleitándose con su sabor.
Es el propio Lay quien se encarga de retirar el boxer a Kris, el mismo que se encarga de alinear la altanera virilidad en su entrada y es el mismo que hace a su maestro hundirse en su interior, apretando el sexo de Kris, tan exquisitamente que en cualquier momento perderá la noción del tiempo. Eso es lo que necesitan, que el tiempo se detenga, para poder disfrutar de todas las sensaciones que ambos se brindan, poder llegar a decir miles de te amo, de poder sonreí cuando Kris obliga a Lay moverse, cuando este quiere más, sin saber que tiene el control de la velocidad, que puede perderse en la lujuria. Gritar al sentir su punto sensible ser tocado.
Kris se recuesta completamente disfrutando de la mejor vista, excitándose aun más, su cadera se levanta, haciendo que se encuentre con las de su novio, un grito de placer es arrancado de la garganta de Lay, se apoya en el pecho de Kris, para por unos segundos, se acerca a los labios de su novio y besa, en busca de energía.
Durante el beso comienza de nuevo a moverse, delante y atrás. El maestro toma el pene de Lay, comenzando a masturbar, otorgándole el doble de placer, de nuevo su punto sensible en tocado provocando que cierre los ojos.
--Kris… Kris…Kris…
Las palabras siguen saliendo, sin coherencia alguna, las caricias se intensifican, los besos y las embestidas son apresurados. Esa sensación aun permanece, algo falta, un abismo profundo y obscuro. No ve luz alguna, aunque su luz este diciéndole lo mucho que lo ama, no ilumina, ni desaparece esa sensación de carencia. Algo le falta, pero no sabe el que, si tiene todo, un novio perfecto, amigos y familia. Todo.
Entre tanta emoción, se libera, cayendo rendido en el pecho de Kris. Este lo acuna, canturrea una canción de cuna, mientras le acaricia la espalda sudada, hasta que el sueño se apodera de ambos.
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La cama está vacía, como todas las veces, cuando se queda en casa del maestro. Toma la almohada de Yifan y lo acerca a su nariz, absorbe toda la fragancia del mayor, deseando que se impregne en su cuerpo adolescente.
En algunas ocasiones Yixing desea no serlo, ser un chico que apenas está conociendo de la vida, aprendiendo de sus errores, enamorándose de personas erróneas. A veces -la mayor parte del tiempo- desea ser mayor, para que la edad no sea tan grande, para que al menos las personas no mal vean su relación con Yifan. Con el simple hecho de ser un hombre enamorado de otro hombre ya está mal visto, con la edad se puede confundir. Lay solo quiere demostrar lo mucho que ama a Kris, a pesar de ser un adolescente.
Entonces, llega a su mente un mundo invertido. Donde ser homosexual no sea mal visto, donde sea tan normal verlos tomados de la mano, alimentándose, expresar sus sentimientos en público. Un poco de eso no estaría mal, poder decirle a Kris sus sentimientos, tomar su rostro y besarlo en público, demostrar que ese hombre se ganó su corazón. Ese hombre que ni siquiera lo intento, solo fue él mismo. Un maestro estricto y frio con su trato a los demás.
Yifan entra a la habitación, sonríe al ver a su novio abrazando su almohada, se acerca sigiloso, acercándose y posicionados sobre Lay. El chico, oculta su sonrisa en la almohada, besos son repartidos en su cuello, en su mejilla expuesta. Cuando ya no puede más, gira encontrándose cara a cara con el mayor. Con ojos dormilones, si alguien más los vieran dirían que esta drogado, pero no lo está. Kris conoce el método perfecto para desaparecer el sueño. Los dedos bajan y llegan a los constados, una caria sutil, que hace presión, logrando con ellos, Lay retorciéndose y riendo. Cosquillas mañaneras.
Yixing no aguanta mucho tiempo, le ruega que se detenga, necesita respirar y tranquilizarse, pero Kris continua, hasta que cae rendido por el cansancio. Lay siendo aplastado por su maestro, cuando las fuerzas regresan a Kris, regresa a su antigua postura, observando la belleza de su alumno, regalándole un beso en la frente por ser tan perfecto, por haber iluminado sus días grises. Por ser la luz de sus ojos. Por enamorarlo sin haberlo intentado, siendo él mismo. Siendo Zhang Yixing, su alumno.
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La mañana y tarde paso normal. Entre ellos viendo películas, regalándose mimos, riendo, besándose. Al adolescente le sorprendió que su maestro haya pintado su departamento, el verde olivo había desaparecido, siendo sustituido por un gris depresivo. De nuevo la sensación de carencia regreso a él, al ver eso color apagado. Antes el departamento era alegre, pero ahora está sin vida. Triste, como si supiera que algo falta.
Son los brazos de su maestro que le hacen olvidarse de la tristeza, llega al balcón. El cielo pintándose de azul marino, obscureciéndose por la falta de luz, las estrellas comienzan a adornar el cielo nocturno. Lay nunca había visto a las estrellas brillar tan intensamente, a la luna tan grande y brillante. Tan cerca de él, que cree poder tocarla. Tan irreal, utópico, pero perfecto a la vez. Kris lo mece entre sus brazos, canturreando alguna canción lenta y triste. Deprimente. Un beso es depositado su mejilla, izquierda, para que después ya no sienta los brazos de su novio. Se gira con la esperanza de encontrar a Yifan observándolo como lo hace en algunas ocasiones. Pero esta solo en el balcón.
Solitario, las cortinas blancas se balancean conforme el viento las mueve. El adolescente piensa que tal vez, solo tal vez su maestro le está jugando una broma. Con seguridad inexistente comienza a caminar hacia el interior del departamento. Arrepintiéndose de haberlo hecho.
Vacio, no hay muebles, tampoco hay fotos. La pared antes gris ahora es de color negro. Intenta encender la luz, pero los focos no están, la única iluminación es la luna, sin saberlo Lay comienza a temblar.
—Kris—llama, con la esperanza de que aparezca e ilumine la habitación. Sin embargo, nadie se acerca su llamado. Los pasos se vuelven lentos, su respiración se vuelve irregular, llega a la habitación, que al igual que las otras habitaciones tienen el mismo fin. Vacía, la cama desapareció, el armario ya no tenía ropa, el baño en las esquinas tenia sarro y en otras partes moho.
La desesperación llega a Yixing, las ganas de llorar lo envuelven, se siente perdido, en un laberinto sin salida. Atrapado en la oscuridad. Sin su luz.
Con miedo regresa de nuevo a la habitación, girando para encontrar por lo menos un objeto y lo encuentra. En el piso, un pedazo de papel, que es una foto de Kris y él. Lay no se atreve a tocarlo, de la nada la foto comienza a romperse, separándolos. Las caras sonrientes son remplazadas por tristes y el en caso de Yixing, con lágrimas cayendo.
Sus piernas no soportan su peso, el chico se desploma sollozando, rogando porque alguien llegue y lo salve. Alguien que le diga que todo estará bien. Nadie aparece.
Sus brazos comienzan a doler, rasguños se plasman en su piel, la piel blanca se comienza a volver roja y en pocos segundos de esta brota sangre. Lay grita, sus mismas manos les provocan dolor, la foto que está en el piso comienza a quemarse. La luz de la luna se apaga lentamente, la oscuridad toma territorio. Todo se vuelve oscuro.
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Lay despierta en una habitación conocida, demasiado para su gusto. Se queda mirando el techo blanco, tanto que no se percata de la presencia a su lado. Se siente agitado, su cuerpo esta sudoroso, la palma de su mano aterriza en su frente notando que tiene temperatura.
Agua cayendo le hace voltear la cabeza. Arrodillado y exprimiendo un trapo se encuentra la persona más dolor le ha causado en sus años de adolescente.
—Kris—susurra, casi imposible de escuchar.
—Tienes fiebre, solo te estoy tratando de bajar la temperatura—contesta Kris—también, creo que tuviste una pesadilla.
— ¿Pesadilla?—Lay intenta sentarse, pero con una mano Kris se lo impide.
—Baekhyun y Chanyeol vendrán pronto con el medicamento, Baekhyun te cuidara mientras estas aquí.
— ¿Por qué Baekhyun? Tu puedes hacerlo, esta es tu casa, tu habitación. ¿Por qué él? Es que mi presencia es desagradable.
—No planeo contestarte y tampoco pienso iniciar una discusión. Puedes por favor hacerme caso, necesitas descansar. No te irás hasta que te mejores y para que eso suceda debes reposar.
La habitación se vuelve silenciosa. Kris sigue con su trabajo, coloca el paño en la frente de Lay, lo pasa por su rostro para eliminar los restos de sudor, vuelve a humedecerlo para que esta vez acabe en la frente del menor. Esa acción se repite, hasta que la puerta de la habitación es abierta. Chanyeol entra con una bolsa blanca, se acerca a la mesita de noche, coloca su mano en el hombro de Kris, este se levanta para irse de la habitación.
Yixing cierra los ojos, no quiere llorar pero es inútil. Lagrimas gruesas salen de sus ojos, pasa el dorso de su mano con la intención de desaparecerlas, sin embargo siguen saliendo. Chanyeol piensa que es deprimente, ver al chico sufrir, ser testigo de cómo su amigo intenta ser fuerte. Ambos sufren. Toma una pastilla, pero no había agua así que va a la cocina para llenar un vaso. Como deseo no haberlo hecho, su amigo en el sofá, viendo a la nada y con claras marcas de tristeza y desespero.
—Esto es tan deprimente—Baekhyun entra a la cocina—míralos, Yeol te juro que se me hace tan raro ver a mi maestro tan triste, ya ni hablar de Lay.
—Lo sé, a mí también. No estoy acostumbrado a esto.
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Para desgracia y alegría, al día siguiente las clases se suspendieron. Baekhyun cuidaba a Lay todos los días, su amigo ya había mejorado, pero por una extraña razón la fiebre no se iba. Por las mañanas bajaba, pero por las noches volvía a subir. Para el señor Zhang, su hijo estaba en casa de Jongin, que para suerte acepto ser un tapadero. Y como no, si el chico moreno estaba en las nubes, después de tanto Kyungsoo había aceptado salir con él.
Todo tiene un límite y Baekhyun estaba por llegar a ese límite, quería a su amigo y claro le preocupaba, pero no podía seguir cuidándolo. Él también tenía cosas que hacer, trabajos que entregar. Ese día llego cuando Lay pidió hablar con Kris, el maestro obviamente se negó. Baekhyun hizo ¡BOOM!
—Se hombre y habla con él, no te comerá solo quiere arreglar las cosas. Quiere entender cosas que ni yo entiendo. ¿Es tan difícil?
—Sí, es muy difícil—esas fueron las palabras que acabaron con la paciencia del Baekhyun.
—Bien, me marcho.
— ¡Que!
—Lo he dicho, compórtate como un adulto y arregla las cosas. Así como terminaste con la relación, aclara las dudas del hombre al que amaste ¡No seas cobarde!
No necesito decir que paso después. Tardo dos horas para que Kris pudiera entrar a su propia habitación, media hora en silencio, cinco minutos observando al chico que se robo su corazón. Al chico que ama.
—¿Puedes ir por Bubble tea?—sin entender Yifan acepto, tomo las llave de su auto para hacer su camino a la tienda más cercana. Tienda que estaba a casi una hora. Cuando llego le pidió a la trabajadora uno pequeño, ya que Lay todavía no se recuperaba del todo. ¿De qué sabor? Al escuchar esa pregunta, algo hizo click en su cabeza. A Lay no le gustaba el Bubble tea y de la nada sonrió. Después de todo aun lo amaba, era obvio que no le negaría nada.
En todo el camino de regreso la sonrisa no desapareció, de lo contrario se ensancho. Al llegar de nuevo a su departamento dejo la bolsa en la encimera de la cocina, guardo el trozo de pastel –que tanto le gustaba a Lay- en el refrigerador, de nuevo hizo su camino a la habitación, pero con cada paso su seguridad se esfumaba. Suspiro y abrió la puerta sintiéndose pequeño ante la mirada del adolescente.
—Quiero que vengas aquí y me beses—dijo Lay demandante—tu decisión fue estúpida. Ven y bésame.
—No—contesto Kris con un poco de tartamudeo.
—Hazlo, tú aun me amas. Ven y bésame. Kris… te necesito en mi vida.
—No me necesitas.
—Si lo hago, por favor regresa a mí.
—No lo hare—la habitación de nuevo enmudeció. Una batalla de miradas inicio, Yixing deja la cama para acercarse a su maestro.
— ¿Puedes besarse de una jodida vez?
—Yixing cuida tu vocabulario.
— ¡Entonces hazlo! No te estoy pidiendo que me bajes la luna ni las estrellas. Solo quiero un beso. ¿Acaso pido demasiado?
—Sí, me pides demasiado. Soy débil junto a ti y lo sabes.
—Lo sé, al igual que se que aun me amas, así como yo lo hago—Yixing se para de puntitas toma el rostro de su maestro, haciendo que se incline un poco—lo volveré a decir ¿Puedes besarme?, si me respondes No, desapareceré de tu vida hoy mismo. Así que espero que lo pienses. Quiero que regreses a mí, que me ames, que seas mi refugio. Te amo, es tan difícil entenderlo. Ahora, no te hagas del rogar y bésame.