El tricolor abandona la pirámide del viento a la vez que se aleja lentamente de ella hasta que escucha un fuerte ruido proveniente de aquel poliedro, el cual provoca que el ojirojo se detenga, se gire y mire aquel monumento. El cual estaba a comenzando hacer succionado por un enorme e impenetrable tornado, el cual en cuestión de menos de diez segundos ya se había tragado por entero a la pirámide.
Después que el huracán absorbiera al poliedro, comenzaba acercase lentamente hacia el elfo con todas intensiones de comérselo.
Mientras tanto Yami se había quedado totalmente paralizado de tal manera que no se había percatado que aquel ciclón, estaba a unos pocos centímetros de donde él se encontraba hasta que en ese instante la imagen de su amado Yugi cruzara velozmente por su mente. La cual provoca que el tricolor recuerde que él tiene que ir a rescatarlo, por lo que no posee tiempo para estar parado sin hacer nada.
Luego que el ojirojo recodara a su pareja, consigue salir de su estado de parálisis y se da cuenta que esta solo a un par de minutos de ser devorado por el tornado. Por lo que no lo piensa dos veces y empieza a correr a toda velocidad por el camino de tierra, sin detenerse hasta que consigue llegar al lugar donde había dejado a su caballo.
El elfo se sube en su corcel, al mismo tiempo que comienza a cabalgar rápidamente hacia los parados, en donde busca un lugar para poder descansar hasta que logra encontrar un pequeño rio. En donde Yami se baja de su caballo, lo toma de las riendas y lo deja en la orilla del rio para que el animal tome agua.
Por otro lado el tricolor, se sienta en el pasto, saca la bolsa con sus alimentos, una de sus botellas con agua y con aquellos comestibles en sus manos, el ojirojo comienza a alimentarse.
Después de que el elfo terminara de comer, guarda cosas a la vez que se levanta del suelo para ir a lado de su corcel, se monta en él y empieza a cabalgar hacia los sectores que no ha recorrido con tal de encontrar el desierto.
…Tres días después…
Han transcurrido tres largos días desde que Yami comenzó a buscar el desierto pero por más que buscaba nada encontraba por lo que se canso de buscar por su cuenta y decidió ir a preguntarle a Atem sobre la ubicación exacta de este lugar.
Luego de que el tricolor tomara aquella decisión comenzó a galopar hacia la ciudad central, antes de ingresar a ella, deja a su caballo amarado a un árbol que se encuentra justo en la entrada del pueblo para después dirigirse hacia el templo. Al llegar a este el ojirojo ingresa en él y comienza a buscar al egipcio hasta encontrarlo al mismo tiempo que comienza a caminar hacia él.
- Hola Yami- dice el espíritu al ver al mencionado acercársele.
- Hola Atem – menciona el elfo en forma cortes.
- ¿A qué debo tu visita?- pregunta el tez oscura con seriedad.
- Pues veras necesito información – responde Yami al mismo tiempo que se cruza de brazos.
- ¿Qué necesitas saber?- cuestiona Atem con curiosidad.
- Pues, necesito que me digas donde está el desierto- contesta el tricolor seriamente.
- Aquel lugar se encuentra al este del rancho de Mana pero esta vez no ingreses en el sino sigue tu camino hasta que llegues a un camino rocoso y luego que lo curses, llegaras al desierto
- Ya veo- dice el ojirojo para después suspirar aliviado por ya conocer la ubicación de ese sitio.
- ¿Algo más que necesites saber?- interroga el espíritu con un toque de interés.
- No, gracias por darme la dirección – responde el elfo haciendo una reverencia y se retira del lugar.
Después que Yami sale del templo, va en dirección hacia a donde había dejado a su corcel, al llegar a su lado, se sube en él y comienza a cabalgar hacia la dirección que le había dado Atem.
Luego de que el tricolor llevara varias horas galopando por fin había llegado aquel camino rocoso, pero antes de ingresar a en el, se baja de su caballo, lo amarra a un arbusto cercano y empieza a cruzar aquel trayecto. El cual pudo cruzar sin ningún inconveniente debido que durante todo el recorrido no se encontró con ni un enemigo y con ni una trampa que lo detuviera en su andar por ese sitio.
Después que el ojirojo acabara con aquel camino rocoso, se había dado cuenta que por fin conseguido llegar a tan anhelado desierto, dado que este se encontraba, justo en frente de sus ojos.
El elfo ingresa en el con mucha tranquilidad hasta que a la mitad del camino se encuentra con arenas movedizas que no lo dejan continuar por que le tiene que buscar otro trayecto que no las tenga hasta que luego de caminar varios kilómetros por fin encuentra uno. El cual cruza con calma hasta que logra visualizar una pirámide dorada…
CONTINUARA
Avance próximo capitulo
- ¿Eres el sabio de la luz?
- Sí, mi nombre es…