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My favorite animal por Gema Talerico

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Notas del capitulo:

Wooo, ha pasado más de un año desde la ultima actualización. Reconozco que estaba casi olvidado, para los que aun tengan dudas yo adaptare este fic respecto a las parejas, debido a que se me haría difícil emparejar los personajes si utilizara sus edades y conexiones sanguíneas como en el canon. También debo decir que este será un fic corto, de verdad un máximo de 15 capítulos (Ya que, según se, el manga aun no está terminado y la mayoría está algo relleno de muchas otras parejas). He vuelto a releer Sex pistol y Vaya, tengo trabajo por delante.

P.D. Esto no está Beteado, ni siquiera ha pasado por mi primera Beta. Asi que si encuentran algún error ténganle paciencia a esta alma desdichada. Tan pronto mi beta me lo pase corregido lo subiré editado.

 

Capítulo 3: Gáname si puedes

Harry estaba cansado, entró a la clase de biología de mal humor y  demasiado tarde, la profesora de expresión osca y mal carácter que resaltaba su forma despectiva de hablar, tuvo las suficientes escusas para sermonearlo. Mientras la clase entera observaba como Harry soportaba  la pataleta parlanchina, Hermione le hacía muecas agitadas  muy parecidas a las que hacia la profesora desde su mesón de trabajo, justo al final del salón de clase.

—¿Qué está esperando?—la mujer arrugo su nariz amplia con desagrado, la cara arrugada a centímetros de la de la Harry. Él parpadeo y dejo de mirar a Hermione (que agitaba las manos y apuntaba en su dirección con fuerza) para voltear aun confundido hacia la profesora—¡Vaya y siéntese en su mesa, Potter!

—Sí, profesora— Harry respingó la nariz y saltó en donde estaba para alejarse unos centímetros del rostro de la  bruja malvada, o espera,  era la profesora.

—Y no vuelva a llegar tarde a mi clase.

—Sí, Profesora—La orejas le pitaban, recordándole que el sermón no había sido en voz baja.

Su mesa estaba en la última fila del laboratorio, junto a Hermione y Ron.  Ambos lo esperaban ansiosos, Hermione para sermonearlo y Ron para saber que había ocurrido con Malfoy. Ninguno de los dos parecía feliz.

Ron en realidad estaba en su año a pesar de ser un año mayor, todo radicaba que en que era  mayor solo por un par de meses, y su  fecha de cumpleaños estaba tan mal ubicado que era demasiado joven para empezar el curso un año antes pero ya a mitad de año era el más viejo de todo su curso. Harry pensó en ello como un desafortunado destino, aunque caminar hacia Hermione a pesar de que ella era como un lobo enfurecido en ese momento tampoco era un destino muy pintoresco.

—¿Por qué llegas tarde?—el susurro de Hemione se apuró por su garganta a penas se sentó en el mesón, aun parecía agitada. Mientras la profesora daba las instrucciones de la práctica de aquella semana, Hermione le reñía en voz baja.

—Tenía algo que hacer.

—¿Algo como qué? Has  visto la mirada de la profesora Minkus. Estuvo a punto de darte un castigo.

—No ha sido para tanto, solo llegue tres minutos tarde—Harry arrugó la boca en un gesto casi afligido mientras recordaba ese “Algo”, los labios de Draco sobre los suyos y sus manos cálidas  sosteniéndole.

—Para ella eso es una eternidad—Hermione contraataco, Harry rodó los ojos en busca de algo de paciencia.

—Señorita Granger, ¿acaso quiere que también le recuerde la importancia de mi materia?—La profesora bramó desde el pizarrón, sus rostro volvió a parecer al de una bruja malvada. Hermione negó, encendió el mechero con torpeza sin siquiera mirar, blanca como un papel—Eso pensé.

—Solo no lo vuelvas a hacer—cuchicheó, Hermione. Harry sabía que aquello no era con necesidad el término de su sermón.

La actividad de la semana era solo trabajar con Alcoholes, mientras Hermione buscaba los reactivos. Ron se coló al lado de su compañero para hablar.

—¿Qué te dijo Malfoy?—susurró bajito, Harry volteó a mirarlo con una cara de muerte.

—Nada que tú no me hayas explicado—gruñó. Sin ánimos de pelear, Harry volvió a mezclar el agua con el Metileno.

—Vamos, Harry. Solo era para pr-

—¡¿Protegerme?!—Ron recordó que si bien Harry era pequeño tenía la capacidad de dar miedo con solo una mirada, sus ojos verdes, casi fríos, parecía taladrarle el alma —¡Dime Ron Weasley! —exclamó aun en susurros, la mejillas pálidas de un color rosa. Harry sentía que aquello de recriminarle a Ron con mucha fuerza, se volvía demasiado recurrente—¡¿Cómo querías protegerme?! ¿Acosándome? ¡Y una mierda Ron!

—Fue por tu bien— el incomodo susurro del pelirrojo fue bajito, cohibido. Miro con aprehensión hacia las otras mesas, todos prestaban atención al experimento y aun Hermione no regresaba con los reactivos ¿Acaso el era el único con tanta mala suerte en el mundo?.

—¿Enviándome cartas de amor? “Eres la persona que más deseo en este mundo, desearía estar cerca de ti. Para nunca volver a separarnos”—Estalló escolarizado, su voz aun no pasaba de susurros, pero aun así Ron miró nervioso hacia los lados—¡¿Enserio en que estabas pensando?! ¿Rosas y un atardecer en la playa?—Ron apretó el rostro en una mueca lastimada, sus mejillas rojas de vergüenza.

—En realidad no eran para ti. Solo aproveche que ya estaban allí y las envié— Resopló, hizo un gesto que Harry conocía, ese que Ron solo hacia cuando era tímido con las chicas. Para Ron, era más incomodo  admitir que esas cartas tenían un destinatario nunca entregado, Harry mostró asombro en su mirada y solo por un momento pareció un poco menos enojado— Pensé que se vería más convincente así, era la única manera de hacerle creer a los otros Con manchas de que te había reclamado.

—Oh— Harry se alejó justo cuando Ron se sintió finalmente sin aire, casi ahogado por la intensidad con la que lo miraba su amigo—¿Para quién eran?

Ron acostumbraba a sonrojarse por cualquier cosa, enojarse, estar feliz, pero la vergüenza era sin duda el momento en el que se arrebolaba tanto que sus pecas llegaban a desaparecer, confundiéndose con su  flameante cabello rojo y su rostro lleno de sangre.

Ron  oculto sus  manos nerviosas en los bolsillos y su inquieta mirada azul que apuntaba a cualquier lugar menos que a los ojos de Harry, era una táctica evasiva poco funcional. El tema  era, por mucho, más serio de lo pensado. Se pregunto, de paso, como ese grandulón flacucho y alto podría parecer adorable solo con tartamudear un poco.

—En realidad… no creo que sea gran cosa—la voz gruesa de Ron pareció acongojada, sus ojos azules parpadearon hacia el suelo para luego desviarlos hacia algún lugar donde no estuviera la atenta mirada de Harry—Ella no- bueno, ya sabes… nunca las iba a enviar, después de todo  tipos como yo y ella no… encajan…

—¿Eran para Hermione, cierto?—Harry dio de nuevo justo en el centro de la diana, aquellas cartas de amor habían estado llenas de cursilerías  propias de un  niño, ni siquiera Ron podría haberlas escrito. No el Ron de ahora, por lo que suponía que (gracias a letra arrugada y desprolija) las cartas habían sido escritas cuando ambos tenía entre 11 u 12 años, justo el periodo en el que Hermione se unió a su curso.

Ron no lo afirmo, pero sus hombros se crisparon de tal manera que la afirmación estuvo reflejada en la expresión perturbada y el sonrojo un poco más acentuado bajo sus ojos completamente abiertos.

—Bueno-yo, ella… nosotros.

—Oh ¡Lo sabia!—vitoreó Harry, sintiéndose por primera vez lo suficientemente entusiasta para dar una palmada fuerte en el hombro de Ron—Ustedes dos siempre estuvieron peleando por todas partes ¡Era imposible que se odiaran tanto y aun siguieran buscándose el uno al otro! Tantas veces que estuvo frente a mis narices y no lo note—Ron asintió, con una expresión afligida, parecía tenso porque llevo una de sus manos hacia el cuello para masajearlo. Se veía como un gran oso apenado y eso, extrañamente, seguía siendo condenadamente tierno— ¿Se lo dirás?

Harry no podía evitar comportarse como una adolescente sobreexcitada en cuanto al tema, tal vez porque si se trataba de tecnicismos   el si era una adolescente sobrexcitada, solo que era… bueno, Hombre. Pero se trataba de sus dos mejores amigos, ellos siempre estaban tensos uno del lado del otro, peleaban por tonterías o se comportaban malditamente dulce uno con él otro.  Después de cinco años para ver como ambos tonteaban  era casi liberador saber que se estaban dando cuenta de lo que sentían el uno por el otro.

—¿Decirle?—repitió Ron, como si no hubiera escuchado bien. Harry asintió vigorosamente con sus mejillas pasando a un entusiasmado tono rosa—¿Estas chiflado?—Harry levanto una ceja como la clara expresión  de discrepancia —Hermione me lanzara de una patada hasta el Kongo.

—Oh, Vamos—bufó el moreno, sus labios se fruncieron hacia arriba en desacuerdo con el argumento de su mejor amigo. Ron estaba seguro de que Harry estaba planificando ya la manera de convencerlo—Ella ha estado todo este tiempo devolviéndote el juego, se que estaba enamorada desde hace mucho tiempo de alguien, pero nunca dijo de quien, así que supongo que ese “Alguien” eres tu…

—Enserio no entiendes ¿Verdad?—Suspiró  Ron—Ella es una sin mancha, es una mono—la declaración  pareció pesar en el pecho del gran pelirrojo, porque un suspiro gigantesco salió después de ella. Harry comparo su expresión apesadumbrada con la cara de un pequeño niño desesperanzado.

—¿Tiene mucho que ver?—Harry inquirió.

—Bastante.

Harry resopló, parecía como si todo el ánimo que había imprimido en la charla de fuera de repente.  

—¿De qué hablan ustedes dos?—la vocecita de Hermione los exalto, ella estaba detrás de ambos, con sus labios fruncidos y los reactivos en una caja—¡Esto vale un 20% de la calificación de la prueba de la próxima semana! ¡Trabajen!

Ambos tomaron los reactivos para seguir las indicaciones anotadas en la pizarra al pie de la letra, en ningún momento llegaron siquiera a voltear hacia Hermione el resto de la clase.

-MyFavoriteAnimal-

Las personas como Remus eran caracterizadas por ser un estereotipo de la perfección, buenas notas,  un chico amable que no daba problemas, vocero de su clase, con voz calmada y un oyente amigable a los problemas ajenos, gentil,  desinteresado y sonriente. Incluso su aspecto, un poco alto, delgado, de cabellos color miel claro y sus ojos ámbar brillantes, encajaban sin duda con su personalidad. Su presencia cándida y de  buena disposición  hacía que cualquiera se sintiera a gusto a su lado.

Pero incluso Remus, el pulcro y amigable Remus, tenía sus malos días.

A pesar de que era clase de historia y en verdad era una de sus favoritas, entre la mala mañana y el atasco en el metro, Remus era un revoltijo de preocupaciones. Se preguntaba alterado por la tarea de Biología que había dejado en el sofá de su casa, no había enviado la ropa a la lavandería y parecía que el director quería ordenar un  consejo de voceros esa misma tarde, la domestica estaba enferma ¡Y el no había dejado comida para sus viejos padres!

Por supuesto, había algo más.

Malfoy.

Este espécimen de hombre podría sacarle canas antes de lo posible, era un año mayor y roncaba como el infierno ¿Cómo saberlo? Pues el hombre tomaba su siesta justo alado de  su mesa, mientras el profesor repasaba la Guerra de los cien años, Lucius tal vez tenía un lindo sueño.  Remus tenía conocimiento de que  Malfoy trabajaba a medio tiempo, aunque en realidad ese pequeño trabajo le ocupaba la mayor parte de su tiempo. Sabía también que Lucius era un año mayor y repetía curso por culpa de ese trabajo, que lo ayudaba a pagar el apartamento que su hermano y él compartían, estaba relacionado a algo sobre la madre de ambos y su deseo de verlos independizados, sin importar el precio.

Pero a Remus en verdad no le interesaba, el ya estaba estresado  como para soportar a Malfoy. Aunque eso era su trabajo  a diario, ambos eran una extraña alternativa de “amigos”, en realidad Lucius parecía odiar la presencia de otros hombres (también era mujeriego, por si a alguien le interesaba) así que Remus, como el chico gentil, amable de buena disposición, era la fachada que entretenía a Malfoy de toda la cursilería femenina que se arremolinaba a su alrededor. Consecuencia de su busca incesante por compañía del sexo contrario.

Cuando el profesor llamó a Mafoy para que siguiera la lectura Remus no contemplo en atinarle un golpe en el tobillo.

—Párrafo seis—le indico sin mirarlo—Desde “ Trajo consigo un periodo de zozobras y temores…”

Lucius se irguió con esa gallardía innata y siguió el párrafo hasta que fue el turno de una linda chica de cabello caoba,  su voz ni siquiera vacilo o tuvo un arrastre que delatara el haber estado durmiendo hacia minutos. Malfoy solo sonrío petulante, su largo cabello en una coleta floja y su uniforme un poco arrugado.

—De nada—Remus barbulló.

—Fue un placer, Lupin—la risita burlesca de Lucius le susurró muy cerca de su oído, a Remus se le coló un escalofrió que le puso los pelos de punta.

Con el tiempo, Remus también se había convertido en el asistente personal de Lucius, aquel diligente chico que lo seguía, le sacaba de líos y siempre ayudaba a balancear su tiempo.

Por supuesto, aquello se debía a una razón de mayor peso en el corazón de Remus.

-MyFavoriteAnimal-

Las clases habían terminado temprano ese día, entre evadir a Hermione y encontrar un lugar donde hablar con tranquilidad, a Harry y Ron no les quedo otra alternativa que ir a los baños del tercer piso que según los rumores de pasillo estaban embrujados desde hace 50 años.

Ron se apoyo en el lavabo con un brazo doblado y el rostro envuelto en una expresión de pesadumbre.

—¿Porque no puedes estar con Hermione?—Harry le interrogó. Nadie los escucharía si no hablaban tan alto.

—Es un mono—Ron suspiró, sus labios apretados— Bueno, no importa si es un mono. Siempre me han parecido malditamente tiernas las expectativas del romance de los monos, ya sabes, eso de una pareja que amaras por el resto de tu vida. Somos un poco… liberales de esta parte del mundo pero…  Ella nunca lo entendería, quiero decir, somos tan distintos desde un plano común.

Harry cavilo por un segundo, intentaba darle forma en su mente. Lucia encantador  cuando se concentraba, hundía los dientes en su labio inferior y balanceaba sus ojos hacia arriba, como dos pepitas de esmeralda brillantes.

—Yo desciendo de hombres mono y un Con mancha. ¿Eso no es bueno?—Harry caviló—Quiero decir. No es, ¿normal?

Ron negó,  el parecía consciente de que tendría que explicar un gran concepto casi imposible de entender a una persona ignorante.

—Tranquilo, yo también me he sentido confundido últimamente—Ron le consoló.

—Bueno—Harry suspiró—¿Entonces es por eso que soy “tan especial”?

Ron rió, negó con la cabeza,  su ligera sonrisa aun en la boca, a pesar de ello su consternación podía verse a través de ella.

—Harry, somos muy pocos Hombres bestia en el mundo, en la antigüedad éramos algo así como dioses para los humanos comunes, incluso podían vernos y comunicarse con nuestras almas. Pero, al pasar el tiempo ellos se volvieron cada vez más ciegos y nosotros empezamos a ser un poco más escasos. La mayoría de nuestros antecesores plantaron en nuestra sociedad, casi como un instinto, la regla de la familia más fuerte. Ya sabes, tener herederos, recoger poder, volverse la familia más influyente.  Pero no somos tan fértiles como los Monos, y a medida que los hombres mono empezaron a reproducirse sin parar sin la necesidad de siquiera tener más de una pareja… bueno, el romance no se volvió exactamente la prioridad.

—¿Son como los políticos?—Harry propuso con gestos exagerados, logró su cometido, porque Ron rio por un minuto entero.

—Ok. Vale, como los políticos– la sonrisa perduro un poco más antes de que se apagara de nuevo—Harry  vengo de una familia de osos, bueno, mi padre era un Oso pardo y mi madre un Oso negro,  mi madre es peso liviano, por lo que su fertilidad era media y ya que mi padre era un peso pesado… no herede las características de mi padre, lo que hubiera sido ideal. Bueno, yo…—Ron arrugó su ceño, su rostro dejaba traslucir un poco de un corazón herido— Yo tengo la responsabilidad de mantener a mi familia en la sociedad, de tener hijos Con manchas—los ojos pesarosos de Ron miraron hacia el piso desgastado del baño, como si se pudiera esconder allí—Si siquiera estuviera con Hermione, mi familia se extinguiría, y si por alguna casualidad yo lograra tener un descendiente retrogrado seria  ya después de una generación por delante de la mía.

—¿Y no vale más tu felicidad y la de ella?—Harry presiono con sus ojos  claros— ¿No importa eso?, ambos serian felices.

—Eso es otro tema, ni siquiera podría hacerla feliz, no si tengo los instintos de tener que… bueno,  tener una hembra. No quisiera ni siquiera engañar a Hermione y a pesar de que se que ella podría encontrar a alguien que la valore y la quiera… simplemente yo-

—No quieres dejarla ir—Harry termino.—Ron tomó una gran bocanada de aire y asintió, su cuerpo tenso demandaba un descanso. Harry le palmeo la espalda—Bueno, tu por lo menos no tienes que lidiar con Malfoy, si te consuela en algo.

—Oh viejo, lo siento. Solo complique todo para ti—él suspiro.

—Supongo que tratabas de ayudar—Harry se encogió de hombros, su sonrisa compresiva parecía infundirle ánimos al gran pelirrojo decaído— Puedes hacer algo más por esto del “Retrogrado”, ¿no? Ya casi estoy curado, tal vez tu  tengas alguna  idea de que hacer.

Ron se encogió de hombros, aun demasiado desanimado, sus ojos pesarosos se movieron alrededor de los destartalados cubículos de baño hasta que cayó en cuenta de algo.

—¿Curado? Dijiste “¿Curado?”—Ron  balanceo el dedo índice y anular de ambas manos simulando comillas imaginarias. Harry lo miró sin gracia—Siendo preciso, como que “¿Curado?”

—Sí, bueno-Yo. Eh,  desde esta mañana no estoy viendo más animales. Ya sabes, caras y colas.  Es reconfórtate. Eso es  una buena señal—Harry afirmó, casi con su duda en la palabras masticadas—¿Verdad?

—Espera—La duda de Ron fue seguida de un amplio silencio que tomó el corazón de Harry y lo aplastó contra su caja torácica. La expresión del chico pelirrojo enseguida cambió a una de completas circunstancias—Oh, Ya veo.

—¿Oh, Ya veo qué?—Harry casi chilló—¿Cómo qué? ¿Qué significa?

Ron en verdad no quería decirlo, y la amarga mueca de su rostro lo delataba, como confesarle a tu mejor amigo que está condenado sin derecho a replicas sin no sentirte mal de vuelta.

—Malfoy te cegó— admitió  con amargura.

—No te entiendo.—balbuceó con palabras rápidas.

—Te cegó—apuntillo su amigo—, es una técnica leve que se utiliza para las hembras. El te marco con su olor, para que más nadie se acercara.

—¡¿Qué?!—Harry enserio seguía procesándolo.

—Veras, normalmente hueles a celo. Disponible. Es como si fueras por allí con el trasero alzado  y en tu espalda llevaras escrito “Tomamé”—No era nada cómodo decirlo, pero era la verdad, así que Ron se encogió de hombros y sonrió apenado.

Harry, solo se mantuvo inmovil. Intento no caer en histeria y no sentirse de nuevo lo suficiente estresado como para gritarle a Ron y enviarlo al infierno de donde había salió su mundo de animales y términos extraños.  

—Pero, entonces es bueno que me cegué. ¿No?—Harry suplico en su interior que la respuesta fuera un sí.

—Oh, no tanto—gruñó Ron, en un mueca lastimosa que quería ser divertida—Es casi lo mismo, solo que con un letrero que dice que eres de su propiedad, ese vinculo se reforzaría una vez tuvieras sexo con algún otro macho, o aprendieras a controlar tu forma animal.

Harry intento no caer en pánico, apretó el puente de su nariz en busca de paciencia. –Aparearse, ¿Con quién? ¿Malfoy?—Mientras algo de sus esperanzas lograban desquebrajarse pieza por pieza, una vocecita insistente y casi lejana, maldecía a Malfoy—¡No con Malfoy! ¡Con nadie!

—Oh, viejo. Si hubieses dejado las uñas en tu mochila esto no pasaría—admitió con pesar.

—El me lo quitó—Harry bramó—Todo iba perfectamente hasta que Malfoy apareció.

Ambos se quedaron en un silencio contemplativo apoyados en los lavabos del baño abandonado hasta que una voz muy conocida los interrumpió.

—Harry, Ron. ¿Son ustedes? ¿Se estan escondiendo de mi?

La voz chillona de Hermione les tomo por sorpresa, Harry saltó sobre un charco de agua para llegar a la puerta antes que Hermione, Ron no tuvo la misma suerte porque resbalo y cayó.

—Van a oírme ustedes dos.  Si están planeando una estúpida broma no los cubriré de nuevo con el director ¡¿Qué haces en el piso?! ¡Ronald!

-MyFavoriteAnimal-

—¿Un retrogrado?—la expresión escéptica  que Lucius  mostraba hizo a Draco bufar. En vez  de enfadarse por ello, Draco se regodeó con una sonrisa socarrona que afirmaba a todas las dudas—¿Ya lo marcaste?

La sonrisa de Draco cayó.

—Aun no—gruñó despectivo, sus pupilas rasgadas se estrecharon con un brillo molesto— Tiene toda la disposición de un Mono, no tiene gracia ni encanto. Su aura es lo único que en verdad atrae.  Solo he podido cegarlo,  es malditamente difícil de engañar.

—Lo has cegado ¿Tan rápido?—Lucius pareció sorprendido sus fríos ojos viperinos sobre él, analizándolo. Su hermano menor barbullo una risita, con que pensaba que no lo lograría.

—Contrario a ti, soy eficiente en mi trabajo—Draco amplió su sonrisa, reclinado en el sofá  tapizado con toda la arrogancia que su porte le daba.

—O esa hembra un estúpido, ¿Cómo lo lograste tan rápido?—inquirió el hermano mayor, casi apremiante, parecía entusiasmado con la perspectiva.

Draco barbulló entre dientes, solo recordar lo difícil de convencer  que  fue aquel simple chico flacucho le causaba mal humor—Lo hubieses visto, andaba por allí mostrándose tan fácilmente, olía tan bien que incluso los monos lo notaban.

Lucius volvió a embozar la mueca  de “No lo creó” en su cara.

—Entonces, si solo lo has cegado y es su aura tan fuerte ¿Cómo crees que su olor  permanecerá oculto? Es un Mono que de un día a otro se volvió un Hombre bestia, no debe ni  de tener una mínima idea de cómo es su apariencia animal—Draco caviló un poco las palabras de su hermano, se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

—Nadie se atreverá a  lo tocarlo por ahora, es reciente—  a pesar de que sonaba más a un auto-convencimiento  Draco se conformo con eso. Sabía que  Potter pensaba más como un mono, era el riesgo de los Retrogrados, siempre estaban apegados a las costumbres de los Sin mancha, tan ignorantes como un niño que llega a un mundo nuevo y aquel que llegaba a atraparlos era un afortunado. Tratar a este chico iba a ser difícil, pero Draco y él eran compatibles, incluso ambos eran felinos, si Harry Potter no podía caer por si solo en las garras de Draco, los instintos y la atracción lo harían.

-MyFavoriteAnimal-

Y en efecto, los instintos surtieron efectos, no pasaron dos días para que el “Lo pensare” de Harry se diluyera en un beso compartido  en algún cubículo de los baños masculinos, mientras Draco acariciaba su cuello con besos húmedos y la conciencia parecía un leve titilar casi inadvertido entre el abrazo apasionado y la ropa que se deslizaba con lentitud.

Draco  no podía evitar sentir la fría victoria apodarse de su cuerpo, mientras el pequeño gatito se derretía en su brazos y restregaba su incipiente erección contra los pantalones  apretados. Lamió sus colmillos riendo en su interior, tal vez Potter no fuera más que un chico sin gracia, pero su olor y la especial sensibilidad que le otorgaba la inexperiencia, su disposición a las caricias, hacia que aquel juego de caza se volviera más placentero.

—M-Malfoy… espera—Harry intento apartar las manos de Draco entre el jaleo de su ropa y las caricias debajo de ellas, sus lentes colgaban de forma milagrosa de su oreja izquierda no ayudaban a manejar el asunto, mientras Malfoy le robaba el aliento con besos, Harry intentaba no rendirse—Espera Malfoy, yo- esto va muy rápido. Hasta hace poco me gustaban las chicas y yo—Draco gruñó desde su garganta, algo que sonó muy parecido a un leopardo.

—Potter-

Harry apartó la mano que se colaba por su pantalón.

—No, basta, es suficiente.

Apenas logro subirse los pantalones Harry abrió la puerta del cubículo, arreglo sus lentes y la camisa mientras Malfoy soltaba otro de esos gruñidos salvajes. El chico rubio tenía un beso tatuado en la barbilla y el cabello alborotado, Harry se sonrojo al recordar que fueron sus manos las que se aferraron a ese cabello rubio.

—No hay más tiempo, gatito—la voz ronca le advirtió, Harry lo miró a través del espejo de la pared mordisqueándose el labio—He tomado una decisión, eres mío—los brazos  de Malfoy le cerraron el paso, su rostro cerca de nuevo, con su aliento y ese olor embriagante atontándolo.

—Malfoy, no…

Sin esperar la réplica, Draco volvió atraparle los labios en un beso suave, las manos grandes se ciñeron a su  cadera antes de levantar su trasero y subirlo al lavabo con un movimiento limpio. Harry suspiro, otra vez olvidaba cada una de sus escusas y lo importante que era no dejarse llevar por la dulce bruma de sensaciones y los besos deliciosos, las manos que lo sostenía contra un pecho firme y… ¿Era aquello un toquido en la puerta?

 Dos toques más se escucharon antes de que una voz fina y dulce se escuchara detrás de la puerta con seguro.

—¿Draco?—Harry sintió con el cuerpo de Malfoy se tenso enseguida, Potter lo miro con una pregunta impresa  en sus ojos verdes dilatados, el firme agarre que antes apretaba su espalda baja se volvió tentativo—¡Draco! ¿Estás allí?

Malfoy estaba quieto, casi temeroso de moverse, sus filosos ojos grises puestos en la puerta como si aquel pedazo de madera le fuese a pegar un mordisco. Por un momento Harry incluso pensó que estaba regulando su respiración para no ser escuchado.

—¿Quién es?—Harry susurró, inquieto. Draco le miró como si hubiese cometido el crimen del siglo antes de taparle la boca y murmurar un “Cállate”.

—¿Estas con alguien?—la voz femenina volvió a preguntar. El sonido de la cerradura al introducir la llave se expandió por todo el baño como  una bomba. Harry sabia que nada bueno se avecinaba porque Malfoy se estremeció un segundo antes de que la puerta se abriera.

Una linda chica de ojos verdes musgo y cabello rizado como alas de cuervo los miro de vuelta, Harry sabia quien era, era la vocera de su salón, Astoria Greengrass. Una chica bonita de piel pálida y figura agraciada,  era aplicada y simpática, por lo general era una chica dulce, tanto como para que ella fuera la encargada de tener las copias de las llaves del conserje y montar guardia en las horas libres por orden del subdirector.

En un solo segundo, las bonitas facciones que Harry conocía dejaron de ser dulces.

—¡Tú!—apuntó a Harry, casi con furia—¡¿Por qué besas a mi novio?! ¿Draco, acaso mes estas engañando?

Aun con las manos de Malfoy sobre él, Harry parpadeo aturdido.

—¿Dijiste “Novio”?— Sus pulmones apenas exhalaron algo de aire. Malfoy arranco un suspiro resignado de su pecho, como si supiera que en algún momento aquello iba a pasar, pero tenía las esperanzas de salirse con la suya—Dijo “Novio”—Harry volvió a repetir.

Draco levanto la vista y se encogió de hombros, por algún  motivo aquel gesto rompió un pequeño sentimiento en Harry. Astoria se apresuro a tomar el brazo de su novio y apartarlo de los lavabos.

—¡Draco es mió!—ella declaró, sin penas. Sus filosos ojos de felino apuntaron acusadores a Harry, por alguna razón, Harry tuvo la sensación de que ella era un puma con la cola crispada a punto de atacar—¡No te le acerques!—y envolvió sus brazos alrededor del torso de Malfoy, que la cubrió con los mismos brazos que antes habían sostenido a Harry sobre el lavabo, pero esta vez había un toque que Harry pudo reconocer como aprecio al abrazar la pequeña figura de la chica.

—Oh—Harry sonrió, algo en su mirada cambio de repente, Astoria tragó grueso, pero se acurruco más cerca de Draco—Tu novio y tu pueden ocupar el baño, seguro, estoy más que convencido que nadie te lo quitara.  Y Malfoy.—Harry ni siquiera embozó alguna expresión enojada, pero un pequeño atisbo de furia cruzaron sus ojos verdes antes de que alzara su puño y lo estrellara contra la quijada de Malfoy. Astoria chilló apenas resistiendo el peso de su novio cuando este se inclino a un lado debido a la fuerza del impacto.

Harry arregló su corbata sin mirar atrás, la sangre le hervía y así, como por arte de magia, ahora Malfoy era un completo idiota y no habría nada en el mundo que cambiara ese hecho. 

Notas finales:

Se que la mayor parte del capítulo son, de nuevo, aclaraciones sobre los hombres bestia y el tipo de sociedad que llevan pero es esencial para el fic. Discúlpenme si este año no he estado muy activa con mis fic, es solo que me centre mucho en mis estudios (aunque tuvo sus recompensas, están viendo a una feliz Bachiller aquí) me tuve que hacer algunos chequeos en la vista y además se había dañado mi laptop. (Resulto un año desastroso)  Pero, prometo poner algo de mí en estas vacaciones. Como siempre los invito a mi blog (dirección en mi perfil) a la página de Facebook dedicada a aquellas que aman el Bottom!Harry (dirección en mi perfil) y a mi perfil (Wow! Que sorpresa) que tiene algunas nuevas caras por allí.

Sobre Draco y su novia, ya muchas sabían (las que leyeron el manga) que esto se venía. Draco no es un bastardo, solo es un leopardo necesitado. Si quieres compadecerte de Draco el leopardo necesitado deja como donativo un review en la pequeña caja de abajo.

¡Besos y muchas gracias por leer!


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