Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estocolmo por geminisnocris

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

" Un secreto es eso que confias a tu mejor amigo, en tu diario,a tu almuhada, un secreto es eso que se supone nadie mas aparte de quien tu quieras debe saber"

Secretos

 

Lo nuestro se cocina en escondite y se sirve de a dos en la cama…

 

“Aunque sé que esto no es fácil de entender, que parece una locura, aunque sé que es muy difícil de creer… el amor de mi vida eres tú.”

Apretó sus sienes unas vez más al cerrar la puerta y caminó hacia su cama, desbarató ese teatro de estabilidad que recién había montado y se sentó, de nuevo esos impulsos lo llevaban a cometer todo tipo de locuras, confesarle a Mu lo que en ese momento sentía o creía sentir, tal vez no era una buena idea, no luego de la reacción de su compañero, ese maldito silencio que en ese momento no sabía interpretar, se tiró sobre las almohadas y colocó una en su boca, gritó, gritó porque por primera vez en su vida estaba nervioso, asustado, inseguro, nunca había cometido tantas imprudencias en su vida, tal vez no tan seguidas y no tan difíciles de solucionar, el motivo del viaje se le estaba escapando de las manos, su temple de manipulador se estaba yendo por el desagüe y todo en menos de un día gracias a cierto carnero dorado que se encontraba sentado en esa mesa esperando por el para salir.

Esta vez trataría de ser cauteloso, se lo prometería, estar de lejos de él, darle oportunidad de buscarlo si era que de verdad había logrado despertar algún interés en su persona, hasta hora la única pista que tenía sobre eso era que Mu no había escapado, no lo había ignorado, tampoco rechazado, le quedaba claro que tenía aun una oportunidad y no la podía echar a perder.

Se levantó con rapidez hacia el baño y abrió la llave dejando esta vez que el agua fría recorriera cada uno de sus músculos, que bajara ese calor que estaba en su cabeza, declararse nunca había sido tan difícil, ni siquiera cuando conquisto a esa amazona de plata después de aquel rudo entrenamiento, su respiración se detuvo por unos instantes, cerró el paso del agua con rapidez, salió y se colocó frente al espejo.

Annie—susurró, pasó sus dedos entre su melena azul, cerró sus ojos y suspiró— ¿Cómo demonios se le explico sin que piense que no haré lo mismo con él?—se dijo de nuevo mientras sus esmeraldas se abrían con lentitud bajo sus pestañas azuladas y sus cejas delineadas, esa chica era una pésima jugarreta del destino, de repente observó en su reflejo esa cara que le recordaba a Saga cuando estaba…—No, yo no estoy confundido… lo quiero a mi lado… solo a él y lo que con él venga—se dijo reprimiendo esos sentimientos de culpa que lo asedian cada vez más cerca.

 

“Oh no… ¿me acerque demasiado? Oh ¿estuve acaso cerca de ver lo que realmente llevas dentro? Todas tus inseguridades, todos tus trapos sucios, nunca antes me hicieron pestañear, de hecho ni una sola vez…hasta ahora…”

 

Enamorado…—murmuro Mu con sus dedos recorriendo el borde del vaso de cartón que ahora contenía su café frio—¿Cómo puedes estar tan seguro Kanon?—frunció el ceño molesto, el apetito con el que había llegado se había esfumado antes que pudiese saborear el pequeño pan de canela que había comprado, ablandó su rosto cuando observó la curiosa forma que en la que estaba hecho, su contextura entre suave y dura, y la suavizó a un más cuando su olor cautivante, le regresó con nostalgia recuerdos de su niñez y por un momento se perdió entre el tiempo.

— ¿Para mí?—preguntó Kanon tomando el pan de sus manos y sacando al pelilila de sus cavilaciones—me encanta la canela—dijo dándole un enorme mordisco—hora de irnos solo voy por mi billetera—sonrió mientras guiñaba uno de sus ojos.

—Si… yo, olvidé dártelo—dijo con su serio semblante tratando de ocultar el nerviosismo y el sonrojo que le entraba cada vez que lo tenía a su lado y hacia alguno de esos gestos— ¿No podía ser más difícil? se preguntaba en cada suspiro que inconsciente dejaba salir en su honor, lo observo mientras entraba y salía de la habitación una vez más y sin pronunciar ni una sola palabra solo se puso de pie y lo siguió, suspiro con profundidad y con una media sonrisa caminó hacia el ascensor a su lado, dentro de la estrecha cabina que los llevaría hasta el primer piso, se situaron cada uno en una esquina como si se tratase de una pelea en un pequeño ring, en ese momento y pensándolo bien él también necesitaba sacar sus dudas, la razón por la cual no podía negársele más, saber si de verdad podía responder a esos sentimientos de su compañero o simplemente decir, ya no más.

………………………………

En la explanada de su templo el rubio de la sexta casa recibía los rayos del sol en su cuerpo, con su inconfundible posición de loto respiraba aquel aire de paz que rondaba las doce casas, con sus zafiros cerrados al exceso de luz suspiraba mientras el viento sacudía con delicadeza esos mechones rubios que caían sobre su espalda desnuda, algo inquietaba su aura o más que eso su corazón, los abrió cuando un cosmos familiar se acercó a las puertas de su templo.

—Saga de géminis…—murmuro con una ceja levantada mientras volteaba su fino rostro.

— ¡Buenos días Shaka!—contestó el gemelo mayor mientras se auto invitaba a su lado con un objeto en sus manos— ¿te interrumpo?

—Algo así—contesto el rubio suspirando con pesadez—pero ya que tu hermano no está… supongo que no lo haces por voluntad propia—dijo observando el curioso bombillo que Saga sostenía entre sus dedos—porque es ayuda ¿cierto?

El gemelo sonrió y asintió con un movimiento lento de su cabeza mientras se ponía de pie y estiraba sus brazos—se quemó el bombillo de la sala y pues… no puedo cambiarlo solo, Alde no está y Mascara anda en una misión con Dohko y Aioria, solo me quedas tu o Afrodita—sonrió de la manera más inocente—y ya sabes que Afro…

—Comprendo…no es necesario que lo expliques…—contesto Shaka mientras se ponía de pie y caminaba frente al gemelo—vamos, el tiempo apremia.

Saga abrió un portal frente a ellos y casi al instante se encontraban en la sala del tercer templo, dejó solo al rubio que observaba la imponente altura del techo mientas él buscaba una escalera larga y se situaba en medio del gran salón.

Shaka levantó una ceja al ver la inseguridad que rodeaba a la escalera de madera que jalaba con cuidado el gemelo, bastante vieja y semi remendada.

— ¿Acaso es alguna herencia de Deuteros o Aspros?—preguntó tocando el artefacto—Saga… esto tiene más de doscientos años…

—Vamos Shaka, tu subirás… eres más liviano que yo—el rubio sonrió con ambas cejas arqueadas y una mano en su pecho—no te veré… si es eso lo que te preocupa…—le dijo señalando con sus esmeraldas la túnica del sexto guardián.

De rastras tomó el bombillo de las manos del gemelo, lo colocó en su boca y comenzó a subir con un poco de nervios en el tambaleante soporte hasta llegar al tope del techo, mientras, al pie de la escalera, Saga hacia su mejor esfuerzo por no dejarlo caer.

—¡Gira el bombillo!… ¡hacia la!…!izquierda!—grito desde el piso el peliazul.

— ¿Izquierda? ¿Tu izquierda?—pregunto Shaka con el bombillo en su boca mientras giraba de un lado a otro el dañado.

—Es lo mismo Shaka… solo preguntas eso si estas de frente a alguien—decía Saga ganando un rojo en su cara por la fuerza.

— ¿Lo estoy haciendo bien?—preguntaba Shaka—esto no se suelta Saga…

—¡!Dejame ver!!…—gritó Saga mientras observaba el trabajo de su compañero desde el piso— Shaka ¿no usas ropa interior?—bromeo el gemelo.

Al escuchar esto último el sexto guardián se resbaló tratando de girar para decir un par de insultos a su compañero, pero la grada en la que estaba de pie se quebró haciendo que este cayera desde una altura de más de cuatro metros.

Sin hacer nada más que tratarlo de atrapar, Saga soltó la escalera de madera y logró servir de soporte a su compañero en el suelo, un breve Crack se dejó escuchar y no precisamente del artefacto de madera. Sobre él, Shaka solo abrió con horror sus zafiros.

……………………………

La cuidad más movida de Brasil tenía sus encantos aun para un ser tan tranquilo y pacífico como Mu, un hermoso mercado lleno de suvenires y tiendas repletas de colores y cualquier cosa que pudiese imaginar, de reojo Kanon lo observaba, casi vigilaba en cada paso que daba, se detuvieron en una tienda de mascotas donde el carnero tomó un conejo blanco del estante para cargarlo y acariñarlo, a su lado kanon se atrevió a acariciar el animalito aún en los brazos del lemuriano.

—Está muy tierno aun…—dijo el gemelo tomándolo de las orejas y subiéndolo ante la mirada indignada del primer guardián.

— ¿Qué quieres decir con demasiado tierno?—pregunto mientras arrebataba el animal de la manos de su compañero.

—Para cocinarlo…—sonrió— ¿para qué más podrías querer un conejo?

Las esmeraldas de Mu se entrecerraron mientras devolvía el animal a la jaula, luego suavizo su rostro regalándole una sonrisa a la dependiente que también observaba molesta al peliazul.

— ¿Y ahora que dije?—preguntaba el gemelo siguiéndole el paso con rapidez.

—Los animales son sagrados en el Tíbet… debe significar una enorme necesidad de supervivencia para poder sacrificarlo ¿entiendes?

— ¿Quieres decirme que si quiero comerme ese pequeño peludo, tendré que mandar una carta al Dalai Lama para que me autorice su ejecución?—bromeó Kanon con una sonrisa, Mu solo se detuvo y negó lentamente regalándole una vez más esa mirada asesina—bien… bien, lo siento, prometo no comentar nada de eso cerca tuyo ¿Tienes hambre?—pregunto mientras lo sujetaba de su antebrazo y le señalaba una cafetería en las afueras del lleno mercado.

Mu suspiró, asintió y prefirió callar antes de discutir de nuevo por el bendito conejo, se soltó de su agarre y caminó frente a él sin decir ni una sola palabra, haciendo que el gemelo confundido caminara a sus espaldas.

...................................

Escogieron la mesa que dejaba a la vista una ancha calle y un poco más allá la hermosa playa de Copacabana, en silencio ambos tomaron asiento mientras un joven moreno les brindaba unas cartillas de menú y se alejaba, de reojo el gemelo observaba a Mu fruncir sus puntos aun molesto y de paso haciendo uso de su terquedad como todo buen Aries tratando de leer sin su ayuda un menú en portugués ,  luego de lo del conejo lo más probable era que pasara un buen rato antes de dirigirle la palabra, así que lo dejó que tratara de adivinar y sin decirle nada solo llamó al joven para ordenar, de todas formas insistir en ese momento seria comenzar a discutir una vez más y si de verdad quería demostrarle lo que sentía, tenía que recurrir aunque fuera una vez en su vida a la grandiosa paciencia.

Bom dia—saludo al jovencito—um par de chávenas de café por favor—el joven asintió mientras tomaba la orden—e alguns ovos com brinde.

E ele?—pregunto el chico.

A mesma coisa—dijo Kanon observando a Mu que devolvía la cartilla y sostenía su rostro con una de sus manos, evitando evidentemente cualquier comunicación con él, el joven se retiró con la orden y se internó en la cocina dejándolos de nuevo solos— ¿aún estás enojado por lo del conejo?— pregunto finalmente mientras abría un palillo de dientes y lo quebrara para hacer un muñequito.

—No… la verdad es que tus costumbres y…—respondió Mu sin siquiera verlo a los ojos, pero cuando sintió el contacto de su mano sobre la de él giró clavando sus esmeraldas en las del griego—no hagas eso…—dijo retirándola con rapidez.

— Mu… solo quiero que disfrutemos de estos días y tú, te empeñas en enojarte conmigo cada cinco minutos, y por cualquier cosa…

—No es cualquier cosa, somos muy diferentes Kanon, eso es lo que pasa…—dijo molesto pero sin alzar demasiado su voz.

—Entonces… ¡permíteme conocerte mejor!—dijo casi en un susurro que hizo erizar su piel.

— ¿Y qué quieres saber de mí?—pregunto mientras mordía con nerviosismo su labio.

— ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? Lo que amas u odias…—dijo kanon buscando su mirada que de nuevo se había perdido entre la gente fuera de la cafetería.

—Odio las personas que no respetan la vida animal…—contesto mientras se giraba hacia kanon con sus puntos fruncidos.

—Touché—dijo el gemelo recostándose en el respaldar de la silla con los brazos cruzados y una sonrisa a medias en su cara—Pues yo detesto a las personas cerradas que no piden ayuda aun…

—No soy cerrado…—interrumpió, Kanon sonrió arqueando sus cejas y al mismo tiempo accionando un sonrojo en sus mejillas

—Tienes razón… pero eres testarudo…

—Tampoco lo soy… y ya, no es ese el tema…—contestó bajando la voz al ver llegar al muchacho con el par de huevos, tostadas y café negro, guardo silencio por un momento—me gusta el café con leche…—dijo finalmente

—A mi negro…—dijo el gemelo tomando un sorbo—y amargo… sin azúcar.

—Con azúcar—dijo Mu endulzando el suyo y luego vertiendo la leche.

—Blanco…—soltó divertido el gemelo

—Gris…—contestó el pelilila untando su tostada con jalea—¿es un juego?

—Si tu quieres… pero tienes que contestar tan rápido como puedas con lo primero que pienses… ¿de acuerdo?—pregunto kanon, Mu asintió con suavidad—bien…me gusta el rock…

— A mí la música clásica…

—Me encanta hacerte el amor…

—A mí… también…—dijo y luego, sonrojo todo su rostro—es decir…

—Por lo menos tenemos algo en común—sonrió kanon mientras guiñaba su ojo.

 “Lo acabo de decidir y la verdad es que nunca me será sencillo decir lo que siento… por que descubrí, que esas dos palabras llevan consigo un sentimiento sin límites… te quiero…”

………………………......

El enorme reloj de la sala de espera de la clínica, marcaba casi con pereza los minutos que el medico tardaba en revisar a Saga, el hindú estaba estresado y caminaba de un lado a otro con sus manos hechas nudos, mordía de vez en cuando su labio y suspiraba, se sentaba, se levantaba, se asomaba por la ventana, pero nada lo ayudaba a distraerse de la preocupación que ese conocido sonido le había causado, estaba a punto de sentarse por enésima vez,  cuando una simpática jovencita abrió la puerta del consultorio llamándolo por su nombre, camino lo más rápido que pudo y la imagen lo dejó inmutado con su boca ligeramente abierta.

—Por Shiva—murmuro acercándose a Saga.

El gemelo levanto una ceja y sonrió—pudo ser peor Shaka… dice el doctor que un poco más y me quiebro la quinta cervical.

Frente a él, Saga estaba sentado en la camilla con una especie de arnés que sujetaba toda su espalda inmovilizándolo desde el cuello hasta un poco más arriba de su cintura, inclusive sus brazos estaban ligeramente sostenidos por el extraño aparato que Shaka curioseaba ahora de cerca.

— ¿Pero… que paso?—pregunto un ofuscado Shion que entraba en ese momento.

—Señor Shion…—dijo el médico que se había mantenido en silencio mientras llenaba unos papeles— ¿estos muchachos son acróbatas o algo por el estilo?—pregunto con un gesto divertido.

—No doctor…—sonrió Shion preocupado mientras se acercaba a Saga—pero pienso recorrer sus casas para averiguar qué tipo de actividades realizan… últimamente—murmuro mientras observaba de uno a otro caballero con sus ojos entrecerrados.

—Bien…permítame decirle que Saga tiene una lesión lumbar que no es tan grave…aunque lo parezca—todos voltearon su rostro menos el imposibilitado gemelo—se los trataré de explicar y déjeme decirle que tuvo demasiada suerte—dijo el joven doctor suspirando y acomodándose sus lentes mientras encendía la pantalla dentro del consultorio, colocó la placa de Saga sobre la luz  y señalo varias partes de su columna—esta parte blanca muestra una luxación vertebral, o sea demasiado peso en su espalda provocó una especie de desgarre entre sus ligamentos.

—Estas gordo Shaka—dijo Saga al hindú que le retorcía sus ojos con fastidio mientras negaba con suavidad.

El medico sonrió y aclaró su garganta para continuar—en resumen… tiene que usar ese arnés ortopédico hasta que su espalda pueda funcionar correctamente—el joven doctor se volteó hacia su paciente y sonrió—nada de piruetas raras o terminaras como kanon… no te puedes agachar y mucho menos levantar algo… ahora estas bien porque te inyecte algunos calmantes, pero cuando el efecto pase te dolerá un poco más.

—Un momento ¿Cómo Kanon dijo?—pregunto confundido Saga—el jamás me comento que su yeso había sido retirado antes por un accidente…—Shion y Shaka negaron de igual forma.

—Pues así es… no se a que jugaban él y su amigo pero terminaron por hacer que retirara el yeso prematuramente…—continuó pensativo— por eso ahora cojea, aunque no parece que le molesta, de igual forma no es lo mismo cojear que caminar como Igor…—sonrió—ya saben el ayudante del doctor Frankenstein.

Los tres hombres sonrieron mientras el medico se levantaba de la silla y salía de la habitación, un silencio los rodeó por unos minutos, luego un suspiro por parte del gemelo hizo que Shion y Shaka se voltearan a ver.

— ¿Podemos irnos?—pregunto el Saga un poco incómodo—aún tengo que ver como dormiré… y no quiero ni pensar cuando los analgésicos se vayan.

Los tres salieron de la clínica teletransportados más adelante por patriarca hasta el tercer templo, donde con ayuda de unos cojines tanto el lemuriano como su compañero lo ayudaron a sentarse en su cama. Sin derecho a mover ni el dedo de su mano y con un cerro de pastillas para una mejor recuperación, Saga se debatía entre pedir o no la ayuda del rubio, quien se apuró a preparale un té para su recuperación, luego de un sinfín de ruegos por parte de Shion, Shaka terminó por sentarse a su lado sin ninguna malicia mientras le prometía ayudarle la primera semana que durarían sus brazos inmovilizados.

 

 

…………………………………..

 

El entrenamiento de ese día no le había caído para nada bien a la amazona de grulla, quien entró de golpe a la cabaña donde Shaina y Marin terminaban de cambiar sus ropas sudadas y se preparaban para tomar una suave merienda, se sentó en una de las sillas desocupadas mientras retiraba su rostro plateado dejando ver su entrecejo fruncido.

— ¿Sucede algo?—pregunto Shaina al verle la palidez enmarcada en sus mejillas y sus ojos casi cristalinos.

—No…—contestó tajante mientras trataba de relajar su rostro— ¿Abría de suceder algo Shai?—dijo mientras se mecía con fuerza en las patas traseras de la silla y sus amigas la observaban con malicia.

—Te vez algo… enferma—dijo Marin sirviéndole una taza de jugo— ¿segura que estas bien?

—Te notamos algo agotada en el entrenamiento de hoy…—comento Shaina mordisqueando una manzana—algo muy inusual.

Annie paró al instante su movimiento y se sentó de nuevo, iba a contestar pero algo estaba definitivamente estaba muy mal, su semblante palideció aun más y su estómago revuelto la obligó a correr hasta el baño, un poco más y esparcía su contenido estomacal en el piso.

Las dos amazonas que aún estaban en la mesa y la vieron salir corriendo, sin dudarlo salieron a socorrerla, en ese momento entraba June de Camaleón, otra de las guerreras que había sido mandada a la lejana misión al mediterráneo junto a Annie, dejó unas bolsas con comida que traía del pueblo y buscó a sus amigas hasta dar con ellas en el baño sosteniendo a la amazona para que no se fuera de boca dentro del sanitario.

La escena primero le causó risa, pero después de meditarlo por unos minutos su rostro se contrajo de duda, o más que eso un mal presentimiento.

— ¿Todo está bien?—pregunto haciendo que las otras chicas voltearan a verla.

—Creo que Annie está enferma deberíamos llevarla a la clínica de la señorita Atena en Rodorio—sugirió Marin.

—Excelente idea… es más, yo puedo ir con ella—dijo June mientras la sujetaba del antebrazo.

—Un momento… June no creo que…—trato de hablar la pelinegro pero June la jalo con fiereza a su lado y acercó su boca cerca de su oído con suficiente disimulo para no ser escuchada por las demás.

—Te lo advertí Annie… ahora salgamos de las dudas de una sola vez—susurró camaleón—tranquilas chicas yo me encargo—dijo a las otras que las seguían—cuando tenga noticias las llamaré lo prometo—sonrió mientras tomaba de nuevo una chaqueta y salía con su compañera.

… … … …. ….............

Luego del extraño desayuno kanon decidió tomar un autobús y llevar a su compañero a uno de los muelles más hermosos que había en la costa, lugar que había conocido con innumerables féminas, donde había visto miles de atardeceres y contados millones de estrellas cuando fue marino de Poseidón, pero que jamás había compartido con ese alguien que por primera vez le estaba costando tanto tiempo en conquistar, esa persona que hacía que su corazón se acelerara con tenerle cerca, vino de nuevo Annie, necesitaba explicarle a Mu el secreto a voces que el santuario ocultaba de ellos, esa relación que jamás debió de pasar, casi una apuesta con Saga que estaba a punto de costarle su felicidad al lado del ariano y que por alguna razón ahora que lo pensaba bien, el cordero no había dicho nada.

— ¿Kanon?—llamo el lemuriano haciéndolo salir de sus cavilaciones— ¿cuándo más tardaremos?

—Unos veinte minutos Mu, no seas ansioso—susurró en su oído.

El pelilila solo se apartó, ir al asiento del rincón no había sido una muy buena idea, sentía el cuerpo de kanon cerca suyo, casi sudaba de congoja con cada movimiento del gemelo que inconscientemente lo hacía estar en guardia, pensaba que Kanon estaba esperando que él se distrajera para robarle un beso o un abrazo, ahí frente a toda esa gente, aun no estaba listo para…— un momento ¿aun?—Sacudió su cabeza apartando esas ideas raras y suspiró observando por la ventana como el sol pasaba ya marcando la una de la tarde en su reloj, señal que volverían en la noche y que por lo visto irían a un lugar muy alejado, pensó en Shaka, en su amigo que tantas cosas le metía en la cabeza, en su alumno, su maestro, su diosa, ¿sería que los defraudaría si se rindiese por completo a esas emociones que las manos de ese griego le hacían sentir? ¿era complicado o simplemente él lo hacía ver complicado?.

—Llegamos…—dijo el gemelo tocando su brazo y colocando unos lentes tipo aviador para salir al fuerte sol, luego saco de una mochila que cargaba otros iguales—toma… no vaya a ser que Shion me mate por llevarte con los ojos quemados.

Con una media sonrisa los tomó, el lugar era tranquilo, casi no había gente en las cercanías, unos metros más adelante, el antiguo muelle los saludaba, el agua del mar era tranquila y el ambiente acogedor, sin perder más tiempo Kanon le señaló el camino sobre la vieja madera, llegaron justo a la orilla y lo invitó a sentarse a su lado, como siempre Mu guardando una prudente distancia.

Era extraño compartir tiempo con una persona tan callada como el caballero de Aries, tal vez tenía razón y no se conocían mucho, tal vez eran demasiadas las diferencias, aun así nada era imposible si había amor en medio, en sus años de experiencia como un innato conquistador él podía reconocer entre tanta timidez una pizca de atracción, y era esa pequeña luz la que estaba decidido a seguir hasta convertirla si fuese posible en un sol.

—Dijiste que quieras saber más de mi…—dijo Mu sorprendiendo al gemelo pero sin levantar aun su mirada sobre las tranquilas aguas, desde donde estaban pudo observar a unas chicas jugando en un bote a lanzarse agua, frunció el ceño y una duda dentro de él se accionó— pero de igual forma yo… quiero saber algunas cosas de ti…

Kanon sonrió, suspiro y hecho su cuerpo hacia atrás sobre sus brazos buscando algún punto en el cielo como referencia, encontró una curiosa nube en forma de flor y cerró sus ojos— ¿Qué quieres saber de mí Mu? para tí soy un libro...

—Annie…—soltó mientras se perdía en las esmeraldas del mayor.

………………………………

—Parece que las fracturas están de moda en los gemelos—bromeo el joven escorpio mientras se sentaba junto a Saga.

—Eso parece…—dijo el mayor mientras dibujaba una mueca de dolor en su rostro con cada movimiento que hacia—pero creo que yo me llevo el premio ¿no lo crees Shaka?—pregunto al rubio que entraba con un vaso de agua y un par de analgésicos.

—En mi opinión nadie recibe lo que no merece… además el único premio que tienes es mi generoso cuidado—contesto mientras se acercaba a Saga y le mostraba las pastillas para que abriera su boca—solo espero que no seas tan hostigoso como Kanon… y cooperes—dijo el rubio sentándose a su lado y ahora dándole de beber—o me veré obligado a dejarte…callado—replico con una media sonrisa—ya sabes a que me refiero…

Los peliuazul se voltearon a ver con espanto

—Yo mejor me voy…—dijo Milo poniéndose en pie—tengo una cita en el pueblo con una hermosa rubia y… buena suerte Saga… ¡se buen niño!—dijo casi desde la entrada en un fuerte grito.

—Solo bromeaba—se corrigió Shaka—realmente lo siento mucho Saga, no fue mi intención que te dañaras tanto…

—Yo también lamento bromear así contigo…—dijo el gemelo con una sonrisa que la hacía sentir un punzón en su espalda—convivir con mi hermano es muy extraño… uno se acostumbra a su ritmo de vida acelerado, Mu es un claro ejemplo de eso…—comento y al instante observó la molestia en la cara de Shaka— ¿te molesta que hable del carnero?

—En realidad solo me siento un poco traicionado sabes…—dijo el rubio mientras suspiraba y se acomodaba al lado de Saga con su espalda recostada en el respaldar de la cama—he sido su mejor amigo desde que éramos unos niños… y ni siquiera se despidió de mi…

Saga lo observó con el rabo del ojo, el arnés no permitía un solo movimiento desde su cuello hasta su cadera, tampoco podía asentir, pero se dio cuenta que Shaka solo quería desahogarse un rato, así que guardo silencio y lo escuchó hablar y hablar hasta que el tiempo, el sueño y los medicamentos hicieron mella en él y pudo quedarse dormido.

Para cuando abrió sus ojos de nuevo, el cielo a través de su ventana mostraba algunas estrellas, en un sillón el sexto guardián dormía con un libro sobre su pecho, con un poco de incomodidad y tratando de ser lo menos molesto e inútil que podía, se arriesgó a caminar hasta el baño, pero un breve quejido lo detuvo, casi como un robot giro lo más rápido que su armazón de metal lo permitiera y se acercó al sillón donde su compañero parecía tener una pesadilla, se arrodilló puesto que ese arnés no le permitía doblar su espalda y trato de hablarle.

Shaka… Shaka despierta… —susurró cerca de su cara, con la mitad de su cuerpo inmovilizado le era imposible menearlo para que abriera sus ojos, y le parecía por su facciones que posiblemente sufría, sintiendo compasión se acercó un poco más esta vez más cerca de su iodo, pero cuando iba a hablarle de nuevo su compañero giró de improvisto su cara quedando a escasos centímetros de sus rostros.

Mu… yo… yo… te amo…—murmuró Shaka frente a su rostro dejándolo inmutado.

 

 

Notas finales:

continuaraaaaa 

Gracias por estar al pendiente de esta historia se les quiere monton... espero haya sido de su agrado.

"Ahora soy toda vuestra, permitidme saber su humilde opininon sobre esta fatidica historia...con un hermoso review"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).