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Estocolmo por geminisnocris

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Notas del capitulo:

LO QUE DUELE NO ES LA DECICION, ES LA CONSECUENCIA DE DECIDIRSE...

ESTE CAP ME QUEDO DEMASIDO LARGO...

ESPERO QUE LO DISFRUTEN...

ANTES DEBO AGRADECER A UNA MUSA QUE ME INSPIRO CON UN HERMOSO MENSAJE...

KALIII MUCHAS GRACIAS UN ENORME ABRAZO

La mejor decisión.

 

 

“El verdadero amor perdona… si el amor es verdadero… no se quiebra no abandona”

 

La tarde pintaba cambas en el cielo, el mar como apaciguado por la brisa ahora se meneaba pacifico produciendo ese sonido muy parecido al de la respiración humana, a lo lejos, el sol amenazaba con ocultarse tras unas montañas y los arboles lucían en sus copas el brillo anaranjado del atardecer, aun así el ambiente que rodeaba a ambos caballeros era por así decirlo, tenso, por un lado una pregunta y por el otro una respuesta que estaba lejos de querer ser escuchada, las esmeraldas del ariano se fundían con las del gemelo menor, este último con la mandíbula tensa y tragando tan grueso que la manzana de adán en su garganta bailó por unos momentos antes de dejar que la saliva siguiera su paso.

Una ráfaga de viento traviesa se llevó consigo un respiro de resignación de los labios de Mu, quien ante la mirada confusa de Kanon, que aún no pronunciaba palabra alguna, se puso de pie, sacudió con rapidez su ropa y dio un par de pasos, volteó por un momento para ver si había cambiado su semblante, abrió su boca unos centímetros dispuesto a decir algo, pero luego la cerró mientras negaba con lentitud y seguía su camino hacia la playa, no lo pensó dos veces para lanzarse desde el muelle hasta la arena que la marea había despejado dejando atrás al gemelo con lo que fuera que iba a decir en su boca, aún muy dentro de él guardaba la esperanza de alguna respuesta que lo hiciera finalmente decidirse a aceptar esos sentimientos que su compañero despertaba, pero ahora ese maldito secreto a voces del santuario —¿Cómo pudo haberlo olvidado? ¿Por qué justo ahora todas esas ideas se le venían a la mente? ¿qué demonios pensaba Kanon cada vez que estaba con él?— el enojo que lo rodeaba se acercaba más a la decepción de sí mismo, le había abierto a su compañero algo más que un par de piernas, se había dejado llevar por esas sensaciones que lo hacían estremecer y justamente con ese compañero, un ser totalmente contrario a sus costumbres, un hombre comprometido con… una mujer, y él no sería el culpable de esa separación, ya se imaginaba el escándalo en las doce casas, comenzando por su amado maestro y su amigo—estás loco Mu, si no se dignó a convencerte de lo contrario…—se reafirmó a sí mismo mientras suspiraba y acariciaba su nuca para relajarse y lanzar una mirada a sus espaldas— quiere decir que todas esas cosas que dicen los demás caballeros es verdad, si fuese mentira estoy seguro que ya me hubiese dicho algo, por lo menos alguna escusa, creo que lo mejor es dejar todo así… como si nada hubiese pasado—suspiró con pesar para seguir unos cuantos pasos más con su monólogo y dejarse caer en la arena, lo pensaría bien, necesitaba pensarlo bien, cerró sus ojos dejándose llevar por la brisa del mar que lo refrescaba, recordó de repente aquel primer beso y esas caricias que no lo dejaron protestar, abrió sus ojos de repente con sus mejillas sonrojadas— Kanon ¿Por qué no pudiste decir nada?— se preguntó casi furioso, había quedado claro lo que muchas veces su maestro repetía cuando Milo o Aioria hacían alguna diablura “El que calla… otorga”

 

“Estoy aquí con mi confesión, no tengo nada más que esconder… no mas

No sé por dónde empezar…para mostrarte la verdadera forma de mi corazón”

 

 

Parpadeó un par de veces mientras lo observaba partir con esa maldita serenidad que le envidiaba, esa paz que lo envolvía, pero si lo detenía ¿qué podía decirle?  ¿Cómo se lo iba a explicar? Si bien desde la mañana ese sentimiento lo había embarcado ahora lo ahogaba, ¡pero por Atena!, él era Kanon de Dragón Marino, el hombre que manipuló a un dios, un ser recto inquebrantable, duro y ahora, no tenía palabras para explicar lo que en verdad sucedía, se levantó con rapidez decidido a ir tras de él, saltó de la misma altura activando un punzón en su rodilla, pero aun cojeando caminó sobre la arena húmeda tras las huellas de su compañero, unos pasos más y lo encontró sentado sobre la arena, con sus ojos cerrados recibiendo de lleno la brisa salada, sus manos rodeando sus piernas y sus pies apenas en contacto con la espuma de las olas, se veía tranquilo, sereno, cautivante. Detuvo sus pasos a unos metros de él, aun dudando si acercase o no, comprendiendo quien era el responsable de ese cambio en su personalidad y con un remolino de palabras que le abarcaban desde su estómago hasta casi desbordar en su boca, pasó sus manos nervioso y peino con sus dedos su de por sí ya alborotada melena azulada, exhaló e inhaló un par de veces, como si el aire tuviese el poder de acomodar todo ese discurso lleno de tachones y frases sin sentido, que tal vez en otro momento y frente a otra persona hubiesen sido de una inigualable ayuda

Aries…—logró articular llamando su atención luego de limpiar su garganta—yo sé que las palabras se las lleva el viento, que por las cosas que sabes y has escuchado es muy posible que ahora no creas en mi—el ariano abrió sus ojos mientras se giraba y lo observaba, él se acercó un poco más y jugando con su suerte se sentó a su lado—Perdón, sé que tuve que haberte contado todo esto antes de que viniéramos aquí…—el pelilila suspiró de nuevo y negó con suavidad—y no sabes cuan arrepentido estoy por permitirme seguir ese estúpido juego… porque eso fue exactamente… solo un juego—trató de tomar unos de sus largos mechones lilas que en ese momento se había resbalado hasta su frente—yo a ella no…

—No digas nada más por favor…—suspiró Mu mientras lo interrumpía apartando su mano, tragó grueso antes que su voluntad en ese momento lo traicionara por la cercanía de Kanon y guardó un poco de silencio antes de continuar —al fin era la respuesta que quería Pero ¿estaba dispuesto a escucharla? No… no estaba dispuesto, o mejor dicho preparado, o tal vez ¿era solo miedo?—creo que lo mejor es que disfrutemos estas vacaciones como debimos desde el principio… ¿no lo crees?—dijo casi contra su voluntad mientras volteaba su rostro del gemelo que lo observaba casi inmutado hacia el profundo mar—perdoname a mí por preguntarte esas cosas… en realidad no tienes que explicar nada, solo somos un par de buenos amigos que disfrutan de sus días libres, compañeros de armas, conocidos… nada más…conocidos—murmuro al final con cierta nostalgia mientras regresaba su vista hacia el peliazul.

Por un momento hubo un silencio que se volvió insoportable para Kanon, aun si pudiese contradecirlo y convencerlo que esa no era la forma en la que él lo veía, algo en esas pocas palabras había dejado en claro la actitud del menor—Entiendo…—dijo Kanon volteándose hacia la playa, eso era todo, era lo que no quería escuchar, pero ahí estaba, Mu haciendo que la oportunidad que pensaba aún tenía con él, se esfumara como la espuma del mar entre la arena— perdoname…por obligarte a todas esas cosas… ya sabes, hacerte el amor…—dijo casi siseado sorprendiendo al ariano que lo observaba con su entrecejo fruncido y un leve sonrojo— prometo que a partir de este momento jamás te mencionare nada que no quieras escuchar—estaba molesto consigo mismo—ni te tocaré como lo hice anteriormente—decepcionado y abatido—solo seremos dos buenos amigos… disfrutando unas merecidas vacaciones de verano… lejos de su casa tal y como te lo había prometido—se puso de pie y sacudió sus pantalones de manta, no había nada más que decir, y si lo hacía estaba seguro que sus impulsos una vez más lo llevarían a cometer otra locura por la cual arrepentirse más de la cuenta, lo deseaba, lo amaba, su sola presencia lo hacía sentir bien, diferente, pero por lo visto su sentimiento no era reciproco, o por lo menos eso fue lo que logró entender de su compañero, su amigo, de todas formas para eso era el viaje, para volver como eso o como algo más.

Mu estaba callado, escuchando cada palabra que Kanon decía con cierto dejo de dolor, al mismo tiempo arrepintiéndose y esperando irónicamente entre tantas cosas que se Kanon se acercara y lo tomara por su espalda, que lo besara, que tomara todo como un simple comentario, que lo convenciera de lo contrario—Qué locura— ese sentimiento tan confuso al verlo actuar de esa manera, solo pudo dejar en claro algo que durante el tiempo que convivieron juntos en el tercer templo o en la semana que lo cuidó junto a Shaka jamás había comprendido  aunque lo sintiera, él también estaba enamorado… lo observó ponerse de pie y regalarle una mirada indiferente, fría y calculada, como nunca antes vez lo había hecho.

—Hora de irnos—soltó de repente el gemelo—anochecerá y perderemos la cena del hotel—sonrió y se levantó sin siquiera esperarlo— ¿vienes o te quedas?

¿Por qué cada palabra de Kanon le resultaba tan punzante? ¿Qué acaso no había obtenido lo que quería? Su espacio personal, no pecar más, estar en paz con su conciencia, aunque la duda de esa amazona le estaba aún carcomiendo su mente, pero ese ya ese no era su problema, su problema ahora era que de verdad sentía algo por ese gemelo y el mismo le había dicho ya no más, se frotó lo brazos y caminó hasta sentarse a su lado, las vacaciones apenas comenzaban.

 

“Nadie dijo que lo correcto iba a ser fácil… ¿pero es realmente lo correcto aunque duela demasiado?”

………………………….

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Saga no sabía que le dolía más, si la nuca por no poder recostarse un rato, o la cabeza de darle tantas vueltas al asunto hasta gastarlo por todos los lados, —Shaka amaba Mu— esas palabras le estaban clavando agujas en el cerebro, el reloj marcaba casi las cinco de la mañana y de nuevo pero con mayor  delicadeza, se había levantado contra el dolor de su espalda y había podido orinar, tampoco estaba tan preocupado en despertar al rubio para que se la sostuviese, por lo que como buen hermano de Kanon había arriesgado el movimiento parcial de sus brazos para poder sacar su miembro y orinar sin empaparse. Ahora estaba en su cama, de nuevo recostado sobre la montaña de almohadas que el patriarca había reacomodado en el respaldar de la cama, con el control de la televisión en su mano y con sus esmeraldas tirando a un rojo desteñido, su corazón latía mil veces por minuto, de repente una idea surcó sus pensamientos— Si Shaka realmente ama a Mu, ¿quiere decir que esos dos mantienen una relación a escondidas?… ¿será posible entonces que… mi hermano…?

— ¿Saga?—lo distrajo la voz de Shaka que apenas abría sus ojos— ¿Qué haces despierto tan temprano? ¿No pudiste dormir?

¿Se lo preguntaba ya o más tarde? tenía que ser audaz, Shaka no revelaría ese tipo de cosas a nadie que no fuera Mu, así que utilizando todo el lado patriarcal que poseía aun frente a sus compañeros y esa facilidad de expresarse y obtener lo que se proponía, comenzó a idear un plan para poder sacar toda esa información y atar algunos cabos sueltos, ya la ida de su hermano junto al carnero no le estaba pareciendo tan misteriosa después de todo—no pude dormir en casi toda la noche, me pareció escuchar algo y luego no pude conciliar el sueño—contestó con esa sonrisa retorcida— pero ya casi amanece… ¿serias tan amable de preparame algo de comer?—preguntó mientras sostenía su respiración aun incrédulo que el hombre que tenía al frente estuviese enamorado de otro compañero, de esecompañero, Shion se iba a morir y de paso a matarlo.

El sexto guardián lo observó por un rato, y luego de dar un enorme bostezo y estirar su cuerpo adolorido por el sillón—algo puramente humano que hace poco se había acostumbrada a hacer— salió hacia la cocina.

Cuando Saga lo observó atravesar la puerta soltó el poco aire que había recogido, no podía presionar su cabeza, pues sus brazos estaban literalmente amarrados a su costado y tampoco podía girarla gracias al enorme cuello ortopédico que se balanceaba entre sus hombros, esperaría que el rubio le trajera su desayuno y lo abordaría con una conversación hasta dar en el punto exacto, si no podía por la buenas, entonces seria por las malas, pero él tenía que saber qué demonios estaba pasando entre esos dos y más aún ¿que planeaba Kanon?, ¿que estaba pensando en llevarse a Mu de esa forma tan poco usual? y peor aún con esa amazona rondando su casa, si sus pocas ideas estaban en lo correcto su hermano tendría graves problemas con buda a su regreso.

 

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Los rayos del sol atravesaban con torpeza las ventanas de la cabaña de las amazonas, pero la actividad en una de ellas había comenzado desde altas horas de la madrugada, Annie continuaba con su malestar abrazada al sanitario y esa misma mañana tendrían que viajar por el resultado a Rodorio junto a June.

Con unas marcadas ojeras Shaina preparaba una ración de café extrafuerte, por otro lado Marín se preocupaba por la inglesa que parecía no querer mejorar, luego de volver de la clínica tanto ella como June se habían mantenido reservado el supuesto diagnostico que el médico les había brindado, y eso tenía a las chicas un poco molestas al sentirse excluidas.

Un sonoro bostezo hizo que tanto la cobra como la pelirroja voltearan su rostro hacia el ruido, encontrándose a una rubia sumamente cansada e irritada, con su lento caminar se acomodó en la mesa dejando caer su cabeza y su cabello desparramado sobre esta mientras buscaba como recuperar un poco de sueño antes del entrenamiento.

—¿Cómo sigue Annie?—pregunto Marín—¿estás segura que es solo un dolor estomacal?

—¿Hum?…si, si, solo eso Marin—sonrió June mientras levantaba su cabeza, clavó sus ojos en sus compañeras y su semblante preocupado, su corazón se contrajo de repente, como odiaba las mentiras.

 

Flash back

El medico entró de nuevo hasta el consultorio donde ambas jóvenes lo esperaban ansiosas, dio un vistazo al papel antes de sentarse frente a ellas en su silla rodante tras el escritorio, esbozó una ligera sonrisa y clavó sus ojos café en Annie, estiró su mano y le brindo el papel a la amazona que lo tomó temblorosa.

—Felicidades…—dijo el médico recostando el peso en la silla y entrelazando sus dedos sin dejar de observar a ambas jóvenes.

— ¿Felicidades?—preguntó June con el corazón en la boca mientras veía de Annie al doctor—no entiendo…

—Va a ser mamá…—terminó el hombre sin poder evitar sonreír.

La cara de la amazona de grulla se contrajo, cambio de color y dejó escapar un par de lágrimas que limpió con rapidez — ¿Cuánto tengo exactamente?—pregunto aún consternada.

—Si quieres podemos hacerte un examen más preciso, pero tendrás que venir mañana temprano—comento el médico.

—Entonces mañana volveremos—dijo Annie tomando a June de la mano y saliendo a toda prisa hacia el ascensor.

Un enorme silencio las rodeó, de repente y sin perder más tiempo la inglesa presionó el botón de emergencia deteniendo por un momento el ascensor, caminó hacia la rubia y la observó con sus ambarinos ojos salpicados de un tenue rojo—June—murmuro en un tono casi inaudible—tu sabes que sucedió en el mediterráneo ¿cierto?, tú estabas ahí a mi lado…

—Te lo previne Annie… estabas tomada…tu

—June… estaba despechada… Kanon y yo nos habíamos peleado—la interrumpió mientras la tomaba por los hombros y la meneaba para atrapar su mirada— nadie debe saber que estoy embarazada hasta saber cuánto tengo... ¿de acuerdo?—June la observó con su entrecejo fruncido pero no pronunció una sola palabra—este bebé tiene que ser de Kanon ¿me entendiste?—el rostro de la rubia dibujó una mueca de indignación— ¿entendiste?

—No puedes hacerle esto…

—Ya lo estoy haciendo… y si no quieres que Shun se dé cuenta de lo que tu hiciste también, deberás ayudarme… perdona que te chantajee de esta forma… pero, necesito de tu lealtad—sonrió de medio lado presionando el botón de nuevo hasta llegar al primer piso.

 

Fin Flashback

 

—¡Camaleón! ¡Camaleón!!—llamó Shaina mientras ofrecía una taza cargada de oscuro café y la sacaba de sus pensamientos.

—¡Wagh!…—exclamó con asco la rubia al dar el primer sorbo—parece esos menjurjes que Saga prepara cada vez que se va Kanon…—comentó mientras hacía a un lado la taza y volvía a hundirse en el mundo de los sueños.

— ¡Juneeee!—escuchó desde el baño, rodó sus ojos con fastidio y se levantó de nuevo hacia su compañera.

……………………..

Entró al baño y se acomodó una vez más al lado de la pelinegra, se veía demacrada, casi doce horas de náuseas y mareos la tenían al borde de la locura.

— ¿Aun insistes en que no les digamos nada a las chicas?—cuestionó la rubia mientras apartaba un poco de cabello de su amiga y lo colocaba tras su oreja

—Aun debo saber cuánto tengo… ¿recuerdas?—murmuro—si todo sale bien, terminara siendo hijo de un dorado…

— ¿Sigues empeñada con Kanon?—preguntó con ironía mientras la clavaba sus zafiros en los ambarinos de ella—Annie… de verdad que estas muy loca… el dragón marino no se tragará gato por liebre… además lo que haces es muy injusto…

—Tu eres la única que sabe mi secreto June…—la rubia la observó indignada, tampoco estaba tan feliz de haber sido la única testigo de su irresponsable y despechado comportamiento durante la misión con ese extraño hombre— ¡June!… ¡June! —exclamó sacándola de sus cavilaciones—prometeme que no dirás nada… prometelo—con toda la inseguridad del mundo June asintió, tampoco podía arriesgar su relación con el caballero de Andrómeda.

— ¿Qué harás cuando el bebé nazca?... te has puesto a pensar si quiera ¿cómo será? ¿Su apariencia?

—No quiero preocuparme por eso ahora… necesito ese papel para mostrárselo a Saga, con eso bastara para traer a Kanon de regreso este donde este—dijo antes de regurgitar el poco de agua que su estómago había ingerido, se limpió la boca con su mano y dibujo una diminuta sonrisa—además, ellos son huérfanos, tal vez saque los ojos azules de su abuelo…

June negó con lentitud, siempre escuchó decir a las mujeres del pueblo que no había mejor partido que un dorado, pero esto ya era demasiada obsesión por parte de su compañera, casi al punto de ser enfermizo y poco aceptable viniendo de una amazona.

 

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El camino de regreso al hotel fue silencioso, en el autobús Kanon ni siquiera había tomado su lugar al lado suyo como anteriormente lo había hecho, simplemente se sentó donde quiso y le dio la oportunidad de hacerse donde le placiera, ahora una extraña sensación de vacío le rondaba y no sabía cómo llenarlo, decidió entonces ver por la ventana hasta que el sueño lo dominó, no fue sino al rato al rato que sintió la mano de Kanon en su hombro señalando que ya habían llegado.

En el mismo silencio entraron al hotel, subieron en el ascensor sin voltearse a ver y llegaron al pasillo donde se encontraba su habitación, pero antes que Kanon pasara la tarjeta electrónica por la puerta y la abriese, una serena vocecita los detuvo.

— ¿Vecinos?—dijo una joven de cabellos castaños mientras con ternura sostenía un abultado vientre y se acercaba.

Inmediatamente las esmeraldas de Kanon viajaron hasta Mu que sonreía con simpatía.

—Kanon… —dijo Mu casi en un murmuro mientras se acercaba a la joven—ella es la joven de la que te hablé ¿recuerdas el café? ¿Ahora en la mañana?—el gemelo asintió y saludó a la mujer brindando su mano.

—Kanon, es un gusto…

—El gusto es mío, Adara—dijo mientras estrujaba con suavidad la enorme mano del gemelo— su compañero nos ayudó mucho hoy… de hecho no te pudimos devolver el favor—dijo de nuevo la castaña tomando con ternura esta vez las manos del lemuriano.

—No es necesario, ha sido todo un placer—contesto con su tranquila y suave voz—además con el café ha sido suficiente.

— ¡Cariño!—llamó un hombre que se acercaba lleno de bolsas— ¿Por qué no invitas a los vecinos a la cena de ahora en la noche? Por cierto me llamo Fred—se presentó mientras entraba apurando su paso por el peso de sus compras.

La mujer volteó hacia su esposo y luego los observó con el rostro lleno de ilusión y sin pronunciar ni una solo palabra solo soltó una tímida risa—Mi madre y mi hermano vienen a quedarse con nosotros unos días y mi esposo quiere celebrar que tendremos un varón…—dijo mientras viajaba de una a otra mirada.

—Será un honor—dijo Kanon abriendo finalmente la puerta y haciendo que Mu frunciera su entrecejo—esteramos ahí, no lo duden… ¿entramos Mu?-preguntó con una sonrisa que hizo estremecer al lemuriano.

La joven se marchó despidiéndose con su mano, algo en ellos le producía cierta tranquilidad, principalmente cuando hablaba con el gemelo, inclusive su hijo se movía fuerte en su vientre.

El ariano entró primero, se detuvo un par de pasos y se volteó hacia Kanon tomando su antebrazo— ¿De verdad iremos?—pregunto inseguro de recibir respuesta.

Sosteniendo su impulso por voltearse y besarlo hasta robar su aire Kanon simplemente suspiró, asintió con su cabeza mientras se liberaba con suavidad de ese toque que le erizaba la piel para perderse en su habitación y cerró con fiereza la puerta dejando a un Mu, ligeramente confundido.

—Kanon… realmente lo siento—murmuró para sí mismo mientras de igual forma ingresaba hasta su habitación—y aunque me este arrepintiendo creo que es lo mejor…

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La mesa estaba servida, dos platos bien presentados, huevos, tostadas y algo de mermelada, lo más pasable que pudo encontrar en la despensa de los gemelos para preparar un desayuno medianamente comestible, pues la nevera estaba llena de bolsitas congeladas con el nombre de un día de la semana, seguramente Kanon se había tomado la molestia de no dejar morir de hambre a su hermano, ahora solo faltaba Saga, acomodó la silla más blanda, coloco un almohadón en donde recostaría la dañada espalda y fue por él. Con toda la parsimonia del mundo Shaka lo hizo caminar hasta la mesa y logró, luego de un mundo de quejidos, sentarlo finalmente en la silla, partió sin prisa trozos de pan que colocaba en la boca del peliazul junto con un poco de mermelada.

Saga lo observaba un poco receloso, ¿sería que de verdad el sexto guardián sintiera algo más que una tremenda amistad por el lemuriano? ¿habría escuchado mal? en todo ese rato no había hecho otra cosa más que darle vueltas al asunto y quebrarse la cabeza y mientras masticaba con sus ojos entrecerrados,  trataba de idear como podría saciar esa estúpida duda—Sabes…—dijo finalmente mientras tragaba ahora un poco de huevo—con esta situación estoy recordando un poco de cuando fui patriarca…—mintió, pues en aquel tiempo ser un recipiente de un dios le daba pocos momentos de lucidez, los ojos celestes de Shaka viajaban del plato a la boca del peliazul, no hubo algún cambio ni señal de incomodad ante sus palabras…aun—tenia sirvientes que me alimentaban…

—Pues ya no eres el patriarca Saga de géminis, ahora eres un caballero y espero que no te confundas con mis servicios—Saga lo observó de una forma casi lasciva, haciéndolo sentir al instante incómodo— ¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras de esa forma?

—Nada, no me pasa nada… solo quiero que… me saques de una duda—dijo con una expresión un tanto severa.

Shaka lo observó un poco extrañado, algo en la actitud de Saga lo hizo sentir atemorizado, iba a responder pero un intenso cosmos los envolvió.

— ¿Saga?—dijo una dulce voz que resonó en el silencio del tercer templo— ¿Shaka?—habló a sus espaldas la joven deidad— ¿pero cómo te has hecho tanto daño?—pregunto asombrada mientras tomaba asiento en la mesa junto a sus caballeros

—Larga historia princesa—dijo con su roca voz mientas volteaba al rubio que se había levantado y ahora lo observaba con cierto reproche.

—Me retiro señorita Atena—se disculpó el santo de la sexta casa con una reverencia, Saori asintió con una sonrisa—necesito cambiarme—dijo mientras desaparecía bajo la mirada esmeralda del gemelo.

 — ¿A qué debo su visita?—preguntó el gemelo mayor sin poderse girar, luego de la partida del rubio.

La diosa se levantó de su lugar para situarse al frente del caballero acaparando toda su atención, luego de dar un sonoro suspiro y observar bien el armatoste que el hombre tenía encima comenzó a hablar—vine porque necesito de la ayuda de ustedes dos —sonrió como solo ella llena de dulzura podría hacerlo, causando que su caballero levantara una ceja con curiosidad— te repondré tus brazos y cuello ¿de acuerdo?—Saga asintió— solo cierra tus ojos, dolerá un poco pero te sentirás mejor y podrás moverte con facilidad—dijo casi en un susurro mientras colocaba sus delicadas manos en los brazos del peliazul infringiendo un poco de su cosmos, luego en su cuello, donde lo escucho gemir levemente—listo…—dijo acariciando el cuello de Saga para corroborar su efectividad—ahora… el favor—suspiró y luego sopló su flequillo con fuerza.

—Dígame señorita Atena… ¿Cuál será ese favor?—preguntó Saga mientras movía sus extremidades superiores sin dolor y observaba luego a una sonriente Atenea-¿es algo peligroso?

—Ya lo creo…—murmuró—veras…Kiki vendrá pasado mañana y… solo puedo confiar su cuidado a alguien tan responsable como tú o Shaka—comentó esperando alguna reacción por parte del gemelo mayor— Alde viajó esta tarde hasta Brasil en una misión de parte de Shion y no se…¿sería posible que…?

—Será un placer—contestó sin dejarla terminar, definitivamente el enano sería un As bajo la manga—dormirá con nosotros en el tercer templo no se preocupe—dijo Saga mientras Saori ensanchaba su sonrisa.

—¡Excelente Saga! Sabía que podía contar contigo—exclamó la diosa mientras se despedía del peliazul palmeando su hombro—otra cosa…—se detuvo y casi giró sobre sus talones, Saga la volteó a ver y sonrió —quiero matricularlo en una escuela en Atenas, hablé con Shion sobre el tiempo de paz y quiero que lo aproveche lo más que pueda… así que necesito que me ayuden con eso también—el gemelo asintió inseguro ya de su nueva misión—gracias… portate bien…—se despidió la adolecente mientras se perdía entre la oscuridad del templo.

Lo de le escuela no le había sonado mucho al gemelo mayor, pero en fin, su diosa sabría porque lo hacía, levantó sus brazos hacia el techo y meneó su cabeza, dibujó una sonrisa y decidido a enfrentar a Shaka, se levantó de la silla y se encaminó hacia la habitación de su hermano, el último lugar donde había visto a su compañero refugiarse.

………………………….

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La hora de la cena finalmente había llegado, al salir de su habitación para darse los últimos retoques en su largo cabello, observó a Kanon tomar una botella de vino, supuso que para entregarla a los vecinos como un gesto de simpatía por la invitación, la conversación entre ambos era escasa desde la tarde y mientras caminaba tras del peliazul y salían del departamento, Mu comenzaba a preguntarse si sería buena idea asistir juntos a esa casi fiesta y pasarla como completos desconocidos, pero ya estaban frente a la puerta y como buenos caballeros tenían una promesa que cumplir, tocaron varias veces y un jovencito no mayor de veinte años la abrió mientras les brindaba una hermosa sonrisa dibujando un hoyuelo en su mejilla izquierda, se parecía un poco a Adara, con su cabello castaño y ensortijado en las puntas, un par de lentes transparentes que protegían unos orbes cafés claro, una altura muy parecida a la de Kanon y con una contextura igualmente musculosa.

La mirada lasciva sobre el lemuriano no pasó desapercibida para el gemelo menor—hola… soy Kanon y él es mi “compañero” Mu—saludó casi como queriendo distraerlo de tan profundo escrutinio sobre el hombre que estaba a sus espaldas—somos los vecinos del frente… la señora Adara nos invitó ahora en la tarde—continuó un poco molesto, el chico no dejaba de ver al pelilila y eso ya le estaba incomodando.

Esas esmeraldas cargadas de una inexplicable paz lo habían atrapado por completo, se había embebido por unos minutos para observar curioso la apariencia de ese que se escondía tras esa pared azul musculosa y sobreprotectora, su cabello largo, suelto y liso, un poco más pequeño que él pero por la camisa blanca que traía a medio abrir podía apreciar un pálido pero trabajado pecho, cuando subió de nuevo su vista hacia su rostro este dibujó una sonrisa que lo hizo olvidar por completo donde estaba y que estaba haciendo— ¿Hum?—respondió a un ya irritado gemelo— Ha, si, si, lo siento, mi hermana…—murmuro abriendo más la puerta y dejándolos pasar sin perder de vista lemuriano—ella está en la cocina…—afirmó observando divertido hacia Kanon que se encontraba con su semblante totalmente serio y su entrecejo fruncido mientras ingresaban a la casa.

El peliazul se detuvo para entregarle la botella, frunció el ceño aún más cuando vio a su compañero y a ese chico que se estaban observando en silencio, algo muy común comenzó a crecer dentro de él, algo llamado celos, sus incontrolables y temibles celos.

—Gracias…—dijo Mu algo incómodo de ver la expresión tan severa en su compañero—dile que trajimos una botella de vino…y que ya estamos acá—informó mientras le arrebataba a Kanon la botella y se la entregaba al muchacho.

—Claro…—el chico no bajó su mirada mientras tomaba con delicadeza la botella de manos del lemuriano rozando sus dedos, tirando hacia el gemelo una sutil advertencia.

Los tres hombres guardaron un rato de silencio, Mu sacudió su garganta para decir unas palabras acaparando la atención de ambos hombres, pero la voz de la joven Adara los distrajo de repente—Me alegra que pudieran venir, creo que ya conocieron a mi hermano menor Adrián…—interrumpió la castaña con una bandeja de algo parecido a un asado crudo mientras se aparecía en la sala.

La mirada de los tres viajo inmediatamente al extraño plato que cargaba la chica y su hermano hizo un gesto de asco.

— ¿Cordero Asado?—pregunto Kanon sintiendo el olor con delicadeza pero sin despegar un momento el rabillo de su ojo sobre el lemuriano y el hermano de la mujer.

—Casi cordero—suspiro con pesar Adara—mi esposo insistió en prepararlo y…

—Si me permites—interrumpió el gemelo viendo una opción de alejarse de ese muchacho—…adoro la cocina—dijo mientras se sacaba la chaqueta—Mu… ¿me ayudas?—preguntó, no estaba dispuesto a dejar a su borrego vivo frente a ese demonio disfrazado de ángel.

—Claro…—dijo casi en un murmuro mientras sentía las manos de su compañero en su espalda—te ayudaré…—finalizó con una mirada sobre los ojos café de ese muchacho que ya lo estaba incomodando con tanto escrutinio mal disimulado hacia su persona.

—Hay no, no podría permitir que…ustedes me ayuden, son los invitados—decía la joven embrazada antes que su hermano la interrumpiera abrazándola.

—Hay ya dejalos—sonrió Adrián recostado a su hermana —adelante toda suya… vecinos…—replico el muchacho observando con intensidad al caballero de la primer casa.

—Con su permiso—dijo Kanon entre dientes mientras casi a rastras llevaba a Mu hasta la cocina, ya era demasiado, ¿Cómo se atrevía a verlo de esa forma?

Tras ellos Adara y su hermano solo los observaban, uno cautivado por ese tímido pelilila y otra con la alegría de haberse topado con unos vecinos tan gentiles.

—Están guapos… eres una egoísta Adara ¿Por qué no me habías contado de esas bellezas? —reclamó su hermano mientras la jalaba del brazo—vamos… quiero verlos de cerca.

—Dejate de tonterías Adrián, tú ya tienes tu novio en Francia…

—En Francia lo único que tengo es un trabajo estable Ada…—reprochó el chico con una sonrisa mientras guiñaba su ojo—además… en estos momento es mi exnovio… ese cretino, terminé con el antes de venir, esto es amor a primera vista—murmuró suspirando— ese tímido de cabellos lila es todo un encanto, estoy seguro que fácilmente se lo quietaré a ese musculoso mastodonte—dijo soltando una sonora carcajada mientras su hermana negaba con lentitud.

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La mirada de ese joven lo había dejado un poco confundido, él la había reconocido, era la misma que Kanon le brindaba cuando lo cuidó en el tercer templo, llena de deseo, apreciándolo, recorriéndolo con delicadeza, se perdió un momento pensando que haría, se había alejado del gemelo menor para evitarse problemas y ahora ese muchacho venía a amenazar la paz con su conciencia que no hacía poco había recuperado, de vez en cuando observaba hacia la puerta pensando en ese tipo extraño y en que no sabría cómo corresponder ahora a una conversación con él si es que acaso se presentaba, para Mu ese mundo era algo nuevo, jamás había estado con una mujer, y su virginidad la había dado a un hombre, a su compañero para ser exactos, estaba tan concentrado que apenas y escuchó a Kanon hablarle para que probara una salsa especial, luego sintió sus manos sobre su hombro y le regaló una mirada desaprobatoria por haberlo sacado de sus cavilaciones.

Kanon estaba un poco molesto—mejor traducido como muy celoso— la actitud inocente del carnero dorado indiscutiblemente era lo que lo volvía loco y por lo visto no solo a él, esa bendita forma de curvar sus labios cuando estaba concentrado, su voz joven pero firme y su largos cabellos lila que recogía de vez en cuando para probar algo sin que algún travieso mechón interfiriera con su degustación, pero había algo más que lo estaba matando desde que llegaron, su cosmos estaba inquieto, se perdía por ratos tirando miradas hacia un extremo de la cocina, supuso que ahí se encontraba el hermano de Adara, tenía que hablarle varias veces para tener su atención y eso ya lo estaba enloqueciendo más de la cuenta, y lo peor había sido que la última vez que lo llamo tocando su hombro para que probara la ensalada, le había dado una mirada de esas como cuando estaban discutiendo por el conejo, y aunque había prometido mantenerse al margen jamás se iba a dar el lujo de ponerle tan fácil las cosas a ese tipo lujurioso que estaba en la sala esperando un descuido para atacar al carnero y tal vez conquistarlo.

Aun así la reunión fue todo un éxito, las gratulaciones por salvar la preciada carne de cordero no se hicieron esperar por parte de los esposos y la madre de Adara que hacía poco había llegado, con el dulce vino que trajeron brindaron por las buenas vacaciones de ambos jóvenes alargando la celebración con una breve entrevista que solo Kanon se entretuvo en contestar, mientras entrecerraba sus ojos al chocar con los café de Adrián que solo levantaba una ceja de vez en cuando.

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El reloj marcaba las once de la noche y el joven esposo, ya bajo los efectos del alcohol sacó un par de botellas de vodka del aparador, observó hacia la habitación de su esposa que ya se había despedido para para irse a descansar y corroborar que efectivamente estaba durmiendo, colocó un poco de hielo y sirvió una de las botellas en cinco vasos colocándolo frente a los caballeros, su cuñado y su suegra, quienes se habían acomodado en la sala dejando a ambos santos en el sillón junto a la mujer mientras él y su cuñado ocupaban los individuales.

—Un brindis por que seré padre de un hermoso varón en estos días—dijo alargando cada palabra debido a su etílico estado, todos levantaron sus vasos y los chocaron en el centro para luego dar un gran trago.

Mu no tomó, simplemente colocó el vaso sin dar un solo sorbo, cosa que para el joven castaño y Kanon no pasó desapercibida.

— ¿No toma vodka, Mu?—pregunto Adrián en un tono suave que les crispó la piel a ambos caballeros, mientras daba un sorbo a su vaso y sonreía.

—No…—contesto en su defensa el gemelo dejando a Mu con la palabra en la boca—con el vino ya es suficiente para él—casi estaba a punto de abrazarlo pero aun el alcohol no lo había debilitado tanto como para dejarse llevar por sus instintos y además su compañero no se lo iba a permitir y estaba casi seguro que le reclamaría por ello, pero el ambiente de estrés que le producían las miradas de Adrián sobre Mu, y la forma en como este las correspondía con una sonrisa lo tenían pasando licor por su garganta casi sin darse cuenta.

— ¡Ha vamos vecino!…—rezongó Fred— ¿que acaso no me acompañará?

—Estoy segura que te gustará lindura—dijo la mujer que no pasaba de los cincuenta y quien se sentaba al lado del lemuriano—además es de mala suerte que uno de los que brindaron no tomen aunque sea un trago.

Mejor toma un trago… no dejarán de insistirte hasta que lo tomes—escuchó en su cabeza la voz de Kanon alargando las palabras.

Sin pensarlo más Mu lo tomó casi aguantando la respiración dejando a un gemelo asombrado mientras Adrián sonreía, no había que ser muy listo para ver a leguas que Mu no era un gran tomador que pudiera aguantar menos de un litro de ese licor, por otro lado estaba Kanon, quien ya arrastraba las palabras y sostenía con dificultad la mirada inquisitiva del castaño, unas copas más y ese tímido pelilila estaría libre sin la mirada posesiva de ese malhumorado hombre.

—Así se hace vecino…—dijo Fred empinándose el vaso completamente y rellenando el de los demás.

No era necesario que te lo tomaras de golpe Mu—escuchó de nuevo la voz del gemelo en su cabeza con un dejo de molestia.

Pero tu dijiste que si no lo tomaba…

—Tomabas un trago bobo…—bufo casi con desespero, algunas veces Mu parecía ser tan inocente—no tomes más…—ordenó.

Pero no sabe mal—contesto dejando a Kanon entre impresionado y divertido—lo siento… no volverá a pasar…

—Así que quieres emborrachar al borrego y seducirlo… interesante, eres un pendejo que no sabe cómo conquistar un hombre sin los efectos del alcohol—pensó Kanon sin apartar la vista del castaño que observaba divertido a Mu.

—No me digan que les entró el silencio—bromeó el joven palmeando la espalda de su cuñado—estas botellas tienen que desaparecer antes que nazca mi hijo, este vicio se esfumará y no quiero tentaciones—ambos caballeros sonrieron regalándose miradas a medias con el castaño.

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El calor del alcohol comenzaba a hacer mella en el ariano que ya estaba a punto de zafarse el último botón de su camisa, la mujer aún les contaba cosas divertidas de cuando era joven, así que aprovechando el último de los chistes se levantó para ir al baño, mojarse un poco la cara y de paso vaciar su vejiga hinchada.

De reojo Kanon vio la intención de Adrián en ir tras su compañero, pues no le había perdido de vista en todos los gestos que el castaño hacía, y no dudó un instante en seguirle el paso, de todas formas la señora estaba bastante pasada y muy pronto caería en los brazos de Hypnos, cuando llegó al oscuro pasillo entre las habitaciones se fijó en el baño que se encontraba al final, aligeró su paso para tocar la puerta pero unas manos lo tomaron desprevenido colocándolo contra la pared, entre el alcohol, el sueño y las ganas de sentir de nuevo el calor de ese cuerpo, un beso hambriento lo había dejado cegado por completo,  sentir sus labios apresados de ese forma tan intensa lo había hecho nublar sus sentidos y corresponder con la misma intensidad, solo una suave voz lo hizo reaccionar demasiado tarde.

—¿Kanon?—el gemelo se apartó casi de inmediato empujando a Adrián, la mirada que Mu le brindaba abarcaba un sinfín de emociones, desde decepción, pasando por celos y terminando con una furia increíble.

—Mu… por favor, dejame explicarte…

—No quiero explicaciones Kanon…—dijo Mu en ese tono sereno que lo sacaba de quicio—solo quiero irme al departamento y descansar—comento mientras se habría paso entre los hombres.

Adrián tampoco se esperaba eso, el alcohol que había ingerido lo confundió por completo creyendo que los pasos que escuchaba eran los de Mu, se encerró en su cuarto sin tomarse la molestia de dar explicaciones.

Kanon solo atinó por salir tras del lemuriano, observó a la señora dormitar como una bebé, lo buscó con su cosmos y comprendió que ante la carencia de testigos Mu se había teletrasportado, tomó su chaqueta y se encaminó hasta el departamento.

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Un error es algo humano… no justifico la traición

Los amantes verdaderos se comprenden, se aman y se olvidan del rencor

El verdadero amor perdona

 

Cuando Mu apareció en su habitación solo atinó por dejarse caer contra la puerta, presionó su cabeza con fuerza, sentía que le iba a estallar ¿Qué podía esperar de él? ¿Por qué estaba tan molesto? Kanon era un hombre libre de hacer lo que quisiera, besar a quien quisiera, él se lo había dejado en claro, pero entonces ¿por qué sentía esa opresión en su pecho? ¿Esas ganas increíbles de reclamarle y decirle que nadie podía ponerle un dedo encima?, cerró sus ojos por un momento permitiendo que sus pensamientos encontraran una coordinación perfecta, soltó el aire que estaba conteniendo, el beso que había presenciado solo le había dejado en claro una cosa, si seguía negándose lo que de verdad sentía, Kanon no lo esperaría más, de repente estaba Shaka, su discípulo, su diosa, su maestro, eran tantas personas que estaban en juego, pero también existía en su corazón eso que el gemelo había despertado y que aún mantenía contra su voluntad ahí adentro, aprisionándolo cada vez más, escuchó la puerta abrirse, se armó de valor, los pasos sobre el piso y luego sobre la alfombra, unos toques en la puerta que hicieron que cada golpe fuera uno directamente en su corazón.

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Con suavidad Saga entró al cuarto de su hermano, escuchó el ruido de la ducha cerrarse y luego la puerta del baño abrirse mientras la figura del sexto guardián con una toalla en su cadera hacia su aparición y le brindaba una expresión de curiosidad con sus ojos cerrados.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó un poco molesto mientras sus zafiros se abrían con delicadeza.

—Quiero hablar contigo—dijo Saga acercándose—como te dije anteriormente, tengo una seria duda que quiero que me aclares…

Shaka apartó su melena mojada con sus manos para retorcerla con suavidad y se sentó en la cama señalando el sillón frente a esta para que el gemelo entrara, a paso firme e imponente el mayor se acercó hasta tomar su lugar.

— ¿Qué deseas saber?—cuestionó el rubio sosteniendo esa mirada verduzca que lo observaba de pies a cabeza provocándole una tremenda incomodidad.

—Esta madrugada… cuando te dije que no pude volverme a dormir…—Shaka asintió durante el silencio del gemelo—escuché una frase de tus labios, tenías una pesadilla y yo me acerque a hablarte…

— ¿Y que dije?—pregunto con su ceja arqueada— ¿predije en un futuro no muy lejano que serias patriarca de nuevo?…—Saga negó sin apartar su mirada.

—Dijiste que amabas a Mu…

Los orbes celestes del hindú se abrieron de forma desmesurada mientras Saga mantenía su temple serio con una sonrisa dibujada en su mente, finalmente lo había conseguido, había dado justo donde quería y ahora solo necesitaba hacerlo hablar.

— ¿De qué hablas?—cuestionó con un tono hostil mientras apartaba su mirada del escrutinio del ex patriarca— nunca he dicho nada de eso… estás loco…

—Tú y el carnero tienen algo… ¿cierto?—Shaka alzó nuevamente una de sus cejas esta vez con indiferencia mientras lo observaba indignado, aun así su corazón estaba desbocado y latía a toda velocidad amenazando con salir de su pecho—dime de una vez por todas… necesito saberlo…—hablo casi en un murmullo.

—Mu y yo no tenemos nada Saga… no recuerdo haber dicho nada de eso…—hablo con una inseguridad palpable—y si lo hubiese hecho… es solo un sueño

— ¿Te mientes a ti mismo Shaka?—cuestionó mientras lo veía ponerse de pie y comenzar con esas evasivas —no te iras hasta que me contestes—dijo colocándose frente a él y abriendo sus brazos—te lo repito una vez más… ¿te mientes a ti mismo?... ¿Qué no eres acaso el más cercano a dios?... un ser casi divino… que no es capaz de aceptar lo que siente por su mejor amigo… por un demonio ¡!habla Shaka!!...

—No tienes derecho a hablarme de esa forma Saga—dijo mientras elevaba su cosmos—¡tú no sabes nada!…

—¡Entonces explicame!-elevó de la misma forma su cosmos— Esta situación nos concierne a los dos… por si no te has dado cuenta…

—No tengo por qué explicarte nada, y no es la misma situación Saga…

—¡Por Atena Buda!, ¡no seas tan ingenuo! Dime una cosa…¿Tú piensas que mi hermano se iría al final de mundo con Mu por un par de semanas a tomar licor hasta caer muertos y tener tantas citas como el tiempo se los permita? Por todos los dioses Mu jamás haría eso…¿Qué cosas tienen en común? ¿Por qué no Milo o Aioria? Inclusive me arriesgo a decir que conozco mejor al carnero que Kanon…—murmuró—y te puedo asegurar que no están conociendo un par de féminas…

Las palabras de Saga eran lo que el menos quería escuchar, o mejor dicho era eso que se negaba a pensar—no te atrevas a decir esas cosas… Mu jamás sería capaz de…—un nudo en la garganta no lo dejó continuar.

—Shaka… yo necesito saber… porque si es lo que creo yo…

—Saga…—interrumpió el rubio— Puedo contener la respiración, puedo morder mi lengua, puedo mantenerme despierto por días, no comer nada en meses… pero ¿sabes qué? Solo soy un humano… desde el soplo de vida que la señora Atena nos ha dado, desde del momento en que desperté y lo vi, a mi lado, recibiéndome con esa sonrisa, con ese abrazo cálido, todo cambió, mi corazón comenzó a latir, no hubo un solo día luego de ese que la compañía de Mu me hiciera el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, y el me hizo darme cuenta de eso… que yo era “solo un humano” y aun sabiendo que esas relaciones estaban prohibidas me dejé llevar… entonces he pasado convenciéndome y convenciéndolo que esas cosas están mal…—se puso de pie para acercarse a la ventana y poder observar el cielo que lucía de un azul fuerte a punto de nublarse—cuando tu hermano se fracturó la pierna y el maestro lo mando a su cuidado, yo tuve que marcharme a la Inda por orden de Arles, pero cuando regresé lo encontré enfermo, débil y deprimido, te juro que estaba dispuesto a estar con él, una vez mientras le hablaba sobre los problemas de la homosexualidad tuve la impresión que le incomodó tanto que simplemente desistí de hostigarlo, entonces tuve la intención de contradecirme y acercarme a él pero…

—Llego mi hermano y acabó con tus planes…

—Si Kanon no hubiera llegado… yo

—Pero Kanon llegó y por lo que me has dicho, y he visto en mi hermano, creo que lastimosamente él se te adelantó…

— ¿Tú crees que…?

—No lo sé Shaka, no sé qué hará si nuestros pensamientos son certeros y regrese para encontrarse con Annie—ambos caballeros suspiraron—y cuando toda la orden se entere… Shion va a morirse y de paso lo va a matar por corromper a su pequeño Mu.

 

 

 

 

Notas finales:

ontinuaraaaaaa

Siento mucho la demora, estoy sin internet hasta nuevo aviso, pero espero que este largo cap los haya puesto a pensar… y de paso me den sus mejores opiniones de como creen ustedes que seguirá la historia.

Este cap lo tenía listo desde la semana pasada, pero un descuido mío lo borré totalmente y lo tuve que reescribir, gracias a kaligeminis por el mensaje que al final me inspiro en la historia, de hecho en el próximo cap lo veras más reflejado, espero lo disfruten

Gracias por sus hermosos reviews son vitamina para mis musas

Gracias por leer, se les quiere mucho…

Recuerden que una crítica constructiva aumente la creatividad y motiva su continuidad… Besos y más besos.

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