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Estocolmo por geminisnocris

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Notas del capitulo:

"Necesitaba verte y sacar mis dudas, pero cuando te tuve al frente se doblegaron, mis sospechas se esfumaron y tu presencia lleno mis espacios en blanco... aun no te puedo decir te amo, primero tengo que comenzar por entender esta obseción que siento por tí... todo aun es tan extraño"

 

“Tu, tu siempre vistes las señales en mi…
Los ecos en mi cabeza ahora riman y toman sentido
Siento que nunca en verdad fuimos amigos…
Se que mañana será otro día
pero no sé cuándo no sentiré más… ¿quiero no sentir mas?
Sentir, sentir todas estas cosas de antes…es raro
Y todo lo que quisiera sentir… es diferente”

Estás distraído—escuchó en el aire.

El aguacero de una semana atrás lo tenía encerrado en su templo con una fiebre increíble y la compañía de su mejor amigo no ayudaba en nada a su recuperación, pues por las coincidencias de la vida había decidido tomarse la molestia de hablarle sobre las relaciones que él consideraba inadecuadas e inaceptables para los seres humanos, y por supuesto la primera en salir a la luz fue la de hombre a hombre, Mu levantaba uno de sus puntos y negaba tras un estornudo o asentía tras una terrible tos evitando más interrogantes por parte del santo de la sexta casa.

Haciendo su mejor de esfuerzo en parecer interesado en cada palabra sin sentirse culpable, lanzaba su mirada hacia la ventana entrecerrada a causa de la migraña que le ocasionaba el sol, mientras su rubio amigo continuaba con su monologo— que llegó a pensar, hasta cierto punto era muy intencionado a recordarle aquella noche donde se había entregado a su compañero—terminó por cubrirse con la sabana y sudar un rato mientras Shaka parloteaba sin parar a su lado.

—Esta bien que no me quieras escuchar, pero si no comes nada enfermaras más—dijo levantando las sabanas y encontrándose con un carnero de rosadas mejillas debido a la alta temperatura.

—No tengo hambre—exclamó mientras cerraba sus ojos y se cubría nuevamente.

De todos los años que llevaban juntos en las doce casas, Shaka jamás había visto a su amigo en esas condiciones, tan delgado, quitado de la comida, sin ánimos ni de pasarse un cepillo por su larga melena, mucho menos de bañarse, levantó una ceja y cruzó sus brazos mientras se recostaba en la silla que había jalado para colocarse junto a la cama del ariano, eso ya no era un simple resfriado, ¿Qué detonaría esa depresión en su amigo?

— ¿Hiciste algo malo Mu?… —un gruñido fue su respuesta—sabes que puedes confiar en mi… ¿Qué te acongoja tanto?

Mu abrió sus ojos y los clavó en los zafiros de Shaka.

Hice el amor con Kanon…—pensó mientras esbozaba una retorcida sonrisa—nada… enserio… solo me siento… cansado por el resfriado—respondió bajo las sabanas como niño jugando a las escondidas, sintió la mano de Shaka en su cabeza con una caricia reconfortante y suspiró, una palabra de lo ocurrido y su mejor amigo le dejaría de hablar para siempre.

… … … … …

 

Tu, tu siempre vistes las señales
Los ecos en mi cabeza con tu nombre riman…
Siento que ellos nunca se fueron de mi casa
Mañana será otro día, otro día que necesitaremos…
No sé en donde estaré buscando las cosas que he visto
Y ahora siento todas esas cosas por las que pasamos
Todo lo que haría, lo haría ahora por ti…

 

Una semana había pasado, una semana que Kanon sentía como si fuese un año, por un momento pensó que la lejanía del guardián de la primera casa ayudaría a sacarlo de su mente, pero estaba enormemente equivocado.

Ya podía ponerse de pie con la ayuda de un bastón, así que no estaba dispuesto a pasar otro día encerrado en ese templo frio y literalmente vacío, aunque Saga lo acompañaba y había cuidado de él de una manera increíble, no pensaba perder la oportunidad de salir de ahí y buscar a Mu, necesitaba hablar con él, pedirle ¿perdón? ¿Un abrazo? Tal vez ¿un beso?

Al principio caminó sin sentido, sin seguridad de lo que exactamente le diría, para cuando se dio cuenta ya estaba frente al primer templo, alzó su cosmos en señal de aviso para poder pasar pero el ariano no se tomó la molestia ni siquiera de darle la cara, realmente quería verlo, le dolía, le dolía que desde aquel día no volviera a escucharlo, la ansiedad lo mataba, caminó decidido hasta los privados de Aries sin esperar más respuesta y fue abriendo cuanta puerta encontró a su paso.

— ¿Buscabas a Mu?—interrumpió el rubio a sus espaldas.

— ¿Sabes dónde está?—preguntó levantando una ceja mientras se giraba.

—En su cuarto…—sonrió Shaka—vaya que eres mal agradecido, Mu cae enfermo desde que Saga regresó y tú no te apareces hasta hoy.

— ¿Enfermo?

—Así es… pero—clavó sus zafiros abiertos en Kanon y luego los entrecerró—me parece que es más como… deprimido.

— ¿Deprimido?

—Vamos Kanon… ¿repetirás todo lo que diga o lo vienes a ver?—preguntó el caballero de virgo mientras se devolvía hacia la habitación— creo que le gustará verte.

— ¿Tú has estado con él todo este tiempo?

—Así es… me ha tocado bañarlo y ayudarle a comer—Kanon apretó su mandíbula y dibujo una sonrisa retorcida en su rostro.

(¿Qué era eso? ¿Celos?... tranquilo…inhala…exhala…inhala… ¿será necesaria? “la otra dimensión” )

—No me digas…—dijo luego de un rato de silencio mientras sacaba esos pensamientos de su cabeza— ¿vamos entonces?—Shaka asintió con su tranquilidad y giró sobre sus talones mientras entregaba unas compresas frías a Kanon.

— ¡Claro! de hecho… volveré dentro de unas horas, tengo algo que hacer y luego pasar el templo de Atena, y ya que estas acá—tomó al gemelo por el brazo y lo observó con fiereza—cuidalo, pero no se te ocurra fastidiarlo…—dijo recordando como solía sacarlo de sus casillas.

El peliazul sonrió y asintió para verlo perderse entre los pasillos, esperó que el rubio se perdiera en su totalidad y caminó con rapidez hasta la habitación del ariano.

…  …  …  …

“Odio sentirme en control, Pero estoy aquí y hare lo que sea para verte…

No sabes en lo desesperado que me he convertido 
parece que me estoy perdiendo en esta lucha… 
mi mundo sin ti no tienen sentido, aunque estoy tratando 
de entender si fui yo el culpable de todo esto

Entró en silencio, se acercó despacio y sin hacer ruido se sentó a su lado, Mu tenía los ojos cerrados y el sudor hacía que su pálida piel brillara en contraste de la media luz que inundaba la habitación, se dio cuenta en ese instante que  no eran ideas suyas, su compañero en verdad era hermoso, tuvo intenciones de besarlo  y abrazarlo, no, no era un capricho, era algo más fuerte, algo que nacía de su corazón, limpió con su mano la frente del pelilila y lo observó removerse en la cama.

— ¿Shaka?—musito al sentir la caricia abriendo con dificultad sus ojos verdes.

—Mu…—susurró mientras tomaba su mano entre la de él— ¿por qué no me dijiste que estabas enfermo?

— ¿Kanon? ¿Qué haces acá?—preguntó mientras retiraba su mano con rapidez y se sentaba con torpeza en la cama.

—Shaka me dijo que era un mal agradecido por no venirte a ver y me pidió que te cuidara.

—Puedo cuidarme solo…—respondió tiñendo sus mejillas de rojo.

— Mu…

Kanon trató de tomarlo por el mentón pero el pelilila se resistía, levantó sus sabanas y trató de ponerse de pie pero la debilidad de no comer lo hizo trastabillar y caer al suelo.

—No seas testarudo—dijo el gemelo pasando uno de sus brazos sobre sus hombros y llevándolo a la cama— ¿Por qué todo tiene que ser así contigo?—sonrió repitiéndole la pregunta que alguna vez él mismo le había hecho.

—Yo… yo quiero estar solo—mintió para intentar callar su no disimulado corazón que amenazaba con salirse de su pecho.

—Lo siento...—susurró el peliazul con su ceño fruncido, no estaba acostumbrado a las disculpas.

— ¿Cómo dices? ¿Lo sientes?—preguntó el pelilila mientras un ataque de tos lo callaba, debía de estar bromeando ¿sentirlo?... después de haberlo llevado a la cama y hacerlo… ¿suyo? ¿Era la palabra correcta?, ¿Por qué se disculpa? ¿Yo habré sido…?

—Siento haberte obligado a… ya sabes…fue un error yo…—el gemelo interrumpió sus pensamientos enojándolo una vez más, ¿error?... Kanon tiene que estar bromeando.

— ¿Un error?—estornudó—un error… se puede enmendar Kanon de Géminis—tosió—pero… pero tú no me diste opción de nada…—reclamó avergonzado—solo…

—Ni siquiera pensé en ese momento que eras virgen…—interrumpió una vez más mientras agachaba su cabeza.

— ¿Cómo dices?—preguntó casi ahogándose en su tos con el rojo subido hasta las orejas—claro que soy virgen… ¿Qué acaso piensas que yo…?—pero de nuevo calló víctima de sus propios estornudos realmente molesto.

Kanon se levantó y se subió a la cama sentándose justo a su lado, con delicadeza tomó una de sus manos, aún estaba rojo, por la fiebre, por la rabia, por el bochorno, pero no la quitó, ese calor, esa sensación.

“Hay una tormenta que está rabiando a través de mi 
corazón esta noche, en este momento, y no sé si admitirlo pero… te extrañé”

—Mu…—dijo sacándolo de sus pensamientos mientras con delicadeza retiraba un mechón aun húmedo de su rostro y buscaba con sed su boca.

— ¿Qué?—vocalizo con su ahora ronca voz sin darle la cara.

—Te necesito… pensé que era solo una absurda idea pero…

—Basta—tosió alejando sus intenciones—vete de mí…templo—estornudó de nuevo enfureciéndose, esos benditos mocos no lo dejaban completar siquiera una frase—quiero que…

Con una sonrisa el gemelo lo giró colocándolo bajo su peso y sosteniendo sus manos sobre la cabeza, la respiración agitada y caliente del ariano le quemaba su cara, acercó sus labios y comenzó con suavidad a abrirse paso en su boca, no hubo resistencia, las ganas de sentirse cerca sobrepasaban el arrepentimiento de cada uno.

“Me paso el tiempo pensando acerca de tí, y estoy seguro que es casi eso lo
que me conduce a comportame así, tan salvaje”

De nuevo ese remolino de emociones, esa sensación de tener su cuerpo bajo el de ese griego, un peso para nada incómodo, sus manos eran tan agiles que mientras una le sostenía las suyas sobre su cabeza, con la otra comenzaba a desnudarle el torso acariciándolo de manera desesperada y a la vez sensual e intensa, delineando con ternura cada rincón de su piel, cada tramo de su intimidad, sin pena, sin temor.

Kanon bajó su boca hasta el cuello escuchándolo gemir y vocalizar con torpeza algunas palabras mientras él se entretenía dando suaves mordidas cerca de sus ya endurecidos pezones.

—Si…si Shaka… le… dará—tosió—infarto…

Kanon sonrió pero no se detuvo, siguió bajando con su boca liberando sus manos esperando que no lo rechazara, pero el pelilila sintiéndose libre lo empujó lanzándolo a un lado.

“No es temor, no es vergüenza… es inseguridad”

— ¡Basta!...—gritó sofocado.

—Mu… no me hagas esto…—rezongó mientras lo veía.

—Tu no me hagas esto… de nuevo—dijo levantándose de la cama con sus pensamientos revueltos y sosteniéndose en la pared.

—No me gusta verte así…

— ¿Así como?—preguntó mientras se sentaba de nuevo sin energía dándole la espalda— hacien…

— Odiándome—lo calló mientras a gatas se acercaba y lo abrazaba con suavidad acunando su barbilla en su hombro—evitándome— respiró en su cuello—rechazándome— llevó sus manos dentro de su camisa, acabando con cada muralla de tela que el ariano tenía impuesta para él, llegando a su miembro que lo esperaba aunque Mu no lo admitiera impaciente—me gustas… no he podido dejar de pensar en ti… un solo momento desde aquella noche—replicó mientras con sus dedos delineaba aquel trofeo escondido bajo su ropa— ¿no te ha pasado lo mismo? —continuo mientras presionaba y deslizaba de arriba abajo su mano con agilidad en el endurecido miembro de su compañero.

— ¿Qué te pasa?—forcejeó por un momento—No… digas… tonterías… por…favor… Kanon—terminó por ceder una vez más y dejar escapar ciertas palabras incomprensibles de su boca, sintió las gotas de sudor que bajaban por los lados de su frente, luego sobre su pecho, esas manos grandes y esos brazos fuertes que lo abrazaban y tocaban, podía sentir el movimiento de los labios de griego en su cuello mientras susurraba esas palabras que nunca podía entender, él le nublaba la razón, lo llevaba lejos de ahí, entrelazó sus dedos con los de la mano libre del gemelo e inconscientemente busco su boca para entregarse a un hambriento beso. Un cosmos conocido bastó para romper le escena que de nuevo lo confundía y empujar al gemelo que se sentó en la silla cruzando sus piernas—Shaka—musitó mientras abrochaba de nuevo su camisa y se acomodaba en la cama tapándose con la sabana.

Kanon lo observaba con una sonrisa aun exaltado por lo que hubiese estado a punto de pasar y tratando de disimular su reciente erección, recorrió su cuerpo con sus orbes verdes y suspiró, si era cierto que Mu lo rechazaba, pero una vez que los besos y las caricias se intensificaban el rechazo se volvía en necesidad, si tan solo no tuvieran alguna interrupción, saldría de esas dudas que se lo estaban comiendo vivo—Tengo una idea…—soltó luego del silencio.

— ¿Qué?—preguntó el pelilila con una mueca de fastidio mientras se acicalaba el cabello.

—Te cuidaré hasta que te…

—Ha ha ha—negó con su nariz tapada—no vas a quedarte conmigo.

—Bien, bien, está bien, entonces… cuando te recuperes, nos iremos a unas merecidas vacaciones… hablaremos de esto y te prometo que aclararemos todo, seremos buenos amigos, no te obligaré a nada te lo juro… solo quiero que hablemos con libertad.

Mu clavó sus esmeraldas en el gemelo y sonrió incrédulo, negó una vez más con su cabeza y cruzó sus brazos—el maestro jamás nos daría permiso para…

—Shion dirá que si…—replicó confiando en sus cualidades—ya veras…

—Si Shion dice que si…—cosa que es imposible— pensó para sí mismo mientras sonría al peliazul—entonces iré contigo sin duda…—dijo confiado—además Kiki no volverá sino hasta el otro mes.

— ¿Lo prometes carnero?

—Es un juramento—contestó colocando lo que no quería… la soga en su cuello— y espero que también cumplas el tuyo—dijo refiriéndose a no obligarlo a nada.

La puerta se abrió de repente dejando ver al hindú con un nuevo caldo de pollo cortesía del patriarca para su caballero de Aries, jaló la mesa de noche y colocó el plato lleno, sacó una cuchara y la acercó al caballero que inmediatamente la evitó.

—Tienes que comer…—dictó el rubio sentándose en su cama—mira tus labios enrojecidos por la fiebre y estas sudando casi frío—replicó mientras con una servilleta limpiaba el sudor de la frente de Mu.

Este con sus mejillas enrojecidas dedicaba una mirada de furia a Kanon que parecía disfrutar de la inocencia de Shaka, si supiera buda la verdadera razón de sus labios y ese sudor cortado en su compañero.

—No… quiero…

—Va a comer—aclaró el gemelo situándose al otro lado—antes de irme… y si quieres que lo haga, tendrás que comerte todo esto—dijo tomando otra cucharada y acercándola a su boca.

De mala gana y ante el asombro de Virgo, Mu abrió con lentitud su boca permitiendo que Kanon lo alimentara, una tras otra, hasta dejar el plato totalmente vacío.

—Bien… iré a dejar esto a la cocina…—sonrió complacido el rubio.

— ¡No!…—chilló el pelilila sabiendo que el peliazul no desperdiciaría ninguna oportunidad para tirársele encima.

—Está bien… yo ya me iba—dijo el griego poniéndose de pie—me llevaré este plato—replicó tomándolo de las manos del rubio—… y ¿tú te vas también?

—No Kanon… me quedaré con él hasta que se recupere en su totalidad—sonrió una vez más.

Kanon frunció su boca, con Shaka ahí tan cerca las cosas se podían poner algo peligrosas.

— Te vendré a ayudar entonces—dijo mientras alborotaba la lila melena del lemuriano.

—No es necesario que te tomes la molestia de…

—No es molestia, es lo menos que puedo hacer por él…

 

“Amarte como te amo es complicado… 

Pensar cómo te pienso es un pecado 

Mirar como te miro está prohibido 

Tocarte como quiero es un delito” 

 

 

El gemelo menor no vaciló ni un solo momento para llegar a darle de comer a su compañero, bastaba con ayudarle a Shaka mientras alistaba el baño del aun débil ariano para aprovechar y robar un beso fugaz, otro cada vez que el rubio se daba vuelta, una caricia mal intencionada que ocasionaba el sonrojo involuntario de Mu para que el hindú se apurara diciendo que la fiebre le vendría una vez más, esos abrazos de buenas noches que duraban lo suficiente para dejar impregnado el perfume del uno en el otro, cuando el sexto guardián se desaparecía a dejar los platos a la cocina.

Así pasó Kanon, una semana completa viajando de geminis a Aries, caminando, a veces entre dimensiones, otras junto a Shaka, no dormía bien imaginando cosas entre esos dos, se sentía ridículo, inseguro, por lo tanto ni bien había amanecido ya estaba en la entrada del primer templo, hasta que el tercer día se dio cuenta que el rubio dormía en uno de los sillones, hubo calma, poca pero la hubo.

… …  …  …

No sabía cómo, ni cuando la presencia del gemelo se había vuelto casi indispensable para él, tanto que inconscientemente comenzaba a sonreírle cada vez que lo veía entrar a la habitación, de repente ese beso fugaz fue atrapado por las delgadas manos del ariano alargándolo y haciendo sonreír a Kanon, pero separándose de inmediato al ver regresar al caballero de la sexta casa.

…  …  …  …

La salud del primer guardián había mejorado de manera increíble, tanto que luego del fin de semana Shaka regresó a su templo para volver a su vida cotidiana, y Kanon… bueno, literalmente desapareció.

Recostado en la entrada del templo con sus ojos cerrados, Mu no lo percibía, haciendo que se comenzara a sentir un poco extraño, impaciente, asustado, ¿sería que…? ¿Habría hecho algo malo?, ¿lo quería de verdad? O ¿simplemente estaba ya acostumbrado a aquella presencia en su vida? De seguro Kanon lo estaba haciendo a propósito el…

—Buenos días Aries—interrumpió el susodicho su monologo personal seguido de un beso.

— ¿Qué te pasa? … alguien puede vernos…

— ¿Listo?—preguntó haciendo caso omiso de las quejas del menor.

— ¿Para qué?

—Las vacaciones que te prometí—dijo acorralándolo contra uno de los pilares interiores.

—Ya te dije que si—escupió indignado el lemuriano con una confianza que muy pronto se le desvanecería.

 …  …  …  …  …

En el templo patriarcal ya ambos esperaban al rejuvenecido patriarca, con su rodilla en piso.

—Muchachos—exclamó el mayor de los ochenta y ocho con una hermosa sonrisa— ¿Qué puedo hacer por ustedes?

—Maestro…—comenzó Kanon mientras se ponía de pie—me gustaría tener su permiso para tomar unas semanas de vacaciones junto a Mu—el lemuriano levantó sus rosados orbes y clavó la mirada en su antiguo discípulo, luego en el gemelo que esperaba su respuesta—Me preocupa, esta pálido y ojeroso…mírelo—replico el gemelo ganándose la total atención de Shion sobre Aries.

Mu sonreía por bajo aun con una rodilla en el piso, con suavidad se levantó y suspiró, esas no eran suficientes razones para…

—Bien… tienes razón, sería bueno que ambos se distrajeran un rato, tanto encierro algunas veces suele ser… malo para la mente—contestó el patriarca colocándose sus lentes—si era eso… tienen mi permiso Kanon.

tienen mi permiso… tienen mi permiso… tienen mi permiso

Mu no sabía si era un mal sueño, o tal vez había escuchado mal, si, de seguro había escuchado mal.

— ¿Maestro?—preguntó con timidez—ha dicho que…

—Que tenemos su permiso Mu… no querrás que lleguemos tarde—sonrió el gemelo mientras o tomaba del brazo y lo jalaba a la salida—vamos carnero, te espero en el coliseo con tus maletas listas—susurró en su oído sonrojándolo como siempre que lo tenía cerca, como odiaba ser tan vulnerable a esa voz.

Con una sonrisa se alejó dejando al carnero dorado con su ceño fruncido, esa era una oportunidad que jamás dejaría perder, privacidad para aclarar todo, luego de ese viaje serian solo amigos…o tal vez…algo mas

 

 

Notas finales:

los estrbillos son mitad de una cancion de Chad Valley  y mitad de mi inspiracion...

Gracias por leer y espero sea de su agradooo continuaraaaa besos y ojala se animen a comentar... 


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