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La vida de Daniel Phantom por AngleBits

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Daniel abandono la mesa, con dirección a la intemperie, el mal clima estaba lejos de mejorar, los relámpagos y fuerte lluvia opacaban cualquier otro sonido. Dash camino junto a él.

La lluvia en cuestión de instantes los empapo.

-Genial, nuevamente mojados, al menos  puedo ver a Daniel sin ropa nuevamente-

EL chico fantasma lo fulmino con la mirada

-Era broma- respondió Dash con una sonrisa inocente

Caminando unos pasos más allá, Daniel se paró sobre el asfalto de la carretera, un poste de alumbrado lo iluminaba.

-Qué piensas hacer- pregunto Dash tomando lugar a su izquierda.

-Llamar a un amigo- Respondió. Colocando ambos dedos índice en las comisuras de su boca aspiro hondo y soltó, Dash parecía confundido, ningún sonido salía de sus labios.

-¿Seguro que estas bien Daniel?-

Con una sonrisa triunfal Daniel despego del suelo y voló hacia el otro lado de la cinta oscura de la carretera. La mirada atónita del mariscal al ver que al otro lado bajo la trémula luz del otro poste una figura alta, mucho más que el mismo Dash, había aparecido. Dash no conseguía ver mucho, la espesa lluvia se lo impedía. Daniel regresaba con la imponente y corpulenta figura, intranquilo decidió encontrarlos a mitad del camino. Para su asombro aquel resulto ser un joven  muy alto y sumamente atractivo con rasgos fuertes, de cabello cortó color negro tan profundo como esa noche, ojos color verde esmeralda, el cuerpo que parecía haberse trabajado toda una vida. Sus ropas estaban desgarradas dejando ver parte de su escultural abdomen y no portaba ningún tipo de calzado, cosa que no le molestaba.

El descomunal joven tomo a Daniel entre sus brazos y le propino un fuerte beso en la frente, Dash quedo totalmente en shock pero lo que más le molestaba era la forma en que Daniel sonreía y aceptaba todo eso cuando a él lo había rechazado.

-¿Quién es este tipo?- Mas que pregunta Dash exigía saberlo.

-Es un amigo, él nos ayudara-

-Él tiene algún nombre-

La mala actitud de Dash molestaba a Dany

-No Dash- Respondió de mala gana- El no recuerda quien fue en su vida pasada-

-¿Que quieres decir con eso, acaso él está muerto?-

-Si es un fantasma que me ayudo cuando Walker trato de hacerme parecer un villano ante toda Amity parck-

A Dash no le importaba en lo absoluto el pasado del joven, lo que le molestaba era lo cercano que era a Daniel.

-¿Porque tienes esa forma humana?- Daniel acababa de hablar en otro idioma que Dash no entendía, pero se trataba de esperanto una lengua antigua-

-Me sucede en ocasiones- respondió el joven en el mismo idioma- ¿Cuál es el problema, por que necesitas de mi ayuda?.

-Tengo que llegar a la zona fantasma y contactar con reloj, pero no puedo recurrir a mi portal-

Dash se perdía en la conversación dado que no entendía nada de lo que ellos hablaban, lo que agrandaba sus celos.

-Con gusto te ayudare, pero por el momento me será imposible-

La mirada del corpulento sujeto se desvió a sus manos las cuales le mostro a Daniel, quien no comprendía.

-Solo en mi forma de hombre lobo puedo crear los portales que te ayudarán-

-¿Cuándo cambiaras de nuevo?- Inquirió Daniel

-Mañana al anochecer, lo siento- dijo agachando la cabeza

-No importa, puedo esperar-

-Daniel, será mejor que entremos- ordeno Dash

Una vez dentro de la casa, decidieron cambiarse de nuevo

-No creo que encontremos ropa de tu talla- Dijo Daniel al joven

-No importa- Respondió con una amplia y cálida sonrisa- El frio no me molesta-

-¿Se refieren a el de alguna manera?- intervino Dash

-Tucker, Sam y yo le llamamos Petro-

-¿Petro?- Repitió Incrédulo Dash

-Es un nombre en Esperanto, quiere decir Peter (se pronuncia Piter).

Petro se sentó sobre el suelo, Daniel despego a la altura de la cabeza y comenzó a secarle el cabello con una toalla, libero al joven de su camisa en mal estado solo para dejar ver su increíble figura, aunque su espalada estaba llena de cicatrices, una grande que cruzaba su pecho con forma de un rayo.

El mariscal se quemaba en celos, pero conseguía guardar la compostura-

-¿podrías entregarme el resto de tu ropa?- Petro asintió y se despojó de los pantalones rotos y la ropa interior entregándosela a Daniel. Quien coloco todo delante de la chimenea pare que se secara. Completamente desnudo Dash no pudo evitar observarlo, era altamente atractivo y muy grande en todo sentido.

<<No puedo competir contra el>> Pensó Dash mientras Daniel se encargaba de secarlo

Daniel- llamo Dash, el de inmediato acudió

-¿ocurre algo?-

-¿Seguro que es de confianza?-

-Tal vez su apariencia sea intimidante, pero es una buena persona y me salvado en barias ocasiones- Daniel lo miro de manera gentil, en verdad le tenia aprecio

-NO ES QUE ME INTIMIDE, NO SE TRATA DE ESO- Levanto la voz Dash un poco alterado

-Que te ocurre Dash, Deberías ir a dormir creo que has tenido muchas emociones por esta noche-

Sin más Daniel volvió al lado de Petro, de igual manera coloco toda su ropa para que se secaran

Dash no consentía en absoluto aquello pero no le quedaba más opción que resignarse por el momento.

Pasaron las horas Petro y Dany habían quedado profundamente dormidos sobre una alfombra envueltos en un cariñoso abrazo aun desnudos, Dash se recostó sobre un sofá pero en toda la noche no logro conciliar el sueño.

-Ese tipo, quien demonios se cree- mire el techo sin encontrar respuestas, pero a Daniel parece agradarle quizás estoy exagerando. Mierda pero parecen tan íntimos, en verdad me molesta. Petro es alto, buena compleción y sobre todo comparte una vida, o mejor dicho no vida como fantasma al igual que Daniel, y si Daniel solo le gustan los fantasma o los sujetos con habilidades raras, esos aún tengo un oportunidad yo tengo algo así, si trato de controlarlo tal vez Daniel se fije en mí, muy bien Baxter tienes una meta en la cual aras tu anotación.

Eche un vistazo al lugar donde descansaba Daniel, ambos desnudos y ciertamente no había espacio alguno separándolos. Aparte la vista, rechine los dientes, es tan odioso, bueno que más da cuando Daniel sepa lo que puedo hacer no se apartara de mi lado, pero el estómago se me revuelve de verlos así será mejor que trate de descansar.

El brillo azul de un nuevo día se asomaba por las ventas, el cielo completamente nublado y gris con un aire helado que erizaba la piel.

Dash despertó somnoliento, si bien logro dormir no consiguió descansar. Observo la estancia, Daniel y Petro no se encontraban en su lugar. Tallándose los ojos estiro los brazos dio un gran bostezo y camino siguiendo el olor a comida que ahora inundaba la casa. <<Que bien huele>> pensó con los ojos a medio cerrar. Deteniendo ante el umbral miro a Daniel quien preparaba el desayuno y Petro que esperaba pacientemente y le sonreía con cortesía, ambos ya con sus ropas.

-Buenos días, Dash- Daniel le sirvió unos hot cakes con un gran vaso de leche.

Sin responder tomo un tenedor y empezó con su desayuno-

-Vaya modales, Dash- Le recrimino Daniel

-No estoy acostumbrado a ese tipo de cosas y la verdad no me importa- dijo mientras cortaba un trozo y se lo llevaba al aboca.

Daniel no lo miro n solo sirvió a Petro y a él y comenzaron a comer.

-Gracias- Petro comenzó a comer tomándola comida con las manos.

-Hablando de pocos modales- les restregó Dash en la cara a Daniel, por suerte Petro no los entendía por lo que no le dio importancia.

-Al menos él es amable y gentil y no un patán-

Dash se quedó en silencio y algo molesto pero no dijo nada. Todo transcurrió con normalidad y en silencio hasta que terminaron de comer.

-Muy bien, es hora de marcharnos- Anuncio Daniel

-Pensé que nos quedaríamos en este lugar hasta el anochecer-

-No soporto estar en lugares cerrados-

Haciendo maletas ligeras salieron del pueblo volviendo al bosque. Caminaron por un sendero a los costados lo arboles crecían a alturas enormes, rayos de luz se filtraban entre las copas, hojas caían bailando al compás del suave y cálido viento de esa mañana. Daniel salió disparado del suelo y Petro le siguió, parecían nadar, remontando corrientes de aire, Dash los miraba sorprendido de la libertad que gozaban como dos simples pajarillos, sin percibirlo algo en el cambio, su alma se tornó ligera y su cuerpo igual, mirándolos y desando tal libertad y dicha poco su pies dejaron las cadenas del suelo atrás pero regreso de inmediato, nadie lo noto ni el mismo Dash estuvo consciente de que ese día por primera vez había volado. Daniel al ver la expresión perdida de Dash regreso a tierra, pero el mariscal continuo con la mirada perdida en las alturas.

-Dash, ¿ocurre algo?- Daniel estrujo con suavidad la chaqueta del mariscal.

Con lentitud  bajo la vista hasta depositarla por completo en la mirada de Daniel

-¿Qué?- respondió desorientado

-Dash, ¿te ocurre algo malo?-

-No- dijo clavando la vista en el suelo -estoy bien-, y siguió el camino a paso lento, el viento jugaba con su rubio cabello. Daniel miraba lo ancho de su fuerte espalda mientras el avanzaba

-Es extraño que Dash actué así bueno quizá sea bueno dejarlo solo-

Eres un idiota Baxter, me recrimine, que este sentimiento no entiendo. Verlos tan felices tan libres porque me siento tan mal. Por primera vez me daba cuenta  de que Daniel se veía tan inalcanzable, como una estrella hermosa, brillante, pero muy lejana. Odio esto lo odio en verdad, nunca había tenido este problema con las chicas.

Patie un puñado de hojas caídas, se elevaron con el viento y subieron hasta perderse de vista, esto es un asco, no tengo por qué sentirme de esta manera, yo no soy de los tipos melancólicos que se sientan a llorar por su problemas yo los enfrento de cara, me di media vuelta, cerré los puños, tome un respiro y camine en dirección firme a Daniel.

Dash llego con el mitad fantasma que miraba volar a Petro, lo sujeto con firmeza y lo obligo a mirarlo sin soltarlo de los brazos

-Escucha  Fenton, Me gustas y quiero que seas solo mío y no de ese mediocre silencioso de Marshall- Dicho eso Dash planto un rudo beso en la boca de Daniel quien se resistió, pero el mariscal se abrió paso entre sus labios introduciendo su hábil lengua y jugando con la de Daniel, el abrazador aliento de Dash lo quemaba, intento liberarse pero lo tenía muy bien sujetado, por fin el mariscal abrió espacio, ambos agitados.

  -Escucha te amo y eso no cambiara así que por favor acéptame-

Daniel giro la cabeza desviándola mirada, Dash se estremeció por dentro y agacho la cabeza sin soltarlo aun

-¿Que es lo que tengo tan malo que no me puedes querer?, sé que fui un completo idiota contigo en el pasado, ¿pero acaso no me puedes perdonar?-

-No es eso Dash no te guardo ningún rencor-

-¿Entonces qué es?-

-Tengo asuntos con Marshall-

-¿Lo amas?- pregunto Dash con voz quebrada

Daniel se lo pensó un momento antes de responder

-Si- Dash se rompía por completo- pero también me gustas tú y eso me confunde, no quiero jugar con ninguno ni ofrecer falsas esperanzas, así que te pido por favor que esperes-

Daniel se liberó y salió volando del lugar hacia la copa de un árbol donde tomo asiento, Dash quedo mal pero aún tenía una oportunidad por lo que decidió darle su tiempo

Las horas pasaron y la noche llego junto con la forma de lobo de Petro.

-Bien es hora de marcharnos- anuncio Daniel

Dash estaba un poco inquieto con el aspecto de Petro. El gran lobo alzo sus garras  y azoto la al viento con un zumbido, una grieta se abrió de la nada y comenzó a succionar aire.

-Bien, no perdamos tiempo- 


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