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La vida de Daniel Phantom por AngleBits

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Una mágica tonada sonaba en el lugar, era misteriosa, tranquila, tan llena de paz, daba la sensación de estar en un bosque durante un día nublado. Daniel abrió lentamente los ojos, no movió ni un musculo su cuerpo era un total desecho, miro de un rincón a otro de la habitación, no veía mucho, salvo una ligera luz que emanaba de él, siguió inspeccionando, hasta que bajo la mirada, un fuerte brazo lo envolvía por la cintura, el cual también resplandecía de un tono azul pálido.

-¿Dónde estoy?- pregunto el pelinegro en voz baja y algo desorientado.

-No te preocupes por el momento de eso- Respondió Marshall que lo acerco más a el para colocar su mentó sobre la cabeza de Danny.

-¿La música de donde proviene?-

-Este lugar fue acondicionado para que la música se escuchara en cualquier lugar donde estés-

-Es hermosa, es tan relajante- Dijo Danny sonriendo

Marshall se acercó un poco más a Danny, el chico fantasma se estremeció al sentir la erección de Marshall pegada a su parte trasera.

-¿Qué ocurre- pregunto Marshall  sonriendo

-Es…esto. Es que…-Danny titubeo sin poder decirlo, su cara se sonrojo.

-Te refieres a mi erección- Dijo Marshall, Danny se quedó callado- No puedo evitarlo tú me pones así-

Dicho esto el peliblanco acabo totalmente con el poco espacio que los separaba para estar completamente juntos, Daniel sentía el calor de Marshall, sus fuertes pectorales  y abdomen detrás de él y la respiración tranquila del joven sobre su cabeza.

-Hueles bien- dijo Marshall aspirando con fuerza.

Danny era un caos en ese momento y aquello solo lo ponía más nervioso.

-Como termine aquí- pregunto tratando de deshacer la tensión que sentía

-Depuse de que te introdujiste en el cuerpo de aquel joven sufriste una gran pérdida de energía, así que te traje a este sitio y en este momento estoy regresándote ese energía que perdiste-

El miembro de Marshall se frotaba con Daniel por su respiración agitada.

-¿Eso no te afectara a ti?- pregunto Daniel, ciertamente estaba preocupado por la salud de Marshall pero en ese momento su tono de voz no sonó a preocupación si no más a un gemido.

-No te preocupes por mi- respondió con una sonrisa mientras deslizo su mano por debajo de la camisa de Daniel provocándole un escalofrió que lo obligo a retroceder logrando que el pene erecto de Marshall se pegara más a él, Dani caía lentamente en los juegos del peliblanco, Marshall froto el vientre de Danny mientras mordía suavemente el lóbulo de su oreja

-Marshall- Gimió Danny.

-¿Dime?- le incito Marshall exhalando su aliento abrazador en la oreja de Daniel, los bellos de su cabeza, su espalda, brazos y piernas se erizaron por completo, lo tenía contra las cuerdas el terreno por que Marshall andaba era totalmente nuevo para Daniel, él estaba perdido sin saber qué hacer, confusión por doquier, Daniel sentía tanta seguridad estando con él, pero también se sentía completamente desprotegido en esas circunstancias. El joven de ojos rojos con lentitud bajo su mano hasta estar en el inicio del jersey  del joven fantasma, con perspicacia introdujo sus dedos y así lentamente su mano, palpo los bellos de la región púbica, enredo uno en su dedos y tiro con gentileza, la sensibilidad de Danny despertó, gimió por lo alto, continuo su sendero pero antes de alcanzar el miembro de Danny que ya le causaba un ligero, pero placentero dolor, este le detuvo.

-BASTA- Grito Danny- Por favor no lo agás.

-Marshall obedeció de inmediato y retiro su mano llevándola nuevamente a su cintura, también se alejó retirando su cuerpo de Danny abriendo una brecha entre ellos tratando de que Danny se calmara.

-Lo siento- Dijo de inmediato Daniel con lágrimas en sus ojos- Realmente lo siento-

-¿Por qué te disculpas?- pregunto Marshall

-Por no ser capaz de darte lo que quieres, por sentir miedo, en verdad lo lamento-

-Eso no importa, fue mi culpa por presionarte, esto es nuevo para ti, no tome en cuenta tus sentimientos y solo logre asustarte, el que debe de pedir disculpa soy yo, tratare de hacer esto cuando tú te sientas preparado-

-lo Siento en verdad- Repitió Daniel- Un hombre tan atractivo como tu podría tener al hombre o mujer que deseara y estoy seguro que tú debes tener la necesidad de estar con alguien- Daniel no podía pronuncia la palabra sexo así que se expresó de una forma más simple pero Marshall comprendió lo que el trataba de decir, en un movimiento Marshall giro a Daniel y se Montó encima, Sus miradas se quedaron fijas el uno en el otro, las lágrimas surcaba la cara del pelinegro, Marshall Arremetió un Beso con fuerza, luego separo sus labios y se despojó de su camisa y pantalones quedando tan solo en un calzoncillo ajustado que marcaba el contorno del enorme miembro del joven de ojos rojos, Daniel lo aprecio de pies a cabeza, era perfecto tan grande y ancho en todo sentido, en un par de segundos Marshall asesto un segundo beso pero esta vez introduciendo su lengua y encontrando la de Daniel, con la mano derecha tomo la mano izquierda de Daniel ya la llevo directamente a su pene, el joven fantasma sitio todo aquello , estaba extasiado, Daniel termino rompiendo el beso por el cansancio, el peliblanco lo miro, agitado, sonrojado y sudando.

-Escucha tú me gustas y yo esperare hasta que estés listo-

Daniel lo miro, Marshall se tumbó a su lado, y el chico fantasma recoso la cabeza en el pecho de Marshall.

-Parece que ya te sientes con mayor energía- dijo Marshall en tono burlón

Daniel recordó las dudas que tenía acerca de quién era Marshall y no creía tener una oportunidad mejor que esa para averiguar lo que fuese posible.

-Marshall-  Dijo Dani con timidez.

-Que ocurre- pregunto envolviendo a Daniel con su fuerte brazo

-No sé mucho acerca de ti, quisiera conocerte un poco más-

- ¿y bien que quieres saber de mí?-

Daniel no supo que preguntar, no esperaba una positiva a su pregunta provocando que se quedara en blanco.

-¿Y bien?-

-No sé qué preguntar- respondió Daniel avergonzado

Marshall sonrió.

-Mi nombre ya lo sabes- inicio- Tengo 23 años de edad, nací el 27 de junio, soy prácticamente bueno en cualquier deporte, odio los lugares ruidosos, no me gustan las personas que hablan de sí mismas, me gusta el café tibio, los días de invierno, nublados o lluviosos no soy virgen-

-Yo no pregunte eso- exclamo Daniel instantáneamente

-No te preocupes por eso, esa pregunta se ha vuelto tan estándar en una conversación que no tiene sentido alterarse por algo así-

-Eso no importa es algo privado- Daniel perica tomate,

-Amo a las personas discretas-

-Daniel se sintió alagado, pero eso no eran las cosas que él deseaba saber.

-Quisiera saber cómo obtuviste tus habilidades-

Marshall guardo silencio luego resoplo.

-No es algo que me sienta como diciendo-

Daniel comprendió de inmediato que todo lo que el deseara saber terminaría con una negativa similar así que por el momento solo desistió.

-Tengo hambre- dijo Daniel  Cambiando el tema

-Tu apetito volvió eso es bueno- Marshall se metió solo los pantalones, estaba descalzo y sin camisa y Daniel no paraba de admirarlo se veía tremendamente sexy. El joven ofreció su mano a Dany y este la tomo y se colocó a su lado, Daniel miro nueva mente el lugar, la habitación era enorme, su casa cabria con facilidad en ese lugar, el suelo era adornado con una alfombra color vino, en el fondo una chimenea sin uso decoraba el lugar, un candelabro de tipo araña colgaba sobre sus cabeza, dos grandes ventanas se encontraban al frente  todo era tan fino y sofisticado, se encontraban en un castillo.

-¿Qué lugar es este?- pregunto Dani asombrado, la música seguía en el aire, pero había cambiado ahora eran cantos muy hermosos.

-Es el hogar de un amigo-

Marshall llevo Daniel de la mano, quien no dejaba de admirar el lugar, lo condujo hasta una puerta de madera enorme, tan grande que un gigante pasaría sin problemas, sin duda una puerta así era realmente pesada.

-Daniel, podrías ayudarme a cruzar esta puerta- sonrió Marshall, el chico fantasma los volvió intangibles a ambos y cruzaron, al estar del otro lado Daniel quedo maravillado, un corredor que no parcia tener fin se mostró frente a ellos, la alfombra ahora era azul rey, varios candelabro alumbraban el camino y en grandes distancias se veía otra puerta del mismo tamaño que las demás, la música continuaba escuchando tan fuerte como en el interior de la habitación que abandonaron.

-¿Por qué alguien viviría en un lugar donde es casi imposible abrir una puerta?- pregunto Daniel mientras caminaban.

-Eso lo sabrás cuando lo veas- dijo Marshall sin mirarlo- el camino a la cocina es un poco largo que tal si nos damos prisa, dicho esto Marshall despego del suelo sin soltar la mano de Daniel, una vez más el chico fantasma que fascinado  el verlo bolar siempre era un espectáculo y mucha más  cuando llevaba poca ropa encima, Daniel se elevó de igual manera y a toda marcha volaron de frente, el viento jugaba con el cabello del mayor y el chico fantasma no le quitaba la mirada de encima, en ese momento rugió el estómago de nuestro pequeño héroe.

-Ahora que lo recuerdo prepa unos emparedados, antes de salir, ¿sabes dónde está mí mochila?-

-La deje en el comedor, justo el lugar al que nos dirigimos-

El lugar parecía repetirse de manera infinita y la música no aminoraba en lo absoluto, después de unos minutos, el frente una puerta mucho más grande que las demás se alzó en el fondo, El joven ojos rojos no bajo la velocidad, así que Daniel los volvió intangibles y cruzaron, el lugar supero las expectativas de Daniel, una mesa larga y rectangular ocupaba el espacio centras, por lo menos 700 personas podrían estar en sentadas en las sillas que se hallaban dispuestas, mecheros con velas, un mantel blanco y platos de porcelana con muchos cubiertos a sus costados adornaban la mesa.

-Ostentoso- dijo Daniel, luego localizo su mochila sobre la chimenea que se hallaba al otro extremo de la habitación, soltó a Marshall y voló hasta ese lugar al abrirla no encontró nada de comida.

-¿Dónde estás las cosas que prepare?-

-¿No pensaras en comer esas cosas verdad?, yo no se lo daría ni a los perros- Una vez gruesa resonó por todo el lugar, parcia provenir de los muros.

Un hombre de cabello largo color plateado, que lo llevaba atado en una cola de caballo aprecio volando, vestía  esmoquin negro y zapatos muy lustrados de igual color.

-Plasmius- Dijo Daniel con enojo- Que haces aquí-

-Como siempre eres tan maleducado con quien te ofreció su hogar como si fuera el tuyo propio-

-¿De qué hablas?- pregunto a la defensiva

-Sigues sin entenderlo- Dijo Plasmius en tono burlón- Marshall deberías contarle más cosas-

-Te cuidado con lo que dices Masters- Le advirtió Marshall

-Tu eres el que debería de tener cuidado con lo que no le dícese, algún día eso te traerá más problemas de lo que piensas-

-Eso es asunto mío-

-Como siempre tan equivocado- Dijo Vlad Mientras baja al suelo y tomaba asiento- Escucha Daniel muchas cosas terribles ocurrirán, y te lo advierto solo por el hecho de también me afecta directamente-

-Detente Masters- Le advirtió Marshall sus ojos rojos destellaron con un brillo intenso.

-No te preocupes solo le informare lo que tu debiste haberle dicho desde un inicio- Dijo Vlad- Daniel lo que se avecina esta directamente relacionado con Tigo, desde hace más tiempo de lo que piensas, debes tener cuidado con quien hablas y lo que haces-

-No entiendo lo que me tratas de decir- Dijo Daniel, Vlad master le estaba contando todo aquello que Marshall le ocultaba por lo que decidió escuchar, Un aire helado escapo de la boca de Daniel al igual que la de Vlad un hombre alto y delgado con mirada triste entro en el lugar travesando los muros en las manos llevaba unos grilletes de color negro.

-Señor, la comida esta lista- Dijo el hombre con una reverencia

-Plasmius. ¿Quién es el que es lo que lleva en sus manos?-

Vald no respondió por lo que Daniel giro du mirada a Marshall

-Es un esclavo- respondió Marshall como si no fuera nada

-¿Un esclavo?- Dijo Daniel si entender bien.

-Así es Daniel- Dijo Vlad con n sonrisa burlona- Eso grilletes me permiten controlarlo a mi antojo-

-Eso no está bien, tienes que libéralo- Dijo Daniel con indignación

-No vengas con estupideces, no permitiré que un mocoso venga darme clases de conducta- Dijo Vlad con cierta molestia- Tú te la pasa golpeado a tipos como el cada día-

-Pero no los esclavizo, los devuelvo a su mundo-

-Daniel cálmate- Dijo Marshall

-Que me calme esto no está bien acaso no lo entiendes-

-O querido Daniel te equivocaste de persona para preguntar eso- Rio Vlad por algo que obviamente Daniel no conocía.

-Silencio Masters- Advirtió nuevamente el joven de ojos rojos

-Esto no está bien no lo permitiré-Dijo Daniel y voló a gran velocidad con el hombre que seguía parado sin decir nada, trato de romper eso grilletes pero no lo consiguió aun así lo siguió intentando.

-No te molestes Daniel nunca conseguirás quitárselos están hechos aprueba de fantasmas y son demasiado duros para que un humano ordinario los destruya-

Daniel no lo ignoro y siguió intentando con todas su fuerzas.

-Daniel detente- Dijo Marshall pero también lo ignoro, lagrimas corrieron de los ojos de Daniel pero no consiguió nada, Daniel puso su manos en el pecho del hombre

-Lo lamento en verdad- Dijo Daniel frustrado y con impotencia, las manos de Daniel atravesaron al hombre y una luz resplandeció desde su interior llenando la habitación segando a todos por un instante, luego de que esta se apagó el hombre había desaparecido, en su lugar una de aquellas luces que Daniel veía a menudo se encontraba en su sitio, nadie daba crédito a lo que veía ni el mismo Daniel entendía nada. La luz se esfumo en un instante.

-Purificación- Dijo Marshall sin poder creerlo, Daniel no comprendió

-Querido chico- dijo Vald- estas destinado a tener una vida llena de sufrimiento-


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