Suspiré.
- No puedo creer que haya hecho esto. -mirando la sala del nuevo apartamento.
Un mes había pasado.
-dejándome caer de lleno en el nuevo sofá.- Estoy exhausto. .
De no haber sido por ese idiota, aun seguiría en mi antiguo departamento. Si tan solo no hubiese sido tan jodidamente insistente. .
-caminé hacia mi nueva habitación.- Es enorme. .-solté mirándola encantado.- No es igual que la antigua, pero es aceptable.
Si quería acostumbrarme, debía ser optimista.
Jamás había salido de mi casa a menos que fuese por trabajo. Jamás creí que fuese capaz de hacer esto. Pero estaba en apuros; fue una medida que, sin duda, tenía que tomar.
- De otra manera, hubiese tenido que aguantarlo, tal vez, el resto de mi vida. -resoplé y me asomé por la ventana.
Genial. (Nótese el sarcasmo)
- Al parecer, tendré que acostumbrarme también a la nueva vista. -haciendo una especie de mueca.-
Edificio. Nada más que un estúpido edificio en frente.
Sonó mi celular.
- Diga? -dije sin ganas.-
-'Soo. -Contestó del otro lado, alegre.- Cómo te fue con la mudanza?
-resoplé.- Ni me lo recuerdes. Fue un desastre. -froté mis sienes.- Byun, tienes algo de tiempo? Necesito despejarme un rato.
- Lo lamento, Kyung. Ahora no. Tengo trabajo que hacer.
-me recargué en la pared.- Trabajo, eh? De alguna manera, extrañaba que dijeras eso.
- Por qué lo dices?
- Siempre hablando de tus novios. Hasta creía que trabajabas de. .-
- Do Kyungsoo, ni se te ocurra decir eso. -interrumpió amenazante.
-reí.- Esta bien, ve a hacer lo que tengas que hacer. Pero en cuanto tengas tiempo libre, llámame.
- Tenlo por seguro. -sonreí.- Adiós, 'Soo. Cuídate. Y socializa un poco, si? -bromeó.
-rodeé los ojos.- No prometo nada.
-rió.- Adiós. -cortó.-
Bien. Todo marcha a la perfección.
Tuve que mudarme a último momento, estresado por ese idiota, y cuando más lo necesito, mi mejor amigo tiene trabajo.
Espectacular. Realmente. . .espectacular.
-acariciando mi frente, exasperado.- Me saldrán canas. .-murmuré.- Moriré joven, lo sé.
Salí al balcón de mi cuarto y me senté.
- Todo es culpa del estúpido de Kim Jongin. Si tan solo me hubiese dejado en paz. .-me recargué en los barrotes y cerré los ojos.
- Kyungsoo-hyung?
Los abrí a los pocos segundos y me levanté de golpe.
Oh, no. No ahora.
-T-tú. .-apunté al sujeto con la ira aumentando cada vez mas.- Kim Jongin, qué mierdas haces en el edificio de en frente, eh?
- Yo. .-mirando confundido.- Aquí vivo. Hace años.
Bajé la mano lentamente, sin poder creerlo.
Dijo. . .hace años?
-estiré de mis cabellos.- Mierda. -solté y enseguida tomé mi pequeña libreta, volviendo a sentarme.
- Oye. .-asomándose.- Qué haces?
- Buscando otro apartamento, qué otra cosa haría? -espeté sin mirarlo.-
- Y por qué?
- Porque tú estás en frente! -grité y lancé la libreta a un lado de la habitación.- Maldición. . .no tengo el dinero suficiente.
-rió.- No te alteres. Ni que viviésemos juntos.
- Hipotéticamente, así es. -lo miré molesto.-
- Pero literalmente, no. -sonrió. Bufé y golpeé mi cabeza con la barandilla del balcón.- Vamos. No es para tanto.
- Tú. .-suspiré cansado.- Al diablo. Tendré que conformarme. -apoyé mi cabeza en ambas manos.-
Esto no puede estar pasándome. No a mí, mierda.
Me mudé con el objetivo de alejarme del moreno, y qué consigo? Que viva, literalmente, justo a mi lado.
- Que irónico. .-mordí mi labio inferior.- No es justo. .
-sonrió y se paró en el borde de la ventana.-
-abrí los ojos, asustado y me levanté.- O-oye. Qué haces? Bájate de ahí.
- Esta bien. -y automáticamente, saltó dentro de mi balcón.- Así está mejor.
-retrocedí.- Qué demonios-? Ve a tu casa, ahora mismo. -fruncí el ceño.
-miró serio.- Podemos hablar?
- Claro que no. Vete. -apunté a su departamento.
- Kyungsoo. .-
- Largo, Jongin. -interrumpí y le di la espalda.- No estoy de humor para aguantarte ahora.
- Cómo dices? Aguantarme? -preguntó como si no tuviese idea de lo que hacía.- Lo que menos quiero es causarte problemas.
- Ah. Es así? -me giré a verlo.- Entonces sal de aquí.
- Kyungsoo. -se acercó y me tomó de los hombros.- No puedes seguir evitándome. Sabes que tenemos asuntos que arreglar.
-quité sus manos.- No en este momento.
- Entonces, cuándo? Mañana? El viernes? Dime, Kyungsoo. Cuándo? -frunció el ceño.
- Yo. .-inhalé y exhalé. En cualquier momento, explotaría.- No lo sé, Jongin. En estos momentos, no puedo ni siquiera ver tu rostro.
- Aun sigues molesto por lo que te hice? -preguntó.- Solo intentaba ayudarte, es todo.
- Y para eso tenías que violarme? -contraataqué.
- Qu-? Y ahora de qué hablas?
-lo miré indignado y volví a acariciarme la frente.- Tengo problemas. .
- Al parecer, si.
- No, tú no entiendes. -le apunté.- Tengo problemas, y todos tienen que ver contigo. Tú eres el de la mala suerte. Si. . .si tan solo te pudieses alejar, al menos por hoy, te lo agradecería. -sonó
más bien como una advertencia.
-frunció el ceño y se alejó.- Si eso quieres. .-volvió nuevamente a su habitación.- Después de todo, es hasta mañana, verdad? Puedo esperar.
- No, no. Creo que no entend-
- Solo por hoy. -interrumpió.- Verdad, Kyungsoo?
-miré hacia abajo y volví dentro.- Como sea.
*
- Byun. Qué bueno que llamaste.
-rió.- Sucedió algo?
- De hecho, si. Puedes venir un momento?
-suspiró.- Cómo negarme? Después de todo, tengo hambre y tus comidas siempre son las más ricas.
-rodeé los ojos.- No me digas que solo vienes por eso?
- Pues claro. Por qué mas sería?
-reí.- Te estaré esperando.
- Llevaré bebidas. -comentó con tono divertido.
- Oh no, Byun. Eso sí que no. La última vez que lo hiciste, tuve que cargarte hasta la cama, y limpiar tu vómito. Sabes lo desagradable que fue?
- Oh, vamos. No exageres. Las llevaré.
- Que ni se te ocurra -dije a modo de advertencia.
-rió.- Adiós.-cortó.
Ese maldito las traerá, estoy seguro.
- Mejor comienzo a colocar bolsas en el suelo. -murmuré y reí.-
- Oye, vecino!
Oh, no. Ahora qué quiere?
-me acerqué a la ventana.- Qué sucede ahora, Jongin?
- Toma. -sonrió y me tendió un pequeño pastel.
-lo recibí, sorprendido.- Y esto para qué. .?
- Supongo que nadie te ha dado la bienvenida al barrio, verdad? -negué con la cabeza.- Pues, bienvenido.
No lo entiendo.
- Eh. . .gracias, supongo. -observé el platillo.- Lo hiciste tú?
-asintió.- Además del modelaje, tengo otros talentos, sabes? -me guiñó el ojo. Le fulminé con la mirada.- Qué disfrutes el pastel. -sonrió.- Ah. Pero déjame un poquito. Más tarde me dará
hambre.
- Jongin. .-dije a modo de advertencia.
-rió y se alejó con ambas manos en los bolsillos.
Suspiré.
Qué niño más raro.
- Realmente. .-negué con la cabeza.- Quién podría entenderlo?
Sonreí inconscientemente. La situación era un poco divertida. Solo un poco.
- A pesar de que sabe que estoy molesto, pasó seguramente toda la tarde haciéndolo. En verdad. .-me senté en el sofá una vez deje el pastel dentro de la heladera.- Es un idiota.
Sonó el timbre.
- Voy! .-grité, levantándome.- Byun. Hasta que por fin llegaste.
-levantó las bolsas.- Las he traído.
-resoplé.- Sabía que lo harías. Pasa. -me hice a un lado.
- Y? -dejándose caer en el sillón.- Qué tienes que contarme?
-suspiré.- Nada agradable. -me miró sin entender una vez me senté a su lado con vasos en ambas manos.- Adivina quién es mi nuevo vecino? -dije un tanto irónico. Porque sí; era irónico.
- No me digas. .-abrió los ojos y rió.- El niño ese? Qué mala suerte la tuya! Realmente es tu vecino?
-le fulminé con la mirada.- Si, bueno. . .vive en el edificio de al lado, pero prácticamente. . .-jugué con mis dedos.-. .Sí.
-abrió una de las botellas.- Bueno. .-sirvió un poco en los vasos.-Al menos no vive en el mismo edificio.
- No, pero creo que es mucho peor.
- A qué te refieres?
- Mira allí.-apunté al balcón de mi cuarto.- Ves esa ventana de en frente?
- La que esta justamente pegada a la tuya? -asentí.- Vaya. Tú si que te las apañas para que te salga todo mal.
- Si. La verdad, ni yo mismo se como lo hago. -suspiré y me levanté.- Me ha hecho un pastel para darme la bienvenida. Quieres un poco?
- Osea que ya hicieron las paces? -preguntó a mi lado, metiendo un dedo en el glaseado.
- Claro que no. Jamás se lo dejaría tan fácil.
- Oh, vamos, Kyung. -quitándome el postre y dejándolo a un lado.- Cuántas veces se ha disculpado?, Diez?, Veinte?
- Treinta y uno. -resoplé.- No lo sé, Byun. Es. . .difícil.
- Difícil? -soltó una risa irónica.- Difícil, mi trasero. Es solo decir "si, te perdono" y ya. Qué tan difícil puede ser eso?
- Demasiado para mi.-dije un tanto molesto.- Sabes cómo soy, Byun. Y créeme cuando te digo que no es una ventaja, pero no puedo cambiar. Lo he intentado, pero no puedo.
-negó desaprobatoriamente.- Eres un idiota. -comentó llevándose el pastel.- Ser homofóbico en verdad parece una maldición. -se sentó en el sofá.
- Lo es. -me senté a su lado.- Pero no es mi culpa ser así. Es. .-bajé la cabeza.
-me miró serio.- Ya basta, 'Soo. -frotó mi espalda.- No pienses en eso. -me tendió el vaso lleno de licor.- Bebe un poco.
-arqueé una ceja.- Tu manera de animarme es rara.-tomé el vaso y le di un sorbo.
*
- Debería venir más seguido. La comida estuvo fantástica.-dijo con un notable brillo en sus ojos.
-reí.- Gracias, pero deberías reconsiderar venir por mí en vez de la comida.
- Oh, vamos, 'Soo. -me abrazó.- Eres muy celoso. Hasta con la comida. Jamás lo hubiera imaginado.
-golpeé su brazo.- Que no soy celoso. -le fulminé con la mirada.
- Y qué harás mañana? -preguntó.- Lo enfrentarás o lo sacarás a patadas, como siempre?
-resoplé.- Escucharé lo que tiene que decirme, y si no me convence, lo echaré.
- Y si lo hace?
-suspiré.- Veré si lo perdono o no. Pero bueno. .-solté, empujándolo para que saliera.- Todo depende de lo que diga.
- Hay, 'Soo. .-sonrió burlón.- Te haces muchos problemas por un niño que intentó ayudarte. En serio, deberías dejar de ser tan serio hasta con la cosa más pequeña. Te saldrán canas.
-lo miré molesto.- Si, lo he pensado. -sonrió.- Trataré de no tomarme tan en serio esas cosas, de acuerdo?
-asintió.- Creo que sería lo mejor.
- También yo. -le tendí su abrigo.- Te llamaré si necesito de apoyo moral, está bien?
- Claro. Ahora depende de mi tiempo.
- Byun. .-musité amenazador.-
-se encogió de hombros.- Qué? Es la verdad, no?
-lo miré mal.- Solo cuando te conviene. -rió.- Nos vemos.
- Adiós. Sueña con el moreno. -le cerré la puerta en la cara.
Qué demonios fue eso? "Sueña con el moreno"?
-fruncí el ceño.- Está loco. .
*
Tres de la mañana y aun sigo despierto.
- En serio. Qué demonios sucede conmigo? -me levanté y me asomé en el balcón.
Aun no termino de acostumbrarme a éste apartamento.
- Supongo que es cuestión de tiempo. .-me senté, apoyándome en los barrotes.
El aire golpeó de lleno mi cara; cerré los ojos.
- Vaya. Al parecer no soy el único con insomnio.
Volteé.
- Qué haces despierto, Jongin?
-apoyó ambos codos en la barandilla.-Bueno. . .-musitó.- No podía dormir, es todo. -se asomó un poco.- Y tú?
-suspiré.- El primer día nunca es bueno, sabes? -rió a lo bajo.- Aun no termino de acostumbrarme.
- Pues qué bien. Al menos tendré un compañero esta noche.
- Qué dices? -volteé.- Hace cuanto que no puedes conciliar el sueño?
-chasqueó la lengua.- Casi nunca. El dormir temprano no es mi fuerte.
- Deberías dormir ocho horas. Sería lo correcto.
- Crees que soy un niño? -asentí. Bufó.- Si, bueno. . .jamás me gustó seguir las reglas, y eso se considera como una, así que. .tú sabrás.
-resoplé.- Claro. Olvidaba que eras el niño libre.
- Hablando de eso. .-subió al borde de la ventana y saltó a mi balón.-
- Demonios, Jongin. -fruncí el ceño.- Que no hagas eso, te he dicho.
-se sentó a mi lado.- Por qué el apodo?
- Qué? -lo miré sin entender.- De qué apodo hablas?
- Ese. El del Niño libre. -contestó.- Por qué?
- Ah, ese. Bueno. .-comencé a jugar con mis dedos.- Cuándo fui a la WBS, el dueño empezó a hablarme de tí. Decía que no seguías las reglas y demás; que ni siquiera dejabas que te
obligaran a nada. Fue entonces cuando pensé en ello.
-soltó una pequeña risa.- Solo por eso?
- B-bueno. . .también había dicho que amabas la libertad, así que. . .-hice una mueca.-
-rió.- Bueno, bueno. Creo que Niño libre está bien para mí, no crees?
-me alejé un poco.- No te burles, o te devuelves a tu cuarto. -abrí los ojos.- Es más, no sé ni que haces aquí. Vete.
-resopló y se levantó.- Estaba cómodo. -levantó una pierna y la apoyó sobre la barandilla.-
- Ah. Espera. -corrí hacia la cocina y traje las sobras del pastel.- Toma.
- Eh? -bajó de nuevo.- Y esto? Acaso no te ha gustado?
- Qu-? Claro que me ha gustado. Es solo que. .-fruncí el ceño, un tanto nervioso.- Me dijiste que te dejara un poco y eso hice. Lo quieres o no?
- Bueno, no lo decía en serio pero. .-miró el pastel.- Si. Me lo quedaré. -sonrió.-
-lo miré mal.- Como sea, vete ya.
-bufó y saltó hacia la ventana de su habitación.- Oye.
-a punto de irme, volteé.- Qué quieres?
- Me perdonas?
Y de nuevo con eso.
-lo miré fastidiado.- Hay, Jongin. Ahora no.
- Kyungsoo. -soltó. Lo miré.- Te he dado un pastel. Y por si no te diste cuenta, tenía una disculpa encima. -lo miré sin entender. Rodeó los ojos.- Me perdonas? Vamos. No fue para tanto.
- Para ti. -le apunté.- Para mí fue diferente.
-mordió su labio inferior.- Puedes. .?
-suspiré.-
Qué debería hacer?
"Deberías dejar de ser tan serio hasta con la cosa más pequeña."
Acaricié mi frente.
- Kyungsoo. -insistió. Volví a mirarlo.-. .Puedes?
-fruncí el ceño.- Esta bien, está bien. Te perdono. -respondí.- Después de todo, no fue para tanto, verdad? -le fulminé con la mirada.-
-sonrió enormemente.- Gracias. Me has quitado un peso de encima. -caminó hacia adentro.- Que tengas una buena noche.
-lo miré extrañado y sacudí mi cabeza.- Si. . .como sea. Buenas noches.
Qué niño más raro. En verdad. .