Un mes después. . .
JONGIN'S POV
- Maldición! -se escuchó desde el otro edificio.- Llegaré tarde!
Sonreí.
- Y ahora qué. .?-murmuré divertido y me levanté, asomándome a la ventana, viendo la habitación de en frente.
El hombre de estatura bajita fue lo primero que divisé; saltando de acá para allá, sosteniendo el cepillo con su boca, mientras trataba de ponerse los pantalones.
Reí y salté hacia su balcón.
- Oye, Kyungsoo-hyung! -grité.
Apenas volteó a verme frunció el ceño que, sorpresivamente, sirvió para entretenimiento mío.
- Jongin. -pronunció entre dientes.- Qué es lo que quieres? Me imagino que te darás cuenta de la situación en la que estoy. -apuntándose de arriba a abajo.- Y estoy apurado, así que di lo que tengas que decir y devuélvete por donde viniste.
-sonreí.- Solo he venido a decirte buenos días.
- Qué? -me miró indignado.- Pudiste habérmelo dicho desde tu habitación.
-chasqueé la lengua.- Así no sería divertido.
- Ah. Entonces te parece divertido fastidiarme. -concluyó molesto y volteó, volviendo a lo que estaba.- Vete, quieres? No tengo ganas de discutir.
- Oh, vamos, hyung. -me acerqué a él y tomé su mano, arrastrándolo hacia el balcón.-
- Oye, no! Qué haces-? Suéltame. Tú, idiota! -gritó molesto.-
-subiéndome a la barandilla, preparado para saltar.- Vamos, Kyungsoo. Desayuna conmigo.
- Qué dices? -abrió los ojos.- Claro que no. Suéltame!
-hice una especie de mueca y lo levanté al estilo princesa.- Listo para saltar?
- Q-qué? No! Estás loco! -comenzó a golpearme.- Bájame ahora mismo, o no respondo de mi, Jongin! -amenazó, totalmente asustado, aferrándose mas a mí.
- Tres. Dos. .-dije contando.
- Kim Jongin, te lo advierto-
- Uno! -salté, quedando sordo por su grito. Lo bajé al segundo, y salí corriendo hacia la cocina.
- Te mataré, maldito demente! -corrió detrás de mi.
Demonios. Éste enano sí que es una fiera.
Aunque admito que, desde que ha llegado, los días se han vuelto más divertidos.
Me agrada fastidiarlo, aunque eso signifique después dormir en el suelo por la tremenda tunda que me dio, literalmente.
-lanzándome una taza en la cabeza.- Estúpido! -gritó.
- Auch! -me sobé fuertemente.- Hyung! -fruncí el ceño.- Eso duele!
- Te lo mereces por idiota. -resopló y se sentó en una de las sillas.- Como sea, ya estoy aquí. Dame algo para comer.
-sonreí.- Enseguida.
Hemos empezado a llevarnos mejor, tal vez.
- Apúrate, Jongin! Si llego tarde, juro que te daré un golpe que no olvidarás jamás en tu desgraciada vida de bisexual!
. .O no.
-volviendo con café y panqueques.- Aquí tienes.
-devorándolo apenas dejé el plato sobre la mesa.- Esta delicioso.
-feliz.- Lo dices en serio?
-asintió.- Aunque lo estaría más si no hubiésemos empezado con el pie izquierdo.
-suspiré y me senté, listo para comer mi parte.- Gracias por el medio cumplido.
- De nada.-respondió sin siquiera verme.- Por cierto, qué hora es?
- Mm. .-miré el reloj en la pared.- Diez para las ocho.
Escupió lo que tenía en la boca, y se levantó exaltado.
- Diablos! Llegaré tarde, estúpido Jongin! -tomó su abrigo y salió corriendo hacia la puerta.-
-reí.- Ni un adiós?
-frunció el ceño y levantó el dedo de en medio.- Por qué no te metes esto en. .-
- Adiós, Kyungsoo-hyung. -le cerré la puerta en la cara.
Aun siendo mayor que yo, se comporta como un niño.
- Park. -dije al teléfono.
- Qué sucede, negro?
Éste idiota. .
-resoplé.- Me servirás de compañía o tendré que llamar a Yi Fan?
- Oye. -con deje de molestia.- Ni le marques a ese. En dos minutos estoy allí.
-reí.- Bien. Trae bebidas.
- Claro. No pueden faltar. -cortó.
Me dejé caer en el sillón.
-suspiré.- Kyungso-hyung. . .eh?
Sonreí de lado.
Aun no puedo creer que se comporte tan infantil.
- Debería darle de nuevo la pastilla? -reí.
Creo que me gusta mas así.
-sobando mi panza.- Aun tengo hambre. .-murmuré.
Me levanté y caminé hasta la heladera, buscando comida.
-chasqueé la lengua.- Le he dado lo último a Kyungsoo. -dije y cerré lentamente, esperando a que se apagara la luz.- Tendré que hacer las compras. . .otra vez.
Golpearon la puerta fuertemente.
Negué con la cabeza.
- Lo mataré. .-susurré y abrí la puerta con el ceño fruncido.
- Yo! -saludó y entró empujándome.
-lo seguí con la mirada.- Sabes? Sería bueno que alguna vez utilices el timbre en vez de golpear. Romperás mi puerta.
-bufo y se lanzó al sillón.- No tengo ganas.
- No. Al parecer no entendiste, así que te lo diré de otra manera. -cerré de un portazo me paré delante de él.- O utilizas el timbre, o patearé tu trasero.
-rió.- Esta bien, está bien. No te enojes, mujer. -le fulminé con la mirada.
- Como sea. -me senté a su lado.- Qué has traído?
- Lo de siempre. -llevándose un cigarrillo a la boca.- Cerveza.
-resoplé.- Esperaba algo mas fuerte esta vez.
- Quieres algo fuerte? Pues ve a comprarlo tú. -tomó una botella y la abrió, lanzando la tapita al suelo.
- Oye. No ensucies mi casa, hombre. -levantando su basura.
- Oh, vamos, negro. -se levantó.- Si no veo un chiquero ahora mismo, me volveré loco. -dijo, simulando desesperación y volvió a tomar asiento.- Esta todo tan limpio que hasta dan náuseas. Me siento el usurpador.
- Lo eres. -me miró mal.- De todas maneras, no ensucies. Tendré un invitado más tarde, y no tengo ganas de limpiar. -caminando hacia la cocina, volviendo a los pocos segundos con vasos en las manos.
- Mm. . .Invitado, eh? -apagó su cigarrillo y tomó uno de los vasos.- Te has ido de putas, y no me has avisado? Que cruel. -haciendo un puchero.
-golpeé su brazo, haciéndole volcar un poco la bebida.- Claro que no, idiota. Es solo mi vecino.
-arqueó una ceja.- El enano del que me contaste? Ese famoso fotógrafo de clase media?
-bufé.- Tendría que haber llamado a Yi Fan.
- No hables de ese en mi presencia. Sabes que no lo tolero. -tomó un sorbo de la cerveza.- Ese estúpido palo andante de clase baja-
- Media, Chanyeol. Media. -interrumpí.
- Son lo mismo. -frunció el ceño.- En serio, Jongin. No deberías andar con gente de esa clase. Te lo he dicho más de mil veces. Clase media y clase alta. .-negó con la cabeza.- No deberían mezclarse. No, señor.
- De qué hablas? Si yo no soy de clase alta.
- Pero eres mi amigo, así que te bautizo como uno. -sonreí de lado, divertido.- Como sea. Realmente. .-dejó el vaso.- Hay millones de enanos como ese en el mundo. Búscate uno de buena clase, y asunto solucionado.
- No, no. Es que no entiendes, verdad? -me miró sin entender, encendiendo otro cigarrillo.- Kyungsoo-hyung, él. .-rió.
- Kyungsoo-hyung? -rió.- Qué eres ahora?, Su perro? -bromeó.
- Así me hace llamarlo, y me he acostumbrado así que esta bien. -contesté.- Lo que te decía era que él es. . .-negué.- Él no es como los demás, de alguna manera. Y fastidiarlo me divierte, así que me quedo con él.
-me miró mal.- Te desconozco, amigo. -soltó indignado.- Tengo una idea. Te presento a uno de mis conocidos. Tal vez alguno te guste, y así olvidas esa tontería.
-reí.- Sabes lo que sucede contigo? -le apunté.- Tu ego. -dije.- Tal vez sea más alto que tu estatura. Lo tienes hasta por los cielos. Y solo por tener más plata que los demás. -me tiré hacia atrás, relajado.- Tienes problemas.
- Tal vez. -comenzó a fumar.- Pero así me quiero, y no cambiaré por un estúpido de una clase menor que la mía, como tú.
-levanté la cabeza.- Yo no he cambiado.
- Claro que sí. -contraatacó.- Ya no sales a buscar alguna puta que te complazca, sino que te quedas en tu casa molestando a tu vecino. No vas a los bares de antes, he incluso ahora eres. . .aseado. -miró con disgusto. Volví a reír.- Te has vuelto más aburrido. Realmente. .-se recostó.-Ese enano te está haciendo mal. Deberías alejarte.
-lo miré con lastima.- Sabes qué? Deberías conocer a su amigo. Es casi igual que tú. -comenté divertido.- Solo que. . .su pensamiento es lo opuesto. -frunció el ceño.- Congeniarán bien, lo sé. Lo he escuchado las veces que iba a la casa de Kyungsoo. Y pude verlo desde la ventana. Es lindo, y gracioso. Te gustará, lo aseguro.
-mueca de disgusto.- No, gracias. Jamás quisiera cruzarme con ese. Seguramente es clase media.
-me encogí de hombros.- Claro. Es amigo del enano, después de todo.
- Entonces no se hable más. Es claro que no está a mi nivel. Además, no soy gay.
- Sí, claro. Y yo soy mujer. -respondí sarcástico.
- Bueno. .-mirándome de arriba a abajo.- Si te pones una falda, te parecerás a una. Muy fea, de hecho.
- Oye. -lo golpeé.
De repente, la alarma sonó.
-resoplé y me levanté.- Hora de trabajar.
-imitándome.- Hasta pones alarma. Realmente. .-puso una mano en mi hombro.- Qué te ha pasado?
-quitando su brazo.- Maduro. Algo que deberías de hacer tu también. -caminé hacia el ropero.
- Qué va. -tiró su cigarrillo.- Madurar es para frutas, no para hombres con belleza sobrehumana como yo. -reí.
- Tengo tanta suerte de que tu ego no se me haya pegado. En verdad, me siento agradecido. -lanzándole su vestuario.
-rió a lo bajo.- Te encantaría ser yo, lo sé.
- En tus sueños. -fui al baño y tomé el cepillo mientras me arreglaba para la sesión de esta tarde.
- Claro. Siempre estás en ellos, babe. -me guiñó el ojo y se fue al segundo baño.
En serio.
Aun me sigo preguntando por qué lo tengo de amigo a éste idiota
- Ah. Por cierto. -gritó desde otro lugar.- Llamó el viejo ese.
- Duck? -sorprendido.
- Exacto. -respondió.- Preguntó si querías ir con él a una cena luego de la sesión.
- Qué? -me asomé, preocupado.- Qué le has dicho?
- He rechazado la oferta. Te molesta?
Suspiré.
Ahora recuerdo por qué aun lo tengo a mi lado.
- Muchas gracias, amigo. Te debo una. -sonreí y volví a lo que estaba.
-rió.- Viejo loco. Aun insiste con eso de que conozcas a su hija?
- Si. -mueca de disgusto.- Por más que le he dicho que no estoy interesado, no quiere entender.
- Enserio, Jongin. Deberías dejarle en claro que no es tu padre. No puede seguir arreglando citas a las cuales ni siquiera vas a ir. Si quiere un esposo para su hija, que se case él con ella y asunto arreglado.
- Como si fuese fácil.
- Lo es. -entrando a mi baño.- Oh, vamos. Aun no has terminado de maquillarte?
-rodeé los ojos.- Solo me falta cepillarme, así que sal de aquí.
-sonrió y obedeció.- Te quedan menos de dos minutos! -gritó.
Carajo.
- Gracias por hacer que me dé un mini-infarto, Chanyeol! -pasando el cepillo por mis dientes rápidamente.
- Por nada, primor! -respondió.
Bufé.
Algún día le daré su merecido. Lo juro.
- Listo. -secándome con la toalla.- Ten. Ve abriendo. Dame un segundo. -le lancé las llaves.
- Qué dices? -frunció el ceño.- Apresúrate, negro. No tenemos todo el día. Te esperaré en el auto, así que más vale, por el bien de tu trasero, que bajes en un minuto, oíste?
-asentí mientras escribía en un papel.- Bien.
Corrí hacia la ventana y salté hacia el balcón del edificio de en frente.
- Dónde puedo dejarlo para que lo vea. .? -buscando un lugar con la mirada.- Ya se. -sonreí de lado y corrí hacia la cocina.- Aquí estará bien. -murmuré, dejándolo encima de la mesa.
Sonó mi celular.
- Kim Jongin, mueve tu trasero al auto! -gritó.
- Ya voy, mierda! -corté y corrí nuevamente.
Más le vale que haga lo que dice el papel.
De lo contrario, lo visitaré a la noche.
*
-suspiré exhausto.- Estoy cansado.
- De qué hablas? Solo posaste delante de una cámara.
-lo miré mal.- Sabes muy bien que cuesta hacerlo. Además, lo que hago es más que solo posar.
-rió.- Como sea. -detuvo el auto.- Llegamos.
-apunto de bajar.- No quieres entrar un rato?
-apagando el vehículo.- Andando. -bajó.
- Ayúdame a llevar las bolsas. -dije mientras las sacaba de atrás.
-resopló.- Esta bien.
Serví en dos vasos la cerveza que sobró de la mañana luego de entrar.
-sentándose en el suelo.- Oye. No tienes alguna película para ver?
-negué con la cabeza.- Nuevas no.
-bufó.- Por cierto. .-tragó el liquido.- Qué hiciste esta mañana que casi nos dan una buena paliza en las pelotas?
- Ah. Si. Bueno. .-cambiando los canales de la tele.- Solo fui al otro edificio a dejar un recado.
-arqueó una ceja.- Recado, dices? No me jodas. -dejó el vaso.- Tu visita al cuarto de ese enano casi nos cuesta una buena suma de dinero. Estás loco?
- No exageres, Chanyeol. -volteándome a verlo.- Solo le dejé una nota, nada más.
- Claro. -se recostó, desacomodando la alfombra.- Sigo sin entender tu afición con ese.
- No es afición, es. .-a punto de entrar a la cocina.- Me cae bien.
-rodó los ojos.- Pronto te salvaré de esta agonía, Jongin. Muy pronto.
-negué desaprobatoriamente y coloque las bolsas en la mesada.-
- Oye. -entrando.- Qué harás ahora? -apoyando todo su peso en mi. Bufé molesto.
- Si me dejas, cocinaré. -espeté.
-rió y volvió a la sala.-
Suspiré y miré la heladera.
Mordí mi labio inferior.
- Qué debería hacer? -murmuré.
Qué es lo que le gusta?
-apoyando mis brazos en la mesa.- Qué idiota. Debería de haberle preguntado antes.
Suspiré una vez más.
- Bueno. .-doblando hacia arriba mis mangas.- Lo que sea que haga, le gustará. -sonreí.
Verdad?
-haciendo una mueca.- Debería ir a su casa de nuevo? -mordí mi labio inferior, negando con la cabeza.- No. Lo que sea que haga, lo tendrá que aceptar. -saqué la carne.- Después de todo,
no creo que critique ni sea cruel conmigo, verdad?
Mm. .
"-lanzando una taza.- Estúpido!"
Toqué mi frente, recordando el tremendo golpe.
"- Esta delicioso.
-feliz.- Lo dices en serio?
-asintió.- Aunque lo estaría más si no hubiésemos empezado con el pie izquierdo."
Coloqué una mano en mi corazón, haciéndome el ofendido.
- Si será cruel, sin duda. -me respondí.
Suspiré por tercera vez.
Más le vale que venga. .