Jonghyun.
- Aish, estúpido Kibum. Estúpido Minho. Estúpida escuela.
En vez de dirigirme al baño, camino hacia los vestidores, donde guardo mi ropa de gimnasia. Comienzo a sacarme el saco (que por cierto está lleno de una cosa verde) cuando escucho a alguien moverse detrás de mí. Me giro en menos de un segundo y digo:
- Ya he tenido suficiente por hoy, lo que sea que vayas a hacer deberá esperar a mañana.
Pero el chico se limita a estirar sus manos sobre su cabeza y luego de bostezar me mira soñoliento, pero no parece que vaya a hacerme nada.
- No deberías hacer tanto ruido si alguien está durmiendo.
- ¿Por qué dormías en los vestidores?
- Porque es el único lugar en esta escuela en la que uno puede dormir tranquilo y sin ser molestado. O al menos lo era, hasta que llegaste. ¿No deberías estar en clases?
- No, ya es la hora del almuerzo.
- ¿Enserio?- ahora sí parece haberse despertado- ¿Entonces en la cafetería ya están sirviendo pollo?
- ¿Pollo? Yo no vi pollo…
- Oh, pero ellos siempre me dan pollo.- cierra sus ojos y sus labios forman una sonrisa. Claramente está más dormido que despierto.
- Hey.
- ¿Mmm?
- ¿Estás bien?
Se para de un salto y me mira con otra sonrisa.
- Claro que sí.- responde- ¿por qué no lo estaría?
No respondo.
- Deberías ir a comer, el almuerzo es la comida más importante del día.
- ¿Qué no era el desayuno?
- ¿El desayuno? Sí, probablemente sea eso. La comida es importante, no importa la hora en la que se la coma.- vuelve a sonreír.
No respondo.
- No eres muy hablador, ¿no?
- No es que en esta escuela todos sean muy amigables.
Sus ojos se abren como si me mirara por primera vez.
- ¡Oh! Tú debes ser el nuevo.
Y así es como se acaba un momento de paz.
- Por eso tu ropa está así, ya me parecía raro.
- Sí, soy el nuevo ¿y qué? Tengo el mismo derecho de estar en esta escuela que tú.
- Sí, tienes toda la razón, no sé porqué Minho y Key no lo entienden.
- ¿Qué?
- Antes no eran así –hace un mohín- son mis mejores amigos ¿sabes?
- La verdad es que me cuesta mucho creer que esos dos tengan amigos.
Suelta una risa de repente, lo que me sobresalta.
- ¿Cierto? Son raros- vuelve a sonreír- pero me gustan.
- Debes ser el único en esta escuela.
- No lo sé, varias chicas se les confiesan.
Me quedo callado.
Su panza ruge.
- Será mejor que vaya a comer antes de que la comida se acabe- me mira-, además parece que te has llevado mucha.
- Tsh, no fue mi culpa.
- Imagino que no.
Se dirige a la puerta, pero antes de salir, se da la vuelta y me pregunta:
- Por cierto, no me has dicho tu nombre.
- Kim Jong Hyun.
- Un placer conocerte, Jonghyun, yo soy Lee Jin Ki.- con otra sonrisa se aleja por el pasillo caminando lentamente.
Dos horas después, por fin puedo volver a casa. Pero antes de volver dejo el uniforme en una lavandería para que mi madre no pregunte como fue a parar un plato de comida encima de mi ropa. Ellos no deben saber lo que pasa en el colegio, eso sólo los preocuparía, y no quiero preocuparlos.
Al entrar a casa me recibe un intenso aroma a especias, parece que hoy ha cocinado mi padre.
- Ya llegue.- digo al entrar a casa, pero nadie me escucha, por lo que me dirijo a mi habitación sin hacer ruido. Allí cambio mi ropa para que no noten que no tengo el uniforme. Me dirijo a la cocina, donde mis padres están cocinando y mi hermana esperando.
- ¡Oppa!- me saluda mi pequeña hermana antes de venir corriendo y saltar encima de mí.
- Hola, Se Mi. ¿Extrañaste a tu oppa?
- ¡Sí! Además mamá y papá no jugaron conmigo.- hace un puchero.
- Ya estoy en casa, después de comer vamos a jugar.- ella sonríe y luego la dejo en el suelo.
- ¿Cómo estuvo la escuela?- pregunta mi padre.
- Bien.- me limito a responder.
- ¿Sólo bien?- añade mi madre- ¿Ya has hecho amigos?
- Algo así…
- He escuchado que el hijo del director va a tu clase, ¿es cierto?
Ouch, esperaba que no supieran eso.
- Sí.
- ¡Hijo! Debes tratarlo con respeto, después de todo es su padre el que te ha dado la beca.
- Gracias por recordarlo, mamá.
- ¿Ha ocurrido algo?- pregunta ella preocupada.
- No.
- Es un alivio.- dice mi padre.
La charla termina ahí, luego comemos y después de hacer mi tarea y dormir a mi hermana de cinco años me acuesto a dormir yo también.
Un nuevo timbrado me dice que la clase ha terminado. Me estiro en mi silla antes de levantarme. La próxima clase será en el patio ya que tenemos gimnasia, asique debo ir al vestidor de chicos. Salgo del aula antes de que Minho o Kibum puedan seguirme y decido tomar el camino largo.
- ¡Jjong-ah!- escucho que alguien me grita. Seguro es alguien que quiere arrojarme más comida o basura o lo que sea, asique miro por el rabillo del ojo para ver quién me llama. Distingo al pequeño Taemin asique me paro y él me alcanza, luego seguimos caminando.
- Hola, Taemin.- lo saludo.
- Aish, mi nombre es muy largo, sólo dime Tae.
- Como prefieras.
- ¿A dónde vas?
- A los vestuarios, tengo clases de gimnasia.
- Uh, yo odio gimnasia, preferiría una clase de baile o algo así.
- Supongo que eso sería más divertido.
- ¡Eso digo yo!
Imagino a Kibum bailando en vez de lanzando pelotas a mi cara y me río por la absurda idea.
- ¿De qué te ríes?
- Ocurrencias mías, no importa.
Llegamos hasta el patio en donde nos separamos, Taemin vuelve a entrar y yo cruzo la cancha de básquet para llegar a los vestuarios para chicos. La mayoría de mis compañeros ya están fuera, esperando a que suene el timbre para volver a clases, asique lo mejor será que me apure. Al entrar, escucho una voz que susurra.
- Hyung, será mejor que te vayas, pueden encontrarnos.
- Pe…pero nunca tienes tiempo para mí.- la voz se corta.
- Eso no es cierto.
- Siempre estás con Minho.- el dueño de la voz suelta un gemido.
- ¡Hyung…!- la voz, que ahora reconozco como la de Kibum también se corta.
Y ambos se callan. ¿Pero que se supone que…? La otra voz habla:
- Debes irte, la clase ya va a comenzar.
No me digas.
- No, no puedo dejarte aquí.
- Tendrás que hacerlo.
Sí, Kibum, tendrás que hacerlo.
- Hyung…
- Ve, Minho debe estar esperando.
- ¡Te he dicho que…!- la voz de Kibum es interrumpida nuevamente.
¿Qué está pasando ahí? Luego de un jadeo la segunda voz vuelve a escucharse:
- Ya te he escuchado. Ahora es tiempo de que me escuches a mí.
- Pero… si te encuentran…
- Ahora mismo no soy yo el importante. Debes cambiarte, si te ven así…
¿ASÍ? OH POR DIOS. Creo que tuve suficiente.
Salgo del lugar sin hacer ruido y sin que me noten mis compañeros me alejo del lugar. Necesito aire. Corro hasta llegar al techo de la escuela y desde ahí me asomo en dirección al patio, estoy jadeando por la carrera y me perderé la clase, pero no me importa. El timbre suena.
¿Qué es lo que acaba de pasar?
Veo que Kibum sale de los vestuarios un segundo antes de que llegue el profesor. Me quedo así un rato, mirando el patio, viendo a mis compañeros correr. Mientras una pregunta ronda en mi mente: ¿qué pasó ahí dentro?
Veo que la puerta de los vestuarios se abre. Y veo salir a alguien.