Regresa a casa, otra vez
No hables
Sentados en la mesa del comedor uno frente al otro, así fue como Jessica y Andi los encontraron al llegar a casa ese día. Ya sabían que las cosas entre ellos no iban bien, pero ciertamente no esperaban que fueran tan mal.
Sin querer estaban presenciando el principio de un adiós.
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Olli suspiró e intentó tomar valor. La vez pasada, Christian, se había ido enojado como un demonio sin haberle dado tiempo de justificar sus acciones. Y ahora las cosas no pintaban mejor, el oji azul con los brazos cruzados en el pecho no parecía enojado, pero obviamente tampoco alegre. ¿Cómo podía explicarle que las cosas a veces pasan? ¿Qué de la misma forma en la que se enamoró de él, así, igual, había dejado de quererlo? No. Tal vez no de la misma forma, pero lo cierto era que muchas cosas se habían ido al traste. ¿Cómo decirle, cómo?
Christian no esperaba nada, en realidad no quería nada. Con la mirada clavada en Olli aguardaba a que este abriera la boca. No tenía la intención de moverse primero, esta vez él no había hecho nada. Y ese podía ser o no el problema. Pero esta vez, esta vez no tenía nada que decir.
-Christian, yo… diablos, es difícil-suspiró de nuevo- lo que quiero decir…es… hay cosas que pasan, yo no me di cuenta antes… Sasha… él y yo…
-Olli, Olli- Christian levantó la mano para callarlo. Había estado deseando escuchar lo que tenía que decir, pero ahora que comenzaba a hacerlo, ya no lo quería- No hables, sólo cállate.
-Pero Christian…
-Calla, calla
Olli abrió la boca pero la cerró de nuevo. Christian no había levantado la voz, por el contrario estaba demasiado tranquilo. Él esperaba una de sus tantas explosiones, gritos, patadas y golpes en la pared. Nada, Christian estaba ahí, mirándolo tan sólo, pidiendo un silencio que, aunque ciertamente era más fácil de lograr, era incomodo. Así que decidió intentarlo de nuevo.
-Chris…
-Olli, es en serio, calla.
-Pero es que tengo que darte una explicación, debes tener muchas preguntas, yo las tendría…
-Es verdad-Christian descruzó los brazos-Pero a pesar de tener tantas preguntas, no voy preguntarlas. Simplemente no quiero saber. No ahora, tal vez después, pero no ahora.
-Christi…
-Lo que tengo que saber, ya lo sé: Has dejado de amarme. Punto. No necesito más.
Silencio. Olli de alguna manera ha sentido culpa, hay dolor en su pecho y no lo entiende. Estaba seguro de a quien quería ahora, y ahora ese alguien no era Christian, pero escuchar esas palabras lo habían golpeado duramente. Una realidad que él mismo no había sido capaz de pronunciar.
-lo siento-acabo diciendo, desviando la vista.
-Yo lo siento-dijo Christian-Oliver, a pesar de todo, no sé porque sigo pensando que nosotros estamos destinados a ser…a estar…
Olli negó con la cabeza, no quería ser atacado con palabras bonitas. Palabras que siempre que vinieron de Christian lo doblegaron e hicieron caer a sus pies. No quería, no porque tuviera miedo de caer de nuevo, si no porque entonces las cosas se volverían más difíciles de separar.
-Pienso eso- continuó Christian- pero no tengo la intención de hacer algo.
-¿qué quieres decir?
-esta vez, Olli, no voy a intentarlo. Simplemente, te dejaré ir.
-¿qué?
-Eso, esta vez ya no hay nada que intentar rescatar-Christian apoyó los antebrazos en la mesa y entrecruzó los dedos-no hay amor en tus ojos cuando me miras. Se acabó, eso lo sé. Yo… yo aun te amo, y es por eso que no voy a hace nada para retenerte. Nunca quise herirte, y no quiero hacerlo ahora.
Con el aliento contenido, Olli lo escuchaba. Algo no estaba bien, no del todo. Este era el camino que él mismo había elegido, pero algo no estaba bien.
-sólo quiero decirte que…- Christian tomo aire- …que…adelante. Vive tu vida, Olli. Sin miedos, sin frenos. Quiero que seas feliz. Quiero que sonrías. Aunque no sea yo el artífice de ninguna de las dos cosas.
-¿me dejas libre?
-sí. Es lo que quieres ¿no?-Olli asintió ligeramente-y eso será- dijo y corrió la silla par aponerse de pie.
-¡Christian!-Olli lo detuvo, el oji azul en pie lo miró-yo… yo… no sé qué decirte. Yo…
-Nada tienes que decir-. Cerró los ojos un momento, iba a darse la vuelta para salir del departamento, pero se lo pensó mejor-Olli, ¿puedo pedirte un favor? Será el último.
Olli asintió con la cabeza- el que quieras.
-¿puedes dármelos?
-¿qué cosa?
-Tus anillos de bodas. De alguna manera no quiero que acaben en el bote de basura o en el fondo del mar.
Olli tragó saliva. Miró sus manos, ahí estaban sus dos anillos de bodas, uno por cada boda. Uno por el inicio, otro por el reinicio. De pronto era triste desprenderse de ellos. Cada vez que fue colocado en su dedo un anillo dorado, había pensado que la eternidad era suya. Miró a Christian, ¿sus profundos ojos azules eran siempre tan azules? Suspiró, sacó uno a uno los anillos y los mantuvo en la palma de su mano contraria. De pronto se sentía desnudo, desprotegido. Aunque no podía entenderlo.
Christian extendió la mano, y él dejo caer los anillos uno a uno en esa mano que aún tenía sus propios anillos puestos. Vio como lentamente, los dedos se cerraban entorno a ellos.
-adiós- La voz de Christian nunca había sonado tan triste antes. Y Olli nunca tuvo tantas ganas de gritar. ¿Qué pasaba? ¿Por qué? Todo era tan confuso.
+++
Jessica y Andi contemplaron aquello sin decir palabra, sin hacer un solo ruido. Cuando Christian se dio la vuelta y se percato de ellos, no supieron que decir. Él los saludo con un gesto de la cabeza y esquivándolos salió del departamento.
Jessica volteó a ver a Olli con el ceño fruncido.
-¡Olli!-le dijo señalando la puerta como si quisiera decirle “ve tras él” Pero Olli esquivó su mirada- ¡No puedo creerlo!-dijo y se dio la vuelta para seguir a Christian.
Andi la vio salir y luego miró a su amigo. Suspiró y se acercó lentamente a él.
-Olli ¿estás seguro?
Olli lo miró y asintió. Andi suspiró.
-¿puedo decirte algo y no te enojas?
-Ya sé que vas a decirme, Andi, pero no quiero mentirle a Christian, ni a Sasha, ni a mí mismo. Estoy seguro de que es lo mejor. Así que…
-Olli, está bien. Es tu vida, yo no tengo porque inmiscuirme en ella. Pero puedo darte mi opinión, ¿cierto?
-Claro-suspiró y se acodó en la mesa esperando.
-bien- Andi dejó su mochila en el piso-lo que voy a decirte, es como amigo ¿de acuerdo?
-Sí.
-Olli, con Sasha, estoy seguro, no vas a ser ni la mitad de lo feliz que fuiste con Christian.
-No puedes saberlo, Andi. Estás enfadado conmigo porque Christian es tu amigo, más amigo incluso que yo, es lógico que estés de su lado, es…
-No estoy de lado de nadie, Olli. Estoy afuera, veo las cosas desde otro punto de vista. Sé lo que te digo. El “tú y Sasha”, y el “tú y Christian”, no tienen punto de comparación. Es sólo eso. Puede que sí, que seas feliz, pero jamás tanto.
Olli desvió la vista y miró hacia la ventana.
-me voy-dijo Andi- voy a ver si alcanzó a Jessica y a Christian. Esta noche… él es quién me necesita.
Olli asintió. Cuando su amigo se fue, regresó su vista a sus manos. Faltaba algo. Pero pronto dejaría de extrañar ese algo… eso esperaba.
+++
-¡Christian! ¡Por fin te alcanzo, te he estado gritándote desde hace tres cuadras atrás! ¡¿Por qué no me esperaste?!
Jessica se paro enfrente de él. Estaban en un parque cercano, Christian se había sentado en una banca.
- lo siento-dijo- no te escuche.
-¿no me escuchaste? Hasta donde sé mis gritos son bastante audibles, eh.
Christian le sonrió débilmente. Jessica suspiró y se sentó a su lado.
-oye, siento lo de Olli… pero mira, él tal vez está confundido y…
-No-Christian se enderezó y la miró, el cielo se había oscurecido y la lámpara amarilla del parque apenas iluminaba bien su rostro-. Se acabó, Jess. Esta vez, de verdad.
-Christian… ¿por qué no peleas por él? Siempre lo has hecho, porque ahora dijiste que…
-Antes, antes había amor, Jess, podía intentarlo porqué nada se había perdido. Esta vez es diferente-Suspiró y dejó caer la cabeza hacia atrás-Me toca sufrir.
Jessica suspiró y miró hacia enfrente.
-no digas cosas tan tristes-dijo
-es verdad, lo merezco, supongo. Me equivoque muchas veces. Engañe a Olli, así que… lo merezco, no tengo derecho a nada…
-¡Christian! Por favor, lo tuyo con esas mujeres (me incluyo, por supuesto) no significó nada. Fue sólo sexo.
-Jessica, ¿no lo ves? Fue una infidelidad, ambas, no tengo excusa. Lo reconozco, así que no intentes minimizar lo que hice sólo porque ahora me siento mal.
-Tal vez, tal vez no tienes excusa, pero yo puedo entender porque, incluso Olli lo entendió en su momento. Ambas veces pasaron porque estabas vulnerable, estabas sólo, triste, borracho… No debiste hacerlo, ok. Pero pasó, y pasó por algo.
-No hay justificaciones, Jessica.
-Christian, nunca traicionaste a Olli de verdad.
-¿qué quieres decir?
-Que incluso en esos momentos, tú lo amabas a él. Seguramente mientras nos tocabas, pensabas en él… tus sentimientos, tu amor, por Olli siempre fue firme. Nunca dejaste de amarlo. Una verdadera traición habría sido que te enamoraras de mí, o de la inglesa esa. Eso sí. Pero no lo hiciste.
Christian la miró, reconocía sus errores, errores que fueron perdonados en su momento, y que lo habían hecho replantearse a sí mismo. Entendía lo que decía Jessica y estaba de acuerdo hasta cierto punto, pero lo verdaderamente importante ahora era que ya nada de eso importaba. Nada, no había más Olli y Christian. Así que todas las palabras eran absurdas. Por eso no había querido escuchar las excusas de Olli, no quería reclamar nada, ni pelear en absoluto. Lo que quería era volver el tiempo atrás y quedarse ahí para siempre.
-¡Hey!-Andi los alcanzó y se acuclillo frente a su amigo- me hiciste correr.
-lo siento, Andi, no tenías que venir. Estaré bien.
-hey soy tu amigo, fui tu padrino de bodas, en la primera, claro... El punto es que no voy a dejarte solo.
-yo tampoco-dijo Jessica sonriéndole-para eso somos amigos, para apoyarnos, ¿o no?
-gracias chicos, son geniales.
-Claro que lo somos-dijo Andi poniéndose de pie- Y ahora ¿A dónde vamos?
-¿”vamos”?-Christian lo miró confuso.
-¡por supuesto, esto amerita borrachera! ¿Jess, conoces un lugar cercano?
-Creo que sí, hay un bar pasando la aveni…
-Chicos-Christian se puso de pie-se los agradezco pero…
-Pero nada. Tú también debes ir adelante-le dijo Andi rodeándole los hombros-¡vivir tu vida! Nada de depresiones. Jessica, ¡llévanos!
-¡Sí!-dijo ella poniéndose de pie y señalando un punto abstracto en dirección contraria-¡Vámonos!
+++
-¿Hablaste con él?-Sasha se quedó de pie en el umbral de la puerta de la habitación de Olli.
-sí.
-¿qué te dijo?
-“Adiós”
-¿así de fácil? Esperaba que hiciera más escándalo por lo que contaste acerca de él.
Olli lo miró, no contestó nada. Él también esperaba otra reacción. Ahora no sabía si Christian lo había molestado o no.
-lo importante es que se acabó-dijo Sasha- ahora, tal vez deberías decirle que se mude.
-¿qué?
-digo, no puede quedarse aquí, y dormir aquí-dijo señalando la habitación-quiero decir, dormir contigo.
-Sasha no es momento para que le pida algo así. Él la está pasando mal y…
-¿y qué? ¿Acaso piensas seguir compartiendo la cama con él?
-¿qué estás diciendo?
Sasha suspiró y cruzó los brazos.
-¿qué sucede Olli? ¿No has dejado de amarlo?
-Ese no es el punto-dijo poniéndose de pie-sólo es demasiado pronto para pedirle que se vaya, él ha vivido aquí antes que yo lo hiciera, así que…
-Olli, eres demasiado bueno. Deja de tener consideraciones con él. Basta, estás conmigo ahora.
Olli frunció el ceño y se acercó a la puerta.
-¿No lo ves, Sasha? Él no me ha hecho nada malo. No puedo dejarlo en la calle de la noche a la mañana.
-conseguirá algo.
-¿Sabes qué? No quiero hablar contigo ahora.-dijo y cerró la puerta en la nariz del otro.
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-¡Vamos Christian!
Jessica lo tomó de la mano y lo arrastró a la pista de baile. Intentó resistirse pero Andi lo empujó por la espalda.
-¡Chicos!-gritó intentando hacerse escuchar por encima de la estridente música-de verdad no creo que…
-¡oh vamos!-Andi le tendió una cerveza-No rezongues, y haznos caso.
-Sí-le dijo Jessica tomando la cerveza que le tendía Andi- Somos los doctores de los corazones rotos más expertos que puede a ver.
Christian les sonrió a ambos ligeramente.
-está bien-dijo, no estaba de ánimo pero, no podía dejar de lado el esfuerzo de sus amigos por ayudarle a salir pronto de la depresión, y aunque sabía que al día siguiente el dolor seguiría ahí, decidió que por una vez, sólo una se dejaría arrastrar hasta el fondo del abismo.
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¡paff! ¡crash!
-¡SHHHHHHH!
Christian se apartó un poco de sus compañeros y se inclinó para ver lo que habían tirado y roto, pero estaba oscuro y él lo suficientemente borracho como para no adivinar que era. Los pedazos de lo que fuera eso permanecieron en total silencio sin darle pistas de nada. Andi dio dos pasos, y se inclinó también para ver lo que su amigo veía, cómo no veía nada se inclinó más, más y casi se cae, si no es por Chrisitan que lo jaló del cuello de la camisa y lo enderezo.
Jessica se soltó del marco de la puerta donde había estado segundos antes y dejo caer sonoramente sus zapatos de tacón que llevaba en la mano. Y sus amigos voltearon al mismo tiempo con un dedo sobre la boca.
-¡Shhhhh!
Jessica caminó y se apoyó en ellos.
-Shhhh-dijo y luego comenzó a reírse-hacen más ruido ustedes.
-Shhhhhh-Andi se tambaleó y dio un paso hacia lo que habían roto, pisó un trozo y resbaló llevándose consigo a Jessica, quién a su vez intento sostenerse de Christian. Cayeron todos juntos, los tres se rieron idiotamente hasta que, lentamente sus carcajadas se convirtieron en ronquidos.
+++
Sasha salió temprano ese día, sólo para encontrar a sus estúpidos compañeros de piso tirados en el piso, tenían una manta encima y roncaban uno al lado del otro. En el piso además, había pedazos de algo que antes había tenido una forma específica. Suspiró y se sirvió café.
Olli salió minutos después. Jessica y Andi seguían roncado, él sí reconoció lo que había en el piso, y no le gustó nada. Eran los cisnes de porcelana que su tía le había regalado cuando él y Christian habían superado la crisis y vuelto a pensar en casarse. El cromado negro brillaba con la luz que entraba por las ventanas. De nuevo algo así de importante se había roto. Suspiró.
-¿Qué te pasa?
-nada-le contestó a su ahora novio.
La puerta del baño se abrió. Christian salió sólo con los bóxers puestos, llevaba una toalla alrededor del cuello y una cubeta con agua en la mano. En cuanto los vio se paró en seco. Olli reconoció sus síntomas de resaca, y sabía que él era la causa de que sus amigos estuvieran medio muertos en el piso.
-Christian…
-Buenos días-dijo Sasha, Christian lo miró brevemente y no contestó, cruzó la sala y se detuvo al lado de sus amigos sólo para dejar caer el contenido de la cubeta sobre ellos.
-¡¡AHHHH!!- Andi y Jessica se despertaron y se incorporaron de golpe.
-¡Christian, maldito loco!-le reclamó Andi.
-¡Hey, arriba! -Christian tomó de las manos a Jessica y la ayudó a ponerse de pie. La chica se apartó el cabello de la cara y se talló los ojos
-¿No había otra forma de despertarnos?
-Lo intente todo… -dijo y sostuvo más a la chica que resbalo de nuevo- ¡Vamos, Andi, prometiste acompañarme!
-ya, ya voy- Andi miró hacia arriba-¿por qué no me levantas a mi también?
-sueña-dijo Christian.
-Yo me baño primero-dijo Jessica levantando las manos y dispuesta a encaminarse al baño.
Olli se dio cuenta que Jessica estaba descalza y en el piso había muchos pedazos de cerámica peligrosos, estaba a punto de decírselo cuando Christian la detuvo y levantó en brazos.
-Oye Christian-dijo ella llevándose las manos a la cabeza-no estoy tan borracha, puedo caminar.
-no es por eso-dijo él transportándola al otro lado de la habitación y dejándola justo frente a la puerta del baño.
-hey, yo también voy con ustedes, tengo el día libre-dijo ella antes de meterse, no sin trastabillar, al baño.
Christian asintió, se acercó a la alacena, sacó unas aspirinas, tres para ser exactas, y sirvió tres vasos de agua, dejo uno en la cocina. Uno más se lo dio a Andi y el otro se lo quedó él.
-Ese de allá es para Jess-dijo tomando de su propio vaso- me voy a vestir, te bañas y nos vamos.
-seeee-dijo Andi agarrando su vaso con una mano y con la otra su cabeza
Christian le dio una palmada en el hombro y se dirigió a su habitación, ahora que Olli no estaba en ella tenía libertad de ir por ropa, cambiarse y todo, en lo que sus amigos se reponían ligeramente. Olli vio todo aquello sin saber que decir. Casi pareció que ni él ni Sasha estaban ahí. Los otros tres tenían una dinámica propia, algo en lo que él estuvo una vez, pero ya no más.
-¿A dónde van a ir?-quiso saber y le preguntó a Andi que por fin había logrado ponerse de pie.
-Vamos a buscar un departamento… Christian quiere mudarse.
Olli suspiró y miró a su amigo.
-quiere irse…-murmuró para sí.
¿Qué esperabas? Le contestó una voz interna. Ya debía haberlo imaginado, Christian no soportaría mucho tiempo en un lugar donde no es bienvenido más, y menos donde Sasha estuviera. Mudarse… sonaba tan extraño… de alguna forma, sonaba a adiós definitivo.