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La música es otra medicina por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Que les digo...

No he sentido del todo bien... creo que estoy pasando por algo malo...

No lo se... Pero quiero decir una cosa: Este capítulo esta dedicado a  Shuri The Killer, muchas gracias por los animos...

Ahora la canción es algo que trato de repertirme cada dia... y si quieren pueden leer el nuevo fic que voy a publicar... es algo... extraño.

Not your kind of people de Garbage 

Y ya saben si saben de donde es la canción me refiero a videojuego, habra un premio...

 

 

Cayó al brillante piso con todo y sabana.

El color rojo se esparcía como si fuera una espesa pintura aceitosa, cubriendo cada parte del suelo formando una gran mancha que amenazaba con seguir creciendo hasta tocar la base de la cama.

-Lo… siento… - susurro el chico de cabello celeste para cerrar los ojos.

Su cuerpo cubierto de su propia sangre saliendo de esas profundas heridas que tenía en los brazos, cuello y rostro, no se comparaban con la sangre que escurría por la tela de la bata.

Era algo irreal…

-¡¡Sáquenlo de aquí!! – solo pudo sentir como lo tomaban del brazo con fuerza.

Los médicos junto con las enfermeras entraban rápidamente, rompiendo ese silencio que antes reinaba como la dueña de ese lugar dando paso al caos que se formaba.

-Heat… - susurro. – Heat… - repitió nuevamente. - ¡¡Heat!! - ahora ya gritaba su nombre.

Veía como lo cargaban para depositarlo en la cama y empezar los procedimientos de urgencia para el shock hipovolemico que sufría.

-¡¡Heat!! ¡¡Necesito estar con él!! - la desesperación lo invadió al entender por fin que era lo que pasaba a su alrededor.

Los fuertes brazos de los camilleros le detenían y casi arrastraban afuera del cuarto tirando su gorro en el proceso. No quería dejarlo solo, ahora entendía lo que sentía por él.

-Entro en paro… ¡Rápido necesitamos intubarlo! - fue lo último que escucho Shachi antes de desvanecerse en la oscuridad.

 

 

 

 

-Eso quiere decir que… - no sabía cómo terminar la frase que podía a gritos salir por sus labios.

-Si… Encontré a los culpables y me encargue de ellos. - termino la desgarradora línea para dejar de mirarle a través de la exuberantes gafas naranjas que traía ese día.

-Doflamingo… - intentaba decirle lo muy agradecido que estaba pero es que la verdad aun sentía una impotencia reinar en su cuerpo.

La ira mezclada con la frustración de ser un padre ejemplar, de no ser lo suficientemente bueno le hacía odiarse más por ser tan blando con todo aquel que les ponía un pie en el camino y creyendo ciegamente que solo había sido un accidente.

-Shanks… El caso está cerrado. No volverán a ver la luz de un nuevo amanecer, y me encargare de ello. - el enorme rubio nunca hacia bromas respecto a esos asuntos tan serios.

El atentado contra las personas importantes para su hijo… merecía la muerte. Así de simple.

Pero el pelirrojo mayor que ahora solo miraba la puerta donde estaba su hijo con su novio, no podía estar en paz sabiendo que era un inútil incapaz de proteger lo único y más sagrado que tenía: su familia.

El enrarecido ambiente se vio quebrado como un frágil cristal cuando vieron como sacaban al amigo de Law inconsciente y en brazos de los camilleros que antes habían entrado junto con los médicos y enfermeras para la revisión de rutina, en brazos de los mencionados para llevarlo a una camilla.

-¿Qué le paso? - pregunto el enorme rubio desprendiendo un aura para nada agradable.

-Se desmayo cuanto intentamos sacarlo. - aclaro uno de los dos camilleros estremeciéndose por la intensa y maligna mirada del jefe de policía.

-¿Qué fue lo que paso? - intervino inteligentemente Shanks antes de que pasara una verdadera desgracia en el pasillo del hospital.

-El paciente entro en shock y no podíamos dejarlo ahí. - ahora todo se esclarecía. Solo hacían su trabajo cuando paso lo que era inevitable.

-¿Se pondrá bien? - el pelirrojo volvió a preguntar verdaderamente preocupado por estado de salud del amigo de su hijo, el chico llamado Heat.

-Es difícil decirlo… ha perdido mucha sangre… su estado es delicado. - no podían dar mucha información si ellos no era sus parientes más cercanos pero nada era seguro con la salud de una persona.

Nunca lo es…

-¿Quién pudo hacerle algo así? - una de las tantas cualidades que caracterizaban al pelirrojo de las cicatrices en su ojo izquierdo era la capacidad de controlar sus emociones…

Presentía algo… su sexto sentido nunca le fallaba…

-¿Te suena el sobrenombre de Perro Rojo? - Doflamingo  hizo una mueca al mencionarlo.

Y ahí estaba eso que no le agradaba a Shanks…

-Si… Justicia Absoluta… - ahora el pelirrojo creía en la vida después de la muerte. Ese bastardo era una serpiente muy escurridiza para estar supuestamente muerto.

 

 

 

 

Se sentía tan seguro en sus brazos que casi había olvidado que su padre le había echado de su casa.

-Penguin. No te preocupes, puedes quedarte conmigo. - las palabras de su novio le llenaban de felicidad al ver que no estaba solo.

-Killer… ¿Acaso eso es una proposición? - no pudo evitar preguntar casi susurrando por eso que le proponía su amado rubio.

En un principio Killer no lo había dicho con ninguna perversa intención, ni siquiera con la posibilidad de que estaría con él la mayor parte del tiempo, ir por a él a la universidad, acompañarlo cada noche al bar cuando fuera a trabajar y pasar toda la follando como Dios mandaba… No, claro no.

El solo lo dijo con la mejor intención del mundo.

-Bueno… Tal vez… - ok al principio solo lo hizo movido por un altruismo extremo pero ahora se había revelado el verdadero motivo inconsciente.

Le abrazo más fuerte para que el menor ahora ocultara su sonrojado rostro en su pecho, sintiendo como el mismo se le subía el color por todo lo que había pasado en menos de 30 segundos.

Pero siendo sinceros, eso no resultaba un problema para ellos, más bien una  oportunidad que se presento después de esa mala pasada.

-Tú no me dejaras solo… ¿Verdad? - pregunto contra su cuerpo empezando a temblar.

Si había algo que atormentara a Penguin era estar solo, fuera cual fuera la situación. La soledad era un monstro invisible que le atormentaba susurrando en su oído para envenenar su mente diciéndole que solo era un estorbo y que su única salvación era ser el trofeo de su padre.

-Claro que no. Jamás te dejaría solo. Eres lo más importante para mí. - Killer le tomo del mentón para que viera su rostro. – Siempre… Siempre estaré a tu lado. ¿Entiendes? - Penguin había despejado la mirada azul eléctrica de su rubio cabello para ver la verdad en ellos. – No te libraras tan fácilmente de mí. - termino sonriendo para besar sus labios.

-¿Eso quiere decir que voy a conocer a tu familia? - Killer se quedo callado cuando Penguin le había terminado de besar.

La familia de Killer era todo menos una familia ejemplar. Nunca pensó que el día que tuviera que hacer semejante cosa llegara.

 

 

 

 

-Lo estamos perdiendo… - dijo con tono preocupado.

-¡Resucitación ahora! - otra voz dijo agitada.

Las fuertes presiones que daba a su pecho no volvían a reactivar su corazón que se había detenido por un momento.

-Se está desangrando. - una voz femenina afirmaba para colocar los paquetes de eritrocitos en la vía venosa que previamente estaba en su piel.

Su cuerpo se resistía a morir cuando el masaje cardiaco que recibía lograba que dar una arritmia seguida de una insuficiencia cardiaca.

-Necesita una desfibrilación. - ahora el frió metal hizo contacto con su piel algo cianótica por la falta de circulación. - ¡Descarga!

La energía eléctrica paso a través de su cuerpo haciendo que sus músculos se contrajeran con fuerza y saltaran sobre sí mismos. Su corazón volvía a su ritmo habitual contrayéndose con fuerza y recuperara su contractibilidad llenando sus cavidades con la sangre que aún estaba en su cuerpo.

-Apenas lo logramos. - termino de decir con satisfacción para mirar a sus colegas que también sonreían.

-Este chico en verdad que tuvo suerte. - ya solo esperaban para que no volviera a caer en paro, casi siempre había una recaída cuando pasaba eso y más por la pérdida sanguínea que había sufrido.

-Debemos notificar a sus familiares… ¿Cómo se llama el chico que vino a verlo? - y es que nadie había venido a verlo a excepción de un rubio que decía ser amigo suyo pero nadie que compartiera lazos de sangre con él.

-Shachi pero… Solo dijo que era un amigo… Que en realidad no estaba seguro si era él. - la chica había escuchado eso por la recepcionista.

-En ese caso debemos informar al jefe de policía… Doflamingo sabrá qué hacer con el chico ahora que está en coma. - dio por terminada la conversación para quitarse los guantes de latex llenos de sangre.

Aunque sus ojos estuvieran cerrados, una lágrima salió de ellos para perderse en su piel como si fuera un fantasma, pasando por las gruesas vendas que cubrían sus heridas y conteniendo la hemorragia que poco a poco se detenía.

Pero detrás de todo eso, de esa coraza en la que ahora su cuerpo estaba envuelto, el daño a su mente era demasiado como para repararlo con los medios que ofrecía el hospital.

Dentro de él… algo humano sobrevivía. Un corazón frágil lleno de cicatrices que sin ese escudo era tan frágil como un cristal.

Lo cierto es que el cuerpo solo puede sobrevivir unos pocos minutos sin la mente. Y ahora su mente se estaba perdiendo en el abismo de la oscura condición que le fue daba por su padre…

Al menos si moría…Tuvo el consuelo de conocer el amor aunque este no lo dijera en voz alta.

 

 

 

 

Le movían con ligereza por uno de sus hombros para que despertara de una vez.

No quería despertar del todo, su cuerpo estaba cansado, sentía su alma pesada, un calor ajeno tomándole de la mano y una rara paz que no había sentido en mucho, mucho tiempo.

-La hora de la visita termino. - era una enfermera quien le había venido a ver la paciente y al chico moreno que estaba con él.

-Puede ahorrarse las molestias. Me quedare con él hasta que se recupere. - ya lo había decidido desde el momento en que entro. Nadie le haría cambiar de opinión al respecto.

-Sabía que dirías eso. - le dijo una voz muy familiar para detenerse a su lado donde estaba sentado.

-Si ya me conoces… ¿Entonces porque no te vas de una buena vez, Donquixote-ya? - ni siquiera le miro cuando ahora se acomoda más sobre la cama dejando que su cabeza reposara sobre la mano vendada que le sostenía con una extraña pero débil fuerza.

-Law… Que estés aquí día y noche no va acelerar la recuperación de Kid-chan y eso lo sabes. - el mencionado solo le puso su enorme mano en su cabellera oscura para revolver sus mechones.

Era cierto, no se recuperaría como si fuera magia pero tenía la enfermiza necesidad de estar a su lado, era su conciencia la que le gritaba que se quedara, su corazón el que aullaba porque no le apartaran de su lado, su cuerpo el que no se movería ni aunque le drogaran para salir de ahí.

-Shachi-chan está en una camilla afuera y también necesita de ti. - si no quería salir por las buenas le sacaría por las malas implicando a las personas a su alrededor. Era la única forma para que Law descansara y dejara que los médicos hicieran su trabajo.

El moreno no le creyó por un momento, sabía que su padre era muy testarudo y diría cualquier cosa para que tomara conciencia de su propia salud, dejando que los médicos titulados y certificados con los años de experiencia ayudaran a su amante y no se pusiera a discutir con ellos cual sería el tratamiento que le darían a su Kid… Pero y si era verdad.

Shachi siempre había sido un chico con muy poca fuerza para las situaciones difíciles… debía verificar si estaba bien.

-Solo serán unos minutos y después volveré con Eustass-ya. ¿Entendido? – dijo Law a su padre y a la enfermera que solo sonreía nerviosamente. Por alguna extraña razón la chica le dio miedo esa actitud del chico, eso sin contar la risa macabra que solto el enorme rubio.

Besó la mano de Kid antes de salir de la unidad de cuidados intensivos.

 

 

 

 

Abandono de inmediato el hospital donde estaba su hijo con su amante para saldar es cuenta pendiente que tenía con su destino.

Siempre había que atar los cabos sueltos para evitar crear enemigos a lo largo de la vida, nunca darles algún motivo para aquellos les extorsionaran, y sobre todo hacerles ver lo fuerte que eres cuando piensan que son seres superiores que pueden hacer lo que se les da la puta gana.

Había ido a su hogar en su automóvil que parecía una vieja carcacha sacada del deshuesadero de autos de la cuidad, pero ahora era lo único que podía llevarlo ahora que el Camaro Coupe de su hijo estaba hecho polvo literal.

Llego con rapidez y cerró la puerta con cerrojo para que nadie osara interrumpirle.

La vida que antes llevaba cuando era más joven, cuando no le importaba en lo más mínimo si vivía o moría para el día siguiente, estaba en el pasado junto a las tablas flojas del suelo de madera de la cocina.

Solo basto que moviera la mesa para quitar un tercio de estas y sacar el cofre de madera antiguo que estaba lleno de polvo.

-Como en los viejos tiempos… ¿No? - se dijo a sí mismo cuando quito el oxidado candado que dejaba el característico color naranja sobre sus palmas.

Los recuerdos de la sangre manchado parte de su visión cuando le hicieron esos cortes en su morena piel, hizo que esa paciencia que tanto le caracterizaba dejara libre a “eso” que habitaba en su interior.

Su mirada se ensombreció y tomo el largo machete oxidado aun con restos de sangre y quizás hueso de lo que alguna vez fue algo vivo. Vio los recortes de periódicos viejos donde mostraban las escenas del crimen de muchas personas muertas y todos estos decían el mismo encabezado: “El demonio rojo reclama sangre…”

A él nunca le gusto hacer aquello.

Volvió a dejar todo como estaba pero ahora ese largo metal lo llevaba en su mano para cortar su propia palma.

Dejo que unas pocas gotas cayeran al suelo y dejo que poco a poco se juntara para escribir con ella en el portal de la puerta…

Lo siento… Hay un monstruo dentro de mí…

Y salió por la puerta dejando ese macabro mensaje que era para sus hijos, ellos sabían lo que significaba.

 

 

 

 

-¡¡Despierta!! - le dio tremenda bofetada para que abriera los ojos de una maldita vez.

Sintió el fuerte golpe para hacerlo despertar con una bonita marca de la palma del otro en toda su mejilla rojiza.

Tardo unos segundos para que le empezara a arder la cara de tal golpe y luego se tapo su boca para evitar gritar del dolor. La verdad es que se le había pasado un poco la mano.

-Qué bueno que ya despertaste, Shachi-ya - volvió a decirle cuando paso el momento y el mencionado solo le miraba con cara de desconcierto.

-¡Coño! ¡Eso dolió Law! - ahora si le grito para sentarse en la camilla donde había estado descansando después de su desmayo en aquel cuarto.

El tremendo ardor no le dejaba abrir bien el ojo donde ya tenía hinchada la pobre mejilla que era del lado derecho de su lindo rostro.

-¿Cómo te sientes? - esta vez fue el moreno quien suavizo la voz para recargarse al borde de la maquilla para mirarlo de reojo.

-¡¿Cómo crees que me siento?! ¡Me abofeteaste! Ni Penguin me había dado tan fuerte… - murmuro lo ultimo para bajar donde estuvo acostado para sobar el golpe.

-Me refiero a lo de Heat-ya… - y ahí estaba la verdadera razón de su inconsciencia.

Miro lo ojos metálicos de Law dejando que su mirada le examinara detenidamente, desde lo más superficial hasta lo más hondo de su maldita alma abandonada al olvido de su propia carne.

-…- el silencio que dejaba Shachi expresaba más que todas esas palabras que se ahogaban en las lágrimas de sus ojos.

La tristeza mataba a todo sentimiento en su cabeza para dejarlo inmóvil, hundiéndolo en su miserable infierno donde no había hecho nada por ayudar al chico que le mostro un mundo nuevo, un mundo donde el dolor no habita y lo dejaba ser libre de las horrendas pesadillas que lo había sufrido cuando era un crío.

-¿Qué sentiste cuando viste a Kid? - pero ahora hablaba la furia donde la tristeza moría por sus manos. -¡¿Te sentiste mal?! - su tono de voz se elevo. - ¡¿Sentías como tu corazón se rompía en miles de pedazos?! ¡¿Qué no podrías vivir si es que no despertaba jamás?! ¡¿O lo mandaste directo a la mierda como haces cuando algo te fastidias?! - eso fue lo último que salió de su boca para recibir una nueva bofetada.

El fuerte sonido de su propia piel al ver cómo le había hecho girar la vista hacía el suelo le dejo mudo nuevamente.

-No te quieras reflejar en mí… Que tú no aceptes lo que te ofrece Heat-ya no te da derecho a compararme contigo. - Law no gritaba, le hablaba con una seriedad mortal que podría hacer que esta la persona más valiente del mundo se pusiera a llorar como una niña pequeña bajo sus pies.

 Odiaba que la gente fuera hipócrita… Que no aceptara lo que pasaba a su alrededor y que se negaran a sí mismos.

Los sollozos de Shachi empezaron muy tenues cuando trato de calmarlos con la manga de su chamarra pero ya no podía parar ni mirar a su amigo a los ojos.

-Tú no eres así… Shachi. - afirmaba Law para ponerse a su altura cuando vio que se desplomaba en el piso quedando arrodillado patéticamente.

-¿Por qué… duele tanto Law? - pregunto llorando intentando recobrar la respiración.

-Porque es un amor verdadero. - era la verdad que su amigo se negaba aceptar de lleno desde el momento en que despertó a su lado en el camerino del bar.

A veces simplemente no puedes escapar de la verdad, no puedes dejarla encerrada en lo más oscuro de tu mente, esta siempre… tarde o temprano sale a la luz, pero que no sea lo que tu esperabas forma parte de su personalidad.

Como se suele decir: La verdad duele, pero no mata.

 

 

 

 

Sabía dónde estaba… Sabía que lo encontraría en la misma grieta del infierno de donde había salido la última vez que hizo aquello, para satisfacer esa enfermiza sensación de justicia que la llevaba tatuada en la frente.

Su móvil sonó para que contestara totalmente evadido de su mente consciente para dejar que la voz del otro lado de la línea siguiera con lo que sea que le dijera o necesitara.

-¿Padre…? - era su hija.

-¿Qué sucede Perona~san?- fingió su dulce voz.

Se deslizaba por la ventana entre abierta de la enorme fábrica que parecía estar abandonada.

-¿Está todo bien? ¿Dónde está Kid? - la verdad es que su hija ya empezaba a preocuparse cuando la mando con sus amigas a pasar la noche.

-Todo está bien pequeña. - afirmo quedamente cuando diviso una sombra en la parte inferior de la oxidada estructura.

-Me gustaría que escucharas la nueva canción que quiero cantar en el bar. - la voz de su padre siempre la tranquilizaba y ahora estaba segura de que todo estaba bien.

-Claro que sí. Papá te escucha. - no supo si esa sonrisa que se dibujaba en su rostro era por su hija o por ver como aquel hombre se sentaba frente a una mesa llena de cuchillos de caza llenos de sangre. 

Empezó con un ligero guitarreo para cerrar los ojos con calma, sintiendo la música llenar el lugar donde ensayaban esa tarde de desafortunados eventos.

We are not your kind of people…

You seem kind of phoney. Everything’s a lie…

Vio como ese hombre tomaba uno de los cuchillos…

 

We are not your kind of people…

Something in your makeup. Don’t see eye to eye…

No pudo evitar hacer una sonrisa divertida…

 

We are not your kind of people…

Don’t want to be like you. Ever in our lives…

Saco su propio machete de su chaqueta de cuero…

 

We are not your kind of people…

We fight when you start talking. There’s nothing but white noise…

 

Corrió con paso silencioso para quedar justo detrás de él, esperando paciente para que se girara en el momento adecuado.

Podía sentir su propio pulso en la punta de sus dedos transmitirse al metal oxidado que sostenía en sus manos…

Los recuerdos de todo lo que le hacía hacer aquellas matanzas…

Mientras tanto su hija seguía en el alta voz alzando su prodigiosa voz.

Eso hizo que ese enorme hombre volteara con la furia llenando sus ojos poseídos por la justicia que tanto profesaba…

Y el pelirrojo sonrío…

 

Running around trying to fit in, wanting to be loved…

It doesn’t take much… For someone to shut you down…

When you build a shell, build an army in your mind… You can’t sit still…

And you don’t like hanging round the crowd… They don’t understand…

Enterró el machete hasta la base de madera donde estaba incrustada la hoja…

 

You dropped by as I was sleeping…

You came to see the whole commotion…

Puedo escuchar la tos forzada de su víctima…

 

And when I woke I started laughing…

The jokes on me for not believing…

Volvió a sacar el machete para verlo caer…

 

We are not you kind of people…

Speak a different language… We see through you lies…

Se arrodillo a su altura para ver su furibundo rostro…

 

We are not your kind of people…

Won’t be cast as demons… Creatures you despise…

Miraba el charco de sangre que se formaba debajo de él…

 

We are extraordinary people…

We are extraordinary people…

We are extraordinary people…

We are extraordinary people…

 

-¿Ves esto? Perro rojo… Es tu nuevo hogar. - Shanks profesaba con voz sería pero oscura.

No estaba bromeando, no estaba siendo amable, y miraba como se desangraba patéticamente llevando el móvil a su oído.

-¿Te gusto? - su hija no había escuchado nada de lo que pasaba del otro lado del lado de la línea.

-Fue muy hermosa… Perona-san. - pero el pelirrojo solo habla de lo había hecho.

Akainu estaba desangrandose frente a él...

 

Notas finales:

Gracias por leer...

 

Traducción de la canción:

No somos tu tipo de gente…

Pareces la clase de farsante… Todo es una mentira…

No somos tu tipo de gente…

Algo está en tu carácter… No veo lo mismo…

No somos tu tipo de gente…

No quiero ser como tu… Alguna vez en nuestras vidas…

No somos tu tipo de gente…

Peleamos cuando empiezas a hablar… No hay más que ruido blanco…

Ahh… Ahh… Ahh… Ahh…

Corriendo por ahí tratando de encajar… Queriendo ser amado... No se necesita mucho… Para que alguien te rechace…

Cuando construyes un caparazón… Construyes un ejército en tu mente… No puedes quedarte quieto… Y no te gusta estar alrededor de la multitud… Ellos no lo entienden…

Tú pasaste mientras yo estaba durmiendo… Tú viniste a ver toda la conmoción…

Y cuando me desperté comencé a reír… El chiste es para mí por no creer…

No somos tu tipo de gente…

Hablamos un idioma diferente… Vemos a través de sus mentiras…

No somos tu tipo de gente…

No somos seres emitidos como demonios… Criaturas que tu desprecies…

Somos gente extraordinaria…

Somos gente extraordinaria…

Somos gente extraordinaria…

Somos gente extraordinaria…


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