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La música es otra medicina por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Basta decir que me tarde en buscar una canción adecuada para este capitulo... Y cuando la encontre fue como Wow!!

Por que no le pense antes jejeje...

Es muy bella la canción Behind blue eyes de Limp Bizkit... si lo se es un cover de una cación pasada pero esta versión me gusto mas, jejeje

 

Oh, y tambien es el tema final de una peli! jejeje ya saben quien adivine tiene un one shot de regalo XD (y ya se que me tardo pero los subo)

 

"El tiempo cosa misteriosa... poderosa... y cuando lo desafias... peligrosa..."

 

 

-Kya~ - gritaba su meloso padre después de que terminarán de ensayar.

Shanks estaba orgulloso de sus hijos, eran todo lo que él no pudo ser, pero eso no le importaba demasiado, se habían convertido en su luz e inspiración desde que aquella desgracia había sucedido...

Feliz y elogiando a su hija y a sus amigas, empezó a festejar un poco. El alcohol era una pequeña debilidad que tenía y pues el ser resistente a este, le ayudaba bastante. Reía con mucho entusiasmo, el bar tenía una gran influencia a pesar de ser nuevo, su hijo al fin encontró a alguien que le hacía feliz, su hija se integraba al negocio familiar, nada podía bajarlo de su feliz nube... al menos eso pensaba él.

Alzando su copa despreocupado veía como entraba un atractivo hombre de cabello oscuro, con una barba y patillas largas, su uniforme le decía que era un policía pero uno sumamente misterioso. Casi atragantándose con la cerveza que tomaba por aquel fuerte porte, se sintió estúpido y avergonzado por haberle visto de una forma más que apetecible.

-¿Akagami Shanks? - pregunto ese hombre de pálida piel cuando se aproximo a él.

La voz ronca y casi fría heló la sangre del pelirrojo, mandándole una descarga de escalofríos por toda su columna vertebral. Sentía como el color se le subía al escuchar su nombre con tal dominio y presencia.

No sabía porque pero no volteo cuando lo llamo, tenía la vista fija en su copa ahora casi vacía.

-S-si... Soy yo. - había titubeado al contestar. Y se maldecía mentalmente.

-Será mejor que me acompañe. - decretó el oficial que ahora se situaba a su lado para verlo fijamente.

Shanks sentía la mirada penetrante del otro, era pesada, agobiante, podría congelar el maldito bar si quisiera con esa fría mirada, pero curiosamente le hacía sentir... extraño.

-No salgo en la primera cita con alguien que no conozco. - soltó el impulsivo pelirrojo sonrojándose más y tapando su maldita bocaza.

Que idiota... Ahora ya sabía de dónde saco eso Kid.

El oficial se quedo serio. No esperaba eso de alguien tan... peculiar, no es que ese hombre de morena piel, con ese pantalón y camisa desaliñada dejando ver la curva de sus apetitosas clavículas, no le llamará la atención pero había una prioridad.

-Tu hijo... Está en el hospital. - soltó por fin.

La cara de Shanks se descompuso en una de frialdad contenida. Volteo para ver los espejos amielados de ese hombre.

 

 

 

Estaba desesperado porque Killer no llegaba a su casa, ya era más de media noche y no aparecía por ningún lado. Sus amigos tenían horas de haberse marchado a sus respectivos hogares y pues el ya estaba en su casa.

Penguin empezaba a experimentar un ataque de ansiedad, a pesar de que tenía que estar descansando para el temido examen, recuperar las energías para que su cerebro carburara adecuadamente, pero la necesidad de saber que mierda le había pasado a Killer lo mantenía despierto y yendo de aquí para allá.

Recorría la gran estancia que era su lujosa sala como un león enjaulado mirando la puerta, esperando que sonara el timbre o el fuerte golpeteo pero... nada pasaba.

Frustrado por fin se sentó en el cómodo sofá moviendo su pie con ese zapateo contra la alfombra de decorados finos y ahora viendo su nuevo reloj de pulso de tres oros regalo de su prometida.

El tiempo se hacía eterno, y recordaba haberle comentado a su madre que ya tenía una relación con alguien "especial" y lo amaba demasiado como para comprometerse con alguien que apenas conocía.

"El hecho de que encuentres al amor de tu vida, no significa que vayan a estar juntos" fueron las palabras de su madre pero con un tono tan triste y de resignación que parecía quebrarse frente a él. Su madre había pasado por eso hace mucho y aún no lo superaba... El amor podía ser impuesto más no forzado, sin importan el tiempo que haya pasado, el corazón seguiría latiendo por un único amor.

Suspirado tratando de encontrar la solución, cerró los ojos, sintió su hinchada mejilla y llevo las manos a su cabeza apretando el gorro y espero...

Al fin el sonido de unos leves golpes en la puerta principal.

Penguin corrió emocionado, tenía unas tremendas ganas de besar a su novio pero...

Su hermosa cara se distorsiono en una mueca de espanto y preocupación.

Su amado novio, recargado en el marco de la puerta, vendado, con su labio cortado y un cabestrillo inmovilizando su brazo derecho, no mostraba sus gestos de molestia.

Presentaba horribles hematomas, en las partes visibles de su cuerpo, sus ropas manchadas de sangre y su mirada oculta por su rubio flequillo mirando al suelo, parecía que en cualquier momento se desplomaría.

No paso ni un minuto después de ver esa funesta imagen para que el castaño lo atrapara entre sus brazos preocupado y espantado.

-Killer... ¿Qué te paso? - le susurro con voz quebrada.

No podía creer que su novio estuviera así, y sin motivo aparente.

-Nada...  - dijo de forma inexpresiva.

Su novio no correspondía el abrazo, no podía.

No le diría nada... Ese problema sólo le concernía a la zorra prometida de su novio, su matón personal y el.

No quería involucrarlo en algo peligroso.

-¿Como que nada? No por nada estas así... Killer. - susurro Penguin acariciando su cabello, lo trataba de reconfortar. Pidiéndole que le contará todo lo que le había pasado.

Pero como leyendo la mente de su novio castaño, el rubio le tomo de la muñeca con el brazo que aún tenía sano.

Penguin sólo cerró la puerta de portazo y se dejo llevar por su novio.

-¿Dónde está tu habitación? - pregunto casi gruñendo el rubio, mientras lo jalaba.

-En el tercer piso, primera puerta a la derecha... pero dime qué fue lo... - el menor sólo fue arrastrado hasta la que era su habitación y fue arrogado de forma nada sutil sobre su cama.

Killer cerró la puerta de un portazo.

Estaba en un extraño trance, en el cual su cuerpo había abandonado la tranquilidad que siempre le había caracterizado.

Era como un animal herido y furioso tratando desesperadamente de defenderse. Nunca antes le había pasado algo igual, ni cuando atacaron su casa para arrestar a su padre por delitos que no cometió.

Como pudo empezó a quitarse la ropa en la habitación que ahora estaba iluminada por la lámpara de la mesita de noche, siendo observado por un muy sonrojado Penguin que no sabía que pasaba, pero tratado de asimilar todo eso cuando...

Las manos de Killer empezaron a hacer lo mismo con sus ropas de su novio, y es que el castaño vio como se arrancaba el cabestrillo junto con la venda de su brazo, que en ese momento ya no le dolía por la descarga de adrenalina, para tocarlo de forma algo agresiva.

-Killer... Es-pera... No hagas eso... ¡¡Aahh!! - el castaño sentía como abría sus piernas con algo de violencia y dejaba la marca de sus dedos.

-...- pero el rubio no respondía, se esmeraba en darse placer y después a su novio.

Penguin trataba de ver la mirada de su novio, de quitárselo de encima, de que reaccionara pero sólo conseguía que ahora si lo lastimara.

-¡¡¡Aahh!!! - ahora si un grito de dolor de la boca del menor escapo.

Y el rubio reacciono al ver que no sólo estaba encima de su novio ahora desnudo, sino que le apretaba con tanta fuerza las muñecas arrancándole el dorado reloj, con sus piernas totalmente abiertas y el lastimándolo cuando lo penetraba violentamente.

Fue en ese momento que todo se distorsiono horrendamente…

Killer soltó las marcadas muñecas de su novio viendo las pronuncias líneas rojizas de sus dedos, salió de su interior con rapidez para ver como la sangre empezaba a salir de su cuerpo.

Sintió repulsión por su estúpida y visceral actitud. Tomaba como podía sus ensangrentadas ropas para irse de ahí… para nunca volver.

Pero Penguin que aun estaba adolorido, asustado, confundido por todo lo que había pasado, no podía dejar que su novio se fuera así como así, aunque lo lastimara de ese modo, intuía que algo muy malo debió haberle pasado para que actuara así…

Quizás no conocía mucho a Killer pero quería estar a su lado, saber todo acerca de él, su pasado, sus anhelos, sus miedos, la forma en que veía al mundo y sobre todo lo que había pasado hace unas horas.

Así que… el momento era ahora, porque si dejaba que el rubio se fuera no volvería a verlo jamás.

Se levanto de la cama tan rápido como pudo y abrazo a su novio por la espalda fuertemente.

No lo dejaría ir… jamás.

-Killer… No te vayas… - le suplico con lagrimas en sus ojos.

El rubio se quedo petrificado al sentir las manos de Penguin en su cuerpo. Le dolía todo su ser, toda su alma, sentía cada fibra de su cuerpo romperse en mil pedazos, estallar con cada lagrima que tocaba su desnuda piel marcada por la violencia,  Esa callada desesperación que lo mantenía a ralla con la esperanza de no caer en el abismo del tormento.

-Penguin… No quiero hacerte más daño… yo… - la voz de Killer se quebraba.

-Entonces no te vayas… - susurro el menor para apretar más el abrazo.

-No lo entiendes… No sabes lo que es ser odiado, ser el chico malo, y estar destinado a decir solo mentiras para proteger a las personas que son importantes para mí… Nadie sabe cómo es tener estos sentimientos  de desesperación como yo lo hago… - su voz y su cuerpo se tensaban horriblemente. Por primera vez en su vida… Killer decía todo que lo llevaba dentro, con la persona que mas amaba.

-Entonces dímelo… Quiero estar a tu lado. - sollozaba el menor esperando poder alcanzar el herido corazón de su novio.

-El mundo se destruye a mí alrededor… y no puedo hacer nada para impedirlo… - el mayor no supo en qué momento Penguin se había colado entre sus brazos para despegar su rubio cabello y ver sus electrizantes ojos azules…

Todo parecía congelarse, contemplando sus miradas llenas de dolor… con tanto dolor que les quemaba por dentro…

-No te abandonare… Y si tengo que sufrir por estar enamorado de ti… lo aceptare… - las lagrimas en los ojos marrones oscuros del menor se deslizaban con facilidad. Para el ya no había duda alguna.

Ya estaba enamorado de Killer, desde ese día en el bar.

El rubio le tomo de la barbilla para acariciar sus labios con ternura, esas gotas de salino liquido caer a sus sonrojadas mejillas, sus ojos cerrados soportando el dolor que ahora sentía y su cabello castaño que tanto le gustaba despeinado con ternura.

-No te hare más daño… Eres lo más importante para mí y por eso te pido que… - las palabras del mayor murieran en sus labios al ser besado por su novio.

Penguin no quería escuchar esas palabras: Donde le pedía tiempo o espacio, sentía que si le dejaba continuar su corazón se rompería de una forma tan horrible que jamás podría recuperarse.

Ese beso de era de más delicado solo el roce de sus labios, sin ser desesperado, sin dejar de ser tierno. Una caricia le hizo saber a Killer que Penguin quería estar con él, sin importarle nada y el menor tampoco le presionaría a decirle algo que no quería.

Como pudieron volvieron a llegar a cama, el mayor había tirado su ropa al suelo cuando ahora cargaba al castaño para depositarlo en cama con suavidad.

Aun sentía el asco de hacerle daño al menor pero todo se desvaneció cuando este le tomaba de la mano y le acariciaba el pecho con la respiración agitada, y relamiéndose la sangre que ahora estaba en sus labios, la herida de Killer se había abierto de nuevo pero no le dolía, solo sentía el calor saliendo de esta.

Sonrío para limpiarse con el dorso de la mano, y colocarse entre las piernas abiertas de su novio, le estaba invitando a seguir con lo que tenía en mente cuando llego en ese estado.

Ahora con la delicadeza que siempre trataba a su hermoso, tierno y ahora seductor novio, le preparaba esperando que la herida que le había causado no fuera muy grave. Metía con sutileza un dedo que de inmediato rozo la próstata, los jadeos le decían que no era dolor lo que sentía, sino placer como la primera vez que lo habían hecho en su camerino. Ya estaba más que excitado con esa sugerente imagen.

-Ki-killer… Por favor… Hazlo ya. - pidió suplicante con una mirada turbia.

-Penguin… Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. - contesto con una serenidad y paz al momento de sacar su dedo y poner su excitación en su rojiza entrada.

Entrelazando sus manos para cuando ahora con calma se adentraba en su cuerpo dé nuevo que ahora lo recibía gustoso, apretando su miembro con ligera fuerza, pero dejándole sentir todo su cálido y húmedo interior. El menor que estaba igual o más perdido en el placer se ponía a tono cuando toda la longitud se hizo presente en su interior, sentía lo ancho y duro que era ese miembros, y le gustaba por era su novio quien le daba todo aquello.

Los gemidos llenaron el cuarto, para corearse con una canción que sonaba del móvil de Penguin… Era el tono de llamada entrante que empezaba con un ligero guitarreo.

No one knows what it’s like…

To be the bad man…

To be the sad man…

Behind blue eyes…

And no one knows what it’s like to be hated…

To be faded… to telling only lies…

But my dreams they aren´t as empty…

As my conscious seems to be…

I have hours, only lonely…

My love is vengeance…

That´s never free…

Ambos se contemplaban con ternura y se perdían en sus miradas.

No one knows what it´s like…

To feel these feelings…

I like I do… and I blame you…

No one bites back as hard…on their anger…

None of my pain woe… Can show through…

But my dreams they aren’t as empty…

As my conscious seems to be…

I have hours, only lonely…

My love is vengeance…

That’s never free…

Se devoraban en esos ardientes besos, llenos de una pasión mal contenida, sintiendo el calor llenándolos, descubriéndose en la tenue luz del cuarto, todo bajo la hipnotizante canción…

No one knows what it’s like…

To be mistreated… to be defeated…

Behind blue eyes…

No one knows how to say…

That they’re sorry… and don’t worry…

I’m not telling lies…

But my dreams they aren’t as empty…

As my conscious seems to be…

I have hours, only lonely…

My love is vengeance…

That’s never free…

Se fundían en el calor de sus cuerpos…

No one knows what it’s like…

To be the bad man…

To be the sad man…

Behind blue eyes…

Hacían el amor de una manera sincera, llena de un gran sentimiento y pasando olímpicamente las insistentes llamadas al móvil del menor.

 

 

 

-¿Law?... – le llamaba a través del móvil.

-¿Qué pasa Shachi-ya? - contestaba algo adormilado.

-Lo siento… No puedo dormir y Penguin no contesta el móvil… - la voz de su amigo se escuchaba preocupada y ansiosa, casi nunca actuaba así o algo andaba mal.

-Está bien… Apenas estaba conciliando el sueño… ¿Quieres hablar? - ahora ya se incorporaba en su cama.

-No… Mañana tenemos examen… Mejor intento dormir… - fue lo último que dijo para colgar y dejar al moreno con una duda en su cabeza.

 

 

 

-Me hubiera gustado ver su cara. ¡¡Jajajaja!! - hablaba por el móvil mientras caminaba por esa solitaria calle. - Eso es lo que reciben aquellos que entran en mi territorio. - seguía entretenido en su “amena” charla.

Un hombre le seguía de cerca pero sin dejarse notar para el ahora desafortunado joven que hablaba por el móvil.

-Eustass Kid solo es el primero… Quiero a la zorra de su hermana. Esa perra se arrepentirá de haberme rechazado… - la voz ese sujeto se volvía casi un gruñido cuando apretaba mas el móvil en su mano.

Doblo la esquina para entrar en un callejón, era un atajo a para llegar a su destino, corto la llamada cuando siseo molesto por mancharse sus oscuras botas de la basura que se desbordaba de uno de los contenedores.

La luz del faro parpadeando lo segó momentáneamente para poner la mano en su frente y justo en ese momento…

-No te muevas. - le ordeno un hombre más alto que el por la espalda, mientras lo tomaba de su castaño cabello con rudeza y lo acorralaba con su cuerpo contra la pared.

El joven se asusto por un momento, se había distraído y ahora estaba siendo presa de ese hombre que no podía ver el constante tintineo de la lámpara sobre ellos.

-Suelta el teléfono. - le ordeno esa oscura voz para apretar más el agarre en su cabello y dejarle sentir su cuerpo.

-S-si… - contesto patéticamente el castaño haciendo lo que le ordeno.

El móvil salió rebotando hacia un charco, para perderse en ese líquido oscuro y mal oliente.

-¿Eres el que ataco a Eustass Kid? ¿O eres el cabecilla de los gusanos que lo atacaron? - pregunto rabioso su atacante.

Una mano del joven que no estaba presa de ese agarre se adentraba dentro de la chamarra que traía pero ese enorme hombre vio perfectamente sus intenciones.

-No hagas movimientos estúpidos… - susurro en su oído ahora que tenía su rostro peligrosamente cerca. Saco el cuchillo que estaba oculto en la chamarra del joven y lo puso en su cuello. - Cortarte la carótida podría doler. - le amenazo.

-No…No puedes hacer eso… - decía el joven tartamudeando.

-¿Por qué no? - le reto poniendo más presión en el cuchillo sobre su cuello.

-La policía pasa por aquí seguido y no saldrás de esta… - ahora ya no se sentía tan intimidado por ese hombre. - No puedes matar a la gente así por las buenas. - hablaba como si él fuera un inocente.

-Hay dos razones por las que puedo matarte maldita escoria. - dijo sutilmente para subir la filosa punta por su cuello y subir a su mejilla.

-Una: Odio a los asesinos a sueldo y a mocosos que se creen terroristas. - movía la navaja con gracia sobre su piel sin cortarla hasta llegar a la comisura de su ojo.

El joven se tensó por esas frases y empezaba a sudar frio. Ese hombre sabía quien era él.

-Dos: Atacaste al prometido de mi hijo y eso me molesto mucho. - clavaba la navaja en su ojo de forma lenta para hacerle un ligero corte.

El muchacho se tenso y rechinaba los dientes para evitar gritar por el dolor que le provocaba.

-¡¡Aaahhhggg!! - ahora si no pudo evitar gritar cuando le corto parte de la oreja derecha.

El joven castaño llevo sus manos al lado de su cabeza para detener el sangrado. Su cara estaba pálida y tenía los ojos cerrados. En algún momento su agresor le tiro al sucio pavimento, y estaba frente a él con la navaja en su mano. La bajo con suma rapidez haciendo que el exceso de sangre salpicara los metálicos contendores y siguiera con el interrogatorio:

-¿Estás preparado para hablar? - ese hombre era enorme, rubio, con ropa blanca y unos lentes muy extraños para sol.

El joven solo lo fulminaba con la mirada, aunque estuviera aterrado se resistía a contestar.

-Te lo preguntaré una vez más… - le sonrío enormemente. - ¿Quién eres? - le pregunto para ponerse a su altura.

-Drake… - siseo aterrado por esa perturbadora sonrisa.

-¿Qué asuntos tenias con Eustass Kid? - volvió a preguntar ahora limpiando la navaja con las ropas del joven que estaba sentado en el suelo.

-Sacarlo del negocio así como a su familia… - contesto atropelladamente para que se alejara y lo dejara en paz pero…

-Lo has soltado a tiempo. Fufufufufu. - sonrío aun más para incorporarse y dejar ver su enorme altura. - Levántate. - le ordeno con un movimiento del cuchillo

 

 

Bajo la luz de ese faro en calle, le observaba con desprecio.

Su ropa llena de su propia sangre, su rostro lleno de múltiples heridas y en su pecho una enorme y artística “X” que le había hecho con su propia navaja cuando había tratado inútilmente de responder a sus agresiones, y fallando estrepitosamente quedando inconsciente.

-Fufufufufu. - reía con soberbia. - Habla Donquixote… Estoy en un callejón de la calle “Orange”. Ven a recoger a un joven que he dejado junto a unos botes, necesita una limpieza. - hablaba por el móvil para alejarse de ahí con una sonrisa en su rostro.

 

Notas finales:

Gracias por leer...

Traducción de la canción:

Nadie sabe cómo es… ser el hombre malo… ser el hombre triste…

Detrás de unos ojos azules…

Y nadie sabe cómo es… ser odiado… y estar destinado a decir solo mentiras…

Pero mis sueños no están vacios… como mi consciencia parece estarlo…

Tengo horas únicamente de soledad… Mi amor es venganza…  que nunca es libre…

Nadie sabe cómo es… tener estos sentimientos… como yo lo hago… y te culpo…

Nadie regresa el golpe tan fuerte en su odio… nada de la angustia de mi dolor… puede ser vista…

Pero mis sueños no están vacios… como mi consciencia parece estarlo…

Tengo horas únicamente de soledad… Mi amor es venganza…  que nunca es libre…

Nadie sabe cómo es… ser maltratado… estar vencido… detrás de unos ojos azules…

Nadie sabe cómo decir… que lo sienten… y no te preocupes… no estoy diciendo mentiras…

Pero mis sueños no están vacios… como mi consciencia parece estarlo…

Tengo horas únicamente de soledad… Mi amor es venganza…  que nunca es libre…

Nadie sabe cómo es… ser el hombre malo… ser el hombre triste… detrás de unos ojos azules…


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