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La música es otra medicina por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Una disculpa... de verdad... Fui con una amigo a sesion de fotos o mas bien a ayudarlo...

Ahora se lo que siente Vergo-san, casi casi era su mano derecha y cualquier cosa que necesitaba estaba ahi para servirle, y mas porque traia mis lentes oscuros... pero raro...

Ya saben una promesa es una promesa...

en fin este capitulo es del lemon de Heat-san y Shachi-san... 

Temo decir que les dime gran parte de mi personalidad y eso no se hace... pero a falta de informacion y lo poco que ha salido de ellos dos me limite con mis retorcidos pensamientos y sentimientos...

cuando leean veran quien tiene mas de mi... ok eso se escucho mal...

La canción que me inspiro es de un anime ya bastate atrasado... pero eso me forjo en mucho sentidos por la persona con quien lo comparti...

Esta canción siempre me acompaña... a donde quiera que voy...

Mai Yamane - See You Space Cowboy...

 

"-Te importa que me siente...

El no quizo ofenderte con lo que te dijo... Es que a veces no utiliza la cabeza...

Nos conto sobre tu situación y el como tu paso su infancia sin un padre... De hecho, nunca conocio a sus padres y nunca ha tenido siquiera un amigo... Pero nunca lo he visto llorando o quejandose...

Siempre se esfuerza al maximo para que la gente lo reconozca. Por su sueño... Arriesgaria su vida en cualquier momento... Seguro que se ha cansado de llorar...

Y por eso entiende mejor que nadie lo que significa ser fuerte... Puede que el sea quien mejor entiende como te sientes...

Lo que te dijo antes... Seguramente se lo halla dicho a si mismo muchas veces..."

 

 

-Fufufufufufu. - río la sombra que estaba en la puerta para revelarse lentamente por el sol que ahora estaba en el punto más alto.

Un hombre bastante alto, rubio de cabello, arracadas doradas una en cada oreja, unas extrañas gafas naranjas, y una sonrisa aterradora, era lo que más llamo la atención de Kid.

Término de salir a paso lento el enorme rubio y de camisa negra abierta por los primeros botones dejando ver su morena piel, sus pantalones de vestir blancos arremangados por debajo de las rodillas y sus zapatos negros algo puntiagudos.

 

"Ese hombre es... Donquixote Doflamingo" pensó con algo de precaución Kid porque nunca admitiría que el miedo lo invadió por un momento.

 

El enorme hombre seguía caminando a paso lento, cuando silbó para que la bestia blanca dejara de humillar se por unas cuantas caricias del moreno, y esta corrió hasta su lado adoptando una posición amenazante contra el pelirrojo.

 

El rubio se detuvo a no más de dos metros de distancia de los jóvenes.

-Donquixote-ya... Estoy en casa. - dijo sonriente al ver a su padre.

Al momento de levantarse un dolor conocido volvió a atacarle, haciendo que su fastidiosa sonrisa desapareciera y una mueca de dolor se manifestará.

Kid no lo dudo ni un momento para socorrerlo y lo abrazo por la cintura como venía haciendo desde que estaban en el bar.

Donquixote dejo de sonreír, y frunció el ceño, por la molestia de su hijo al incorporarse. De inmediato retomo su paso para llegar hasta los jóvenes.

 

Kid quien veía con preocupación a su moreno, pero volteo porque una enorme sombra lo tapaba del sol.

Se encontró cara a cara con el intimidante hombre, que seguramente lo estaba fulminando con la mirada a través de las gafas, pero lejos de paralizarse el pelirrojo lo miraba amenazante sin soltar su agarre en la cintura de Law.

El pelinegro sólo sonreía de nuevo pero era una sonrisa torcida, miraba al par hombres que estaban a punto de empezar un juego muy divertido, estaba ansioso de ver qué clase de hombre era su amante y si valía la pena conservarlo.

-Suéltale. - dijo el rubio en un tono más que aterrador.

-No. - contesto seguro y de inmediato el pelirrojo.

Los ladridos de Bepo se escuchaban en el fondo, estaba más que alterado por el comportamiento de su amo con el joven que sostenía a su otro amo.

-Suéltale, no voy a repetirlo una tercera vez. - amenazo ahora tronado sus dedos antes de formar un puño en frente de su rostro.

Los ladridos del perro seguían escuchando se mas fuertes y creando una situación de tensión. Law seguía más que entretenido esperando la respuesta de Kid.

-No... - repitió en tono frío y coloco al moreno detrás del él, sin soltarlo en ningún momento. -Jamás le soltare, aún si tiene que partirme la cara a golpes, lo que siento por él es más profundo. - dijo enojado, sosteniéndole la mirada amenazante y sin titubear si quiera un poco.

-¿Amor? - pregunto el rubio bajando su puño pero aún molesto.

-Eso es lo siento por Trafalgar Law. - esa tremenda seguridad le daba las de ganar esa batalla contra el rubio.

-Se cuidadoso con tus palabras muchacho. Una vez dichas sólo pueden ser perdonadas no olvidadas. - el rubio lo obligaba a sostener sus palabras.

-Nunca digo nada que no sienta. - aseguro el pelirrojo.

El sonido del viento acompañado de los ladridos del perro se escuchaba a lo lejos, sólo ellos dos existían en ese tenso momento, cuando se volvió a retomar la conversación.

-Si no vas a entender a sus demonios, no lo saques de su infierno. - estaba hablando de algún modo de Law en un sentido en particular.

Era una clara indirecta que si no lo amaba como él decía y todo lo que esa palabra implicaba, no saldría vivo de esa.

-Sus demonios se entienden con mis demonios. - al parecer Kid entendió a lo que se refería el rubio.

Eso estaba más que comprobado por ambos amantes: parecían estar hechos el uno para el otro.

 

Era una pelea de indirectas de lo más entretenida, porque Law no dejaba de sonreír por la hermosa conversación.

El tenso ambiente se calmó, y Bepo al sentir el cambio de humor de su amo se relajó también moviendo la cola esperando alguna orden.

-Fufufufu, al parecer la vida no te ha tratado muy bien, y tienes una extraña afición por las cosas rotas. - ahora Donquixote sonreía por entenderse con el pelirrojo... a su extraña manera pero se entendían.

-Lo que no te mata te hace más hijo de puta, y siempre se me ha dado bien reparar las cosas. - Kid también sonreía y relajó un poco su semblante. Ese hombre rubio era intimidante hasta más no poder, pero tenía una intuición impresionante, dándose cuenta de la verdadera naturaleza de la cosas con un sólo y rápido vistazo.

El moreno le agrado la respuesta de su amado Kid. Sólo cuando uno está en una situación de estrés extremó sale a relucir la verdadera naturaleza de lo que estas hecho.

 

Trafalgar salió de detrás de Kid, soltándose suavemente del agarre de su pelirrojo para hacer las presentaciones formales, ante todo era educado al punto de ser molesto.

-Donquixote-ya este es Eustass-ya es mi... - el moreno se vio interrumpido por su padre.

-¿Novio?... Sabes que no tienes porque darme explicaciones. Lo que hagas o no con tus interacciones sociales no son de mi incumbencia. Tienes libertad que escoger a quien tú quieras. - dijo encogiendo se de hombros, tomando el mentón de su hijo y sonriendo de un modo muy extraño.

Law aparto su agarre de un manotazo y continúo.

-Donquixote-ya escucha... Es el mi... - el moreno trato de hablar ahora molesto pero nuevamente su padre lo interrumpió.

-No puede ser... - al parecer el rubio saco sus propias conclusiones. -Vas en serio con él... - dijo en un susurro tomando un color pálido. -¿Cuándo es que se casan? - al parecer sus conclusiones se salían de la realidad.

Ya que nunca y como él lo había dicho, nunca hablaban nada de eso, a no ser que fuera serio... como ahora, y supuso el nivel más alto de una relación.

-¡¿Qué?! - grito el pelirrojo al escuchar tal declaración.

Su cara parecía arder de lo roja que estaba y su mandíbula parecía haberse desmontado de su sitio de unión con el resto de su cráneo, porque tenía la boca abierta a más no poder.

Padre e hijo parecían empezar una típica pelea propia de ellos, porque ignoraron a Kid, que ahora yacía en el suelo sufriendo un ataque de ligeras convulsiones y más los lengüetazos del tierno perro por ahora agradarle, no sabía que creer de esa frase tan engañosa.

 

 

-...-...-...-...-...-...-

 

 

El viento algo frío junto con el radiante sol coloreaba sus mejillas. Al estar abierta la ventanilla del auto y sacar un poco su rostro, la combinación de esas esencias lo hacían relajarse un poco.

Los lentes oscuros impedían que sus ojos sufrieran por los rayos del sol. Su cabello castaño casi rojizo ahora por la luz solar, se despeinaba ligeramente, su gorro verde favorito impedía tan indigno acto por parte de la ligera ventisca provocada por la velocidad del auto que lo conducía hacia su destino: su pequeña residencia en las afueras del campus de la universidad.

Shachi no pensaba en nada en particular, o más quería evitarlo, siempre que quería recordar la noche anterior no pasaba de haber tropezado con alguien y luego veía la cara del pálido chico, y luego nada... hasta la mañana siguiente.

Era realmente frustrante... No poder recordar algo que quizás cambio tu vida o la empeoro.

 

"La duda me carcome... pero tengo miedo de que la respuesta me destruya" pensaba Shachi con algo de terror empezando a morder la uña de su dedo pulgar.

 

Su mente en verdad era una masa de ideas desordenadas y nada explicativas, parecía que su cerebro bloqueaba a propósito todos sus recuerdos, como una forma de protegerlo inconscientemente.

-¿Por dónde vives? - la voz de Heat, lo saco de su tormento por unos momentos.

Ese tono de voz tan apagado, frío y de cierta forma hastiando dejaban a Shachi más que confundido.

-Por la zona de la Facultad de Medicina, en la calle "Little Garden" - contesto el castaño chico observando a su acompañante al volante, dejando su fastidioso movimiento de dientes sobre su dedo.

-Bien... - asintió Heat sin apartar su vista del camino pero sintiendo su mirada en el.

 

No era el hecho que no lo mirara lo que enojo de cierto modo a Shachi, sino que de verdad ese bastardo no quisiera verlo, estaba evitándolo de un modo muy molesto para él.

-¿Cuál es tu problema? - pregunto un poco molesto el castaño, volviendo su atención total al pálido chico.

-¿Eh? - al parecer Heat no se enteraba de nada, porque ni siquiera volteo por la repentina pregunta y sólo emitió esa expresión.

-¡¿Qué cuál es tu jodido problema?! ¡Desde que salíamos del bar y del restaurante no has hecho más que evitarme, por lo menos mírame! ¡Me molesta esa maldita actitud tuya! - Shachi de verdad que no tenía paciencia y más si el chico pálido se hacia el desentendido según él, porque le reclama de un modo muy grosero como si él no hiciera lo mismo.

Heat por su lado aparto un poco la vista de la calle para observarlo un momento. Sus ojos oscuros y con una ligera marca oscura debajo de estos, le dedicaban una lastimera y casi fría mirada.

Luego aparto si vista de la gafas del menor y volvió a ver la calle.

 

Contesto de un modo un poco calmado y algo más cálido.

-No me gusta hablar de mis problemas... - hablo Heat.

-¿Por qué? - volvió a preguntar Shachi todavía molesto pero sin gritar.

-Por que las personas tienes demasiados problemas como para que alguien venga a molestarlos con los suyos propios. Además, ¿Que tanto le puede importar a alguien lo que te pasa? Al final... Lo único que te dicen es que todo va a mejorar... Estúpidos... - siseo la última palabra algo molesto.

-¿Y cómo carajos sabes si esa persona de verdad se interesa en ti si ni siquiera les das el maldito benéfico de la duda? - el menor seguía molesto y parecía no desistir de su fastidiosa actitud de querer saber que le pasaba, por que volvió a preguntar con más insistencia.

-¿Cuál es tu puto problema? - ya estaba hasta los cojones de que evitara responderle y incluso volteó su cuerpo para verlo mejor.

-¿Quieres saber cuál es mi problema? - pregunto reduciendo un poco la velocidad el pálido chico.

-Je... Me muero por saber la respuesta. - contesto Shachi con sarcasmo.

-Me gustas. Me encanta tu nombre. Me encanta la forma en que me miras, con esa duda de no saber qué es lo que estoy realmente pensando. Me encanta tu sonrisa, tan natural, sincera y hermosa. Me encanta como transformaste un pésimo día en uno radiante... lleno de alegría... - Heat estaba siendo sincero, su tono de voz seguía de alguna forma sería pero con un toque cálido.

Shachi escuchaba atónito las palabras de él. No esperaba ese tipo de respuesta.

Como es que alguien que apenas conocía podía decir cosas tan bellas y de su persona. Cosas que ni el mismo sabía que poseía.

-Pero... - esa palabra borro la mueca de asombro del menor. - El hecho de que olvidarás mi nombre, lo que vivimos juntos la noche anterior, me hace pensar que no fue nada para ti, y lo peor es... que no te interesa. Ese es mi problema. - término diciendo mientras orillaba el auto para poder prestarle la atención que demandaba el chico a su lado.

Shachi no sabía que responder estaba asustado, confundido, no pensaba con claridad. No entendía cómo es que aquel parecía decir justo lo que no quería escuchar, lo evitaba a toda costa procesar. Su mente se volvía un infierno y sólo apretaba los dientes para evitar sacar todo ese infernal fuego que seguramente consumiría sus pensamientos y las palabras de Heat.

-Pero una cosa es cierta... - la calmada voz del mayor, apago ese fuego que consumía sus pensamientos, como agua refrescando su mente, haciendo un espeso vapor revelando la verdadera forma de sus maltrechos pensamientos.

Y siguió hablando calmado.

- No me atrevo a juzgarte... Sé que cuando uno ve las cosas desde afuera, cuando uno no se siente complicado en ellas, es muy fácil proclamar que es lo bueno y que es lo malo. Pero cuando uno está metido hasta el pescuezo en el problema, y yo he estado muchas veces así, las cosas cambian... la intensidad es otra... aparecen hondas convicciones... inevitables sacrificios... y renunciamientos que pueden ser inexplicables para el que sólo observa. - término diciendo viendo a Shachi a la cara sin titubear en sus palabras.

 

Ese hombre era quien escupía fuego verbal por sus marcados labios de las cicatrices que tenían. Ese calor de sus palabras eran exactamente lo que sentía: odiaba y amaba ese sentimiento. Algo tangible delante de él, tan real que al mismo tiempo era irreal. Quería que esa voz en su cabeza desaparecía y todo se reveló como si le quitaran una venda de los ojos o eso sintió cuando las manos de Heat apartaron las gafas oscuras que traía para ver su pálido rostro, sus marcas en sus mejillas, barba y labios.

 

Shachi estaba sonrojado, a punto de sacar sus lágrimas porque todo lo que dijo el mayor también lo sentía de un modo u otro.

Él era el agua que debía apagar ese fuego que hablaba Heat.

Lo abrazo inesperadamente, quería consumir todo ese quemante calor para que sintiera el alivio que el ahora emanaba.

Sus lágrimas caían a su hombro de Heat mojando lo ligeramente, eran frías, refrescantes y sentía el dolor en ellas.

-Y cuando pienso que he tocado fondo... Sigo cayendo... - dijo inconscientemente sus pensamientos Heat en voz alta al corresponder el abrazo.

Esa frase parecía ser para ambos, los brazos se apretaron más al cuello del mayor y este apretaba su agarren a su espalda y cintura del menor.

-La vida es corta... y es una mierda la mayor parte del tiempo... - dijo sollozando Shachi, haciendo que más lágrimas cayeran de sus hermosos ojos.

Estaban abrazados compartiendo un lazo especial, algo extraño y difícil de explicar.

Shachi sentía que se despedazaba poco a poco con cada lágrima que salía por sus ahora rojizos ojos.

Heat sentía el cálido líquido resbalar por su pálida piel, impregnando se del dolor ajeno y marcando más su dolida alma, llena de cicatrices como su piel.

-Se que... Yo no te gusto como tú me gustas. Que mis sentimientos no son los tuyos, ni entiendo el dolor de tu ser... pero siempre puedes decirme lo que te pasa, nadie te escuchara como yo y cualquier cosa que necesites ahí estaré para ti... - era una promesa salida de un corazón roto y despedazado el que hablaba con más sinceridad que cualquier persona o ángel hubiera pronunciado.

Shachi al escuchar nuevamente su voz, sintió algo extraño y reconfortante. Esa promesa de alguien ajeno de a ti, que te reconforta era algo que sólo puedes sentir cuando hay un extraño vínculo. Y recordó lo que una vez le digo Law, repitiéndolo en voz alta:

-"Un corazón roto con otro corazón roto se llegan a entender... porque al final se forma uno sólo." - era una forma de declaración que sólo Heat podía entender, porque lo abrazo aún más fuerte posando una mano en su cuello para que no se separara de él.

Siguieron abrazados por largos minutos hasta que poco se separaron de ese tierno abrazo.

Sus miradas se encontraron y parecían escudriñarse para descifrar la mirada ajena. Las lágrimas desaparecieron y sólo dejaban un ligero rastro de haber estado ahí. El mayor limpio ese salino rastro con sus dedos de una forma delicada y cariñosa.

Shachi tomo la mano de Heat entrelazando sus dedos y sintiendo un extraño calor, como cuando estaban en el bar, bajo la mirada viendo su tierno gesto y el pálido chico lo imitó, sintiendo el cálido tacto.

Shachi levanto la vista al mismo tiempo que Heat y le dedicó una tierna sonrisa.

Esa era la sonrisa que la cual se enamoró a primera vista.

El ambiente parecía haberlo atrapado y se inclinó un poco hacia adelante, entreabriendo sus marcados labios.

El castaño chico se sonrojo al ver esa pequeña acción, sabía lo que venía a continuación y un escalofrío subió por su espalda para atravesar su estómago llegar a su garganta y escapar por una ligera respiración dejando sus labios también ligeramente abiertos.

 

Estaban tan cerca de besarse que podían sentir el cálido aliento en sus rostros, cuando alguien toco la ventanilla del auto del lado de Heat.

Rápidamente el menor se acomodó en su asiento y miraba al frente sin dejar de estar sonrojado.

Heat al contrario de Shachi, lentamente se giró para abrir la ventana y atender al extraño que los habían interrumpido.

-¿Se le ofrece algo... Oficial Smoker? - pregunto al ver de quien se trataba y leyó rápidamente su nombre impreso en la placa que traía puesta.

-Al contrario. ¿Necesitan ayuda ustedes? Están estacionados en una zona de servicio para grúas y autos con algún problema. - era un poco grosero con su actitud pero no le quitaba que hiciera su deber.

-Oh no… El auto está en perfectas condiciones sólo que no estoy acostumbrado a tanta luz y me estacione para colocarme las gafas de sol. Ya sabe no quiero causar un accidente por mi imprudencia al volante. - contesto con una seguridad y seriedad que el oficial se lo creyó por completo.

Tampoco es que mintiera pero que le dijera que estaban a punto de hacer algo más en el auto no era lo más prudente.

-¿Una noche movidita? - pregunto Smoker conociendo perfectamente el significado de eso, aunque él con respecto al trabajo.

-No tiene idea. - contesto el pálido chico colocándose las gafas para reencender el motor del auto.

-Que pasen buen día. - se despido el oficial y se apartó para que el auto saliera.

-Igualmente. - contesto alejándose de aquel lugar.

Todo lo que restó del camino no hablaron, sólo le limitaban a observarse de reojo hasta que por fin dieron con la calle que le había dicho el castaño.

-Es esta la número 6. La de color azul. - dijo entusiasmado Shachi al ver su acogedora casa y sacando las llaves del bolsillo de su pantalón.

Heat se estación frente a la casa y apago el motor. Con cuidado puso las gafas en el tablero.

El silencio se hizo nuevamente y Shachi empezó abrir la puerta del auto.

-Yo... - dijo Heat algo inseguro para su gusto y volvió a encender el auto.

-¿Quieres pasar un rato? - pregunto Shachi al ver que el otro de verdad quería estar con él.

El mayor sólo suspiro y volvió apagar el motor.

Ambos salieron del auto para caminar hacia la puerta y cuando Shachi estaba a punto de meter la llave al picaporte, una mano sostuvo sus dedos por un momento.

Heat le veía de una forma un poco molesta y desesperada hasta que la soltó mirando al suelo como avergonzado por su actitud.

Shachi no sabía a qué venía eso y lo miro confundido pero siguió para quitar el seguro y poder adentrarse en la hermosa vivienda.

El mayor de verdad se sorprendió por tan hermoso lugar.

Todos los muebles eran madera de pino y el estilo rústico con la tecnología de primera para la comodidad del hogar, le daban un toque sofisticado, al parecer el chico era de padres con bastante dinero y nunca lo habría imaginado.

-Es enorme y muy bonita. - dijo admirando la sala y quedándose en la entrada de esta.

-Si lo se... Pero pasa por favor, desde ahí no la puedes admirar bien. - contesto al ver que Heat no se movía de su lugar y sonriendo por su cara de asombro.

-Con permiso. - dijo al momento de entrar y llegar hasta donde estaba parado Shachi junto a la puerta de la cocina.

Ambos entraron y el menor le sirvió un vaso de jugo de arándano, y el también se sirvió uno.

Empezaba a tomárselo casi por completo Shachi cuando Heat hablo.

-¿Vives sólo aquí? - no pudo evitar preguntar al no parecer importarle anunciar su llegada.

-Si... - contesto algo triste bajando el vaso ahora vacío dejándolo en el fregadero.

-Ya veo... - dijo tomando el vaso pero sin beberlo, viendo el color morado rojizo de la bebida.

-¿No te gusta el jugo de arándano? - pregunto curioso al ver sólo lo contemplaba.

-No es eso... Es sólo que esta frío. - al parecer tenía un raro complejo pero a Shachi se le hizo tierno ese gesto. Se acerco para tomar el vaso y beber se también ese jugo.

Heat vio como le quitaba el vaso y lo tomaba el menor en tiempo récord.

Unas cuantas gotas se deslizaron por la comisura de sus labios y ahí sí que ya no podía controlar el deseo de besarlo. Ya no había personas molestas que lo interrumpieran.

Tomo a Sachi por la cintura y con la mano libre esparció suavemente el casi rojizo líquido oscuro sobre los labios del chico.

-¿Heat? - pronuncio su nombre casi en un suspiro al sentir sus dedos en sus labios.

Aquel abrazo hizo que otra vez esa fuerza electrizante pasara por su cuerpo haciendo que jadeara un poco, sonrojando lo al instante y se asustará un poco.

-Me gustas y no como amigo. - repitió sus sentimientos, con una clara indirecta y se acercó lentamente a sus mojados labios, que tenían un tono rojizo por el arándano.

-Heat... yo... - repitió su nombre nuevamente en un susurro y el sonrojo en su rostro sólo aumentaba.

Shachi acorto la distancia que los separaba, cerrando sus ojos por aquella experiencia tan especial.

Era un beso dulce y gentil.

El sabor del arándano se combinaba con su embriagante saliva, sus labios se sentían tan suaves a pesar de las cicatrices y los bordes de estas le mandaban una electrizante sensación. Sus lenguas se buscaban tímidamente y sus ligeros roces subían la temperatura de Shachi.

Empezaba a sentir algo familiar, algo que había olvidado.

Sus manos instintivamente se abrieron paso por el pecho del mayor pasando por su cuello llegando hasta su nuca y profundizando el beso.

Heat al sentir que tocaba sus cicatrices en su cuello, se tensó un poco y acercó más el cuerpo del menor apretando el abrazo de la cintura.

Al sentir como lo aprisionaba más contra su cuerpo pudo sentir la excitación subir y bajar por su cuerpo.

El beso hizo más demandante, exigiendo más esos roces, hasta que la falta del oxígeno, les hizo separarse lentamente.

La mirada suplicante y cristalina de Shachi era hipnótica, algo único, tan propia de él; su rubor muy marcado y sus labios carmesí por el beso tan tímido y necesitado de ambos.

-Shachi... - dijo casi en un susurro su nombre.

Era como aquella noche, una mirada que no puede definirse con palabras, sólo con caricias y roces delicados.

La cara Heat tomo un ligero sonrojo en las cicatrices de sus mejillas, haciéndolas de algún modo marcarse, dejándolas casi rojas, como si sus heridas fueran recién hechas.

-Heat... ¿Estás bien? - se preocupó por ver sus heridas así de marcadas.

-Ah... No te preocupes. - bajo rápidamente su mirada y se soltaba del abrazo del castaño chico.

Pero Shachi rápidamente lo abrazo más fuerte, soltando nuevamente algunas lágrimas, de algún modo comprendía ese sentimiento y escondía su rostro en el pecho del mayor.

-Quiero recordar lo que paso... - decía con voz baja acariciando su nuca y parte de su cuello apartando delicadamente su cabello azulado, sintiendo los bordes de las profundas cicatrices.

Seguía teniendo miedo de saber la verdad sobre esa noche, pero era peor la maldita incertidumbre...  conocer la verdad de alguno era… quitarse un peso de encima.

La mente de Shachi empezó un pequeño debate emocional:

Es imposible... decía su orgullo.

Es arriesgado... decía su experiencia.

No tiene sentido... dijo su razón.

Intentalo... susurro su corazón.

Ese único susurro fue más que suficiente para dejarse llevar.

-Haré algo mejor que eso... - dijo serio cargando a Shachi por la cintura sentado lo en la barra de la cocina con las piernas del menor, una a cada lado de su cintura.

El castaño sólo dejo hacer ya lo había decidido: arriesgar todo por intentarlo y saber la verdad de esa noche.

Empezó a besar su cuello de Shachi de una forma delicada, haciendo que sus marcas tocarán su clara piel. Cada beso mandaba un placentero escalofrío al menor y provocando que echara la cabeza hacia atrás, dejándole vía libre para que siguiera con esa placentera tarea. Empezaba a jadear un poco y su piel se erizaba.

-Te daré un nuevo recuerdo, algo que nunca olvidarás y si lo haces, no me molestare en recordártelo las veces que sea necesario. - susurro en su oído con voz profunda y empezó a acariciar su espalda por debajo de la tela.

-Heat... Yo... quiero... saber... que es... este sentimiento... - decía entrecortada mente mientras sus manos ya se ocupaban del cinturón del mayor.

-Los abrazos no se explican... Los besos no se piden... El sexo no se exige... Y el amor no se suplica... - contestaba a su súplica al igual que él, con su voz entrecortada y empezando a desabotonar su camisa del menor.

Ese pálido chico era todo un maestro en el arte de la comunicación, sus sentimientos salían a relucir en esas palabras que eran como fuego líquido, quemando su esencia, fundiendo la, dejándola al rojo vivo para que sus caricias forjarán y dieran una nueva forma a todo su ser, haciéndolo una obra de arte, algo único jamás antes visto. Era extremadamente excitante y adictivo.

-¿Porqué?... ¿Porqué si apenas te conozco?... ¿Porqué tengo ese sentimiento?... - Shachi ya no era consciente de sus acciones y decía sus pensamiento en voz alta. Jadeaba ligeramente al sentir las manos de Heat paseándose por su abdomen y su pecho, ahora descubierto.

-Por que el amor no se mide en tiempo sino en la intensidad del sentimiento. - respondía a su pregunta, mientras el menor terminaba de bajar el cierre de su ajustado pantalón.

Su excitado miembro de Heat ya se apretaba en sus oscuros bóxers rozando su muslo interno y la de Shachi empezaba a clavarse ligeramente en su marcado abdomen.

Siguieron con las candentes caricias, desvistiendo calmadamente el cuerpo de contrario, mientras se besaban nuevamente de forma delicada, sintiendo los labios ajenos y los ligeros roces de sus tímidas lenguas.

Pero la excitante tarea estaba acabando con su paciencia de Shachi quien en un movimiento rápido de su mano tomo el sexo de Heat.

Este jadeo por tal acto y Shachi coló de lleno su lengua en su cálida cavidad. Era algo torpe pero su cuerpo pedía más contacto, algo más que esas caricias.

El mayor le sorprendió un poco ese gesto tan repentino y más su lengua queriendo tomar el control, le dio la afirmativa de subir el tono de esa placentera actividad.

Tomo el control de ese beso, sometiendo al menor y arrancándole literalmente lo que quedaba de su ropa junto con su lindo gorro verde.

Shachi despertó por completo esa excitación guardada en su interior y ahora sentiría las duras consecuencias.

-¡Ahhh! Espe-ra... ¡Ahh! - gemía y trataba de detenerlo inútilmente, porque de algún modo extraño quería sentirlo.

-No creo que eso sea posible... - dijo con tono roncó tomando el olvidado sexo del menor para empezar a masturbarlo lentamente.

-No me gusta... el dolor... - trato de justificarse Shachi pero la mano del mayor era bastante hábil a pesar de la lentitud del movimiento.

-La última vez no te dolió. ¿O sí? - dijo Heat sin para su movimiento y empezando a buscar algo en la gaveta de arriba.

-No... - dijo con dificultad.

Era cierto que no sentía ninguna molestia cuando se levantó esa mañana y veía como lentamente el pálido chico sacaba un frasco del mueble de arriba de su cabeza.

-Veo que te encanta el arándano. - dijo Heat mostrando un tierna sonrisa. Empezando a destapar el frasco de mermelada de arándano.

Shachi se quedo perdido en esa sonrisa, era la primera y la más hermosa sonrisa que le dedica, y más porque sólo era para él y por él.

Estaba tan embelesado en esa línea curvaba que sólo sintió una extraña invasión en su entrada.

Eso lo devolvió a la realidad y vio como metía un segundo dedo, lleno de lo era la deliciosa mermelada. El dolor fue mínimo comparado con el enorme placer que lo excitaba al tocar ese punto en su interior.

En verdad Heat era de lo más hábil con sus pálidas manos. Mientras daba pequeñas embestidas con ya tres de sus dedos dentro de Shachi y con la otra mano lo masturbaba deliciosamente.

-¡Aahh! ¡Aahhh! - los jadeos y gemidos se volvían cada vez más fuertes y se aferraba fuertemente a sus brazos, enterrando sus dedos en sus cicatrices. Sus ojos estaban cerrados dejando salir algunas lágrimas, era lo más excitarse que nunca pensó sentir.

Había tenido alguna que otra experiencia con alguna chica o dos, pero nada que pasara de las caricias y besos castos, esta experiencia de verdad no se comparaba y no dejaba de ser excitante a pesar de ser con un hombre.

No sabía en qué momento saco sus dedos, cuando lo embistió con su gran excitación, el envaine si era diferente, el dolor que sintió cuando entro totalmente en el, se desvaneció, por el placer aún mayor que antes y ya no sólo se aferraba a sus brazos sino a su espalda.

Heat embestía lentamente sintiendo el calor del menor y tomándolo de la cintura para poder llevar el control de ese placer.

Las embestidas tomaban más velocidad y fuerza a medida que Shachi lo atraía más a su cuerpo con sus piernas y manos.

Heat jadeaba pesadamente y seguía besando el cuello del castaño chico.

Los gemidos de Shachi eran más fuertes y se sentía en el mismo paraíso, ardiendo por la grande excitación caliente moviéndose deliciosamente dentro de él, tocando ese punto que lo enloquecía más a cada instante.

Heat al escuchar esa música salida de los labios del menor aumentaba la fuerza y velocidad de su envaine.

La cara suplicante de Shachi lo hacía excitarse más.

Sus ojos entrecerrados, soltando ligeras lágrimas confundiendo se con el ligero rocío de su sudor por la candente actividad era algo que sólo él podía admirar.

Shachi que veía el pálido rostro de Heat, seguía la dirección de su lengua, relamiendo sus labios, pasando por sus cicatrices y de algún modo él quería probar esos apetitosos labios una y otra vez. Sus ojos estaban pedidos en el placer y sus marcas en sus mejillas nuevamente se coloreaban dándoles un tono rojizo.

El menor se acercó para probar esos labios y definirlos con su lengua, sintiendo su textura.

La mano del mayor tomo aún erecto miembro de Shachi y empezó ese candente movimiento.

Estaban tan cerca del éxtasis que sólo los frenéticos movimientos acompañados de sus cuerpos a perlados por el sudor, el sonido de estos chocando constantemente y mezclando se con los gemidos casi gritos de ambos inundaban la vacía casa.

-¡Aahh!- gimió Shachi al experimentar tal placer y se vacío en la mano de Heat.

-Shachi. - susurro su nombre en su oído al momento de vaciarse en su interior por sentir como lo apretaba su caliente interior.

El menor se dejo caer vencido sobre el pecho del pálido chico y este a su vez lo abrazaba.

Pasaron unos momentos donde ambos trataban de recuperar el aliento, jadeando por oxígeno, cuando cargo al ligero castaño para llevarlo al sofá de la sala.

Salió con delicadeza de su interior y lo recostó con la mayor sutileza posible en el cómodo sofá, para sentarse a su lado.

-Ven, acuéstate conmigo. - pidió tiernamente.

-Yo... - no sabía que decir, la noche anterior no se lo había pedido y el entre sueños lo abrazo inconscientemente.

-Ya se... Te diré un secreto... - digo suspirando Shachi, llevando una mano a su cara tapando sus ojos.

Heat sólo lo miro con una interrogante y espero a que retomara la conversación.

-Tengo "El síndrome de Korsakoff", pero no se digas a nadie, de acuerdo. - comento en tono avergonzado.

El mayor no digo nada y Shachi continuo.

-Las personas que padecemos esto no pueden abusar del alcohol y mucho menos del vodka, mi cuerpo no tiene demasiada tiamina, lo que provoca síntomas graves de amnesia anterógrada y amnesia retrógrada, así como una variedad de problemas sensoriales y motores, confusión extrema, cambios en la personalidad y riesgo de muerte debido a problemas cardíacos, de hígado o gastrointestinales e infecciones interrecurrentes.

Los enfermos de Korsakoff sufren amnesia anterógrada para recuerdos explícitos. En las primeras fases, las lagunas pueden ser rellenadas y pasar inadvertidas incluso para quienes la padecen. A medida que avanza la enfermedad, también se produce amnesia retrógrada, que en casos graves puede abarcar incluso extensos episodios de la vida del paciente. Quienes lo sufren suelen confabular, es decir, imaginar circunstancias de su vida por las que nunca pasaron y que las viven como ciertas.

Heat escucha atento y nunca imaginó tal cosa. Se sentía peor por reclamarle algo que ni siquiera estaba bajo su control, bueno el nunca menciono nada cuando empezó a pedir aquellos martinis cuando se topó con él y estos sólo consisten en vil y puro vodka. Aunque el otro no dudo en tomárselo, se sentía de algún modo culpable.

-No es tu culpa... - escucho la voz de Shachi en su oído.

Este se había incorporando y le abrazaba con ternura a sus espaldas, recargando su barbilla en su hombro. - Yo siempre bebo para tratar de olvidar cosas... que no puedo borrar de mi cabeza. - su voz se quebraba con cada palabra pero seguía abrazándolo como si aquello lo sostuviera su caída.

Heat volteo para corresponder el abrazo de la una forma protectora.

No lo iba a obligar a que le dijera que era lo trataba de olvidar con tanto afán pero el sería su soporté, le daría nuevos y hermosos recuerdos.

-Ya lo sabes así que... - se volvió a escuchar se quebrada voz acompañada de unas lágrimas en su hombro.

-No se lo diré a nadie lo prometo. - esa era un juramento que no podía quebrar y lo mantendría por siempre.

Se recostaron en el sofá, abrazados y se contemplaban viendo sus facciones, hasta que el menor empezó a tocar sus marcas con sus delicados dedos.

-¿Que fue lo que te paso? - pregunto preocupado Shachi al tocarlas y definirlas, algo le decía que fueron bastante dolorosas.

Heat temía contestar pero si el otro le había confiado su secreto tenía que pagar con la misma moneda.

-Mi padre... - contesto molesto.

-¿El te hizo estas marcas? - siguió preguntando.

-Si... El me las hizo con todo ese odio. El me enseño una justicia en donde no debo creer en nadie y destruir todo... Estas marcas jamás se borraran de mi vida como todo lo que nunca sentí una vez, pero al menos tengo la liguera esperanza de salir de ese vacío, y no convertirme en un monstruo igual o peor que el. - su mirada se oscureció y soltaba lentamente el agarre de su abrazo.

-Fuiste víctima del odio y dejo sus marcas en ti, pero el odio no te rige y eso lo puedo sentir. - las palabras del menor detuvieron su movimiento.

Nadie... Absolutamente nadie... A excepción de Kid, había comprendido sus palabras, sentía su corazón acelerarse y sentir una extraña paz interior.

Volvió a abrazarlo aún más fuerte ocultando su rostro en el hueco de su cuello.

El ya se había cansado de llorar y sin embargo Shachi lo hacía sentirse algo vulnerable pero agradecido de que comprendiera en parte su sufrimiento, su ser se sentía más ligero y ya no solo le gustaba aquel chico, se enamoró de él perdidamente.

-Creo en ti, y en este sentimiento que me ha vuelto indestructible... Que detuvo mi caída libre... - susurro en el oído de Shachi antes de cerrar sus ojos.

Empezaban a caer en el sueño cuando escucharon una melodía, que parecía venir de la casa de á lado.

El sonido del piano acompañando del saxofón, y los demás instrumentos; los hizo relajarse y la voz de una mujer empezó a cantar en otro idioma.

 

Subete wa mou owatta to.

Mimi wo fusaida mama de kimi ga iu.

 

Kotoba wa tada nagareteku.

Yasuragu koto no nai ashita e.

 

Inori sae mo kieta yoru.

Nani o shinjite doko e kimiwa iku.

 

Namida iro no ryuusei ga.

Azawarau youni ima sugiteku.

 

Kawaranu mono nado ari wa shinai sato.

 

Tatoe inochi tsukitemo.

Kono ai o kese wa shinai.

Sore wa towa o ikiru koto.

 

Yume wa yami ni kakuretemo.

I got a rainbow.

Rainbow in my hands.

 

Se abrasaron con más fuerza y sentían un cálido sentimiento envolverlos mágicamente. Sus manos se estrazaron inconscientemente.

 

Mune no oku wo wataru koe ga.

Keshite kawaranu mono mo aru to iu.

 

Shinjitsu no mae ni inoru asa.

Ai wa futatabi koko e modoru darou.

 

Love never died.

Love never feigns.

Love never ever fades away.

 

Itsuka inochi tsukitemo.

Kono ai o kese wa shinai.

 

Sore wa towa ni ikiru mono.

Yami o yaburi.

Toki no naka de kooritsuku.

 

Maboroshi o oikoshita toki.

Niji no kanata ai wa matsu.

Ikusen no hikari ga matsu.

 

You got a rainbow.

Rainbow in your hands.

 

La música termino por consumirlos en ese cálido abrazo y se durmieron escuchando los ritmos y la combinación perfectos de estos.

 

 

-...-...-...-...-...-...-

 

 

-Ah... Hogar dulce hogar... - dijo Penguin suspirando feliz y sosteniendo con fuerza la mano de su novio.

-Pues vamos a dentro ya quiero conocer a tus padres. - dijo Killer al escuchar la acogedora frase.

Estaba a punto de meter la llave cuando la puerta se abrió dejando ver a una mujer extravagante con un sensual vestido rojo con azul, muy al estilo japonés.

-¡Penguin al fin llegaste! - grito emocionada la chica y se lanzó a sus brazos para besarlo apasionadamente.

Se soltó de la mano de Killer a tan inesperado acto por parte de esa mujer.

Los dos cayeron al suelo con la chica encima de Penguin, besándolo como si no hubiera un mañana.

Killer se quedo paralizado un momento y luego con toda la delicadeza del mundo o más bien con toda la hostilidad aparto a la chica pelinegra de su amado novio.

-¡Oye! ¡Se puede saber que haces, estoy besando a mi prometido! -dijo enojada al sentir el brusco empujón.

-¡¿Prometido?! - gritaron al unísono Killer y Penguin más que sorprendidos.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer...

Por favor... este fue el capitulo mas largo... y emocional que escrito en toda mi miserable existencia....NO QUIERO QUE SIENTAN LASTIMA POR MI... ese es el peor sentimiento que existe en este maldito mundo de mierda... lo siento... 

Traducción de la canción.

Si todo esta acabado.
Aunque mis odios permanezcan cerrados, te oigo hablarme.
Tus palabras están siendo arrastradas.
No pueden traer alivio a medida que corren hacia el mañana.
En la noche incluso cuando la oración ha desaparecido.
Vas hacia aquello en lo que crees.
Las estrellas fugaces color de lágrima pasan.
De modo que pueden burlarse de ti.
No existen las cosas incambiables ni sus similares.
Incluso si la vida mortal llega a su fin, este amor no podrá borrarse.
Eso es vivir por siempre.
Incluso cuando en la oscuridad se oculta el sueño.
Tengo un arcoiris.
Arcoiris en mis manos.
Atravesando en el interior de tu corazón, una voz habla.
"Puedes borrar incluso las cosas incambiables" 
Orando ante la verdad en la mañana.
El amor regresara una vez más a este lugar.
El amor nunca muere.
El amor nunca finge.
El amor jamás se desvanece.
Aunque la vida mortal algún día termine, este amor no podrá borrarse.
Es algo que vivirá por siempre.
Escapando de la oscuridad.
Cuando pases a los fantasmas.
Congelados en el tiempo.
El amor esta esperando sobre el arcoiris.
Miles de rayos de luz están a la espera.
Tienes un arcoiris.
Arcoiris en tus manos.

 


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