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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Chanshik siguió la mirada de Jinyoung y se volvió. Su rostro se crispó de repente. ¿Qué iba a hacer Jinki? ¿Era un enemigo o no?

Lee Jin Ki se quedó allí, mirándolos fijamente. Jinyoung sintió que su campo de visión se estrechaba por la tensión, igual que ocurre en un coche con alta velocidad, pero por el rabillo del ojo aún fue capaz de distinguir la gran hacha que Jinki traía en la mano derecha.

Como un acto reflejo, Jinyoung se llevó la mano al cuchillo que llevaba en el cinturón.

Aquello lo desencadenó todo. Jinki contrajo la mano en la que llevaba le hacha y entonces comenzó a correr hacia ellos.

Jinyoung empujó a Chanshik, que todavía tenía el gato en brazos, hacia los arbustos.

Jinki ya estaba justo delante de él.

Jinyoung rápidamente levantó su mochila. El hacha fue a clavarse directamente en ella, rajándola y dispersando su contenido por el suelo. El agua estalló cuando la botella recibió el golpe. El filo alcanzó el brazo de Jinyoung. Un dolor punzante recorrió su piel.

Arrojó al suelo la mochila destrozada y se giró para ganar distancia. El rostro de Jinki estaba tan tenso que el blanco de sus ojos parecía inyectado en sangre.

Jinyoung no podía creérselo. Sí, estaban en una situación extrema, y él también había desconfiado durante unos instantes, pero ¿cómo podía…? ¿Cómo era posible que aquel muchacho, tan alegre y agradable, estuviera haciendo aquello?

Jinki rápidamente se volvió hacia donde estaba Chanshik. El rostro y los labios de él se congelaron ante la mirada de Jinki. El gato ya había huido.

De repente, Jinki se giró hacia Jinyoung y esgrimió su hacha hacia ambos lados.

Jinyoung paró el golpe que le lanzó Jinki con el cuchillo. Por desgracia, todavía no lo había desenfundado, pero, en cualquier caso, se produjo un chasquido metálico. Consiguió para el golpe a menos de cinco centímetros en su mejilla. Jinyoung pudo ver las ondulaciones azuladas en la hoja del hacha, probablemente formadas cuando se forjó.

Antes de que Jinki pudiera retirarse, Jinyoung desenfundó su cuchillo y agarró el brazo con que su contrincante sostenía el hacha. Jinki intentó darle otro golpe; fue lento, pero consiguió rozar el lado derecho de la cabeza de Jinyoung. Volaron algunos cabellos ligeramente ondulados por encima de la oreja derecha, y un afilado rasguño le hirió el lóbulo de la oreja. No le dolió mucho. Una idea tonta, ridícula, cruzó su mente: “Bueno, no es una gran pérdida. Sunwoo incluso tiene un pendiente”.

Jinki se cambió el hacha de mano, pero antes de que pudiera golpear de nuevo a Jinyoung, este la barrió los pies con la pierna izquierda. Las rodillas de Jinki se doblaron. “¡Eso es! ¡Cáete!”.

Pero consiguió mantenerse en pie, se tambaleó y luego avanzó por un lateral, abalanzándose contra Jinyoung, que retrocedió internándose en los arbustos. Todo eran ruidos de ramas quebrándose.

Jinyoung siguió retrocediendo. Forzado por la increíble fuerza de Jinki, estaba prácticamente corriendo hacia atrás. El rostro de Chanshik desapareció de su vista. En aquella irreal situación, otro pensamiento absurdo cruzó su mente. Se acordó de los entrenamientos en la Liga Infantil de Béisbol. “Jung Jin Young, el campeón, un especialista corriendo hacia atrás, ¡bravo!”.

Entonces sus pies notaron algo raro.

De repente recordó que había una fuerte pendiente que bajaba hasta la llanura donde se encontraba el templo síntoista.

“¡Me caigo!”.

Los dos rodaron dando tumbos por la ladera atestados de arbustos. El brillante cielo matutino y manchas verdes de follaje por todas partes. Pero aun así consiguió sujetar la muñeca de Jinki.

Le pareció como si estuvieran cayendo desde una enorme altura, pero probablemente solo era una ladera de unos diez metros o así. Sus cuerpos se estamparon contra el suelo con un golpe sordo, y allí se quedaron inmóviles.

La zona estaba bañada en sol. Habían caído en la llanura.

Jinyoung estaba aplastado bajo Jinki. Se retorció sobre sí mismo para intentar levantarse antes que su rival y… Pero entonces fue cuando notó algo raro. Aunque Jinki había ido a por él con la fuerza de un compresor de aire, el vigor de sus brazos parecía haberle abandonado por completo en ese momento. Estaban fláccidos.

Jinyoung levantó la mirada, desde el pecho de Jinki, y vio por qué.

Justo por encima de él, el hacha se había clavado en la cara de Jinki. La mirad de la hoja que había quedado fuera parecía la última capa de chocolate de un pastel de Navidad. El hacha había ido a parar a su frente y le había partido limpiamente en dos el ojo izquierdo. Un líquido viscoso resbalaba mezclado con la sangre, y la hoja que estaba dentro de la boca reflejaba un luminoso azul claro.

Jinki aún seguía aferrado al hacha, pero era Jinyoung quien sostenía sus muñecas. Jinyoung sintió una horrible corriendo a la velocidad de la luz desde el rostro de Jinki hasta sus muñecas.

Como si estuviera siguiendo el rastro de esa sensación, la sangre resbalaba por la hoja, fluyendo desde Jinki hasta las manos de Jinyoung, quien dejó escapar un grave quejido, soltó las muñecas de Jinki y salió de debajo del cadáver. El cuerpo de Jinki rodó hasta caer de espaldas. El aterrador espectáculo de un rostro muerto oscureció la luz de la mañana.

Resoplando y jadeando, Jinyoung sintió una náusea inaplazable.

El insoportable horror de la cara partida de Jinki no era una tontería, pero para Jinyoung había un horror aún mayor. Sí. Había matado a una persona. Pero aún, a un compañero de clase.

De nada servía autoconvencerse de que había sido un accidente. Después de todo, había hecho todo lo posible por rechazar el hacha, y después dobló las muñecas de Jinyoung todo lo que pudo para dirigir el filo hacia su cara.

Se sintió increíblemente mareado y con ganas de vomitar. Pero tragó saliva y consiguió mitigar la náusea. Levantó la cabeza y miró hacia arriba, a la cuesta por la que habían bajado dando tumbos.

No podía ver más allá de los arbustos que cubrían la loma. Había dejado solo a Chanshik. “Lo más importante ahora es proteger a Chanshik”, pensó Jinyoung. No tenía tiempo que perder. “Tengo que volver enseguida con Chanshik”, se dijo, como si aquellos pensamientos pudieron tranquilizarlo. Se puso en pie y miró fijamente el rostro de Jinki y el hacha duran un instante.

Dudó un poco, pero luego apretó los labios y apartó con dificultad los dedos de Jinki del mango del hacha. Simplemente no podía dejarlo así. Desde luego, no tenía tiempo para enterrarlo, pero el hacha en su cara era demasiado. No podía soportarlo. Agarró el mango e intentó arrancar el hacha de la cabeza de Jinki.

El hacha se había alojado tan profundamente en la cara de Jinki que parecía como si hubiera nacido con ella clavada en el cráneo.

Jinyoung inspiró profundamente. “Oh, Dios mío”.

Luego pensó en su exclamación… “No. ¿Qué tiene que ver esto con Dios? La señorita Kwon era una devota cristiana, pero su fe en Él no le srivió de nada cuando acabó siendo violada por Park Jung Min. Alabado sea el Señor”.

Jinyoung sintió otra oleada de furia.

Apretó de los dientes, se arrodilló junto a la cabeza de Jinki y colocó una mano temblorosa sobre la frente de su compañero de clase. Con la mano derecha tiró del hacha, lo cual provocó un horrible borboteo cuando la hoja por fin se liberó, y la sangre fluyó libre por toda la cara de Jinki.

Le pareció como si estuviera en una pesadilla. Partida por la mitad, la cabeza de Jinki ahora era asimétrica. Parecía demasiado irreal, como un maniquí de plástico. Jinyoung se dio cuenta por primera vez en su vida de lo leve y frágil que es el cuerpo humano.

Renunció a intentar cerrar los ojos de Jinki. Su globo ocular izquierdo y el párpado estaba hendidos, y este último estaba tan magullado que sería imposible cerrarlo. A lo mejor el ocho derecho podría cerrarse mejor, pero dejar un cadáver guiñando el ojo era aún peor. Sería de mal gusto, dadas las circunstancias.

Volvió a sentirse mareado.

Pero se puso otra vez de pie y miró a su alrededor. Pare regresar con Chanshik tendría que dar un buen rodeo por el sendero que subía hacia arriba.

Sin embargo, Jinyoung se quedó boquiabierto porque…

Había un chico de piel blanca y cabello bien peinado, con chaqueta del colegio en mitad de la llanura… El primer delegado de la clase, Lee Ki Seop.

Y su delegado tenía en la mano una pistola.

 

Estudiante número 27, Lee Jin Ki: Muerto.

 

 

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