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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Notas del capitulo:

El capitulo de Mir :D

Si... no es que su personaje tenga muchas luces xD

Bang Cheol Yon (el estudiante número 2 al que todos llamaban Mir) se incorporó cuando oyó aquel leve crujido. Procedía de la arboleda que se encontraba a los pies de la colina del norte, ligeramente hacia el este de la región central de la isla. En el mapa estaba encuadrada en el sector F-8.

Se aferró con fuerza a su arma. La pistola era una pequeña SIG-Sauer P230 9 mm automática.

Parecía incluso grande en las pequeñas manos de Mir.

Sin darse cuenta, Mir se iba mordiendo el labio. Había estado escuchando el mismo ruidillo una y otra vez casi desde que había encontrado aquel escondite. Y cada vez que lo oía, se sentía aterrorizado… luego sentía un profundo alivio cuando se daba cuenta de que aquellos ruidillos solo los causaban el viento o algún pequeño animal (¿un gato callejero asilvestrado, tal vez?). Pero eso no menguaba su terror. Se mordía y se cortaba el labio, que ahora estaba cubierto de heridas que se habían convertido en costras. «Puede… puede que esta vez sea un enemigo. Un enemigo… seguro…».

Alguno de sus compañeros de clase lo atacaría.

Cuando él abandonó la escuela, oyó una voz procedente de los bosques que tenía delante. Era la voz del segundo delegado de clase, Kim Ki Bum. Luego vio otras figuras junto a Key en la oscura arboleda. Llamándola desde lo oscuro, Ke le gritó en un susurro, pero con voz claramente audible:

-¡Mir! ¡Ven con nosotros! ¡Ven, estarás a salvo con nosotros!

Pero… ¿cómo iba a atreverse? ¿Cómo podía fiarse de nadie en aquellas circunstancias? Si se quedaba con ellos, tendría que estar vigilando constantemente sus espaldas. Mir corrió en dirección opuesta al lugar de donde procedía la invitación de Kibum, y ahora estaba allí, solo. ¿Y aquello que se oía… era el ruido de un enemigo aproximándose?

Aguardó durante un rato, sujetando la pistola con ambas manos, pero el ruido cesó.

Esperó un poco más. El ruido había desaparecido.

   Mir dejó escapar un suspiro de alivio. Se dejó caer de rodillas y se acurrucó entre los arbustos.

Las hojas que le rozaban las mejillas la irritaban, así que cambió de posición. Con la palma de las manos, se frotó la cara allí donde las hojas la habían tocado. Las espinillas ya la habían incordiado lo suficiente. No quería que su cara se llenara de sarpullidos por alguna ortiga. Aunque fuera a morir pronto, no quería que le ocurriera aquello.

Sintió que un escalofrío recorría su espalda. «¿Morir? ¿Voy a morir? ¿Será posible que de verdad vaya a morir?».

El solo pensamiento de morir fue suficiente para conseguir que su corazón latiera desbocado. Se sentía como si fuera a sufrir un infarto.

«¿Voy a morir? ¿Voy a morir?». Igual que un reproductor viejo de CD, incapaz de saltar una imperfección del disco, aquellas reiterativas palabras saltaban una y otra vez y se repetían en el interior de su cabeza. «¿Voy a morir?».

Mir se aferró desesperadamente a su móvil, aunque no pudiera usarlo, le transmitía cierta y extraña confianza. La pantalla táctil del móvil se iluminó, y un rostro bien parecido, de cabello oscuro y corto, sonrió a Mir desde el fondo de pantalla.

Mientras permanecía concentrado en la pantalla, el pulso de Mir consiguió ralentizarse poco a poco y volver a su ritmo normal.

Era una foto de Lee Joon, del grupo pop MBLAQ. Era el miembro del grupo que tenía más éxito entre los jóvenes. Aquella imagen solo estaba al alcance de los miembros del club de fans que tenían acceso a la red social del ídolo pop. Mir estaba orgulloso de saber que él era el único estudiante de su escuela que tenía la foto. (Por supuesto, a la mayoría de los chicos eso le importaba un bledo. Además, si se buscaba bien cualquiera podía tener acceso a la foto. Pero Mir no pensaba así.)

«Oh, Lee Joon. Estoy bien, estoy bien, ¿o no? Tú me proteges, tú me proteges, ¿verdad?».

Creyó que Lee Joon le estaba hablando. «Todo va bien. Por supuesto que vas a estar bien. ¿Quieres que te cante tu canción favorita, «Mona Lisa»? La respiración de Mir se tranquilizó un poco. Luego, le preguntó a la foto:

-Dime, Joon. ¿Debería haberme ido con Key? Me pregunto si eso me habría salvado la vida.

No, imposible.

Una lágrima rodó por las mejillas de Mir.

¿Cómo era posible que estuviera ocurriendo aquello? Quería ver a su mamá. Quería ver a su papá. Quería ver a su hermana y a los buenos de sus abuelos. Quería darse un baño, ponerse crema maquilladora para aclarar su piel, y luego sentarse en el cómodo sillón de su comedor mientras se tomaba a sorbitos su tazón de cacao y miraba un vídeo de un programa de televisión donde salían los MBLAQ… aunque había visto ese programa ya un montón de veces.

-Joon, ayúdame. Por favor… Me parece que me voy a volver loco.

Y en el mismo momento en que se oyó decir aquellas palabras en voz alta, Mir sintió como si de verdad estuviera a punto de perder el juicio. Se le estaba yendo la cabeza. De repente sintió náuseas y ganas de vomitar. Y empezó a llorar desesperado.

De repente oyó otro crujido a sus espaldas, y su cuerpo se estremeció. Aquel ruido había sido mucho más fuerte que los otros.

Con los ojos anegados en lágrimas, se volvió.

Había un chico mirándolo a través de los arbustos. Era Huan Zi Tao (el estudiante número 11).

¡Lo estaba acechando!

Mir estaba completamente aterrorizado y demasiado aturdido como para pensar cuando levantó el arma y apretó el gatillo. Sus muñecas sintieron el retroceso cuando sonó el estallido del disparo. Un cartucho dorado voló por los aires, y los rayos del sol se reflejaron en él mientras brillaba entre las ramas de los arbustos.

Tao ya había desaparecido en lo más profundo del bosque. Los crujidos y susurros continuaron durante un rato y luego desaparecieron.

Mir estaba temblando. Todavía mantenía en alto la pistola. Luego agarró sus pertenencias y corrió en dirección opuesta a la que había tomado Tao. Mientras él corría, su mente se desbocaba.

Estaba seguro de que Huang Zi Tao estaba intentando matarlo. ¿Por qué, si no, habría estado allí acechando sin decir nada? Huang Zi Tao probablemente no tenía una pistola. «Vio que yo sí la tenía y salió corriendo aterrorizado. Si no lo hubiera visto… y le hubiera disparado, ese Huang Zi Tao probablemente me habría clavado un cuchillo en el pecho o algo. ¡Un cuchillo! Tengo que andarme con cuidado. Tengo que dispararle a cualquiera que se cruce en mi camino. Sin piedad. O de lo contrario… acabaré muerto… ¡muerto!».

«Oh… no… No soporto esto ni un minuto más. Quiero irme a casa. Tomar un baño. Crema blanqueadora. ¡Cacao! Vídeo. MBLAQ. Joon. Sin piedad. Dispara. ¡Dispara! Cacao. Joon. ¡Crema! ¡Blanqueadora! Sin piedad, Joon».

Las lágrimas se derramaban a borbotones por las mejillas de Mir. La pantalla del móvil seguía encendida, y la alegre cara de Lee Joon oscilaba violentamente de un lado a otro, y de arriba abajo.

«Sin piedad, Joon. ¡Me van a matar! Dispara. Mamá. ¡Hermanita! Papá. ¡Dispara! ¡Dispara! Hay un nuevo disco…».

Cheolyong estaba perdiendo el juicio.

 

 

 

QUEDAN 25 ESTUDIANTES

Notas finales:

Dejen RW's!


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