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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Notas del capitulo:

Volvi! Con varios capitulos como prometí!

-Baja - dijo Yonghwa.

Escrutaba cuidadosamente toda la zona mientras sujetaba en alto su recortada. Cargando con Chanshik a su espalda, Jinyoung obedeció. La zona era una umbría bajo un gran olmo. Seguramente para entonces ya debían de haber cubierto dos tercios de la distancia que les separaba del consultorio médico. Estarían tal vez en los alrededores del sector F-6 o F-7. Si habían tomado la dirección correcta (Yonghwa iba guiándolos, así que no podían estar muy lejos), el edificio de la escuela pronto aparecería delante de ellos, a su derecha.

Alejándose de la orilla, primero cruzaron por el sector C-4. Luego siguieron hacia el este rodeando las estribaciones de la montaña septentrional. Moverse en pleno día resultó ser bastante difícil.

Avanzaban un poco y luego tenían que detenerse para coger resuello. Y cuando debían atravesar una zona de densa vegetación, Yonghwa lanzaba unas cuantas piedras para asegurarse de que no había nadie escondido por allí. Les había llevado más de media hora llegar adonde estaban.

La respiración de Chanshik aún era muy irregular.

Jinyoung volvió la cabeza hacia atrás, igual que hacen los padres con los niños pequeños a los que llevan a la espalda, y le dijo:

-Ya casi estamos, Chanshik.

-M… m… -musitó el joven.

-Muy bien, andando -dijo Yonghwa-. Ahora vamos a ir hasta aquel árbol que hay allí.

-Entendido.

Jinyung se puso en marcha y avanzó por aquel terreno suave y herboso que debía de haber sido el prado de una granja. Yonghwa iba a su lado, sujetando las pertenencias de los tres en la mano izquierda y la recortada en la derecha, indicando las direcciones con un gesto de la cabeza. El cañón de la recortada apuntaba en la misma dirección que su cabeza.

Llegaron a un árbol pequeño y se detuvieron. Jinyoung inspiró profundamente.

-¿Estás bien, Jinyoung?

Este esbozó una sonrisa.

-Chanshik no pesa nada.

-Podemos tomarnos un descanso.

-No -dijo Jinyoung negando con la cabeza-. Quiero llegar allí lo antes posible.

-De acuerdo -dijo Yonghwa, pero Jinyoung parecía inseguro. A lo mejor se estaba comportando como un idiota. Siempre acababa sacando conclusiones erróneas, equivocándose al evaluar los detalles importantes.

-Yonghwa.

-¿Qué?

-¿Esta señal en el mapa indicará de verdad una clínica?

Yonghwa desvió la mirada.

-Creo que tú has sido el único que ha dicho que lo era.

-No, eso fue…

Jinyoung estaba apesadumbrado, pero Yonghwa añadió inmediatamente.

-No te preocupes: es una clínica. Lo he comprobado.

-¿Sí?

-Ajá, estuve dando vueltas toda la noche por la isla antes de encontrarlos. Debería haber tenido la previsión de coger algunas medicinas más. No pensé que las necesitara.

Jinyoung dejó escapar un suspiro de alivio. Luego se culpó por no obrar correctamente. Debería ser más consciente y prudente. O de lo contrario, acabaría consiguiendo solo que lo mataran a él y a Chanshik.

Incluso mientras hablaban, Yonghwa estaba buscando el siguiente punto de destino.

-Muy bien…

Entonces escucharon el disparo. Yonghwa se quedó petrificado. Se agachó nervioso y escrutó con la mirada toda la zona. Jinyoung había sido demasiado optimista al confiar en que pudieran llegar a las instalaciones de la clínica sin ningún obstáculo.

Pero no había nadie a la vista.

Jinyoung observó a Yonghwa, que estiró el brazo izquierdo como para protegerlos y miró hacia su izquierda, hacia donde se encaminaban. Había una suave pendiente que conducía a un grupo de pinos altos, aproximadamente a diez metros, que impedían ver qué había más allá. ¿Pretendería Yonghwa que se adentraran allí?

Jinyoung finalmente dejó escapar el aire que había contenido.

-Está bien… -dijo Yonghwacon un susurro-. Nosotros no somos el objetivo.

Jinyoung decidió no sacar su pistola y, aún cargando con Chanshik, dijo:

-Ya se acabó.

Yonghwa asintió en silencio. Entonces los disparos continuaron. Dos. Y tres. El tercero, por alguna razón, pareció sonar con más potencia que los dos primeros. Luego hubo otro más. Fue un sonido más amortiguado.

-Una pelea a tiros -murmuró Yonghwa-. Parece que están muy animados.

Ahora que sabían que estaban a salvo, Jinyoung se sintió aliviado, pero siguió mordiéndose el labio.

Fueran quienes fueran, estaban intentando matarse unos a otros, a tiros. De hecho, aquello estaba ocurriendo muy cerca. Y lo único que él estaba intentando era quedarse quieto, esperando a que acabara. Aquello era simplemente intolerable…

La imagen del hombre de negro cruzó su pensamiento. «Muy bien, y tú serás el próximo, y tú. Afortunadamente, señor Jung, su hora aún no ha llegado».

Dándole la espalda a Jinyoung, Yonghwa dijo, como si pudiera leerle los pensamientos (¿no había dicho alguna tontería sobre algo de leer los pensamientos los días de buen tiempo?):

-Espero que no estés pensando en detenerlos, Jinyoung.

Este contuvo la respiración y luego farfulló:

-No…

Su prioridad ahora era llevar a Chanshik a la clínica. Si se enredaban en un combate con otros, acabarían arriesgando sus propias vidas.

Entonces, de repente, Chanshik le dijo desde atrás:

-Jinyoung…

Tenía una fiebre tan alta que podía sentirla a través de la espalda. Prácticamente solo susurraba.

Jinyoung volvió la cabeza y vio los ojos perdidos de Chanshik justo por detrás de su hombro.

-Déjame aquí… -dijo al final-. Tenemos que intentar… tenemos que asegurarnos… quien sea…

Sus palabras se entrecortaban con los jadeos de su respiración, pero él sabía qué estaba intentando decir. ¿Y si alguien que no quería participar, en otras palabras, un inocente, estaba a punto de caer asesinado en aquellos momentos? En realidad, ese podía ser el caso de cualquiera de los bandos que estaban intercambiando balazos.

La zona en la que estaban era una pendiente que caía directamente desde las montañas del norte donde Kim Min Seok y Woo Sung Hyun habían sido asesinados. Pero no habían estado oyendo una ametralladora. Por lo tanto, ninguno de los bandos que estaban en combate en aquel momento preciso los había matado a ellos. ¿Pero y si el asesino de Xiumin y Kevin había oído aquellos disparos?

Podía salir de cualquier parte en cualquier momento.

Se oyeron más intercambios de disparos. Y luego, silencio otra vez.

Jinyoung apretó los dientes. Rápidamente depositó a Chanshik en el suelo. Lo apoyó contra el tronco de un árbol, en el lugar donde estaban apostados, para que descansara.

Yonghwa se volvió.

-Oye, no irás a…

Jinyoung lo ignoró y le dijo a Chanshik:

-Voy a echar un vistazo.

Sacó su Smith & Wesson y le dijo a Shogo:

-Cuida de Chanshik.

-Oye… oye…

Desde luego, oyó a Yonghwa, pero ya se había alejado.

Escaló la loma con mucha precaución, vigilando cualquier movimiento a uno y otro lado, y se adentró en el bosque de coníferas.

Había una vegetación muy densa bajo los árboles. Jinyoung se adentró en la maleza. Puso cuerpo a tierra y avanzó sobre las largas y afiladas agujas que se le clavaban por todas partes.

Más disparos. Jinyoung al final alcanzó el borde del bosque y lentamente asomó la cabeza.

Había un viejo edificio de una sola planta con un techo a dos aguas, una típica granja. A su izquierda había un camino sin pavimentar. Una escarpadura montañosa rodeaba la propiedad más abajo, y la zona de arriba estaba cubierta por un denso bosque. Y más arriba incluso, se veía la plataforma de vigilancia de la montaña septentrional donde Xiumin y Kevin habían sido asesinados.

La granja quedaba a la izquierda de Jinyoung. Shin Dong Ho (el estudiante número 35) estaba agachado contra la pared, delante del edificio. Dongho estaba mirando más allá del huerto, a lo que parecía ser un cobertizo donde se guardan los aperos de labranza, justo al lado del camino de la entrada. Jinyoung pudo adivinar la figura de un chico en el cobertizo. Los dos estaban separados por menos de quince metros y ambos tenían pistolas en la mano.

No tenía ni idea de cómo habían acabado disparándose el uno al otro. Era posible que uno de ellos hubiera ido a buscar al otro, pero Jinyoung estaba casi seguro de que ese no era el caso. Probablemente se habían topado el uno con el otro, y como ninguno de los dos podía confiar en su compañero, habían acabado disparándose…

Todas aquellas suposiciones probablemente se basaban en la opinión favorable que le merecían los chicos, pero en cualquier caso no podía quedarse sentado y dejar que se mataran. Tenía que detenerlos.

Mientras Jinyoung intentaba imaginar cómo afrontar la situación, Mir asomó la cabeza por la entrada del cobertizo y disparó a Dongho. Manejaba el arma como un niño jugando con una pistola de agua, pero a diferencia de lo que pasaba en el juguete, lo que sonó fue un disparo y un pequeño casquillo metálico voló en el aire. Dongho respondió con dos disparos. Este agarraba la pistola bien, y sus casquillos no salieron volando. Una de sus balas impactó contra una viga del cobertizo, que estalló en polvo de serrín. Mir inmediatamente escondió la cabeza.

Desde donde se encontraba, Jinyoung podía observar perfectamente a Dongho, y vio cómo abría el cargador cilíndrico del revólver para extraer los casquillos. Tenía la mano izquierda empapada en sangre. Puede que Mir la hubiera herido en el brazo, pero se las arregló para recargar la pistola rápidamente con aquella mano. Y volvió a apuntar a Mir.

Todo aquello ocurrió en cuestión de segundos, pero justo antes de que estuviera a punto de actuar,

Jinyoung se sintió otra vez abrumado por la sensación de estar atrapado en una pesadilla. Bang Cheol Yong adoraba a los ídolos del pop, y a menudo hablaba de sus estrellas favoritas con sus amigos, o compartía una foto que había hecho en un concierto, con una emoción desbordante. Y luego estaba Shin Dong Ho, que solía andar con Choi Jun Hong, así que seguramente era el que tenía la culpa.

Pero ambos eran estudiantes de tercer curso en el instituto, y amoas tenían cualidades encantadoras. Y ahora los dos se estaban disparando uno al otro. En serio, con balas reales. Obviamente.

«Tengo que hacer algo ya».

Jinyoung se incorporó y disparó su Smith & Wesson al aire. «Ah, genial, ahora me pongo a jugar a ser el sheriff…»., pensó por un momento. Pero sin dudarlo, gritó:

-¡Alto!

Dongho y Mir se quedaron helados y entonces los dos se volvieron hacia Jinyoung.

-¡Déjenlo ya! ¡Estoy con Gong Chan Shik! -Creyó que lo mejor sería no mencionar el nombre de Yonghwa, de momento-. ¡Pueden confiar en mí!

Cuando dijo aquello, se dio cuenta de lo patéticas que habían sonado sus palabras. Pero no encontró otra manera de decirlo.

Dongho fue el primero en apartar la mirada de Jinyoung y volverse hacia Mir. Y este estaba embelesado mirando a Jinyoung.

Jinyoung se dio cuenta en aquel momento de que Mir se había adelantado y se asomaba por la puerta… Estaba a merced del otro en ese momento.

Lo que ocurrió a continuación le recordó un accidente de tráfico del que había sido testigo en cierta ocasión. Ocurrió una tarde de otoño antes de que hubiera cumplido los once años. Quizá el conductor se había quedado dormido o algo. Perdió el control de su camión, embistió contra el guardarraíl, se subió a la acera y atropelló a una niña pequeña que volvía a casa andando de la escuela, igual que Jinyoung, que iba detrás de ella. Fue increíble, pero la cartera, que llevaba a la espalda, se le desprendió de los hombros y voló por el aire, trazando una trayectoria distinta a la del cuerpo de la cría. La niña aterrizó en la acera antes que la cartera, cayendo sobre su espalda. Detenida por un muro de cemento, se arrastró por la acera y luego se quedó allí inmóvil. La sangre dejó un rastro de más de un metro de largo en la parte de abajo del muro de cemento.

Todo pareció… desde el momento en que el camión se salió de la calzada y embistió a la niña, como si todo sucediera a cámara lenta. Cualquiera hubiera podido decir qué iba a ocurrir, pero no hubo nadie que lo hiciera. Eso fue lo que le pareció a Jinyoung.

Dongho apuntó y disparó a Mir, que había bajado completamente la guardia. Dos disparos seguidos. El primero le dio a Mir en el hombro, haciéndolo girar media vuelta hacia la derecha. El segundo le dio en la cabeza. Jinyoung vio cómo una parte de la cabeza le reventaba, desde la base del cráneo por la izquierda.

Mir se derrumbó enfrente de la puerta del cobertizo.

Dongho volvió la mirada a Jinyoung.

Luego se giró y salió corriendo, hacia el oeste, por donde habían venido Jinyoung y sus compañeros.

Corrió hacia los bosques y desapareció de su vista.

-¡Maldita sea!

Jinyoung gruñó. Después de algunas dudas, corrió hacia el cobertizo, donde se había derrumbado Mir.

Este estaba tendida de espaldas, con las piernas todavía dentro del cobertizo, que solo albergaba un decrépito tractor. Su cuerpo permanecía retorcido mientras la sangre fluía por la comisura de sus labios, mezclada con la que le caía de la cabeza y las heridas del hombro, y se reunía en un charco, en el suelo de cemento del cobertizo. Unas diminutas partículas del polvo que había en el suelo empezaron a flotar en la superficie del charco. Sus ojos estaban inmóviles y fijos, mirando al cielo.

El blanco de su móvil brillaba dentro del saco escolar azul marino, pareciendo un diamante dentro de un estuche de sangre. Un famoso cantante, un ídolo pop, seguía sonriendo alegremente en la pantalla.

Jinyoung estaba temblando cuando se arrodilló a su lado.

«Mierda… qué demon… este niño… ya no podrá hablar de sus ídolos pop. Ya no podrá ir a sus conciertos. Si hubiera tenido más cuidado… a lo mejor no lo habrían matado…».

Oyó un ruido y se dio la vuelta. Era Yonghwa, sujetando a Chanshik con un brazo mientras salían del bosque.

Yonghwa dejó al chico allí y corrió hacia donde estaba Jinyoung.

La expresión en el gesto de Yonghwa parecía decir: «¿Lo ves? Ya te lo dije», pero no pronunció ni una sola palabra. Simplemente cogió la pistola de Miry su mochila, y luego, como si se le hubiera ocurrido de pronto, se agachó y le cerró los ojos con los pulgares al muchacho. Luego le dijo a Jinyoung:

-Tenemos que irnos. Deprisa.

Sabía que era peligroso. Cualquiera -sobre todo el asesino de la ametralladora- podría haber oído los disparos y presentarse por sorpresa.

Sin embargo, la mirada de Jinyoung permaneció clavada en el cadáver de Mir hasta que Yonghwa lo cogió del brazo.

 

 

Estudiante número 2, Bang Cheol Yong: Muerto

 

 

 

 

QUEDAN 22 ESTUDIANTES

 


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