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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Chanshik se quedó dormido casi inmediatamente. Shuya comprobó que la punzada de la jeringuilla no estuviera sangrando, y luego retiró el algodón, le metió el brazo por debajo de la manta y salió de la sala.

Las dependencias privadas del médico estaban en la puerta de al lado de la sala de reconocimientos. Había una cocina al final del pasillo, a la derecha. Allí estaba Yonghwa. La cocina de gas que había junto al fregadero no funcionaba, pero había una gran olla llena de agua y, debajo, un montón de carbón que estaba al rojo vivo.

Yonghwa estaba encima de una mesa, curioseando en unos armarios colgantes que había sobre el fregadero. Por vez primera, Jinyoung se dio cuenta de que Yonghwa llevaba unas zapatillas Converse.

Había dado por supuesto que eran una marca del país, como Aboki o Camel. Converse.

Nunca las había visto.

En fin.

-¿Qué estás haciendo? -le preguntó.

-Buscando comida. Encontré un poco de arroz y algas, pero nada más. Las verduras de la nevera están podridas.

Jinyoung meneó la cabeza.

-Estás robando.

-Pues claro -dijo Yonghwa secamente, y luego añadió mientras seguía revolviéndolo todo en el armario-: Olvídalo. Y estáte atento. Cualquiera podría presentarse en cualquier momento. Si el de la ametralladora se presenta aquí, estamos muertos. Así que ándate con ojo.

-De acuerdo-contestó Jinyoung.

Yonghwa saltó de la mesa. Las Converse chillaron sobre el suelo.

-¿Se ha dormido? -preguntó.

Jinyoung asintió.

Yonghwa sacó otra cazuela de debajo del fregadero, se acercó al bote de arroz que había en una esquina y echó su contenido en la cazuela.

-Así que vas a poner a cocer arroz.

-Ajá. Chanshik no se va a reponer comiendo ese pan de mierda.

Yonghwa extrajo un bol de agua del cubo del suelo y lo derramó en la cazuela. Escurrió el arroz y solo le cambió el agua una vez. Junto a la olla con agua hirviendo colocó varios trozos de carbón que sacó de su mochila, sobre el otro quemador, y luego sacó un paquete de cigarrillos y los vació en su bolsillo. Luego arrugó el paquete, lo encendió con un mechero y prendió el carbón. Una vez que este prendió, puso la cazuela de arroz, tapada, al fuego. Resultaba impresionante.

-Rayos… -dijo Jinyoung.

Yonghwa se tomó un respiro mientras se encendía un cigarrillo y miró a Jinyoung.

-Lo haces todo bien -le dijo Jinyoung.

-¿Ah, sí? -contestó Yonghwa despreocupadamente.

Pero había algo más que aún vibraba en la cabeza de Jinyoung. El momento en que Bang Cheol Yong fue asesinada… Si hubiera estado allí Yonghwa en vez de él, las consecuencias no habrían sido tan horribles, eso pensaba.

-¿Estás todavía tocado por lo de Cheolyong? -dijo Yonghwa. Una vez más, sus poderes mediúmnicos se habían puesto en acción. Los rayos de sol no llegaban hasta el interior de la cocina, donde estaban, pero eso no parecía afectarle.

Yonghwa movió la cabeza.

-No permitas que te afecte. Era una situación muy rara. Hiciste lo que pudiste.

La voz de Yonghes sonaba amable, pero Jinyoung solo miraba al suelo. El cadáver de Bang Cheol Yong, derrumbado de lado en el interior de un cobertizo maloliente. El charco de sangre que aumentaba gradualmente, rezumando de las heridas. A esas alturas ya estaría coagulada. Pero el cuerpo todavía permanecería allí, sin ninguna ceremonia, solo, allí tirado, como un maniquí inservible, desvencijado en el suelo de aquel cobertizo. Por supuesto, en ese sentido, él no era una excepción respecto a Lee Jin Ki, Lee Ki Seop, Woo Sung Hyun y Kim Min Seok. Todo el mundo estaba en el mismo saco.

Sintió como si tuviera ganas de vomitar. Todos estaban tirados por ahí, en el suelo. Ya casi eran veinte muertos.

-Yonghwa… -dijo casi sin querer.

Como única respuesta Yonghwa inclinó la cabeza y movió ligeramente la mano en la que sostenía el cigarrillo.

-¿Qué pasa con los muertos… con sus cuerpos? -preguntó Jinyoung-. ¿Se van a quedar ahí hasta que acabe este estúpido juego? ¿Simplemente se van a empezar a pudrir mientras sigue el juego o…?

Yonghwa contestó como si se tratara de una cuestión oficial.

-Exactamente. Cuando acabe, al día siguiente vendrá una brigada subcontratada de limpieza para ocuparse de ellos.

-¿Una brigada de limpieza? -dijo Jinyoung, mostrando los dientes.

-Sí. Se lo oí decir a uno que trabajaba para la subcontrata, así que estoy seguro de que es así. Los soldados de las Fuerzas de Defensa son demasiado finos para llevar a cabo esas tareas serviles. Por supuesto, unos funcionarios gubernamentales acompañan a la brigada de limpieza para retirar los collares y examinar los cuerpos. Ya sabes, así los medios de comunicación pueden informar sobre el número de muertes por estrangulación, por disparos y toda esa mierda…

Jinyoung estaba hundido. Recordó aquella parte final del reportaje en las noticias. Las incomprensibles causas de muerte y la cosificación de cada estudiante y su terrible destino.

Pero también se dio cuenta de una cosa y frunció el ceño.

Yonghwa lo advirtió, y preguntó:

-¿Qué pasa?

-Bueno, no tiene sentido… Me refiero a que estos… -Jinyoung se llevó la mano hacia el collar. Sus dedos tocaron su gélida superficie, una sensación que ya no le resultaba extraña-. Creía que esto de los collares era un secreto. ¿No deberían recogerlos antes de que unos obreros subcontratados los encontraran y los manipularan?

Yonghwa se encogió de hombros.

-La brigada de limpieza no tiene ni idea de lo que son ni para qué sirven. Probablemente darán por sentado que se utilizan como identificadores. El hombre con el que hablé ni siquiera se acordaba de ellos, hasta que yo se lo pregunté. Así que sin problemas… Pueden ocuparse de los collares después de que las brigadas de limpieza recuperen los cuerpos, ¿no?

Claro. Pero incluso así… había algo que aún le picaba la curiosidad.

-Espera… ¿Y si alguno de los collares estuviera defectuoso? Digamos, por ejemplo, que uno deja de funcionar y uno que está vivo se da por muerto… ¿No podría escapar ese estudiante? ¿No deberían confirmar todos los muertos justo después del juego?

Yonghwa levantó las cejas.

-Hablas como si trabajaras para el Gobierno.

-No… -tartamudeó-. Es solo que…

-Dudo que puedan salir defectuosos. Piénsalo. Si de verdad pudieran estropearse, este juego no podría desarrollarse convenientemente. Además, si un estudiante equipado con armas saliera vivo, no podrían andar comprobando los cadáveres. Se organizaría otra batalla. -Yonghwa dio otra calada cuando lo consideró más profundamente-. Bueno, es solo una suposición, pero me imagino que cada collar estará equipado con un sistema múltiple de modo que si uno falla, el otro entre en funcionamiento. Incluso aunque uno de los sistemas resultara defectuoso (y creo que las posibilidades de que eso ocurra son de una entre cien), si utilizan un sistema combinado, las probabilidades prácticamente se reducen a cero. En otras palabras -dijo, mirando a Jinyoung., sería imposible que pudiéramos escapar por esa razón.

Jinyoung lo comprendió. No veía ningún flanco por el que atacar. (Una vez más, no podía sino sentirse impresionado por la inteligencia de Yonghwa.)

Pero… entonces…

La cuestión que se prometió no preguntar volvió a cruzar su pensamiento… ¿cómo pensaba Yonghwa reventar un sistema perfecto a prueba de huidas?

Antes de que pudiera considerarlo, Yonghwa añadió:

-De todos modos, mira, tengo que disculparme.

-¿Por qué?

-Por Chanshik. Estaba equivocado. Deberíamos haberlo intentado curar antes.

-No… -Jinyoung negó con la cabeza-. Está bien. Gracias. Yo no habría podido hacer nada solo.

Yonghwa resopló y clavó su mirada en un punto indeterminado de la pared.

-Lo único que podemos hacer es esperar y ver. Si no es más que un resfriado, la fiebre bajará en cuanto haya descansado un rato. Y si resulta que es por la septicemia, entonces la medicina debería hacer efecto.

Jinyoung asintió. Gracias a Dios estaban con Yonghwa. Sin él, Jinyoung no podría haber hecho nada, y se habría visto condenado a mirar cómo se moría Chanshik. También lamentaba haberle dicho a Yonghwa que olvidara el acuerdo al que habían llegado y haberse puesto en marcha hacia la clínica. Era un arrebato de niño. Yonghwa debía de haber tomado su decisión después de sopesar cuidadosamente el riesgo de moverse durante el día frente a la extrema gravedad de Chanshik.

Jinyoung pensó que debería disculparse.

-Oye, lo siento. Por decirte que ibas a lo tuyo y todo eso. Es que estaba muy nervioso…

Todavía sin mirar a Jinyoung, Yonghwa sacudió la cabeza y sonrió.

-No. Tú tomaste la decisión adecuada. Fin de la conversación.

Jinyoung inspiró profundamente y decidió dejarlo correr. Luego le preguntó:

-¿Tu padre todavía ejerce la medicina?

Yonghwa negó con la cabeza y echó otra calada.

-No.

-¿Qué hace? ¿Sigue viviendo en Mokkpo?

-No. Murió -dijo Yonghwa sin mucho interés.

Jinyoung abrió los ojos, atónito.

-¿Cuándo?

-El año pasado, mientras yo estaba en el juego. Para cuando volví, ya había muerto. Seguramente tuvo una refriega con el Gobierno.

El rostro de Jinyoung se quedó petrificado. Estaba empezando a comprender el centelleo de los ojos de Yonghwa cuando dijo que iba a destrozar aquel puto país. Mientras Yonghwa se encontraba en el Programa, su padre debió intentar alguna clase de protesta y se encontró con una bala en la cabeza.

A Jinyoung se le ocurrió que los padres de algunos de sus compañeros de clase podrían haber acabado del mismo modo.

-Lo siento. No tenía intención de fisgonear en tu vida…

-No te preocupes.

Jinyoung permaneció un poco en silencio y luego planteó otra cuestión.

-¿Entonces te trasladaste a la Busan  con tu madre?

Yonghwa negó con la cabeza y volvió a contestar negativamente.

-No. Mi madre murió cuando yo era un niño. Tenía siete años. Murió por una enfermedad. Mi padre solía lamentar el hecho de que ni siquiera él pudo salvarla. Pero él estaba especializado en cirugía, como los abortos. Los trastornos mentales no eran su disciplina.

Jinyoung se disculpó otra vez.

-Lo siento.

Yonghwa empezó a reírse para dentro.

-Bueno, está bien. Ambos somos huérfanos, ¿no? Y es verdad eso de que al vencedor le dan una pensión vitalicia. He tenido lo suficiente para vivir. Aunque no dan tanto como dicen.

Las burbujas comenzaron a formarse en la base de la primera cazuela. El carbón bajo el cazo del arroz todavía estaba muy negro, pero el que había bajo la cazuela grande estaba al rojo vivo. El calor llegaba a la mesa donde se encontraban Jinyoung y Yonghwa, uno al lado del otro. Jinyoung se sentó en la mesa, que estaba cubierta con un hule de flores.

Sin mayores preámbulos, Yonghwa dijo de repente:

-Eran muy amigos Kang Dong Ho y tú.

Jinyoung se volvió hacia Yonghwa y escudriñó su perfil. Luego miró nuevamente al frente. Le pareció que hacía demasiado tiempo que no le dedicaba un pensamiento a Baekho. Se sintió un poco culpable por ello.

-Sí –contestó-. Nos conocíamos de toda la vida. -Tras titubear un poco, Jinyoung añadió-: Baekho estaba loco por Chanshik.

Yonghwa continuó fumando y escuchando.

Jinyoung se preguntó si debería continuar hablando y si debería decir lo que estaba a punto de contar.

Aquello no tenía nada que ver con Yonghwa, pero de todos modos decidió contárselo. Ahora él era un amigo. Estaba bien que lo supiera y, además, ahora tenían horas de sobra por delante en las que matar el tiempo.

-Baekho y yo vivíamos en ese orfanato que llaman Casa de Caridad…

-Ya lo sé.

Jinyoung asintió.

-Allí había todo tipo de muchachos. Yo acabé allí cuando tenía cinco años. Mis padres murieron en un accidente de tráfico, pero eso era poco frecuente. La mayoría de ellos…

Yonghwa terminó la frase.

-Acabaron allí por problemas… domésticos. Hijos ilegítimos.

Jinyoung asintió.

-Ya veo que lo sabes.

-Un poco.

Jinyoung inspiró profundamente.

-Bueno, Baekho era ilegítimo. Por supuesto, nadie en el orfanato se lo dijo, pero había modos de averiguarlo. Fue concebido en una «aventura ilegítima» y ambas partes se negaron a quedarse con él. Así que…

El agua empezó a burbujear.

-Recuerdo una cosa que me dijo una vez Baekho. Fue hace mucho tiempo, probablemente cuando todavía estábamos en primaria.

Jinyoung intentó recordar aquel momento. Estaban en un rincón del patio de la escuela, balanceándose hacia delante y hacia atrás en unos columpios de madera y cadenas de metal.

-Oye, Jinyoung. Estaba pensando… -dijo titubeando Baekho.

-¿Qué?

Jinyoung respondió con su tono de habitual despreocupación, pateando el suelo para empujar el columpio. Baekho no se esforzaba mucho y dejaba que le colgaran las piernas.

-Bueno… hum…

-¿Qué pasa? Suéltalo ya.

-Bueno… ¿Tú has estado enamorado de alguien?

-Ah, por favor… -dijo Jinyoung sonriendo. Ya sabía que era algo sobre las chicas-. Así que era eso. ¿Y qué pasa? ¿Estás colado por alguna o qué?

-Bueno… -Baekho eludió la cuestión y una vez más preguntó-: Bueno, ¿pero lo has estado o no?

Jinyoung se lo pensó.

-Humm…

Para entonces ya era conocido como Wild Seven, así que recibía abundantes cartas de amor. Pero hasta entonces no se había decantado por ninguna niña en particular. Al final, no sentiría nada por ninguna hasta que no conoció a Krystal Jung.

Así que contestó:

-Bueno, creo que hay algunas chicas geniales.

-¿Y de aquí? ¿No te has sentido atraído por ningún chico de aquí?

-Bueno…- Jinyoung frunció leve el ceño.- Hay algunos chicos geniales también.

Baekho no le contestó, así que Jinyoung dio por sentado que quería saber más. Así que continuó hablando en un tono frívolo:

-Tiffany no está mal. Me escribió una carta de amor. No le he… bueno… no le he respondido, todavía. Y de aquí está Key, ya sabes, Kim Ki Bum, que está en el equipo de voleibol. Es muy lindo. Ya sabes, muy simpático…

Baekho parecía pensativo.

-¿Qué pasa? Yo ya te lo he contado, ahora es tu turno. ¿Quién es?

Pero Baekho solo dijo:

-No, no es eso.

Jinyoung frunció el ceño.

-¿Y qué es entonces?

Jinyoung parecía bastante dubitativo, pero al final dijo:

-Verás, la verdad es que no lo entiendo…

-¿Eh?

-Me refiero… -Las piernas le colgaban lánguidamente en el columpio-. Creo que si uno está realmente enamorado de alguien, tiene que casarse, ¿no?

-Uf… sí… -Jinyoung contestó con cierto aire estupefacto en su rostro-. Sí… Si yo quisiera a alguien, me querría casar con esa persona… Quiero decir… que no siento eso por nadie ahora mismo…

-¿No te parece? -dijo Baekho, como si aquello fuera simplemente normal. Luego añadió-: Entonces, digamos que no te puedes casar por alguna razón. Si acabaras teniendo un niño con la chica, ¿no querrías ocuparte de él?

Jinyoung se sintió un poco incómodo. Solo tenía una idea muy precaria de cómo se hacían los niños.

-¿Tener un niño? Oye, pero si tú eres todavía uno. Esas son estupideces. Para que lo sepas, he oído que eso se hace…

Y fue entonces cuando Jinyoung por fin recordó que Baekho nació como resultado de una aventura extramatrimonial y que ninguno de sus padres quisieron quedarse con él. Atónito, se calló lo que estaba a punto de decir.

Baekho estaba observando ensimismado la puntera de sus zapatillas. Entonces, farfulló:

-Mis padres no hicieron eso.

Jinyoung de repente se sintió fatal por su amigo.

-Oye, vamos, Baek…

Baekho levantó la mirada hacia Jinyoung y dijo de un modo un tanto forzado:

-Así que… la verdad, no sé… Querer a alguien. No me parece a mí que me pueda interesar una cosa de ese tipo.

Jinyoung continuó empujando el columpio con las piernas, pero no tuvo más remedio que devolverle la mirada a Baekho. Se sentía como si le estuvieran hablando en un lenguaje de otro planeta. Al mismo tiempo, aquello sonaba como una terrible profecía.

-Creo…

Con las manos a ambos lados de su cintura, Jinyoung agarró las esquinas de la mesa cubierta de hule.

Yonghwa continuaba fumando, mirándolo de reojo.

-Creo que Baekho era mucho más maduro que yo en ese aspecto. Yo solo era un niño estúpido. Y desde aquel momento, Baekho no volvió a sacar el tema, incluso después de que entráramos en el insti y yo me enamorara de una chica. -Se refería a Krystal Jung-. Eso me preocupó un poco.

Otro borboteo.

-Pero entonces, un día, de repente, me dijo que le gustaba Chanshik. Yo actué como si no fuera gran cosa, pero me sentí muy feliz por él. Y eso fue, eso fue…

Jinyoung apartó la mirada de Yonghwa. Sabía que estaba a punto de llorar.

Después de que consiguiera contener sus lágrimas, añadió, sin mirar a Yonghwa:

-Eso fue solo hace… dos meses.

Yonghwa permaneció en silencio.

Jinyoung se volvió a mirar a su compañero.

-Así que, ya ves… tengo que proteger a Chanshik hasta el final.

Después de observar fijamente a Jinyoung durante un rato, Yonghwa solo dijo:

-Entiendo. -Y apagó el cigarro sobre el hule de la mesa.

-No se lo digas a Chanshik. Se lo contaré cuando hayamos salido de este juego.

Yonghwa asintió y contestó:

-De acuerdo.

 

 

 

QUEDAN 22 ESTUDIANTES

 


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