Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BATTLE ROYALE por SuperNova31

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, con este capitulo se termina la Segunda Parte. 

-¡Dongwoo! ¡Qué has hecho! -gritó Baro mientras corría hacia Lay. Se arrodilló a su lado y colocó las manos sobre su cuerpo, boquiabierto y asombrado. Luego, tras dudar durante un instante, le tocó el cuello. Tenía el rostro muy pálido-. Ha muerto.

CNU permaneció petrificado, todavía sosteniendo la pistola en la mano. Le pareció que era incapaz de pensar, pero lo hacía. «Vaya mierda», y su voz retumbó en el interior de su cráneo. Aunque parezca irrelevante, la voz retumbaba igual que cuando uno habla solo en la ducha. «Vaya mierda. Se supone que eras El Tercer Hombre , Shin Dong Woo, que nunca fallaba un disparo. El alero estrella del instituto de Choosen, Shin Don Woo, ¿eh?».

CNU se repuso y avanzó unos pasos. Como si de repente se hubiera convertido en un cíborg, sentía que su cuerpo le resultaba demasiado pesado. Un día, Shin Dong Woo se despertaría y descubriría que en realidad era Terminator. Genial.

Avanzó lentamente hacia el cadáver de Zhang Yi Xing.

Baro le lanzó una mirada furibunda.

-¿Por qué, Dongwoo? ¿Por qué tenías que matarlo?

Allí, inmóvil y de pie, CNU contestó:

-Pensé que tendríamos problemas si Lay tenía otra arma, además del cuchillo. Le apunté al brazo. No tenía intención de matarlo.

Al oír aquello, Baro examinó con más detenimiento el cadáver de Yixing. Como para confirmar su teoría, miró también en la mochila del estudiante muerto.

-¡No tenía nada! –dijo-. ¿Cómo has podido hacer esto, CNU? ¿Por qué no confiaste en él?

CNU de repente se sintió vacío. Pero era necesario. «Hey, ¿no he hecho nada malo, verdad? ¿Verdad que no?».

CNU bajó la mirada hacia Baro sin decir una palabra. Pero… sí, no importaba lo que hubiera sucedido: tenían que darse prisa. No podían permitirse que sus fallos los condujeran al fracaso.

Pero justo antes de que pronunciara aquellas palabras, algo cambió en el rostro de Baro.

Sus labios temblaron.

-Oh, no, Dongwoo… -dijo-. No me digas que tú…

CNU no tenía ni idea de a qué se estaba refiriendo su amigo.

-¿Que yo qué? -preguntó.

Baro rápidamente retrocedió. Se apartó de CNU y balbució entre sus labios temblorosos.

-Shinwoo, ¿no harías eso con la idea de…?

Los labios de Dongwoo se tensaron. Se aferró a la Beretta con la mano izquierda.

-¿Me estás diciendo que disparé a Lay para disponer de más tiempo? Eso es…

Baro negó frenéticamente con la cabeza. Luego retrocedió lentamente.

-No, no… Todo este plan…

CNU frunció el ceño y miró atónito a Baro. «Sunwoo, ¿adónde quieres llegar?».

-Toda esta historia sobre nuestra huida, era solo… era…

Baro era incapaz de hablar con sensatez y coherencia, pero CNU, cuya CPU mental era increíblemente rápida, comprendió al final lo que Baro estaba pensando.

«No, por Dios, no puede ser…».

Pero… ¿qué otra cosa podía ser?

Sunwoo estaba acusando a Dongwoo de no tener ninguna intención de escapar de la isla, de haber planeado todo aquello para participar en el juego de Jungmin. Por eso le había pegado un tiro a Yinxing.

El rostro de Dongwoo mostró un ademán de absoluta desesperación. Podía haberse quedado boquiabierto durante años ante aquella revelación.

Entonces, recobrándose, gritó:

-¡No seas idiota! ¿Por qué demonios iba a estar contigo si fuera así?

Baro estaba temblando, negando con la cabeza.

-Es… es…

Baro ya no dijo nada más, pero CNU de todos modos lo entendió. Probablemente quería decir que lo estaba utilizando para sobrevivir, por ejemplo, teniéndolo de vigilante para así poder dormir.

«Espera, espera un segundo, yo utilicé el portátil para joder a Jungmin, e incluso cuando eso falló, se me ocurrió este otro plan. Así que estás diciendo que como soy listo estaba jugando con el móvil y con la portátil para ganarme tu confianza y que mi intención oculta era utilizar la gasolina y el fertilizante para protegerme y ganar el juego. Que como solo tenía una pistola, un explosivo especial me vendría de perilla para sobrevivir en este juego. Que justo antes de llevar a cabo nuestro plan de bombardear la escuela, yo te iba a decir: “Bah, no, no lo vamos a hacer”. Y que te diría “Esto no va a funcionar”, igual que te dije eso mismo con lo del ordenador. Oye, mira, espera un segundo, ¿y entonces qué hacemos con el sedal que hemos colocado junto a la escuela? ¿Me estás diciendo que quería montar un negocio de móviles en esta isla donde todos los circuitos telefónicos se han cortado? ¿O me estás diciendo que era otra farsa? ¿O que tengo un plan que tú ni siquiera puedes sospechar?

»Cuando te dije que te ayudaría, después de que prometieras vengarte de la muerte de Kim Joon Myun, lloraste. ¿Mi respuesta fue también una farsa?

»Esto es demasiado, Sunwoo. Lo que quiero decir es que una vez que se desatan las sospechas, ya no hay modo de detenerlas. Pero estás yendo demasiado lejos. Esto es absurdo. De verdad, es de risa. Más divertido que tus chistes. A lo mejor estás perdiendo el control por el cansancio».

Eso era lo que CNU pensaba en un nivel racional. Y si pudiera haber examinado cada explicación paso a paso, Baro se habría dado cuenta de que sus sospechas no eran más que tonterías. Pero, en realidad, nada de lo que se le ocurría a CNU se correspondía con las sospechas de Baro. Podría haber sido un simple caso de cansancio unido a la conmoción de haber sido testigo de la muerte de un amigo íntimo, y que todo ello diera lugar al nacimiento de una sospecha en lo más recóndito del cerebro de Baro. Pero salió a la superficie porque lo que había en primer lugar, allí, en su cerebro, era una sospecha sobre CNU. Y la idea de que Baro sospechara de él nunca se le había pasado por la cabeza a CNU.

De repente, el agotamiento que sintió fue excesivo. Un motor de doce cilindros turbo en uve.

CNU le puso el seguro a la Beretta y se la lanzó a Baro. Este dudó, pero la cogió.

Agotado, CNU se apoyó con las manos en las rodillas.

-Si no confías en mí, pégame un tiro, Sunwoo. No me importa: tú solo pégame un tiro. - Poniéndose en cuclillas, añadió-: Disparé a Yixing para protegerte, Baro. Maldita sea.

Baro de repente lo miró con aire de no comprender nada. Entonces, casi al borde de las lágrimas, balbuceó:

-Oh. Oh… -Y corrió hacia CNU.

Le puso la mano en el hombro a Shinwoo y comenzó a sollozar ruidosamente. CNU seguía mirando al suelo, con las manos apoyadas en las rodillas. Se dio cuenta de que también tenía los ojos llenos de lágrimas.

En algún lugar, en lo más profundo de su mente, se estaba diciendo: «Vamos, vamos… ¿no tienes otras cosas más importantes de las que ocuparte? Miren lo vulnerables que son, discutiendo de este modo. ¿Han olvidado que están rodeados de enemigos? Si quieres llorar de verdad, miren el reloj: ya van muy tarde…». La voz que resonaba en su cabeza le recordaba a la de su tío.

Pero CNU tenía los nervios demasiado destrozados, los músculos demasiado agotados y las emociones demasiado devastadas por las sospechas de su amigo para tener en cuenta aquellas advertencias.

Simplemente lloraba. «Baro, estaba intentando protegerte. ¿Cómo pudiste desconfiar de mí? Yo me fiaba de ti… pero luego… a lo mejor a Zhang Yi Xing le pasó lo mismo. ¡Qué horrible resulta que no se fíe de ti alguien en quien confías plenamente! He hecho algo horrible…».

En medio de aquellas emociones devastadoras de tristeza, agotamiento y arrepentimiento, CNU oyó un traqueteo que sonaba como si estuvieran tecleando una vieja máquina de escribir.

Una décima de segundo después, sintió como si le estuvieran pellizcando el cuerpo con miles de tenacillas ardientes.

Las heridas eran mortales, pero el dolor consiguió que CNU recuperara la consciencia. Baro, que tenía la mano apoyada en el hombro de CNU, cayó al suelo. En un extremo del aparcamiento de la cooperativa se perfilaba una silueta con el abrigo de la escuela. Sostenía un arma… algo bastante más grande que una pistola. Parecía más bien una especie de artilugio metálico. CNU se dio cuenta de que le habían alcanzado… «Con balas, pues claro, maldita sea…»., con balas que habían salido del cuerpo de Baro.

Sentía el cuerpo ardiendo y rígido -«Me está acribillando a balazos, la puta madre»-, pero instintivamente CNU cayó hacia su izquierda y cogió la Beretta que Baro había dejado caer.

Apuntó a la silueta de Wu Yi Fan (el estudiante número 39) y le disparó varias veces al estómago.

Sin embargo, Wu Yi Fan se escondió a su izquierda antes de que le alcanzaran los disparos.

Entonces, junto a un traqueteo ensordecedor, sus manos se iluminaron intermitentemente como en un concurso de fuegos artificiales.

Para entonces CNU ya había empezado a correr hacia la nave de la cooperativa. Los tiros que

CNU sintió en la parte derecha de su barriga, en su hombro izquierdo y en el pecho fueron mucho más dolorosos que los que acababa de sufrir un momento antes. Se le cayó la Beretta de las manos. Se tambaleó durante unos instantes, pero luego se agachó y avanzó a rastras, adentrándose por la puerta corredera semiabierta. Una andanada de balas silbó a su alrededor, y justo cuando pensaba que ya se había librado de ellas, le atravesaron sus zapatillas de baloncesto. Esta vez CNU forzó una mueca de angustia por el dolor que le recorría el cuerpo.

Pero no tenía tiempo que perder. Agarró la lata de gasolina que estaba en la oscuridad, junto a la puerta corredera, y se retiró a la oscuridad, hacia donde estaban el tractor y la cosechadora, prácticamente arrastrándose sobre el brazo y la pierna izquierdos. Arrastraba la lata de gasolina con la otra mano.

Le estaba saliendo sangre por la boca. Al menos tenía diez balas en el cuerpo. Y a pesar del agudo dolor que sentía en el pie derecho, reunió valor para echarle un vistazo al trozo de zapatilla de baloncesto que había volado por los aires, y pensó: «Supongo que ya no podré volver a jugar. Es imposible. Y aunque pudiera, ya nunca estaré en primera línea. Se acabó mi carrera en las pistas de básquet».

Pero CNU estaba más preocupado por Baro. ¿Estaría vivo todavía?

«Yifan…». CNU tosió sangre cuando intentó apretar los dientes. «Así que has decidido jugar a esto, pedazo de cabrón. Ven a por mí, si quieres. Sunwoo no puede moverse, pero yo sí. Ya tendrás ocasión de ocuparte de él después. Primero ven a por mí. Vamos, bonito, ven a por mí…».

Como si respondiera a sus deseos, CNU vio por debajo del tractor una silueta recortada en el azulado vano de pálida luz de luna que se adentraba por la puerta corredera.

Entonces, al tiempo que se oía el atronador traqueteo de la ametralladora, fogonazos luminosos como flashes de una cámara fotográfica iluminaron la nave y las balas se repartieron por todo el espacio. Algunos trozos de maquinaria agrícola saltaron por los aires hechos pedazos, y la ventana bajo la que se encontraba CNU se quebró en añicos.

Todo se detuvo. Se había quedado sin balas. Pero Yifan seguramente metería otro cargador.

CNU agarró un destornillador que tenía cerca y lo tiró a su izquierda. Hizo un sonido metálico y rodó por el suelo de cemento.

Creyó que Yifan dispararía a ese sitio, pero las balas trazaron un arco alrededor del destornillador.

CNU se agachó aún más, confiando en que las balas no lo alcanzaran. Los disparos se detuvieron otra vez. CNU levantó la vista.

Ahora estaba seguro de que Kris estaba en el interior de la nave.

«Muy bien… -pensó CNU, y sus labios empapados en sangre esbozaron una sonrisa-. Estoy aquí… Ven aquí…».

CNU levantó la lata de gasolina con la mano derecha y la colocó sobre su estómago. Se arrastró más atrás con el brazo y la pierna izquierdos, intentando por todos los medios no hacer ningún ruido.

Su espalda se golpeó con fuerza con algo parecido a una caja metálica, y luego continuó apartándose a rastras. No hizo todos sus movimientos en absoluto silencio. Yifan supo entonces que se estaba escondiendo en algún lugar oscuro de aquella parte. La sangre que estaba perdiendo era una sentencia de muerte.

Yifan se puso en cuclillas, y escrutó varios vehículos agrícolas y la furgoneta, al tiempo que se acercaba a CNU.

CNU inspeccionó lo que tenía a su alrededor. Apenas podía distinguir las trazas de la galería superior en el lado contrario de la nave, igual que las escaleras metálicas que conducían a ella desde el suelo. Si estuviera en condiciones, podría haberse escondido allí y haber saltado sobre su enemigo desde arriba. Pero eso ya no era posible.

Había una carretilla junto a una pared. Tenía cuatro ruedas pequeñas y se utilizaba para acarrear utensilios de labranza. La oficina de la esquina estaba tras la carretilla, y al lado había una salida. La puerta corredera, abierta por completo, era lo bastante grande para que pasara un coche, pero la salida que estaba junto a la oficina era solo para personas y estaba cerrada.

«Esa puerta… La cerré yo mismo, junto con todas las ventanas y todas las demás puertas. ¿Cuánto tiempo me llevaría desatrancarla?».

No tenía tiempo para pensarlo mucho… CNU arrastró su cuerpo hasta la carretilla. Una vez que llegó allí, metió dentro la lata de gasolina y abrió la tapa. Luego introdujo la pieza de goma que colgaba del cordel plástico.

Sacó el detonador que tenía en el bolsillo. Tenía los dedos entumecidos -probablemente debido a las heridas-, pero al final consiguió despegar la cinta aislante de la batería, dejando al aire un cable pelado que colgaba del tubo detonador, CNU lo conectó al extremo del cable del condensador y quitó el aislante de la batería. En cuanto escuchó el débil y agudo rumor que indicaba la carga del condensador, rápidamente arrancó la cinta aislante del interruptor y metió el tubo detonador bien dentro de la tapa de goma de la lata de gasolina. Dejó el resto de los aparatos, incluido el aparato de carga, la batería y el circuito encima de la lata de gasolina. No tuvo tiempo para comprobaciones. Veía ya los pies de Kris a la derecha de una trilladora.

Sus posibilidades de éxito eran escasas. «Pero ahora que Baro y yo estamos heridos, ya no hay modo de que podamos subir la montaña. Así que tengo un regalito especial para ti, Yifan».

CNU le dio una patada a la carretilla lo más fuerte que pudo. Cuando esta se desplazó entre el resto de equipamiento agrícola, él se volvió hacia la puerta de salida sin detenerse siquiera a comprobar si la carretilla se dirigía a donde estaba Kris.

Desatrancó la puerta en dos décimas de segundo. Incluso utilizó su pierna derecha, con sus dedos mutilados, para golpear la puerta y salir del edificio.

Las paredes de bovedillas de la nave estallaron de repente a su espalda con una explosión que sacudió toda la isla en su profunda oscuridad. El sonido de la granada de mano de Kris que temporalmente había dejado sordo a Jinyoung no fue nada en comparación con esta explosión. CNU pensó para sí: «¡Vaya, al diablo mis tímpanos!».

Su cuerpo maltrecho se vio lanzado al suelo por la onda expansiva de la explosión, y se despellejó la frente con la tierra. Hacía ya tiempo que había perdido sus gafas. Miles de fragmentos y esquirlas volaron por todas partes. Sin embargo, CNU se las arregló para mirar atrás rápidamente y ver, justo donde antes estaba la pared de la nave, la camioneta saltando por los aires. Probablemente debido a su situación, elevada sobre los gatos hidráulicos, el estallido la había golpeado con una presión increíble, elevándola hacia arriba. Giró lentamente en el aire lleno de pedazos de cristal, tejas y cemento. CNU sintió cómo todos aquellos escombros caían también sobre su cuerpo, mientras la camioneta volaba por los aires. Trazó un arco increíble y fue a estrellarse en medio del aparcamiento. Dio otra media vuelta de campana y se detuvo, completamente boca abajo. La parte trasera estaba prácticamente irreconocible, retorcida en un amasijo como un hatillo de harapos, y la rueda que no tenía neumático de algún modo seguía allí, dando vueltas y más vueltas.

Llovían escombros. Inmersa en una nube de humo, la nave de la cooperativa había quedado reducida a un esqueleto. Solo una parte de los muros permanecía aún en pie, junto con su correspondiente galería superior. Pero esa parte estaba completamente al aire y se veía a través de la humareda. La mayor parte del tejado había volado por los aires, y la maquinaria, incluidos los vehículos agrícolas, estaban dispersos y volcados. Aun en la oscuridad, Shinwoo podía asegurar que estaban chamuscados. Atisbó incluso varias llamas brillantes. Quizá algo estaba ardiendo. La puerta por la que había huido CNU apenas estaba unida a los restos de la pared por las bisagras de abajo. Se inclinaba hacia él, como si le estuviera haciendo reverencias. La oficina, con sus paredes de separación, se había evaporado sin dejar rastro. Bueno, en realidad, aún se veía el escritorio, incrustado en la pared que había escapado a la destrucción, aplastado por la cosechadora que se había desplazado hacia esa parte por la explosión.

Algo debía haber volado muy alto porque, completamente a destiempo que el resto de los escombros, había una cosa que estaba cayendo entre el humo con un agudo sonido metálico. De todos modos, CNU apenas podía oírlo.

Casi de inmediato, CNU se vio luchando por quitarse de encima los escombros de las paredes y otras inmundicias. Observando las ruinas del edificio, jadeó.

Sí, la bomba casera estaba bien hecha. Con aquella fuerza destructiva con seguridad habría volado por los aires la escuela.

Pero todo eso ya era historia. Lo importante ahora era que se había ventilado al enemigo que iba a por él. Y… más urgente todavía era…

—¡Sunwoo…!

Farfulló su nombre cuando por fin pudo incorporarse, apoyado sobre su rodilla derecha entre los escombros. En cuanto abrió la boca, la sangre le brotó entre los dientes y sintió una increíble punzada de dolor recorriéndole desde el pecho hasta el estómago. Era un milagro que aún siguiera con vida. A pesar del dolor que sentía, alargó los brazos, se apoyó en la pierna derecha y luego estiró la otra. De algún modo consiguió ponerse de pie. Se apartó los mechones de pelo oscuro de la frente. CNU estaba mirando hacia la zona del aparcamiento donde Baro estaba tendido cuando vio que la puerta de la camioneta volcada -debía de estarse desprendiendo-, se abría y se cerraba con un ronco chirrido. (Podía oírlo débilmente. Al parecer estaba volviendo a recuperar el oído.)

Wu Yi Fan venía caminando por allí. Sostenía lo que parecía ser un artilugio metálico en la mano derecha y parecía como si no le hubiera ocurrido nada.

«Pero…».

A CNU le pareció que debía reírse. Seguramente estaba esbozando una sonrisa con sus labios empapados en sangre.

«Seguro que estás bromeando…».

Pero entonces Kris disparó. Esta vez CNU recibió una andanada parabólica y frontal de balas de 9 mm y se tambaleó hacia atrás sobre los escombros. Se topó con algo que lo detuvo por la espalda. En realidad no necesitaba saber qué era, pero pensó que era el frontal de una furgoneta que había en la nave. Esta también había salido volando por la explosión y la parte trasera se había estampado contra un poste de teléfonos, de madera, que ahora estaba torcido por el impacto. Había otra cosa que parecía que se había estampado en el parabrisas y había dejado en el cristal un estallido que recordaba la figura de una tela de araña.

Rodeado por las brillantes llamas que aún ardían entre los escombros del edificio, Yifan permanecía allí quieto, tan tranquilo. Luego, más allá, CNU vio a Baro tumbado de bruces, medio enterrado en escombros. A su lado estaba Zhang Yi Xing, tumbado de espaldas, con el rostro mirando hacia él.

Pensó: «Yifan, maldita sea, así que al final me has ganado».

Pensó: «Lo siento, Sunwoo. Bajé la guardia solo un instante».

Pensó: «Vaya mierda, ¿eh?».

Pensó: «Eunsol: enamórate y sé feliz. Al parecer yo no voy a poder… al parecer…».

La ametralladora Ingram de Wu Yi Fan restalló otra vez y CNU ya no pudo pensar nada más. Las balas le destrozaron la corteza cerebral. Junto a su cabeza, el parabrisas rajado de la furgoneta estalló ahora en mil pedazos. La mayoría de los cristales cayeron en el interior del vehículo, pero algunos de los trozos más pequeños se derramaron como una niebla cristalina sobre el cuerpo polvoriento de CNU.

CNU cayó lentamente hacia delante, de bruces. Se levantó una nubecilla de polvo con el golpe.

Apenas transcurrieron treinta segundos hasta que todo su cuerpo quedó sumido en la muerte. El recordatorio de su amado tío -el anillo, compartido con la mujer que amaba- ahora estaba manchado con la sangre que le salía del brazo reflejando el fulgor de las llamaradas rojas de la cooperativa. El largo cabello, antes bien peinado en una coleta, ahora le cubría la cara.

Y así fue como murió el muchacho conocido como El Tercer Hombre.

 

Estudiante número 4, Cha Sun Woo: Muerto

Estudiante número 36, Shin Dong Woo: Muerto

 

 

 

QUEDAN 17 ESTUDIANTES

 

Notas finales:

Dejen RW's!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).