-¡Eh! -le gritó Seungri a Kibum. Este, que estaba hablando con Kyungsoo y Sehun, se volvió hacia él-. A lo mejor podríamos llevarle la comida antes a Jinyoung…
Kibum resplandeció con una sonrisa.
-Sí, buena idea. Hagámoslo.
Seungri luego añadió como sin darle importancia:
-Parece que el estofado ya está listo, así que ¿qué les parece si empiezo a servirlo?
Sujetó el plato. El plato.
-Claro… oh, está bien -dijo Kibum cuando de repente recordó-. Bueno, hay un botiquín en ese escritorio de ahí. Creo que hay algunos analgésicos. Debería llevarle algunos a Jinyoung con la comida.
-Claro… -Seungri dejó allí el plato, que golpeó contra la encimera-. Espera.
El escritorio, equipado con un ordenador y un teléfono, estaba en la otra punta de la estancia, en una esquina. Seungri rodeó la mesa y fue hacia allá.
Se oyeron pasos bajando por las escaleras metálicas del faro. Minhyun y Lee Jung Hwan entraron en la sala. Este última tenía una recortada que parecía una pistola automática, pero más grande, que traía colgada del hombro. (Era una ametralladora Uzi de 9 mm. Era el arma que le habían dado a Do Kyung Soo, pero como era la más poderosa que tenían, se la subía al faro el que estuviera de guardia.)
-¡Me he enterado de que Jinyoung está consciente! -dijo Sandeul con su habitual alegría, dejando la Uzi sobre la mesa. Un poco regordete y, de pelo teñido de un color naranja cobrizo, Sandeul de algún modo se las arreglaba para estar contento incluso en aquellas espantosas circunstancias.
-Sí -asintió Kibum alegremente.
-Bueno, estarás contento, delegado -bromeó Sandeul.
Kibum se ruborizó un poco.
-Pero ¿qué dices?
-Oh, vamos… ¡Estás resplandeciente!
Kibum frunció el ceño y luego hizo un gesto de jocoso desprecio con la cabeza. Dándose cuenta de algo de repente, Sandeul se volvió hacia Sehun y se quedó callado. Este había perdido a Shin Dong Woo, el chico al que adoraba, y ahora estaba con la mirada hundida en el suelo.
Seungri apenas prestó atención a aquella conversación mientras cogía el botiquín de madera del cajón del escritorio. Lo puso sobre la mesa y lo abrió. Estaba lleno de varios tipos de medicamentos, gasas y cataplasmas. Lo único que no había eran vendas, porque casi todas se habían utilizado para curar a Jung Jin Young.
«Analgésicos. ¿Cuáles son los analgésicos? Bueno, qué más da. Ya da igual porque…».
-Vaya, ¡huele genial! -oyó decir a Sandeul, que intentaba cambiar de conversación. Pero Seungri apenas se enteró.
«Analgésicos… ah, mira aquí están… Estos son. Para dolores de cabeza, estomacales, dentales… Ah, ahora que lo pienso, me está doliendo el estómago. Tomaré alguna de estas pastillas luego. Cuando las cosas se calmen un poco».
-Bueno, ¿entonces qué? -le preguntó Kyungsoo a Kibum con su voz ligeramente ronca.
-Vamos, cuenta, cuenta… -insistió Minhyun.
-Oh, está bien. A ver, ¿por dónde empiezo? -dijo Kibum.
Solo cuando Sandeul dijo «Voy a probar un poquito», Seungri levantó la mirada.
Se volvió y vio a Sandeul llevándose el tenedor a la boca. Debería haber utilizado el cucharón de la cazuela si quería probar el estofado. En vez de eso, había cogido un poco del plato en el que Seungri había esparcido aquellos polvos semitransparentes.
Seungri palideció. Estuvo a punto de gritar, pero todo ocurrió demasiado deprisa.
Sandeul soltó el plato y el estofado se estrelló contra el suelo con gran estruendo. Todos lo miraron.
Sandeul se llevó la mano a la garganta y vomitó el estofado que acababa de tragar. Luego tosió violentamente sobre la mesa blanca, y una sustancia viscosa, roja y brillante se esparció por la superficie. La sangre salpicó en círculo la mesa blanca y de alguna manera recordó la bandera nacional de la República del Gran Oriente Asiático. Y luego se derrumbó en el suelo, enfangado de estofado.
-¡Junghwan!
Todos -salvo Seungri, que estaba sin habla- gritaron y corrieron hacia Sandeul.
Este rodó hacia un costado y vomitó más sangre. Su cara, antes sonrosada, estaba pálida y luego se tornó azul. Unos espumarajos enrojecidos burbujeaban en la comisura de sus labios.
-¡Sandeul, Sandeul…! ¿Qué te ha pasado?
Kibum sacudió su cuerpo, pero los espumarajos de aquel color rojo oscuro siguieron saliendo y derramándose por los lados de la boca de Sandeul. Tenía los ojos todo lo abiertos que podía, como si estuvieran a punto de saltársele de las órbitas, pero incluso el blanco de los ojos se le estaba volviendo rojo. Por alguna razón -por inflamación o rotura de las venas capilares- comenzaron a aparecerle puntos negros y de un color rojo oscuro por toda la cara, transformándola en la máscara de un monstruo grotesco.
Pero además, había algo que resultaba evidente. Estaba claro. Sandeul había dejado de respirar.
Todos se quedaron en silencio. La mano temblorosa de Kibum se acercó a la garganta de Sandeul.
-Está muerto-dijo.
Detrás de Kibum, que estaba agachado junto a Sandeul y Minhyun, Seungri permaneció inmóvil, con la cara completamente pálida. Estaba temblando. (Por supuesto, era muy posible que los otros cuatro también estuvieran igual que él…)
«Oh, pero cómo… Cómo ha podido pasar…. Todo esto es un error… Un grave error… Cómo ha podido… Si solo lo probaste… Como es posible que sea tan fuerte… Yo no he sido… Fue un error… Lo he matado… Por error… Fue un error… Yo no pretendía… Solo quería librarme de…».
-No puede ser que la comida esté envenenada… ¿no? -La voz de Kibum temblaba.
Sehun contestó:
-Yo la acabo de probar y no me ha pasado nada. Esto… esto… ¿puede ser esto…?
Minhyun completó la frase.
-¿Veneno?
Aquello hizo saltar las alarmas. Todos (para ser más precisos, todos salvo Seungri, pero los otros cuatro no se percataron de ello) se miraron los unos a los otros.
Hubo un golpetazo. Do Kyung Soo había cogido la Uzi y ahora apuntaba a los demás. Los otros cuatro, incluido Seungri, se apartaron instintivamente a un lado o retrocedieron, apartándose del cadáver de Sandeul.
Kyungsoo gritó. Sus ojos, de por sí grandes, estaban muy abiertos y parecían aterrorizados.
-¿Quién? ¿Quién ha sido? ¿Quién ha envenenado la comida? ¿Quién está intentando matarnos?
-¡Quieto! -chilló Kibum.
Seungri vio cómo Kibum movía la mano hacia atrás, buscando la pistola que tenía entremetida en el pantalón. Era una Browning High Power de 9 mm; le había correspondido como arma en el juego y como era el jefe del grupo, se la había quedado. Kibum estuvo a punto de adelantarse, pero se detuvo y retrocedió.
-Baja el arma. Esto no va así…
-Oh, claro que va así… -dijo Kyungsoo, negando histérico con la cabeza. Él, que siempre parecía muy calmado, estaba completamente fuera de control-. El último comunicado dijo que solo quedábamos catorce. Esto está empezando a llegar a su final. Así que nuestro enemigo por fin está asomando su asquerosa cabeza… ---Luego se volvió hacía Minhyun y dijo-: Tú eras el que estabas cocinando.
Minhyun negó con la cabeza violentamente.
-Yo no he sido el único. Sehun también…
-Esto es horrible -dijo Sehun-. ¡Yo jamás haría una cosa tan espantosa! Además… -Pareció dudar, pero al final dijo-: Kyungsoo y Seungri también han tenido un montón de ocasiones en las que envenenar la comida.
-Eso es verdad -le espetó Minhyun a Kyungsoo y luego le susurró-: ¿No te estás poniendo un poco nervioso?
-¡Minhyung! -Kibum lo detuvo, pero era demasiado tarde. Kyungsoo estaba ya al borde del precipicio.
-¿Pero qué dices?
-Está bien -dijo Minhyun-. Para empezar, casi no has dormido. Lo sé. Cuando me levanté a medianoche, tú estabas despierto. ¿No significa eso que no confías en nosotros? ¡Ahí está la prueba!
-¡Por favor, déjalo ya, Minhyun! -suplicó Kibum. Estaba casi gritando-. ¡Kyungsoo! ¡Baja el arma!
-Oh, por favor… -Kyungsoo apuntó la Uzi en dirección a Kibum-. ¡Deja de hacerte el líder! ¿Así que este es el drama que pones en escena cuando tu plan de envenenarnos a todas se va al garete? ¿Es eso?
-Kyungsoo… -dijo Kibum, desesperado.
Seungri se llevó la mano a la boca y retrocedió abrumado. Tenía el cuerpo embotado por el repentino giro de los acontecimientos. Pero tenía que decirlo. Tenía que contar la verdad, o de lo contrario… algo terrible iba a suceder.
De repente, Sehun se acercó al lateral de la mesa que estaba junto a la pared, en la parte derecha del fregadero. Allí había un arma sobrante… una CZ75 de fabricación checoslovaca. (En realidad, era el arma de Sandeul.)
El ruido de la ametralladora resonó por toda la estancia. Sehun se estampó contra la mesa, perforado tres veces, resbaló, se encogió en una esquina y cayó de bruces contra el suelo. No era necesario comprobar nada. Estaba muerto.
-¡Kyungsoo! ¿Qué estás haciendo? -Kibum lo miraba atónito mientras gritaba. Su voz se rompió.
-Oh, por favor… -Sehun sujetaba su Uzi humeante y miró de reojo a Kibum-. Iba a coger la pistola. Porque era culpable.
-¡Pero si lo hiciste tú! -gritó Minhyun-. ¡Kibum! ¡Dispárale! ¡Pégale un tiro a Kyungsoo!
Con un ruidillo metálico, Kyungsoo enderezó su arma en dirección a Minyhyun. Su rostro se ensombreció. Parecía dispuesto a acribillar a Minhyun en cualquier momento.
Kibum parecía angustiado. En aquel momento ya tenía en la mano la Browning, sujeta a la espalda.
Después de dudar, tendría que intentar disparar a Kyungsoo en el brazo o en alguna otra parte de su cuerpo.
Entonces, Kyungsoo rápidamente levantó la Uzi y disparó a Kibum.
Kibum salió volando hacia atrás, acribillado por la ametralladora. La sangre estalló en todos los agujeros que le hizo en el pecho y cayó de espaldas.
Minhyun permaneció allí quieto durante unos instantes, y luego intentó hacerse con la Browning que Kibum había dejado caer al suelo. La Uzi de Kyungsoo siguió los movimientos de su cuerpo y volvió a tabletear violentamente, destrozando el costado de Minhyun y el tejido de su uniforme. Su cuerpo se derrumbó contra el suelo.
Kyungsoo apuntó luego con la ametralladora a Seungri. Solo la mesa se interponía entre ellos.
-¿Y tú qué? -dijo-. Tú eres distinto, ¿no?
Seungri solo podía temblar. Y mientras temblaba, sus ojos permanecían clavados en el rostro de Kyungsoo.
Se oyó un estallido seco. De repente, había un agujero en el lado izquierdo de la frente de Kyungsoo.
Abrió la boca y se miró la mano izquierda. La sangre fluía a raudales por el agujero que tenía en la frente, salpicando su cara. Y luego chorreaba hacia abajo.
Seungri giró el cuello, rígido como un robot, al mismo tiempo que Kyungsoo. Y ambos descubrieron en el suelo a Minhyun, con el torso medio incorporado y sujetando la pistola Browning.
La ametralladora Uzi de Kyungsoo estalló en una furiosa andanada de tiros. No estaba claro si fue él el que apretó el gatillo intencionadamente o si aquello fue solo un último acto reflejo antes de morir. Andanadas de balas rebotaron contra el suelo y destrozaron el cuerpo de Minhyun, que se retorció y rebotó contra el enlosado. Una neblina sangrienta estalló por todas partes, hasta el punto que el cuello de Minhyun apenas sujetaba la cabeza del muchacho por encima del collar.
Kyungsoo cayó hacia delante lentamente y se estampó contra el cadáver de Lee Jung Hwan con un golpe sordo. Se quedó allí absolutamente inmóvil.
Completamente solo en la habitación, Seungri simplemente siguió temblando. Su cuerpo estaba rígido, como si estuviera colgado en una cámara congeladora de carne. Con la mirada de un niño vagando en una exposición de monstruos de un museo, observó el panorama que tenía delante, en el suelo. Estaba sembrado con los cadáveres de cinco de sus compañeros de clase.
Estudiante número 28, Lee Jung Hwan: Muerto
Estudiante número 32, Oh Se Hun: Muerto
Estudiante número 21, Kim Ki Bum: Muerto
Estudiante número 9, Do Kyung Soo: Muerto
Estudiante número 12, Hwang Min Hyun: Muerto
QUEDAN 9 ESTUDIANTES