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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Cuando Jinyoung escuchó el estropicio de platos, simplemente pensó; «Oh, vaya, uno de esos patosos debe de haber tirado un plato…»., pero cuando a aquel ruido le siguió una discusión, se incorporó en la cama.

Sentía un dolor agudo recorriéndole todo el costado izquierdo, por el estómago y en el omóplato del hombro. Jinyoung se quejó, pero utilizando el brazo derecho consiguió salir de la cama y bajar al suelo con los pies descalzos. Solo llevaba puestos los pantalones del uniforme escolar. Odiaba las discusiones. Creyó oír a Kobum gritar.

Jinyoung se acercó tambaleando a la puerta y apoyó la mano en el picaporte. Este giró, pero cuando empujó… la puerta parecía cerrada. A través de la ranura de un centímetro vio un tablón de madera colocado diagonalmente contra la puerta. Tal y como Kibum le había advertido, habían construido un cerrojo improvisado.

Jinyoung agarró el picaporte y lo agitó violentamente varias veces, pero la puerta no cedió ni un milímetro. Sacó los dedos por la ranura, pero el tablón, colocado contra la puerta, se negaba a moverse ni siquiera un poco.

A punto de darse por vencido, inspiró profundamente. De repente, oyó aquel traqueteo tan conocido de ametralladoras a través del hueco de la puerta, seguido de varios gritos.

Jinyoung palideció. ¿Estaban siendo atacados? Pero si era Yif… En cualquier caso, algo iba mal.

Jinyoung se las arregló para conseguir que su cuerpo herido no se tambaleara. Levantó el pie derecho y pateó la puerta con el talón de su pie descalzo, usando la técnica de la patada frontal que le había enseñado Tao. Pero la puerta apenas vibró siquiera con la patada, haciéndole perder el equilibrio.

Cayó de espaldas al suelo y sintió un agudo dolor por todo el costado. También se dio cuenta de que necesitaba ir a orinar, pero eso podía esperar.

¡RATATATATAT…! Más ametralladoras, Y luego, más ¡RATATA-TATAT!

Jinyoung regresó junto a la cama y levantó el somier de hierro. La cama quedó tumbada sobre un lateral con un golpe seco, y la manta y las sábanas se deslizaron hasta el suelo.

Jinyoung agarró con fuerza la cama, colocó un extremo contra la puerta y se puso en otro lado.

Entonces, utilizándola como ariete, golpeó la puerta con todas sus fuerzas. La puerta dejó escapar un crujido. Un golpetazo más.

¡BANG! Un disparo. Esta vez, uno solo.

La cama golpeó furiosamente la puerta de madera, que se partió por la mitad con un crujido y se abrió hacia el pasillo. Jinyoung retiró la cama de la puerta y dejó que cayera contra el suelo.

Otro estallido, una espantosa ráfaga de tiros, como una feroz máquina de escribir, retumbó en el pasillo. Jinyoung salió al corredor. Todo estaba a oscuras, porque las ventanas estaban selladas con planchas de madera, así que el pasillo sin luces estaba en tinieblas. La entrada quedaba a su izquierda.

La puerta de la estancia contigua estaba medio abierta, y la luz se filtraba hasta el fondo del pasillo, formando un frío corro de luz.

Jinyoung cogió uno de los fragmentos más grandes de las planchas que formaban la puerta, aproximadamente de un metro de longitud. Consiguió arrastrar su cuerpo dolorido por el pasillo. Todo parecía completamente en silencio ahora. «¿Qué demonios habrá ocurrido? ¿Habrá atacado alguien o…?».

Jinyoung se acercó cautelosamente a la puerta. Miró sin ser notado por la abertura y vio la cocina, donde estaban Kim Ki Bum y Hwang Min Hyun, tendidos junto a la mesa. Más allá estaba Lee Jung Hwan. («¿Qué demonios es eso que tiene en la cara?»). Oh Se Hun estaba muerto, apoyado contra la pared, a la derecha. Alguien estaba tendido boca abajo bajo la mesa. Tenía que ser Do Kyung Seoo, porque la única persona viva de la escena, era ese chico relativamente delgado que le daba la espalda, con el pelo sedoso y oscuro, corto: Lee Seung Hyun… A menos que Jinyoung estuviera equivocado.

Había varias armas esparcidas por allí, en torno a los cuerpos tendidos del grupo de Kibum. Notó enseguida el hedor de la sangre esparcida por todo el suelo.

Jinyoung se quedó paralizado y conmocionado. Aquella parálisis imposible era exactamente la misma que al ver el cadáver de Choi Min Ki delante de la escuela.

¿Qué había ocurrido? ¿Cómo podía haber sucedido aquello? Kibum, que acababa de decirle «Podrías escuchar al menos al chico que está enamorado de ti», ahora estaba tirado en el suelo, y muerto. También había otros cuatro allí caídos. ¿Estaban muertos? ¿Muertos?

Seungri, con la espalda vuelta hacia Jinyoung, no tenía armas en la mano. Simplemente estaba allí plantado, como un venusiano que de repente hubiera caído en Plutón.

Jinyoung estaba medio aturdido cuando se aferró lentamente al picaporte de la puerta, la abrió y entró en la sala.

Seungri se volvió. Miró a Jinyoung con los ojos inyectados en sangre, pero inmediatamente se fue hacia la pistola que estaba en el suelo, entre Kibum y Minhyun.

Jinyoung también salió de su aturdimiento. Con un gesto de dolor, lanzó la tabla que llevaba en la mano y realizó un perfecto lanzamiento, igual que los que hacía en la Liga Infantil de Béisbol.

La tabla golpeó el suelo justo delante de Seungri y rebotó. Este se quedó parado mientras se cubría la cara con la mano y caía hacia atrás en el suelo ensangrentado.

Jinyoung se precipitó hacia la pistola. Sabía que, en aquel caos, Seungri con un arma solo conseguiría empeorar las cosas.

Seungri gritó y retrocedió. Se levantó, miró a su alrededor y corrió hasta el otro extremo de la sala.

Pasó junto a la mesa y desapareció por una puerta que estaba abierta. Se escucharon unos golpes metálicos. ¿Eran escaleras?

Jinyoung se asomó a la puerta un momento después de que Seungri hubiera desaparecido. Pero luego corrió hacia Kibum y se arrodilló a su lado.

Comprobó que tenía el pecho como un colador. La sangre estaba rezumando bajo su cuerpo, y alrededor, y tenía los ojos pacíficamente cerrados, como si estuviera durmiendo. Con la boca entrecerrada…

Ya no respiraba.

-¡Noooo! -gritó Jinyoung. Alargó su mano derecha herida para acariciar aquel rostro sosegado.

Sintió que las lágrimas brotaban en sus ojos por primera vez desde el inicio del juego. ¿Se debía a que habían estado hablando hacía solo unos minutos? ¿O era por lo que había dicho…? «No habría sabido qué hacer si hubieras muerto… ¿Entiendes lo que te quiero decir? ¿Lo entiendes?».

Su rostro lloroso pero aliviado. Su rostro melancólico. Y ahora… su extraño rostro tranquilo.

Jinyoung miró alrededor. No había ninguna necesidad de comprobar nada. La cara de Lee Jung Hwan había cambiado de color. Una espuma sanguinolenta le goteaba por la boca. Do Kyung Soo yacía boca abajo, con un charco de sangre bajo la cabeza. La espalda de Oh Se Hun estaba llena de agujeros de bala y Hwang Min Hyun… prácticamente le habían arrancado el cuello.

«Pero ¿cómo…? ¿Cómo es posible esto…?».

Jinyoung volvió a mirar a Kibum. Su brazo izquierdo, casi paralizado, sujetaba su brazo derecho, y así pudo levantarlo. Puede que fuera un gesto sin sentido, pero Jinyoung tenía que hacerlo.

Mientras sujetaba el cadáver, oyó cómo la sangre goteaba en el suelo, desde los agujeros de su pecho. La cabeza le colgaba hacia atrás y su pelo, de un lindo color rubio, le rozó el brazo. Recordó su voz de nuevo. «¿Entiendes lo que te quiero decir?».

Jinyoung rompió a llorar. Las lágrimas cayeron sobre el uniforme de Kibum.

Entre sollozos, Jinyoung se mordió el labio y cariñosamente lo volvió a dejar en el suelo. Se hizo con la Browning que Seungri había intentado coger. Avanzó por la estancia hasta el final, por donde había huido Seungri. Sentía su cuerpo increíblemente pesado. Y no era solo porque estuviera herido. Se enjugó las lágrimas con el brazo derecho desnudo, con la Browning en la mano.

Cruzó la puerta. Era un espacio cilíndrico construido solo a base de cemento. La torre. El faro.

Había una gruesa columna de acero en el centro y una escalera metálica de espiral se enredaba en ella y ascendía. No había ventanas, solo una franja de luz procedente de arriba.

-¡Seungri! -gritó Jinyoung. Comenzó a subir las escaleras mientras gritaba-. ¿Qué ha pasado, Seungri?

El chico ya no estaba en la parte de arriba de las escaleras. Pero él oyó el eco de su grito en el espacio cilíndrico del faro. Jinyoung frunció el ceño… y comenzó a subir rápidamente las escaleras. La herida del costado empezó a dolerle horrorosamente. Pensó incluso que podía estar sangrando, porque notaba que los vendajes estaban empapados…

Lee Seung Hyun corrió hasta quedarse sin aliento mientras ascendía por las escaleras hasta lo alto del faro. Las lentes Fresnel, como ojos ciclópeos, estaban en el centro del rellano superior, y había suficiente espacio para moverse a su alrededor. Vio el cielo nuboso al otro lado de las ventanas acristaladas de la sala de luces. Había también una pequeña puerta, muy baja, que conducía a una estrecha balconada, y Seungri la abrió desesperada. Ya estaba en el exterior… A lo mejor era por la altura, pero el viento era más fuerte de lo que él había supuesto. Aspiró una intensa oleada de brisa marina.

Tenía todo el océano delante. Reflejando el cielo nuboso, el mar lucía un color índigo apagado, y las espumosas olas blancas parecían entrecruzarse en él como en una tela. Seungri se asomó. Las montañas del norte estaban allí, justo delante de él. Había un pequeño aparcamiento enfrente de la casa del faro. A su izquierda, un camino sin pavimentar recorría los pies de la montaña, y había una furgoneta blanca aparcada junto a un rústico portalón, delante del camino.

Seungri se aferró a la barandilla metálica del balcón. La sala donde había estado hasta hacía solo unos momentos, y donde estaba ahora Jinyoung, se encontraba también allí abajo. Podía ver el tejado de la casa del farero. Avanzó por la balconada circular, aferrado a la barandilla, pero no encontró lo que pensaba que habría… una escalera metálica exterior. Seungri no había tenido oportunidad de hacer guardia, así que no conocía el exterior del faro. No había salida. Allí estaba, mirando al cielo. Estaba atrapado. Al darse cuenta de ello, estuvo a punto de entrarle el pánico, pero apretó los dientes y se controló. Si no había escalera, entonces tendría que saltar.

Estaba jadeando. Acabó por volver a su posición inicial, por encima de la casa del farero. Miró abajo otra vez. Estaba alto. No tanto como si saltara hasta el suelo, pero de todos modos aún estaba muy alto. De hecho, parecía imposible sobrevivir a un salto desde semejante altura, pero antes de que pudiera realizar una evaluación racional, una imagen volvió a centellear en su mente. Esta vez, era su cabeza la que estaba abierta por la mitad. Sangre por todos lados. La cara de Jinyoung cubierta de sangre. Tenía que escapar. No importaba cómo. Simplemente tenía que escapar. No había tiempo que perder.

Seungri se agachó y se deslizó entre la insegura valla metálica. Los barrotes estaban muy separados y había sitio de sobra. Pasó entre ellos. Sujetándose en la barandilla por el exterior, se colocó en el borde de la balconada, apenas sobre unos diez centímetros de saledizo, pero la vista bajo sus pies le hizo temblar. Aquello estaba demasiado alto… saltar era imposible… simplemente estaba demasiado alto…

De repente, su visión se agitó violentamente. Se le había resbalado un pie. Un lado de la espinilla golpeó el borde de cemento de la balconada (sintió cómo se le raspaba la piel) y el cuerpo de Seungri voló por el aire.

-¡AAAAAAAH…! -gritó aterrorizado.

Pero al mismo tiempo, sus manos se agitaron en el aire y consiguió aferrarse a un delgado barrote metálico de la barandilla. Seungri quedó colgando de la balconada, balanceándose.

Agarrado a la barandilla, Seungri jadeaba sin resuello. Casi se había matado. Estaba vivo por milímetros. Inspiró profundamente y se concentró en dedicar toda su fuerza a sujetarse con las manos.

Lo primero que tenía que hacer era elevar el cuerpo y volver al otro lado de la barandilla. Luego tendría que ocurrírsele algo para luchar con Jung Jin Young. Eso era lo único que…

El fuerte viento silbaba a su alrededor y zarandeaba su cuerpo. Seungri volvió a gritar mientras sus manos, aferradas al barrote metálico, comenzaban a resbalarse. Las palmas de sus manos apenas conseguían sujetarse en el borde de la balconada. Ahora ya ni siquiera podía alcanzar otros barrotes.

Se sorprendió al descubrir que sus palmas estaban rezumando sudor. Estaba abrumado por el miedo y el pánico. ¿Cómo cómo cómo cómo era posible que estuviera sudando en ese momento? Sus manos… sus manos estaban resbalando.

El meñique de la mano derecha resbaló y ya no pudo regresar al barrote de la balconada.

-¡No! -gritó. Luego, el dedo anular. Notó que la uña del dedo índice se clavaba, pero se le saltó y eso fue todo. Su cuerpo se balanceó en el abismo; su mano izquierda era ahora el único punto de contacto con la balconada. Y ahora esta también…

-¡Aaaaaaah…! -Mientras gritaba, Seungro estaba abrumado por la sensación onírica de que ya estaba cayendo…

Pero entonces sintió un golpe que le recorrió todo el brazo hasta el hombro. Su caída se detuvo menos de medio metro más abajo.

Balanceándose como un péndulo sobre su brazo izquierdo, Seungri miró hacia arriba y vio a Jung Jin Young al otro lado de la barandilla, alargando el cuerpo, con el brazo derecho estirado hacia fuera y con la mano agarrándole la muñeca.

Durante un instante, Seungri miró el rostro de Jinyoung, pero al instante siguiente, comenzó a gritar…

-¡No…!

Por supuesto, si él la soltaba, moriría; ¡pero es que era Jung Jin Young el que la estaba sujetando por la mano!

-¡No! ¡No…!

Tenía los ojos abiertos como platos y el pelo enmarañado, y seguía gritando mientras se preguntaba: «¿Por qué? ¿Por qué estás intentando salvarme? ¿Es que quieres utilizarme para sobrevivir? O… oh, ya lo entiendo. ¡Quieres matarme con tus propias manos!».

-¡No! ¡Déjame, déjame! -gritó Seungri. Cualquier rastro de pensamiento racional había desaparecido de su cabeza-. ¡No! ¡Prefiero matarme aquí que permitir que tú me mates! ¡Suéltame! ¡Suéltame!

Cualquiera que fuera el pensamiento de Jinyoung al oír aquello -aunque a lo mejor no estaba pensando en nada en absoluto-, su expresión permaneció impasible.

-¡No te muevas! -le gritó.

Seungri volvió a mirar a Jinyoung… y se dio cuenta de que el vendaje bajo el collar metálico que cubría la herida de su cuello estaba empapado con la sangre que ahora chorreaba por su hombro desnudo.

La sangre se escurría por el brazo y llegó hasta la mano de Seungri.

Jinyoung dejó escapar un gemido. Agarró la mano del muchacho con más fuerza y su rostro comenzó a sudar. Seungri se dio cuenta de que no era solo su cuello: todo su cuerpo estaba cubierto de graves heridas. A la vista de cómo estaba sujetando todo su peso con el brazo derecho y cómo intentaba levantarla, tenía que estar sufriendo indecibles dolores.

Seungri estaba boquiabierto. «¿Por qué? ¿Por qué intentas salvarme cuando te estás muriendo de dolor…? Es…».

Extrañamente, de repente lo vio todo claro. La turbia neblina que velaba sus pensamientos se aclaró súbitamente como si la brisa marina que zarandeaba su cuerpo la hubiera disipado. La imagen de Jinyoung sujetando el hacha ensangrentada, mirando el cadáver de Lee Jin Ki, se desvaneció de repente como arrastrada por el viento, y todos sus recuerdos anteriores (aunque apenas habían transcurrido dos días) de la clase de tercero B, junto con los gestos amables de Jung Jin Youn, volvieron a revivir plenamente. Cómo bromeaba con sus amigos, Kang Dong Ho y Shin Dong Woo, y lo serio que parecía cuando ensayaba unos acordes de guitarra mientras practicaba en el aula de música y su aire triunfal en la líne de llegada cuando ganaba una carrera en la práctica de atletismo… (Él siempre se las arreglaba para verlo desde el gimnasio donde jugaba a voleibol). Y luego, cuando estaba pálido por sus ataques al hígado, cómo le decía cariñosamente, «¿Qué pasa, Seungri? Estás un poco pálido…»., y luego interrumpía al profesor de inglés, el señor Lee, y llamaba al ayudante de la enfermera, Yoo Chang Hyun. Y lo preocupado que parecía entonces.

Oh, no… Seungri finalmente comprendió la situación. «Es Jinyoung. Está intentando salvarme. Yo… ¿por qué? ¿Por qué se me metió en la cabeza que tenía que matarlo? ¿Por qué pensé semejante cosa? Es Jinyoung. Y siempre he pensado que era un chico estupendo… que era realmente agradable, pero no…».

Entonces, un pensamiento muy distinto le cruzó la frente. Lo que había hecho y sus consecuencias.

Seungri, una vez más, se puso pálido.

«Yo… Mi mente estaba desquiciada… y… y por eso acabé haciendo…».

Seungri comenzó a llorar. Jinyoung lo vio y pareció confuso.

-¡Jinyoung! -gritó el muchacho-. Yo… ¡fui yo! ¡Yo intenté matarte!

Jinyoung parecía sorprendido mientras Seungri lo miraba, entre lágrimas.

-Yo… yo… yo creí que habías matado a Jinki… los vi a los dos… y tuve miedo. Tuve mucho miedo. Así que intenté envenenar tu comida… pero Sandeul al final fue quien la probó… y entonces todos… todos…

Jinyoung lo entendió todo entonces. Escondido entre unos arbustos cercanos, Seungri había visto cómo le arrancaba el hacha del cráneo a Lee Jin Ki después de luchar con él. Ni siquiera había visto cómo habían aparecido Lee Ki Seop y Yonghwa después. Solo había sido testigo de un instante.

Podía haber interpretado aquello como un acto de autodefensa por parte de Jinyoung o como un accidente, pero Seungri había tenido demasiado miedo para confiar en Jinyoung. Y por eso había envenenado la comida, para matarlo, pero Sandeul la había probado por casualidad, y todos entraron en un torbellino de pánico. La culpable, Seungri, había resultado al final el único superviviente.

-¡Está bien, está bien…! -le gritó Jinyoung-. No pasa nada, tú simplemente no te muevas. Te subiré…

Jinyoung prácticamente estaba tendido en el suelo de la balconada, con el cuerpo sobresaliendo entre dos barrotes, pero como su brazo izquierdo estaba inutilizado, no podía agarrarse a la barandilla. Con todo, retorció el cuerpo y finalmente consiguió hacer palanca con la pierna para poder apoyar la espalda. Hizo todo lo posible por sujetar la muñeca de Seungru. El dolor de las heridas… de su costado, su hombro izquierdo y la parte derecha del cuello, era insoportable. Pero…

Con la cara llena de lágrimas, Seungri hizo un gesto de desesperación.

-No. No. Fue por mi culpa, todos… todos… -decía, y de repente intentó retorcerse y liberarse de la mano de Jinyoung. Él se aferró aún con más fuerza como respuesta instintiva, pero la sangre que resbalaba desde su cuello de repente hizo que su mano resbalara.

Seungri soltó la mano de Jinyoung y, de golpe, el brazo de Jinyoung se vio liberado de todo el peso.

El rostro de Seungri comenzó a alejarse.

Con un golpe sordo, el chico cayó de espaldas en el techo de la casa del farero. En vez de haber resbalado y haber caído en ese lugar, parecía como si hubiera aparecido allí súbitamente, como en una serie de fotografías captadas con la técnica del time-lapse.

Su cuerpo, con su saco azul marino y su pantalón marrón claro, estaba desvencijado allí… Se había roto el cuello y su cabeza adoptaba una posición muy rara respecto al resto de su cuerpo. De la coronilla partía una sustancia rojiza con la forma de una hoja de arce marchita.

-Oh…

Jinyoung se quedó mirándolo, allá abajo, con el brazo colgando en el vacío desde la balconada.

 

Estudiante número 31, Lee Seung Hyun: Muerto

 

 

 

 

 

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