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BATTLE ROYALE por SuperNova31

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Notas del capitulo:

:D Aqui les dejo! ^^

«Estudiante número 16: Kim Han Sol; estudiante número 17: Kim Hee Chul; estudiante número 21: Kim Ki Bum; estudiante número 23: Kim Ryeo Wook; estudiante número 28: Lee Jung Hwan y estudiante número 31: Lee Seung Hyun».

Las miradas de Jinyoung y Chanshik se encontraron. Sus pupilas estaban temblando. Ya estaban preparados para escuchar lo del grupo de Kibum, pero ¿Tao y Ryeowook también? ¡Y Choi Jun Hong! ¡Y Kim Hee Chul!

Solo quedaban ellos tres y Yifan.

-No puede ser… -farfulló Jinyoung. Desde que habían visto las señales de humo, no se había producido ningún tiroteo. ¿Habrían apuñalado a Tao? ¿O es que no había escuchado bien el comunicado de Jungmin? ¿Le estaban jugando una mala pasada sus oídos?

No. Jungmin prosiguió.

«Pues muy bien. Ahora ya solo quedan cuatro estudiantes. ¿Pueden oírme, Wu Yi Fan, Jung Jong Hwa, Jung Jin Young y Gong Chan Shik? Un magnífico trabajo. Estoy realmente orgulloso de ustedes. Y ahora, les comunico las nuevas zonas prohibidas».

Antes de que Jinyoung pudiera hacer marcas en su mapa, Yonghwa dijo:

-Recogan sus cosas.

-¿Eh? -preguntó Jinyoung, pero Yonghwa solo le hizo un gesto para que se diera prisa.

Jungmin prosiguió:

«Desde las siete de la tarde…».

-Vámonos. Es Yifan. De alguna manera ha averiguado cómo tenía que ponerse en contacto Tao con nosotros. Puede que le hayamos estado enviando señales a Yifan todo este tiempo.

Jinyoung inmediatamente se puso en pie. Chanshik ya estaba con su mochila a cuestas. Entonces, justo antes de que Jungmin acabara su comunicado. «Muy bien, esfuercense todo lo que puedan. Ya solo falta un poco…»., Jinyoung vio que Yonghwa estaba observando aquel sistema de alarma que consistía en unir distintos árboles pequeños con un sedal muy fino.

Y entonces vio que el sedal se caía del tronco empapado de un árbol.

-¡Al suelo! -gritó Yonghwa.

Estalló una ráfaga de disparos. Justo por encima de las cabezas de Jinyoung y de Chanshik, el muro rocoso empezó a estallar en chispas. Los fragmentos de arenisca caían sobre ellos.

Agachado, Yonghwa disparó la Uzi hacia los arbustos.

Tal vez le dio o tal vez no, pero Yifan volvió a disparar. Yonghwa gritó:

-¡Por ahí! ¡Deprisa!

Corrieron desesperadamente hacia el sur, junto al roquedal, alejándose de Yifan.

Una vez que superaron la zona en la que Yonghwa había estado utilizando el reclamo, oyeron una ráfaga de disparos otra vez. No los alcanzó. Intentaron dirigirse hacia el bosque.

Había una grieta en la roca, como hasta la cintura de alta, y de menos de un metro de ancho. Una suerte de corredor lleno de ramas y hojas secas que avanzaba hacia el sur. Jinyoung no sabía de su existencia, pero Yonghwa probablemente había escogido aquel lugar como campamento pensando precisamente en aquella hendidura, que podía servir de escapatoria. Era una especie de trinchera natural. Yonghwa los apremió para que avanzaran por allí. Jinyoung y Chanshik saltaron dentro. Yonghwa lanzó unas andanadas con la Uzi y los siguió. Varias ráfagas de disparos sonaron a sus espaldas. Un arbolillo esquelético cuyas raíces se metían en la grieta estalló hecho trizas justo al lado de la cabeza de Jinyoung.

¡Corran! -gritó Yonghwa, y avanzaron a toda velocidad por la trinchera adelante. Jinyoung casi tropezó con una rama seca que había en el fondo, pero consiguió mantenerse en pie y seguir tras Chanshik. Tras ellos, las dos armas automáticas intercambiaban disparos.

De repente, Chanshik se detuvo como si se hubiera golpeado con algo. Dejó escapar un quejido y se dobló hacia delante. Jinyoung, que estaba girado hacia Yonghwa, corrió rápidamente hacia Chanshik. ¿Se habría golpeado con algo?

No. Levantó la mirada hacia Jinyoung. Tenía un corte bajo el ojo izquierdo y la sangre corría por su mejilla. Era probable que también se hubiera cortado la mano. También estaba sangrando. La Browning que había llevado en la mano hasta ese momento estaba en el suelo, a sus pies.

Jinyoung la cogió por el hombro, miró hacia arriba, y descubrió un alambre muy delgado y doble tendido de un lado a otro de la trinchera natural, a la altura del cuello. Poco importa dónde lo hubiera encontrado Yifan (probablemente lo había desatado de algún sitio donde servía para sujetar algo), él ya había supuesto que acabarían huyendo por esa brecha. Si Jinyoung hubiera ido delante, le habría segado el cuello. Al menos eso no le había ocurrido a Chanshik… aunque le podía haber costado un ojo.

Jinyoung estaba furioso. «No sé nada de Yifan. Yonghwa ha dicho que hace lo primero que se le ocurre. No sé si es normal o anormal, si es un genio o un loco, pero ha herido a Chanshik. Y eso no se lo voy a perdonar jamás. ¡Voy a matar a ese hijo de puta!».

Se remetió la CZ75 en el cinturón para ayudar a levantarse a Chanshik, recogió la Browning y luego sujetó el hombro de Chanshik con el arma en la mano. Él se tambaleó, pero consiguió incorporarse.

Yonghwa los alcanzó mientras disparaba. Miró hacia atrás y los vio, y entonces -quizá vio de reojo el alambre-, apretó los dientes. Mientras Yonghwa se volvía de nuevo hacia el agresor, Jinyoung miró por encima de él y vio a Wu Yi Fan, aún con su abrigo escolar, saltando al interior de la grieta.

-¡Al suelo! -chilló Yonghwa, mientras disparaba a mansalva. Sujetando al frente la ametralladora, Yifan rápidamente se escondió tras una curva de la trinchera. Los disparos de Yonghwa arrancaron trozos enteros de roca en aquel saledizo. Las lascas saltaban enloquecidas.

-¡Corran! -repitió Yonghwa. Jinyoung empujó a Chanshik, pasaron bajo el alambre y salieron corriendo.

Avanzaron con más cuidado, por si había más trampas de alambre. Jinyoung se sentía frustrado. Si pudiera utilizar sus dos brazos, entonces acribillaría a Yifan a balazos mientras protegía a Chanshik.

Yonghwa seguía disparando mientras se acercaba a ellos desde atrás. Yifan volvió a utilizar la ametralladora a medida que se aproximaba a sus víctimas.

La trinchera natural, que recorría cincuenta o sesenta metros, se acabó. Jinyoung subió antes que Chanshik. Lo cogió con la mano que no tenía herida y lo subió. Él, valientemente, apretó los dientes para mitigar el dolor, pero la mitad izquierda de su cara estaba ahora llena de sangre.

-¡No se paren! -gritó Yonghwa en mitad del tiroteo. Jinyoung cogió a Chanshik de la mano y se internaron entre los arbustos.

Cuando salieron de los arbustos, se encontraron en el jardín frontal de una mansión residencial construida en la falda de la montaña. Era una antigua edificación de un solo piso. Había una camioneta blanca justo en el camino de entrada, delante de la casa. Por alguna razón había una lavadora y un refrigerador, ambos tumbados, cargados en la camioneta. ¿Irían a tirarlas?

-¡Detrás de la camioneta, detrás de la camioneta! -gritó Yonghwa. Jinyoung y Chanshik corrieron por la tierra convertida en un barrizal. Cogidos de la mano, consiguieron llegar a apostarse tras la camioneta.

Para cuando llegó Yonghwa y se lanzó al suelo, Jinyoung había colocado a Chanshik en un lugar protegido y estaba con la Browning en la mano. Llegó a avistar una figura moviéndose entre los matorrales a la que disparó varias veces. Sintió un dolor punzante que le recorrió el hombro izquierdo desde el lugar donde tenía alojada la bala. El dolor le produjo un calor intenso, pero tenía que ignorarlo.

Yonghwa recargó un cartucho en la Uzi y se lo entregó a Jinyoung.

-Dispárale. Mantenlo alejado -le dijo.

Jinyoung dejó la Browning a sus pies, cogió la Uzi y ametralló la zona en la que Yifan había vuelto a aparecer.

Este no devolvió los disparos. Cuando Jinyoung miró por encima del remolque de la camioneta, Chanshik se colocó a su lado. Tenía en sus manos la Browning que él había dejado en el suelo.

-¿Estás bien, Chanshik? -le preguntó, mientras oteaba buscando los movimientos de Yifan entre los arbustos.

-Perfectamente -replicó Chanshik.

Jinyoung miró de reojo a Yonghwa, que había abierto la puerta de la camioneta, se había colado en el asiento del conductor y había empezado a trajinar con algo…

Con el repentino ruido del motor en funcionamiento, la chapa en la que estaban apoyados Jinyoung y Chanshik cobró vida. La rotación del motor se convirtió en un murmullo ronco, y las gotas de agua del chasis comenzaron a temblar con la vibración.

Yonghwa asomó la cabeza por la ventanilla.

-¡Vamos! ¡Tenemos que largarnos de aquí! ¡Deprisa, Chanshik!

Yonghwa le ofreció su mano y la ayudó a subirse a la camioneta.

-¡Jinyoung! ¡Al asiento del copiloto!

Yonghwa gritaba mientras empezaba a dar marcha atrás, en dirección a Yifan, y luego giró. Ahora el asiento del copiloto estaba delante de Jinyoung. Chanshik le abrió la puerta desde dentro.

Las andanadas de metralleta estallaban en la chapa de la camioneta mientras Jinyoung alargaba la mano para agarrarse al vehículo. Esta vez, la ráfaga de disparos se vio acompañada de un martilleo metálico. Se formó un agujero en la diminuta cabina de la camioneta y la bala salió por el parabrisas delantero, justo delante de Yonghwa. Jinyoung se apoyó en la camioneta -sabía dónde estaba Yifan-, apuntó hacia delante con la Uzi y disparó a saco. La esquiva figura se escabulló entre los arbustos que rodeaban las casas cercanas. Yifan había conseguido llegar hasta allí.

Sin un segundo que perder, Jinyoung saltó al asiento del copiloto. Yonghwa apretó el acelerador. La camioneta derrapó en el camino de entrada sin pavimentar. La ametralladora seguía disparando, destrozando la manguera de la lavadora que llevaban en el remolque. Se revolvió como una serpiente en el aire, cayó fuera del vehículo y desapareció tras ellos.

El tiroteo cesó.

-¿Estás bien, Chanshik? -preguntó Jinyoung.

Chanshik inclinó la cara, cubierta de sangre, y asintió.

-Sí.

Pero aún estaba en tensión. Todavía llevaba en la mano la Browning. Jinyoung se pasó la Uzi a la otra mano y la sujetó entre las piernas, sacó una bandana del bolsillo y le secó la cara a Chanshik. La sangre seguía brotando de la herida, y se veía la carne viva debajo. Una simple operación no sería suficiente para quitar la cicatriz de aquella herida. Hacerle eso a él…

-Maldita sea… -Jinyoung buscó con la mirada a Yonghwa, que iba conduciendo-. Siempre sabe dónde estamos un instante antes. Por eso supo por dónde íbamos a escapar.

Pero Yonghwa negó con la cabeza.

-No -dijo mientras apretaba el acelerador para zigzaguear por la ondulante carretera-. No podía saberlo con seguridad. Solo se lo imaginó al final. De lo contrario, se habría presentado antes del comunicado de Jungmin. Nosotros habríamos salido a recibirlo con los brazos abiertos, pensando que era Tao, y entonces habría acabado con nosotros tan tranquilamente. No sabía dónde estábamos, y por eso, en los intervalos de las llamadas del reclamo, colocó ese alambre para hacer tiempo mientras esperaba la siguiente. Probablemente colocó alambre también en otros lugares.

Jinyoung pensó que eso podía ser verdad. Para hacer tiempo mientras esperaba… Pero al final, ese alambre había sido el que casi degüella a Chanshik.

-A ver, Chanshik, enséñame la mano —-e dijo.

Chanshik dejó entonces la pistola (la empuñadura también estaba cubierta de sangre) y le mostró la mano a Jinyoung. Parecía pequeña y leve, pero había un agudo desgarrón que iba desde la palma hasta el dedo anular. Tenía la palma de la mano cubierta con un dibujo de sangre con el diseño de la empuñadura de la pistola. El cable debió de cortarle primero la cara y luego, cuando cayó, le desgarró la mano que había puesto delante mientras caía. La herida podría haber sido mucho más grave sí no hubiera tenido la pistola en la mano.

Jinyoung quiso vendar la mano de Chanshik con la bandana, pero se dio cuenta de que no podía utilizar la izquierda.

-Estoy bien, estoy bien… Yo lo haré -dijo Chanshik. Le cogió la bandana a Jinyoung, la sacudió, la desplegó y luego se la envolvió en la mano derecha. Dobló las puntas y la ató. Después volvió a coger la Browning.

Al otro lado del parabrisas agujereado y quebrado, de repente se abrió el paisaje. La camioneta iba descendiendo la montaña. A la luz del atardecer, aquellos campos de la llanura se extendían entre los bosques montañosos.

Jinyoung se dio cuenta de algo importante.

-¡Yonghwa! ¡Nos dirigimos a una zona prohibida!

-No te preocupes. Sé lo que me hago -contestó este, mirando al frente-. ¿Lo has oído? Las zonas prohibidas son la B-7 a partir de las siete de la tarde; la E-10 después de las nueve, y la F-4 a partir de las once. Apúntalo en el mapa.

Jinyoung también se acordaba. Sacó el mapa ajado del bolsillo, lo extendió sobre los muslos y marcó las zonas prohibidas mientras la camioneta se bamboleaba de un lado a otro.

El vehículo bajó por el camino y pasaron junto a unas casas. Entraron en una carretera más ancha, esta vez pavimentada. Al fondo de aquella sucesión de amplios campos se veían las montañas del sur.

A la izquierda, aproximadamente a doscientos metros, había una casa que parecía estar en zona prohibida. Había otras dos un poco más allá. Y luego había casas dispersas que conducían a la zona residencial de la isla, en la costa oriental. Antes de llegar a esa zona estaba el campo, ahora oculto por la loma de la colina, donde se habían topado por vez primera con Yifan. En otra colina, un poco más allá, estaba la escuela, pero tampoco podían verla desde la carretera.

Yonghwa redujo la velocidad mientras avanzaban por la llanura y continuó adelante. Ahora tenían enfrente precisamente la amplia carretera que cruzaba longitudinalmente, de parte a parte, la isla.

Dejaron atrás los sembrados y salieron finalmente a la carretera. Yonghwa giró el volante y luego lo enderezó. Detuvo la camioneta en medio de la carrera, dejando el motor en punto muerto. Entonces le pegó un puñetazo al parabrisas astillado y todo el cristal cayó hecho añicos sobre el capó de la camioneta. Los pedacitos de cristal hicieron un ruidillo metálico al caer sobre la chapa.

-Comprueba el mapa -dijo Yonghwa, volviendo a colocar la mano sobre el volante. Jinyoung sacó el mapa otra vez-. Si no recuerdo mal, deberíamos poder seguir esta carretera todavía hasta el este. ¿No?

Jinyoung examinó el mapa con Chanshik.

-Sí, exactamente. Pero el F-4, que está ahí delante se va a cerrar a las once de la noche.

-Eso da igual -dijo Yonghwa, y sus ojos centellearon mirando al frente. El asfalto negro y empapado se extendía delante como una línea recta-. ¿Así que esta carretera nos conduce directamente hasta la zona residencial?

-Sí, todo recto hasta el cruce del pueblo.

Yonghwa solo contestó con un gesto como toda respuesta. Jinyoung asomó la cabeza por la ventana de nuevo y miró hacia atrás.

-¿Dónde andará Yifan?

Yonghwa se volvió hacia Jinyoung.

-Vendrá. Desde luego. Puedes estar… -Estaba diciendo eso, cuando una furgoneta vieja y destartalada de color caqui apareció en la curva de la pista de montaña que ellos acababan de descender. Jinyoung inmediatamente se dio cuenta de que era el vehículo que estaba aparcado junto a la casa que acababan de dejar atrás.

Yonghwa colocó el espejo retrovisor y dijo:

-¿Ves?

Rápidamente se fue acercando a ellos y, justo en el momento en que Jinyoung estaba confirmando que era Yifan el que estaba sentado en el asiento del conductor, una andanada de disparos salieron de aquel vehículo. Jinyoung metió enseguida la cabeza. Las balas golpearon la camioneta con un sonido de lata perforada. Yonghwa apretó el acelerador y el vehículo avanzó por la ancha carretera, en dirección este.

Cuando Jinyoung se volvió a asomar por la ventana, vio que Yifan cogía la misma carretera también. Jinyoung disparó con la Uzi. La furgoneta giró levemente hacia la derecha y esquivó los disparos. Los reflejos de Yifan eran también fabulosos con el volante.

-Apunta bien, Jinyoung.

Poco después, la furgoneta de Yifan cogía velocidad y ya estaba a punto de darles caza.

-¡Yonghwa! ¿No puedes ir más rápido?

-Tranquilo -respondió, y giró el volante lentamente de izquierda a derecha… así probablemente Yifan no podría apuntar a los neumáticos.

Yifan comenzó a disparar de nuevo, y Jinyoung metió la cabeza dentro de la cabina. Parecía que su rival también había destrozado el parabrisas, y así tenía más control con las armas. Jinyoung volvió a asomarse y disparó contra el cuerpo de Yifan, que dio un volantazo y esquivó la andanada. Apenas se agachaba.

La serie de casquillos que saltaban despedidos del arma se detuvo de repente, y el mecanismo del gatillo de la Uzi dejó escapar un chasquido metálico. Jinyoung se dio cuenta de que se le habían acabado las balas.

Yonghwa se inclinó por encima de Chanshik y le dio otro cargador. Antes de que Jinyoung pudiera cogerlo, la furgoneta de Yifan aceleró repentinamente. Jinyoung sacó su CZ75 y disparó. Implacable, Yifan se acercó a ellos.

-Maldita sea -dijo Yonghwa. Su perfil se quebró en una mueca de disgusto-. Estás jodidamente equivocado si crees que me puedes vencer conduciendo.

Yonghwa de repente dio un volantazo. Al mismo tiempo, tiró del freno manual con la mano izquierda.

Jinyoung se golpeó contra un lateral. La camioneta dio un trompo igual que en las pelis de persecuciones de coches.

Mientras la camioneta giraba sobre el asfalto, la furgoneta de Yifan pasó a toda velocidad junto a ellos. Aquel familiar traqueteo de las ráfagas de ametralladora se oyó muy cerca desde el lado del conductor. El espejo retrovisor estalló en mil pedazos sobre la cabeza de Chanshik.

-¡Agáchense! -gritó Yonghwa. Pero Jinyoung estaba muy ocupado disparando a Yifan con su CZ75.

Fue un milagro que las balas de la ametralladora de Yifan no alcanzaran a Jinyoung. Pero sus disparos tampoco impactaron en Yifan. Cuando el parachoques frontal de la camioneta rozó la aleta izquierda de la furgoneta, Jinyoung vio de cerca los ojos eternamente gélidos de Wu Yi Fan.

Los neumáticos chirriaron contra la superficie húmeda de la carretera. Finalmente dejaron de dar vueltas y se detuvieron. Para cuando se pararon, las posiciones de cazador y presa se habían invertido.

Yonghwa había conseguido esquivar el impacto frontal de la furgoneta de Yifan, con un trompo completo. Ahora era Yifan quien iba delante. Yonghwa inmediatamente aceleró tras él. El motor rugió con una repentina oleada de potencia, y la camioneta se lanzó a toda velocidad hacia la parte trasera de la furgoneta de Yifan, que iba mirando hacia atrás.

-¡Dispara, Jinyoung, dispara! ¡Todo lo que tengas! -chilló Yonghwa.

No hubo que repetírselo. Jinyoung apretó el gatillo de su Uzi recién recargada con toda su alma, y descargó toda la andanada con el automático. Sabía que los casquillos del cargador estaban saltando y dándole a Chanshik, pero no podía preocuparse por eso ahora. El parabrisas trasero de la furgoneta saltó hecho pedazos. Con un estallido, la portezuela trasera se abrió. Luego reventó el neumático izquierdo con otro estallido. A Jinyoung se le habían acabado ya las balas, pero la furgoneta iba ahora tambaleándose junto a la cuneta.

Yonghwa apretó el acelerador y se colocó en la parte izquierda de la furgoneta, giró el volante y golpeó con la parte izquierda de la camioneta contra el otro vehículo.

A ellos les pareció un golpe violentísimo, pero eso no fue nada comparado con el daño que le hizo a la furgoneta de Yifan. Al principio, perdió el control, y luego se deslizó sobre la parte derecha de la carretera y voló por encima de la cuneta. Un instante después aterrizaba en los campos cercanos y se estampaba de frente contra el suelo. Un montón de hojas de berzas salieron volando.

De repente, todo quedó en silencio.

Yonghwa detuvo el vehículo en la carretera, enfrente de donde estaba la furgoneta, y tiró del freno de mano. Miró la furgoneta allí detenida.

-Dame la ametralladora, Jinyong -dijo Yonghwa. Jinyoung le entregó la Uzi. Yonghwa cambió el cargador, sacó el brazo por la ventana, apuntó el arma a la furgoneta y apretó el gatillo. La mano de Yonghwa se sacudió violentamente. Incluso desde el asiento del copiloto Jinyoung podría jurar que la furgoneta estaba acribillada a balazos.

Yonghwa vació el cargador, metió otro y volvió a disparar a saco. Introdujo otro cargador y lo vació también. Entretanto, Chanshik estaba metiendo balas sueltas en un cargador vacío con la mano herida.

Cuando lo terminó, Yonghwa cogió ese también y lo descargó contra la furgoneta. Chanshik seguía rellenando cargadores. Ligeramente inclinado hacia delante, Jinyoung miraba las laboriosas manos de Chanshik y luego las de Yonghwa, y finalmente lo que quedaba de furgoneta.

Hicieron esa maniobra una vez, y otra más. La Uzi era un 9 mm, así que acabaron utilizando las balas del CZ75 y de la Browning.

El gatillo de la Uzi indicó por fin que el cartucho estaba vacío con un chasquido metálico. Ya no quedaban balas. Un humo azulado ascendía del cañón corto de la Uzi. La estrecha cabina de la camioneta se había llenado con el olor de los disparos de arma de fuego. ¿Cuántas balas habría disparado Yonghwa? La Uzi que Jinyoung había cogido al grupo de Kibum venía con cinco cargadores extra y un montón de balas sueltas, pero si había que incluir las del CZ75 y las del Browning, probablemente habían descargado más de doscientas cincuenta balas. O trescientas.

Con la parte izquierda del copiloto mirando hacia ellos, la furgoneta estaba hecha un colador. Se parecía más bien a un colador con forma de coche.

El cielo había adquirido unos tonos anaranjados. Jinyoung no podía entretenerse a mirarlo, pero, a juzgar por la luz, imaginó que habría un bonito atardecer en el cielo del oeste.

-¿Le has dado? -preguntó Jinyoung. Yonghwa estaba a punto de contestar cuando…

La furgoneta se movió. Estaba retrocediendo. Cruzó el sembrado y subió el terraplén de la carretera. ¡Otra vez se había colocado tras la camioneta!

Jinyoung estaba sin palabras. No solo seguía funcionando el motor de aquel cacharro, sino que Yifan todavía estaba vivo y podía manejar el vehículo, Yonghwa lo había apostado todo a vaciar todas las balas que tenían y, sin embargo… ¡Yifan todavía estaba vivo!

Tras el capó acribillado de la furgoneta, el tronco de Yifan se enderezó como el payaso de una caja de sorpresas. Sonó aquella ráfaga mortal y la pequeña ventanilla que había tras Chanshik saltó en mil pedazos. Se vieron dos agujeros en el panel trasero. La camioneta era un modelo fabricado con chapa vulgar, y a Jinyoung le sorprendió que el vehículo aún siguiera sin desvencijarse. También tenían que dar gracias a la lavadora y al frigorífico que llevaban en el remolque. Aunque a lo mejor Yonghwa los había puesto allí previendo que pudiera darse esa situación.

-¡Mierda! -Yonghwa apretó el acelerador y salieron zumbando-. ¡Dispara, Shuya! ¡Cúbreme!

Jinyoung disparó el CZ75 contra la furgoneta. Yifan devolvió la andanada y las balas rebotaron en la chapa, junto al rostro de Jinyoung, haciendo saltar chispas del chasis del vehículo.

Jinyoung vació el cargador enseguida. Lo cambió y volvió a disparar, pensando mientras apretaba el gatillo: «Cuando se acabe este, se terminaron las balas. Solo tenemos la Browning de Chanshik y otro cargador. Y ya».

Mientras él dudaba, Yifan disparaba. Oyó una nueva ráfaga. Y ruidos metálicos. Esta vez las chispas salían de la nevera del remolque. La pequeña puerta del congelador ondeó como una bandera y luego cayó al suelo.

-¡Yonghwa, me he quedado sin balas!

Este siguió conduciendo con calma.

-Su ametralladora tampoco le servirá de nada. No tiene tiempo para recargarla.

Justo cuando Yonghwa  estaba diciendo aquello, volvieron a recibir más disparos. ¡BANG! ¡PAWN! Y un trozo del asiento de Chanshik salió volando por los aires.

-¡Chanshik! ¡Agáchate! -chilló Jinyoung, sacó el brazo por la ventana, apuntó a Yifan, que ahora sostenía una pistola en una mano, y disparó. Se quedó sin balas. Le arrebató la Browning a Chanshik de las manos y disparó de nuevo.

A la izquierda de la carretera, entre las casas y los campos, estaban los restos de una nave abrasada hasta los cimientos. Aquello debía ser a lo que se había referido Yonghwa, el edificio que voló por los aires, envuelto en llamas, con una violenta explosión, a altas horas de la noche. Ya estaban a menos de doscientos metros de la curva que los conduciría a la zona residencial de la parte oriental de la isla.

-¡Eh, Yonghwa, ahí está…!

-Ya lo sé -contestó este, y giró el volante hacia la izquierda. La parte derecha de la camioneta, donde estaba Jinyoung, se levantó en el aire. Pero enseguida recobró la estabilidad y el vehículo se adentró por una pista sin pavimentar. Era otro camino que discurría zigzagueando entre los campos y se dirigía cuesta arriba hacia las montañas del norte. Yifan los seguía en la furgoneta.

Jinyoung apuntó y disparó. Yifan se agachó y disparó a su vez. Esta vez hizo un agujero en la chapa por encima de la cabeza de Yonghwa.

-¡Jinyoung, tú sigue disparando hasta que se te acabe todo! ¡No le dejes disparar! -chilló Yonghwa, inclinado sobre el volante. Jinyoung se percató de que el hombro izquierdo de su abrigo escolar estaba desgarrado y sangraba. Yifan le había alcanzado.

Jinyoung estaba a punto de maldecir, pero lo único que hizo fue asomarse por la ventanilla y seguir disparando. Puede que Yonghwa estuviera pensando en volver a huir a las montañas. Si era así, entonces la cuestión era asegurarse de que Yifan no pudiera disparar. Tal vez, con un poco de suerte, Jinyoung podía acertarle…

Disparó.

Y entonces la Browning también se quedó sin balas: abrió el tambor vacío. Ya no tenía munición.

Se estaban aproximando a las colinas. Un paisaje conocido. Sin embargo, extrañamente, allí había una granja rodeada de un muro de cemento. Y un sembrado. Un tractor.

Jinyoung se dio cuenta de que aquel sitio era el primer lugar donde habían luchado con Yifan. Pero habían llegado por el lado contrario.

-¡Yonghwa, no tengo balas! ¿Vamos a huir hacia las montañas?

Jinyoung pudo ver el perfil de Yonghwa, que dibujaba una mueca de dolor.

-No, todavía tenemos munición -contestó.

Jinyoung frunció el entrecejo, un tanto confuso.

La camioneta se abrió paso por el camino de entrada que conducía a la granja y giró violentamente hacia un camino lateral elevado. Pasó junto al tractor. El camino que tenían delante se estrechaba demasiado para que pudiera pasar la camioneta.

A Yonghwa no le pareció importar esto y condujo el camión todo recto, hacia delante. Yifan venía tras ellos, manteniéndose a la misma distancia por detrás… a solo unos veinte metros. Disparaba mientras iba conduciendo.

La camioneta se adentró en la granja y se detuvo. El lado del copiloto, donde estaba sentado

Jinyoung, ahora estaba enfrente de Yifan. Yonghwa abrió la portezuela de una patada y gritó:

-¡Vamos, fuera, salgan de ahí! ¡Por aquí! -Y saltó fuera.

Jinyoung empujó a Chanshik, que salió agachado por la puerta del conductor. Jinyoung aún tuvo tiempo de mirar atrás desde la cabina. ¡La furgoneta de Yifan venía justo hacia ellos!

Hubo un estallido.

La rueda delantera izquierda de la furgoneta de Yifan había estallado. Estaba solo a diez metros de ellos.

La furgoneta se tambaleó y luego resbaló por la cuneta del camino elevado, hacia la izquierda. Su frontal voló en el aire como un surfista que hubiera cogido una buena ola. Un instante después daba varias vueltas de campana cayendo a los sembrados.

Más o menos cuando la furgoneta se detuvo por completo, una sombra negra salió de ella. Rodó dando varias volteretas y se detuvo de rodillas; entonces Jinyoung vio que era Yifan. Salieron miles de chispas de sus manos con continuos estallidos. Entonces se produjo otra explosión.

Jinyoung aún estaba dentro del camión cuando lo vio a través de la ventanilla del copiloto: vio el cuerpo de Wu Yi Fan lanzado hacia atrás como una flecha.

Yifan aterrizó en el sembrado con un golpe sordo. Se quedó completamente quieto.

Jinyoung de repente recordó cómo había muerto Lee KI Seop. Y su barriga, con el aspecto del contenedor de basura de una fábrica de salchichas. Yifan estaba demasiado lejos para que Jinyoung pudiera saber cómo tenía la barriga. Sin embargo, dado el modo como había sido acribillado con la posta, no había modo de que pudiera seguir con vida.

Entonces, Jinyoung finalmente salió de la camioneta. Cuando se incorporó junto al vehículo, vio a Yonghwa con su recortada… ¡la que Jinyoung había abandonado en el campo cuando salió corriendo mientras huía de Yifan!

«Todavía tenemos munición». Yonghwa había recogido la recortada que Jinyoung había tirado el día anterior, la había recargado con cartuchos que aún tenía (seguramente solo tuvo tiempo de cargar dos tiros en aquel intervalo de tiempo), y disparó… derribando a Yifan.

-Falló con su ataque por sorpresa -dijo Yonghwa lentamente-. Por eso ha perdido. Porque en aquel momento nos pudo cazar a los tres.

Inspiró profundamente y tiró la recortada en el interior del remolque de la camioneta. El arma hizo un ruido sordo al golpear contra la nevera. Yonghwa sacó un paquete de Wild Seven del bolsillo. Cogió un cigarrillo y lo encendió.

-Estás sangrando, Yonghwa-dijo Chanshik, apuntando a su hombro izquierdo.

-Sí -Yonghwa miró de reojo la herida y luego sonrió-. No es nada -dijo, y expulsó el humo.

¡BANG!

Yonghwa se inclinó hacia delante. El Wild Seven se le cayó de la boca, dejando suspendido en el aire un rastro de humo. Aquel rostro de barba incipiente se retorció en una mueca de dolor.

Jinyoung vio a Yifan, medio incorporado en el sembrado, sujetando una pistola en la mano derecha.

¡Todavía estaba vivo! ¡Pero si le habían dado de lleno con la recortada!

El cuerpo de Yonghwa se inclinó hacia delante y se derrumbó. Yifan inmediatamente apuntó su arma hacia Jinyoung, que se dio cuenta de que estaba, igual que Yonghwa, no muy detrás de la camioneta. No tenía arma alguna en las manos. No… y no tenía balas. Demasiado tarde para recargar la recortada que había en el remolque de la camioneta. Desde luego, ya era demasiado tarde.

El pequeño cañón de la pistola de Yifan, que se encontraba a unos diez metros de distancia, le pareció un túnel gigante. Un agujero negro que lo absorbía todo.

¡BANG!

Jinyoung cerró instintivamente los ojos. Sintió una punzante sensación que le recorría todo el pecho y pensó: «Mierda, Jinyoung, te vas a morir…».

Abrió los ojos. No estaba muerto.

Allí estaba Yifan, a contraluz del anaranjado atardecer, con una mancha roja sobre su nariz. Se lecayó el arma de las manos. Enseguida se derrumbó hacia atrás y se estampó contra el suelo.

Jinyoung lentamente volvió la cabeza hacia la izquierda. Chanshik estaba allí, de pie, sujetando el revólver Smith & Wesson del 38 que Jinyoun había abandonado por allí con sus balas especiales del calibre 38.

Las manos de Chanshik temblaban con la pistola en la mano.

-Ah… -Yonghwa se incorporó antes de que Jinyoung pudiera incluso ayudarle.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó Jinyoung nerviosamente.

Yonghwa no contestó. Cogió la recortada del camión, y mientras la recargaba con varios cartuchos que llevaba en el bolsillo, avanzó hacia Yifan.

A dos metros exactos de él, le apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. La cabeza de Yifan solo hizo un movimiento leve.

Yonghwa se volvió sobre sus talones y regresó.

-¿Estás bien? -le preguntó Jinyoung otra vez.

-Sí, ya estoy bien.

Yonghwa avanzó hacia Chanshik, le cogió con delicadeza las manos, que aún sostenían la Smith & Wesson, y se las bajó.

-Está muerto -dijo calladamente-. Lo he matado yo. No tú. -Luego se volvió hacia el cadáver de Yifan-. Llevaba un chaleco antibalas -dijo.

-Yonghwa… -dijo Chanshik, con la voz ligeramente temblorosa-. ¿De verdad estás bien?

Él le sonrió cariñosamente, y asintió.

-Estoy bien. Gracias, Chanshik.

Entonces sacó su paquete de cigarrillos de nuevo. Parecía vacío, así que miró a su alrededor, recogió el cigarrillo encendido que se le había caído de la boca y lentamente se lo llevó a los labios.

Jinyoung se volvió y observó la puesta de sol, en el horizonte de la isla. Se había acabado. Al menos aquel juego imposible. Y ahora, incluido Wu Yi Fan, treinta y nueve compañeros de clase estaban muertos y desperdigados por toda la isla.

Jinyoung sentía aquel turbio mareo otra vez. A lo mejor sus pensamientos estaban embotados por aquel sentimiento de vacío. ¿De qué mierdas había ido todo aquello?

Los rostros de todos sus amigos estallaron en su pensamiento como fogonazos. El rostro de Kang Dong Ho, cuando gritaba «¡Te mataré, te mataré!». Shin Dong Woo sonriendo cuando Jinyoung salió de la escuela de la isla. Lee Jin Ki cuando esgrimía su hacha con los ojos inyectados en sangre. Huang Zi Tao, que desapareció en la oscuridad del bosque, tras haberlos visitado en la clínica, diciendo «Tengo que ver a Kim Ryeo Wook». Shin Dong Ho, cuando huía de Jinyoung después de disparar a Bang Cheol Yong. El lloroso Kim Ki Bum, diciendo «No sabría qué hacer si te murieras». Lee Seung Hyun que se soltó de su mano. Y la gélida mirada de Wu Yi Fan, que los había acosado hasta el final.

Todos habían muerto. No solo se habían destruido vidas, sino muchas otras cosas.

Pero no todo había acabado.

-Yonghea -dijo Jinyoung. Su amigo levantó la mirada, con el cigarrillo convertido en nada en su mano-. Deberíamos curarte.

Yonghwa sonrió.

-Estoy bien. No es nada. Ocúpate de las heridas de Chanshik. -Y luego dijo-. Voy a recoger las armas de Yifan. -Y avanzó hacia la furgoneta acribillada.

 

 

Estudiante número 39, Wu Yi Fan: Muerto

 

 

 

 

 

QUEDAN 3 ESTUDIANTES

 

Notas finales:

:O Con la finalización de este capítulo entramos en la etapa final ^^ 

Dejen RW's para que suba el próximo capítulo!


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