Yonghwa emprendió el camino de la montaña. Las armas que había recogido del arsenal de Yifan las llevaba en la mochila. No se las ofreció a Chanshik ni a Jinyoung. Ya no era necesario que las tuvieran.
Jinyoung siguió a Yonghwa mientras sujetaba a Chanshik con el brazo izquierdo. De momento le habían limpiado la herida de la mejilla a Chanshik con agua y se la habían cubierto con cuatro tiritas. Yonghwa dijo que sería mejor no coser la cicatriz. Jinyoung le lavó la mano y se la volvió a vendar con la bandana.
Yonghwa también se ocupó enseguida de curarse sus heridas.
Ya estaba oscureciendo en las montañas, pero no había ninguna necesidad de abrirse paso entre los arbustos, así que resultaba relativamente fácil ascender. La tierra, tapizada con montones de hojas muertas, estaba empapada tras todo un día de lluvia.
Ya habían cubierto una buena distancia desde que Yonghwa dijera: «Vamos a subir la montaña», y empezaran a caminar.
-Yonghwa -le dijo Jinyoung. Su guía se volvió-. ¿Adónde vamos?
Yonghwa sonrió.
-Aún tenemos un trecho por delante. Ustedes solo síganme.
Jinyoung recolocó su brazo en torno a Chanshik y ambos lo siguieron.
La cumbre con la plataforma de vigilancia donde habían asesinado a Kim Min Seok y Woo Sung Hyun, en la cara sur de la montaña, se había convertido en zona prohibida hacía ya mucho tiempo.
Yonghwa se detuvo justo antes de que entraran en la zona, a medio camino de la cima. «Ahora que lo pienso -meditó Jinyoung-, un poco más abajo fue donde vi cómo Shin Dong Ho disparaba contra Bang Cheol Yong».
-Esto debería funcionar… -murmuró Yonghwa para sí.
La cuesta y los bosques acababan allí, y la zona ofrecía una buena panorámica general. Podían ver toda la isla, ahora envuelta en una semioscuridad azulada tras la puesta de sol, donde había tenido lugar la feroz batalla entre los alumnos de tercero B del instituto Choosen para chicos. Sin embargo, la escuela donde se encontraba su enemigo final y definitivo, Jungmin, no se veía por culpa de unas colinas.
Jinyoung inspiró profundamente. Luego preguntó:
-¿Qué hacemos aquí ahora? ¿Cómo vamos a huir?
Yonghwa sonrió sin mirar a Jinyoung. Luego le dijo:
-Tranquilo. Echa un vistazo hacia allí.
Jinyoung y Chanshik miraron hacia donde estaba apuntando Yonghwa.
Eran las montañas del sur. Aunque cada vez estaba más oscuro, aún podían ver el mar detrás, varias islas y, más allá, tierra firme. Jinyoung distinguió incluso las débiles luces dispersas de tierra firme. Si estuvieran más cerca, incluso podrían haber distinguido cuáles eran de neón y cuáles eran las farolas de las autopistas.
Ahora Jinyoung también sabía que aquella era la isla de Gijiang, en el Mar de Japón. Había otras dos islas cerca, y luego ya tierra firme, las costas de Busan.
-No lo conozco muy bien -dijo Yonghwa-, pero creo que allí mismo está vuestra casa. Allí es donde debe de estar Choosen. No la volverán a ver, así que mirenla bien.
«¿Significaba eso que nunca volverían porque iban a escapar del país o…?».
Jinyoung se volvió para observar a Yonghwa.
-No me digas que hemos hecho todo este camino hasta aquí solo para esto.
Yonghwa dejó escapar una risilla nerviosa.
-¡Eh!, ¿por qué te enfadas? -Y luego le dijo-: Enséñame tu arma. Hay una cosa que tengo que comprobar.
Chanshik le entregó su Smith & Wesson a Yonghwa. Él abrió el tambor y lo comprobó. Jinyoung pensó que Chanshik lo había recargado después de haberle pegado aquel tiro a Yifan.
Yonghwa no le devolvió el arma y, por el contrario, la cogió con su mano derecha. Inspiró profundamente y dijo:
-¿Recueran que les dije muchas veces que para hacer esto yo debía contar con un grupo y que mi intención podría ser matarlos a los dos al final?
Jinyoung levantó las cejas.
-Sí, lo dijiste, ¿y?
-Sí, ¿y? -repitió Chanshik.
-Bueno -dijo Yonghwa-, pues han perdido.
Y les apuntó con la Smith & Wesson.
Jinyoung sintió que se le formaba una extraña expresión en el rostro. Como si sonriera y al mismo tiempo estuviera estupefacto. Chanshik probablemente se sentía igual.
-¿Qué significa esto? -dijo Jinyoung-. No es un buen momento para chistes.
-Lo digo en serio -dijo Yonghwa, y amartilló el arma.
La media sonrisa de Jinyoung se desvaneció. Sintió que Chanshik se ponía rígido bajo su brazo derecho.
-Pueden disfrutar de la panorámica un poco más. Ya les he dicho que será la última vez que lo vean. -Su rostro de barba incipiente dejó escapar una ligera sonrisa. Era una sonrisa siniestra que nunca le habían visto.
Un cuervo graznó. ¿Acaso estaba volando en el cielo del atardecer?
Jinyoung al final se atrevió a hablar. Sus sentimientos no se encontraban sincronizados con la situación; lo único que pudo hacer fue tartamudear patéticamente.
-Pero ¿qué…? ¿Qué… de qué… estás hablando?
-Eres un poco tarado, ¿no? -contestó Yonghwa con un gesto de molestia-. Voy a matarlos a los dos. Yo soy el ganador. Por segunda vez.
Los labios de Jinyoung temblaban. «No. Esto no puede ser».
-Vamos… déjalo ya… -titubeó-. Entonces… entonces… ¿has estado fingiendo hasta ahora? Pero tú… tú… tú nos protegiste. Nos ayudaste un montón… de veces…
Yonghwa replicó con toda la tranquilidad:
-Ustedes son los que me han ayudado a mí. Probablemente no podría haber matado a Yifan sin su ayuda.
-Entonces… ¿toda aquella historia sobre Hongki también era mentira? -Las palabras de Jinyoung temblaban. Cuanto más intentaba mantener la firmeza en su voz, más gritos daba.
-Ajajá -contestó Yonghwa con gesto cortante-. Es verdad que participé en el Programa de Mokkpo el año pasado, y es verdad que había un chico llamado Lee Hong Ki. Pero no había nada entre nosotros. El chico de la foto es mi novio, pero se llama Lee Sung Min, y no tiene nada que ver con el otro. Aún vive en Mokkpo. Está loco. Bueno, es igual, insistió en que me quedara con esta foto. Tengo que decir que folla muy bien, de todos modos.
Jinyoung inspiró profundamente. Una ligera brisa del inminente verano sopló contra su rostro, pero por alguna razón le pareció un viento helado. Luego preguntó con cautela:
-¿Y lo del reclamo…?
Yonghwa le dio otra respuesta cortante:
-Me lo encontré en la tienda de ultramarinos del pueblo. Me figuré que podría resultarme útil. Y así fue, al final.
Cada vez era más de noche.
-Perdieron en el momento en que confiaron en mí -prosiguió Yonghwa, pero Jinyoung aún no podía creérselo. «No puede ser. Simplemente, no puede ser». Entonces se le pasó por la cabeza que aquello podía ser… «Esto debe de ser por…».
Chanshik habló después de Jinyoung.
-Yonghwa… ¿esto es una prueba para ver si realmente puedes confiar en nosotros?
Yonghwa hizo un gesto de aburrimiento:
-Es increíble que aún sigan creyendo en los cuentos de hadas.
Aquellas fueron sus últimas palabras. Yonghwa levantó la pistola y lentamente apretó el gatillo.
Dos disparos rasgaron la noche que descendía sobre la isla.
QUEDA 1 ESTUDIANTE
GAME OVER
INFORME DEL PROGRAMA DE TERCERO B DEL INSTITUTO CHOOSEN
SISTEMA DE GRABACIÓN - CUARTEL GENERAL