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Reparando la vida por Rukia Matsuoka

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Aqui, presentandoles el capitulo doce recien salido de word XD

He de decirle que acababa de pasar un terror horrible, iba a subir el capitulo mas temprano pero solo me quede con el dedo en el Ctrl+V cuando se fue la luz y yo con cara de «What!» y cuando volvio busque el capitulo en mi memoria USB y se me fue el alma cuando vi que solo habia Reparando la vida hasta el capitulo ocho y yo «¡¿Y el capitulo doce y los demas?!» hasta que volvi a actualizar y aparecieron todos...en fin casi me da un paro.

De nuevo, agradeciendoles a aquellos que me dejan un adorable review y a aquellos que se toman su tiempo para leer la historia.

Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto

Itachi se sentía inquieto, así que decidió salir temprano del trabajo y pasar a comprar comida vegetariana para los niños y un delicioso filete de res y arroz para su embarazado rubio. Había hecho un trato con Deidara que se encargaría de los tres tiempos de comida de forma saludable con tal que no se levantara de la cama.

Al entrar al edificio y llegar a su apartamento se encontró con algunos inquilinos de los otros apartamentos rodeando el suyo y corrió rápido hacia el lugar.

—Por fin llega—le dijo una señora—El niño rubio no ha parado de llorar y parece que estuviese mareado.

Itachi entro al apartamento donde otra señora trataba de mantener en pie al pequeño Naruto que trataba de caminar con normalidad apenas  murmurando palabras que no se lograba entender.

— ¡Naruto! ¿Dónde están Sasuke y Deidara?—tomo en brazos al niño mientras le escuchaba balbucear, le indico a los señores que rodeaban el lugar que él se encargaría de todo.

Comprendió los gestos inseguros de aquellas personas de dejarlo solo con los niños, después de todo él también dudaría de alguien que tiene a dos niños en su apartamento que pareciese que estuviesen drogados.

—Nii-San…—escucho un susurro en la cocina y noto que estaba apenas abierta. Se asusto al ver a su hermano menor sosteniéndose de la base de la silla del comedor.

— ¡Sasuke! —Tomo también al pequeño en brazos y los llevo a su habitación encontrándola vacía. Eso lo preocupo más. Acostó a los niños en la gran cama— Sasuke, por favor dime ¿Qué paso?

El azabache menor se hundió en la suavidad de la almohada mientras escuchaba los sollozos de Naruto. Se sentía adormilado y cuando trataba de abrir los ojos para ver con claridad se mareaba y no podía estar de pie correctamente.

—No lo sé, Nii-San. Solo sentí a alguien por atrás con un pañuelo…Nada mas…

Itachi sintió un escalofrió en su espalda y comenzó a mover cartas en el asunto.

~*~

Sai embestía con fuerza aquel cuerpo que le suplicaba por mas, las hormonas de su lindo Gaa-Chan le fascinaban, aunque no hacía mucha diferencia con el Gaara que lo mantenía en la cama casi todo el día. Cuando su amor termino decidió parar un poco.

—Vamos Sai-Kun—le dijo con aquella voz sugerente—Es tu turno.

—Debes descansar Gaa-Chan, hazlo por nuestro hijo—sonrió divertido al ver el puchero que hacia el otro. En eso sonó su salvador, su celular.

Sai sonrió burlón al ver quien era—Hola primito, es un placer que…

Gaara miro confundido al ver como la sonrisa de Sai se borraba y dejaba ver su ceño fruncido, al aparecer pasaba algo y empezaba a preocuparse.

—Sai ¿Qué pasa?—le dijo al ver que empezaba a buscar su traje para trabajar.

— ¿Te sientes bien para ir al apartamento de Itachi y cuidar de los niños?—le pregunto preocupándole más—Si no, puedo llamar a Zabuza.

—No creo que Haku pueda ir ¿Itachi no puede traerlos aquí?—Sai solo negó, así que acepto cuidar a los niños.

Sai ayudo a Gaara a bajar el edificio y sentarlo en el auto. Empezó a conducir sin dejar de ver por el retrovisor lo angustiado que se miraba su Gaa-Chan.

—Creo que los niños están bien si eso es lo que te preocupa. Al parecer secuestraron a Deidara…

Gaara le miro asustado, Deidara no podía estar en una situación así y menos cuando la fecha de su parto estaba tan cerca. A diferencia del rubio, le faltaban aproximadamente dos meses para su parto.

Cuando llegaron al edificio de Itachi este simplemente le dio las instrucciones para cuidar a los niños que aun se encontraban moribundos en la cama y salir con Sai del apartamento.

Antes de salir, Sai le ayudo a subir las escaleras para entrar al cuarto de Itachi, encontrándose con los niños que trataban de abrir los ojos.

Gaara los miro preocupado, parecía que los habían dormido con algún químico—No se preocupen, les hare un leche tibia para que se les pase lo somnolientos—le dijo a los pequeños que le asintieron y  bajo las escaleras con dificultad hasta llegar a la cocina, había escuchado que la leche servía para desintoxicar a la gente de algunos químicos. Solo esperaba que Sai e Itachi encontraran a Deidara con bien.

~*~

Las lágrimas de Deidara corrían por sus mejillas. Ahora que lo pensaba, estaba rodeado de personas que habían sufrido mucho dolor pero, al parecer Madara no supo cómo afrontar el suyo aunque, si hubiese estado en su lugar habría hecho lo mismo o hubiese atentado contra su propia vida. Había sentido mucho dolor y resentimiento al ver como sus padres habían sido asesinados pero, el haber quedado junto a su pequeño hermano le había dado fuerzas para afrontar la situación y no dejar en la oscuridad a Naruto. Pero Madara…había quedado solo y había perdido el control de su mente.

Deidara solo observo a aquel hombre que esta frente a él, cubriendo su rostro mientras terminaba de contarle aquella historia. Aunque llorara por él no cambiaria las cosas pero, aun si lo entendía y no…

—No te odio por haber matado a mis padres—Madara descubrió sus rostro para ver la leve sonrisa del rubio que se acercaba a él y se agachaba para quedar a su altura—De hecho…te perdono—Deidara logro tomar entre sus manos el rostro anonadado de Madara.

El Uchiha no sabía cómo reaccionar, lo único que podía era sentir una corriente cálida en su espalda, aquellas pequeñas manos que le tenían más aquella sonrisa le recordaba mucho a Hashirama así que, no pudo evitar levantar su mano para acariciar una de las mejillas del rubio pero quedo a medio camino al escuchar el giro del pomo de la puerta.

~*~

Itachi y Sai llegaron a la empresa, no había otro lugar más privado que la oficina del jefe del lugar. Habían dejado congelados a todos cuando entraron a la empresa, era una casualidad ver a ambos Uchiha con aquella mirada fría que le calarían los huesos a cualquiera.

—Necesitamos ideas de donde Madara se hubiese llevado a Deidara y ¡Ya!—Itachi se sentó en su escritorio alborotándose con brusquedad los cabellos.

—Cálmate, estas molesto y alterado—Sai se sentó frente al él, analizando la situación.

Itachi le miro incrédulo—Estarías así, si el secuestrado fuese Gaara.

—Puede ser pero, estoy aquí para ayudarte a mantener la cabeza fría.

Itachi suspiro, solamente quería saber en donde se había llevado a Deidara y destrozar a Madara por haberse atrevido a tocarlo. No se necesitaba ser un genio para saber quien lo había secuestrado.

Sai solo observo los gestos irritados de su primo. Lo comprendía en cierta parte pero, al verle así el encontrar el paradero se hacía largo. Le explico que era posible que estuviese en un lugar apartado de la ciudad o al menos un lugar en donde ellos menos se lo esperen.

—Bien… ¿Dónde se escondería un psicópata?—pregunto Sai, esperanzado de sacarle algo coherente a su primo—Que sea un lugar que nosotros no esperamos.

— ¿La casa de Deidara? ¿Un hotel? ¿Una casa abandonada?

Sai asintió, no había probabilidades que estuviesen en la casa del rubio, para empezar estaba en construcción y no se arriesgaría a que una viga le cayese encima, el hotel estaba más que descartado ya que toda Konoha sabia como actuar al encontrarse con Madara Uchiha, así que…

—La cada abandonada es una posible opción…

Itachi frunció el ceño, en realidad no le importaban las posibles alternativas, solo deseaba salir de ahí en busca de su rubio con la ilusión que él y su hijo estén sanos y salvos…

Itachi fijo su vista con la de Sai, asustando al aludido al verle moverse de repente—Se donde están…—y dicho esto se levanto del escritorio saliendo de la oficina dejando atrás a Sai quien trataba de seguirle el paso.

Subió al auto esperando impaciente a que Sai subiera y cuando este lo hizo arranco lo más rápido que podía, sin importarle lo asustado que estaba Sai quien intentaba colocarse el cinturón de seguridad, aunque este no lo usara normalmente, el que Itachi estuviese conduciendo a alta velocidad sin importarle las señales de tránsito y semáforos, le daba mucho que pensar sobre no dejar viudo a su Gaa-Chan antes del matrimonio y con su hijo aun no nacido.

—Me quieres explicar ¿A dónde vamos?

— ¿Dónde más? A la única casa abandonada donde Madara tuviera acceso, donde tuviera un excelente manejo de ella y pudiese entrar como si nada sin que nadie se diese cuenta…su antigua casa.

Sai le miro arqueando una ceja, su primo debía de estar bromeando aunque, si lo analizaba con más tranquilidad, aquel residencial donde se ubicaba aquella casa había dejado de ser tan popular cuando se enteraron que en uno de los recintos habían asesinado a una familia y casi nadie habitaba en aquellos lugares.

—Detente en una calle antes de llegar a la casa—Itachi miro confundido a su primo—Si Madara está ahí, escuchara el motor del auto.

Itachi asintió frutado, ahora debía de correr a la casa pero, su primo tenía razón. En cuanto llego a aquella esquina, detuvo el auto y salió corriendo hacia la casa dejando atrás de nuevo a Sai. Cuando estuvo frente al lugar miro la puerta abierta se digno a entrar a paso lento, estaba atento a cualquier sonido, hasta que escucho unas pequeñas voces, se acerco a la puerta y logro escuchar la voz de Madara seguido de la voz de su rubio, y la ira le invadió y abrió la puerta de golpe.

~*~

Deidara se asusto al escuchar la puerta abrirse y ni siquiera pudo decir algo cuando Itachi se le abalanzo encima a Madara haciéndoles caer del sofá revolcándose en el suelo polvoso.

— ¡Espera, Itachi!—Deidara se irguió tratando de acercarse a Itachi pero una mano le detuvo—Sai…

—Es mejor que salgas de aquí, yo me encargare de Itachi—Deidara le miro pero, algo en el no quiso hacerle caso y así lo hizo. Se soltó de un manotazo dejando sorprendido a Sai.

Itachi se coloco encima de Madara dándole puñetazos en el rostro recargando el odio que tenia contra él mientras este le respondía con un rodillazo dejándolo sin aire. Madara aprovecho para levantarse del suelo pero, en cuanto estuvo en pie fue azotado contra la pared recibiendo de nuevo un puñetazo en el rostro, Madara le regreso en puñetazo en el estomago dándole otro más en el rostro tirando al suelo a Itachi colocándose encima de él para golpearlo pero Itachi le tomo de los hombros colocándolo debajo del él apretando el cuello de Madara con fuerza.

Deidara no supo qué hacer al ver tan molesto a Itachi, le daba miedo, ambos tenían esa mirada llena de odio pero fue cuando entendió algo, ambos se estaban golpeando a mano limpia…Madara llevaba una navaja con la que le había amenazado pero aun así, no la había usado. Sonrió al sentirse aliviado de alguna manera, sonrisa que le duro poco al ver como Itachi asfixiaba a Madara.

— ¡Itachi, es suficiente! ¡Ya basta!—Deidara trato de tomarle de los hombros pero no reaccionaba y comenzó a temer al ver lo pálido que se volvía el rostro de Madara— ¡Itachi, por favor! ¡Me dijiste que no eras como Madara! ¡¿Lo recuerdas?! ¡Si lo matas serás como él!

Sai comenzó a sentirse nervioso al ver que Deidara comenzaba a forcejear y a hacer mucha fuerza al tratar de separar a Itachi de Madara, así que intento acercarse y alejarlo pero se asusto aun mas.

— ¡Ah…!—Deidara soltó un grito de dolor al sentir como si le patearan el vientre.

Itachi aflojo el agarre al escuchar el grito de dolor de su rubio y fue hasta entonces que noto que no le había puesto atención a Deidara como era debido.

— ¡Deidara! ¿Qué te pasa?—se alarmo al verle sosteniéndose el vientre y debajo de él se comenzaba a humedecer.

—Itachi,  llévatelo al hospital, yo me encargare de Madara—el aludido asintió y tomo al rubio de manera nupcial sacándolo del lugar.

Pero Deidara antes de salir miro a Madara que se sostenía el cuello mirándole preocupado, así que con todo su dolor logro dedicarle una leve sonrisa antes de que la puerta del cuarto en el que estaba se cerrara.

Itachi le dejo en los asientos traseros mientras se apuraba a conducir el auto, miro por el retrovisor los gestos de dolor de Deidara, si pudiese en esos se golpearía la cabeza contra el volante, si no se hubiese dejado llevar por la ira, su rubio aun estaría esperando hasta la fecha programada del parto.

—Lo siento—le dijo mirándole por el retrovisor para luego fijar su mirada en el camino—En verdad lo siento…

Deidara le miro, tratando de acomodarse una y otra vez en los asientos por el profundo dolor— ¿Sabes? El que te disculpes me pone más nervioso—Le sonrió.

—Pero…—Itachi no siguió replicando al escucharle otro grito de dolor.

En cuanto llego al hospital lo tomo en sus brazos pero, unos enfermeros se lo quitaron entrando a la sala de cirugías.

— ¿Qué paso? ¿Por qué Deidara rompió fuente? Es muy pronto—La doctora Haruno le hablo mientras los enfermeros preparaban al rubio para la cesárea.

Itachi solo negó y se sentó en una de las bancas. La doctora solo le miro para luego entrar a la sala. Apoyo sus codos en sus rodillas para sostener su rostro, se sentía abrumado y culpable. Pensó en llamar a Zabuza pero, recordó que debía de estar cuidando a su esposo y a su pequeño hijo.

Pasaron algunas horas tratando de mantenerse tranquilo sin embargo, la angustia le comenzaba a carcomer, quería saber que pasaba con Deidara y sintió como el calor de su cuerpo volvía al ver salir a la doctora Haruno.

— ¿Cómo está Deidara? ¿Cómo esta mi hijo?—Se acerco a la doctora quien le sonrió.

—Están bien, espera que lo trasladen a una habitación y podrás verlos.

Itachi asintió y se dirigió al baño para por ver lavar su rostro y manos, quería refrescarse un poco antes de ver a su amado Deidara y a su hijo recién nacido. Sonrió, ya que descubriría el género, tal vez sería un niño, niña o doncel.

Cuando salió del baño le pregunto a uno de los enfermeros que había ingresado a Deidara sobre su traslado de la habitación. El enfermero le dio el número de habitación y comenzó a buscarlo. Al llegar a la habitación los nervios comenzaron a invadirle. Trago el nudo que se le había formado en la garganta y abrió la puerta.

Acostado y con un pequeño bulto de sabanas blancas, Deidara miro cansado al que había entrado a la habitación. Sonrió leve al ver a Itachi, aun sentía entumido sus caderas y la doctora le había dicho que en cuanto la anestesia pasara no se moviera con brusquedad por las puntadas.

Itachi camino lento hacia su lindo esposo, mientras observaba lo cansado que estaba, al igual como habían visto a Haku, también se le habían formado ojeras.

—Gracias por el esfuerzo—al llegar le beso la frente para luego ver al pequeño cuerpecito que sostenía en brazos.

—La doctora Haruno dice que es un doncel—Itachi le miro al escuchar su voz rasposa que denotaba cansancio.

Miro de nuevo a su hijo doncel encontrándose con lo más bello del mundo, se coloco de rodillas en el piso para quedar a la altura de Deidara y su hijo. Lo miro con detenimiento, aquella nariz pequeñita, sus ojitos cerrados, el leve cabello rubio y sus manitos aferradas a su pequeño pecho, en verdad no sabía ni siquiera como reaccionar con tanta felicidad.

Deidara se sorprendió al ver las lágrimas correr por las mejillas de Itachi mientras acariciaba la cabecita de su hijo.

—En verdad lo siento…—Se escucho la voz ahogada de Itachi—Los puse en peligro a ambos por no cuidarlos bien…

Deidara sonrió y acaricio su mejilla limpiando las lagrimas—Estamos bien Itachi, deja de llorar o cuando nuestro hijo despierte lo primero que escuchara será a su padre llorón.

Itachi asintió y beso los dulces labios de su amor, escuchando el gorgojeo de su hijo haciéndolos separarse para reír enternecidos.

—La doctora Haruno me dijo que en unos días podrá abrir los ojos—Itachi asintió—y… ¿Cómo le llamaremos?—Pregunto Deidara mirando al pequeño.

Itachi se quedo pensando en un buen nombre— ¿Qué tal Ryo?—Deidara le miro buscando un porque—Tiene el cabello rubio como tu—Deidara arqueo una ceja—Y cuando entre a la habitación sentí como si tuviese al sol radiante frente a mi…Ryo significa «Radiante»

Deidara miro a su hijo y asintió, le encantaba ese significado del nombre. El rubio miro a Itachi quien sonreía como tonto a su hijo dormido, al parecer se había olvidado de Madara, lo más probable es que ya estuviese detenido en la cárcel donde estaba seguro que aquellos rumores sobre la cadena perpetua sin fianza se harían realidad.

— ¿Qué te pasa Deidara? ¿Te sientes mal? ¿Llamo a la doctora?—le dijo al ver tan serio a su rubio. Deidara solo negó regalándole otra sonrisa.

Itachi le miro y recordó a los niños, así que tomo su celular y llamo al teléfono del apartamento. Gaara le contesto, al parecer los niños ya podían caminar sin dificultad, entonces le pidió al de cabellos rojos que le entregara el teléfono a Naruto para que hablase con su hermano mayor.

Deidara tomo el teléfono mientras Itachi tomaba en sus brazos a su hijo. El rubio mayor sonrió enternecido por el llanto de Naruto por teléfono. Trato de calmarlo así que, le informo que su sobrino acababa de nacer, parando el llanto para preguntarle cómo había salido de su barriga, así que lucho de nuevo para cambiarle el tema de conversación.

Itachi miraba los gestos de Deidara y sonrió nervioso al escuchar los sollozos de Naruto a esa distancia y fue ahí donde recordó que, ahora que tenía una familia que deseaba, cumpliría su deseo de unir su vida a la de Deidara, ahora solo se encargaría de pedírselo de la manera apropiada.

Deidara termino la llamada observando los arrumacos que hacia Itachi con el pequeño, por el momento no haría lo que estaba pensando, solo esperaría que las cosas con Madara se arreglaran y las puntadas de la cesárea hayan cerrado en mayoría y pudiese moverse un poco sin que Itachi se enterara y se molestara con él…

 

 

 

Notas finales:

¡Hola!...De nuevo XD

Espero que les haya gustado

¿Que les parece? El pequeño ya nacio :3

Wa...pobre Itachi se siente culpable y feliz.

y ese Sai, si se asusto con Deidara, cuando Gaa-Chan entre en parto se va a desmayar XD

Ahora se siente la curiosidad de que pasara con Madara.

Les agradeceria un review(?) Al pequeño Ryo le haria sonreir con sus lindas encillas sin dientesitos :3

Nos vemos (n.n)/.


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