Nahid sentía algo áspero y tibio acaricia su mejilla, arrugo la frente por el creciente dolor de cabeza que sentía y lentamente abrió los ojos y la luz del día lo encegueció por unos momentos, miro alrededor tratando de recordar donde estaba y que estaba haciendo.
-¿que estoy haciendo en el piso?- miro a mizu quien ronroneaba cerca de su cara -¿qué paso anoche?- se levantó quedando aun sentado en el piso, se tocó la cabeza sentía que cada vez que se movía le explotaba una bomba dentro de ella -Aaaa... dios ¿tanto bebí anoche que no recuerdo nada?- acaricio a mizu quien lo miraba fijamente -debiste haberme despertado mizu, me duele todo el cuerpo-cuando quiso ponerse de pie un fuerte dolor en su pierna hizo que cayera de rodillas al suelo -Aaaaa.... duele- empezó a gritar -duele- intento ponerse de pie otra vez pero su mano tocó una botella, levanto la vista y vio con horror como la mitad de las botellas que guardaba en aquel bar estaban vacías, miro a su alrededor recordando lo que había pasado pero nada venía a su mente, aguantando el dolor se puso de pie y camino hasta el baño necesitaba lavar su cara y de paso refrescar su mente, tomó la canilla dejando que el agua corriera por sus manos antes de lavar su cara, cuando abrió los ojos se asustó pues el agua que debería de ser cristalina era rojiza, se miró al espejo y los recuerdos llegaron a su mente, los golpes, el olor a alcohol, las palabras incoherentes que le decía aquella sombra, sentía como las gotas de agua mezclado con su sangre descendían por su rostro y se mezclaban con el resto, abrió grandemente los ojos -Yarek- dijo, salió del baño en búsqueda de su celular cuando lo encontró llamo a Yarek pero nadie respondía -maldición- la preocupación llego a sus cuerpo como un balde de agua fría, salió de su departamento sin importarle el hecho que aun tuviera rastros de sangre sobre su rostro y ropa y poco le importaba el dolor en su pierna eso era lo de menos lo importa era saber que Yarek estuviera bien.
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Hacia horas que Labîb lloraba desconsoladamente en su auto no podía entender lo que había hecho, había violado a Yarek, lo recordaba todo desde el principio hasta el final, los gritos de dolor de Nahid, miro sus manos que aún estaban teñidas de la sangre de él -¿que hice?- se tapó la cara con sus manos y ahora los gritos de dolor y las palabras de que parara de Yarek inundaban sus oídos -¿que hice?- golpeo el volante con sus manos -¿cómo lo mirare a la cara después de lo que le he hecho?- golpeo su cara con sus manos tratando de remedia su error, miro en dirección a la casa de Yarek -lo siento- dijo en un susurro -lo siento- volvió a repetir, esas eran las únicas palabras que le podía decir.
Aquella noche después de haber ultrajado a Yarek lo llevo a su dormitorio, lo tomo en sus brazos como la joya mas final y de cristal que nuca tuvo en ellos, lo deposito en la cama -lo siento- quiso besar su frente pero se detuvo no tenía el derecho de tocarlo nuevamente -lo siento- lloro mientras se mordía la mano para no gritar -lo siento- rozo sus manos con las de Yarek por última vez y cuando dio la vuelta para irse oyó que Yarek decía su nombre en un suave susurro, quedo estático y su corazón de detuvo quería mirarlo y saber que está bien, que lo que había hecho era un mal sueño pero un gemido de dolor se escuchó en aquella oscura habitación y él salió corriendo de allí como el cobarde más grande del mundo pero no podía quedarse, solo lo lastimaría más si él se quedaba.
Encerrado en su auto se debatía si entrar a la casa de Yarek y rogar de que estuviera bien o irse y nunca más verlo, limpio su cara con las manos las cuales tiñeron en algunas parte su rostro con sangre y decidido bajo del auto tenía que afrontarlo, abrió la puerta del auto y antes que colocara su pie en el suelo una silueta paso corriendo sin notar que él estaba ahí, lo miro por uno segundos y cerró la puerta con cuidado para no hacer ruido, una sonrisa de pena afloro en sus labios -no tengo en derecho de estar aquí- encendió su auto y se fue -él sabrá cuidarlo mejor que yo- los ojo se le nublaban por las lágrimas acumuladas en ellos y las manos le empezaron a temblar se sentía destrozado y muerto en vida.
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Nahid golpeaba la puerta con angustia, Yarek no respondía ni a los golpes ni a las llamadas que le hacía -Yarek- gritaba no le importaba que las personas que pasaban lo miraran o le gritaran loco -Yarek- se alejó un poco de la puerta y tomo impulso y golpeo la puerta con todo su cuerpo tratando de romperla pero no lo consiguió -demonios- camino hasta el patio trasero, recordó que ahí también había una puerta movió el poco pero la puerta no se abrió -Yarek... si me escuchas abre la puerta- espero pero nada la voz de Yarek nunca llego, desesperado tomo una maceta y rompió la ventana más cercana.
-Yarek- lo llamo una vez que entro a la casa del fotógrafo -Yarek ¿dónde estás?- camino hasta llegar al living -Yarek- miro todo a su alrededor pero no había rastro de Yarek, asustado miro una mancha de un color carmesí que estaba en piso cerca de la entrada -o dios Yarek- corrió hasta el segundo piso revisando cada habitación hasta que por fin lo encontró -Yarek- dejo mientras se acercaba -Yarek- lo movió tratando de despertarlo -Yarek... despierta no me asustes- lo sacudió con más fuerza pero no respondía -Yarek... por favor responde- tomo su mano y la beso dulcemente -háblame- escucho algunos balbuceos de parte de Yarek -Yarek, Yarek, despierta- se acercó hasta la cara de Yarek y vio como esta arrugaba la frente -abre los ojos por favor- lentamente Yarek abrió los ojos y miro la cara de Nahid.
-estas... horrible...- susurro le dolía la garganta cuando hablo pero tenía que decir a Nahid que tenía la cara con manchas de sangre -ti.. tienes... sangr... gre.
-ya lo sé... no hables más- lo interrumpió -¿qué paso Yarek? vi manchas de sangre en el piso de abajo- vio cómo se tensaba y temblaba suavemente.
-yo...-hizo un esfuerzo por continuar pero Nahid lo detuvo
-espera- busco entre algunos cajones una hoja y un lápiz y se los paso -ten... escribe con eso... no hables más si te duele la garganta- pero Yarek movió la cabeza en negación -no seas terco Yarek.
-por... favor...- se tapó la cara con las manos, no quería que Nahid lo viera en ese estado pero a la vez se alegraba de que estuviera con él, junto todas la fuerza tenía que decir, necesitaba decirle, se mordió la lengua para no llorar pero fue inútil.
-Yarek ¿qué pasa?- lo abrazo nunca le había gustado ver a Yarek llorar -te quiero lo sabes... confía en mi- beso su cabello y escucho como los sollozos de Yarek se hacían más fuerte.
-yo...- dijo entre lágrimas -Nahid... yo...- quería decírselo pero no podía.
-calma Yarek... sea lo que sea yo estaré contigo.
-me...- abrazo a Nahid y escondió su cara en el pecho -me... violaron- dijo llorando en el pecho de Nahid.
Nahid correspondió el abrazo y una oleada de ira invadir su cuerpo, recordó como su atacante había dicho el nombre del fotógrafo-“maldición si lo hubiera detenido”- se lamentaba -“si hubiera sido más fuerte” Yarek lo siento- lo abrazo con más fuerza -lo siento, esto... es mi culpa si lo hubiera detenido- empezó a llorar silenciosamente -lo siento.
-tu... no tienes... la culpa Nahid...
-claro que si- lo miro a la cara -cuando llegue a mi casa ayer en la noche alguien me golpeo y me dejo incidente- limpio los rastros de lágrimas que estaban en el rostro de Yarek -dijo palabras confusas pero... entendí tu nombre claramente.
-no puede ser- recordó que Labîb tenía las manos manchadas de sangre.
-Yarek, mírame- le tomó el rostro para que lo mirara -¿tú sabes quién fue? Esto no se puede quedar así.
-Nahid... yo- tenía miedo de decir que Labîb lo había violado y que también era el culpable de los golpes en el rostro de él.
-Yarek... ¿lo sabes?
-Nahid.. yo no te lo puedo decir.
-que!!!... Yarek te hirieron, te hicieron daño.
-Nahid por favor yo...
-no te entiendo Yarek- levanto la voz haciendo que Yarek se asustara -lo estás encubriendo- lo miro por uno segundos -¿lo conoces? por eso lo encubres ¿dime quién es?- exigió.
-no lo haré... Nahid lo siento pero no lo puedo decir
-entonces haré una denuncia, y te juro que la policía lo encontrara
-no!!!- grito, lo que menos quería era hacer un escándalo.
-dime- desesperado Nahid se levantó de la cama.
-prométeme que no harás nada- hablo seriamente.
-no somos niños Yarek y lo que hizo es muy grave.
-por favor Nahid, no le digas nada a nadie, por favor- pidió con un tono de súplica haciendo que Nahid se rindiera.
-lo prometo... no le diré nada a nadie- dijo enojado
-gracia- una simple sonrisa apareció en su rostro
-no te rías, no es gracioso.
-sé que no lo es, pero no lo puedo culpar yo también le he hecho muchas cosas malas a él.
-dímelo rápido antes que me vuelva a enojar.
Yarek tomo aire y dijo el nombre de Labîb en un suave susurro entonces vio como la cara de Nahid se contraria por la ira y apretaba sus puños con fuerza.
-pensé que le gustabas- hablo para tratar de calmarse y no salir corriendo en búsqueda de Labîb.
-no sé qué decir
-no lo sabes- hablo mientras apretaba sus dientes -no lo sabes- exhalo fuertemente -Yarek te violo- le grito -lo mí no fue nada pero a ti- lo apunto con el dedo -Yarek... dios... no sé qué decir- toco su cabeza, el dolor que había olvidado estaba regresando y con más fuerza -Aaaa... si lo encuentro lo mato.
-no le hagas nada... me lo prometiste
-¿entiendes lo que te hizo?
-sí, pero yo...
-tu que- le grito ya desesperado.
-yo aún lo amo.
Yarek miro a Nahid tratando de que entendiera sus sentimientos, a pesar de lo que Labîb le hizo el aun en el fondo de su corazón aun lo amaba.