El mayor se aleja un poco y suelta a la persona tiritante la cual deja caer su cabeza sobre el dorso de su propia mano, sentía ese peso aplastante en su espalda trata de no pensar, no sentir, cierra sus ojos e imagina que está en su casa, pero las respiración del abogado lo saca de esos pensamientos, abre sus ojos y ve los asientos de cuero color negro, quiere fijarse en eso, en mirara hacia abajo para no ver sobre él la cara de su agresor.
Se quedan 5 minutos en esa posición, sin decir nada, sólo se escucha el trineo de algunos pájaros y el sonido de sus respiraciones; pero esto no era suficiente para el mayor.
Empieza a besar las mejillas de Danny, sintiendo su cuerpo vibrar y nuevamente esos sollozos, él pensaba que después de aquella vez en su apartamento ésta persona ya se alejaría de su mente, pero fue todo lo contrario, nunca se iba de su cabeza, todos los días y a toda hora la imagen de Danny se le presentaba; viendo a las vitrinas, mirando de una manera sorpresiva, sonriendo, durmiendo, comiendo, asustado, aterrorizado, llorando, temblando, inmóvil… todos los momentos que paso con el mesero eran como una película que se repetía constantemente en su mente.
Detiene el ataque de besos y se sienta al extremo de la parte trasera del auto dando espacio al otro ser el cual con la rapidez que podía se incorpora y se sienta en el otro extremo sintiendo la pesada mirada del dueño del auto, la cual parecía que podía ver su alma.
_ ¿Cuánto quieres? –Dijo directa y firmemente de golpe.
_¿Qué? –Titubeo por el asombro sin entenderle,
_ ¿Cuánto dinero quieres? ¿Qué cosa quieres para que me dejes estar contigo?
_ Eres increíble… - Dijo en una mezcla de frustración y un poco de miedo- ¡Eres un monstruo! Nunca debí de haberte cono… -Fue interrumpido por un fuerte agarre en sus brazos.
_ ¡Cállate! ¡Cállate! Dijo varias veces mientras sacudía al ojo miel estrujando más fuerte sus brazos con la mirada llana de ira- ¿Qué olvidaste que estamos en un lugar apartado? En ese momento aparece una sonrisa torcida en sus labios. El cuerpo de Danny bajó su temperatura corporal al ver ese gesto. Félix lo suelta lentamente, mira hacia el techo y suelta aire.
_ Estoy enloqueciendo por tu culpa, algo sucede en mi maldita cabeza -Dijo sin mirar en ningún momento a la otra persona la cual estaba impávida- Quítate la ropa _Mira a Danny en ese preciso momento el cual solo negaba con la cabeza a pesar del shock y abraza sus propias piernas- Lo imagine, sigues rebelándote aunque ya te he tomado varias veces- Pasa sus dedos por su propia cabellera castaña oscura- Ok, nada perdía con intentar ser amable. Se va acercándose como un tigre tras su presa ¿y cuál es la reacción de los ojos miel? Dar patadas…
Dar patadas, tratando de alejarlo logrando golpearle en el antebrazo izquierdo, ensuciando así su costosa camisa, Félix ve su propio brazo, ve la huella de la suela y da una fuerte carcajada, luego su rostro se vuelve serio y en un movimiento rápido toma la pierna del ser atemorizado
lo acerca más a él y se coloca encima de ese cuerpo que se encontraba más delgado, pues en ese tiempo había perdido varios Kilos y alza su mano para golpearlo otra vez pero algo lo detiene.
Ese sonido otra vez. Esos sollozos nuevamente, baja la mano para toma sin rudeza esas lágrimas.
_ Por favor… ¿Por qué me haces esto? –Dijo casi como un susurro entre sus sollozos – Detente esto que haces es una aberración.
_Yo no quiero hacerte daño –Dijo mientras desabotonaba su camisa- Sólo quiero que me pertenezcas completamente –Pasa el dorso de su mano por las mejillas húmedas, se acerca y lo besa sin brusquedad probando los labios pálidos, pero él sabe que esta sensación no es suficiente, él quiere más, él necesita más, mete sus manos debajo de la camiseta y toca con hambre, sus manos recorren la piel que parecía tener descargas eléctricas, entre las ligeras curvas y marcadas costillas, pezones duros y un abdomen algo plano. Su excitación estaba en aumento, sabía que no resistiría mucho tiempo con sólo caricias.
Danny apenas respiraba. No deseaba enfurecer a su captor, cuando este le quita la camiseta él no intenta negarse a ello… ahora los dos estaban cubiertos exclusivamente con sus pantalones. Se escucha el sonido de una cremallera, Félix mete las manos en su interior y se toca si mismo anticipando el momento y a la vez trata de despojar al otro de su sudadera blanca. Danny simplemente respiraba agitadamente.