Primera noche: “Se ha abierto la caja de pandora”
Alibaba Saluja, estudiante de último año en la academia Kou en la ciudad de Tokio. Siempre fue un muchacho algo difícil y extraño, su madre, una prostituta de los barrios bajos, murió de Sida cuando él era muy pequeño y fue entonces que su padre lo recogió de los callejones de la ciudad.
Aunque fue criado por una gran familia rica gozando de los mejores privilegios siempre fue un chico humilde que se preocupaba de sus amigos. O eso les hacía pensar a todos.
Tenía todo lo que alguien podía pedir, su mejor amigo era un pequeño chiquillo unos cursos más debajo de nombre Aladin y también tenía a su novia, Morgiana. En resumen su vida era bastante buena, él lo tenía todo… casi todo.
Alibaba tenía un pequeño secreto del que nadie podía enterarse. Tenía una fantasía sexual algo extraña y vergonzosa, era que el director de la escuela, Ren Kouen, se lo cogiera tan duro que no se pudiera sentar.
Durante años, aquel caldero de hormonas vírgenes se había estado acumulando para finalmente volcarse en aquel símbolo sexual que para él era ni más ni menos que el director de la escuela. Claro que nadie lo sabía y nadie debía enterarse, el director era una persona muy respetable que sin dudas lo rechazaría sin pensarlo dos veces.
Pero las cosas empeoraron después de la muerte del padre de Alibaba, ese fue uno de los pocos momentos en que el muchacho había despejado su mente de todo.
Él mismo había tomado la decisión de irse de casa después de que su padre muriera aunque no pudo ir muy lejos, termino viviendo en una residencia para estudiantes junto con su mejor amigo y su novia. Se habían quedado a cargo de Sinbad y Jafar, dos aspirantes a altos ejecutivos que trataban de hacer que su pequeña empresa creciera.
A pesar de todo, Alibaba seguía teniendo esas fantasías de acostarse con el director de la escuela, jamás había deseado tanto algo como eso y hacía un gran trabajo pretendiendo que nada de eso estaba pasando.
Sin embargo, su loca cabecita había empezado a idear planes para poder acercarse más al director pero lo único que lograba era ganarse días en detención e idas a la enfermería, pero nunca podía ver al director.
-¿En qué demonios estabas pensando Alibaba?- le grito Jafar histérico al ver la herida que se había hecho en el brazo.
-pero él me provoco-intento justificarse
-Deja de fastidiar al chico Jafar- lo interrumpió Sinbad- solo fue una pelea
-¡Sin! No puedes simplemente dejar que él haga lo que quiera, va a salir herido de verdad un dia de estos.
-Y hasta que ese momento llegue, deja que él haga lo que quiera, ya tiene dieciocho años, puede pensar por sí mismo-
-Eso es lo que temo…
-Bien, bien, déjame hablar con el chico ¿Sí?
-¿podrían dejar de hablar como si yo no estuviera aquí?-reprocho Alibaba
Jafar resoplo algo cansado y decidió dejar todo en manos de Sinbad, después de todo si algo salía mal, ya no sería su culpa.
-Entonces Alibaba ¿Qué pretendes? Tú no eres así
-No es nada… yo…
-Te acepte aquí porque de verdad apreciaba a tu papá pero no puedo estar recibiendo llamadas de la escuela prácticamente cada dos o tres días.
-Lo lamento.
Sinbad tenía razón y él lo sabía pero de verdad necesitaba ver al director, ya estaba cansado de tener que masturbarse hasta quedarse dormido todas las noches, ya le habían empezado a salir callos en las manos.
-A juzgar por todas las torpezas que haces diría que estas tratando de ver al director- dijo Sinbad con cierta intención
Sinbad no era tonto y sabía que el inusual comportamiento de Alibaba tenía alguna razón de ser, una tonta razón de ser pero razón al final de cuentas. Además de que el rostro de Alibaba era bastante claro.
-Si te lo digo no me entenderías- susurro algo incomodo
-Tranquilo, no le diré a nadie que te quieres tirar a Kouen
En ese momento la cara de Alibaba era un poema, era una mezcla entre terror, miedo, sorpresa y una pizca de emoción. Sinbad estaba bastante emocionado con la reacción del menor, estaba a punto de reírse a carcajadas.
-¿Sabías que hablas dormido?
-No…
-Pues te informo que anoche tuviste un… sueño húmedo… un muy ruidoso sueño húmedo
Entonces la cara de Alibaba si que hizo reír a Sinbad.
-Metiéndote en problemas no vas a lograr acostarte con él
El rubio desvió la mirada, no quería parecer avergonzado pero era inútil, además Sinbad se estaba divirtiendo mucho con él.
-Te diré un secreto- dijo Sinbad entre risas- Kouen es una persona muy interesante
Albaba escuchaba con mucha atención, después de todo, Sinbad conocía a la perfección al director de la academia Kou.
-Solo necesitas ser un poco más inteligente, meterte en problemas solo hará que te vea como un alumno problema… además así ya no voy a tener que oír las quejas de Jafar…
“Ser más inteligente” repetía Alibaba en su cabeza ¿Qué quería decir con eso? No podía simplemente meterse en la oficina del director a mirad de clases… ¿o si podía?
La carita de Alibaba se ilumino con una enorme sonrisa que mostraba todos los dientes para irse corriendo directo a su cuarto.
-¿Qué le dijiste Sinbad?-dijo Jafar reapareciendo.
-Solo lo que él quería oír
-No le habrás dicho que fuera a buscar a Kouen ¿verdad?
-Tal vez si lo hice
-¡Sin!
-Oh vamos, eso iba a pasar tarde o temprano, además…
Sinbad tomo la mano de Jafar y lo halo hacia él haciendo que el peliblanco terminara sentado en sus piernas.
-Así mantenemos al chico ocupado
Con el dedo pulgar, Sinbad recorrió el mentón del menor hasta llegar a su labio en donde jalo levemente para hacer que Jafar abriera la boca aprovechando este momento para introducir su dedo en la boca del menor quien lo recibió gustoso.
-¿Ves? Tú también quieres esto, además Alibaba estará bien
Jafar lo fulmino con la mirada pero solo consiguió que Sinbad se riera.
-Te ves muy lindo cuando me miras con esos ojos de acecino mientras tienes mi dedo en la boca…
Lo siguiente que paso fue que Jafar le mordió el dedo a Sinbad haciendo que sangrara y esa noche no obtuvo lo quería.
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El día siguiente, en el colegio, Alibaba estaba decidido a llevar a cabo su plan, toda la noche estuvo repasando la conversación que había tenido con Sinbad en la mente, repasando minuciosamente palabra por palabra para poder llevar a cabo su plan. Un plan. Claro, con tanto, se le había olvidado pensar en un buen plan.
-¿Alibaba?- Lo llamo Morgiana mientras los dos caminaban por el pasillo de la escuela.
-¿Eh? ¿Qué…?
-Has estado distraído últimamente, ¿Qué te sucede? ¿Estás enfermo?
-¡NO! Quiero decir… no… no…
Una vez en el salón de clases, ambos se sentaron uno al lado del otro como era su costumbre, Morgiana desvió la mirada hacia el lugar de su novio, desde un tiempo atrás Alibaba se había estado comportando muy extraño, es decir, él siempre había sido extraño pero desde la muerte de su padre lo había sido más.
Morgiana alargo su brazo y toco el hombro de Alibaba quien la miro algo extrañado, la chica estaba a punto de decirle algo pero en ese momento la puerta del salón se abrió dejando entrar al director Kouen. Todos se pusieron de pie.
-Buenos días jóvenes- dijo el director con voz ronca.
Todos los muchachos se miraron y empezaron a murmurar entre ellos, no era muy común que el director saliera de su oficina y mucho menos que fuera a los salones.
-Estoy buscando a…-paseo la mirada por el grupo - Alibaba Saluja.
Inevitablemente todos voltearon a ver a Alibaba, incluyendo a Morgiana que era la más preocupada de todos. El hecho de que el director hubiera ido personalmente a buscar a Alibaba quería decir que estaba en grandes problemas.
Lentamente Alibaba se levantó del pupitre y fue donde el director para salir del aula bajo la mirada curiosa de todos sus compañeros. Kouen caminaba al frente, dándole a Alibaba una perfecta vista de aquella deseable y sensual espalda ancha con la que había soñado tantas veces además de ese bien formado trasero.
Sus manos empezaban a sudar, estaba más que seguro de que estaba yendo a la oficina del director por la sarta de estupideces que había hecho durante la semana. Sin embargo, por su mente pasaban imágenes de Kouen azotándolo contra el escritorio mientras lo penetraba rápido y duro.
Se mordía el labio lo más fuerte que podía, incluso estaba empezando a percibir el sabor metálico de sus sangre en su lengua, no quería tener una erección a mitad del castigo, eso sería vergonzoso hasta para él.
Una vez en la oficina del director Kouen, el ambiente estaba algo pesado, Kouen estaba sentado en su escritorio leyendo el expediente de Alibaba que estaba sentado enfrente de él. El rubio se sentó con las piernas cerradas y con sus manos presionaba su entrepierna para que no se notara que estaba excitado. Aquel era el escenario perfecto para poder llevar a cabo su fantasía más sucia.
-Así que Alibaba- comenzó Kouen sin despegar la mirada de los papeles sobre su escritorio.
-¿S-sí?
-He recibido muchas quejas tuyas los últimos días-se rasco la barba- también me llamo tu tutor esta mañana.
Kouen levanto la vista a Alibaba que lo miraba algo nervioso, el director apoyo los codos en la mesa y su cabeza en las manos mirando al menor con detenida atención pero con una expresión indescifrable, pero había una pizca de picardía y sensualidad en su mirada que hacía que Alibaba se derritiera.
-Sinbad me ha dicho que ha empezado a tener problemas con tu comportamiento también.
En ese momento, Alibaba recordó su charla con Sinbad, todo era bastante confuso y no entendía por qué habría de llamar al director de la escuela. “Sé más inteligente” la voz de Sinbad retumbo en su cabeza. Entonces una ligera sonrisilla apareció en el rostro de Alibaba.
-Si… he sido un chico malo- dijo con voz ronca.
Entonces Kouen se enderezo en su silla con una ceja arqueada, una divertida sonrisa se asomaba por la comisura de su boca. Se puso de pie y camino un poco hasta estar tras la silla de Alibaba quien solo lo seguía con la mirada mientras se mordía el labio.
-¿Qué hare con usted joven Alibaba?
-Tal vez debería…- se mordió el labio –Castigarme.
Kouen se quedó quieto, miro sobre su hombro a Alibaba que ya empezaba a respirar entrecortado, además de seguir presionando su entrepierna para que no se notara su erección. Kouen sonrió de medio lado, dio media vuelta y puso sus manos sobre los hombros del rubio haciendo que este diera un respingo.
-Sinbad me advirtió de ese mal comportamiento tuyo- apretó levemente los hombros del muchacho.
-Y entonces ¿Qué hará Director?- esta vez hablo con voz un poco más dulce.
Sinbad conocía perfectamente la debilidad de Kouen por los chicos como Alibaba, y por un momento Kouen maldijo mentalmente a Sinbad por haber enviado a ese hermoso muchachito que claramente estaba pidiendo a gritos que lo azotaran contra el escritorio.
-Es verdad- acerco su cabeza al oído de Alibaba -Eres un niño malo y es mi deber corregirte mientras estés bajo mi tutela.
Alibaba giro la cabeza y en ese momento, Kouen atrapo sus labios en un intenso y violento beso que se hacía más intenso cada vez. Pronto, la lengua de Kouen iba ganando territorio dentro de su boca, su beso era tan intenso que dolía, incluso el pelirrojo pudo saborear la sangre que aun brotaba de la mordida del labio de Alibaba.
Kouen rompió el beso y se hizo hacia atrás aunque Alibaba aún tenía el labio inferior del mayor atrapado entre sus dientes y en cuanto se separaron fue inevitable que Alibaba le diera una mordida involuntaria.
El pelirrojo se llevó el dedo pulgar al labio para frotar la herida y lanzarle una mirada algo enigmática a Alibaba.
-Esto merece un castigo ¿Lo sabes?- dijo mostrándole el dedo con rastros de sangre a Alibaba.
El muchacho estaba tratando de luchar contra sus impulsos más primitivos pero era más que obvio que perdería así que simplemente se dejó llevar. Abrió la boca y empezó a chupar el dedo de Kouen que a este punto estaba fascinado por el menor. Alibaba enrollaba su lengua con cuidado y entrecerró los ojos, era tan simple pero erótico al mismo tiempo.
Al momento en que Kouen saco su dedo de la boca de Alibaba se dirigió rápidamente a la puerta para ponerle seguro, fue a su escritorio y tomo el teléfono.
-Quiero que canceles la reunión de directivos- le ordeno a su secretaria- tengo que encargarme de… El castigo de un estudiante- le lanzo una mirada ardiente a Alibaba.
En cuanto los ojos ardientes de Kouen se posaron en Alibaba, este se estremeció por completo pero ese escalofrió no fue más que puro deseo.
-No tienes que temblar Alibaba, no voy a lastimarte… o al menos no mucho.
-No… fui un chico malo… merezco cualquier castigo que el Director decida para mí.
Entonces una enorme sonrisa de malicia se apodero del rostro del director de la academia Kou.
Por años, Kouen había odiado ese empleo de ser el director de escuela pero era una especie de negocio familiar y no podía negarse, aunque siempre hubo algo que le gustaba de estar en la escuela y eran los chicos como Alibaba. De vez en cuando tenía una que otra aventurilla con algún estudiante pero era solo por alguna calificación o evitar una suspensión, nunca habían llegado por voluntad propia.
Recordó bien las palabras de Sinbad “Ten cuidado con el chico, es virgen, no quiero llegar al hospital y tratar de explicarle al doctor cómo fue que se desgarro el ano ¿entendido?” rió por lo bajo al recordar lo gracioso que fue haberle dicho que tendría cuidado con el culito virgen de su protegido.
-Ven aquí Alibaba-le dijo serio.
Entonces el muchacho se puso de pie sin chistar pero no tuvo tiempo siquiera de pararse bien cuando Kouen lo empujo contra el escritorio haciendo que se inclinara sobre este.
-Has sido un chico malo Alibaba.
Acaricio suavemente el trasero del menor que ya estaba a tope, temblaba de la emoción y del deseo. Era esa inexperiencia que hacía a Kouen más feliz, le encantaban los vírgenes pero estando en una escuela preparatoria, a estas alturas los vírgenes escaseaban.
-¡Si! Director, me he portado muy mal.
-¿Y qué debo hacer?
-¡Castígueme!
Entonces Kouen soltó una fuerte nalgada en el trasero de Alibaba que lo hizo gritar y arquear la espalda.
Lo disfrutaste, ¡que sucio eres!
-Si… soy malo… malo
Kouen se sentó de nuevo detrás del escritorio, tomó a Alibaba del brazo y lo halo hacia él haciendo que cayera sobre sus piernas. Lentamente le bajo los pantalones a Alibaba quien temblaba en las piernas del mayor.
Una vez más, Kouen soltó una nalgada en el trasero del menor que gritaba pero no de dolor, si no de placer. Enseguida el mayor sobo suavemente la piel enrojecida para volver a golpear con fuerza pero esta vez un poco más abajo, dando en los testículos de Alibaba.
-¿Te gusta?
Alibaba asintió.
-Que sucio eres, eres un niño malo.
Volvió a estrellar su mano contra el ya desgastado culito de Alibaba pero esta vez en lugar de volver a golpearlo, empezó a introducir su dedo índice en la entrada del menor.
Aunque solo eran caricias superficiales, Alibaba estaba más que excitado, Kouen había empezado a estimular su entrada, no muy profundo pero de todas maneras la sensación era tal y como la había imaginado.
Entonces Kouen saco su dedo y dejo de tocarlo, movió sus piernas haciendo caer a Alibaba al suelo.
-Qué esperas, en cuclillas- ordeno y Alibaba obedeció sin chistar.
Albaba se puso en cuclillas frente a Kouen que con manos hábiles desabrocho el botón de su pantalón para luego bajar la cremallera dejando al descubierto una enorme y venosa erección.
-Abre la boca.
En cuanto Alibaba abrió la boca, Kouen no perdió ni un solo segundo en meter su pene en la boca del menor que se estaba atragantando con el enorme miembro del director de la academia.
-Si me muerdes, te azoto ¿me oíste?
Alibaba no perdió tiempo, empezó a chupar con cuidado de no morder aunque era una gran tentación ser azotado, movía su cabeza atrás y adelante lentamente enrollando su lengua tratando de hacer que sus dientes no tocaran el miembro de Kouen. Inevitablemente, Kouen termino en la boca de Alibaba, el muchacho se quedó un segundo con el semen en la boca con sin saber qué hacer.
-Bébelo- lo desafió -bébelo todo.
El muchacho obedeció sin chistar, aunque el líquido no tenía un sabor agradable en definitiva no iba a desperdiciar aquel regalo que le había dado Kouen.
-Niño asqueroso, te lo has bebido todo.
Kouen tomó a Alibaba del cuello de la camisa y lo levanto para halarlo hacía sí y sentarlo en su regazo, acaricio el labio inferior del menor con su dedo pulgar y se besaron una vez más, se besaban con deseo y lujuria. Kouen empezaba a mordisquear los labios de Alibaba pero al pequeño encantaba sentir aquel dolor que él encontraba delicioso, irresistible.
-Levántate y date vuelta.
El muchacho se levantó y se inclinó sobre el escritorio dándole a Kouen una perfecta vista de su trasero desnudo.
Kouen puso ambas manos en el trasero de Alibaba para poder abrirlo, y empezó a acariciar con la lengua su entrada.
-Di…director… eso es… muy desagradable.
Ignorando a Alibaba, Kouen siguió con lo suyo, penetraba con la lengua al menor que solo se limitaba a reprimir quejidos que pronto se fueron convirtiendo en meros gemidos placenteros.
-¿Así que esto te gusta?
Alibaba dio un respingo avergonzado.
-Pero mira nada más esto- dijo tomando el miembro del menor- apenas vamos comenzando y tu ya estas a tope, déjame ayudarte con esto.
Kouen empezó a masturbar el pene de Alibaba que ya no contenía sus gritos llenando la oficina del director con alaridos. El director se puso de pie contra el cuerpo de Alibaba y acerco su rostro a la oreja del menor, beso suavemente detrás de su oreja y mordió su lóbulo.
-Shhh… que no se te olvide que estamos en la escuela.
El menor se mordió el labio para reprimir sus gritos sin mucho éxito pero al mismo tiempo eran esos mismos sonidos los que los excitaban a ambos.
Entonces Alibaba se corrió en la mano de Kouen.
-Pero mira qué descuidado eres- dijo sosteniendo su mano manchada frente al rostro de Alibaba- me dejaste la mano sucia ¿Cómo se supone que continúe con todo esto si tengo las manos sucias?
Sin decir más, Alibaba empezó a lamer la mano de Kouen, centímetro a centímetro dejándola limpia y saboreando el sabor de su propio semen. Tenía ganas de devolver el estomago, no podía mentir pero al mismo tiempo era muy erótico.
-Director…- chillo suplicante -por favor- dijo esto restregando su trasero desnudo contra los pantalones de vestir perfectamente pulcro e impecable.
-Eres un mocoso impaciente.
-Si… soy impaciente, malo, muy malo… quiero que me castigue.
-¿Quieres que te azote?- dijo esperando tener una respuesta negativa
-¡SI!- casi grito -azóteme Director, azóteme duro.
El mayor abrió los ojos sorprendido pero con una enorme sonrisa en el rostro, estaba reprimiendo una carcajada. Volvió a ponerse bien sobre la espalda de Alibaba y de una sola estocada lo penetro haciéndolo gritar y arquear la espalda, los brazos se le vencían cayendo contra el escritorio, espasmos se apoderaban de su cuerpo.
-¡oye chico eres increíble!- decía Kouen entre dientes- estas tan estrecho…
Kouen se movía rápido e iba cada vez más profundo al mismo tiempo que azotaba a Alibaba dándole lo más fuerte que podía hasta que el trasero del menor estaba rojo e irritado a punto de sangrar.
-¡di que eres malo! ¡Te mereces este castigo!
-¡Si, si, si…! ¡Soy un niño malo, lo merezco!
Cada vez que Alibaba repetía esas palabras, Kouen lo premiaba con embestidas más profundas hasta que por fin pudo terminar en el interior del menor. Salió lentamente de Alibaba haciendo temblar.
-Valla, valla-dijo Kouen
Del ano de Alibaba salió el semen de Kouen pero no solo eso, si no que un pequeño hilo de sangre salió también, aunque mezclado con el blanco del semen era bastante vistoso el rojo brillante que salía ni más ni menos que de Alibaba.
-Así que Sinbad no mentía ¿eh?
Ambos se vistieron, Alibaba sentía una especie de vacío dentro, ya había llevado a cabo su fantasía pero de todas formas no era suficiente. El rubio tomo el pomo de la puerta dispuesto a salir del despacho cuando Kouen lo detuvo tomándolo del hombro.
-No creerás que te dejare ir así de fácil ¿verdad?
-Director…
-Aun sigues castigado Alibaba Saluja, tendrás que venir a mi despacho todas las tardes después de clases- giño un ojo.
El rostro de Alibaba se ilumino, después de todo iba a poder repetir aquella experiencia más de una vez.
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Ya en casa, Alibaba estaba muy tranquilo, increíblemente obedecía las ordenes de Jafar sin poner peros, ¡hasta había limpiado su habitación sin que Sinbad tuviera que obligarlo!
-¿Qué habrá pasado?- le pregunto Jafar a Simbad sentándose a su lado en el sofá de la sala
-¿No es obvio? Kouen hizo un buen trabajo.
-¿Tuviste que ver en esto?
-Por supuesto que si.
-¡Sin!
-¿¡Qué!? Solo hice que el muchacho se sintiera mejor.
-¿No pudiste simplemente comprarle un helado en vez de dárselo a Kouen?
-Tranquilo, yo no se lo di a Kouen, solo lo llame para pedirle ayuda en la disciplina de Alibaba, no le insinué otra cosa.
-Entonces…
-El chico hizo todo por su cuenta.
-Diablos, casi puedo decir que se parece a ti
-Si se parece a mí, entonces será un gran semental
-No por favor, no necesito un gigoló más en casa
-Aunque debes admitir que te gusta.
-Si no puedo negarme…