Jongup miraba sin pestañear la espalda de Zelo, que sentado en el borde de la cama terminaba de amarrar sus zapatos. Una vez terminó, el muchacho se incorporó y tendió la mano hacia Jongup, esperando a que la agarrara, pero éste se quedó estático, viendo al más alto.
-¿Sucede algo? -arrugó los ojos y se sentó al frente de Jongup- ¿Jongup? -Volvió a llamar el nombre del chico.
-Digamos que... -Jongup hizo una pausa con calma- Sólo pensaba en que... he sido más tonto de lo normal... -bajó el rostro, recordando las duras palabras que le había dicho a Zelo hacía apenas una semana.
Zelo apretó los labios y luego sonrió, sus pequeños ojos se entrecerraron mientras que la curva sonrisa se agrandaba, dejando apenas ver la oscura púpila del chico.
- Aun en medio de su delirio quiere aludir a los pensamientos que le agitan -sobando su mentón pensativo, continuó- y a sus memorias tristes. -Finalizó. Jongup le miraba entre confundido y curioso.(1)
-¿Hamlet?
-¿¡Cómo has sabido!? -preguntó indignado Zelo, que creía poder sorprenderlo con las palabras anteriores.
-Pues... Hace un tiempo lo leí. La Tragedia de Hamlet, el Rey de Dinamarca. -Jongup sonrió mientras que veía divertido a Zelo hacer muecas. Tomando la mano de Zelo, comenzó a hacer circulos sin rumbo por la pálida piel del menor.
Tan solo hace minutos habían estado casi desnudos, pero una llamada de parte de Himchan hizo que todo se arruinara y Zelo tuviera que arreglarse lo maś pronto posible. Pero ahora que esperaban a que vinieran por Zelo, podrían pasar un poco más de tiempo juntos. Zelo no dejaba de preguntar a Jongup si había quedado marca alguna y Jongup negaba, lástima que Zelo sabía cuando mentía... Jongup no dejaba de girar sus pulgares.
-¡Y me has dicho que no había nada! -se quejaba divertido Zelo mientras veía su reflejo por la cámara frontal de su celular.
-Bueno... Tal vez si hayan algunas, pero nada que se note mucho. -Respondió levantando las cejas, al ver como Zelo jalaba hacia abajo el cuello de su camisa, encontrando en su pecho más marcas. Zelo volvió su rostro hacia Jongup formando una "O" muda con la boca y agarrando la almohada que tenía más cerca, tiró hacia la cara de Jongup.
-Hmmm... ¿Qué le voy a decir a mi hermano cuando me vea? -se quejó en voz alta, mirando culpable a Jongup.
-¿Qué tal si le dices que estabas con tu sexy novio? -soltó una carcajada después de decirlo y a Zelo no le hacía tanta gracia, no al menos después de pensarlo con seriedad.
-¡Ah! ¡No te soporto! -vociferó dramático mientras se levantaba de la cama e ignoraba a Jongup, que seguía riéndose.
-¿Quieres vengarte? -se acercó gateando hasta la esquina de la cama y se acostó boca arriba- Creo que no me has dejado ninguna marca... - hacia su pecho- Estaré triste si eres el único que las tiene. -sonrió ladino mientras bajaba el cuello de su franela. Zelo miraba de reojo al mayor y decidido a ignorarlo, rodó el rostro hacia el clóset y Jongup, vencido por el hecho de que Himchan llegaría muy pronto por Zelo, se levantó y abrazó por la espalda al más alto y comenzó a dejar besos por la nuca de Zelo hasta que el menor se rindió y se volvió hacia Jongup, rodeando el cuello del mayor con ambos brazos.
-¿Acaso quieres muerda? No seré compasivo, si me lo permites.
Jongup movió los hombros y en los cachetes de Zelo hubo un muy leve sonrojo. Y entonces Zelo acercó con timidez su rostro al cuello de Jongup, primero besó, para luego sonreír malicioso y morder con poca fuerza, pero con firmeza la clavícula de Jongup. El mayor no soltó queja para sorpresa de Zelo, así que con curiosidad, siguió dejando mordiscos y besos por el cuello de Jongup hasta que creyó que así era suficiente.
-¿Te duele? -Preguntó inocente al ver que las marcas que acababa de hacer, comenzaban a tornarse rojizas. Jongup negó con la cabeza.
-Creo que ya estamos a mano. -Susurró en el oído de Zelo
-Supongo que si. -Sonrió y plantó un casto beso en los labios del mayor. Jongup apretaba las manos en la cintura del menor, cortando la poca distancia que quedaba entre ellos, pegó la espalda de Zelo a la pared y continuó besando al menor.
El problema es que los labios de Zelo son,
Demasiado suaves,
Dulces.
Delgados; pequeños,
Adictivos.
Un teléfono que sonaba con frenesí desde la cama de Jongup e hizo que ambos chicos separaran sus labios en un rápido y torpe movimiento. Zelo corrió apurado para atender la llamada y lo próximo que escuchó fueron gritos de parte de su hermano mayor.
-Parece que Hyung llegó... Ya debo irme... -dijo con un toque de tristeza mientras guardaba el celular en el bolsillo de su pantalón.
-Está bien, nos veremos después- dijo con calma-, vamos... Te acompaño hasta abajo. -pasó un brazo por los hombros de Zelo y lo próximo fue bajar hasta la entrada de la casa. Se despidieron con un corto apretón de manos y después de Jongup acomodara el cuello de la camisa de Zelo, el menor abrió la puerta y haciendo un ademán con la mano, fue hasta el carro donde Himchan le esperaba con el mentón recostado del volante.
-¿Te la has pasado bien? -preguntó el mayor mientras que Zelo se acomodaba en el asiento y abrochaba el cinturón de seguridad.
-Hubiera sido mejor si no hubieses venido por mi. -apoyó el brazo del cristal para luego inclinar su cabeza.
-Era más importante que quedarte en casa de Jongup... El viejo nos ha llamado y no estabas en casa, así que me mandaron a buscarte. -dijo Himchan arrancando el carro. Después de conducir cuatro cuadras y cruzar hacia la derecha, siguió de largo por varios minutos más. Zelo se mantuvo callado todo el camino, pensativo. Si su abuelo había llamado, no era para nada nuevo el hecho de que ahora tendría que volver a cambiar el color de su cabello y además vestir ropas "adecuadas" para la cena. Suspiró con fastidio, deseando poder haber pasado más tiempo con Jongup, pero aquel día hubiese sido imposible que estuvieran tranquilos sin millones de llamadas perdidas de su madre y hermano.
Cuando llegaron a la casa Choi, Himchan se estacionó correctamente al lado del carro de su padre. Después de que se bajaron, Zelo frunció el entrecejo al notar que había uno extra estacionado en el garaje. No era el de su madre ni tampoco el de su abuelo. Dió una mirada confundida a Himchan y volvió su vista hacia el carro ajeno, el mayor solo apretó los labios.
-Junhong... Comportate, por favor. -dijo Himchan antes de abrir la puerta y borrar cualquier rastro de incomodidad de su rostro. Zelo le siguió con hombros bajos y las manos en bolsillos del pantalón.
-¡Oh! ¡Cariño, han llegado! -exclamó la madre de Junhong al verlos entrar y un hombre alto, de tez pálida y cabello negro zabache se asomó desde la entrada de la sala, saludando a ambos jóvenes.
-Himchan, Zelo... Tenemos visita- dijo con la vista fija en Zelo, que se sentía más que incómodo-, su abuelo los espera en la sala. -finalizó mientras se retiraba hacia esta. Himchan miraba preocupado a Zelo, que parecía más tenso que antes. Apoyando una mano en el hombro del menor, sonrió.
-Tranquilo hermano, estamos juntos en este lío.
Zelo suspiró y asintió con la cabeza mientras apretaba sus labios...
Hablar con el viejo siempre le ponía nervioso...